El pasado 04 de noviembre de 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró la urgencia de personal médico internacional en el terreno para brindar tratamiento a los enfermos de ébola y contener el avance de la enfermedad en los países más afectados del África occidental donde también faltan camas y laboratorios.
Para los emporios mediaticos internacionales había sido algo anecdótico y casi extravagante que el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, el martes 9 de septiembre de 2014, realizara una solicitud expresa de ayuda al presidente cubano Raúl Castro entre los estadistas de grandes potencias como el primer ministro británico, David Cameron, el jefe de Estado francés, Francois Hollande y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. [1]
Cuba respondió con eficacia y prontitud. Ya, el 3 octubre partió a Sierra Leona el primer grupo de 165 sanitarios cubanos. Una segunda brigada de 51 trabajadores lo hacía a Liberia y Guinea Conakry el 23 de octubre, en total 216 y continúan preparándose otros en la Isla, de los varios cientos que se han ofrecido voluntarios.
Ah, pero resulta, que de no presentarse la tragedia africana y la amenaza mundial que representa el flagelo en países con sistemas de salubridad precarios y aguda pobreza, los grandes informativos continuarían silenciando que Cuba durante décadas ha destacado en el continente a sus profesionales de la salud, en número superior a Médicos Sin Frontera, la OMS o cualquier otro país, todos juntos.
Con asombro o porque no se puede tapar el sol con un dedo, el The New York Times se decidió a editorializar la “impresionante contribución de Cuba contra el ébola" [2]. También lo han hecho otros importantes medios y la prestigiosa revista científica Science [3]
Y, ante la abrumadora evidencia, reconocida por los países afectados y la OMS, hasta el mismísimo secretario de Estado norteamericano Jonh Kerry y la prepotente embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Samantha Power, han dado opiniones justas, de conformidad con el planteamiento cubano de no politizar el asunto y colaborar profesionalmente en algo que atañe a todos los países y regiones.
Pero, la revista The New Yorker [4] que tiene una amplia audiencia fuera de Nueva York, aunque vuelve con la matraca de la “diplomacia médica” cubana, publicó atinadamente este 5 de noviembre que:
“Cuba siempre ha sido reconocida por sus equipos itinerantes de médicos y enfermeras. De hecho, Cuba, una nación insular de once millones de personas, con ochenta y tres mil médicos -una de las mayores proporciones de médicos por habitantes- se ha convertido en la nación del mundo con el primer nivel de respuesta ante las crisis internacionales en los últimos años” y recordó la presencia de cientos de médicos cubanos en Pakistán después de un terremoto en el año 2005, y en Haití, tras el catastrófico terremoto de 2010.
“Este es el resultado de una estrategia a largo plazo que el gobierno cubano ha mantenido desde que tomó el poder en 1959”, añadió.
Asimismo mencionó que cientos de miles de estudiantes de África, Asia, América Latina y hasta de Estados Unidos, se han preparado en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que tiene su campus principal en el Oeste de La Habana. En 2013, unos 19.500 estudiantes de más de un centenar de países se habían matriculado allí. La Salud es una fuente de ingresos para el país, y también de orgullo, admite la revista.
Faltaría señalar lo que se está haciendo de conjunto con los países del ALBA y la capacitación a expertos de la región en estos momentos.
Es adecuado que visibilicen los hechos, pero lamentable que el drama africano tan olvidado y silenciado sea lo que haga saltar a primeros planos informativos estas realidades.
Aunque, más repugnante que lamentable, resulta la furia de la ultraderecha en Estados Unidos con la actuación del gobierno revolucionario de la Isla y sus admirables trabajadores de la salud, reflejada por los medios dedicados a las campañas contra Cuba, y las declaraciones despreciables de los vividores de la disidencia cubana a quienes les importa un pito el bienestar de sus coterráneos y menos aún el de los sufridos africanos pobres.
Notas
[1] http://islamiacu.blogspot.com/2014/09/raul-castro-entre-los-preside...
[2] http://www.nytimes.com/2014/10/20/opinion/la-impresionante-contribu...
[3] http://islamiacu.blogspot.com/2014/09/revista-cientifica-science-de...
[4] http://www.newyorker.com/news/daily-comment/cubas-ebola-diplomacy
http://islamiacu.blogspot.com/2014/11/ebola-los-medios-han-descubie...
http://micubaporsiempre.wordpress.com/2014/11/06/ebola-los-medios-h...
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