LOS OTROS GENOCIDIOS…

EL CLUB DE LA PLUMA

LOS OTROS GENOCIDIOS…

Desde hace bastante tiempo intentamos rescatar del olvido la larga lista de genocidios perpetrados contra nuestros pueblos. En esa práctica de la memoria buscando y rebuscando todo el posible material que grafique lo más fidedignamente posible hechos y consecuencias, al igual que sus causas, no podemos separar aquello de las atrocidades actuales, cual repetición ininterrumpida de una misma película de terror.

No vamos a extendernos demasiado, sólo pretendemos llamar la atención sobre lo que está ocurriendo en países cunas del salvaje capitalismo. Tal vez imaginaban que no les afectaría la miserabilidad ejercida contra otras regiones. Como una cuestión circular, todo vuelve y tal vez con mayor virulencia.

Pero no todo son balas, bombas o misiles a la hora de lograr disminuir la población; recordemos las veces que alertamos desde estos espacios las metas autoimpuestas por el nefasto club bilderberg: reducir la población mundial a la mitad para el año 2025 – “…el Club Bilderberg "que necesita hacerse con el control de toda la alimentación y para ello necesitan destrozar toda la economía mundial para poder reducir la población mundial (…) el objetivo final es de alguna forma reducir la población mundial a un número mucho más manejable para la élite mundial debido a la falta de comida y de agua…” (1)

Parte de la población mundial que le molesta al poder imperial, son los adultos mayores que, entre líneas, consideran descartables, tal lo ya expresado en el 2012: “…En un documento presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que forma parte de su Informe sobre la estabilidad financiera mundial, el organismo presidido por Christine Lagarde señala que a medida que las poblaciones envejezcan en las próximas décadas, consumirán un porcentaje creciente de recursos, ejerciendo presión sobre los balances públicos y privados, y afirma que ello constituye un riesgo financiero para los gobiernos y las entidades que ofrecen prestaciones jubilatorias definidas, que tendrán que pagar más de lo esperado en pensiones y prestaciones de la seguridad social. A renglón seguido, el FMI señala que, para neutralizar esos posibles efectos, los gobiernos deben aumentar la edad de la jubilación, ligar ésta a la esperanza de vida, recortar las pensiones, incrementar los montos de las cotizaciones y contratar, con aseguradoras privadas, coberturas para ese riesgo de que la gente viva más de lo esperado…” (2)

Según una publicación: “…Unas 15.000 personas murieron entre diciembre del año 2014 y marzo de 2015, en Inglaterra, por no poder pagar sus facturas de calefacción y verse obligados a vivir en casas “frías” durante el invierno, informó el diario The Independent.

El número de muertes por el frío invierno este año fue de 49.260 personas y de esa cantidad, 14.780 murieron por vivir en casas que no podían calentar en medio del clima invernal.

Se estima que en Inglaterra ha habido un incremento del 77% en el número de fallecidos por esta causa, en relación al promedio de los últimos 5 años…” (3)

En un tiempo la existencia tenía cierta cotización, el esclavismo ponía precio y las subastas se hacían valorando los rendimientos de cada “espécimen” expuesto.

En estos tiempos mucho no ha cambiado la cosa. Las personas son valoradas en relación al consumo, la dependencia, la demanda, las erogaciones que provoquen, etc.

Las castas dominantes en el planeta le asignan valores reales, por expresarlo de alguna manera, a los bienes y recursos naturales, los cuales necesitan para sostener sus imperios.

Si hacemos un recorrido por las regiones en conflicto, donde las guerras se instalan con la colaboración de estructuras criminales creadas por las mismas elites imperiales, y destacamos en cada una de las regiones sus características en cuanto al suelo, subsuelo y geografía, bien podremos comprender los reales intereses que hay detrás.

En el continente Sudamericano, en forma no muy silenciosa, se van instalando formaciones militares y para-militares intentando ganar espacios que controlar.

Desde la Patagonia hasta las selvas amazónicas, al menos, es numerosa las presencias yanquis e israelíes. Disfrazados, camuflados como turistas o voluntarios en ayudas humanitarias, son desperdigados para investigar, conocer el terreno, saber de sus potencialidades y asignarles valores estratégicos.

Todo tiene que ver con todo, una frase en estos tiempos incorporadas políticamente pero sugerida desde nuestros espacios desde hace bastante, y los aparentes fracasos del sistema capitalista en su cuna, sus consecuencias y las arremetidas contra nuestra región, dan cuenta de un panorama más que preocupante.

El imperio mundial pretende asegurarse los recursos y bienes, antes de que los pueblos recuperen el control de los mismos.

Las naciones consideradas progresistas que aún no han tocado los intereses de los mercaderes de la muerte, tales como la minería, también están en la mira, al igual que las que se enfrentaron con las agroasesinas.

Aquí vale tener en cuenta lo que Roberto Lancellotti nos alerta: “…El Estado de Washington en emergencia por una sequía nunca antes vista. California en igual situación y dicen los expertos, "condenada a ser un desierto". En la actualidad, más de un millón de californianos no tienen acceso al agua potable y el Estado impone restricciones al uso de la misma. La NASA prevé que una megasequía puede devastar a los Estados Unidos. Esta sequía afecta también su producción de alimentos agrícolas y ganaderos- Si les falta agua, tendrán que salir a buscarla. Y estemos atentos, porque Argentina tiene en estos tempos agua dulce en abundancia en sus ríos y arroyos, también subterránea y algunos de los mayores glaciares del mundo. También producción alimentaria en exceso, para 8 veces más que su propia población. Ambas virtudes, mucha agua y alimentos, pueden tener consecuencias imprevisibles…” (4)

Las muertes en Europa que el fracasado capitalismo está sembrando, no son nada más que los escollos que se esquivan para poder prevalecer en el poder y continuar acumulando más y más. Esas muertes no son diferentes y no están desvinculadas de las que se producen en Nuestra Patria Grande. Son los otros genocidios con los que van enlutando nuestra historia, y ante ello deberíamos poder responder en defensa de la existencia.

Depende de nuestras actitudes y acciones que continúen arrebatando la vida de muchos seres. Depende del rol que asumamos para lograr otra realidad muy diferente de la que nos hacen padecer los mandamases imperiales.

Asumir una posición decisiva en defensa de la vida, de nuestros derechos, anteponer el bien común a las mezquindades y personalismos, son actitudes urgentes para impedir nos sigan arrebatando el presente y el futuro.

¿Seremos capaces de asumir nuestras responsabilidades y responder acorde a las circunstancias?

Que así sea.