LA CASI PERPETUA NEGACIÓN DE LO EVIDENTE…
En la obra de Arturo Jauretche “Manual de Zonceras Criollas”, y concretamente en el desarrollo de la primera de las zonceras -Civilización y Barbarie-, acude a la segunda de su Manual -El Mal que Aqueja a la Argentina es la Extensión- para rescatar esos supuestos obstáculos para el desarrollo del capital oligárquico, el espacio geográfico y el hombre que lo ocupaba, con los que se logra imponer una autodenigración que deviene en dogma de civilización.
En ese tramo de la obra de Jauretche, éste recurre a una publicación de Carlos P. Mastrorilli en la desaparecida revista Jauja de noviembre de 1967: “…En la última contextura de esa mentalidad hay un cierto mesianismo al revés y una irrefrenable vocación por la ideología. Por el mesianismo invertido, la mentalidad colonial cree que todo lo autóctono es negativo y todo lo ajeno positivo. Por el ideologismo porque prefiere manejar la abstracción conceptual y no la concreta realidad circunstanciada…” 1
Esa práctica negacionista es la que casi de manera constante practican los monopolios de desinformación en relación a cuanto hecho y suceso esté vinculado a las luchas sociales. Los monopolios ejercen ese negacionismo para lograr instalar en sus -casi- desprevenidos consumidores otra supuesta realidad; imponen “…la abstracción conceptual y no la concreta realidad circunstanciada…”
Ejemplos de lo afirmado anteriormente podemos citar varios en estos últimos tiempos, los más recientes podrían ser las manifestaciones en varias provincias argentinas, llevadas adelante por diferentes gremios, sectores representativos de los trabajadores, que vienen reclamado por mejoras salariales, reivindicaciones de derechos, etc.
En la ciudad de Córdoba el pasado 24 de agosto se desarrolló una impresionante marcha de diferentes gremios, como así de partidos políticos, una marcha que contó con cerca de veinte mil personas; bien hubo una escasa cobertura mediática por parte de sus filiales monopólicas, para lograr esa “abstracción conceptual”.
Casi de la misma manera se ha querido minimizar lo ocurrido en la jornada del jueves 25 de agosto, también en la ciudad de Córdoba: la lectura de las sentencias a cuarenta y tres genocidas, responsables del secuestro, tortura, desaparición, apropiación y muerte de militantes sociales.
Y como dato histórico en esa también histórica ocasión, se han condenado por primera vez hechos ocurridos antes de la institucionalización del genocidio, 24 de marzo de 1976, como así también la primera condena a una mujer y la apropiación de un menor. Todo ello ha pretendido ser invisibilizado por la maquinaria desinformativa, acompañado ello del volver a instalar la también nefasta teoría de los dos demonios y la provocación para que parte de la sociedad nuevamente retome el ridículo como cómplice discurso del “algo habrán hecho”.
La Marcha de la Resistencia convocada por las Madres de Plaza de Mayo, iniciada el viernes 26 de agosto y previendo su finalización el sábado 27, de la que han quedado imágenes registradas, como en los otros acontecimientos citados, por medios alternativos de comunicación y la misma gente de a pie que vienen acompañando todas y cada una de estas gestas que, a la vez de pretender lograr reafirmar “memoria, verdad y justicia”, intentan romper los cómplices silencios en relación a la destrucción de todo lo construido y logrado; también ha sido negada en el desarrollo de la información.
Hay una recurrencia en esto de negar, ese negacionismo que cita Jauretche, para desacreditar, por ejemplo, que Argentina ha sido y es pionera en la defensa de los Derechos humanos, como así en su tenacidad, por parte de los organismos de DD.HH. en perseguir y lograr imponer Memoria, Verdad y Justicia. A diferencia de otras naciones que han padecido tanto o más crueldad en sus tránsitos genocidas, pongamos por caso España, Chile, Brasil que, a pesar del tiempo transcurrido, la lucha por desenterrar ese pasado, es frenada por las oligarquías enquistadas más fuertemente en cada uno de sus gobiernos.
