Blog de la Associación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil - José Martí - Blogoosfero
Gobiernos progresistas latinoamericanos bajo amenaza de golpe
18 de Agosto de 2015, 18:51Manifestantes pidiendo intervención militar en Brasil. 16-08-2015 |
por Guillermo Alvarado
El Parlamento del Mercado Común del Sur, Parlasur, se sumó a las reiteradas denuncias sobre la preparación de acciones desestabilizadoras, llamadas comúnmente “golpes blandos”, para deponer a gobiernos progresistas en varios países de Sudamérica, entre ellos Venezuela, Ecuador, Brasil y Bolivia.
El organismo, cuyas resoluciones no tienen carácter vinculante, es decir que no son de cumplimiento obligatorio para los miembros del bloque, expresó su preocupación por las amenazas contra los procesos democráticos surgidos por elecciones libres con amplia participación popular.
Tanto los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, como de Ecuador, Rafael Correa, denunciaron la preparación de “golpes blandos” orquestados por las oligarquías locales, con el apoyo de poderes foráneos descontentos con las transformaciones llevadas a cabo en sus respectivos países, entre ellos la generalización de servicios de salud y educación y la nacionalización de los recursos naturales en beneficio de toda la población.
El término “golpe blando” fue acuñado hace décadas por el escritor y politólogo estadounidense Gene Sharp para designar estrategias conspirativas, supuestamente NO violentas, cuyo propósito es deponer un gobierno.
En apego estricto a esta definición, lo que está ocurriendo en América Latina supera estos términos, lo cual conlleva riesgos mayores para las naciones concernidas y para toda la región.
En Venezuela las manifestaciones organizadas por la extrema derecha en 2014 fueron muy violentas y costaron la vida a decenas de ciudadanos. Mientras, en Brasil, son inquietantes los carteles portados por manifestantes el pasado domingo, donde incitan al ejército a intervenir para derrocar por la fuerza a la presidenta Dilma Rousseff.
En Ecuador una marcha “pacífica” de indígenas, instrumentados por terratenientes y oligarcas, finalizó con acciones vandálicas que dejaron heridos y daños en el centro histórico de Quito, la capital.
Todavía están recientes en latinoamérica las huellas abiertas por las dictaduras militares impuestas y sostenidas por Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX y por eso llama la atención la escasa memoria de algunos sectores que insisten en volver al pasado neoliberal y represivo.
Tampoco escapa a la mayoría de analistas la presencia detrás de todas estas acciones de la oscura mano de los sectores de poder en Estados Unidos que, en realidad, nunca se resignaron a perder lo que siempre consideraron su traspatio y sus abundantes riquezas naturales.
El petróleo venezolano, las fuentes de agua de la Amazonía, las fértiles tierras brasileñas y ecuatorianas, los millones de toneladas de litio depositadas en el Salar de Uyuni, en Bolivia, son bocados demasiado tentadores para la codicia imperial.
Por eso ninguna alerta está de más, ninguna iniciativa sobra para explicar a los pueblos el enorme peligro de volver atrás, a los años más terribles de nuestra historia y perder, quizás definitivamente, las conquistas que con tantos trabajos se han logrado.
Editado por Maria Calvo/RHC
Perucho Figueredo, quien no temió una muerte gloriosa
16 de Agosto de 2015, 20:15Cuentan que el 17 de agosto de 1870, cuando un pelotón español lo trasladaba para fusilarlo, Pedro (Perucho) Figueredo, susurró los versos del himno de combate que alguna vez, antes las aclamaciones de una multitud, apuntara sobre el lomo de su caballo, en el legendario Bayamo.
No extraña que unos minutos antes de recibir una carga de plomos, Perucho entonara la lírica que inspiró a todo un pueblo, que acompañó a los mambises en los campos de batalla y que hasta hoy, es una melodía que late en el corazón de todo cubano que entiende que morir por la Patria es vivir.
Cinco días antes había sido capturado el célebre abogado bayamés, amante de la literatura y la música, el excelente caricaturista y dibujante, cuyas obras se hicieron añicos cuando al igual que sus coterráneos, prendió fuego a su casa durante la memorable quema de Bayamo en enero de 1869.
Muy enfermo de fiebre tifoidea, convalecía en precarias condiciones en la finca Santa Rosa de Cabaniguao, en Las Tunas, auxiliado por algunos miembros de su familia y compañeros que habían estado bajo su mando.
