Vidas Paralelas: Lula e Lugo
Giugno 23, 2012 21:00 - no comments yet![]() |
Lula e Lugo |
Aconteceu com Lugo o que quase aconteceu com Lula: a deposição.
Lugo e Lula têm semelhanças notáveis, fora o “Lu”: são fruto, para o bem e para o mal, da extraordinária desigualdade social da América do Sul. Os dois surgiram, Lugo no Paraguai e Lula no Brasil, pelos braços dos pobres. Braços e, importante sublinhar, votos.
A diferença fundamental é que Lula teve, em seus tumultuados anos de presidência, o apoio de um sindicalismo organizado e claramente disposto a reagir caso seus opositores encontrassem uma maneira de derrubá-lo. Afastar Lula teria sido um movimento muito mais arriscado do que foi tirar João Goulart, em 1964. Ou mesmo Collor, nos anos 1990.
Por isso, Lula não apenas cumpriu dois mandatos como elegeu Dilma, que os pobres, em sua sabedoria nada livresca e completamente intuitiva, deduziram que continuaria a fazer o que a administração anterior fizera.
Lugo, no Paraguai, jamais teve um suporte remotamente parecido com o de Lula. Os camponeses esperavam muito dele, mas Lugo acabou fazendo pouco — menos por vontade do que por um sistema que petrifica e perpetua a desigualdade. Quase toda a terra cultivável paraguaia está nas mãos de pouco mais de 1800 pessoas, que as ganharam praticamente de graça como recompensa pelo apoio à ditadura de Stroessner.
Uma delas é um brasileiro – ou brasiguaio, gente do Brasil radicada no Paraguai – chamado Tranquilo Favero. Favero, que apoiou a queda de Lugo, virou uma das pessoas mais odiadas do Paraguai ao dizer que camponês deve ser tratado a pancadas, “como mulher de malandro”.
As tentativas de reforma agrária de Lugo esbarraram num sistema judicial corrupto, montado para servir milionários como Favero. O fracasso de Lugo em promover uma reforma agrária não elimina o fato de que enquanto ela não for feita o Paraguai estará condenado a ser o país miserável que é.
O Paraguai não tem indústria relevante, e consequentemente o sindicalismo lá é frágil. Os trabalhadores rurais – carperos, como são conhecidos lá – não representam uma ameaça séria aos golpistas. São desorganizados e acabaram não enxergando em Lugo, um padre progressista que em nada lembra na aparência e nos modos um carpero, a resposta para seus problemas.
Por isso Lugo caiu, sob a alegação de “mau desempenho” feita por parlamentares de um partido, o Colorado, sob cujo domínio inepto, iníquo e corrupto de décadas o Paraguai foi transformado no paradigma supremo de tudo que um país não deve ser. Agora é uma democracia falsificada, como os uísques que incautos compram lá.
E por ter a retaguarda de sindicatos organizados – e também por ter sido visto, se não como solução, ao menos como uma esperança pelos pobres – Lula não caiu.
Paulo NogueiraNo Diário do Centro do Mundo
Lugo pede volta da democracia no Paraguai e irá ao Mercosul
Giugno 23, 2012 21:00 - no comments yetASSUNÇÃO - O presidente deposto do Paraguai Fernando Lugo pediu neste domingo que a democracia retorne ao seu país e anunciou que irá apoiar todas as manifestações pacíficas para que a abalada ordem institucional seja restabelecida.
O ex-chefe de Estado, que na sexta-feira foi destituído da presidência em um rápido processo de impeachment, anunciou que vai visitar esta semana a província argentina de Mendoza para participar de uma cúpula de presidentes do bloco Mercosul, na qual irá explicar a situação no Paraguai.
"Acompanhamos todo tipo de manifestação pacífica para que se restaure a ordem institucional interrompida na sexta-feira passada com a ação formulada pelo Parlamento", disse Lugo a jornalistas.
"Este foi um golpe parlamentar contra a vontade popular", acrescentou, indicando que está em contato com presidentes sul-americanos para discutir a reação regional adversa sobre a mudança de comando no Paraguai, agora governado por Federico Franco, de centro-direita, que era vice-presidente de Lugo.
O ex-bispo afirmou ainda que não irá colaborar com o governo de Franco. "Este é um governo falso. Não se pode colaborar com um governo que não tem legitimidade."
