TRAIDORES, OPORTUNITAS, TREPADORES, LAMECÓDIGOS, TRANSEROS

De que estamos rodeados no caben las menores dudas. De que nuestro continente, nuestra región está en un inminente peligro, tampoco caben dudas. De que hemos sido poco atentos y precavidos, es poco para analizar nuestra responsabilidad en el nuevo escenario que se ha presentado.

Desde hace bastante tiempo advertimos sobre lo que en estos tiempos está aconteciendo. Por supuesto que nuestros canales de comunicación y difusión no cuentan con la suficiente llegada como para que, mayoritariamente, se pudiesen considerar nuestros análisis y observaciones, a fin de tomar posiciones y acciones tendientes a impedir lo que está ocurriendo.

 La maquinaria desinformativa cuenta con una amplia trayectoria que le ha permitido llegar al común de la sociedad con mensajes convincentes. Pero para ello, no sólo ha tenido a su favor el ingenio y el desarrollo de estrategias; se ha fortalecido a medida que ha logrado captar para sí, un importante número de aduladores de la mentira, traidores, oportunistas, trepadores, etc.

 Las redes sociales, creadas para ejercer una de las formas de control poblacional, no previeron que, como todas sus estrategias, pudiesen revertir sus resultados, al menos en la cuestión desinformativa.

A ellas se debe la posibilidad de conocer lo que se ha pretendido ocultar, como la existencia del “Club Bilderberg”. Recordamos cómo eran recibidos con bastante incredulidad, nuestros alertas sobre este grupo allá por los años 2005/2006.

Nos consultaban sobre qué alcances tenía ese engendro de dominación global, y expresábamos con convicción que decidían la vida y la muerte de cada ser en el planeta.

 Para abundar aún un poco más sobre este tema, recurrimos a lo manifestado por el investigador, escritor, Ricardo San Esteban quien, en relación a la reciente visita del gerente mayor del poder mundial, describe que: “…Obama es un títere, el verdadero poder mundial es el Club Bilderberg

El club, conferencia, grupo o foro Bilderberg es una organización a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación. En dicha invitación se indica claramente la indumentaria que deben de llevar, precisando la imposibilidad de utilizar calcetines blancos. Los miembros de este grupo se reúnen en complejos de lujo ubicados en Europa, Norteamérica y Asia occidental, donde la prensa no tiene ningún tipo de acceso, y sus oficinas están en Leiden (Holanda). Etiénne Davignon, es el presidente actual del Club Banqueros, políticos, miembros de la realeza, financieros internacionales o dueños de los principales medios de comunicación, son ejemplos de los miembros del club Bilderberg. Entre ellos están el español Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del grupo Prisa, el estadounidense Donald Rumsfeld, antiguo secretario de defensa de su país, el irlandés Peter Sutherland, entre otros cargos presidente de Goldman Sachs y British Petroleum, el estadounidense Paul Wolfowitz, antiguo presidente del Banco Mundial, David Rockefeller, los Ford o el belga Étienne Davignon, antiguo vicepresidente de la Comisión Europea y expresidente del grupo.

 Por primera vez, dos periódicos británicos de tirada nacional se hicieron eco en noticias escuetas de la Conferencia del Grupo Bilderberg. Uno de ellos fue The Guardian, que envió a uno de sus corresponsales y cuyas crónicas únicamente fueron publicadas en la edición digital del periódico. Durante seis días, el periodista documentó cómo fue sometido a diversos seguimientos y finalmente arrestado por la policía griega. El grupo es acusado de conspirar para imponer un gobierno mundial, un dominio capitalista y/o una economía planificada, moviendo al planeta hacia un nuevo orden mundial oligárquico. Entre los defensores de esta teoría conspirativa están la ultraderechista Sociedad John Birch, el activista político Phyllis Schlafly, el escritor Jim Tucker, el activista Lyndon LaRouche, el locutor de radio Alex Jones, el político Jesse Ventura. Fidel Castro ha dicho que Siniestras camarillas y los lobistas de Bilderberg manipulan al público para instalar un gobierno mundial que no conoce fronteras y que no rinde cuentas ante nadie, salvo a sí mismo. Su objetivo final es el control de absolutamente todo el mundo, en todos los sentidos de la palabra. Actúan como si fueran Dios en la Tierra…”

 Aquí podríamos sumar lo que alguien con las siglas MS comenta sobre que: “…Los últimos ataques suicidas en suelo europeo son el preludio de réplicas -quizá de mayor contundencia- del terror. El punto es mirar un poco más lejos del marco del cuadro, preguntarnos por qué, cuál es el fin de ataques terroristas a Europa, a quiénes beneficia y, la pregunta del millón: cuáles son las consecuencias de tales ataques?

