Desde el metro, que utilizan millones de personas para desplazarse, hasta los ómnibus, los trenes y aviones, todo quedó detenido como medida de fuerza del gremio de los transportistas, que piden al Gobierno modifique el impuesto a las ganancias.

Primero al amanecer los choferes de los llamados colectivos, como se le conocen aquí a los ómnibus, hicieron asambleas desde las 05:00 hasta las 07:00, hora local, y luego salieron a trabajar, pero el resto de los servicios estuvieron interrumpidos hasta el filo del mediodía.

En el aeroparque capitalino Jorge Newbery se registraban largas filas de personas varadas que no pudieron salir a su destino mientras medios de prensa reportaban en todo el país más de 140 vuelos cancelados. Aún hay algunos que no saldrán, al menos por las próximas horas.

El servicio de subterráneos comenzó a normalizarse a partir de las 12:00, hora local, cuando los primeros trenes partieron de las cabeceras de cada una de las seis líneas y del premetro, repleto de pasajeros que tuvieron que esperar por más de siete horas.

A la protesta organizada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte se unieron gremios como La Fraternidad, Camioneros, FeMPINRA, Aeronavegantes, Guincheros y Grúas Móviles, SUPEH Flota, Dragado y Balizamiento, entre otros, excepto los taxistas.

El secretario gremial de la Confederación General del Trabajo (CGT) y segundo de Camioneros, Pablo Moyano, dijo a la prensa que el cese de actividades fue contundente.

Los agrupados en la Unión Tranviarios Automotor reportaron que la adhesión a la huelga fue de un ciento por ciento de los colectivos en la zona metropolitana y en el interior del país, reportó el portal Minuto Uno.

El gremio reclama que el 60 por ciento de su salario lo logran en horas extra, feriados, francos y viático que se van pagando impuesto. Esto es lo que le estamos diciendo al Gobierno y lo que discutimos con muchos diputados en el Congreso, apuntan.

Según la publicación Ámbito Financiero, tras el paro, se conoció que el Ejecutivo recibió en el Ministerio de Trabajo al triunvirato de la CGT, de cara a la ronda de negociación por la reforma del Impuesto a las Ganancias, que de momento está paralizada en el Senado.

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