No logro que paren; segundo a segundo se difunden como si fueran pasteles comprados después de misa; dulces, apetitosos, llenos de deseo, pero con un veneno que salpica nuestras entrañas de basura que poco a poco nos mata la confianza. Las encontramos en los lugares más inesperados, rodeadas de verdades que las encubren, las […]
via VERDADERAS MENTIRAS — deseo indigno