Debido a la delación del soldado Luis Tamayo, quien fue detenido por una guerrilla al mando del coronel español Francisco Cañizal, cuando salía en busca de recursos, Perucho fue hecho prisionero junto a sus descendientes, así como también el brigadier Rodrigo Tamayo y su hijo Ignacio.
Luego de ser trasladados a Santiago de Cuba, fueron juzgados ante un tribunal presidido por el coronel Francisco Terrero, quien escuchó del acusado: “Soy abogado y como tal conozco las leyes y sé la pena que me corresponde; pero no por eso crean ustedes que triunfarán, pues la isla está perdida para España”.
No se esperaba otra contestación del hombre que en épicos versos convocó a no temer una muerte gloriosa, que por su arrojo fue catalogado “el gallito bayamés”, quien una vez fue el niño miope obligado a usar lentes, afección que no lo limitó a apreciar el dolor de la Patria con los ojos del corazón.
Fue esa virtud, acuñada por sus acusadores como delito de infidencia, lo que lo llevó a recibir la pena de muerte, consumada en horas tempranas de la mañana ante los muros de un matadero de animales, en la tierra santiaguera, donde también fueron ejecutados Rodrigo e Ignacio.
En ese momento nada tenía que ver Perucho con el acaudalado abogado que fue, pues el padecimiento lo había convertido en un esqueleto puro, con llagas en los pies, casi inválido, por lo que solicitó a sus verdugos algún medio para trasladarse hasta el sitio donde diría adiós al mundo terrenal.
A modo de burla, un jefe español le ofreció un burro que lo llevaría de la Real Cárcel de Santiago de Cuba (después conocida como VIVAC y hoy edificación sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad y del Archivo Histórico Provincial), hasta el matadero.
“No seré el primer redentor que cabalgue sobre un asno”, replicó Perucho, en alusión al Cristo al cual se encomendó en la prisión, desde donde en carta a su esposa, un día antes de morir, le dijo: “en el cielo nos veremos y mientras tanto, no olvides en tus oraciones a tu esposo que te ama”.
Ante la visita de un emisario del conde Valmaseda para que se retractara a cambio de que le perdonaran la vida, se negó, como tampoco se dispuso a arrodillarse ante el pelotón de tiradores encargados de callar su voz para siempre.
Es, sin embargo, la voz multiplicada por varias generaciones de compatriotas, que desde niños corean el himno que primero fue de Bayamo y luego de toda Cuba, cuyas notas se escuchan en cualquier parte del mundo y que como boleto de entrada a la eternidad, entonó Perucho el fatídico 17 de agosto de 1870.
Tomado de AIN
Tomado de AIN
Y ahora, a luchar contra el bloqueo
14 de Agosto de 2015, 21:25por Guillermo Alvarado
A partir de este viernes, con la apertura oficial de la embajada de Estados Unidos en Cuba, se cierra la primera fase en el largo y complejo proceso de acercamiento y normalización de los vínculos bilaterales y se abre la vía a una nueva etapa donde la prioridad será la lucha por la eliminación del bloqueo, la devolución del territorio usurpado en la oriental provincia de Guantánamo y el cese de todo tipo de agresiones contra el pueblo cubano y su Revolución.
Es verdad que con la apertura de embajadas en las respectivas capitales es posible establecer nuevas formas de diálogo y de cooperación en temas sensibles, tanto para los dos países como para nuestro continente en general.
Cuestiones como la lucha contra el tráfico de drogas y de personas, el terrorismo, la protección del medio ambiente, la colaboración en materia de salud e investigación científica y el intercambio académico, son ahora más plausibles.
Pero, como lo dijo el presidente Raúl Castro en su histórica alocución del 17 de diciembre de 2014, cuando se anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la principal contradicción entre Cuba y Estados Unidos, el bloqueo económico, comercial y financiero, aún no se ha resuelto.
Si bien el levantamiento definitivo de esta política agresiva está en manos del Congreso estadounidense, el presidente Barack Obama puede hacer uso de sus facultades ejecutivas para modificar sustancialmente muchas de las medidas.
Obama puede, por ejemplo, permitir que Cuba importe desde terceros países productos que contengan más de un 10 por ciento de componentes norteamericanos, y también que se exporte al territorio estadounidense artículos manufacturados en esos países con materias primas cubanas, como el níquel o el azúcar. Esto sería un paso importante para normalizar las reglas del comercio internacional, hoy distorsionadas por el carácter extraterritorial del bloqueo.
