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VII Cumbre de las Américas en Panamá: el escenario histórico de la Segunda Independencia de Nuestra América

11 de Abril de 2015, 10:56 , por Rosa C. Báez Valdés - | No one following this article yet.
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Por Lohania Aruca Alonso*

     A pesar de los buenos votos por el éxito del encuentro y las bendiciones expresados en los discursos inaugurales, de la alegría infantil de sus presentadores y la calidad de la orquesta juvenil acompañada de un precioso coro de niños y niñas vestidos con los trajes típicos de las 35 naciones de las Américas, el presidente de los Estados Unidos de América no ocultó su rictus de amargura, tal vez a causa de su honda insatisfacción por todo lo que allí ocurría.

     Un acto donde las palabras más reiteradas fueron: unidad, paz, diálogo, respeto a la soberanía e independencia, desarrollo para aumentar la equidad social… realmente no podía ser del agrado del Señor Barack Obama. 

Muy al contrario, le agrió la noche el presentimiento absolutamente lógico y real de un siguiente día de debates públicos posiblemente tormentosos; de un retiro de posibles conversaciones privadas que no obtengan el fin perseguido; acompañado de un balance final equivalente al fracaso de todas las maniobras previas contra la Venezuela Bolivariana, más apoyada que nunca por Cuba socialista, amén del respaldo de todos los otros gobiernos latinoamericanos y caribeños, cada uno con sus particulares matices, pero todos firmes en lo esencial de la posición de unidad frente al decreto imperial.

    A lo que podría añadirse la carta entregada al presidente Maduro por los vecinos del Chorrillo - la comunidad panameña masacrada en 1989-, que sin dudas será entregada personalmente, en el momento más apropiado a su destinatario, el presidente Obama.

Aunque, pedir perdón por una agresión contra vecindades civiles indefensas no forma parte de las “actitudes” o los “gestos” que caracterizan a los Presidentes estadounidenses, mucho menos la indemnización por los “daños colaterales” que causan sus crímenes de lesa humanidad,  guerreristas.

¿Cómo quedarían las ganancias de sus transnacionales, que cada vez más fomentan la industria armamentista en los EE. UU.,  si a cada país agredido, casi impunemente, tuvieran que pagarle la “indemnización” solicitada? Así que será mejor para el Señor Obama” hacerse el sueco”, es decir, el sordo.

    Tampoco ha pesado mucho en el ánimo general la presencia del Secretario de Estado John Kerry y su publicitada foto junto al digno ministro de Relaciones Exteriores de Cuba; por cierto, con un rostro muy circunspecto. Todavía la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo no ha pasado de ser una recomendación, a la cual se ha referido de forma bastante ambigua Obama, hasta ahora.

¿Cambiará su “gesto” hacia Cuba y su aprobación definitiva se hará más ostensible antes de finalizar la VII Cumbre? ¿Hará algún anuncio extra de los siguientes pasos que dará en la etapa post-Cumbre,  confirmando así su voluntad política de normalizar las relaciones con el legítimo gobierno y la verdadera sociedad civil de la República de Cuba?

Por lo pronto, lo cierto es que bastante tendrá que maniobrar a su regreso a casa con “gestos y palabras” de condolencia frente a la población afro estadounidense,  a la que la policía blanca yanqui, una vez más,  le ha cobrado una víctima en días recientes, asesinando a un infeliz hombre desarmado, por la espalda,  con 8 balazos. La evidencia en este caso es irrefutable, aparece grabada en un video.

¿Cuántas muertes más de afroamericanos tendremos que soportar, sufrir y llorar antes de que en los EE. UU. sea una realidad real y respetable el más importante de los derechos humanos: el respeto a la vida y a la dignidad de un ser humano?

    En fin, que el famoso “legado” que deberá aportar el actual Presidente de los EE. UU. a la Historia, como estela de “gloria” y “recuerdo imperecedero” de sus dos gobiernos sucesivos, se ha convertido en una tarea que “no es fácil”, como diríamos en buen cubano,  cumplir con mira al último año de su mandado, el próximo 2016.

ES ineludible reconocer que el cambio de época se impone. Y también el cambio de los líderes de América Latina y el Caribe frente a los gobernantes del Norte. Ya no doblan sus espinazos lacayunamente frente al Presidente yanqui o sus Embajadores.

Además, tienen programas gubernamentales muy inteligentes para el presente y el futuro inmediato, como lo demostró el presidente Evo Morales al apuntar al desarrollo de la tecnología propia como uno de los ejes más decisivos para lograr la total independencia de América Latina y el Caribe, en su entrevista concedida a Telesur el 10 de abril. 

La realidad es fea, para los representantes del imperio, pero es la única que tienen frente a frente. Les quedan sus opciones de fuerza tradicionales, el garrote: el militar, bastante cuestionable como salida en la actualidad, o, el económico, poco efectivo también si se tiene en cuenta los nuevos inversores y compradores para los productos latinoamericanos-caribeños, China, Rusia… entre otros.

    Esperemos a ver qué pasa en el último día de la VII Cumbre de las Américas. Personalmente, yo apuesto desde ahora y sin vacilación alguna, por un futuro construido sobre la base de la unidad y el interés común de Nuestra América. Desde luego, recordando siempre el sabio lema de Agostinho Neto: “La lucha continúa, la victoria es cierta”.-

La Habana, 11 de abril de 2015.

 

 

*Lohania Aruca Alonso. Cubana. Periodista e investigadora histórica y cultural. Licenciada en Historia, con especialidad en Urbanismo. Máster en Ciencias Estudios sobre América Latina, el Caribe y Cuba Miembro de la UNEAC, la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción y la UPEC. Cumplió tareas como funcionaria del Servicio Exterior del MINREX en Cuba

 

FOTO Reuters / Jonathan Ernst Tomada de Rusia Today

 


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