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3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Blog de la Associación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí - Blogoosfero

Porque si está la bandera… Por Luis Toledo Sande

19 de Outubro de 2015, 21:39, por Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí

Se han puesto en boga la “despolitización” y la “desideologización”. Pero estas, en el fondo, más allá de la voluntad personal, sustituyen unos criterios políticos por otros, una ideología por otra. Nadie está al margen de las políticas ni de las ideologías, digan lo que digan voceros de presuntas “modernidades”, según las cuales la historia no pasa de ser un simulacro fabricado por la política y por la ideología: es decir, por la política y la ideología que tales voceros rechazan y, por tanto, quisieran hundir en el olvido.

No se vive en el reino de las ilusiones. En lo que tiene de real y aún más en lo que tiene de falacias, la llamada globalización enmascara o intenta disimular grandes contradicciones que perduran. Hoy oleadas de migraciones ponen trágicamente sobre el tapete esa verdad y, en ella, la naturaleza de las potencias que tratan de venderse como paradigmas de civilidad y democracia. Los hechos están a la vista, para quienes quieran verlos.

No es una simpleza la proliferación —pudiera decirse que en muchas partes, pero aquí se habla de Cuba— de banderas usadas como si fueran o pudieran ser meros adornos en zapatos, ropa de todo tipo, carteras, pañuelos, vehículos… Parecería que se hubieran perdido todas las normas, pero el fondo es más complejo que las regulaciones. Estas, que deben existir civilizada y razonablemente, no son más poderosas que la vida, ni se pueden confiar a la espontaneidad, “a la buena de Dios”. La cultura tiene una función de primer orden que cumplir, y no podrá llevarla a cabo sin conocer y respetar la historia: no existe al margen de lo histórico, pero sus deformaciones pueden traicionarlo.

No, la invasión de banderas no es un hecho banal en ningún momento. No es algo que merezca pasar inadvertido, sin ser objeto de atención por la ciudadanía en general y —parece necesario advertirlo— por las instituciones que tienen responsabilidades políticas, ideológicas, culturales. A la larga, son todas las de un país, aunque los encargados de dirigirlas pudieran ignorarlo.

El espacio donde transcurren los hechos no es solamente físico, sino también histórico y cultural, político, ideológico. El despliegue, por todas partes, de banderas de los Estados Unidos no sucede hoy en abstracto, sino en medio de un proceso tendiente a la normalización de relaciones diplomáticas entre esa nación y Cuba. Ese proceso no significa —ni habrá de significar eso su potencial logro, aunque este fuera cercano, y no parece que vaya a serlo— que el imperio deje de ser imperio ni que Cuba renuncie a su voluntad de soberanía.

Si por algo pudiera considerarse honesto al actual presidente de la mayor potencia imperialista es por haber proclamado que, al plantearse un cambio en la actitud visible de su país —no hablamos aquí de aquel pueblo— hacia Cuba, su administración procura lograr por otros caminos, con otra táctica, lo que no consiguió con más de medio siglo de hostilidad desembozada. ¿Será necesario poner ejemplos de ella? Quienes prefieran ignorarlos como si no hubieran existido, los ignorarán aunque se les abrume citándoles hechos que han causado muertes y otras desgracias.

Dejando a un lado los hechos propios del protocolo en las relaciones internacionales —que algunos parecen dispuestos a acatar solamente para abogar por el “apoliticismo” y aceptar los designios imperiales—, si la bandera de los Estados Unidos representa a un pueblo, merece respeto. Pero si es también, y aún nada lo niega, la de un imperio agresivo que desde su fragua como nación aspiró a someter a Cuba —y lo hizo a la fuerza desde 1898 hasta 1958—, de un imperio que sigue generando masacres en el mundo, no hay por qué asumirla con entusiasmo, aunque en algunos el entusiasmo se desborde.