Fronteras afuera: una fuerte respuesta de la UE presupone desplegar tropas en Irak y Siria lo cual daría como resultado la propuesta original de "Occidente" sobre éstos dos países: la balcanización y desmembramiento de los territorios nacionales y la salida de Bashar al Assad del poder.

Frontera: frenar, con la excusa del terrorismo, el flujo migratorio de los países que Occidente bombardea generando crisis humanitarias y desplazamientos humanos por millares.

Fronteras adentro: un férreo control estatal de la población a través de las distintas fuerzas de seguridad e inteligencia. Todo en un contexto de recesión económica y ajustes brutales en el "viejo" continente que ya no contiene. El control de las protestas sociales y políticas bajo el paraguas de la lucha contra el terrorismo…”

 Si algo de lo arriba descripto no les suena conocido, no lo relacionan con lo que está aconteciendo en Nuestra Región, de seguro se están perdiendo de todo el panorama que nos afecta y están “distraídos” –para no ser groseros- gracias a la maquinaria desinformativa.

 A ver si podemos dimensionar un poco más, si sólo nos dedicáramos a buscar y encontrar el detalle de los paquetes accionarios de las empresas alimenticias, de armamentos, petroleras, mineras, de comunicación, laboratorios, bancos, y hacemos un cruce entre los nombres de sus titulares, nos habremos de dar con un altísimo nivel de coincidencias. Nada accidental por supuesto.

 El enemigo es muy grande, sumamente poderoso en logística, infraestructura, en el poder que les da el control de los alimentos, de las medicinas, de los recursos naturales, el control de las armas y las finanzas; es muy grande su poder.

Pero volvamos a considerar un “detalle”, todo ello sería más complejo de lograr si no contaran con los traidores internos, con los oportunistas de siempre, con los entregadores y vendepatria que nunca han estado ausentes en nuestra historia, en la historia de la humanidad.

 Ahora bien, como siempre o casi siempre nos cuestionamos ¿qué hacemos con este saber respecto de quiénes son los reales dueños del planeta? ¿Cómo resolvemos esto de la dependencia y la entrega de nuestro presente y futuro?

Manso cuestionamiento, dirían los jóvenes. Claro que lo es, porque no solamente se trata de enfrentarnos a un enemigo sumamente poderoso, se trata también de desarmar el andamiaje de traidores que nos rodea, desenmascararlos, y exhibirlos no sólo para clarificar sino también para demostrar cómo el poder global se sirve de estos serviles que al poder le cuestan muy poco, pero a nosotros en muchos casos nos cuestan vidas.

 Hay trincheras que tenemos que volver a ocupar, a reconstruir espacios y reelaborar estrategias, fundamentalmente desde lo comunicacional, para lograr concientizar a la mayor cantidad de seres. Esa concientización no puede subestimar la capacidad de interpretación y mucho menos sobrevalorar nuestras posiciones y conocimientos. Debemos recurrir a una actitud mucho más comprometida pero sujeta, fundamentalmente, a conocer a nuestros interlocutores, con todas sus riquezas y sus miserias, como las nuestras, y desde ahí construir comunicación real sin condicionantes.

No es posible hacerlo de otra manera. Ya se viene ejerciendo equivocadamente desde hace mucho, y la soberbia se ha apoderado en varios casos, muchos muy influyentes que, tal vez sin interpretar el error estratégico a nivel comunicacional, han sumido a sus seguidores en la misma ignorancia respeto de la realidad que nos va sumiendo en estos panoramas amenazadores como los que estamos atravesando.

 Hay un desafío muy grande de ahora en más. ¿Reiteraremos los mismos errores enfrascándonos en la altanería y la soberbia sin comprender que no habremos de concientizar sin reinterpretar qué es comunicación?  

Urge una maduración colectiva, comprometida y mucho más inteligente. La nuestra no puede ser la inteligencia de la dominación, debe ser la de la participación, plural, diversa. Esperemos en un muy corto tiempo, no sólo reflexionar al respecto, sino actuar inmediatamente a fin de detener, al menos detener el avance del poder global sobre nuestro presente y asegurarnos algún futuro, por lo menos transitable, para las mayorías populares.

 Que así sea.