Hay otros aspectos, como la salud, el desarrollo farmacéutico o el intercambio financiero, que el jefe de la Casa Blanca puede modificar sin pasar por el organismo legislativo, actualmente en manos del Partido Republicano.
Otro tema vital es la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la base naval de Guantánamo, una rémora colonial con más de un siglo de duración.
Expertos militares han dictaminado que ese enclave NO tiene ya ningún valor estratégico y es muy oneroso, tanto desde el punto de vista económico como político, sobre todo tras el monumental error de erigir allí un campo de prisioneros y autorizar el uso de la tortura y otros tratos degradantes.
Resulta imperativo, asimismo, poner fin a las transmisiones de radio y televisión contra Cuba y el financiamiento a grupos de mercenarios disfrazados de opositores.
Como se ve, la tarea es larga y NO es momento de sentarse a contemplar lo logrado, sino de convocar a todas las fuerzas, internas e internacionales, y exigir una rectificación a todos los errores cometidos por Estados Unidos en sus tormentosas relaciones con esta isla que siempre quiso, y no pudo, ni podrá, apropiarse.
Editado por Maria Calvo / RHC
Estados Unidos inaugura oficialmente su embajada en Cuba (+Video)
14 de Agosto de 2015, 20:56El acto constituyó la ceremonia oficial de apertura de la sede diplomática de ese país en Cuba, en funcionamiento como tal desde el pasado 20 de julio. Centenares de personas dentro del patio de la embajada y desde las áreas exteriores, fueron testigos de lo que es calificado como un hecho histórico
Autor: Redacción Internacional | internacionales@granma.cu
14 de agosto de 2015 11:08:47
Foto: Juvenal Balán
14 de agosto de 2015 11:08:47
Foto: Juvenal Balán
La ceremonia de izado de la bandera estadounidense en la embajada de este país en La Habana, estuvo presidida por el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. El acto constituyó la ceremonia oficial de apertura de la sede diplomática, en funcionamiento como tal desde el pasado 20 de julio.
Especialmente invitados a este momento fueron James Tracy, Mike East y Larry Morris, los tres marines que arriaron la enseña de la nación norteña en 1961, y quienes entregaron la que actualmente ondea en el edificio instalado frente al malecón habanero.
Jeffrey DeLaurentis, encargado de negocios, al darle la bienvenida a la delegación estadounidense al edificio y la representación cubana —encabezada por Josefina Vidal, directora general de la Dirección general de Estados Unidos de la Cancillería cubana—,indicó que hoy representa el comienzo de un nuevo capítulo para ambos países.
Centenares de personas dentro del patio de la embajada y desde las áreas exteriores, fueron testigos de lo que es calificado como un hecho histórico. Igualmente en los alrededores de la sede reporteros, cámaras y fotógrafos de medios de todo el mundo asistieron al acontecimiento.
El poeta estadounidense de origen cubano Richard Blanco declamó el poema “Cosas del mar”, a lo que siguieron las palabras del Secretario de Estado estadounidense, quien expresó que este es el momento de acercarnos dos pueblos ya no como enemigos o rivales, sino como vecinos. Es el momento de enarbolar nuestras banderas y hacer saber al resto del mundo que nos deseamos lo mejor los unos a los otros.
La reapertura formal de la embajada y la visita de Kerry a Cuba, la primera de un secretario de Estado de Estados Unidos en 70 años a la Isla, define el fin de la primera etapa clave de la normalización de relaciones entre ambos países. Un proceso iniciado el 17 de diciembre del 2014cuando los presidentes cubano, Raúl Castro, y estadounidense, Barack Obama, anunciaron su decisión mutua de avanzar hacia la reanudación de los vínculos entre ambos países, rotos por decisión de Estados Unidos hace casi 55 años.
Ahora comienza un largo periodo hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que incluye por parte de Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba así como la devolución del territorio ocupado ilegalmente Guantánamo.
Esta actividad oficial es la contraparte del acto oficial que se efectuó el pasado 20 de julio en la misión cubana en Washington, donde ondeó en ese país por primera vez en más de medio siglo, la insignia de la estrella solitaria.
Información (+Video) Granma
Opinión: Las deudas que Estados Unidos tiene con Cuba
13 de Agosto de 2015, 21:29Levántese el bloqueo, icen la bandera en el Malecón, y arríenla en Guantánamo. Reclamen lo que tengan que reclamar, y paguen lo que tengan que pagar.
