Hay sin dudas un diálogo mágico por el que nuestra ancestralidad intenta comunicarse con nosotrxs, alertarnos y en ocasiones pedir auxilio. Hoy es uno de esos días en los que creo más firmemente en esa magia, “macumba” dijo un amigo, pero el hecho es que recién llegada de Pernámbuco, hablaba a alguien sobre la africanidad que sentí allá y como sentí no haber tomado una foto a algunos de los Baobabs que sé viven en aquel estado y pocas horas después me llega esto:
El grito es oído a miles de kilometros, creo que nuestros abuelos y abuelas piden ayuda.