La fallida subversión anticubana
24 de Outubro de 2014, 1:58 - sem comentários aindaPor Nydia Egremy*
Sin saberlo, con sus impuestos, estadounidenses y europeos financian el terrorismo mercenario y la fabricación de disidentes en Cuba. Hace más de 55 años que Estados Unidos patrocina esos planes contra la isla, así como la rancia derecha española que regala euros mientras priva de bienestar al pueblo ibérico. Crear tensión en la isla con intentos de subversión es un desatino político, económico y diplomático. Con el bloqueo genocida, acciones encubiertas y actos terroristas, la superpotencia sólo pasará a la historia como víctima de sus propios sicarios.
Imaginemos que una potencia extranjera destina dinero, expertos y equipo para capacitar a activistas para subvertir el orden político de otro país. Esa violación al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas ha sido la norma del Gobierno de Estados Unidos (EE. UU.), que aporta recursos, entrena mercenarios y espía a Cuba desde hace más de medio siglo.
Aunque la disidencia cubana se dice demócrata y libertaria, en realidad es una red mercenaria que en el interior de su propio país lucha ferozmente por los fondos del Gobierno estadounidense para atizar el odio entre los cubanos, subvertir la gobernabilidad de su propio país y cometer sabotajes.
Al sostener a esos grupúsculos de interés, el Gobierno de Barack Obama imita a su antecesor George Walker Bush y a los últimos 10 presidentes estadounidenses en su obsesión por descarrilar gobiernos que defienden su soberanía y que aspiran a un mundo sin hegemonías. Un movimiento genuino político nacional no se fabrica en una capital enemiga; la libertad de expresión es cotidiana y lo sabe cualquiera que ha hecho la cola de bodega, como recuerda el abogado cubanoamericano, José Pertierra.
Sin embargo, bajo acción de esos grupos mercenarios, el territorio cubano, sus pobladores y el patrimonio son víctimas del terrorismo y la subversión articulados desde el exterior. La beneficiaria de esas acciones delictivas es la élite depredadora, desnacionalizadora y ávida de poder –no de libertad y democracia– que aspira a reconquistar Cuba para perpetuar la marginación e ignorancia que violarían nuevamente los derechos humanos de más de 12 millones de cubanos.
Ser disidente en Cuba es un negocio redondo. Seguros de que el Gobierno cubano no ejercerá violencia contra ellos, los supuestos luchadores de la libertad de expresión callan ante más de medio siglo de bloqueo genocida que la superpotencia ha impuesto a Cuba y guardan silencio ante la abierta injerencia política, económica y social de los servicios de inteligencia de la superpotencia contra el régimen de la isla.
Los presupuestos clandestinos y abiertos para desestabilizar a Cuba provienen de los contribuyentes estadounidenses. El Congreso oculta a sus ciudadanos el monto real que destina para presionar al Gobierno cubano en el exterior; para capacitar a ciertos actores en nuevas tecnologías de la información; para fortalecer a las organizaciones no gubernamentales (ONG) ligadas a Washington y para sostener a familias de supuestos presos políticos, pseudo-opositores artísticos, periodistas y blogueros, entre otros.
Ese flujo de recursos para la subversión viola el derecho internacional, las mismas leyes estadounidenses y las de otros países, como describe el especialista en comunicación Octavio Fraga Guerra, al citar que el artículo 951 del Código Penal de EE. UU. establece que cualquiera que no sea diplomático y actúe en ese país como agente de un Gobierno extranjero, sin notificación previa al ministro de Justicia, será sancionado hasta con 10 años de prisión.
El párrafo 530 del Código define que todo estadounidense que sin autorización de su Gobierno establezca relación con un Gobierno extranjero, con intención de influir en la conducta de éste por un conflicto o controversia con EE. UU., enfrentaría prisión.
Fábrica de opositores
La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), del terrorista confeso Jorge Mas Canosa, es beneficiaria histórica del apoyo económico estadounidense. Hoy esos recursos acrecientan la fortuna multimillonaria de su hijo, heredero del tráfico de influencias y de su liderazgo político. Sólo en 2011 recibió 3.4 millones de dólares para apoyar la contrarrevolución en Cuba, además de aportes privados mayores a los 600 mil dólares. Su sección de Derechos Humanos recibe el cuarto nivel de fondos de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) para proyectos contra Cuba.
