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La Bienal Internacional de Arte de Venecia 2019: ¿Un arte anunciador del naufragio de la humanidad? Por Patricia Pérez Pérez

June 11, 2019 9:11 , par La pupila insomne - | No one following this article yet.
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La propuesta artística de la 58ª Exposición Internacional de Arte de Venecia, que se celebra en la ciudad lacustre europea desde el 11 de mayo hasta el 24 de noviembre, se titula Puede ser que vivas en tiempos interesantes (May You Live In Interesting Times), frase que, como bien lo afirma la portada del sitio web de la bienal, es una “invención inglesa que se ha citado erróneamente como una antigua maldición china, invocando períodos de incertidumbre, crisis y agitación”, tan ajustable a los tiempos que corren en nuestros días. La mayoría de las obras expuestas se concentran en los espacios del Pabellón Central de los Giardini, en el Arsenal y en el centro histórico de la ciudad.

© Bienal de Venecia

La falta de una temática precisa señalada por parte del organizador Ralph Rugoff, director de la Hayward Gallery de Londres, puede haber facilitado el paso a expresiones singulares en las que se concentra la visión de los 79 artistas contemporáneos invitados, así como a la peculiaridad  de los pabellones de los 89 países que participan en las muestras nacionales, de los cuales Ghana, Madagascar, Malasia y Pakistán asisten al evento por vez primera.

El amplio espectro de la exposición, debido a la carencia de una premisa temática, ha construido un eje expresivo en torno al cual giran las preocupaciones del mundo actual con sus urgencias, sus desastres humanos, sus miedos y contradicciones. Así, desde los ecos del naufragio que nos trae el casco del histórico barco libio rescatado por el artista suizo-irlandés Christoph Büchel con su obra Barca nostra, en el cual murieron alrededor de 700 migrantes en 2015, resaltan temas como el de las migraciones, las consecuencias de la descolonización, el cambio climático, el racismo, las fronteras y muros como el de Ciudad Juárez, propuesto por la mexicana Teresa Margolles con su pieza compacta de bloques de cemento y alambre de púas, obra que recibió una mención especial por su manera de cuestionar al público sobre las dramáticas divisiones —con su inherente carga de violencia— entre los países y los hombres.

Barca nostra, del artista Cristoph Büchel, pesquero libio que se
hundió en el Mediterráneo en 2015. EFE, foto de Laura Serrano

Obra de la mejicanaTeresa Margolles

Algunas obras del Arsenal, por su carácter inquietante, su música nihilista o ensordecedora, su pixelización excesiva, parecen variaciones de sucesos contados en artículos periodísticos o muestras dignas de un estudio hermenéutico que interprete tales expresiones artísticas, revelando la extrema complejidad psicológica del ser humano en las sociedades actuales. Obras audiovisuales con niños y viejos que gimen y lloran lágrimas de plástico, con caleidoscopios hechos de espejos relucientes que dejan escapar luces y gritos extraños, o bien con máscaras de jamón cayendo sobre una tajada de pan de molde refinado que parecen parodiar el famoso carnaval veneciano, son algunas de las muestras exhibidas en los pasillos y las diferentes salas.

Esculturas « improbables » con sillas rojas de patas frágiles y largas a lo Salvador Dalí, grandes neumáticos encadenados; gigantes personajes de trapo doblados por el cansancio o la angustia, con la cabeza entre las manos en un enorme asiento de avión (Yin Xiuzhen); piezas de un bello mármol blanco drapeado en una urna de cristal que chocan al espectador por la presencia de un insólito trozo de cable cuyo incesante movimiento y sonido recuerdan al de una sierpe acechante (Sun Yuan y Peng Yu); cuerpos deshabitados, de hule negro —a lo Rafael Alberti— con cabezas colgantes, por perchas desde el suelo, como moribundos sostenidos que suben hasta lo alto del techo por enormes escaleras; un brazo mecánico que recoge incesantemente un líquido viscoso que podría ser sangre humana, o la playa artificial donde la vida moderna corre como si no pasara nada a pesar de la falta de mar o de horizonte, performance instalado en el interior del edificio del Arsenal, el cual lleva por título Sol y Mar (Lina Lapelyte, Vaiva Grainyte y Rugile Barzdziukaite) y que otorgó a Lituania el León de Oro al mejor pabellón nacional.