Para percatarse de tal grado de entusiasmo basta oír ciertos comentarios callejeros, y hasta leer algunos acogidos en publicaciones cubanas, digitales en particular. Si se les difunde, sirvan al menos para comprobar por dónde va parte del pensamiento, que no es nueva, no solo para que se vea que somos amplios y democráticos. ¿Lo es el imperio? ¿Lo son sus servidores? No es de ahí de donde deban venir nuestras normas, ni vienen nuestros ideales.

Aunque hoy se hable de corrientes neoanexionistas, lo de neo sale sobrando: son continuadoras del anexionismo contra el cual lucharon en el siglo XIX revolucionarios como José Martí. Era una línea de pensamiento peligrosa por antinacional, por el espíritu lacayuno que abonaba, aunque ya entonces estaba condenada al fracaso, como sigue estándolo hoy. No solo porque en el siglo XX y en lo que va del XXI la mayoría del pueblo cubano, con sus vanguardias, ha seguido defendiendo la independencia, sino porque a los imperialistas no les interesa que países “inferiores” sean parte de su “constelación de estrellas”. Como dominios humillados sí los admitirían.

Ningún cubano o cubana que abrace la dignidad y defienda a su patria debería desconocer ni olvidar la “Vindicación de Cuba” escrita y publicada por Martí en 1889 para refutar maniobras propagandísticas, ideológicas, de la prensa estadounidense. Nadie crea que eso es cosa muerta, y que recordarlo con vocación patriótica es anclarse en el pasado, como sostienen los interesados en borrar la memoria histórica para confundir a los confundibles y desautorizar a los revolucionarios. La tragedia de Puerto Rico, ¿es cosa del pasado? La martiana “Vindicación de Cuba” también defendía, de hecho, a esa tierra hermana.

En el actual contexto la bandera de los Estados Unidos es cada vez más visible, dentro o fuera de borda, en autos que circulan por calles cubanas. Tal “moda” empezó, al parecer, por vehículos de propiedad privada —autos de paseo, motos, camiones, bicitaxis…— a cuyos dueños supuestamente les asiste el derecho a exhibir en ellos lo que les venga en gana, al margen de toda ley jurídica o moral. Pero ya empieza a verse también en vehículos que pertenecen a instituciones públicas, a organismos, a la esfera de administración estatal. Es el caso de la foto que ilustra este artículo, tomada en la víspera del 10 de octubre de este año en la vía habanera que se conoce como de Rancho Boyeros, para la que sería honroso hacer valer su nombre oficial: Avenida de la Independencia.

Todas las instituciones cubanas, sobre todo las públicas —pero sin excluir a las privadas, que aumentan y también intervienen de distintos modos en el uso del patrimonio histórico y cultural—, tienen una alta responsabilidad, mucho más aún que en las prohibiciones que puedan existir, o falten, en las imágenes que difunden, y en la formación, en la persuasión de sus trabajadores y trabajadoras, aunque no operen en el sector gremialmente llamado cultural. Pero es obvio que la tienen de manera todavía más señalada si son de ese sector, como la institución a la cual pertenece el vehículo fotografiado.

Ello muestra un ejemplo concreto de una realidad ante la cual las instituciones del país tienen mucho por hacer, y con ese sentido se trae a los presentes apuntes. Aunque el asunto no es como para cruzarse de brazos y anular el pensamiento, y sí para hacer los necesarios reclamos de sesgo cultural, no se trata aquí a manera de acusación enfilada a promover ninguna represalia ni, menos aún, cacerías de brujas. Esto último va dicho como declaración de finalidad, y, si hiciera falta, hasta para complacer a quienes con mayor o menor razón se pronuncian contra tales cacerías. Pero tampoco ignoremos que entre esas personas puede haber no solo incautos y bien intencionados, sino igualmente interesados en que las brujas propaguen en la nación el espíritu que conviene al imperio, no a la patria.