Didier Cristado e Daniela DesantisNo Reuters
Os bastidores do Golpe
Giugno 23, 2012 21:00 - no comments yet![]() |
Héctor Timerman |
Aunque no quiso adelantarse a la decisión de los presidentes que se reunirán el jueves en Mendoza, la forma que el canciller argentino utilizó para definir la destitución de Lugo anticipa qué harán el Mercosur y la Unasur.
En diálogo telefónico, el canciller Héctor Timerman aceptó relatar desde Buenos Aires las gestiones de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Suramericana de Naciones, el viernes último, para que no se produjera lo que denominó “una ejecución sumaria”.
–¿Cuál es la caracterización argentina sobre el cambio de presidente en Paraguay?
–El gobierno argentino considera que estamos frente a una ruptura del orden democrático.
–¿Por qué ruptura, si la destitución de Fernando Lugo se basó en el juicio político?
–Es que en Paraguay se utilizó un mecanismo contemplado en la Constitución, pero fue aplicado de tal forma que viola no sólo el espíritu de esa Constitución sino toda práctica constitucional del mundo democrático.
–¿Cuál sería la violación?
–Practicar una ejecución sumaria. Darle dos horas de defensa a un presidente democráticamente electo es un tiempo menor al que tiene quien pasó un semáforo en rojo. Es triste lo que ocurrió en Paraguay. Es triste haber visto a Lugo el viernes a la tarde solo, en su despacho de la casa de gobierno, sin papeles sobre el escritorio, viendo por televisión cómo el Congreso lo destituía.
–¿Los cancilleres de Unasur estaban allí con él en ese momento?
–Sí. Después de haber hecho todo lo posible para buscar alternativas. Pero en ningún caso encontramos el más mínimo interés en la oposición de dialogar con nosotros y buscar una opción a la ejecución sumaria de un presidente. Y eso que les dijimos claramente que estábamos allí para respetar, al mismo tiempo, la soberanía de Paraguay y los documentos internacionales que todos firmamos.
–¿Los textos de Unasur y de Mercosur?
–Ambos. Y quiero aclarar algo que les dijimos a los dirigentes de la oposición a Lugo. No sólo Paraguay estaba obligado a cumplir con los acuerdos firmados. También cada uno de los otros países. Nosotros también estamos obligados a cumplir con los acuerdos. Debemos aplicarnos las cláusulas incluso a nosotros mismos.
–¿En algún momento los cancilleres de Unasur vieron una chance de arreglo?
–Cuando llegamos y hablamos con Lugo por primera vez él nos dijo que aún tenía alguna esperanza. Pero después fuimos topándonos con la realidad. Primero nos reunimos con los dirigentes del Partido Colorado. Nos dijeron que el gobierno era inviable y se tenía que ir. Y que había que hacerlo rápido porque supuestamente Lugo había llamado a elementos subversivos y violentos. También nos reunimos con el líder del Partido Liberal Radical Auténtico en el Congreso. Recuerdo una de las respuestas de un dirigente opositor: “Lo mejor que pueden hacer los cancilleres de Unasur es irse”.
–¿Cuál fue la respuesta?
–Esta: “Señor, son las 11 de la mañana. A las 12 empieza el juicio. ¿Hay algo que ustedes puedan decirme para ayudarlos a que esta situación no llegue a mayores?” Me dijeron: “No. La Constitución manda formas de hacer el juicio, no tiempos”. Les contesté: “Están hablando de un jefe de Estado que asumió con la representación popular. Por otra parte, no veo a nadie en la calle, y menos con ánimo violento”. Un rato después insistí.
–¿Con qué argumento?
–Ya eran las 11 y media de la mañana. “Sigamos hablando. Díganme cualquier idea que tengan.” Otros cancilleres les decían que el Congreso estaba inventando un reglamento. Nos repusieron que no había que probar los hechos porque eran de público y notorio conocimiento. Y lo repetían a cada momento: público y notorio. A las 12 menos cuarto faltaban 15 minutos para el comienzo del juicio. Les dije: “Señores, se vienen épocas muy duras para el Paraguay porque nosotros vamos a tener que aplicar la cláusula democrática”. No pareció conmoverlos nada. Nos fuimos otra vez a hablar con Lugo. Allí, entre los cancilleres, se decidió que fuéramos con Antonio Patriota, de Brasil, a conversar con Federico Franco.