A su vez, el grupo ibérico Solidaridad Española con Cuba (SCC), ha enviado emisarios a la isla con el ilegal objetivo de recopilar información sobre la situación política. La dirige Ricardo Carreras Lario, cuyo perfil incluye su paso por Rendon Group, una firma experta en operaciones psicológicas ligada al Departamento de Defensa (Pentágono) y al Departamento de Estado de EE. UU., así como la asesoría a gobiernos y candidatos latinoamericanos que brinda su firma Latin Analysis, INC.
Con la cobertura de turista, Carreras ha contactado a contrarrevolucionarios en la isla para aportarles dinero y equipos. Fraga Guerra recuerda que aunque la SCC oculta el origen de sus fondos, se sabe que entre septiembre de 2008 y diciembre de 2009 el estadounidense Instituto Republicano Internacional (IRI) le dio 615 mil dólares. ¡Tal cifra equivale a 41 mil dólares por mes, 533 mil pesos mexicanos!
Sobre el rol desestabilizador de ciertos grupos, Fraga cita el artículo Solidaridad Española con Cuba: una ONG con olor a “Guerra Fría”, firmado por Julio Ferreira (marzo de 2013). Ahí, el autor sostiene que el cerco subversivo contra la Revolución Cubana se vale de las ONG y supuestos periodistas independientes que actúan como caballos de Troya.
También el Código Penal español prevé prisión para quien cometa actos para perjudicar la autoridad del Estado o comprometer la dignidad o intereses vitales de España al relacionarse con agentes de inteligencia o gobiernos extranjeros. Otro artículo, el 589 prevé prisión a quien publique o ejecute en España cualquier orden, disposición o documento de Gobierno extranjero que atente contra la independencia o seguridad del Estado.
A pesar de esa ilegalidad persiste la ofensiva contrarrevolucionaria, aunque se les revierta, como ocurrió a comienzos de este año. La agencia AP reveló que 17 cubanos, de entre 18 y 37 años de edad, viajaron a Miami como becarios del Centro de Iniciativa Latinoamericana y del Caribe del Miami Dade College para capacitarse como dirigentes políticos y reunirse con líderes hispanos del Congreso.
Lejos de ser un viaje de estudios, los jóvenes ingresaban al plan subversivo de la FNCA contra Cuba, que financia la USAID. Según AP, esos jóvenes, familiares de contrarrevolucionarios, desertaron y esa aventura fallida costó a los contribuyentes estadounidenses unos 16 mil dólares por persona.
El perfil de los elegidos es elocuente: San Miguen Molina denunció en Univisión 23 que la FNCA lo usó para justificar los fondos recibidos; el rapero Raudel Collazo se dice seguidor de Malcolm X pero en Facebook sostiene el lema “Paz, amor, libertad y a la mierda la política”. La tercera disidente frustrada es Aleidys Catá Moya, de quien el Nuevo Herald ocultó que es sobrina de Berta Soler y Ángel Moya.
También es negocio declararse preso político en Cuba. La mayoría han cometido asaltos con fuerza, lesiones graves, tráfico de drogas, desorden público, amenazas y violencia doméstica. Si se declaran contrarios a la política del Gobierno cubano e incumplen las normas carcelarias (vestir el uniforme y negarse a trabajar para pagar su deuda social), la FNCA da a cada uno al menos 50 dólares mensuales. Esa cifra es el doble de lo que en promedio recibe un trabajador de la isla, refiere Luciano Estremera Morales.
El dinero les llega por la ilegal Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), que en agosto pasado dejó de dar su mesada a esos pseudo-disidentes, porque la UNPACU gastó el dinero en una fiesta en la playa santiaguera de El Francés. Tras el escándalo, la FNCA duplicó la mesada de septiembre, pero los presos sólo recibieron 90 dólares y una disculpa.
Otras subsidiadas son las llamadas Damas de blanco. Previo pago, protestan contra el Gobierno cubano sobre la 5ª Avenida de La Habana encabezadas por Berta Soler y Belkis Cantillo. Si cumplen su tarea van al extranjero con gastos pagados, cobran notoriedad y hasta reciben premios. Pero en el interior libran una enconada lucha por el dinero y el poder que sólo abochorna a sus patrocinadores.
