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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Bruno Rodríguez: “Es responsabilidad de todos salvar nuestro planeta del peligro de las armas nucleares”

30 de Setembro de 2015, 17:29, por Rosa C. Báez Valdés

Por Bruno Rodríguez Parrilla

Armas nucleares-eeuu

Nueva York, 30 de septiembre de 2015.

Señor Presidente:

La delegación cubana hace suyas las intervenciones realizadas por Ecuador, a nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la República Islámica de Irán, a nombre del Movimiento de Países No Alineados.

Nos reunimos en una coyuntura internacional caracterizada por graves amenazas a la paz y seguridad internacionales, guerras atroces y actos terroristas de extraordinaria crueldad. Vivimos el absurdo de un mundo que realiza gastos exorbitantes en armamentos, incluyendo armas nucleares cada vez más mortíferas, mientras se afirma que no hay recursos suficientes para combatir el hambre, la pobreza y las enfermedades.

Más que una conmemoración, el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares debe ser una jornada de movilización y reflexión, un recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva ante el grave peligro que representan las armas nucleares para la paz mundial y la propia supervivencia de la humanidad.

A 70 años del lanzamiento de las bombas atómicas que sembraron la destrucción y la muerte en Hiroshima y Nagasaki, nada puede justificar que la humanidad siga estando amenazada por la existencia de casi 16 mil armas nucleares, más de 4 mil de ellas listas para ser utilizadas de inmediato. La detonación, intencional o no, de una parte ínfima de estas armas, tendría desastrosas consecuencias para nuestro planeta.

La única manera de garantizar que la humanidad no sufrirá nunca más el terrible impacto de las armas nucleares, es su prohibición completa y eliminación total. Cuba está firmemente comprometida con los esfuerzos internacionales para lograr ese objetivo prioritario.

La firma por los Jefes de Estado y de Gobierno de nuestra región de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en La Habana, en 2014, es capital en ese empeño. Consagra el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional; una cultura de paz, y el firme compromiso con la promoción del desarme nuclear como objetivo prioritario.

Corresponde a las Naciones Unidas declarar el uso o amenaza de uso de armas nucleares, bajo cualquier circunstancia, como una violación del Derecho Internacional y crimen de lesa humanidad. Es preciso adoptar, sin más demoras, medidas que garanticen la detención de los programas de perfeccionamiento de las armas nucleares, así como el abandono del inadmisible concepto de la “disuasión nuclear” y del papel de las armas nucleares en las doctrinas militares y en las políticas de seguridad.

Las obligaciones en materia de desarme nuclear dispuestas en el artículo VI del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), deben ser cumplidas con acciones precisas y medibles, y plazos específicos.

El reciente fracaso de la Conferencia de Examen del TNP reafirma la necesidad urgente de iniciar negociaciones multilaterales, en el marco de las Naciones Unidas, para la pronta conclusión de una Convención que disponga la prohibición y eliminación de todas las armas nucleares. La celebración de la Conferencia de Alto Nivel sobre Desarme Nuclear, convocada por la Asamblea General a más tardar para 2018, será ocasión propicia para ello.

Igualmente, y hasta que se logre el objetivo del desarme nuclear total se requiere, sin más dilación, un instrumento internacional mediante el cual los Estados poseedores de armas nucleares den garantías incondicionales y jurídicamente vinculantes de que nunca las emplearán o amenazarán con emplearlas contra los Estados que no las poseen.

Señor Presidente:

Es responsabilidad de todos salvar nuestro planeta del peligro de las armas nucleares, por el bien de las generaciones presentes y futuras. El desarme nuclear no puede seguir siendo un objetivo continuamente pospuesto y relegado.

El momento de pasar a la acción es ahora. Como dijera en su “Mensaje contra la guerra nuclear” el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz: “Los pueblos están en el deber de exigir a los líderes políticos su derecho a vivir. Cuando la vida de su especie, de su pueblo y de sus seres más queridos corren semejante riesgo, nadie puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde”.

Muchas gracias.

(Fuente CubaMinrex, Tomado de Cubadebate)



RESPALDO A PETICIÓN DE NO EXTRADICIÓN DEL PRISIONERO POLÍTICO JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO

29 de Setembro de 2015, 23:48, por Rosa C. Báez Valdés

Juan Vicente Carvajal Isidro preso politico colombiano

RESPALDO A PETICIÓN DE NO EXTRADICIÓN DEL PRISIONERO POLÍTICO

JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO

 

La Fundación Lazos de Dignidad, organización de derechos humanos integrante de la Coalicion por el Trato Digno y la Libertad de las Y los Prisioneros Políticos Colombianos “LARGA VIDA A LAS MARIPOSAS”, en atención a la ACCIÓN URGENTE emitida por la Corporación Solidaridad Jurídica, de fecha septiembre 29 de 2015, emite CARTA PÚBLICA DE RESPALDO a la Petición de NO EXTRADICIÓN del Prisionero Político JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO, quien se encuentra en riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, debido a concepto emitido por la Corte Suprema de Justicia Colombiana (CSJ).

 La extradición de JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO ha sido aprobada por la CSJ para que sea vinculado a una investigación en los Estado Unidos por solicitud de la Corte Distrital del Distrito Sur de Nueva York , tal cual como sucedió con el prisionero político FRANKLIN RAMOS SANCHEZ, quien denuncio ser víctima de un montaje judicial, por lo que la Fundación Lazos de Dignidad solicito públicamente negar su extradición, sin embargo, el Estado Colombiano hizo caso omiso y entregó al prisionero a los Estados Unidos, donde nunca fue vencido en juicio y falleció el día 15 de marzo de 2015 en una prisión en Nueva York, a tan solo 35 días de haber sido extraditado, su muerte ocurrió en extrañas circunstancias sin que a la fecha se haya resarcido el daño ocasionado a las víctimas.  