El negacionismo también ha hecho su tarea dentro de la formación educativa, ya que poner en discusión y debate lo que ha sido y puede ser el “terrorismo de estado”, se ha tornado en una titánica tarea por parte de quienes han podido quitarse el vendaje que han impuesto los sostenedores de la lamentable “historia oficial”. Pero, a diferencia de lo ocurrido en las naciones mencionadas en el párrafo anterior, en Argentina, de manera casi excluyente, se ha propiciado desde la formación educativa, el estudio y atención tanto de memoria como historia en relación a los hechos contemporáneos.
El terrorismo de estado ha pasado a ocupar un lugar destacado en la formación educativa. Eso es algo que la práctica negacionista intenta deslegitimar desde diversos sectores, fundamentalmente de aquellos vinculados a las responsabilidades que les han cabido en los delitos de lesa humanidad.
Durante décadas, los oficialismos fueron intentando con diversos grados de éxito, instalar la impunidad como fondo de prácticas y rótulos. Sin embargo, unos héroes colectivos como Abuelas, Madres y Familiares, lucharon y heredaron a H.I.J.O.S el denuedo único en el mundo para luchar por Memoria, Verdad y Justicia. Y en sus proximidades, muchos más anónimos que sin haber perdido familia y sin formar parte de tales Organismos, nos adherimos y militamos sus luchas, organizando y acompañando escraches, marchas y eventos visibilizadores de los años oscuros. Cuando el Estado Nacional tomó las banderas que habíamos ofrecido y reclamado a cada gobierno democrático desde 1983, los mesiánicos de siempre quisieron bajarle el precio al heroísmo colectivo de la memoria popular y asociarlo a una bandera partidaria. Ahora se profundizan las diferencias, porque sin desmerecer todo lo conseguido, aun existen responsabilidades políticas, profesionales, civiles, varios aún sin enjuiciar ni condenar y que en muchos casos aún detentan una disimulada impunidad.
Otra de las prácticas negacionistas está en la utilización o no de los términos. Cuando se hace referencia a la pasada dictadura, se la menciona como “dictadura cívico-militar”, la exclusión del término “religioso” no es un accidente, hay como una recurrencia en negar las responsabilidades de personas que respondían a diferentes manifestaciones religiosas respecto de los crímenes cometidos en aquellos años de terror.
Negacionismo también es la actitud de parte de la sociedad que pretende ignorar la realidad actual por la que atravesamos en Argentina. La administración nacional se ha transformado en una “dictocracia”, persiguiendo, estigmatizando tanto a militantes como a instituciones y organizaciones sociales que reivindican conquistas y derechos, justicia y memoria. Muestra de ello es el “secuestro” de Milagro Sala o las persecuciones a Hebe de Bonafini y Cristina Fernández. Por aquel mesianismo invertido, lo que proviene de una mujer con ascendientes aborígenes, una ama de casa devenida en militante por la memoria y una brillante estadista que tomó sus banderas y las llevó a los más altos estrados del mundo, es perseguido, secuestrado y objeto de múltiples intentos de desacreditarlo y desaparecerlo.
No solo que las prácticas tienen el mismo sustento ideológico denunciado por Jauretche, sino que se reciclan con la anuencia del voto colonizado. Pero no nos dejemos engañar: la Argentina ha señalado con su lucha un lugar en el mapa mundial en el que no se puede ejercer impunemente el abuso de poder. No nos dejemos arrebatar ni nuestros sueños de gloria ni nuestra cotidiana realidad de lucha irrenunciable.
Que así sea.
NORBERTO GANCI –DIRECTOR- GABRIELA FERNÁNDEZ -PRODUCCIÓN
El Club de la Pluma
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DOMINGOS DESDE LAS 10 HS.
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Notas y Material Consultado
1 Arturo Jauretche “Manual de Zonceras Criollas” – Obras Completas Volúmen 2 – Corregidor – 2005-