Por Javier Larrain P.*
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Hay una coincidencia muy fuerte entre los gobiernos progresistas de América Latina y todo eso que piensa, hace y habla el papa Francisco |
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Durante la noche del martes el fraile dominico brasileño Frei Betto se comunicó con La Época para decirnos que estaba “encantado” de poder responder un cuestionario, en el marco de la visita del Papa al país, que le habíamos comentado rápidamente el día anterior. Teólogo de la Liberación, prolijo escritor y orador, no pocos crecimos leyendo su clásico libro: Fidel y la religión (1985), un inestimable trabajo donde en diálogo con el dirigente cubano establecen los puentes entre el cristianismo y el comunismo. La Época (LE).- Ud. Ha señalado que la primera visita papal a Suramérica se hace a Ecuador, Bolivia y Paraguay porque estos pueblos fueron históricamente explotados. ¿Hay una identificación particular del papa Francisco con los más débiles? Frei Betto (FB).- Es cierto. El papa Francisco está en la línea de la opción por los pobres, misma de la Teología de la Liberación. En todos sus pronunciamientos y documentos siempre subraya la opción preferencial por los pobres. Incluso, ahora, en su encíclica sobre el tema socio ambiental, que es hecha en homenaje a San Francisco de Asís, dice que “la degradación de la Tierra sacrifica más directamente a los pobres” y que “no se puede separar la defensa del medio ambiente de la defensa de los derechos de los pobres”. Creo que la opción por visitar estos países va en la línea de un pontificado que quiere valorar el mundo de los pobres. LE.- ¿Cómo se alcanzan la “inclusión social” y la “libertad” en mundo capitalista? FB.- La inclusión social va a ocurrir en la medida que combatamos las estructuras del mundo capitalista. El Papa es muy crítico, tanto en su documento Alegría del Evangelio como en la encíclica condena no solo los efectos del capitalismo sino además las causas, las estructuras que promueven esa desigualdad. Nos alerta que debemos buscar nuevos modelos de sociedad –incluso subraya la economía solidaria– para lograr una civilización más justa. Tiene en su misión alertar y nosotros, en nuestros movimientos políticos y sociales, debemos encontrar, en cada país, la manera de superar estas estructuras capitalistas y construir otro mundo posible. LE.- ¿Se puede ser cristiano y creer en el capitalismo? FB.- No. Pienso que es un equívoco muy común, lamentablemente, porque muchos cristianos no perciben que el capitalismo es intrínsecamente malo e injusto, que significa –como dice su nombre– la prevalencia del capital sobre los derechos humanos. Hay muchos cristianos que ingenuamente son capitalistas, como hay muchos capitalistas que se dicen cristianos. Pero eso es un equívoco en la medida que el mensaje de Jesús era profundamente anticapitalista en el sentido de que todos nosotros tenemos derecho de vivir como hermanos y hermanas y compartir los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano. LE.- ¿Hay coincidencias entre los proyectos políticos de los gobiernos progresistas de la región y el pensamiento y praxis del papa Francisco? FB.- Sin duda hay mucha coincidencia, por eso el papa Francisco ha promovido en Roma, hace dos años, el Encuentro de Movimientos Sociales, de líderes de movimientos de todo el mundo, incluso invitó a Evo Morales no como Jefe de Estado sino como líder del movimiento indígena de Bolivia. Nunca en la historia de la Iglesia un Papa había invitado a dirigentes sociales para discutir el tema de la tierra, el techo, el trabajo, la vivienda, etc. Hay una coincidencia muy fuerte entre los gobiernos progresistas de América Latina y todo eso que piensa, hace y habla el papa Francisco. LE.- Para muchos creyentes y no creyentes fue importante la presencia simbólica del padre Espinal en la reunión entre Evo Morales y el Papa. ¿Cuál es la significación de esto? FB.- Es un reconocimiento de toda esa gente que ha sido martirizada por las represiones dictatoriales que Estados Unidos impuso en América Latina. El hecho de canonizar a Monseñor Romero en El Salvador, el hecho de recibir en el Vaticano a Gustavo Gutiérrez –yo mismo fui recibido el 9 de abril de 2014–, el hecho de estar atento a estos mártires que han derramado su sangre en defensa de los pobres y de los derechos humanos, es un reconocimiento del Papa de que esta es la Iglesia de Jesús, de los Apóstoles, que está comprometida con las trasformaciones sociales y con la construcción de un mundo de justicia y de paz. LE.- ¿Tiene vigencia la Teología de la Liberación? FB.