Por Salim Lamrani
La política latinoamericana es una de las prioridades del quinquenio de François Hollande. Desde su llegada al poder en 2012 ha adoptado un nuevo enfoque con esta región del mundo. Al dedicar a Cuba su primera visita al continente americano en mayo de 2015, el presidente Hollande mandó un mensaje fuerte a los 33 países de la zona, que apreciaron en su justo valor ese gesto profundamente simbólico.[1]
La visita de Raúl Castro a Francia del 30 de enero al 2 de febrero de 2016, primer viaje oficial de un presidente cubano desde la independencia de la isla en 1902, cimentó la relación bilateral entre ambas naciones. Al calificar la estancia del presidente cubano de “visita de Estado”, el rango protocolar más alto para los encuentros entre líderes internacionales, Francia expresó su voluntad de mantener relaciones respetuosas con América Latina basadas en la igualdad soberana entre todos los Estados, sin importar su poder económico o su dimensión geográfica.
Por su parte, Cuba agradeció el papel precursor de Francia al elegir París como destino del primer viaje oficial de Raúl Castro a la Unión Europea. El presidente cubano enfatizó “el muy positivo nivel de nuestras relaciones bilaterales”.[2]
Cuba, autoridad moral de América Latina
El presidente Hollande, consciente de que Cuba representa la autoridad moral de América Latina, hizo del fortalecimiento de los lazos con Cuba una prioridad. “Cuba es respetada y escuchada en toda América Latina”, declaró durante su alocución pronunciada en la cena de Estado ofrecida en honor de Raúl Castro el 1 de febrero de 2016. En efecto, el prestigio de la isla en el continente es inmenso y supera las oposiciones de orden político e ideológico.[3]
Así, Cuba desempeñó un papel fundamental en la resolución del conflicto colombiano y la firma del acuerdo histórico entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2015. François Hollande rindió homenaje a la implicación de las autoridades cubanas: “Quiero destacar el papel esencial que usted desempeñó, señor presidente, en el proceso de paz de Colombia cuyas negociaciones se realizan en La Habana y que tienen como meta poner fin a un conflicto que dura desde hace más de sesenta años. Esta solución no habría sido posible sin la mediación cubana”.[4]
París también saludó la política solidaria de La Habana con las poblaciones más desheredadas del planeta. En efecto, actualmente, cerca de 60.000 médicos y otro personal de salud trabajan voluntariamente en las regiones rurales del Tercer Mundo, particularmente en América Latina. El presidente francés recordó este compromiso: “No olvido la solidaridad de la que ha hecho gala Cuba con el resto del continente cada vez que hubo una prueba. Me refiero en especial al Caribe, donde Francia está presente a través de sus entidades territoriales de ultramar”.[5]
Las campañas humanitarias de Cuba superan las fronteras continentales y lo mismo ocurre con su prestigio. Por ello el papa Francisco y el patriarca Kiril de la Iglesia ortodoxa rusa, que representan respectivamente a 1.200 millones y 130 millones de fieles, eligieron Cuba como sede para un encuentro histórico. Este intercambio tendrá lugar el 12 de febrero de 2016 en La Habana, día de la Fiesta de los Tres Santos Doctores, celebración importante para la Iglesia ortodoxa rusa.[6]
Raúl Castro estará presente en la firma de la declaración conjunta que acercará a las dos instituciones cristianas más importantes, reforzando así el papel de Cuba como mediador. Según Federico Lombardi, responsable de comunicación del Vaticano, “por primera vez desde hace cientos de años, siglos, un papa se encuentra con el primado de la Iglesia ortodoxa rusa. Ello tiene una importancia extraordinaria” y representa un “señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad”. Según el Vaticano, Cuba es un lugar “muy importante”, de ahí la elección de la isla del Caribe como anfitriona para un encuentro capital en la historia de la cristiandad. Es el primer encuentro entre la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente desde el Gran Cisma de 1054, hace cerca de un milenio.[7]
El papel de Cuba en la Conferencia de París sobre el Clima
François Hollande, al recibir a Raúl Castro, quiso agradecer la implicación de Cuba en la preservación del medio ambiente, así como su compromiso constructivo en la Conferencia de Paris sobre el Clima de 2015. La Habana usó todas sus relaciones para contribuir al éxito del encuentro vital para la salvaguardia del planeta. El presidente francés no olvidó ese apoyo: “Quiero subrayar lo útil que fue la voz de Cuba el 12 de diciembre durante la Cumbre de París sobre el Clima”.[8]