 Es inaceptable que ante este antecedente y al reciente anuncio de acuerdo de justicia en la Mesa de Dialogos de Paz de la Habana, que prevé suspender las extradiciones de nacionales por delitos conexos al delito político, el Estado Colombiano apruebe extraditar al prisioneros político JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO, quien también ha denunciado ser víctima de un montaje judicial por parte deagentes de la DEA.

 Rechazamos el comportamiento hostil de la Corte Suprema de Justicia de entregar a nuestros nacionales sin haber sido vencidos en juicio y con fines únicos de investigación, negándoles la oportunidad de ser investigados en su nación, donde seguramente muchos de ellos y ellas podrán ejercer mejor su derecho a la defensa y demás derechos fundamentales.

 Nos sumamos a la petición de NO EXTRADICIÓN del Prisionero Político JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO y pedimos a la Mesa de Diálogos de Paz en la Habana que tomen las medidas inmediatas para que las autoridades Colombianas den cumplimiento al acuerdo de justicia recientemente pactado que prevé la suspensión de las extradiciones.

Una vez más, solicitamos la solidaridad organizaciones hermanas en el mundo, medios de comunicación y defensores de derechos humanos, para que respalden a la petición de NO EXTRADICIÓN del Prisionero Político JUAN VICENTE CARVAJAL ISIDRO y dirijan sus cartas dea las siguientes instancias:

 

JUAN MANUEL SANTOS

Presidente de la República 

Carrera 8 No. 7 – 26, Palacio de Nariño

Santa Fe de Bogotá- Fax: +57 1 566 20 71

Correos: comunicacionesvp@presidencia.gov.co - contacto@presidencia.gov.co

@JuanManSantos @InfoPresidencia

 

MESA DE CONVERSACIONES

DELEGACIÓN DE PAZ EN LA HABANA

GOBIERNO DE COLOMBIA

GUERRILLA FARC-EP

Contacto:

www.mesadeconversaciones.com.co/formulario-participacion

contacto@pazfarc-ep.org

social@pazfarc-ep.org

@FARC_EPaz

 

EXTRADICIÓN ES TRAICIÓN!

LIBERTAD A TODAS Y TODOS LOS PRISIONEROS POLÍTICOS!

 

Septiembre 30 de 2015

 

--
Directora Fundación Lazos de Dignidad - FLD
@FLazosDignidad
Telefax 2816087
 
Imagen agregada Juan Vicente Carvajal Isidro, al ser trasladado a la cárcel de Bogotá. Tomada de artículo relacionado en Radio Macondo


¿Será Ana Montes tal amenaza planetaria?

29 de Setembro de 2015, 19:48, por Rosa C. Báez Valdés

Por Douglas Calvo Gaínza*/ Resumen Latinoamericano /

 cub1En estos tiempos de relativo deshielo entre Cuba y EEUU, hay nombres que no pueden permanecer en el olvido. Obviamente, el de Ana Belén Montes es uno de ellos. Por ello, he creído positivo exponer algunas ideas personales sobre su caso, aceptando de antemano que algunas pueden estar equivocadas. Otras, con certeza, no.

En primer lugar, pienso que deben existir razones demasiado fundadas, para infligirle a alguien la incomunicación absoluta. Una persona a la cual se la obliga a padecer, no sólo el aislamiento radical y antinatural ante la luz del sol o el canto de las aves, sino también ante cualquier sonrisa compasiva, para tener como única compañía a personas cuasi dementes, debe ser sin dudas un grave peligro para la Humanidad.

¿Será Ana Montes tal amenaza planetaria? Lo dudo. Esa señora nunca dañó a su país, ni puso en peligro las vidas de civiles norteamericanos. No indicó a los islamistas algún túnel secreto para asesinar a Bill Clinton, ni colocó en las Torres Gemelas ningún sistema de señales que guiara el vuelo de los secuestradores durante el 9/11.  Tampoco diseminó Ántrax en un Mall, o guió a extremistas afganos atacando un kindergarten en New York. Jamás preparó el terreno para la conquista de la Casa Blanca por algún Estado totalitario, ni mucho menos radió instrucciones sobre cómo bombardear el París Las Vegas de Nevada. No hizo nada, absolutamente nada contra su pueblo. Simplemente, ayudó (dentro de sus limitadas posibilidades, y exhibiendo gran valor personal), a que los ciudadanos de la Isla de Cuba, con iguales derechos que los de USA, dejaran de padecer incontables atentados contra su Presidente, decenas de secuestros aéreos y marítimos, inhumanos ataques a círculos infantiles, sanguinarias voladuras de aviones en el aire y desalmadas guerras biológicas, feroces atentados al turismo e injustas escaramuzas fronterizas, así como una bárbara estrangulación económica unida a funestos  peligros de invasión, junto a otras tristes hazañas por el estilo, las cuales avergonzarían a los Padres Fundadores de la “Primera República del Mundo”.

La condena de la Montes se debió a la detección de planes de espionaje desde Norteamérica, en su guerra asimétrica contra Cuba; no viceversa. Luego, la víctima primaria en esta amarga trama detectivesca, lo fue desde el principio la agredida nación caribeña, y no la agresora potencia del Norte. A esta prisionera se la ha excluido del mundo, como mismo también se ha pretendido aislar a Cuba. Sólo que, con la Isla, tal política aislacionista ha fallado, pues la ofensiva imperial se ha enfrentado con todo un pueblo; mientras que, en este caso, la implacable represalia ha sido más exitosa, al haberse desencadenado sin riendas sobre una mujer solitaria.