- Claro que la tiene y es cada vez mayor porque ahora tenemos el apoyo del Papa. La Teología de la Liberación nunca ha sido condenada por el Vaticano pero sí ha sido censurada por el papa Juan Pablo II; el propio papa Benedicto XVI no le tenía mucha simpatía. Ahora está revitalizada por este apoyo del papa Francisco, por la convergencia de su pensamiento y acción con todo eso que nosotros defendemos. LE.- ¿Cuál es la importancia de la encíclica Laudato Si? FB.- Es el documento más importante que se ha producido en la historia sobre el tema socio ambiental. No hay ninguna conferencia ecológica, cumbre de jefes de estados sobre medio ambiente, nada que supere este documento. Hay que leerlo con atención porque es un texto muy profundo, actual y muy profético. Pienso que hace una vinculación que ya Chico Mendes, líder ecológico de Brasil, hacía cuando advertía que tenemos que preservar la naturaleza para preservar al ser humano, porque el ser humano es la expresión más admirable de la naturaleza. No se puede separar la defensa de la naturaleza de la defensa de los derechos de los más pobres. LE.- En Ecuador el Papa ha señalado que la humanidad se encuentra en un “espiral de autodestrucción” y que solo se salvará cuando se salve a los pobres, ¿cómo se salva a los pobres y qué significa salvarlos? FB.- Se salva a los más pobres combatiendo las estructuras de injusticia, exigiendo políticas de transformación social, exigiendo el perdón de las deudas externas de los países más pobres. Se salva a los más pobres tomando medidas efectivas que Morales, Correa, Lula, Dilma, y tantos otros presidentes, han asumido en estos últimos años en América Latina, en la dirección de priorizar políticas sociales para garantizar a los más pobres vivienda, trabajo, cultura, el acceso a las escuelas y la salud. El Papa está diciendo que no basta con administrar los abusos del sistema capitalista, hay que ir a sus causas. LE.- Para avanzar en esa liberación humana es imprescindible cambiar nuestra manera de percibir la realidad, ¿cómo se hace ese trabajo? FB.- Ese es un trabajo difícil de hacer porque muchas veces nuestros gobiernos, como ha pasado en Brasil, promueven el bienestar material pero no hacen inclusión política, no realizan un trabajo de politización y concientización de la gente. En consecuencia, la gente tiene una inclusión política pero tiene una mentalidad consumista. Hoy pasa eso en Brasil, la gente fue mal acostumbrada al consumismo por las facilidades de las buenas políticas económicas de los gobiernos de Lula y Dilma, pero ahora la gente no sabe bien como serán las cosas porque quiere cada vez más consumir y no tiene perspectiva política para entender los desafíos que se presentan. Por eso es muy importante ese trabajo de educación política. LE.- ¿Cuáles son los temas que la Iglesia Católica aún tiene pendientes de tratar? FB.- La Iglesia tiene ahora que tratar el tema de la sexualidad. Eso comenzó en el sínodo de la familia, en octubre del año pasado, y se va a continuar este año en la nueva reunión del sínodo de octubre de 2015 en Roma. Desde el siglo XVI la Iglesia no trata profundamente el tema de la sexualidad, de ahí la importancia de abordar ese tema. LE.- ¿Qué temas en específico de la sexualidad se abordarán? FB.- Se abordarán los temas de los curas casados y si pueden o no volver al ministerio sacerdotal; el derecho de los homosexuales de contraer unión; el derecho de la mujer en la Iglesia a ser sacerdote; si el celibato debe ser optativo. Esto entre un conjunto de temas que tienen que ser profundizados en las citas mencionadas. LE.- El Papa ha dicho que “Evangelizar es nuestra revolución”. ¿En qué sentido la acción evangelizadora se convierte en revolucionaria? FB.- Evangelizar es hacer una revolución en el sentido de que la evangelización debe llevar a la gente a cambios de vida y a cambios de estructuras sociales. LE.- Finalmente, en abril Ud. señaló que “Fidel es en quien Dios tiene mucha fe”, ¿por qué? FB.- Porque es un hombre que logró liderar una revolución en Cuba y cambiar las estructuras capitalistas al mismo tiempo de crear las condiciones efectivas de un pueblo que hoy, con todas las dificultades, no vive en la miseria, no tiene narcotráfico, tiene el más alto índice de educación y salud en América Latina. Fidel es una persona que camina dentro de los valores del Evangelio. LE.- ¿Son compatibles los ideales del socialismo con los del cristianismo? FB.- Esa es la meta. El régimen socialista se basa en compartir los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano. Tanto el socialismo como la propuesta del Evangelio están en la línea de Jesús. Éste no vino para fundar una religión o una iglesia, vino para formar un movimiento social que garantice a toda la gente la dignidad de vida. El propio Jesús ha dicho “yo he venido para que todos tengan vida y plenitud”. El socialismo está mucho más cerca del Evangelio que el capitalismo.
* Director de La Época |