El autor de estas líneas no repetirá en ellas lo que ha escrito sobre el tema en otros textos, especialmente en ¿Banderas nada más? y en Más sobre banderas (inicialmente publicados en la página digital de Bohemia, pueden leerse en las correspondientes ediciones impresas de esa revista, y en otros órganos digitales localizables en la red). El asunto es profundamente cultural, y no puede tratarse al margen de la historia ni de los designios o desafíos de la política. Pero no faltan quienes pretenden ignorarlos. A los artículos citados alude aquí el autor en pos de la aconsejable brevedad, y con la ilusión de que no se le atribuya ignorancia de hechos y conceptos que él conoce; pero también con la certidumbre de que no hay páginas que agoten la realidad: ella siempre las desborda, por muy minuciosas que fueran.

El segundo de aquellos artículos comienza enalteciendo un acierto: el de familiares y colegas de la profesora Angelina Romeu Escobar que le exigieron al conductor de la carroza fúnebre donde iba a ser transportado el cadáver de la educadora, retirar la bandera estadounidense puesta o admitida por él en la cabina del vehículo. La retiró, pero ¿en virtud de qué fines y al amparo de qué norma se había colocado esa insignia en un vehículo del sector estatal, y, por añadidura, llamado a la mayor seriedad, a solemnidad incluso? Tino y dignidad mostraron quienes reclamaron respeto para la memoria de alguien que había abrazado el legado martiano en su vida cotidiana y en el aula.

José Martí, quien luchó ejemplarmente por la independencia de Cuba, sostuvo que esta debía ser libre de España y de los Estados Unidos, y lo ratificó, en su célebre carta inconclusa a Manuel Mercado, el día antes de morir en combate en la guerra que él concibió y organizó para alcanzar el fin que sabía ineludible. Ese es el mismo héroe que amaba al pueblo español, del cual vinieron sus padres; que supo que en ese pueblo había amantes de la libertad de Cuba capaces de combatir y morir por ella, como no pocos hicieron, y fue también el mismo que, aludiendo al pendón de la metrópoli colonialista, escribió en Versos sencillos al rememorar un espectáculo artístico, español, al cual asistió: “Han hecho bien en quitar / El banderón de la acera; / Porque si está la bandera, / No sé, yo no puedo entrar”.




Califican de exitoso encuentro de cubanos residentes en Latinoamérica

19 de Outubro de 2015, 1:13, por Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí


Granada, Nicaragua, 18 oct (PL) El funcionario de la Cancillería Tomás Lorenzo calificó de exitoso el II Encuentro de Cubanos Residentes en América Latina y el Caribe, y destacó el apoyo de los participantes a las principales batallas que libra la isla.

Quedó evidenciada la unidad de criterios de todos los asistentes de que la tarea principal en estos momentos es la condena al bloqueo impuesto por Washington y la denuncia de la ocupación ilegal del territorio en Guantánamo, dijo en la culminación de la reunión.

Consideró que estas citas regionales han contribuido a fortalecer la comunicación entre los cubanos residentes en el exterior y devienen un importante espacio de intercambio para adoptar líneas de acción comunes en apoyo a la nación caribeña.

En la cita celebrada en esta ciudad nicaragüense, a unos 45 kilómetros de Managua, opinó que dentro de los principales retos de la labor de los cubanos residentes en el exterior en apoyo al país antillano se encuentran, entre otros, fortalecer las organizaciones constituidas.

Asimismo, propiciar que el trabajo de las mismas permita sumar a un mayor número de integrantes, y consolidar la comunicación y acción coordinada entre las distintas organizaciones, primero a nivel de país y luego a escala regional.

El subdirector de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior aludió a la importancia de continuar inculcando los sentimientos patrios a las nuevas generaciones, y procurar que las acciones desplegadas alcancen la mayor repercusión pública y mediática posible.

Ratificó que el proceso de normalización de las relaciones entre la nación y su emigración es continuo, irreversible y permanente, y que el gobierno de la isla reconoce, valora y cuenta con la labor de cubanos que, residiendo fuera del país, "mantienen una actitud activa en defensa de la patria".

Aludió al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, pero -dijo- para avanzar hacia la normalización de los vínculos será necesario la eliminación del bloqueo y la devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo, entre otras cuestiones.