Una dama que arriesga su vida para defender a un país menudo y subdesarrollado, contra la despiadada agresividad de la mayor súper-potencia global, no puede ser considerada sino como alguien digno de honra y respeto. Y si tal cosa se niega, entonces ignoro cuál es el basamento moral deesa actual retórica anti-rusa, que erige al Occidente como el guardián de la independencia ucraniana frente al rapaz oso moscovita.

Visto esto, ¿dónde está el crimen de lesa humanidad que ha provocado esa atroz venganza, la cual padece hoy esa ciudadana del mundo?

Se afirma que por su culpa pereció el sargento Boina Verde Gregory Fronius, destacado en el Salvador. Usando sus contactos con Cuba, Ana habría delatado a los partisanos nativos la existencia de una base secreta yanqui, y gracias a ella, se produjo el ataque patriota que provocó el fallecimiento de dicho militar extranjero.

Sin dudas la cifra es elocuente: la supuesta confidencia produjo un fallecido norteamericano en suelo foráneo. Las víctimas de Cuba rozan las tres mil, en su propio territorio. Pero ha de deplorarse toda baja humana, en cualquier conflicto, y por mi parte lamento honestamente la muerte de Fronius, si bien aclaro que no es similar el fallecimiento de un entrenado operativo de Tropas Especiales, quien cumple una misión voluntaria en tierra extraña, que los estragos contra las desvalidas mujeres y niños de todo un pueblo, perniciosamente agredido en su propia Patria.

Ahora bien, me atrevo a emitir un criterio receloso sobre todo este evento. No puedo entender que los guerrilleros salvadoreños necesitaran tan sofisticada pesquisa internacional, para saber de la existencia de una base enemiga en sus predios. Ellos estaban en su propio terruño (no así los Boinas Verdes). Por lógica, aquellos conocerían bien cada palmo del monte y tendrían mil confidencias entre los campesinos. Y por ende, entre tantos “hispanos” menudos y de teces bronceadas, con matices raciales aindiados, esos robustos y rubicundos legionarios angloparlantes, nunca podrían constituir un secreto eterno. Y ello, sin “espías cubanos”.

Pero por otra parte, aun admitiendo que la caída en combate del señor Fronius se debió a un informe de la Montes, ¿qué decir de los patriotas salvadoreños que hayan muerto en ese mismo u otro combate, enfrentando a los soldados extranjeros? ¿Qué de las tantísimas masacres de campesinos, los múltiples bombardeos a aldeas, las decenas de sacerdotes desaparecidos, las horripilantes torturas masivas, y otras tantas proezas cometidas contra la población salvadoreña por los egresados de Fort Bragg, bajo los auspicios del U.S. Army y sus servicios de inteligencia? ¿De veras existe en los Estados Unidos suficiente autoridad ética, como para semejante ensañamiento contra Ana Montes ante la muerte de un solo militar invasor, cuando las Guerras Sucias patrocinadas por las sucesivas administraciones de la Casa Blanca, y dirigidas por sus agentes, adornaron toda Centro América con un sinfín de ignotas fosas comunes, una sangría de proporciones descomunales, y cicatrices en el alma hispano-americana que ya jamás podrán ser regeneradas, y que hoy afloran en los Maras, los Zetas y tantas otras perversas herencias de la “asesoría militar” estadounidense?

¿Quién es pues el verdadero peligro mundial: esa singular reclusa enclaustrada en Fort Worth, o los múltiples halcones militaristas del Pentágono y los innúmeros “topos” de la CIA? ¿Aquella que (quizás) informó a los patriotas sobre la presencia de ocupantes agazapados, con lo cual (quizás) provocara la caída en combate de un solo centurión imperial, o el propio Imperio con sus Escuadrones de la Muerte, sus dictaduras de ultra-derecha, sus Operaciones al estilo de la Gladio, laFénix, o la Cóndor, y su conteo de cadáveres que desafía la capacidad aritmética del mismísimo Pitágoras?

Que cualquiera con sentido común responda por sí mismo a esa interrogante.

En cuanto a mí, honestamente no creo en el derecho de ningún gobierno de este planeta (ya sea uno de “izquierdas” o de “derechas”, una monarquía de la Era esclavista o una horda del futuro “Post-apocalíptico”) para imponerle a un ser humano inerme, el total aislamiento del resto del universo; como tampoco admito que exista ningún tribunal en este mundo, con autoridad legal para suprimir de un plumazo el permiso a la amistad.

Por demás, me resulta mucho más incomprensible tal saña, cuando se considera que en los Estados Unidos, a veces los más empedernidos asesinos en serie llegan a alcanzar una suerte de estrellato publicitario. Por ejemplo, un personaje de la siniestra calaña de Ted Bundy, no sólo recibió abundante correspondencia en su celda, sino que incluso tuvo derecho al matrimonio, tras su convicción. Un psicópata bestial y con ínfulas artísticas como John Wayne Gacy, vendía exitosamente sus cuadros desde el presidio. La desdichada Karla Faye Tucker, adquirió fama y renombre mundial justamente durante su encierro, debido a su muy evidente reforma moral, la cual no impidió su liquidación por el Estado. El sectario homicida Charles Manson, grabó y vendió música carcelaria, coleccionando miles de fans desde su calabozo. Todos ellos asesinaron a indefensos civiles norteamericanos, incluyendo a menores de edad y a una mujer embarazada. Y sin embargo(o gracias a ello), se convirtieron en íconos sociales para ciertos sectores de la sociedad norteña, disfrutando de una popularidad inusitada.

