- Bloqueo Económico contra Cuba:
Cerco comercial, económico y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba desde el 7 de febrero de 1962. Fue convertido en ley en 1992 y 1995. Es uno de los más duraderos de la historia, condenado quince veces por las Naciones Unidas.
- Más de siete millones, de los 11 millones 200 mil cubanos, han nacido bajo el bloqueo y once administraciones estadounidenses lo han utilizado como principal instrumento de su política de agresión contra Cuba.
- Las pérdidas materiales en sectores como la salud, la educación, la cultura, la inversión extranjera, se estiman en 1 112 534 000 000 de dólares.
Estremecen las historias: en los laboratorios de genética médica, por ejemplo, faltan reactivos y se dejan de estudiar más de 17 afectaciones genéticas en niños. El Hospital Pediátrico William Soler presenta escasez de óxido nítrico, pues el importante material químico no se puede trasladar desde Estados Unidos en avión. En Estados Unidos se prohíbe vender nuestro Havana Club, nada de intercambios académicos, de viajes de estudiantes y profesores, de flujo de información científica…
Son imposibles de resumir las anécdotas escuchadas este jueves en el capitalino Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE). La audiencia "Cuba contra el Bloqueo", convocada por la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, no pudo ceñir la voz de un pueblo. Y fueron diputados, funcionarios de diferentes ministerios, investigadores y ciudadanos, quienes denunciaron esa política impuesta por el gobierno norteamericano a Cuba hace más de 50 años.
Vale recordar que, desde 1959, Estados Unidos siempre ha buscado debilitar la vida económica de Cuba. Pero fue el 6 febrero de 1962 cuando el presidente Kennedy impuso el bloqueo total al país. Por ello esta es una de las páginas más siniestras contra una nación, que se impone además violando las normas elementales del derecho internacional, como evidencian los testimonios escuchados este jueves.
Se trata de un criminal cerco centrado en provocar privaciones de todo tipo: hambre, enfermedades, sufrimientos, muertes; cerrar toda entrada de recursos, obstaculizar las vías de desarrollo, provocar desaliento, desconfianza, desesperación… Una política cuyo daño económico ocasionado a Cuba asciende a más de un billón de dólares y ha provocado perjuicios por más de 116 880 millones de dólares norteamericanos.
La destrucción de la Revolución cubana ha sido la obsesión de las administraciones norteamericanas, y para lograrlo no han escatimado formas, como destacó José Luis Toledo, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento, quien afirmó que la densa madeja legislativa que pretende dar un matiz legal a esta injusta política no tiene lógica, entre las que se encuentran la Ley Helms-Burton y la Torricelli.
“La piedra angular del derecho internacional es la soberanía, pero el gobierno de Estados Unidos somete sus propias leyes a sus ansias intervencionistas”. Y recordó que el bloqueo inflige importantes afectaciones al bienestar material, psíquico y espiritual del pueblo cubano e impone graves obstáculos a su desarrollo económico, cultural y social como los ya mencionados.
Si el bloqueo no existiera
“Ya soy abuelo y nací bajo el Bloqueo”, afirmó el diputado Rolando González Patricio, quien sin titubear destacó las afectaciones ocasionadas por el bloqueo al sector de la cultura, que ascienden actualmente a más de 22 millones de dólares e incluye los obstáculos a la divulgación del acervo cultural del país y el control de los mercados que ejerce el gobierno norteamericano.
Y es que esa política imposibilita que todos los artistas cubanos puedan presentarse en Estados Unidos o intercambien experiencias allí, por lo que se ven obligados a realizar estos intercambios bajo la lógica de un “intercambio cultural”, lo que trae como consecuencia que no puedan tener un contrato, así como ingresar al país los recursos del valor que tiene su actuación.
¿Qué pasaría si el Bloqueo no existiera?, preguntó González Patricio. “Si esta realidad cambiara se beneficiarían los norteamericanos, los ciudadanos de otros países y los cubanos seguiríamos acompañando el consumo cultural de nuestros ciudadanos, el enriquecimiento de nuestra cultura, para que esta siga siendo el escudo y la espada de la nación; por tanto, es nuestra mayor esperanza.”