Todavía queda un largo y complejo camino por recorrer, enfatizó Lorenzo, quien subrayó que Cuba nunca aceptará ninguna presión dirigida a modificar cuestiones relacionadas con asuntos internos del país caribeño.

No debe pretenderse que para mejorar las relaciones con Estados Unidos, Cuba renuncie a sus ideales de independencia y justicia social, aseveró.

Señaló que se ha llegado a este encuentro "con la grandísima satisfacción de tener en la patria a nuestros cinco héroes (Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González, Fernando González y Antonio Guerrero, quienes estuvieron injustamente presos en Estados Unidos)".

Fueron 16 años de arduas batallas para lograr el regreso de esos antiterroristas y en ello Cuba pudo contar con el valioso aporte de ustedes, dijo el funcionario a los asistentes, al reiterar "el reconocimiento al esfuerzo realizado para contribuir a esta importante batalla de nuestro pueblo".

Precisamente, este sábado, los participantes en la cita pudieron apreciar un mensaje enviado por los Cinco a cubanos residentes en Europa y América Latina, para expresar su gratitud, afecto y admiración por el trabajo realizado en pos de su liberación.

Igualmente, aludieron a las tareas nuevas por cumplir en apoyo a Cuba, como la lucha contra el bloqueo.

rc/las

Fotos de Eduardo Martínez en FB



Opinión. GOLPEAR DESDE DENTRO

19 de Outubro de 2015, 0:29, por Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí



Jorge Gómez Barata

El bloqueo norteamericano ha sido tan total e intenso, y ha durado tanto tiempo, que algunos de sus efectos pueden haberse incorporado a la cultura de los cubanos, y operar como una segunda naturaleza. Es probable incluso, que en algunos sentidos las mentes hayan sido bloqueadas.

Mucha gente ha olvidado que el bloqueo no sólo fue norteamericano, sino de todo occidente. La Unión Soviética y el campo socialista se convirtieron en el único apoyo político, y en la fuente de suministros de todo cuanto Cuba necesitaba, incluyendo productos culturales: filmes, literatura, revistas, manuales, especialmente toda una doctrina económica y un modelo político.  

En 1991, cuando la Unión Soviética dejó de existir y Rusia emprendió la restauración del capitalismo, abandonó a Cuba, y en lugar de enviarle suministros le exigió el pago de deudas, Fidel Castro proclamó que “se había establecido un doble bloqueo”.

Cuando los rusos gobernados por Boris Yeltsin le volvieron no sólo la espalda a la isla, sino que actuaron contra ella, la dirección cubana reaccionó, y con decoro devolvió los golpes. Ya que cesaron de mandar petróleo y alimentos, se les pidió que dejaran de enviar las revistas Sputnik y Novedades de Moscú, y se cerraron las puertas a la propaganda de la Perestroika. Antes fueron Life, Selecciones y todas las norteamericanas. El doble bloqueo tuvo doble vía. 

La suma de las acciones de Estados Unidos al bloquear totalmente a Cuba, de la Unión Soviética al dejar de asistirla masivamente, y de Rusia al cortarle la luz, el agua y el gas, y dejarla sin comida ni gasolina, empujaron a la Isla al “Período especial”.

Recuerdo una madrugada, cuando en medio de un apagón llegué a casa, y mi mujer, despierta a causa del calor, preguntó ¿por qué tan tarde? Estaba en una reunión donde se explicó lo relacionado con la evacuación de La Habana, le respondí cariacontecido.

Según aquel plan ella, como todas las mujeres, niños, ancianos y personas no imprescindibles serian evacuados a pueblos cercanos. Sin electricidad, agua, gas y sin comida, no era posible vivir en una ciudad de dos millones de habitantes. Tampoco había combustible para trasladarlos en ómnibus ni trenes. Una parte de la evacuación sería a pie.

Ella, como siempre, todo buen humor y optimismo fue categórica: “¡Mi hijo y yo no iremos a ninguna parte! ¡Menos a pie!

