Documento desclasificado por EE.UU. considera al terrorista Posada Carriles como el más probable autor del crimen de Barbados
El memorando fue enviado al entonces secretario de Estado Henry Kissinger por dos altos funcionarios de esa agencia que evaluaron las acusaciones hechas por Fidel Castro sobre el supuesto involucramiento de Estados Unidos en el derribo de un avión de pasajeros de Cubana de Aviación que salía de Barbados el 6 de octubre de 1976 y en el que fallecieron 73 personas por dos artefactos explosivos colocados en él por Hernán Ricardo Lozano y Freddy Lugo, informa este jueves el diario Nuevo Herald, que se edita en Miami.
“Hemos investigado en detalle con la CIA (1) lo que sabemos sobre la responsabilidad por el sabotaje al avión de Cuba y (2) cómo se vinculan las acciones de la CIA, el FBI o el Agregado de Defensa [un brazo de la Agencia de Inteligencia para la Defensa, DIA, por sus siglas en inglés] con los individuos o grupos a los que supuestamente se les adjudica responsabilidad”, explica el reporte.
El memorando concluye que la CIA había tenido en el pasado vínculos con tres de las personas “supuestamente” implicadas en el derribo del avión de Cubana, “pero cualquier participación que esas personas pudieran haber tenido con el derribo ocurrió sin el conocimiento de la CIA”.
El texto aborda en detalle los vínculos de la CIA con “individuos supuestamente involucrados” con el sabotaje al avión—y citan directamente a Hernán Ricardo Lozano, Freddy Lugo, Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Frank Castro, Orlando García, Ricardo Morales Navarrete y Félix Martínez Suárez—aunque concluyen que la CIA solo había establecido contacto en el pasado con Posada Carriles, Bosch y Martínez Suárez, en distintas circunstancias y roles. Este último no estuvo involucrado en el hecho, según consideran los autores del reporte.
El documento está firmado por Harold H. Saunders, director del Buró de Inteligencia e Investigaciones del Departamento de Estado, INR por sus siglas en inglés, y el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Harry W. Shlaudeman, y fue desclasificado por la Oficina del Historiador del Departamento de Estado dentro de un volumen de documentos referidos a América Central y México, entre 1973 y 1976.
EL PAPEL DE POSADA CARRILES
El documento, que ya formaba parte de la colecciòn del Archivo Nacional de Seguridad, pero en una versión censurada, confirma lo que el Miami Herald reportó en el 2007: que Posada Carriles fue informante pagado de la CIA y comunicó planes de sabotaje a un avión de Cubana que volaría entre Panamá y La Habana el 21 de junio de ese año. En aquella ocasión, su abogado, Arturo Hernández, dijo que Posada alertó a la CIA para que detuviera tal complot.
En el Archivo de Seguridad Nacional consta otro documento en el que la CIA comunicó a otras agencias esta información, sin mencionar el nombre de la fuente. Estados Unidos no informó a a Cuba de esos planes, según explica Peter Kornbluh–coautor del libro Black Channel to Cuba sobre diplomacia secreta entre EEUU y Cuba–pues el intercambio de información de inteligencia no se reanudó hasta el gobierno de James Carter.
Pero la evaluación enviada a Kissinger también indica que en ese momento, el Departamento de Estado consideraba a Posada Carriles como el autor probable del plan de poner una bomba en el avión cubano:
“La relación de la CIA con Posada, quien cada vez más parece ser la persona que planeó el sabotaje, podría posiblemente llevar a alguna mala interpretación y bochorno, en cuanto él proveyó información no solicitada sobre planes extremistas significativos, más recientemente en febrero y junio de este año”, dice el documento, refiriéndose a información sobre planes para asesinar a un sobrino de Salvador Allende en Costa Rica y para sabotear un avión cubano en junio de 1976.
El reporte indica que el Buró de Inteligencia desconocía las razones por las cuales Posada Carriles habría ofrecido voluntariamente ese tipo de información, pese a que ya su contrato como informante de la CIA había concluido. “Puede haber querido mantenerse en buenas relaciones con la CIA, con la esperanza de usar la relación para pedir visas o algo similar”, indica el documento.
“Sin embargo, sería al menos una posibilidad que él podría haber estado probando la reacción de la CIA a los esfuerzos de CORU [Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas, una organización anticastrista (terrorista. NR) creada por Posada Carriles y Bosch] para acosar al gobierno cubano. En este contexto, hemos considerado la posibilidad de que Posada podría haber malinterpretado la respuesta a sus acercamientos, pero la CIA nos aseguró que éste no podría haber sido el caso”.
El documento no explica en qué se basa el Buró para emitir su juicio sobre la posible responsabilidad de Posada más allá de mencionar que él fue acusado y arrestado en Venezuela por el derribo del avión, era “vehementemente anti-Castro” y colaborador cercano de Bosch, y había sido jefe de la contrainteligencia en la DISIP, el represivo servicio de inteligencia venezolano.
