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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Razones para habitar Internet

25 de Fevereiro de 2015, 22:14, por Rosa C. Báez Valdés

Sursiendo hilos sueltos, @Sursiendo


cool-nest-stairs-bed-insidePodríamos plantear toda una variedad de temáticas para pensar el ejercicio de nuestra autonomía. De repente esta sociedad (crecientemente) interconectada en la que vivimos nos pone en la primera linea a las comunicaciones. Y en nuestras cotidianeidades muchos de esos intercambios se producen en linea, online.

Entonces nos preguntamos ¿qué es Internet? ¿Y qué no es? El debate en torno a los múltiples espacios que atraviesa, su arquitectura, contenidos y huellas está siendo nuevamente, muy interesante. Por lo pronto, creemos que es parte del mundo real y por eso también nos interesa habitar Internet.

Hay un sinfín de acciones que pasan todos los días a través de la Red ¿es eso suficiente para habitarla? Para la Real Academia Española quizás sí, porque habitar se limita a morar. En la Wikipedia lo llenan más de contenido al explicar que “en la actualidad, el concepto de habitar se ha tornado amplio, no tiene límites, es per se mutable y creativo (…) La apropiación del lugar significa construirlo: habitarlo, en conformidad a la dignidad de las personas”.

Es poético y no menos bello que la definición involucre la dignidad. Esa es la forma en que queremos (re)habitar Internet.

Históricamente la Red nació como una red de ordenadores diseñada para permitir la comunicación entre usuarios. Era horizontal. Pero su desarrollo fue tomando otros caminos y hoy vivimos un proceso de gran centralización. Pocos son los proveedores que brindan el servicio y como en otros ámbitos del sistema, esto hace que la asimetría de poder sea muy grande. Para la Internet Society “la clave de Internet es que su arquitectura descentralizada maximiza el poder de los usuarios individuales a la hora de elegir (o crear) y utilizar el hardware, el software y los servicios que mejor satisfacen sus necesidades. Si deseamos que Internet continúe siendo una plataforma para la innovación y la creatividad, es necesario preservar su naturaleza abierta y descentralizada”. Sin embargo “las compañías han tenido éxito en hacernos creer que Internet es un ‘espacio público’ cuando, en realidad, es una representación algebraica de servicios privados” dicen Julia Powles y Enrique Chaparro y agregan que la noción de espacio público es fundamental para un régimen democrático orientado a la comunidad.

cool-nest-stairs-bed-inside-otroHace ya tiempo que llegamos al momento en que el desarrollo predominante de la tecnología de las comunicaciones la realizan las grandes corporaciones y a su vez, otros proyectos que aportan valor y conocimiento en estos campos son criminalizados por estos mismos poderes. Desarrollar tecnologías libres y abiertas, que respeten la privacidad y los derechos de las y los usuarios puede llegar a considerarse (más frecuentemente de lo deseado) un delito.

Necesitamos reconquistarla, reapropiarnos de ella. Cada quien desde sus saberes pero con la zanahoria de lo libre, lo abierto y lo colaborativo en frente. Este es un espacio físico y social como tantos otros que nos atraviesan. Si nosotros y nosotras no decidimos cómo queremos que sean, otros y otras decidirán.

Habitar Internet implica pensarla, hacerla, construirla y defender iguales posibilidades de acceso y desarrollo. La Red la hacemos entre todos y todas. Hay capas y hay intermediarios sí, pero también estamos quienes (incluso como usuarios y usuarias) le aportamos valor. Queremos mantener la capacidad de hablar y conectarnos con muchos y muchas sin que nadie decida por nosotras cuándo y cómo hacerlo. De la misma manera queremos compartir e interconectar nuestros sabes y pensamientos. O al menos tener la posibilidad de hacerlo.

Las temáticas y problematizaciones alrededor de Internet son muchas y muy variadas. En estos días, la neutralidad de la red ha ocupado más de un comentario, entrada, artículo. Y es que el próximo 26 de febrero, en Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) decidirá nuevas reglas aplicables a Internet y desde diferentes organizaciones de base están convocando al #DontBlockMyInternet. Una acción presencial y virtual que pretende reforzar la defensa por la neutralidad de la red.

submarine_cable_map_2014Pero finalmente, esta decisión, ¿podría afectarnos? Directa o indirectamente sí. En primera porque gran parte de las redes físicas de Internet pasan por el vecino país del norte, en segunda porque el “efecto contagio” de las legislaciones de este tipo es casi casi viral. De todos modos habrá que dar la batalla también en estos territorios. De las muchas voces que han discutido el tema nos resuena la manera en que Alejandro Pisanty se refirió a ella en los Diálogos sobre Gobernanza de Internet en Mexico, tratándola como una ficción irrenunciable, pues, como se ha dicho más de una vez la neutralidad es lo que permite, entre otras cosas, la verdadera innovación.