Jorge Gómez Barata
Aunque trabajaba muchas horas, ganaba muy poco, y avanzaba por la vida con retraso escolar, era niño cuando leí Las Aventuras del Soldado Desconocido Cubano, escritas por Pablo de la Torriente Brau. La recomiendo.
Casi sesenta años después recuerdo el pasaje en que Hiliodomiro del Sol, el mulato criollo que encarnó al héroe que nunca fue ni quiso ser y, desde su tumba en Arlington escuchaba divertido los discursos que exaltaban a los infelices que marchaban o regresaban de la Primera Guerra Mundial, y los exhortaban a “Pagarle la deuda a Lafayette…” un mariscal francés al cual Hiliodomiro no recordaba deber nada.
A lo largo de mi vida, sobrecargada de actividad política, he escuchado hablar de deudas. Curiosamente siempre somos nosotros, los cubanos, los deudores. Incluso hemos proclamado tener deudas con la humanidad. En cambio a nosotros nadie nos debe nada.
A propósito de deudas, quiero recordar una que Estados Unidos tiene con Cuba. No me refiero a dinero ni a reclamos materiales por los daños que ha ocasionado el bloqueo, de lo cual se encargarán los gobiernos y los bancos, sino a las deudas del afecto con la Isla, con aquellos que la habitan; más exactamente con la nación cubana.
Resulta ser que Estados Unidos, que desde hace unos trecientos años se preocupa hasta el hartazgo por Cuba, tanto que quiso comprarla, libró por ella su primera guerra europea, la ocupó, la puso bajo su protección con la Enmienda Platt, y durante treinta años lamentó la presencia soviética; nunca ha hecho nada por ella nada. Tal vez llegó la hora de reconocer que además de con Lafayette hay otras deudas.
No quiero pecar de exagerado, cosa que en Cuba no es defecto, ni de ingrato, que si lo es. Admito que Estados Unidos, su revolución, y sus ideas prístinas inspiraron a los cubanos, que su cultura los enriqueció, su tecnología los habituó a la excelencia, y su estilo de vida al confort. Todo eso existió y existe, pero no se debe a los gobiernos ni al empresariado norteamericano.
La idea es: ya que Cuba les interesa, les gusta, y está tan cerca, sean consecuentes con su afecto y leales a su aspiración de liderazgo, no de hegemonía, y sobre todo no se confundan otra vez. Relean la Resolución Conjunta del Congreso de 1898.
La verdad es que entre 1776, fecha de la independencia americana, y 1898, efemérides de la ocupación norteamericana de la Isla, si bien se pudo hacer algo más, Estados Unidos no podía desconocer que se trataba de una colonia de España. De ese período no hay mucho que demandar.
La deuda comenzó a correr con la república. A pesar de que la economía cubana estaba en ruinas, sus líderes muertos o dispersos, el Ejército Libertador en harapos, y de que ellos mismos fueron ayudados y acogidos con afecto, Estados Unidos no ideó nada parecido a un Plan Marshall para Cuba, todo lo contrario: reclamó bases militares, impuso restricciones a la soberanía, y concedió magros empréstitos con intereses altos. Los mambises fueron humillados y los inversionistas estadounidenses no vinieron a negociar, sino a disfrutar del botín.
Lo mismo que los presidentes William McKinley y Theodore Roosevelt miraron para otro lado ante las calamidades de la isla ocupada, Eisenhower agravió a Fidel Castro, y prefirió jugar golf a recibirlo, cuando en abril de 1959 fue a Washington a dialogar y tratar de cambiar la historia.
El bloqueo y bahía de Cochinos, los intentos por asesinar al líder cubano y por acorralar a Cuba hasta dejarla sin otra opción que aceptar la mano extendida de la Unión Soviética, son hitos de políticas erradas, que al pasar la página, quedan atrás.
Kerry no es Marshall ni hace falta que lo sea. Basta con que asuma el legado de Franklin D. Roosevelt y quiera ser un buen vecino, o el de Kennedy que planteó la idea de una alianza para el progreso y unos cuerpos de paz. La deuda a la que aludo no es monetaria, es política.
Levántese el bloqueo, icen la bandera en el Malecón, y arríenla en Guantánamo. Reclamen lo que tengan que reclamar, y paguen lo que tengan que pagar, sean consecuentes con las asimetrías y recuerden sus deudas, no solo con Lafayette, sino con Hiliodomiro del Sol que yace en Arlington. Démosle a Obama el tiempo y el beneficio de la duda. Allá nos vemos.
Tomado de Cubasí