Miami y el relato migratorio
29 de Setembro de 2014, 13:06 - sem comentários ainda
La icónica Torre de la Libertad o “The Ellis Island of the South”, que fue registrada en 1979 como lugar histórico de Estados Unidos, y en 2008 como monumento histórico nacional, es actualmente parte del Miami Dade College. Por el momento el primer piso está dedicado a la promoción de la cultura cubana-americana presentada con un perfil político contrario a la Revolución cubana.
“La Galería del Legado Cultural de la Diáspora Cubana”, y su exposición inaugural (Cuba Out of Cuba) es un proyecto político para dar unidad a una emigración que no es uniforme. Fotos de antiguos refugiados y de balseros del 94 son agrupadas tratando de dar continuidad a una emigración que en realidad siempre ha estado dividida en múltiples grupos con intereses contrarios. ¿Como va a ser igual el interés de un batistiano que puso una factoría al de su empleado que vino por el Mariel?
“Una Cuba fuera de Cuba” suena parecido a Hong Kong o China Taiwan. En verdad, lo de “la séptima provincia” es un intento fatal de la derecha cubano americana por detener el tiempo y usar métodos arcaicos de la guerra fría. O estás en EE.UU o en Cuba, no existe un limbo intermedio.
Los tiempos han obligado a la extrema derecha a dulcificar su desprecio rancio a los hijos del proletariado, e incorporan elementos populistas al nuevo plan de lucha. Digamos que es como tirarse un selfie con balseros sudorosos “buscando libertad”, para complacer a los de abajo.
Se ofrece una visión romántica del “éxodo” con toques de religiosidad popular, cuando la realidad es mucho más compleja, que incluso arrastra conflictos de clases anteriores a la Revolución cubana, que todavía forman parte cotidiana de las relaciones entre cubanos emigrados.
Quiero aprovechar el asunto para opinar sobre la gran ola migratoria del 94, que en parte fue el resultado del desastre económico-social que provocó el derrumbe del mundo socialista. Casi siempre se categoriza como un fenómeno político aunque la típica motivación era lo económico.
Esos mismos balseros, en caso de necesidad extrema no fueron ayudados por el “exilio histórico”, sino mas bien por el gobierno Federal. Muchos incluso al poco tiempo de estar aquí querían regresar de visita, y por lo tanto demostraron no ser refugiados políticos. A pesar de eso sus rostros aparecen en la propaganda política que se exhibe en la “Torre de la libertad”.
Durante la administración del presidente Kennedy el edificio fue alquilado por el gobierno federal para abrir el Cuban Assistant Center. Procesaban y asistían a miles de refugiados cubanos, pero todo este fenómeno terminó en en ’72, y el gobierno federal vendió el edificio a compradores privados en el ’74 para mas tarde volver a ser publica. No quiero especular sobre la transparencia del proceso entre lo privado y lo público, sino más bien concentrarme en la naturaleza política de un “Museo” que aunque pretende representar a toda la emigración solo alcanza a servir de propaganda a la extrema derecha en Miami.
Sabemos que en Cuba existe un “Museo de la Revolución”, y tiene toda la lógica del mundo que cuando una revolución produce descontentos que se exilian, esos exiliados tengan un lugar donde recoger parte de su historia. El problema surge cuando ese lugar comienza a ser usado para propósitos políticos de grupos particulares que no representan a todos los exiliados, y peor aún cuando sucede en una comunidad como la nuestra donde ya una gran parte de la misma no es exilio, sino simple emigración. Ni hablar de la increíble maniobra de usar ese edificio como plataforma de propaganda para cubanos que ni siquiera viven en la comunidad, sino que residen en la isla y solo vienen a Miami a recoger dinero o instrucciones subversivas.
Claro, entiendo que hay un gran negocio que se apoya en la subversión interna. La industria de la contrarrevolución es ante todo propaganda, que viene con un precio. Si es posible pasarle ese costo al contribuyente, los organizadores maximizan sus beneficios. ¡Que pícaros!
La nación cubana no vive exclusivamente en la isla. Somos un pueblo con un pasado, y los museos ayudan a no perder la memoria histórica, pero no es lo mismo un salón donde se exhiba una espada mambisa o cualquier otro trozo del pasado colectivo que nos une como pueblo, a una muestra politizada que fortalezca el odio y el rencor.
Nuestro sentido comunitario debe ser lo primero como nación, si es que queremos dejar atrás la guerra fría y las vergüenzas del pasado. Miami no debe quedarse anclada en el pasado, porque entonces seremos una comunidad en decadencia, encerrada y ciega a las nuevas realidades.
http://www.yadiraescobar.com/blog/?p=9352
Miami y el relato migratorio
29 de Setembro de 2014, 13:06 - sem comentários ainda
La icónica Torre de la Libertad o “The Ellis Island of the South”, que fue registrada en 1979 como lugar histórico de Estados Unidos, y en 2008 como monumento histórico nacional, es actualmente parte del Miami Dade College. Por el momento el primer piso está dedicado a la promoción de la cultura cubana-americana presentada con un perfil político contrario a la Revolución cubana.