En cambio, sin ostentar esos récords homicidas, Ana Belén Montes ha sido condenada a ser sepultada o emparedada en vida. Ella vale aún menos que el más vil homicida serial, por el delito de lesa majestad de intentar evitar las agresiones de una súper-potencia contra un pequeño país vecino. Su castigo nos recuerda el de aquella atroz condesa transilvana, la cual se bañaba en la sangre de sus criadas, y fue condenada al emparedamiento perpetuo. Pero ni la Montes ha acuchillado sádicamente a decenas de doncellas, ni creo que el sistema legislativo norteamericano aspire a imitar a una monarquía feudal de los Cárpatos. Estamos en pleno siglo XXI y no en el Medioevo, aunque a veces se tienda a olvidarlo.

Si los Estados Unidos de América desean recobrar la estima de sus vecinos latinoamericanos, deben rebasar la herencia del preterido “Destino Manifiesto”, y honrar al decoroso Franklin D. Roosevelt reanudando su política de buena vecindad. Por ende, para cultivar un verdadero panamericanismo, debe cesar el aislamientode Cuba. Y junto con éste, también el de Ana Montes. Mujer que hoy languidece como una suerte de “demente”, tan solo por haber tenido suficiente cordura como para vislumbrar, que la intolerante crueldad y la despectiva injusticia, llevadas a su culmen en el plano de las relaciones internacionales, obligatoriamente conllevan a la impopularidad y el ocaso de cualquier potencia, ya sea la Roma de Sila, la Francia de Napoleón o el Washington post-Bush. Y que por ley del destino, el Imperio que pretenda subyugar sobre la base del terror, invariablemente terminará desmoronándose en el caos.

En ese sentido, considero a Ana Belén Montes como la persona más cuerda de los Estados Unidos. Aunque la encierren en el pabellón de los locos.

*Cubano. Graduado de Licenciatura en Ciencias Biológicas y en Teología, así como en estudios bíblicos y teológicos. Máster en Filología Clásica y Tradición, ha cursado estudios en una increíble diversidad de temas históricos, de Ayuda humanitaria, relaciones internacionales, arqueología. Traductor de inglés, griego antiguo y moderno, latín y alemán. Datos tomados de http://www.traductoresautonomos.com/wp-content/uploads/CV-traductor-douglas-calvo.pdf

_____________________

COMITÉ CUBANO POR UN TRATO HUMANO PARA ANA BELÉN MONTES

¿Saben quién es Ana Belén Montes?, preguntan los amigos de la compañera secuestrada por EEUU.

ANA BELÉN MONTES fue detenida el 21 de septiembre del 2001, juzgada y condenada a 25 años de prisión en marzo del 2002. Es el recluso 25037-016 de la cárcel de Carswell.

En el juicio al que fue sometida declaró con total transparencia e hidalguía que obedecía a su conciencia: “Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma en lo que yo creo: Todo el Mundo es un solo país. En ese ‘país mundial’ el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo, resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros países vecinos”.

“Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes
formas de actuar de los otros. Él establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.

“Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la Ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa; me consideré moralmente obligada de ayudar a la Isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.

“Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo cómo nosotros continuamos tratando de dictar… cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no los dejamos decidir la
forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?

“Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.

“Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio –por individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.”

Dentro de Carswell está recluida en la sala de psiquiatría, a pesar de no padecer de este tipo de enfermedad, pero evidentemente es un lugar peligroso por la presencia de otras personas con ese tipo de dolencia y además ese lugar y lo que sucede en el mismo puede influir en su estado mental.

Esta cárcel se encuentra situada dentro de las instalaciones militares de la Estación Aérea de la Marina estadounidense en Fort Worth, Texas, Estados Unidos, donde también existe una dependencia del Buro Federal de Investigaciones (FBI).

Fue condenada por entregar a Cuba información que le permitiera conocer los planes de agresión de Estados Unidos contra la isla.

Ana Belén debe salir en libertad en el año 2027, dentro de 12 años. Lleva 13 años de reclusión.

Está sujeta a un extremo régimen de aislamiento:

No puede recibir visitas de amigos, solamente de su padre y hermano.
No le está permitido hablar por teléfono.
No puede recibir periódicos, revistas ni ver televisión.
No puede recibir paquetes.
Nadie pude indagar por su salud ni conocer porque está en un centro destinado a personas con problemas psíquicos, cuando ella no sufre de estos.
No puede relacionarse con otros detenidos en esa cárcel.

Cuando alguna persona ha intentado enviarle una carta, la misma ha sido devuelta mediante correo certificado. El Buró Federal de Prisiones ha informado que solamente puede tener contacto con sus familiares más allegados, debido a que su condena es por espionaje.

Llame al teléfono de EEUU 817-782-4000, solicite hablar con el Director de la
cárcel, y pregunte por Ana Belén Montes, por su salud, por el tratamiento médico que está recibiendo y si usted puede hablar con ella.

Remita a sus amigos y conocidos el resultado de la conversación

Divulgue lo que conozca sobre Ana Belén.

Publicado por ALBA Movimientos



Colombia: Foro Nacional Prisioneros Políticos y Diálogos de Paz

25 de Setembro de 2015, 23:09, por Rosa C. Báez Valdés
 

FORO NACIONAL PRISIONEROS POLÍTICOS Y DIÁLOGOS DE PAZ

Octubre 15 de 2015 – Bogotá, D.C.