La otra arista nos la da, una vez más, Edward Snowden. Y es que ahora que el documental que sigue el camino de las filtraciones de la NSA ganó un Oscar quizás y solo quizás, podamos volver a hablar seriamente del tema de la privacidad en la Red sin que alguien salte a la primera diciendo “no importa, si total, yo no tengo nada que ocultar”.

Por empezar, la privacidad es un derecho. Es más, es un derecho que habilita el ejercicio de otros derechos. ¿O cómo es posible la libertad de expresión bajo un régimen de vigilancia latente y constante? Como dice Jacob Appelbaum “cuando perdemos privacidad perdemos acción, perdemos libertad en sí misma porque ya no nos sentimos libres para expresar lo que pensamos”. Nos hace menos libres como sociedades. Nos pone en un lugar de sumisión y manipulación.

Vivimos momentos tan incongruentes que los discursos que defienden la vigilancia masiva exigen que hasta nuestras espacios más íntimos sean públicos, mientras ellos realizan sus actividades públicas en privado. Hasta donde recordábamos, una de las bases de la democracia es la publicidad de los actos públicos y no a la inversa.

La privacidad es un derecho individual sí, pero que puede afectar a otros y otras. Debemos ser cada una y uno de nosotros quienes tengamos el control de nuestra información privada que circula por ahí. Como ya se ha dicho muchas otras veces, la información es poder y ahora que tenemos pruebas más que abundantes de que esa información es recolectada por intermediarios y agencias de seguridad podemos ver, claramente, el poder que eso puede tener sobre nuestras vidas cotidianas. Las actuales o las futuras. Porque cualquier dato almacenado, puede ser utilizado en cualquier momento.

¿Por qué queremos habitar Internet? Porque en Internet pasamos gran parte de nuestras horas. Porque queremos un espacio de libertad e igualdad para aprender y relacionarnos. Porque queremos seguir construyéndola y haciéndola nuestra. Claro que no es un espacio ideal pero también queremos habitarla para cuidarla. Queremos hacerlo desde la lógica de como fue pensada: libre, abierta y compartida para que ayude en la construcción de muchas otras…

 Tomado del Blog Sursiendo



Pronunciamiento sobre la detención arbitraria del compañero Guillermo Bermejo Rojas

24 de Fevereiro de 2015, 23:33, por Rosa C. Báez Valdés

Al termino de la jornada solidaria en apoyo a la Revolución Bolivariana de Venezuela; fue detenido el c. Guillermo Bermejo, por agentes de la Dircote. Hasta ahora no se confirma el estado de Guillermo Bermejo Rojas ni cuáles son los cargos que se le imputan. El dirigente del Movimiento de izquierda "TODAS LAS VOCES", habría sido llevado a la fuerza por cerca de 10 agentes de la Dirección contra el terrorismo y conducido en una camioneta Nissan Blanca 4x4 con lunas polarizadas y con la placa del vehículo tapada.

PRONUNCIAMIENTO SOBRE LA DETENCIÓN ARBITRARIA DEL COMPAÑERO GUILLERMO BERMEJO ROJAS

Es de conocimiento de todos nuestros compañeros, amigos y familiares sobre la arbitraria detención de nuestro compañero dirigente Guillermo Bermejo Rojas, militante del Movimiento Todas Las Voces, hechos ocurridos la noche de ayer a las 21:30 aprox., en el distrito de Lince, donde 10 efectivos de la PNP vestidos de civil en una camioneta con lunas polarizadas sin placa de rodaje redujeron al compañero y lo obligaron a ingresar a la fuerza a dicho vehículo; es allí en donde nos dirigimos a la Gobernación de Lima a realizar las averiguaciones del caso dándonos con la desagradable sorpresa que se encontraba detenido en la sede de la DIRCOTE.