“La Galería del Legado Cultural de la Diáspora Cubana”, y su exposición inaugural (Cuba Out of Cuba) es un proyecto político para dar unidad a una emigración que no es uniforme. Fotos de antiguos refugiados y de balseros del 94 son agrupadas tratando de dar continuidad a una emigración que en realidad siempre ha estado dividida en múltiples grupos con intereses contrarios. ¿Como va a ser igual el interés de un batistiano que puso una factoría al de su empleado que vino por el Mariel?
“Una Cuba fuera de Cuba” suena parecido a Hong Kong o China Taiwan. En verdad, lo de “la séptima provincia” es un intento fatal de la derecha cubano americana por detener el tiempo y usar métodos arcaicos de la guerra fría. O estás en EE.UU o en Cuba, no existe un limbo intermedio.
Los tiempos han obligado a la extrema derecha a dulcificar su desprecio rancio a los hijos del proletariado, e incorporan elementos populistas al nuevo plan de lucha. Digamos que es como tirarse un selfie con balseros sudorosos “buscando libertad”, para complacer a los de abajo.
Se ofrece una visión romántica del “éxodo” con toques de religiosidad popular, cuando la realidad es mucho más compleja, que incluso arrastra conflictos de clases anteriores a la Revolución cubana, que todavía forman parte cotidiana de las relaciones entre cubanos emigrados.
Quiero aprovechar el asunto para opinar sobre la gran ola migratoria del 94, que en parte fue el resultado del desastre económico-social que provocó el derrumbe del mundo socialista. Casi siempre se categoriza como un fenómeno político aunque la típica motivación era lo económico.
Esos mismos balseros, en caso de necesidad extrema no fueron ayudados por el “exilio histórico”, sino mas bien por el gobierno Federal. Muchos incluso al poco tiempo de estar aquí querían regresar de visita, y por lo tanto demostraron no ser refugiados políticos. A pesar de eso sus rostros aparecen en la propaganda política que se exhibe en la “Torre de la libertad”.
Durante la administración del presidente Kennedy el edificio fue alquilado por el gobierno federal para abrir el Cuban Assistant Center. Procesaban y asistían a miles de refugiados cubanos, pero todo este fenómeno terminó en en ’72, y el gobierno federal vendió el edificio a compradores privados en el ’74 para mas tarde volver a ser publica. No quiero especular sobre la transparencia del proceso entre lo privado y lo público, sino más bien concentrarme en la naturaleza política de un “Museo” que aunque pretende representar a toda la emigración solo alcanza a servir de propaganda a la extrema derecha en Miami.
Sabemos que en Cuba existe un “Museo de la Revolución”, y tiene toda la lógica del mundo que cuando una revolución produce descontentos que se exilian, esos exiliados tengan un lugar donde recoger parte de su historia. El problema surge cuando ese lugar comienza a ser usado para propósitos políticos de grupos particulares que no representan a todos los exiliados, y peor aún cuando sucede en una comunidad como la nuestra donde ya una gran parte de la misma no es exilio, sino simple emigración. Ni hablar de la increíble maniobra de usar ese edificio como plataforma de propaganda para cubanos que ni siquiera viven en la comunidad, sino que residen en la isla y solo vienen a Miami a recoger dinero o instrucciones subversivas.
Claro, entiendo que hay un gran negocio que se apoya en la subversión interna. La industria de la contrarrevolución es ante todo propaganda, que viene con un precio. Si es posible pasarle ese costo al contribuyente, los organizadores maximizan sus beneficios. ¡Que pícaros!
La nación cubana no vive exclusivamente en la isla. Somos un pueblo con un pasado, y los museos ayudan a no perder la memoria histórica, pero no es lo mismo un salón donde se exhiba una espada mambisa o cualquier otro trozo del pasado colectivo que nos une como pueblo, a una muestra politizada que fortalezca el odio y el rencor.
Nuestro sentido comunitario debe ser lo primero como nación, si es que queremos dejar atrás la guerra fría y las vergüenzas del pasado. Miami no debe quedarse anclada en el pasado, porque entonces seremos una comunidad en decadencia, encerrada y ciega a las nuevas realidades.
http://www.yadiraescobar.com/blog/?p=9352
Miami y el relato migratorio
29 de Setembro de 2014, 13:06 - sem comentários ainda
La icónica Torre de la Libertad o “The Ellis Island of the South”, que fue registrada en 1979 como lugar histórico de Estados Unidos, y en 2008 como monumento histórico nacional, es actualmente parte del Miami Dade College. Por el momento el primer piso está dedicado a la promoción de la cultura cubana-americana presentada con un perfil político contrario a la Revolución cubana.