El informe tampoco presenta pruebas que vinculen directamente a Posada Carriles con el caso y en general, los documentos oficiales de Estados Unidos desclasificados hasta ahora no contienen evidencias o relatos de testigos directos sobre cómo supuestamente Posada Carriles planificó o dio la orden para hacer estallar en el aire el avión de Cubana de Aviación.
Pero eso podría cambiar con la desclasificación de más documentos, sobre todo de la CIA, según afirma Kornbluh, investigador del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad de George Washington, que ha intentado por décadas probar la responsabilidad directa de Posada Carriles.
“La CIA nunca ha publicado su reporte interno sobre la reunión con Posada Carriles. La historia de este acto internacional de terrorismo está incompleta sin esos documentos”, dijo a el Nuevo Herald.
Aunque los documentos internos de la CIA no están sujetos a la desclasificación periódica, “la administración de Obama podría ordenarlo para clarificar lo que sucedió, en el espíritu de relaciones más normales con Cuba y de dejar atrás el pasado”, opina Kornbluh, quien agrega que el actual documento “de nuevo saca a relucir el tema de cómo un terrorista internacional como Luis Posada Carriles puede vivir felizmente en Miami”.
Cuba y Venezuela, por su parte, han sostenido la culpabilidad de Posada Carriles. El abogado de origen cubano José Pertierra, que representa a Venezuela en el caso sobre su extradición, dijo en el 2007 que “la combinación de documentos de la CIA, el FBI y aquellos de Trinidad y Tobago, muestran más que causa probable de que Posada Carriles fue responsable de la voladura del avión, o al menos, que era co-conspirador”.
Hernández, que sigue representando a Posada Carriles, comentó el jueves a el Nuevo Herald que su cliente “pasó el polígrafo, él no tiene nada que ver con eso”, en referencia al avión de Barbados, y reiteró que este individuo de 87 años “había informado a la CIA de planes de poner bombas en aviones”.
LOS JUICIOS
Bosch y Posada Carriles fueron detenidos en Venezuela luego del atentado y juzgados junto con Ricardo y Lugo. Los cuatro fueron absueltos en un primer juicio, en una corte militar, que luego fue anulado. Posada escapó de la cárcel en Venezuela, gracias a la complicidad de la Disip, antes de que concluyera el segundo juicio en un tribunal civil, en el que Bosch fue absuelto. Solo Ricardo y Lugo fueron encontrados culpables. Bosch falleció en Miami en el 2011.
Posada nunca ha sido acusado en Estados Unidos del ataque contra el avión en 1976 y el gobierno federal no ha respondido formalmente a la solicitud de extradición de Venezuela contra el militante, aunque sí fue procesado penalmente por presuntas violaciones de la ley de inmigración y en un caso en que fue acusado de haber planificado los atentados con bombas contra hoteles y sitios turísticos en Cuba en 1997.
En ambos casos salió libre. En el 2007, una jueza federal en Texas desechó el caso de inmigración en su contra y en el 2011, un jurado federal lo absolvió de culpabilidad en un caso relacionado con las bombas en los hoteles cubanos.
No obstante, sí encaró un proceso de deportación en El Paso, Texas, en el 2005. El Departamento de Seguridad Interna lo declaró un “riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos” y un juez de inmigración ordenó que no se le deportara a Cuba o Venezuela, pero sí a cualquier otro país dispuesto a recibirlo. Hasta ahora no ha habido ningún otro país que le dé la bienvenida.
Aunque la decisión del juez de inmigración se ha respetado, las opiniones de los jueces de inmigración—que son empleados del Departamento de Justicia y no son parte de la rama judicial—pueden ser modificadas o incluso revocadas por la Fiscalía General de la nación.
http://moncadalectores.blogspot.com/2015/06/documento-desclasificado-por-eeuu.html
EEUU considera a Posada probable autor de acto terrorista, pero hace la vista gorda
El informe, sacado a la luz pública este miércoles, muestra, además, las preocupaciones de esa instancia sobre los vínculos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con grupos extremistas de emigrados cubanos en el sur del estado de Florida.
El memorando enviado al entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, por dos altos funcionarios de esa agencia, analiza las acusaciones del líder cubano, Fidel Castro, sobre el eventual involucramiento de Washington en el derribo de la aeronave que salió de Barbados el 6 de octubre de 1976.
Según el memorando, la CIA tuvo vínculos con tres de las personas "supuestamente" implicadas en el derribo del avión de Cubana, "pero cualquier participación que esas personas pudieran haber tenido con el derribo ocurrió sin el conocimiento de la agencia".
El texto aborda en detalle los vínculos de la CIA con individuos señalados con el sabotaje, y cita directamente a Hernán Ricardo Lozano, Freddy Lugo, Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Frank Castro, Orlando García, Ricardo Morales Navarrete y Félix Martínez Suárez.
