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Responsabilidad social en tiempos de más bloqueo: Las tiendas no pueden agravar las cosas.Por Javier Gómez Sánchez

6 de Maio de 2019, 8:14 , por La pupila insomne - | No one following this article yet.
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javiergosanchez09@gmail.com
Es sábado por la mañana en el supermercado de 41 y 42 en Playa. Aunque hace solo unos minutos que abrió ya hay numerosas personas en la cola de cárnicos, que se alarga más con el paso del tiempo. La fila traspasa los límites de esa área y bordea los estantes. Hay personas que llevan cerca de una hora en la lentitud de la cola. La gente busca dónde apoyar los paquetes de pollo, el producto cárnico más demandado, en cuya importación ha impactado la coyuntura económica ante el asedio de la derecha regional, empeñada en hacerle la vida más difícil a Cuba. La molestia presente, el disgusto, el comentario que indigna, maldiciendo al país y que no tarda en escucharse. El origen, al inicio de la fila ya larguísima, es que una sola caja contadora hace el trabajo. El departamento de cárnicos cuenta con dos, eventualmente trabajan al unísono, pero hace tiempo que apenas se pone a funcionar la segunda.

Absurdamente dos empleadas se apiñan tras la única caja que lo hace. La cola avanza a cuenta gotas. Las otras dos cajas contadoras en el área de alimentos, no aceptan pasar los cárnicos. La cola les pasa por al lado y ya llega casi a la puerta. Las cajeras se limitan a facturar otros productos a unos pocos clientes. A unos metros, en una quinta caja, la aburrida cajera espera a que alguien quiera comprar un bolso o unas chancletas. En el fondo, la sexta caja contadora ridículamente solo vende licores y galleticas.


Un día cualquiera por la tarde en la Tienda El Bosque, a unos metros del Puente Almendares. Hay cola dentro y fuera, incluso en el guarda bolsos. En el interior, cada persona de la cola sostiene algunos paquetes de productos cárnicos, pero de las cuatro cajas contadoras con que cuenta el local, solo una los admite. La fila da la vuelta a los estantes. La escena resulta más chocante porque las cajas contadoras son nuevas, de estreno, casi acabadas de sacar de sus envoltorios, flamantes con sus pantallas lumínicas. ¿Cuánto le habrá costado al país que esa empresa comprara cajas nuevas? ¿Para usarlas cómo?
Otro día en 5ta y 42, la cola es abrumadora, igualmente una única caja contadora hace el trabajo, las otras dos no aceptan cárnicos, y una tercera muy cercana a ellas solo vende rones y aceites de oliva, y alguna cosa más, lo que permite que su cajera converse fluidamente con otra empleada, debe ser un puesto codiciado. Como si nada, varios empleados de distinto rango conversan indiferentes, recostados a un estante. Lo mismo, con una imitación exacta, se vive en La Copa, unas cuadras más abajo.
Ocurre no solo con los cárnicos, sino con el aceite y otros productos vitales que, aun con condiciones internacionales adversas, se hace un esfuerzo porque lleguen a la población.
Mientras, los minúsculos locales de víveres de Le Select y La Casita de 16, pequeñas tiendas cercanas, reciben los productos más deficitarios careciendo de la capacidad para asumir una demanda inusual, a diferencia de aquellas tiendas de la zona que sí la poseen, pero son subutilizadas.
Estas escenas ni remotamente se limitan a los lugares mencionados, ocurren cada día en todas partes. Pero ese mal funcionamiento habitualmente permitido, se vuelve irracional ante el momento de desabastecimiento en algunos productos de gran demanda social por el que estamos pasando. El impacto político que descarga sobre la población en estos tiempos, supera el simple disgusto cotidiano ante el maltrato que se ha enquistado como lacra. Ha devenido en el agravamiento irresponsable y sin castigo de hacerle pasar más trabajo a un pueblo dispuesto a resistir las nuevas agresiones de Trump, pero no necesariamente a quienes internamente hacen sinergia con ellas.
Sobre la duda de si se trata de acciones inconscientes o intencionales se impone otra: ¿Nadie lo ve?


Fonte: https://lapupilainsomne.wordpress.com/2019/05/06/responsabilidad-social-en-tiempos-de-mas-bloqueo-las-tiendas-no-pueden-agravar-las-cosas-por-javier-gomez-sanchez/