“La Galería del Legado Cultural de la Diáspora Cubana”, y su exposición inaugural (Cuba Out of Cuba) es un proyecto político para dar unidad a una emigración que no es uniforme. Fotos de antiguos refugiados y de balseros del 94 son agrupadas tratando de dar continuidad a una emigración que en realidad siempre ha estado dividida en múltiples grupos con intereses contrarios. ¿Como va a ser igual el interés de un batistiano que puso una factoría al de su empleado que vino por el Mariel?
“Una Cuba fuera de Cuba” suena parecido a Hong Kong o China Taiwan. En verdad, lo de “la séptima provincia” es un intento fatal de la derecha cubano americana por detener el tiempo y usar métodos arcaicos de la guerra fría. O estás en EE.UU o en Cuba, no existe un limbo intermedio.
Los tiempos han obligado a la extrema derecha a dulcificar su desprecio rancio a los hijos del proletariado, e incorporan elementos populistas al nuevo plan de lucha. Digamos que es como tirarse un selfie con balseros sudorosos “buscando libertad”, para complacer a los de abajo.
Se ofrece una visión romántica del “éxodo” con toques de religiosidad popular, cuando la realidad es mucho más compleja, que incluso arrastra conflictos de clases anteriores a la Revolución cubana, que todavía forman parte cotidiana de las relaciones entre cubanos emigrados.
Quiero aprovechar el asunto para opinar sobre la gran ola migratoria del 94, que en parte fue el resultado del desastre económico-social que provocó el derrumbe del mundo socialista. Casi siempre se categoriza como un fenómeno político aunque la típica motivación era lo económico.
Esos mismos balseros, en caso de necesidad extrema no fueron ayudados por el “exilio histórico”, sino mas bien por el gobierno Federal. Muchos incluso al poco tiempo de estar aquí querían regresar de visita, y por lo tanto demostraron no ser refugiados políticos. A pesar de eso sus rostros aparecen en la propaganda política que se exhibe en la “Torre de la libertad”.
Durante la administración del presidente Kennedy el edificio fue alquilado por el gobierno federal para abrir el Cuban Assistant Center. Procesaban y asistían a miles de refugiados cubanos, pero todo este fenómeno terminó en en ’72, y el gobierno federal vendió el edificio a compradores privados en el ’74 para mas tarde volver a ser publica. No quiero especular sobre la transparencia del proceso entre lo privado y lo público, sino más bien concentrarme en la naturaleza política de un “Museo” que aunque pretende representar a toda la emigración solo alcanza a servir de propaganda a la extrema derecha en Miami.
Sabemos que en Cuba existe un “Museo de la Revolución”, y tiene toda la lógica del mundo que cuando una revolución produce descontentos que se exilian, esos exiliados tengan un lugar donde recoger parte de su historia. El problema surge cuando ese lugar comienza a ser usado para propósitos políticos de grupos particulares que no representan a todos los exiliados, y peor aún cuando sucede en una comunidad como la nuestra donde ya una gran parte de la misma no es exilio, sino simple emigración. Ni hablar de la increíble maniobra de usar ese edificio como plataforma de propaganda para cubanos que ni siquiera viven en la comunidad, sino que residen en la isla y solo vienen a Miami a recoger dinero o instrucciones subversivas.
Claro, entiendo que hay un gran negocio que se apoya en la subversión interna. La industria de la contrarrevolución es ante todo propaganda, que viene con un precio. Si es posible pasarle ese costo al contribuyente, los organizadores maximizan sus beneficios. ¡Que pícaros!
La nación cubana no vive exclusivamente en la isla. Somos un pueblo con un pasado, y los museos ayudan a no perder la memoria histórica, pero no es lo mismo un salón donde se exhiba una espada mambisa o cualquier otro trozo del pasado colectivo que nos une como pueblo, a una muestra politizada que fortalezca el odio y el rencor.
Nuestro sentido comunitario debe ser lo primero como nación, si es que queremos dejar atrás la guerra fría y las vergüenzas del pasado. Miami no debe quedarse anclada en el pasado, porque entonces seremos una comunidad en decadencia, encerrada y ciega a las nuevas realidades.
http://www.yadiraescobar.com/blog/?p=9352
Las batallas por el dinero
29 de Setembro de 2014, 12:48 - sem comentários ainda
El vacío moral de una disidencia asalariada y distanciada del pueblo cubano se pone de manifiesto cada vez más en la TV de Miami. Ahora fue cuando se intentó organizar un debate público entre grupos que compiten por dinero y protagonismo. Estos grupos, que no tienen otra agenda que la de imponer su voluntad por encima de los intereses nacionales, son un aviso anticipado de lo que harían en el terreno político en una Cuba que hipotéticamente adoptara el modelo democrático-burgués de tipo representativo.