Death is in the air, Alexandra Bircken

Sol y Mar

Can’t Help Myself, Sun Yuan y Peng Yu,

Dear, Sun Yuan y Peng Yu,

Trojan, Yin Xiuzhen

 

 

 

 

El mejor pabellón nacional

Los artistas y países participantes deben abonar importantes sumas de dinero para colocar sus muestras en la bienal. Hay sin embargo otros medios de exponer el arte “por derecho propio” como pudo verse en un “pabellón clandestino” que se ha ganado popularmente el premio al mejor pabellón. Se trata del trabajo de Banksy, que no participaba de forma oficial en la prestigiosa exposición. El enigmático artista urbano británico se presentó cerca del Gran Canal captando la atención de los transeúntes, turistas y periodistas, con una inesperada propuesta: Venice in oil (con doble interpretación: Venecia al óleo / Venecia en petróleo), inspirada en la obra del célebre paisajista veneciano del siglo XVIII, Canaletto. Las imágenes fragmentarias montadas en marcos y expuestos sobre caballetes instalados fuera del espacio de la bienal, hicieron aparecer la irónica imagen de un enorme crucero de los que diariamente entran y salen en Venecia y que, en esta obra crítica, conceptualmente irónica, Bansky hace «desaparecer» el paradigmático paisaje veneciano.

Venice in oil, Bansky, 2019

En el mensaje publicado por Bansky el 22 de mayo en su cuenta de Instagram, mostrando el video Street art en Venecia, el doble del artista aparece con la cara oculta por un sombrero, escondido detrás de su periódico y sentado en una silla, esperando que la gente vea su barcaza. Poco tiempo después es expulsado por los carabineros. Al salir de la plaza, vemos detrás del actor que le interpreta, sobre las aguas, un verdadero crucero. Hemos comprendido su mensaje: Venecia como fenómeno cultural va desapareciendo, bañada en petróleo y bajo el turismo indolente que degrada la ciudad para pesar de sus habitantes. Bansky añade además en su sitio una crítica al mundo del arte y a la Bienal, con una breve leyenda personal más o menos enigmática: «Aunque sea el evento artístico más grande y prestigioso del mundo, nunca me han invitado por ninguna razón».

Video: Street art en Venecia   

Por último, un dibujo característico del estilo de Banksy que aborda además el tema de los refugiados pudo ser observado por los transeúntes al pie de una casa veneciana. Se trata de un niño con un chaleco salvavidas, alcanzado por las aguas y que lleva una bengala de auxilio de humo rosa en la mano. Esto puede significar que en Italia se autoriza a los barcos turísticos a destrozar impunemente el patrimonio, o se expulsa a aquellos que los salvan, como él con su arte. Bansky confirmó también la autoría del mismo a través de las redes sociales.

Venice in oil (detalle), Bansky, 2019

 

https://www.instagram.com/banksy/                                              

Sobre el cambio climático

Otra obra similar, por su temática, a la que expone Bansky, que sorprende por su tamaño, su peculiar diseño y su situación en el centro neurálgico de Venecia y de la Bienal, es la escultura del artista Lorenzo Quinn (hijo del célebre actor Anthony Quinn), cuyo nombre es Venecia sumergida por las aguas, representando la amenaza que se cierne sobre el canal y acaso su segura destrucción como una consecuencia previsible más del cambio climático que a todos nos afecta y nos acecha.

Su otra contribución a la bienal se titula Tendiendo puentes (Building Bridges), cuyos seis pares de brazos celebran los valores de amor y esperanza que deben prevalecer entre los seres humanos.

Venecia sumergida por las aguas

Building Bridges, de Lorenzo Quinn

Building Bridges, de Lorenzo Quinn

 

 

 

 

 

 

Entre las obras procedentes del continente africano sobresalen propuestas como la de la Zanele Muholi, con sus autorretratos de peinados de gran elegancia o su crítica al flagelo de la esclavitud. También los de la nigeriana Njideka Akunyili Crosby, quien pinta interiores domésticos que fueron los suyos mismos y los de su familia en la diáspora. Estas escenas son a la vez planas e infinitamente profundas, con ventanas y puertas que se abren hacia otros espacios e historias que enlazan la de Africa con la de otros continentes, como el de la América insular de Toussaint Louverture. Estos detalles hacen olvidar al espectador la tónica del tratamiento en las obras digitales, cuya presencia en esta bienal 2019 es realmente excesiva.

Zanele Muholi, Sudáfrica

Njideka Akunyili Crosby, P. de Nigeria

A la temática medioambiental corresponde igualmente la obra del pabellón cubano, comisionada por el Consejo Nacional de Artes Plásticas, cuyo nombre Entorno aleccionador sugiere un espacio en el que los artistas Alejandro Campins, Ariamna Contino, Alex Hernández y Eugenio Tibaldi dialogan sobre la relación entre el hombre y la naturaleza, mirando con optimismo hacia un futuro donde todos podremos quizás respirar mejor.