Afortunadamente el fin del bloqueo norteamericano está por llegar, y los rusos, capitaneados por Putin, ahora se muestran magnánimos. Más difícil será borrar de las mentes los efectos de haber vivido durante casi 60 años en una plaza sitiada.

Se trata de un fenómeno cultural, en parte semejante a la agorafobia, una enfermedad que padecen las personas que temen a los espacios abiertos, y sienten miedo ante los ambientes despejados. Es también el caso de quien no reclama algo porque no sabe que existe.

A tal punto puede haber llegado el síndrome de la plaza sitiada, que el racionamiento parece normal, e incluso todavía es defendido como una medida revolucionaria. Un compatriota fue categórico: “La libreta (de racionamiento) llegó para quedarse, porque de ese modo se protege a los sectores de bajos ingresos”

También se creyó que al impedir la entrada de aparatos de video, teléfonos móviles, y prensa extranjera, se protegía a la nación contra la “penetración ideológica”.  

Está bien exigir al Congreso norteamericano que levante el bloqueo, y pedir a Obama que use sus facultades ejecutivas, pero es menester recordar que nuestro presidente también tiene las suyas, y puede usarlas para acelerar desde dentro el proceso.

Recientemente estuvo en Cuba la secretaria de comercio de los Estados Unidos que concedió una entrevista en la cual tilda a los cubanos, nada menos que de  conservadores (sic). ¡Habrá que ver! ¿Será cierto?

El levantamiento del bloqueo es cosa de Estados Unidos, pero también hay que golpearlo desde dentro. En cualquier caso será sin agorafobia. Luego les cuento. Allá nos vemos.

La Habana, 18 de octubre de 2015 

Tomado de Moncada



Una Cuba auténtica le dice NO al bloqueo

17 de Outubro de 2015, 20:04, por Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí

El rechazo de toda la sociedad civil cubana a la política de aislamiento impuesta por Estados Unidos fue palpable durante un encuentro sostenido por representantes de ese amplio espectro

Marylín Luis Grillo
digital@juventudrebelde.cu
16 de Octubre del 2015 23:45:06 CDT
Representantes de 140 organizaciones y movimientos participaron en el Foro. Foto: Roberto Ruiz
La sociedad civil cubana, entre la que destacó una representación sólida y numerosa de los jóvenes del país, desarrollaron este viernes su XII Foro contra el bloqueo, en el cual reflejaron la amplia y enérgica demanda por el cese de esta política ilegal y genocida que ha afectado a toda la población durante más de cinco décadas.

Coordinado por la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, la reunión contó con destacados panelistas y delegados de cerca de 140 organismos agrupados dentro de movimientos juveniles, estudiantiles, sindicatos, organizaciones sociales, científicas, culturales, y de diversas denominaciones religiosas y fraternales, así como instituciones no gubernamentales, regionales e internacionales con sede en la Isla y entidades cubanas afectadas por el bloqueo.

A decir del jurista Luis Solá, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, refiriéndose a los allí convocados: «la verdadera sociedad civil cubana son ustedes, los que representan nuestros legítimos intereses y el deseo de mantener un proceso social único en América Latina donde realmente la verdad y la justicia son palabras de orden en todo momento».

Describió además en su ponencia la ilegalidad del bloqueo y el derecho de restitución financiera, material y moral que tienen los cubanos.

Por su parte, Nieves Picó, del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, dialogó sobre la metodología para calcular su costo, que asciende a más de 833 000 millones de dólares, en cálculos conservadores que no pueden abarcar muchos daños no cuantificables infligidos a la sociedad cubana.

La voz joven de la nación se hizo presente de manera significativa. Abrió la sesión de intervenciones de los reunidos el niño Kennys Matos, representante de la Organización de Pioneros José Martí y de un sector seriamente afectado por las limitantes del bloqueo: los discapacitados físico-motores.

