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La simplificación televisiva del fútbol y el video clip. Por Javier Gómez Sánchez

23 de Janeiro de 2018, 10:48 , por La pupila insomne - | No one following this article yet.
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javiergosanchez09@gmail.com

La capacidad actual de transmisión televisiva en Cuba era un sueño hace apenas unos años. Varios canales de televisión standard y dos HD, conforman un volumen de horas de transmisión simultánea y durante 24 horas, muy superior aquella época en que solo existían Cubavisión y Tele Rebelde con su cierre de emisión a la medianoche.

Mucho mayor que cuando en la década del 2000 se sumó el Canal Educativo, y poco después el que aun lleva el nombre de Canal Educativo 2.

La reciente digitalización permitió concebir canales ¨temáticos¨: Tele Rebelde se convirtió completamente en un canal deportivo, ya antes había surgido Multivisión para películas y documentales. Luego apareció Clave, un canal ¨musical¨. No hace tanto que logramos ver Telesur a tiempo casi completo.

La apertura de nuevos canales puso sobre la mesa una realidad: Transmitir un canal de televisión implica disponer o crear contenidos para este.

La emisión de fragmentos de canales estatales de países cuyos gobiernos tienen buenas relaciones con Cuba, como Russia Today en español o el iraní Hispan TV, hace pensar lo bueno que sería que se pudieran ver en nuestra isla como se logró con Telesur, aun teniendo en cuenta el costo económico de crear y mantener un frecuencia televisiva en el aire para todo el país, una cifra por hora que la mayoría desconoce. (Esa mayoría también desconoce cuánto cuesta al país una tonelada de papel periódico)

Es cierto que sentarse frente al televisor cambiando de Telesur a RT, a Hispan TV, puede provocarnos cierta saturación noticiosa y de contenidos problemáticos, catastróficos algunos, casi apocalípticos otros. Pero resulta que la televisión cubana viene padeciendo desde hace un tiempo una saturación en sentido contrario con la simplificación televisiva por el uso intensivo de dos contenidos principales: El Fútbol y el Video Clip.

¿Cuantas horas semanales se emite al público cubano de partidos de fútbol y videos musicales? Tal vez demasiadas.

La transmisión continua de partidos de fútbol europeo,  combinada con la emisión de cierto tipo de video clips nacionales o extranjeros se ha convertido en la mayor fórmula para garantizar en pantalla un contenido sin conflictos, masivo y masificador, simple y simplificador, que pretende ser entretenido hasta que provoca aburrimiento y hastío, a fuerza de ser impuestos.

Recuerdo que a mediados de los 2000, cuando los males del periodismo cubano comenzaban a ser criticados y un evento sobre la televisión en Cuba tuvo como eje temático la ¨crítica a la banalidad¨, uno de los participantes dijo con razón que si se hablaba de banalidad en la televisión cubana había que mencionar al NTV.

 Los años pasaron, el periodismo evolucionó y la cobertura de buena parte del complejo acontecer nacional en espacios informativos ha hecho caducar en gran medida aquella afirmación.   

Si habláramos hoy de banalidad en los medios cubanos, la encontraríamos posiblemente en los esfuerzos de validación del video clip por encima de sus merecidos e indudables méritos,  que como todo en la vida tiene su justa medida y no más. Resulta penoso en un país con una riqueza cinematográfica como la nuestra, que a quienes veamos ampliamente entrevistados, con sus obras analizadas desde los ¨cánones estéticos¨, los ¨recursos expresivos¨, la dramaturgia, la iluminación, la selección de locaciones, la puesta en escena, el montaje… sea a los muy respetables directores de video clips, cuando pocas veces vemos a un director de cine, de dramatizados de televisión, o a un documentalista.

La mayor saturación del video clip ocurre cuando, además de las obras de ese género que contienen un verdadero valor audiovisual y promocionan una pieza de indudable calidad musical, se insiste en  presentar a intérpretes y realizadores, como si hubiera que llenar una cuota de transmisión, de videos que persisten en promocionar una mentalidad social ¨VIP¨ , donde el dinero se convierte en la meta anhelada, la mujer en un objeto y la ciudad en el escenario del previsible espectáculo de una industria seudo artística que pretende erigirse como representante de la cubanía, en la que muchas veces es el dinero en las manos ¨correctas¨ y no el talento el que permite acceder a escenarios y medios. La misma que en su empeño es incapaz de prescindir de la imagen del viejo automóvil norteamericano y la fachada de algún deteriorado edificio de la parte más fea de La Habana.