El compromiso de Cuba no es casual ya que la isla es un ejemplo único en materia de protección del medio ambiente. Según la asociación Word Wild Fund for Nature, la más importante organización de defensa de la naturaleza del mundo, con más de 5 millones de miembros y una presencia en más de 100 países, Cuba es la única nación del mundo que ha alcanzado un desarrollo sostenible. Según la entidad, “el desarrollo sostenible es un compromiso para ‘mejorar la calidad de la vida humana y vivir dentro de los límites de la capacidad de carga de los ecosistemas que nos permiten existir’. Un desarrollo sostenible exitoso implica, al menos, que el mundo en su totalidad responda conjuntamente a estos dos criterios [...]. Ni el mundo en su totalidad, ni ninguna región tomada separadamente responde conjuntamente a los dos criterios de desarrollo sostenible. Sólo Cuba lo logra, según los datos que este país proporciona a las Naciones Unidas”.[9]
Rechazo de las sanciones económicas
François Hollande también llamó al presidente Barack Obama a poner término a las sanciones económicas que afectan a todas las categorías de la población cubana y que impactan en todos los sectores de la sociedad. Aunque destacó la política de apertura del inquilino de la Casa Blanca, no dejó de señalar el principal obstáculo a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana: “Lo más importante está aún por llegar y es el levantamiento del embargo unilateral que ha infligido durante demasiado tiempo un sufrimiento inaceptable al pueblo cubano y entorpece los intercambios que podamos tener con este país. Francia fue uno de los primeros países en denunciar esta decisión de embargo y de bloqueo en las Naciones Unidas. Cada año nuestra diplomacia apoya en la Asamblea General la necesidad de levantar el bloqueo”.[10]
El Eliseo tiene efectivamente en la memoria las multas récord que infligió Estados Unidos a varios bancos franceses durante los últimos dos años. En 2014, BNP Paribas tuvo que pagar la suma astronómica de 6.500 millones de euros a Washington por mantener relaciones financieras con La Habana. En 2015 Crédit agricole fue condenado a una multa de 694 millones de euros en Estados Unidos por realizar, entre otros asuntos, transacciones en dólares con Cuba. Conviene recordar que esas dos entidades respetaron escrupulosamente la legislación francesa, el derecho europeo y el derecho internacional. Ambas fueron víctimas, como muchas otras empresas mundiales, de la aplicación extraterritorial –y por consiguiente ilegal– de las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba.[11]
La Habana expresó su gratitud a Francia por su apoyo indefectible en su lucha por el levantamiento del estado de sitio económico. Raúl Castro destacó esta solidaridad: “Reconocemos su clara posición de denuncia del bloqueo que persiste contra Cuba y constituye el principal obstáculo a nuestras relaciones económicas, comerciales y financieras con el mundo y, en particular, con Francia.[12]
Rechazo de la Posición Común de la Unión Europea
Del mismo modo, el presidente Hollande llamó a Bruselas a poner término a la Posición Común que la Unión Europea aplica a Cuba desde 1996, una época en la que la UE subordinó su política exterior a la de Estados Unidos. Discriminatoria, ilegítima y contraproducente, constituye hoy el principal obstáculo a la normalización total de las relaciones entre Europa y Cuba. El presidente francés lanzó un llamado a la razón: “Francia tiene la voluntad de acercar a la Unión Europa y Cuba, dando marcha atrás a la Posición Común, que sólo es un obstáculo a los intercambios y ya no tiene sentido”.[13]
Esta medida que constituye el pilar de la política exterior de Bruselas se aplica únicamente a La Habana en América Latina. Se adoptó en 1996 cuando el expresidente español José María Aznar asumió la presidencia de la Unión Europea y accedió a la exigencia de Washington de adoptar la misma postura hostil hacia Cuba. En contrapartida Estados Unidos se comprometía a no sancionar a las empresas europeas que pudieran verse afectadas por la aplicación extraterritorial de la ley Helms-Burton, promulgada ese mismo año.[14]
Cuba apreció en su justo valor la posición constructiva de Francia y su apoyo político en este asunto. “Francia ha desempeñado un positivo liderazgo, favoreciendo una mejor relación entre la Unión Europea y Cuba”, apuntó Raúl Castro.[15]
Fortalecimiento de la relación bilateral
La visita de Raúl Castro a Francia fue la ocasión de desarrollar la cooperación económica entre ambos países. Se firmaron varios contratos en los sectores de la infraestructura, agricultura, energía, comercio sostenible, biotecnología y turismo, reforzando así la presencia de las empresas francesas en la isla del Caribe. En la actualidad casi 60 entidades, entre ellas Air France, Pernod-Ricard y Bouygues, se encuentran en Cuba. Francia ocupa el puesto 12 de los socios comerciales de Cuba.[16]