Hoy desde tempranas horas el equipo legal de nuestra organización realizó las diligencias que el caso amerita, se presentó la Acción de Hábeas Corpus ante el 38° Juzgado Penal de Lima (Exp. N° 2245-2015) solicitando la liberación inmediata ya que no existe prueba alguna fehaciente ni fidedigna que incrimine al compañero Bermejo.

El Estado peruano representado por el Primer Juzgado Penal Nacional ordenó el Auto de Detención Preliminar contra el compañero Bermejo Rojas por el término de 15 días, quien es investigado por el presunto delito contra la tranquilidad pública en la modalidad de Terrorismo, puesto que se lo intenta vincular una vez más con el grupo terrorista Sendero Luminoso, a pesar que se ha demostrado más de las veces que no existe ningún tipo de vínculo con este grupo subversivo y nuestra organización ha rechazado al extremo estos actos y arengas que se circunscriben al margen de la legalidad y de la democracia.

Estos delitos que se le intentan imputar ha ocurrido años atrás, puesto que en el año 2006 fue derivado a las instalaciones de la DIRCOTE acusado de querer atentar contra la residencia del Embajador de los EEUU, denuncia que fue archivada por carecer de elementos probatorios, como ocurre en el presente caso, ya que no existe prueba alguna que incrimine al compañero Bermejo de estas graves acusaciones que el Estado le atribuye.

Nosotros, militantes del Movimiento Todas Las Voces rechazamos tajantemente estos delitos que se le pretende imputar a nuestro compañero dirigente y tenemos la total seguridad que saldrá airoso de esta persecución política y manifestamos a toda la comunidad peruana e internacional que felizmente se encuentra bien de salud y de espíritu, con la esperanza que esta Sala archivará la denuncia por no haber probanza alguna que demuestre los delitos que se le acusa.

Hacemos un llamado de solidaridad a favor de nuestro compañero anunciando que el jueves 26 de febrero a las 11:00 am., se realizará la Conferencia de Prensa sobre su detención arbitraria y los delitos que se le pretende imputar, donde diversos dirigentes de organizaciones sociales hermanas tomarán la palabra rechazando estos actos propios de una persecución política; el lugar de la Conferencia será en el local del Sindicato de Trabajadores del Banco de La Nación – SINATBAN, ubicado en el Jr. Madre de Dios 281, Urb. Santa Beatriz, Lince (Altura de la cdra. 4 de la Av. Petit Thouars / Frente al parque de las aguas); quedan todos convocados para no permitir que intenten criminalizar a nuestros luchadores sociales.

¡EXIGIMOS LIBERTAD INMEDIATA!

Atentamente,
Comisión Política Movimiento Todas Las Voces.

24 de febrero del 2015.



La espada que levantó la previsión martiana

24 de Fevereiro de 2015, 1:00, por Rosa C. Báez Valdés
Por Armando Hart Dávalos
En los próximos años, la perdurabilidad y fortaleza de la nación tendrá que tener, como garantía decisiva, la unidad alcanzada hasta aquí, la cual se ha nutrido de las ideas y los sentimientos que sucesivas generaciones de cubanos fueron tejiendo.
 

El 24 de febrero es una fecha de gran significación martiana, ya que marca el comienzo en 1895, de la «guerra necesaria, humanitaria y breve» que organizó y convocó el Apóstol para alcanzar la ansiada independencia de España. Refiriéndose a lo sucedido en la guerra del 68, Martí afirmó: «Nuestra espada no nos la quitó nadie de la mano, sino que la dejamos caer nosotros mismos». Aludía así a las divisiones y pugnas entre los patriotas que condujeron al fracaso de aquel esfuerzo heroico mantenido durante diez años.

Enfrentado a las frustraciones y el desánimo que dejó aquella primera contienda, Martí extrajo como conclusión esencial que la nueva guerra había que dirigirla de otro modo. Y para ello concibió y organizó el Partido Revolucionario Cubano, eficaz instrumento para forjar la necesaria e imprescindible unidad y para dirigir la guerra con criterio político. Ese partido, constituido en las filas de la emigración en los Estados Unidos primero, y con representación, más tarde, en suelo cubano, se propuso alcanzar no solo la independencia de Cuba, sino también la de Puerto Rico. La primera conclusión, por tanto, que puede extraerse es que, desde sus inicios, el objetivo esencial de la Revolución Cubana no obedece, exclusivamente, a intereses locales ni se reduce a objetivos nacionales; la Revolución Cubana, especialmente después que aparece la figura de Martí, es un suceso de interés y connotación universales.