Las deserciones crecieron cuando Soler les recortó salarios, dio becas a su propia familia, organizó viajes al exterior y ocultó los 50 mil euros que recibió por el Premio Sajárov, revela Ramón Bernal. Otro decepcionado es Giordano Lupi, traductor italiano de la bloguera Yoani Sánchez, quien descubrió que ésta sólo piensa en el dinero y no en los valores democráticos que proclama.
Obama al descubierto
En las dos gestiones de Obama, la FNCA ha recibido grandes aportes para su guerra sucia. Se le atribuye, junto con el Consejo por la Libertad de Cuba, la contratación de mercenarios para efectuar actos violentos en el marco de la visita de Benedicto XVI a La Habana y la Feria Internacional de La Habana 2013.
La capacidad de presión de la FNCA se consolidó el 8 de noviembre de 2013, cuando el mandatario visitó la casa de Jorge Mas Santos con miras a recibir aportes de la contrarrevolución en Florida para el Partido Demócrata. Ahí, el presidente estadounidense saludó a Guillermo Fariñas y Berta Soler; con esa visita, Washington cumplía con su compromiso de garantizar fondos de la USAID a la oposición, como recuerda el periodista guatemalteco Percy Alvarado.
Ante la multiplicación de agencias e instituciones que reparten dinero estadounidense a los mercenarios cubanos y la falta de transparencia, Obama decidió centralizar los recursos. Desde 2012, el Departamento de Estado concentra su esfuerzo en tres de sus órganos: la Oficina de Latinoamérica y el Caribe (LAC), que depende de la USAID; la Oficina de la Democracia, Derechos Humanos y el Trabajo (DRL) y la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
Al mismo tiempo, reforzó el rol de la Oficina de Intereses Estadounidenses (SINA) para distribuir dinero entre la disidencia cubana. El jefe de la misión, John Caufield, usa su experiencia como funcionario en América Latina para operar los planes desestabilizadores al instruir a su personal para que identifique a quienes otorgarán ayuda económica y tecnológica para impulsar su oposición subversiva.
Pese a la reestructuración ordenada por Obama, aumentó el presupuesto anticubano. Si George W. Bush elevó el presupuesto de 3.5 millones de dólares en el año 2000 a 45 millones en 2008, el gasto específico de Obama, diseñado por la Comisión para la Asistencia de una Cuba Democrática (creada por Bush), apoya medidas dirigidas al entrenamiento, desarrollo y fortalecimiento de la oposición y la sociedad cubana, recuerda José Pertierra. Esto ocurre a pesar de que el informe 2006 de la Oficina General de Contabilidad (GAO en inglés) descubrió falta de rendición de cuentas en los fondos para ese fin.
Mientras operan los planes subversivos desde el extranjero, el presidente Raúl Castro afirmó el 6 de octubre de 2013 que el territorio de Cuba nunca ha sido utilizado ni se utilizará jamás, para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún otro país, incluyendo EE. UU. El mandatario agregó que su nación ha suscrito 13 convenios internacionales contra el terrorismo y que cumple compromisos y obligaciones de las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Lamentablemente, hace 55 años que EE. UU. no respeta esa posición.
* Internacionalista mexicana y periodista desde hace 30 años. Sus investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados la han llevado a países de Medio Oriente, Europa y América Latina
Publicado en Revista Buzos
Chávez-Maduro-ONU
24 de Outubro de 2014, 0:54 - sem comentários aindaPor Julio Escalona
El triunfo de Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU y las circunstancias geopolíticas de hoy constituyen un gran reto. Este triunfo que culmina con la gestión del actual equipo, comenzó a fraguarse desde la jornada de 2006 y es expresión de la geopolítica impulsada por el presidente Chávez: la derrota del Alca, la formación de la Alba, Petrocaribe, Unasur, la Celac, el ingreso de Venezuela al Mercosur, el desarrollo y la concreción de los principios de la cooperación Sur-Sur y la relación estratégica con Rusia y China. Así fue como el presidente Chávez “sembró” el petróleo en tiempos de incremento sostenido de los precios y una Opep más o menos unida.
Dada la situación del mercado, los precios del petróleo se distancian de los $100 p/b, Arabia Saudita y sus aliados están alineados con EEUU favoreciendo precios bajos y Libia e Irak están destruidos, lo que debilita más a la Opep.