El pionero comentó su felicidad de haber nacido en Cuba, un país que garantiza la ayuda humanitaria a todos sus pobladores, indicó además que «con bloqueo y sin bloqueo seguiremos siendo cubanos, seguiremos teniendo el valor que hasta ahora hemos tenido» y concluyó con la frase martiana: «Los que no tienen el valor de sacrificarse han de tener, al menos, el pudor de callarse ante los que se sacrifican».

De igual forma, usó de la palabra por la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), Heidy Villuendas Ortega, quien en nombre de los más de 120 millones de integrantes del organismo demandó el cese de esta política ilegal, inhumana y genocida que provoca «la violación sistemática y masiva de los derechos humanos de los estudiantes cubanos al no permitirles el directo y completo desenvolvimiento en sectores tan importantes de nuestro país como la educación, la ciencia, la cultura, a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno Revolucionario cubano».

Asimismo se expresó Alejandro Mesa, miembro del Secretariado de la Federación Estudiantil Universitaria, quien exhortó a los movimientos estudiantiles del mundo a hacer públicas sus acciones de solidaridad con Cuba y su reclamo por el fin del bloqueo.

Un acercamiento particular al impacto que el bloqueo tiene en los centros de altos estudios lo ofreció el joven profesor Waldo Barrera, de la Universidad de Ciencias Informáticas, institución que según explicó, sufre, por esa política, de limitaciones en el acceso a la información, a numerosas páginas y servicios de internet, en un sector que requiere del contacto inmediato con las más recientes tecnologías.

Otra organización estudiantil presente fue la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, con la participación Lianet Marrero.

Al cierre del evento, Teresa Viera Hernández, directora del Centro de Estudios sobre la Juventud, concluyó que en Cuba «poseemos una juventud comprometida con la justeza de este proyecto revolucionario», que continuará firme a su legado histórico.

Participaron también en el diálogo la Filial Cubana de la Internacional de Médicos para la prevención de la guerra nuclear —institución ganadora del Nobel de la Paz—, la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja, la Asociación de Pedagogos de Cuba, la Unión Nacional de Juristas, la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, la Asociación Cubana de Pediatría, el Movimiento Cubano por la Paz, la Comunidad cubano-árabe, el Sacro Arzobispado Ortodoxo, la Federación de Mujeres Cubanas, los sindicatos de trabajadores de  la Construcción, de la Salud, y de la Educación, la Ciencia y el Deporte, así como la Sociedad Económica de Amigos del País y la Academia de Ciencias de Cuba, ambas creadas durante el período colonial.



El fundamentalismo es enemigo de la paz, afirma reverendo cubano

17 de Outubro de 2015, 19:16, por Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí

Escrito por  PL     

El fundamentalismo es enemigo de la paz, afirma reverendo cubano
El fundamentalismo religioso constituye hoy unos de los enemigos de la paz en el planeta, afirmó hoy el reverendo Raúl Suárez.


El fundamentalismo religioso constituye hoy unos de los enemigos de la paz en el planeta, afirmó hoy aquí el reverendo Raúl Suárez en el contexto del Encuentro Internacional por el Diálogo Interreligioso y la Paz Mundial.

Al intervenir en la segunda jornada de la cita que culmina mañana en el Palacio de Convenciones, Suárez recordó que el Islam auténtico tiene al hombre en el centro de su doctrina, y nunca está contrario a la paz y ni al bienestar del ser humano.

Llamó a estar alerta ante el fundamentalismo y las fuerzas que se crean en nombre de la religión, contrarias a los esfuerzos que se realizan en pos de un mundo sin guerra.

Esto trae como consecuencia el rechazo al Islam, lamentó el reverendo, quien también criticó a los grupos que pasan de la doctrina espiritual a la política.

El objetivo del encuentro, en opinión de los líderes de las diferentes denominaciones establecidas en la mayor de las Antillas, es reflexionar, intercambiar ideas y experiencias que redunden en un mundo espiritualmente sostenible.

Dicha cita es organizada por la Plataforma por el Diálogo Interreligioso en Cuba, fundada en 2011 como expresión integral del diálogo heterogéneo y la libertad religiosa en la nación antillana.

Tomado de Cubasí