 

En razón al anuncio del reciente Acuerdo de Justicia entre las Delegaciones de Paz del Gobierno de Colombia y las FARC-EP y la proximidad del punto de la Mesa de Diálogos de Paz que tratará la revisión de la situación de las personas privadas de la libertad por pertenecer o colaborar con las FARC-EP, así como la inminente instalación de diálogos de Paz entre el gobierno colombiano y el ELN,  las organizaciones miembros de la Coalición por el Trato Digno y la Libertad de las y los Prisioneros Políticos Colombianos “Larga Vida a las Mariposas” y la Campaña” Traspasa Los Muros”, convocamos al Foro “PRISIONEROS POLÍTICOS Y DIALOGOS DE PAZ”, a desarrollarse el día 15 de octubre de 2015, en el Auditorio Camilo Torres de la Universidad Nacional de Colombia con sede en la ciudad de Bogotá.

 

En esta actividad que convocamos en conmemoración del DÍA NACIONAL DE LAS Y LOS PRISIONEROS POLÍTICOS EN COLOMBIA, enmarcada en la AGENDA SOLIDARIA 2015, pretendemos abordar discusiones sobre el origen del conflicto y la actual situación de las y los prisioneros políticos colombianos como una consecuencia más del mismo, así como elementos de la juridicidad insurgente, el acuerdo del nuevo modelo de justicia para la Paz, experiencias internacionales y regionales de solidaridad, con el propósito de contribuir a la construcción de la conciencia colectiva y alimentar  nuestro poder de decisión, para lo cual contaremos con la participación de integrantes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas y su Sub-Comisión Jurídica, invitados nacionales e internacionales y expertos en los diferentes temas.

 

El actual momento del país, exige que más colombianos y colombianas tomen cartas en el asunto y se sumen a la edificación de propuesta que nos permitan superar el largo conflicto social, político y armado que nos agobia, empezando por generar una comprensión real del mismo, que implica reconocer que existen miles de prisioneras y prisioneros políticos, muchos de ellos combatientes de la insurgencia, miembros de sectores de la oposición política, líderes sociales, defensores de derechos humanos y pensadores críticos perseguidos, pero también, pobladores victimizados con el encarcelamiento por vivir en zonas de alta influencia del conflicto, que padecen condiciones extremas de reclusión.

 

Con el Foro “PRISIONEROS POLÍTICOS Y DIÁLOGOS PAZ”, una vez más, pondremos la mirada de la sociedad nacional e internacional, en los miles de hombres y mujeres privadas de la libertad por motivos políticos en las cárceles de nuestro país y del extranjero, a quienes se les han negado los derechos humanos y la posibilidad de aportar en la construcción de la paz con justicia social.

 

Objetivo

 

Aportar a la construcción de conciencia colectiva mediante contextos sobre los actuales diálogos de Paz y la situación de las y los Prisioneros Políticos en Colombia, destacando los escenarios posibles para su liberación, especialmente de quienes se encuentran en condiciones tortuosas de reclusión, como pasos necesarios para abonar el camino de la Paz estable y duradera.

 

Metodología

 

El Foro “PRISIONEROS POLÍTICOS Y DIALOGOS PAZ” se llevará a cabo el día 15 de octubre de 2015, desde las 8: am, en el Auditorio Camilo Torres de la Universidad Nacional de Colombia con sede en la ciudad de Bogotá.

 

El foro contará con la participación de 140 delegados provenientes de distintas regiones del país, quienes fungirán como portavoz de las y los prisioneros políticos articulados en 21 colectivos intramuros, presentaran debates actuales y asumirán el compromiso de replicar el foro y sus conclusiones con los colectivos de prisioneros/as políticos/as.

 

El Foro se instalará a las 9:00 am y terminará a las 3:30 pm, tiempo en el cual se desarrollarán dos (2) paneles, que se detallan abajo en la programación; cada intervención de los panelistas se desarrollará en un tiempo de 30 minutos, y cada panel tendrá al finalizar un tiempo de 30 minutos adicionales para preguntas y respuestas. En el segundo panel se abrirá un espacio para la exposición de tres (3) ponencias regionales que se seleccionaran previamente por el equipo organizador, cada ponencia tendrá un tiempo de 20 minutos.

 

El foro contará con un (1) moderador, que direccionará el debate, y dos (2) relatores, que recogerán las principales reflexiones y conclusiones, las cuales se entregarán formalmente a la Mesa de Diálogos en la Habana en la tercera semana de octubre de 2015.

 

Clausuraremos el foro mediante acto público, que iniciará a las 5:00 pm en la Plaza “CHE” de la Universidad Nacional de Colombia, donde realizaremos un acto simbólico y cultural por la Libertad de las y los Prisioneros Políticos y enApoyo a los Diálogos de Paz, y finalizará a las 7:00 pm.

 

El foro será de carácter público, podrán participar en él todas las personas que estén interesadas, quienes podrán inscribirse a través del correo coalición.lvm@gmail.com, con el asunto “Inscripción Foro PP”. Del mismo modo, las organizaciones o colectivos interesados en presentar ponencias deberán inscribirlas hasta el 30 de septiembre de 2015y enviar los textos en formato Word al mismo correo electrónico, con el asunto “inscripción de ponencia”. Se seleccionaran tres (3) ponencias regionales para ser presentadas en el foro.

 

Se priorizara la inscripción de ponencia de organizaciones defensoras de derechos humanos, abogados/as defensores/as de Prisioneros/as Políticos/as, familiares de Prisioneros/as Políticos/as, víctimas de persecución y prisión política y académicos expertos en el tema.