Por otra parte se creó un fondo de inversión franco-cubano dotado de más de 200 millones de euros, procedentes de la deuda cubana con Francia, para “acelerar los proyectos de inversión de Francia en Cuba” [17] y “acompañar a Cuba y su desarrollo original y respetando su identidad”. La Agencia Francesa de Desarrollo abrirá pronto una oficina en La Habana.[18]
“Francia ha sido, es y será un importante socio económico de Cuba”, recordó Raúl Castro. Cuba no ha olvidado el compromiso económico de Francia tras el desmoronamiento de la Unión Soviética, en pleno Periodo Especial, mientras el país atravesaba la peor crisis económica de su historia. “Empresas francesas nos acompañaron en los momentos más difíciles, resistiendo presiones extraterritoriales derivadas del injusto bloqueo norteamericano”, enfatizó el presidente cubano, expresando su gratitud.[19]
Ambos países también declararon su voluntad de reforzar la cooperación técnica, científica, cultural y académica. “Nuestros dos países comparten el mismo apego por la educación y la ciencia. Deseo que se multipliquen los intercambios de estudiantes y que trabajemos juntos en un acuerdo de reconocimiento de títulos y diplomas”, enfatizó François Hollande.[20]
Al hacer de Cuba una prioridad para el desarrollo de las relaciones con América Latina, el Eliseo ha demostrado una gran inteligencia política. Primer presidente de la Unión Europea que viaja a Cuba y primero en recibir la visita oficial de un presidente cubano, François Hollande ha reforzado el prestigio de Francia no sólo en la isla del Caribe sino también en toda América Latina, donde la patria de José Martí ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos. La gira histórica, primera desde el viaje del General De Gaulle en 1964, que llevará al presidente francés a Argentina, Uruguay y Perú a finales de febrero de 2016 se presenta ya como un éxito. Indudablemente París desempeñará en el futuro un papel preponderante en las relaciones entre Europa y América Latina.
*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, the Media, and the Challenge of Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de Eduardo Galeano.
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
[1] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», Palais de l’Elysée, 1 de febrero de 2016. http://www.elysee.fr/declarations/article/toast-a-l-occasion-de-la-visite-de-raul-castro/ (sitio consultado el 6 de febrero de 2016).
[2] Raúl Castro, «Raúl en Francia: Nuevas perspectivas se abren en esta positiva dinámica de intercambios», Cubadebate, 1 de febrero de 2016.
[3] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
[4] Ibid.
[5] Ibid.
[6] Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, “Declaración”, 5 de febrero de 2016. http://www.cubaminrex.cu/es/declaracion-del-ministerio-de-relaciones-exteriores-51 (sitio consultado el 6 de febrero de 2016).
[7] Radio Vatican, «Le Patriarche Cyrille et la Pape François se rencontreront à Cuba le 12 février», 5 de febrero de 2016. http://fr.radiovaticana.va/news/2016/02/05/le_patriarche_cyrille_et_le_pape_fran%C3%A7ois_se_rencontreront_%C3%A0_cuba_le_12_f%C3%A9vrier/1206168 (sitio consultado el 6 de febrero de 2016); Laurence Faure, « Le Pape François et le patriarche Kirill se rencontreront à Cuba », La Vie, 5 de febrero de 2016.
[8] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
[9] World Wild for Fund, Rapport Planète vivante 2006, 2006, p. 21.
[10] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
[11] Salim Lamrani, “Les contradictions de Barack Obama vis-à-vis de Cuba”, Médiapart, 26 de octubre de 2015.
[12] Raúl Castro, «Raúl en Francia: Nuevas perspectivas se abren en esta positiva dinámica de intercambios», op. cit.
[13] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
[14] Salim Lamrani, Double Morale: Cuba, l’Union européenne et les droits de l’homme, Paris, Editions Estrella, 2008.
[15] Raúl Castro, «Raúl en Francia: Nuevas perspectivas se abren en esta positiva dinámica de intercambios», op. cit.
[16] Ibid.
[17] France 24, «Hollande appelle Obama à effacer ‘pleinement’ l’embargo à Cuba», 2 de febrero de 2016.
[18] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
[19] Raúl Castro, «Raúl en Francia: Nuevas perspectivas se abren en esta positiva dinámica de intercambios», op. cit.
[20] François Hollande, «Toast à l’occasion de la visite de Raúl Castro», op. cit.
Enviado por su autor y publicado originalmente en Rebelión