Consagrado por entero a la causa de la independencia, en el seno del imperialismo naciente, vislumbró antes que nadie, los peligros que se avecinaban para alcanzarla y venciendo incomprensiones y reveses, firmó junto a Mayía Rodríguez, como representante personal del mayor general Máximo Gómez, nombrado por Martí jefe del nuevo Ejército Libertador, y a Enrique Collazo, representando a la Junta Revolucionaria de La Habana, la orden del alzamiento para Cuba, el 29 de enero de 1985, en Nueva York. Esa orden especificaba que el alzamiento se haría con la mayor simultaneidad posible en la segunda mitad del mes de febrero y no antes, y fue dirigida a Juan Gualberto Gómez como representante de Martí en Cuba. Fue precisamente en la reunión de los jefes que habrían de encabezar el alzamiento en el Occidente que acordaron la fecha del 24 de febrero, aceptada también por los jefes de la región oriental y de Las Villas. El Camagüey se comprometió a secundarlo poco después de iniciado.

El cable de Juan Gualberto a Martí, confirmándole la conclusión del período preparatorio con el texto «Giros aceptados» recuerda mucho al enviado por Fidel a Duque de Estrada en Santiago de Cuba, con «Obra agotada», para el alzamiento del 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma.

Poco después de iniciada la contienda, el 25 de marzo de 1895, desde Montecristi, pueblo de Santo Domingo donde residía Máximo Gómez, se daba a conocer el Manifiesto: El Partido Revolucionario Cubano a Cuba, firmado por Martí y Gómez, exponiendo los fundamentos de la revolución que se iniciaba.

Desde las primeras líneas del Manifiesto de Montecristi se destaca que el propósito inmediato de la revolución, iniciada casi 30 años antes en Yara, era el «saneamiento y emancipación del país para el bien de América y del mundo». Este objetivo, de interés universal, aparece como lo más sustantivo del ideario martiano y está presente a lo largo del texto que suscribió con Gómez; en dicho texto se plantea asimismo que:

La guerra de independencia de Cuba, nudo de haz de islas donde se han de cruzar, en plazo de pocos años el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno el heroísmo juicioso que las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y el  equilibrio aún vacilante del mundo.

Más adelante se subraya:

La revolución cumplirá mañana el deber de explicar de nuevo al país y a las naciones las causas locales, y de ideas de interés universal, con que para el adelanto y servicio de la humanidad reanuda el pueblo emancipador de Yara y Guáimaro una guerra digna del respeto de sus enemigos y el apoyo de los pueblos por su rígido concepto del derecho del hombre, y su aborrecimiento de la venganza estéril y la devastación inútil.

Tal interés se fundamenta y enlaza con los propósitos que se exponen en los Estatutos de Partido Revolucionario Cubano de Martí, de «Auxiliar y apoyar la independencia de Puerto Rico» y, además, como se recoge en el propio Manifiesto, alcanzar y asegurar unas Antillas libres, que a su vez, garanticen y protejan a una América libre.

La pregunta que debemos hacernos es por qué Martí quería una Cuba libre, unas Antillas libres y una América libre; ello lo expresó de una manera tan diáfana que no debería dar lugar a dudas o confusiones. En su artículo con motivo de la conmemoración del segundo aniversario del Partido Revolucionario Cubano, publicado en 1894, señaló:

En el fiel de América están las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el poder, mero fortín de la Roma americana; —y si libres y dignas de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora— serían en el continente la garantía del equilibrio, de la independencia para la  América española aún amenazada y la del honor para la gran república del Norte, que en el desarrollo de su territorio por desdicha, feudal ya, y repartido en secciones hostiles hallará más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predominio del mundo.

Se observa aquí cómo el Apóstol no pretendía agudizar el conflicto, al que calificó de innecesario, entre la América mestiza y la América sajona. Martí hubiera preferido buscar una solución al conflicto que no condujera a un antagonismo feroz. Pretendía que surgieran unas Antillas libres para servir a los pueblos de nuestra América, e incluso, al propio pueblo de los Estados Unidos que según expresa, «hallará en el desarrollo de su territorio más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores». Y aspiraba, como queda dicho, a garantizar de esta forma, el equilibro del mundo. En el propio Manifiesto de Montecristi, Gómez y Martí agregan:

Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral de América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo.