Especifica que la entidad solo había establecido contacto en el pasado con Posada Carriles, Bosch y Martínez Suárez, en distintas circunstancias y roles.
Suárez no estuvo involucrado en el hecho, según los autores del reporte.
El documento está firmado por Harold H. Saunders, director del Buró de Inteligencia e Investigaciones del Departamento de Estado y el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Harry W. Shlaudeman.
El documento, que ya formaba parte de la colección del Archivo Nacional de Seguridad, pero en una versión censurada, fue desclasificado por la Oficina del Historiador del Departamento de Estado dentro de un volumen de documentos referidos a América Central y México, entre 1973 y 1976.
Cuba ha denunciado en múltiples escenarios internacionales que la voladura del avión fue ejecutada por agentes de la CIA, los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo, quienes pusieron los explosivos dentro del avión por orden de los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch.
Informes señalan que Posada fue entrenado por el Ejército estadounidense en las instalaciones de Fort Benning, Georgia, en los años 60 para efectuar acciones militares en Cuba mediante la llamada Operación Mangosta.
Posada Carriles, que reside en Miami desde hace varios años, es autor confeso de la voladura del avión de Barbados y también es señalado organizador de una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997.
Memorando de 1976 del Departamento de Estado menciona a Posada Carriles como probable terrorista
Un artículo publicado el 4 de junio de 2015 por El Nuevo Herald, bajo el título “Departamento de Estado Consideró a Posada Carriles como Autor Probable de Atentado a Avión de Cubana”, confirma lo que muchos siempre han sospechado: que agencias de Estados Unidos no eran totalmente ajenas –al menos por omisión– al llamado “crimen de Barbados”, en alusión al lugar donde se colocó la bomba que mató a las 73 personas que viajaban en el vuelo 455 de Caracas a La Habana el 6 de octubre de 1976. La mayoría de las víctimas eran miembros del equipo juvenil cubano de esgrima.
Según el Herald, “un documento desclasificado el miércoles [3 de junio] por el Departamento de Estado y que se remonta a 1976, muestra las preocupaciones sobre los vínculos de la CIA con grupos extremistas de exiliados cubanos y considera a Luis Posada Carriles como el autor más probable del atentado contra un avión de Cubana de Aviación ese año”.
El documento, firmado por Harold H. Saunders, director del Buró de Inteligencia e Investigaciones del Departamento de Estado, y por el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Harry W. Shlaudeman, fue enviado al entonces secretario de Estado Henry Kissinger, pero el artículo del Herald no menciona si el secretario Kissinger ordenó proseguir la investigación, a pesar de los argumentos citados por los dos altos funcionarios autores del memorando.
No obstante las reiteradas acusaciones y pruebas demostradas por Cuba, Venezuela y la investigación del atentado por parte de la policía de Trinidad Tobago, Washington nunca ha respondido oficialmente a la petición de extradición de Posada Carriles por parte de Venezuela, de donde Posada se encuentra prófugo por el crimen. Estados Unidos también ha ignorado su obligación de cumplir con el Convenio para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Aviación Civil (1971), y con el Convenio Internacional para la Represión de los Atentados Terroristas Cometidos con Bombas (1997) de los cuales es firmante, de extraditar al acusado o de juzgarlo por ese crimen como si se hubiera cometido en territorio de Estados Unidos.
Luis Posada Carriles.La única acción judicial del Departamento de Justicia de EE.UU. contra Posada Carriles fue juzgarlo por haber entrado ilegalmente al país, y por mentir a autoridades federales que lo interrogaron en relación con este caso, al negar su participación en una campaña de bombas en instalaciones turísticas de La Habana. En una de esas explosiones, murió un turista italiano.
En una entrevista realizada por dos periodistas de The New York Times,Posada admitió ser el autor intelectual de los atentados, aunque luego se retractó. Pero los ciudadanos salvadoreños Ernesto Raúl Cruz León y Otto René Rodríguez Llere detenidos y enjuiciados como autores materiales de varios de esos hechos, identificaron a Posada como quien los contrató como mercenarios para las bombas en La Habana.
Según dijo a El Nuevo Herald Peter Kornbluh, investigador del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, y que durante años ha tratado de probar la autoría intelectual de Posada Carriles en el acto de terrorismo de Barbados, la CIA nunca ha publicado un reporte interno sobre una reunión con Posada Carriles en la que se habló de que existían planes de un atentado contra un avión cubano.
El nuevo documento, según Kornbluh, una vez más “saca a relucir el tema de cómo un terrorista internacional como Luis Posada Carriles puede vivir felizmente en Miami”.
Foto de portada: Vigilia en reclamo por las victimas del terrorismo de estado, en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antimperialista, en La Habana, Cuba, el 5 de octubre de 2011. AIN FOTO/Abel Ernesto/Thm