Pero no solo a la cultura ha llegado el cerco norteamericano, sus afectaciones también están en el comercio exterior y la inversión extranjera. Así lo expuso la viceministra de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ileana Núñez Mordoche, quien expresó que los daños ascienden a 3,9 miles de millones de dólares, en bienes que están vedados para el país por el mercado estadounidense, como por ejemplo el ron y el tabaco.
Manifestó que se incrementan los costos cuando Cuba tiene que hacer las operaciones normales de importación y exportación, por lo que hay muchos productos que se deben adquirir en mercados lejanos, así como se llevan a cabo las llamadas “operaciones trasbordos”, es decir, pasar por operaciones con terceros países a causa de la condición de que los barcos que arriben a Cuba no pueden tocar luego suelo norteamericano.
Marcas cubanas que no puedan ser registradas, tecnologías de puntas sin acceso, robo de marcas y patentes, un archipiélago que continúa sin exportar e importar libremente productos y servicios hacia o desde Estados Unidos, ni puede utilizar el dólar en sus transacciones comerciales, ni tener cuentas en esa moneda en bancos de terceros países… miles las trabas de la genocida política.
También, el vicecanciller Abelardo Moreno denunció la implacable persecución de las transacciones financieras cubanas como una de las características más visibles del intento norteamericano de asfixiar la economía nacional, y resaltó que muestra de ello es que desde 2010 se han registrado 130 acciones de carácter extraterritorial en virtud del bloqueo y 81 de ellas han sido financieras.
No solo los más viejos
Son varias las generaciones afectadas multilateralmente por la inhumana política, el complejo y ramificado conjunto de leyes y normas políticas y administrativas que lo integran no se deroga, sino que se refuerza y reafirma su vigencia. Así lo dejó saber la joven Jennifer Bello Martínez, diputada de la Comisión de atención a la niñez, la juventud y la igualdad de derechos de la mujer del Parlamento.
La estudiante de la carrera de Pedagogía-Psicología señaló el compromiso de su generación de estar cada día más firmes ante el recrudecimiento del Bloqueo, el cual ha vivido en carne propia sobre todo durante su formación académica. De entre muchos ejemplos, citó la imposibilidad del acceso pleno a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
“Solo podemos contar con pocos megas para la búsqueda de bibliografía y para la actividad científica. Por ejemplo, desde el 2007, más de 80 sitios web dejaron de funcionar para nuestro país de manera sorpresiva”, señaló Bello Martínez, quien añadió que también en las Secundarias Básicas faltan 420 laboratorios de física y química, en la enseñanza preuniversitaria hay escasez de literatura de autores de habla inglesa y de diccionarios especializados en el idioma, y existen más de 22 mil estudiantes con necesidades educativas especiales que carecen de medios para fortalecer su educación.
Y fue otro joven recién graduado, Manuel Vásquez Villega, profesor de la Cujae, quien se refirió a algunas de las afectaciones que ocasionan el Bloqueo norteamericano específicamente en la tecnología y el acceso a Internet. “El nivel de conectividad constituye hoy una burla a nivel mundial en correspondencia con la capacidad que poseen otros países.”
“En el caso de las universidades cubanas, al tener esta limitada la conectividad, se ven restringidas en cuanto al tema de la visibilidad en la web, y el acceso a los sitios de búsquedas más importantes del mundo, a lo que se le suma el cierre de la página de Ranking internacional más importante del mundo “Alexa”, pues borraron al país de la lista, por lo que la información que recoge datos sobre las universidades no está disponible.”
El Bloqueo, por su esencia, propósitos, impacto y el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta, califica como un acto de genocidio, en virtud de la Convención para la Prevención y la Sanción de ese delito aprobada en Ginebra en 1948. Quizás por eso, Manuel es uno de los miles de cubanos convencidos de que “estos daños no nos van a hacer claudicar, sino que debemos patentizar las conquistas que tenemos, y seguir formando profesionales, porque aunque intenten apretarnos no nos podrán ahogar.”
Tomado deCubAhora
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