–Todavía era el vice.
–Sí. Le dije: “Mire, no queda mucho tiempo. ¿Usted cree que es justo lo que están haciendo? ¿Piensa que el mundo va a reconocer la destitución de esta manera como un procedimiento correcto”. Recuerdo su contestación: “En Paraguay un vicepresidente tiene tres tareas: presenciar la reunión de gabinete, actuar como nexo con el Congreso y asumir en caso de enfermedad, muerte y destitución del presidente. Voy a cumplir con la Constitución paraguaya”. Le pregunté si dos horas para preparar una defensa le parecía un tiempo suficiente. Me dijo: “Solo Dios sabe el tiempo que le di”. Le pedí que nos acompañara a los cancilleres al Congreso y que dijera delante nuestro que su compañero de fórmula no había tenido tiempo de preparar la defensa y que, por lo tanto, él no asumiría la presidencia en caso de destitución. “Es que es mi obligación asumir”, dijo Franco. Uno de los acólitos suyos comentó entonces que Fernando Collor de Mello tuvo licencia por seis meses. Le pregunté si en caso de que pudiéramos convencer a Lugo de pedir licencia, le darían seis meses para preparar su defensa. Fue ahí que me dijo una frase que ya habíamos escuchado de otros dirigentes: “Este gobierno es inviable. Aquí comienza la violencia mañana”. Le dijimos que había poca gente en la calle y que no habría quien quisiera generar violencia. “No, ya es tarde”, repetía Franco. Patriota ofreció pedirle a Lugo un llamamiento contra la violencia. Yo le dije: “Le voy a decir la verdad de lo que va a ocurrir. Paraguay sufrirá y quedará aislado y usted deberá gobernar en condiciones difíciles”.
–Por lo visto, Franco estaba muy decidido.
–Me contestó: “Soy médico y estoy acostumbrado a tomar decisiones”. Le repliqué que los médicos juran hacer el menor daño posible a los pacientes y que él le estaba por hacer el mayor daño posible al Paraguay y a la democracia. También le dijimos que Paraguay se convertiría en un caso Honduras Dos. Contestó: “¡Pero ahí sacaron a un presidente en pijama!”. Le pedimos que no se confundiera, que la cuestión no era cómo está vestido un presidente cuando es destituido irregularmente sino la irregularidad de la destitución. Ya con un clima caldeado nos fuimos, con Patriota, diciéndole por último que Paraguay estaba por concretar un golpe.
–¿A dónde fueron?
–A ver otra vez a Lugo en la casa de gobierno. Cuando llegamos no sólo no había violencia. Había menos gente en la calle. Los cancilleres de Unasur y el secretario Alí Rodríguez nos quedamos hablando con Lugo, para no dejarlo solo. Vimos la votación por televisión y cuando terminó la destitución le dijimos: “Presidente, nos vamos porque no queremos estar cuando asuma Franco. La Argentina ofrece asilo a cualquiera que lo solicite”. Lugo anunció que se quedaría en Paraguay y que no llamaría a un levantamiento porque quería evitar muertos. Le dije que Juan Perón hizo lo mismo en 1955 y que siempre se puede volver si no hay muertos. Media hora antes del fin de la destitución aparecieron en el palacio de gobierno militares que hasta ese momento no estaban. Lugo pensó que se trataba de una forma de presión y nos contó que retomaría el trabajo en las bases y recorrería el país. Alí Rodríguez le dijo: “La retirada es el primer paso de la ofensiva”. Yo le comenté: “Evidentemente, usted es el presidente que nunca debió haber sido, porque va en contra de la tradición de Paraguay”. Nos pidió que no abandonáramos al pueblo paraguayo y que los ayudáramos a defender los derechos humanos y las libertades cívicas. A las seis de la tarde nos abrazamos y nos fuimos. Había poca gente en la calle.
–¿El Mercosur castigará al gobierno paraguayo?
–El Mercosur aplicará los tratados que firmamos. Y Unasur también.
–¿Está prevista la incorporación de Venezuela como miembro pleno?
–La Argentina, Brasil y Uruguay están interesados en el ingreso de Venezuela, como se sabe, pero no creo que una situación amerite la otra.
Martín Granovsky
No Página|12