A 120 años de aquel 24 de febrero de 1895, podemos extraer algunas enseñanzas para el presente y el porvenir; recordemos que la existencia y fortaleza de la nación cubana ha estado siempre fundamentada en la unidad política del pueblo trabajador. Este país, desde el proceso de gestación de la nación y en su recorrido hasta nuestros días, debió enfrentarse a las más diversas y complejas contradicciones internacionales. Dos hombres hicieron posible la unidad nacional: José Martí, que en el siglo XIX la hizo cristalizar a partir de un ingente esfuerzo político y cultural, y Fidel Castro, al evitar que «el Apóstol muriera en el año de su centenario» (1953) —como dijo en el juicio seguido por el asalto a la segunda fortaleza militar del país—. Fidel hizo crecer la memoria del Maestro y le extrajo a su pensamiento vivo y profundo todas las lecciones necesarias para hacer verdaderamente independiente la Patria.

En los próximos años, la perdurabilidad y fortaleza de la nación tendrán que tener, como garantía decisiva, la unidad alcanzada hasta aquí, la cual se ha nutrido de las ideas y sentimientos que sucesivas generaciones de cubanos fueron tejiendo con su sangre, trabajo, inteligencia y cultura a lo largo de toda nuestra historia. Ahora la tarea consiste en interpretar y actualizar  el significado de esa tradición y continuar formando en ella a las nuevas generaciones de cubanos, para que, al hacer suyas las banderas de la Revolución Cubana, las exalten y defiendan en un mundo bien diferente y, desde luego, mucho más complejo que en el que vio la luz en 1959 nuestra histórica Revolución Cubana.

 

Tomado de Juventud Rebelde



Dos que son uno... tomados de Fanal Cubano

22 de Fevereiro de 2015, 16:21, por Rosa C. Báez Valdés

Quizá nuestra televisión no cumpla las espectativas de todos... yo confieso que hay muchas cosas de ellas que me gustan y otras no tanto... sin embargo, ¿vale la pena que por el simple hecho de "entretenernos", involucionemos?

Armas de embobecimiento masivo

Por Julio Martínez Molina

 

En varias de sus intervenciones recientes, el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha puesto en la mirilla la necesidad de levantar bandera contra los patrones culturales negativos y la pertinencia de ampliar el acceso de la población cubana a productos audiovisuales de calidad. Ambos temas, abordados con insistencia por el dirigente, representan dos partes de una esencial ecuación de purificación/reconversión espiritual y gnoseológica.


Su despeje (a resolver por segmento considerable de personas, devorado por perjudiciales andanadas de productos musicales, televisivos y fílmicos de la peor laya) conducirá, inexorablemente, a esos mayores niveles de adquisición de cultura por parte de un receptor capaz, solo entonces, de reaccionar contra la vulgaridad, la superficialidad y la enajenación más absurda.

Cuando el individuo, una vez pertrechado del imprescindible discernimiento estético, sea capaz de rechazar por efecto de decantación a la impostura y lo banal, será el momento en el cual no necesitará de otro talismán para preservarse de las arremetidas negativas censuradas por el vicepresidente cubano.


Es un fenómeno complejo, con demasiadas interrelaciones, del cual no pocos espacios de reflexión del país se han ocupado bastante; aunque -la verdad sea dicha-, el saldo de tales prédicas no ha resultado todo lo fecundo que se hubiese deseado o supuesto.


La aseveración ancla crédito en la consulta de los hábitos de consumo de muchos espectadores, quienes lo mismo asienten ante clips de reguetón u otros géneros que ensalzan los peores antivalores (racismo, ostentación, indignidad, machismo, irrespeto al prójimo, violencia fratricida) combatidos por este sistema social desde hace 56 años, que santifican a la peor bagatela de la noche televisiva miamera y esos exponentes que cunden las televisiones del universo hispano en EEUU o Latinoamérica. Cadenas estas dirigidas por multinacionales, en ciertos casos de oscuros prontuarios ideológicos y conexiones directas con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos.