 

Programación

 

 

FORO NACIONAL PRISIONEROS POLÍTICOS Y DIALOGOS DE PAZ

OCTUBRE 25 DE 2015

 

 

08:00 -09:30

Instalación

09:30 -12:30

Panel 1:  Causas del Conflicto y Prisioneros Políticos

09:30-10:00

Causas Históricas del Conflicto

10:00-10:30

Situación de las y los Prisioneros Políticos en Perspectiva de Paz

10:30-11:00

Juridicidad Insurgente y diálogos de Paz

11:00-11:30

Justicia Integral para la Paz y Prisioneros Políticos

11:30-12:00

Preguntas y respuestas

12:00 -02:00

Almuerzo

02:00-05:00

Panel 2: Solidaridad Internacional y Perspectivas Regionales

02:00-02:30

Caso de Simón Trinidad

02:30-03:00

Carta Humanitaria Por La Libertad 71 Prisioneros Políticos Colombianos

03:00-04:00

Ponencias Regionales

04:00-04:30

Preguntas y respuestas

05:00-07:00

Acto Público por la Libertad de las y los prisioneros Políticos Colombianos y en Apoyo a los Diálogos de Paz.

 

 

CONVOCA:

Coalición Nacional e Internacional Por el Trato Digno y la Libertad de las y los Prisioneros Políticos “Larga vidas  a las Mariposas”

Campaña Traspasa Los Muros

Corporación Solidaridad Jurídica

Corporación Semilla y Memoria

Corporación Colectivo de Abogados Suyana

Corporación Nelson Mandela

Comité Permanente Para la Defensa de los Derechos Humanos

Fundación de Solidaridad y Defensa con la Población Carcelaria “Juan David Pinedo”

Fundación Lazos de Dignidad -FLD-

 

Informes:

coalición.lvm@gmail.com

@traspasamuros 


-- 
Fundación Lazos de Dignidad - FLD
@FLazosDignidad
Telefax 2816087


El Papa Francisco en la ONU: La guerra es la negación de todos los derechos

25 de Setembro de 2015, 14:15, por Rosa C. Báez Valdés
 
 
El Papa Francisco interviene en la Asamblea General de la ONU. Foto: Mary Altaffer/ AP

El Papa Francisco interviene en la Asamblea General de la ONU. Foto: Mary Altaffer/ AP

Una vez más, siguiendo una tradición de la que me siento honrado, el Secretario General de las Naciones Unidas ha invitado al Papa a dirigirse a esta honorable Asamblea de las Naciones. En nombre propio y en el de toda la comunidad católica, Señor Ban Ki-moon, quiero expresarle el más sincero y cordial agradecimiento. Agradezco también sus amables palabras. Saludo asimismo a los Jefes de Estado y de Gobierno aquí presentes, a los Embajadores, diplomáticos y funcionarios políticos y técnicos que les acompañan, al personal de las Naciones Unidas empeñado en esta 70a Sesión de la Asamblea General, al personal de todos los programas y agencias de la familia de la ONU, y a todos los que de un modo u otro participan de esta reunión. Por medio de ustedes saludo también a los ciudadanos de todas las naciones representadas en este encuentro. Gracias por los esfuerzos de todos y de cada uno en bien de la humanidad.

Esta es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas. Lo hicieron mis predecesores Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y, mi más reciente predecesor, hoy el Papa emérito Benedicto XVI, en 2008. Todos ellos no ahorraron expresiones de reconocimiento para la Organización, considerándola la respuesta jurídica y política adecuada al momento histórico, caracterizado por la superación tecnológica de las distancias y fronteras y, aparentemente, de cualquier límite natural a la afirmación del poder. Una respuesta imprescindible ya que el poder tecnológico, en manos de ideologías nacionalistas o falsamente universalistas, es capaz de producir tremendas atrocidades. No puedo menos que asociarme al aprecio de mis predecesores, reafirmando la importancia que la Iglesia Católica concede a esta institución y las esperanzas que pone en sus actividades.

La historia de la comunidad organizada de los Estados, representada por las Naciones Unidas, que festeja en estos días su 70 aniversario, es una historia de importantes éxitos comunes, en un período de inusitada aceleración de los acontecimientos. Sin pretensión de exhaustividad, se puede mencionar la codificación y el desarrollo del derecho internacional, la construcción de la normativa internacional de derechos humanos, el perfeccionamiento del derecho humanitario, la solución de muchos conflictos y operaciones de paz y reconciliación, y tantos otros logros en todos los campos de la proyección internacional del quehacer humano. Todas estas realizaciones son luces que contrastan la oscuridad del desorden causado por las ambiciones descontroladas y por los egoísmos colectivos. Es cierto que aún son muchos los graves problemas no resueltos, pero es evidente que, si hubiera faltado toda esa actividad internacional, la humanidad podría no haber sobrevivido al uso descontrolado de sus propias potencialidades. Cada uno de estos progresos políticos, jurídicos y técnicos son un camino de concreción del ideal de la fraternidad humana y un medio para su mayor realización.

Rindo por eso homenaje a todos los hombres y mujeres que han servido leal y sacrificadamente a toda la humanidad en estos 70 años. En particular, quiero recordar hoy a los que han dado su vida por la paz y la reconciliación de los pueblos, desde Dag Hammarskjöld hasta los muchísimos funcionarios de todos los niveles, fallecidos en las misiones humanitarias, de paz y de reconciliación.