Golpear a Rusia, a Venezuela, y en ese proceso a la Alba, Petrocaribe, Unasur, Celac, Mercosur y la Opep; fortalecer la alianza del Pacífico (prolongación del Alca), aislar a China, debilitar los Brics, es un movimiento geopolítico vinculado con la baja de los precios del petróleo, las acciones del ejército islámico (financiado por Arabia Saudita y sus aliados), la guerra contra Siria; maniobras financieras, monetarias, mediáticas y militares, son parte de la guerra que las fuerzas imperiales han desatado.
Este es parte del panorama en el Consejo de Seguridad. La Asamblea General de la ONU y sus distintas comisiones seguirán siendo el escenario universal y más incluyente para gobiernos y pueblos. Temas como el cambio climático, la pérdida de diversidad biológica, la crisis económica y financiera, la erradicación de la pobreza, la relación entre la pobreza de la tierra y la pobreza de la gente, la agenda pos2015 y la guerra permanente, seguirán siendo el centro de la ONU. La refundación de esta organización, la alianza por la paz y contra el terrorismo y la emergencia climática, propuestas del Presidente Maduro, son asuntos pendientes.
En 2015 la ONU cumple 70 años, se hará balance de los objetivos de desarrollo del milenio y vence el plazo para regular las emisiones de CO2, para salvar a la humanidad y la naturaleza. ¿Cuáles serán nuestras variantes políticas? ¿Cómo profundizaremos la geopolítica de la liberación desarrollada por el presidente Chávez?
Enviado por su autor
* Embajador Adjunto de Venezuela en Naciones Unidas (ONU)
Montaje fotográfico RCBáez
¿Por qué Cuba puede hacer tanto contra el ébola?
23 de Outubro de 2014, 23:33 - sem comentários aindaCuba está realizando una aportación mayor de personal sanitario al combate del ébola en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry –los tres países invadidos por la epidemia- que ningún otro estado en el mundo.
El complejo mediático que usualmente dispara sin pausa mentiras y calumnias contra la isla no ha tenido más alternativa que reconocerlo puesto que es imposible ocultar un hecho de tan extraordinaria relevancia relacionado con el enfrentamiento a una enfermedad que se ha vuelto noticia de primera plana y que si no es frenada a tiempo puede convertirse en una pandemia global, como alertó Raúl Castro.
El secretario de Estado John Kerry, que nunca ha pronunciado una palabra amable hacia La Habana y jefe de una política exterior que cada vez aprieta más duro la asfixiante tuerca del bloqueo tuvo que reconocer el aporte cubano.
El The New York Times va más lejos pues días después de haber reclamado editorialmente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Estados Unidos-Cuba y el eventual levantamiento de la medida punitiva –no sin hacer algunas alegaciones infundadas-, publica una nueva entrega titulada “La impresionante contribución de Cuba a la lucha contra el ébola” en la que lamenta que Washington, “primer contribuyente financiero” en esta lucha no tenga vínculos diplomáticos con La Habana, “dado que Cuba podría terminar desempeñando la labor más vital”.
El editorial propone que Estados Unidos dé cabida en un centro médico especial que ha habilitado en Monrovia –capital de Liberia- a los trabajadores sanitarios cubanos que eventualmente puedan ser contagiados con la enfermedad y contribuya de ser necesario a su evacuación.
El diario censura que las autoridades estadunidenses “insensiblemente”, se han rehusado a indicar si estarían dispuestos a brindar algún tipo de apoyo y termina dando la razón a Fidel Castro cuando en una columna publicada en Granma expresó la disposición de Cuba a colaborar “gustosamente” con Estados Unidos en aras de enfrentar la epidemia.
Posteriormente, el martes 21 de octubre, voceros del Departamento de Estado dijeron que Estados Unidos estaría dispuesto a colaborar con Cuba en el combate al ébola pero sin especificar cómo.
Es pertinente puntualizar que, independientemente de las particularidades del ébola y de la grave amenaza para la vida de millones de personas que significaría su eventual propagación, Cuba no está haciendo nada que no haya hecho antes.