No solo le venden al público regional (el latino de dicha nación y al del subcontinente) patrones de vida, modelos preconcebidos de “entretenimiento” pletóricos de mensajes subliminales -solo para referirnos al tema harían falta par de páginas. Lo más relevante de este nuevo “mundo feliz” catódico es que opera con arreglo al designio de los tanques pensantes del imperio de mantener al público embobecido en medio de la más absoluta vacuidad, mientras su gobierno mueve los hilos del retablo mundial. Pan y circo, Roma sabía. Lo mismo los de la Sala Oval. Idiocracia teledirigida.


Tales programas constituyen una droga de daños tan nocivos para el cerebro humano como las vegetales o sintéticas. En realidad, no están hechos para nuestra liga. Cuba compite en primera. Seguirle el juego a su visionaje sistemático aquí significa ponernos al nivel de las carencias formativas de países con índices de alfabetización o instrucción general deplorables.


Nuestros niños (no lo dice ningún adepto, sino la mismísima UNESCO mediante sus comprobaciones parciales) figuran entre los más educados del planeta. Ninguno tiene que reírle la gracia a los “geniecillos” inventados de ciertos espacios. La mujer cubana -culta, bella, sensual, sensible, lúcida- no precisa “admirar” shows mercantilistas que, bajo un falso ropaje de pretender ensalzar al género femenino, en la práctica lo denigran.


El único antídoto ante el fenómeno es la Educación Estética. El primer paso del camino para alcanzarla consiste en leer. No existirá entendimiento alguno, de nada, sin lectura. A la par, se precisa robustecer el conocimiento de forma integral, viendo, escuchando, asimilando e incorporando -desde una posición interpretativa al inicio y más tarde crítica-, cine, teleseries, música, danza, arte en los museos y espacios galéricos. E, igual, visitar epicentros expositivos, asistir a conciertos o puestas, participar en recorridos histórico-culturales.


Todo ello irá conformando una sensibilidad estética en la persona, la cual, en determinado grado ulterior de desarrollo (marcado en última instancia por el afán personal de superación), se convertirá en espíritu cultivado; por ende dotado de las herramientas valorativas necesarias como para que se le prenda un foco rojo en el encéfalo no más advierta la morralla estética a kilómetros.

 

Tomado de http://fanalcubano.blogspot.com/2015/02/armas-de-embobecimiento-masivo.html

 

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El man Gilbert

Por Enrique Ubieta Gómez


Como en La Rosa púrpura del Cairo, un personaje ha salido de la pantalla, y camina por una ciudad, la nuestra. O fue al revés: un espectador se obsesionó con cierto tipo de películas, seriales y videos, quiso vivir en ellos y se introdujo en la pantalla, renunció a ser persona para convertirse en personaje de ficción.


¿La ficción construye la vida, o la vida construye la ficción? Si en época de Cervantes era posible que alguien, de tanto leer historias de caballerías, encarnase en su vida-ficción real al personaje “loco” y justiciero, en la nuestra, la letra impresa ha cedido su capacidad de influencia al audiovisual.

No es, obviamente, la única ni la más importante diferencia. El audiovisual contemporáneo que impera recrea otras historias y reproduce otros valores, para nada quijotescos.


Al margen de la polémica sobre la validez artística del reguetón —no me interesa dilucidar su trascendencia como género musical—, por ejemplo (y no es un ejemplo tomado al azar), su puesta en pantalla nos impone un mediocre sentido de vida.
Parece inevitable que el reguetón se ofrezca en un módulo audiovisual que nos devalúa como seres humanos y nos mide a través de las cosas que nos poseen: el carro de lujo del año, la muchacha más Barbie (no es un elogio), descerebrada y deshuesada –la mujer como simple objeto sexual–, las cadenas de oro, las maletas de dólares, las bebidas más caras, los guardaespaldas, la ostentación (que en Cuba llaman especulación) como espuria evidencia de un falso triunfo.


Una noticia recorre las pantallas de las computadoras cubanas: un “especulador”, seudo cantante de reguetón, cuya vida imitaba los estereotipos visuales del género, fue detenido en un operativo policial digno del serial televisivo más espectacular. Por ahí circulan los videos de la detención, como si fuesen capítulos de UNO o de Tras la huella. Como no se han concluido las pesquisas ni se ha efectuado el juicio, no hablaré de cargos. Mi tema no serán las posibles ilegalidades de su conducta pública, sino su sentido corruptor.