La experiencia de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos es siempre necesaria, progresando hacia el objetivo último de conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. Tal necesidad de una mayor equidad, vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas. Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia.

La labor de las Naciones Unidas, a partir de los postulados del Preámbulo y de los primeros artículos de su Carta Constitucional, puede ser vista como el desarrollo y la promoción de la soberanía del derecho, sabiendo que la justicia es requisito indispensable para obtener el ideal de la fraternidad universal. En este contexto, cabe recordar que la limitación del poder es una idea implícita en el concepto de derecho. Dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia, significa que ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus agrupaciones sociales. La distribución fáctica del poder (político, económico, de defensa, tecnológico, etc.) entre una pluralidad de sujetos y la creación de un sistema jurídico de regulación de las pretensiones e intereses, concreta la limitación del poder. El panorama mundial hoy nos presenta, sin embargo, muchos falsos derechos, y –a la vez– grandes sectores indefensos, víctimas más bien de un mal ejercicio del poder: el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos. Dos sectores íntimamente unidos entre sí, que las relaciones políticas y económicas preponderantes han convertido en partes frágiles de la realidad. Por eso hay que afirmar con fuerza sus derechos, consolidando la protección del ambiente y acabando con la exclusión.

Ante todo, hay que afirmar que existe un verdadero «derecho del ambiente» por un doble motivo. Primero, porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. El hombre, aun cuando está dotado de «capacidades inéditas» que «muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico» (Laudato si’, 81), es al mismo tiempo una porción de ese ambiente. Tiene un cuerpo formado por elementos físicos, químicos y biológicos, y solo puede sobrevivir y desarrollarse si el ambiente ecológico le es favorable. Cualquier daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad. Segundo, porque cada una de las creaturas, especialmente las vivientes, tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creaturas. Los cristianos, junto con las otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador, pero que no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla. Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental (cf. ibíd., 81).

El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (discapacitados) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada «cultura del descarte».

Lo dramático de toda esta situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias, me lleva junto a todo el pueblo cristiano y a tantos otros a tomar conciencia también de mi grave responsabilidad al respecto, por lo cual alzo mi voz, junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas. La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza. Confío también que la Conferencia de París sobre cambio climático logre acuerdos fundamentales y eficaces.

No bastan, sin embargo, los compromisos asumidos solemnemente, aun cuando constituyen un paso necesario para las soluciones. La definición clásica de justicia a que aludí anteriormente contiene como elemento esencial una voluntad constante y perpetua: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi. El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado. Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias. Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos.

La multiplicidad y complejidad de los problemas exige contar con instrumentos técnicos de medida. Esto, empero, comporta un doble peligro: limitarse al ejercicio burocrático de redactar largas enumeraciones de buenos propósitos –metas, objetivos e indicadores estadísticos–, o creer que una única solución teórica y apriorística dará respuesta a todos los desafíos. No hay que perder de vista, en ningún momento, que la acción política y económica, solo es eficaz cuando se la entiende como una actividad prudencial, guiada por un concepto perenne de justicia y que no pierde de vista en ningún momento que, antes y más allá de los planes y programas, hay mujeres y hombres concretos, iguales a los gobernantes, que viven, luchan y sufren, y que muchas veces se ven obligados a vivir miserablemente, privados de cualquier derecho.

Para que estos hombres y mujeres concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos actores de su propio destino. El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos. Deben ser edificados y desplegados por cada uno, por cada familia, en comunión con los demás hombres y en una justa relación con todos los círculos en los que se desarrolla la socialidad humana –amigos, comunidades, aldeas y municipios, escuelas, empresas y sindicatos, provincias, naciones–. Esto supone y exige el derecho a la educación –también para las niñas, excluidas en algunas partes–, que se asegura en primer lugar respetando y reforzando el derecho primario de las familias a educar, y el derecho de las Iglesias y de agrupaciones sociales a sostener y colaborar con las familias en la formación de sus hijas e hijos. La educación, así concebida, es la base para la realización de la Agenda 2030 y para recuperar el ambiente.

Al mismo tiempo, los gobernantes han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social. Ese mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad del espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y los otros derechos cívicos.

Por todo esto, la medida y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa, y más en general libertad del espíritu y educación. Al mismo tiempo, estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es el derecho a la vida y, más en general, lo que podríamos llamar el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana.

La crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana. Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición de lucro y de poder, deben ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre: «El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza» (Benedicto XVI, Discurso al Parlamento Federal de Alemania, 22 septiembre 2011; citado en Laudato si’, 6). La creación se ve perjudicada «donde nosotros mismos somos las últimas instancias [...] El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que solo nos vemos a nosotros mismos» (Id., Discurso al Clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone, 6 agosto 2008; citado ibíd.). Por eso, la defensa del ambiente y la lucha contra la exclusión exigen el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que comprende la distinción natural entre hombre y mujer (cf. Laudato si’, 155), y el absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones (cf. ibíd., 123; 136).

Sin el reconocimiento de unos límites éticos naturales insalvables y sin la actuación inmediata de aquellos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de «salvar las futuras generaciones del flagelo de la guerra» (Carta de las Naciones Unidas, Preámbulo) y de «promover el progreso social y un más elevado nivel de vida en una más amplia libertad» (ibíd.) corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, en palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables.

La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y entre los pueblos.

Para tal fin hay que asegurar el imperio incontestado del derecho y el infatigable recurso a la negociación, a los buenos oficios y al arbitraje, como propone la Carta de las Naciones Unidas, verdadera norma jurídica fundamental. La experiencia de los 70 años de existencia de las Naciones Unidas, en general, y en particular la experiencia de los primeros 15 años del tercer milenio, muestran tanto la eficacia de la plena aplicación de las normas internacionales como la ineficacia de su incumplimiento. Si se respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz. Cuando, en cambio, se confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico.