He podido ver el espectáculo vergonzoso y lleno de voluntarismo donde la llamada disidencia muestra su verdadero rostro lleno de codicia y de una competitividad mas propia del mercado que de la política, por lo que me pregunto si realmente son tan demócratas como se anuncian, o si son simplemente fieras dispuestas a devorar a su prójimo si esto les deja algún lucro. Se que ellos aspiran al capitalismo, y quizás creen en el “Salvase quien pueda” como formula mágica para el triunfo, pero yo que me he criado en una sociedad de mercado y que también he estudiado a profundidad las raíces del modelo anglosajón (modelo que admiran en secreto) puedo sugerir a estos cubanos algo de la moralidad demócrata-burguesa, donde en los debates públicos no se convence a la audiencia descalificando al contrario con bajezas, sino con argumentos libres de pasión.
El representante en Miami de una organización con tendencias neo-fascistas como es UNPACU no disimula su arrogante visión de las cosas y cuando la conductora María Elvira le pregunta: ¿ Usted como lo ve Ferrer?… el contesta: Como lo veo no, como lo conozco bien, de lleno, TODO lo que ocurre en Cuba, porque vivo para eso, las 24 horas del día…mi hermano vive para eso dentro de Cuba.
No me asombra el despotismo de UNPACU, ni la fragmentación de las “Damas de Blanco”. Hace rato que la disidencia conocida a dado señales de ser algo sin dignidad ni decoro. UNPACU coquetea con las ideas xenófobas y su jefe fomenta el odio a los extranjeros (en específico contra el turismo) como truco para desviar la atención de la penosa verdad sobre el origen de sus finanzas (que vienen del exterior) . De nacionalista no tiene nada, más allá de la pura demagogia y las frases aprendidas de memoria. Sobre las “Damas de Blanco”, y su decadencia vertiginosa hay una explicación muy simple; fueron respetables cuando al surgir ponían su atención en la liberación de los presos políticos, pero traicionaron a mucha gente cuando se mercantilizaron y egoístamente apoyaron las sanciones económicas contra su propio pueblo, con tal de existir como una entidad de lucro.
José Martí dijo que el culto a la dignidad plena del hombre debería ser la primera ley de la república, y yo dudo mucho que la dignidad nacional no se dañe si estos personajes algún día tuviesen poder político en la isla. La primera razón por la que denuncio estos comportamientos, es por alertar a los cubanos de buena voluntad, sobre los peligros de que la extrema derecha imprima su huella despótica en el alma nacional. El cubano hospitalario y generoso es mayoría en nuestro pueblo, pero tiene poco espacio en los medios privados del sur de la Florida, de manera que su voz no es tan escuchada como la de los voluntariosos e intolerantes. Si por la fuerza de la costumbre, permitimos que los más ruidosos y abusadores marquen nuestra manera de ser no seremos ni prósperos ni felices en la Cuba futura.
http://www.yadiraescobar.com/blog/?p=9324
Expertos de Pentágono contratan al creador de 'Call of Duty' como asesor de futuro
29 de Setembro de 2014, 10:48 - sem comentários ainda
Una influyente agencia de análisis que trabaja para el Pentágono contrata al creador del famoso videojuego ‘Call of Duty’ para que le ayude a imaginar las guerras del futuro.
Al creador del proyecto, Steven Grundman, la idea se le ocurrió cuando vio a su hijo jugando a ‘Call of Duty’, en el que aparecía reflejada una guerra entre EE.UU. y China en el año 2025 por tierras extrañas. Grundman se quedó impresionado por el realismo con el que la guerra aparecía caracterizada, según explicó a AFP el propio Dave Anthony.
Según él, a EE.UU. no le faltan ideas sobre las guerras del futuro, ya que un sinnúmero de ellas aparecen recogidas en películas y libros, o son originadas por expertos que predicen los peligros venideros. “El problema es que nosotros no estamos preparados para ello, y el Gobierno no tiene planeado prepararse” bajo el pretexto de que o no tiene recursos o no se pueden predecir las amenazas futuras, opina Anthony, cuya misión será precisamente elaborar esas predicciones.
Según Atlantic Council, los responsables de las decisiones sobre la seguridad nacional ya no pueden seguir el ritmo de los cambios que se producen en el mundo. En este sentido, Anthony y sus colegas podrían introducir nuevas ideas, especialmente cuando se trate del entrelazamiento de amenazas existentes y posibles. “Ellos pueden hacer preguntas de tipo distinto que desafiarían las presuposiciones y las vías establecidas para tratar algunos de los problemas de seguridad nacional más fuertes”, según cita AFP a la agencia Atlantic Council.
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/141689-creador-call-of-dut...