Entorno aleccionador, Pabellón de Cuba

Con la propuesta Naturaleza y biodiversidad en la República Dominicana (de los artistas Darío Oleaga, Ezequiel Taveras, Hulda Guzmán, Julio Valdez, Miguel Ramírez, Rita Bertrecchi, Nicola Pica y Marraffa & Casciotti) se recuerda el drama contemporáneo que afecta a esta preciosa tierra donde la belleza de su naturaleza exuberante se nubla ante las amenazas constantes al ecosistema, y la degradación gradual pero progresiva del medio ambiente. Suspendidas entre sueño y realidad, entre denuncia y responsabilidad, las obras de estos artistas se convierten en una herramienta ética para enviar al mundo sus mensajes de esperanza.

Naturaleza y biodiversidad en la República Dominicana

Otras propuestas de la bienal

El pabellón del Perú de la bienal 2018 se componía de un gran muro que representa la ciudad de Lima, en el que cada huaca está señalada con un nudo, lugar sagrado, reivindicado en la bienal anterior como espacio de identidad, que mostraba un patrimonio arqueológico fundamental de la capital y de todo el país. La propuesta de este año se titula Indios antropófagos, exploración post-conceptual del impacto sensorial de la cultura amazónica en el arte peruano que involucra, en consciente cruce arquitectónico, el espacio amazónico con los azulejos y el hierro forjado importado de Europa durante la época del boom del caucho, para la reinvención de Iquitos como una coqueta ciudad encubierta en la oscuridad de la selva y que aquí se asocia con la estética travestí

Indios antropófagos,  Pabellón del Perú

Khnum across times witness, Pabellón de Egipto.

Si la muestra del pabellón egipcio titulada Khnum across times witness (Khnum a través del testimonio del tiempo) ha sido considerada como algo kitsch por la crítica, la más consternante, según las consideraciones del público asistente es la del pabellón de Israel, con su Field Hospital X (Hospital de Campo X), obra de Aya Ben Ron.                                                         

 El pabellón mismo toma la apariencia de un hospital ambulatorio, aseptizado y frío. El visitante es acompañado por una enfermera que luego de ponerle un brazalete donde inscribe una palabra cualquiera, le hace descubrir una sala de espera donde otras doscientas personas también aguardan. Después, se le adentra en una cabina donde le invitan a « gritar sin ser visto », antes de volver a hacer la cola para entrar en la segunda sala. Según la palabra anteriormente escogida, inscrita en el brazalete, el visitante llega frente a una determinada pantalla con un programa que puede consistir en la visalización de un video de tres minutos sobre abusos familiares, sobre la estructura o las prácticas en los hospitales como el video de un hombre masturbándose y el posterior análisis de dos psicoanalistas, por ejemplo. Y al salir de ese mundo inquietante, dantesco, el visitante absorto se podría preguntar cómo ha llegado a ese sitio. Fabrice Bousteau, director de la prestigiosa revista Beaux-Arts magazine, afirmó ante el micrófono de la emisión francesa La dispute de France Culture, haber salido del pabellón israelí « en un estado de estupefacción total », y que los peridistas que lo acompañaban estaban « en un estado peor », indignados ante semejante experiencia « artística », que busca un acercamiento a determinados temas sociales a través de métodos bien poco convencionales.  

Field Hospital X, Pabellón de Israel.

Un naufragio en Venecia

La ausencia de temática de la bienal de Venecia de 2019 parece haber hecho estallar bajo diferentes formas, algunas teñidas de un baño cromático y auditivo tóxico, las preocupaciones de todos sus participantes ante el marasmo del mundo en que vivimos, el desastre ecólogico y el estado crítico de los océanos o la explotación a ultranza de los recursos naturales. En cada país y en cada artista se puede ver la huella de su entorno histórico y sociocultural o sus vivencias. Las visiones de muchos ante el título escogido por los organizadores del evento (May you live in interest times) parecen ser vagas respuestas, que convierten a la convocatoria en una suerte de menuda pregunta con visos de quimera, o una cuasi premisa que pareciera pretender reafirmar el poder de las máquinas como un arma que en la época actual acaso se impondría inevitablemente al poder de los hombres.

 Vacío ontológico, pesimismo, archivismo o arte documentario de un mundo en vías de extinción, incapacidad para imaginar el futuro o de crear nuevas utopías, ausencia casi total de formas nuevas que salven a la humanidad de su naufragio, tal podría ser (salvo excepciones) el balance de la actual Bienal de Arte de Venecia : un grito anhelante y desesperado por un mundo mejor que no solo deben reivindicar de una u otra forma los artistas, sino que está en manos de todos construir antes de que nuestros ánimos y nuestras acciones salvadoras lleguen demasiado tarde.

Video de presentación de la bienal             https://www.youtube.com/watch?v=UdNtxpKubjQ

Sitio web de la Bienal de Venecia 2019 :  https://www.labiennale.org/en/art/2019

 

 


Source : https://lapupilainsomne.wordpress.com/2019/06/11/la-bienal-internacional-de-arte-de-venecia-2019-un-arte-anunciador-del-naufragio-de-la-humanidad-por-patricia-perez-perez/