El Preámbulo y el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas indican los cimientos de la construcción jurídica internacional: la paz, la solución pacífica de las controversias y el desarrollo de relaciones de amistad entre las naciones. Contrasta fuertemente con estas afirmaciones, y las niega en la práctica, la tendencia siempre presente a la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva como pueden ser las nucleares. Una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser «Naciones unidas por el miedo y la desconfianza». Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos.

El reciente acuerdo sobre la cuestión nuclear en una región sensible de Asia y Oriente Medio es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia. Hago votos para que este acuerdo sea duradero y eficaz y dé los frutos deseados con la colaboración de todas las partes implicadas.

En ese sentido, no faltan duras pruebas de las consecuencias negativas de las intervenciones políticas y militares no coordinadas entre los miembros de la comunidad internacional. Por eso, aun deseando no tener la necesidad de hacerlo, no puedo dejar de reiterar mis repetidos llamamientos en relación con la dolorosa situación de todo el Oriente Medio, del norte de África y de otros países africanos, donde los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos e incluso junto con aquella parte de los miembros de la religión mayoritaria que no quiere dejarse envolver por el odio y la locura, han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y haberes y han sido puestos en la disyuntiva de huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud.

Estas realidades deben constituir un serio llamado a un examen de conciencia de los que están a cargo de la conducción de los asuntos internacionales. No solo en los casos de persecución religiosa o cultural, sino en cada situación de conflicto, como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean. En las guerras y conflictos hay seres humanos singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que se convierten en material de descarte cuando solo la actividad consiste en enumerar problemas, estrategias y discusiones.

Como pedía al Secretario General de las Naciones Unidas en mi carta del 9 de agosto de 2014, «la más elemental comprensión de la dignidad humana [obliga] a la comunidad internacional, en particular a través de las normas y los mecanismos del derecho internacional, a hacer todo lo posible para detener y prevenir ulteriores violencias sistemáticas contra las minorías étnicas y religiosas» y para proteger a las poblaciones inocentes.

En esta misma línea quisiera hacer mención a otro tipo de conflictividad no siempre tan explicitada pero que silenciosamente viene cobrando la muerte de millones de personas. Otra clase de guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico. Una guerra «asumida» y pobremente combatida. El narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción. Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones.

Comencé esta intervención recordando las visitas de mis predecesores. Quisiera ahora que mis palabras fueran especialmente como una continuación de las palabras finales del discurso de Pablo VI, pronunciado hace casi exactamente 50 años, pero de valor perenne: «Ha llegado la hora en que se impone una pausa, un momento de recogimiento, de reflexión, casi de oración: volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común. Nunca, como hoy, [...] ha sido tan necesaria la conciencia moral del hombre, porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia, que, bien utilizados, podrán [...] resolver muchos de los graves problemas que afligen a la humanidad» (Discurso a los Representantes de los Estados, 4 de octubre de 1965). Entre otras cosas, sin duda, la genialidad humana, bien aplicada, ayudará a resolver los graves desafíos de la degradación ecológica y de la exclusión. Continúo con Pablo VI: «El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas» (ibíd.).

La casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal y sobre el respeto de la sacralidad de cada vida humana, de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los que se juzgan descartables porque no se los considera más que números de una u otra estadística. La casa común de todos los hombres debe también edificarse sobre la comprensión de una cierta sacralidad de la naturaleza creada.

Tal comprensión y respeto exigen un grado superior de sabiduría, que acepte la trascendencia, renuncie a la construcción de una elite omnipotente, y comprenda que el sentido pleno de la vida singular y colectiva se da en el servicio abnegado de los demás y en el uso prudente y respetuoso de la creación para el bien común. Repitiendo las palabras de Pablo VI, «el edificio de la civilización moderna debe levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de sostenerlo, sino también de iluminarlo» (ibíd.).

El gaucho Martín Fierro, un clásico de la literatura en mi tierra natal, canta: «Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera».

El mundo contemporáneo, aparentemente conexo, experimenta una creciente y sostenida fragmentación social que pone en riesgo «todo fundamento de la vida social» y por lo tanto «termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los propios intereses» (Laudato si’, 229).

El tiempo presente nos invita a privilegiar acciones que generen dinamismos nuevos en la sociedad hasta que fructifiquen en importantes y positivos acontecimientos históricos (cf. Evangelii gaudium, 223). No podemos permitirnos postergar «algunas agendas» para el futuro. El futuro nos pide decisiones críticas y globales de cara a los conflictos mundiales que aumentan el número de excluidos y necesitados.

La laudable construcción jurídica internacional de la Organización de las Naciones Unidas y de todas sus realizaciones, perfeccionable como cualquier otra obra humana y, al mismo tiempo, necesaria, puede ser prenda de un futuro seguro y feliz para las generaciones futuras. Lo será si los representantes de los Estados sabrán dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común. Pido a Dios Todopoderoso que así sea, y les aseguro mi apoyo, mi oración y el apoyo y las oraciones de todos los fieles de la Iglesia Católica, para que esta Institución, todos sus Estados miembros y cada uno de sus funcionarios, rinda siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso de la diversidad y que sepa potenciar, para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano.

La bendición del Altísimo, la paz y la prosperidad para todos ustedes y para todos sus pueblos. Gracias.

Tomado de Cubadebate



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