Desde el triunfo de la Revolución, la solidaridad con los demás seres humanos ha sido siempre un principio cardinal de la educación y la cultura política en la isla, correspondido en la práctica con innumerables acciones de solidaridad internacional en el curso de los años, particularmente en el campo de la salud pública. Sin ir muy lejos, la acción de la brigada médica cubana en Haití, apoyada por médicos haitianos y latinoamericanos formados en Cuba, fue decisiva para frenar la extensión de la tremenda epidemia de cólera en ese país.
Esto solo es posible porque la Revolución ha construido un sólido sistema de salud pública cuyo principio ético básico es que no hay nada más importante que la vida de un ser humano. Podrán faltar medicamentos y equipos cada vez más negados por el bloqueo pero la calidad humana y científica del personal sanitario cubano sigue asegurando que los índices de salud de Cuba sean los mejores de América Latina y varios de ellos superiores a los de Estados Unidos.
No ha de extrañar a nadie que en la isla existan miles de voluntarios dentro del personal de salud para partir a combatir el ébola ni que los cientos de médicos y enfermeros cubanos involucrados directamente en la lucha contra la enfermedad estén apoyados en labores preventivas por más de 4000 compatriotas trabajadores de la salud que laboran actualmente en 32 países africanos desde mucho antes del estallido de la epidemia.
La celebración, en La Habana, de la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (Alba) dedicada a preparar a sus miembros para prevenir y combatir el ébola, y proteger sobre todo a los países caribeños más vulnerables, complementa las acciones iniciadas por Cuba. El Alba ha invitado a convocar una reunión de ministros de salud de la Celac, que seguramente contribuirá a crear una red regional de protección de nuestros pueblos contra esta y otras epidemias.
*Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.
(Fuente La Jornada; Tomado de Cubadebate)
Cumbre extraordinaria del ALBA-TCP sobre el bola, celebrada en La Habana el 20 de octubre de 2014. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
El Ébola y los medios de comunicación
22 de Outubro de 2014, 16:33 - sem comentários aindaPor Aixa Hevia González
La información sobre la ayuda médica cubana a África Occidental es manipulada por muchos medios, aunque otros, como The New York Times, reconocen el gesto de Cuba
En la Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) de la Habana, donde se reunieron varios mandatarios de los países integrantes de este bloque y de otras naciones del Caribe para abordar las amenazas del virus del Ébola, se habló también sobre los medios de comunicación.
La Doctora Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), apuntaba a su llegada a Cuba que "otro factor importante es la habilidad de comunicarse, le llamamos comunicación de riesgo", y explicaba que "en la población general se crea un estado de ansiedad, y se necesita brindar información a la población; se debe ser honestos y veraces con ellos y brindarles aliento".
También la Sra Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su mensaje a este evento expresaba que "los medios hacen bien en mostrar cómo los países se preparan para una pandemia tan grave".
Es decir que las funcionarias de los organismos mundiales y regionales relacionados con la salud, de una manera u otra, reconocen el papel que los medios de comunicación pueden y deben jugar en relación con esta pandemia.
Por estos días hemos visto con dolor cómo algunos medios españoles han dejado al lado la ética, en el caso de la enfermera Teresa Romero, contagiada en su país cuando atendía a misioneros que contrajeron el Ébola en África.
Teresa ha sido perseguida hasta la saciedad por periódicos que se ubicaron permanentemente frente al hospital donde está ingresada para construir portadas sensacionalistas a costa de su delicada situación.
La fotografiaron inescrupulosamente con lentes que la captaban en su gravedad, la mataron estando viva e incluso llegaron a hablar de que sería incinerada sin autopsia.
Pocos medios divulgaron lo que trascendió en uno de sus contactos telefónicos con su esposo Javier Limón, donde afirmaba que al curarse estaba dispuesta a seguir cuidando personas enfermas porque “ahora tiene los antivirus y no le pasará nada”.
No fue muy conocido el pedido de su esposo cuando dijo "parece que en este mundo civilizado nos acordamos de los problemas cuando nos tocan directamente. Por eso desde esta habitación de un Hospital de Madrid hago un llamamiento a las autoridades de todo el mundo para que pongan los recursos necesarios, que todos sabemos que los tienen, para acabar con el virus". Tampoco se difundió su deseo de que cada niño que muere en África, tenga el mismo eco que se dio al sacrificio de su perro Excalibur.