No me refiero a Lucas, un espacio valioso que ha tenido sus propios críticos y que logró poner el arte del video clip en su justo lugar en la apreciación televisiva de los cubanos, además de crear un evento de primer nivel. Con frecuencia he mostrado a mis amigos en el extranjero galas de los Premios Lucas en el teatro Karl Marx que pueden encontrarse en You Tube, buscando cambiarles la imagen que los medios internacionales les habían creado sobre nuestro país, que se sorprendían de la factura y calidad musical del espectáculo. La reacción más usual lo decía todo: ¨¡¿Eso es en Cuba?!¨

Pero la cantidad de video clips que se transmiten ha resultado en forzados programas que parecen dedicados al cultivo del ego individual, con la frase a flor de labios que como dice un amigo se ha convertido en la más repetida en la televisión cubana: ¨Mi carrera¨. Una promoción que es indirectamente proporcional al aporte de referentes artísticos y sociales del entrevistado. Mientras resulta lamentable que personas con mucho que decir sobre el arte audiovisual, la comunicación y la música, cuando tenemos oportunidad de verlos en la TV han sido convocados solo para hablar del video clip.

Pero nada de esto es casual, la transmisión en la televisión nacional de horas de video clips  facilones y ligeros, responde a su carácter simple, aparentemente inocente, que pocas veces se convierte en un problema para quienes lo emiten.

En vez de  más programas que salgan a la calle con las cámaras a ver lo que pasa, entrevisten a la gente sobre la vida real o lleven invitados al estudio para hablar de cosas a los que tendrían que ponerle una estresante atención no vaya a ser que el tema sea una bola de candela y después los llamen de quién sabe dónde. ¡Qué va, solavaya!… Mejor poner video clips, que al final la mayoría no son más que mujeres bailando.

Quisiera traer como parte de este post fragmentos de un comentario que hice en la publicación por La pupila insomne del texto “El béisbol, el fútbol, los norteamericanos” de Carlos Ávila Villamar: 

¨La utilización política del efecto enajenante del futbol ha sido estudiada en España e Inglaterra, como un nuevo tipo de ¨opio de los pueblos¨. Eso también ocurre en Cuba. Al mismo tiempo es un seudo-conocimiento que llena las conversaciones de la gente que cree que está hablando de algo sobre lo que está informada, o sea se crea una seudo-información y distrae a las masas populares, especialmente a los jóvenes de los problemas sociales. La idiotización de las masas se nos está dando con toda intención, en la combinación de horas y horas de trasmisión de fútbol y video clips. Juntos forman un flujo de imágenes que generan una fascinación estética facilista pero que no genera ninguna actividad intelectual ni cultural en el que lo recibe. Como esos televisores que están en los restaurantes, a veces varios, que pasan videos y videos, fútbol y video clips, interminablemente a una audiencia de comensales.”

En un debate sobre el impacto de la Guerra Cultural en Cuba  escuché a Luis Toledo Sandé decir con gran originalidad que parecería que Martí en El Diablo Cojuelo en vez de proclamar ¨! Yara o Madrid !¨, lo que dijo fue: ¨! Barça o Madrid !¨.

La súper transmisión de juegos de fútbol europeo parece tener, entre otras razones, la que intenté exponer en otra parte del comentario que hice al artículo de Ávila Villamar:

¨Recuerdo una conversación que tuve con un comentarista deportivo, al que ya tenían acosado en la calle la gente preguntándole porque no se estaba poniendo pelota de Grandes Ligas, en un período en que parece que algún furibundo logró imponer su criterio, y me dijo que los que dirigen lo que se pone y lo que no, mandaron a disminuirla drásticamente, porque según ellos: ¨No puede ser que la aspiración de nuestros jóvenes sea jugar en Grandes Ligas¨ ( Perdiendo así una gran oportunidad de que los jóvenes entiendan el Bloqueo) ¨Dicen que se ponga fútbol, porque como aquí nadie va llegar a jugar ahí, no importa ¨

El efecto es que por un lado los millones de individuos receptores del video clip más banal, interpretan cada vez menos el contenido que reciben en la medida en que los emisores lo legitiman, mientras que por otro, la saturación de fútbol ¨europeo¨ les ofrece una identificación artificial con algo alejado de las condiciones nacionales en las que vive o que le rodean.

Una reticencia al aumento de una televisión que nos libre de esto, al marginar sus contenidos alegando un supuesto ¨gusto popular¨, puede esconder una subestimación intelectual hacia ese mismo público que se pretende conocer.

La vida demuestra que muchas veces los caminos más fáciles, nos producen a la larga los resultados más costosos.

 


Fonte: https://lapupilainsomne.wordpress.com/2018/01/23/la-simplificacion-televisiva-del-futbol-y-el-video-clip-por-javier-gomez-sanchez/