Para ello acudo a los hechos visibles, constatables: este ciudadano, que se hace llamar Gilbertman —como Superman, o Spiderman, un “superhéroe” de mágicos (monetarios) poderes—, fugitivo de la justicia estadounidense (la cual, según parece, no ha querido colaborar con la nuestra en este caso), se instaló en su humilde barrio habanero de origen y compró en un año casas, autos de lujo, conciencias, cuerpos de mujer, y otros “objetos”.


Se hacía retratar mostrando su bíceps “poderoso”, y sobre él, en perfecto equilibrio, contenidos por su mano, fajos de billetes de a cien dólares. Fuerza física, fuerza monetaria. Llegaban sus autos y en ellos sus guardaespaldas; entonces descendía este SuperNada de 28 años, como si pisara la alfombra roja del éxito, como si de verdad alguien lo amara o pretendiera liquidarlo.


Nada que apareciese en los video-clips de sus amigos reguetoneros, y en los suyos, escapaba a su codicia simbólica. ¿Que en los videos se exhibían semi o casi desnudas las mujeres? Él alquilaba las suyas. ¿Que en los videos llegaban los tipos de mirada inflexible en carros de lujo? Llegó a coleccionar 22 autos de marcas caras. ¿Que en ellos se contaban historias de matones y de jefes mafiosos? Él mostraba sin recato una pistola, no sabemos si real o falsa, pero ¿importa?, y maletas llenas de dólares. Extraña, retorcida manera de parecer “alguien”.
Super/Gilbertman regalaba a los vecinos y parecía extorsionar a los restantes habitantes del planeta. ¿Imitaba a Pablo Escobar, es decir, la leyenda cinematográfica del “buen” matón colombiano? Su divisa, su fuerza, su triunfo aparente, era tener (ya se sabe que el cómo no importa) y especular; en esencia, la misma de Bill Gates o de Carlos Slim, aunque su origen era humilde y sus opciones otras.


En el capitalismo el matonismo es una profesión de prestigio, y tiene su glamour, su onda… ¿lo queremos en Cuba? Gilbertman financiaba videos de los Desiguales, de Eddy K (de regreso en la isla), del Yonki, del Príncipe, de Damián, a condición de que lo dejasen aparecer en pantalla. No se diferenciaban mucho esos videos de los que hacen Yakarta y el Chacal (por ejemplo, Ellas son locas), u Osmani García (por ejemplo, su reciente Barra abierta,made in Miami). En su afán por indiferenciar su vida de los más aberrantes modelos “musicales”, Gilbertman utilizaba su casa y sus carros como espacios de filmación, se representaba a sí mismo o a aquel con quien soñaba ser.


En una de sus últimas producciones, No hay break, reunía en su casa a sus financiados, entre maletas llenas de mujeres, de dinero, de expresiones duras, de pistolas, de cadenas de oro, de muebles caros y de mal gusto, como capos a la espera del resultado de una supuesta guerra callejera, importada de otras calles, de otro mundo que no es el nuestro, un video donde la violencia alcanza grados repugnantes, y en el que se compra la imagen, el símbolo esta vez invertido del joven actor que encarnaba al Chala: si el socialismo —que es representado por la maestra— peleaba en la película de Daranas, entre sus propias contradicciones, por salvar al niño de su familia y de su entorno social, este video reniega de aquella “conducta”, pisotea el símbolo.


La revista digital de frivolidades Vistar magazine —que presenta en su costado más banal a los buenos, regulares y malos artistas, con anuncios de negocios que pagan, sean o no legales—, le dedicó una página en uno de sus números y en otro, anunció el video.


La guerra cultural es explícita, aunque Gilbertman no tenga la menor idea de su existencia: nosotros necesitamos salvar, emancipar, ellos quieren hacernos creer que es imposible. Contaminan, corrompen. Este “Chala” de rostro duro, traiciona y dispara a sangre fría, para cobrar su parte. ¿No hay leyes en Cuba que castiguen la producción de videos violentos en los que participan niños?


