Por Rosa C. Báez
Tenía apenas 6 años, cuando los gritos estentóreos de mi tía nos despertaron a todos en casa, mientras retumbaban las chapas de zinc al conjuro de sus golpes: ¡Se fue Batista, se fue Batista, libertad, libertad, libertad!! Y aunque desde mi infancia no lograba entender qué pasaba, sí veía la inmensa alegría de los míos… y supe que ese día permanecería en mi memoria…
Casi 56 años han pasado, y de nuevo gritos de alegría interrumpen mi sueño: "¡¡levántateeeeeeeee están diciendo en TeleSur que liberaron a Gross!! ¡¡Y eso tiene que ser que soltaron a los muchachos porque Raúl no va a ser bobo!!"
Corrí a la TV, a encender la computadora, a llorar y a reír ¡todo a la vez!! De inmediato el teléfono repiqueteando, yo llamando a los hermanos que corrieran a ver la TV, los correos llegando con preguntas, con la confirmación desde el Comité Nacional de los Estados Unidos:
THE CUBAN FIVE ARE FREE!!!
Otros nos confirmaban, "los familiares están reunidos", "ya están en Cuba", "recibí mensaje: quiero estar ahí con ustedes y brindar con ron"… mientras nosotros no dejábamos de mirar el reloj, hasta que al fin nuestro Presidente Raúl nos confirmó la noticia: Los tres que restaban están en Cuba…
No hace falta, hermanos míos que les diga cuan enorme es mi alegría… Ustedes lo saben tanto como yo… sólo espero el momento de poderlos abrazar.
Gracias a la solidaridad internacional, a los senadores, presidentes, al pueblo de todos los países que bajo lluvia, nieve o sol, no cejaron en el empeño. Gracias al Papa Francisco, gracias a Obama que tuvo en su mano hacerlo y lo hizo… como dijo, hizo que Estados Unidos cambiara la historia, ahora a trabajar todos en un marco de respeto mutuo para dejar atrás años de incomprensiones.
Gracias a la vida, por permitirme vivir este momento.