Ir para o conteúdo

La pupila insomne

Voltar a La pupila insomne
Tela cheia Sugerir um artigo

Ni aun después de muertos. Por Javier Gómez Sánchez

11 de Dezembro de 2017, 9:43 , por La pupila insomne - | No one following this article yet.
Visualizado 42 vezes

javiergosanchez09@gmail.com

Mi vecino Manuel murió la semana pasada, pero con la muerte no le llegó la paz. Con su cadáver de persona buena se cebó sin escrúpulos la rapiña de la corrupción. Ya es la segunda persona que conozco a la que hacen víctima aún después de la muerte de lo que con frecuencia sufrimos en vida. A su dolor la familia de Manuel tuvo sumar la humillante situación de tener que pagar para recibir el derecho a su cremación.

No me refiero a pagar los 340 pesos que establece el Estado, sino que además de estos, se debió poner en manos de un empleado de la funeraria la suma de 70 cuc.

Apenas dos meses atrás supe que Isabela, una compañera de trabajo, tuvo que hacer lo mismo a la muerte de su madre. Ella no me lo contó, me lo contaron otros, tal vez le daba demasiada vergüenza. Es una persona ya mayor, que hace un trabajo digno y humilde, pero que tuvo que tomar sus ahorros y en vez de comprarse la ropa necesaria o usarlos en su pequeña casa, ponerlos en las manos de un corrupto.  

La familia de Manuel tuvo el dinero gracias al envío de un familiar en el extranjero. Isabela de su trabajo y alguna ayuda. Para todos, incluso para el familiar que desde Miami mandó el dinero para ¨pagar en Cuba¨, quedaba la sensación de que el mejor uso que le podían dar era lograrle a su ser querido, y a ellos mismos, el mejor tránsito por el momento inevitable por el que nadie quiere pasar.

¨Pude echarlas en el mar¨– me dijo Isabela de las cenizas de su madre.

El relato de la familia de Manuel, fallecido el pasado martes 5 de diciembre, nos llegó a mi madre y a mí con más detalles: En la funeraria de Zapata y calle 2 en el Vedado, les dijeron que tenían ¨el dos¨ en el turno para enviar el cuerpo  el día siguiente al crematorio. Pero les advirtieron que el límite de la permanencia en la funeraria era a las 2:00 pm. Y le introdujeron la incertidumbre de que si la aceptación del crematorio no llegaba antes de esa hora, el féretro sería enviado al cementerio para ser enterrado en un osario común.

Luego de dejarlos en la duda y el dolor, sin escrúpulo le plantearon que la manera de ¨garantizar¨ el turno de cremación era pagándoles los 70 cuc.

Mi madre, espantada al escucharlo, me dijo que intentaría desde ahora tener la cifra guardada para cuando le llegue ese momento y no dejarme esa carga a mí. Si se mantiene la ¨tarifa¨, pues al parecer la cifra exigida por los corruptos ha ido en aumento con el tiempo. 

En una búsqueda en Internet sobre el tema se encuentra un artículo de Juventud Rebelde de diciembre del 2010 con el  título ¨Contará la capital con tres crematorios¨ donde un funcionario declaraba: «El primero de ellos (Guanabacoa) arrancó el 26 de enero de 2006, y ese año incineramos 50 fallecidos. En el período que concluye (2010) la cifra sobrepasa los 6 000. Ello muestra que la población ha ido aceptando de forma creciente esta modalidad. Por eso, en 2011 se edificará un tercer crematorio en un municipio de la periferia de la ciudad».

Encontré en la página web IPS una actualización del tema en abril del 2017: ¨ De acuerdo con cifras oficiales, durante 2015 fueron cremados en la capital 6.131 cadáveres de los 23.641 fallecimientos registrados en la provincia. (…)En La Habana funcionan tres hornos crematorios con capacidad para 24 incineraciones diarias, ocho por cada equipo. Existe asimismo un incinerador de restos óseos en la Necrópolis Cristóbal Colón, cuya prestación tiene un valor de 115 pesos, casi cinco dólares¨  y aclaraba: ¨El costo de la incineración es de 340 pesos cubanos, equivalente a 13 dólares. El precio incluye el traslado del cadáver hasta la instalación¨

¿Ha habido más demanda de cremaciones con el tiempo? Sin dudas. También se ha aumentado la capacidad, que puede ser o no la necesaria para el uso de todo el que toma esa opción por no poseer un panteón propio, o por la facilidad de traslado a una provincia, o por simple voluntad del fallecido.

¿Pero cómo pueden los corruptos, que no invierten en construir crematorios, ni en el combustible que utiliza, ni en nada más que extender su mano sucia y sin escrúpulos, lograr que lo que no se podía porque no había ¨capacidad¨ o ¨turno¨ en el crematorio, de pronto por obra de 70 cuc en sus bolsillos, entonces  ¨sí se puede¨.

Pudiera no importarme, olvidarme de lo ocurrido a mis vecinos y a mis compañeros de trabajo, pero si no se hace nada un día yo mismo o quien lee esto podemos vernos víctimas de la misma situación. Pueden haber más personas a las que le pasó y pensaron que no había nada que hacer, o prefirieron no tomarse el trabajo de enviar una carta por los canales pertinentes y se cohibieron ante el proceso o los inmovilizó el miedo por haber pagado. O peor, lo asumieron como algo natural.

Considero que no debe limitarse la lucha contra este flagelo a los casos que llegan a las autoridades con todos sus detalles, a través de denuncias en la prensa y otras formas de defensa que poseen los ciudadanos. No micro-localizar soluciones, como a veces se hace costumbre, porque estas indican que pueden ser parte de algo más extendido.

Sabemos que solo una parte de las victimas usa un mecanismo de denuncia, como muchos que puestos en la encrucijada y sintiéndose vulnerables, se hacen tristemente cómplices de la corrupción y alimentadores de esta. Parte de la acción de los corruptos es crear en sus víctimas tanto la idea de que los están ¨ayudando¨, como buscar convertirlos en cómplices. Pero personalmente, en medio del fallecimiento de un familiar, sería incapaz de juzgar a una persona expuesta a algo así en un momento tan difícil. 

Se requieren soluciones integrales que no se limiten a castigar una incidencia, sino que basándose en la información general y los métodos de los victimarios, impida la ocurrencia de estas. Solo una acción estructural, hecha pública para su conocimiento y mayor efecto en los medios que el mismo Estado posee, de una autoridad que pueda llamarse como tal puede detener el avance de la corrupción en su invasión a los aspectos más sensibles y humanos de la vida.

Al igual que ha ocurrido con situaciones de robo y tráfico de los medicamentos enviados a las farmacias para los enfermos crónicos registrados por Salud Pública, la corrupción no se detiene ante nada que pueda convertir en negocio. Aunque el Estado y muchos de quienes trabajan en él se esfuercen por garantizar lo necesario y hacerlo llegar a esos que lo necesitan. Entonces no es posible permitir que algunos pretendan interceptar derechos para venderlos como  privilegios.

Porque lo primero que hay que incinerar es la impunidad.



Fonte: https://lapupilainsomne.wordpress.com/2017/12/11/ni-aun-despues-de-muertos-por-javier-gomez-sanchez/