Que triste vida la de Gilberto, el joven de 28 años que se disfrazaba de Gilbertman. Pero su caso, por extremo, es paradigmático: nadie encarnó tan literalmente el personaje del reguetonero audiovisual, del “triunfador” made in USA; nadie se jugó como él todas las cartas a favor de la cultura del tener, del capitalismo, en su versión más grotesca, más vulgar. Y es paradigmático también en otro sentido: Gilbertman creía que el dinero, su superpoder, lo haría invencible en Cuba, como podría serlo en Miami o en Bogotá. Tanto lo creyó que se anunciaba en Internet y alardeaba públicamente de su “fuerza”. La guerra cultural contra el socialismo pasa por el envilecimiento y la corrupción de nuestros ciudadanos. No puedo hablar de ilegalidades hasta que fiscales y abogados de la defensa diriman responsabilidades, pero trabajemos por forjar sueños mejores en nuestros niños y jóvenes, porque los cubanos tengan un paradigma de vida superior. (Fuente La Jiribilla)

 

Tomado de http://fanalcubano.blogspot.com/2015/02/el-man-gilbert.html



Cuando la izquierda quiere ser más “democrática” que la derecha

22 de Fevereiro de 2015, 15:48, por Rosa C. Báez Valdés

Por Patricio Montesinos*

 En mis andanzas, primero por España, y en los últimos tiempos por Latinoamérica y el Caribe, he percibido que ante determinados acontecimientos algunos grupos o personas de izquierda pretenden ser más “democráticos” que la derecha, que para nada lo es, y sin percatarse, caen en la trampa de los sectores ultraconservadores y sus instrumentos de dominación del pensamiento, los emporios mediáticos.

 Un ejemplo claro de ello es el diario español El País, que siempre se ha autoproclamado de izquierdas, cuando nunca lo ha sido, al menos en las últimos 30 años, y por el contrario hace más daño a las fuerzas progresistas en la nación ibérica, y en América Latina, que otros periódicos derechistas como ABC o El Mundo, por citar los más conocidos.

 Desde supuestas posiciones contrarias al conservadurismo, El País no deja un solo minuto de denigrar de países como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina, entre otros, al tiempo de crear cizañas e intrigas para fomentar la división entre los principales protagonistas, y actores de los procesos revolucionarios.

 Venezuela es hoy la diana principal de los ataques miserables de ese cotidiano, reproducido por otros latinoamericanos al servicio de los poderes económicos, que bombardean diariamente a sus lectores hasta hacer creer, incluso a sectores progresistas, que el presidente Nicolás Maduro lo hace mal, y nada tiene que ver con el líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez.

 Esos medios de difamación, y quienes se hacen eco de ellos ingenuamente, comparan constantemente a Maduro con Chávez, reiterando que son diferentes, y por supuesto que lo son, porque son seres humanos distintos, aunque sus convicciones sean las mismas.

 El objetivo de los adversarios, como lo hicieron con Chávez en su momento, es denigrar de la imagen de Maduro, y liquidar los ideales de la Revolución Chavista, que defiende el actual presidente venezolano contra viento y marea, frente a continuas agresiones de Estados Unidos y sus aliados europeos, y hasta de las críticas de grupos de izquierda.

 Algo similar han hecho en repetidas ocasiones con Cuba, marcando supuestas divergencias entre el líder histórico Fidel Castro y su hermano, el hoy mandatario Raúl Castro, que claro está, también son diferentes, pero defienden un mismo proyecto soberano e independiente.

 Parecido procuraron hacer en Bolivia intentando crear falsas discordancias de fondo entre el presidente Evo Morales, y su vicepresidente, Álvaro García Linera, cuando en realidad ambos se complementan de manera excepcional.

 Recuerdo un diplomático de izquierda latinoamericano asentado en La Paz, pero mediocre hasta la medula, que repetía sin tener elementos, que Morales y García Linera estaban enfrentados, cuando realmente siempre han sido grandes compañeros y amigos de lucha.

 Para bien de Bolivia y del país que representaba, el referido funcionario concluyó su misión en la Pachamama (Madre Tierra), y vio desde lejos como los campeones Evo y Álvaro arrasaron juntos en las elecciones de octubre pasado.

 Esa práctica de sembrar la discordia entre la izquierda es bien vieja y repetitiva, y tiene un solo antídoto: Cerrar filas entre los que desean lo mejor para los humildes de este mundo, y hacer caso omiso a los tendenciosos.

 A la frustrada derecha los une y los desune el dinero, y no es democrática ni mucho menos, mientras la izquierda tiene que repetirse a diario que sus verdaderos valores democráticos están únicamente en la defensa a ultranza de sus pueblos.

 *Periodista español, corresponsal de Cubadebate en Madrid

 Fuente Cubadebate/



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