Según se informó por los medios internacionales, unas 300 mil personas firmaron en España, en un par de días, una petición para no matar al can, en tanto, las peticiones referidas a personas, para movilizar recursos destinados a los infectados en África o enviar a personal de salud a ese continente no alcanzaron la misma repercusión. El periódico español El Mundo, por ejemplo, llegó a crear un álbum con “las fotos más íntimas de Excalibur”.
MANIPULADA TAMBIÉN LA AYUDA MEDICA CUBANA
A pesar de que importantes medios de Estados Unidos como The New York Times y Washington Post reconocieran la contribución de Cuba en la lucha contra el Ébola y que en un gesto poco común, el Secretario de Estado de Estados Unidos, John F. Kerry, elogiara el aporte de nuestro país, la información sobre la ayuda médica cubana a África Occidental se manipula.
Medios de la Florida en Estados Unidos intentan minimizar el gesto heroico de los trabajadores de la salud cubanos diciendo que el Estado los ha enviado para obtener cuantiosas ganancias. Solo hablan de sumas de dinero y de que están en África occidental a cambio de una casa o un automóvil. ¿Cuán poco conocen al pueblo cubano?
No se ha escuchado en otras naciones que 15 mil personas, entre ellas médicos y enfermeras, se hayan brindado voluntariamente para combatir el Ébola, como lo han hecho los profesionales cubanos, o que dentro del grupo de los que marchan a África Occidental exista un especialista que acumule más de cinco misiones internacionalistas, como sucede en esta oportunidad. Pero eso no es noticia para la prensa miamense o para aquellos que se pliegan a su línea editorial.
Como en otras oportunidades, Cuba antepone el deber, para preservar a nuestra población y responder a la solicitud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de enviar especialistas capaces, mientras otros mandan soldados.
Telesur, la televisora que ahora da cobertura desde Sierra Leona al combate contra esta mortal enfermedad, si supo catalogar el gesto, por eso sus reportes aparecen en una sección a la que han denominado “Héroes contra el Ébola”.
Foto tomada del Periódico Invasor (Ciego de Ávila), en Facebook: Desde Sierra Leona, médicos de esa provincia en lucha contra el ébola
Este país es mío
22 de Outubro de 2014, 4:55 - sem comentários aindaPor Edda Diz Garcés, @EddaFe
Decir “este país” refiriéndose a Cuba es gramaticalmente correcto, y en ocasiones también lo es conceptualmente, pero deja de serlo desde el punto de vista ético cuando implica una crítica mediante un distanciamiento intencionado del hablante ante un problema o dificultad.
Se torna entonces una expresión peyorativa, denostosa hacia la tierra donde nació, y no es justo. Lo mismo en una sala de espera de un hospital que en la bodega o la parada de la guagua, usted puede escuchar a personas quejándose de algo —con más o menos razón— y terminar diciendo, con un tono entre despectivo e indignado: esto solo sucede en “este país”.
Pudieran tener motivos serios para disgustarse y nadie les niega el derecho a quejarse, pero no para apuntar despectivamente desde un pedestal a su terruño y menos aún singularizar de manera negativa el asunto, como si exclusivamente aquí ocurriera algo semejante.
Un ejemplo recurrente: demora en la atención en la consulta del médico de la familia, desesperante para cualquiera. No creo que a nadie le satisfaga perder el tiempo sea cual sea la causa, quizá por exceso de pacientes, por lentitud del servicio, porque se “coló” alguien u otras acciones injustificables.
Mas, visto con otro prisma y no precisamente el que utiliza la mayoría de los susodichos indignados, es cierto que esto sólo sucede en “este país”: consultorios médicos en todo el territorio nacional -incluidas las zonas montañosas, pantanosas, intrincadas, donde “el diablo dio las tres voces”-, con enfermeras, médicos generales integrales, interconsultas con especialistas y otros servicios, para el ciento por ciento de la población cubana, de manera totalmente gratuita.
Sin embargo, la intención o más bien mala intención de quien habla, obvia esas realidades, incorporadas por la sociedad cubana como algo natural, cuando son excepción en muchos otros lares, y solo ve la falta o el problema, lamentablemente presentes en muchos de los valiosos servicios que recibimos.
Entonces viene la pregunta del millón que cualquiera puede hacerse: ¿conocerá el crítico a ultranza de “este país” la realidad de otros muchos, aunque sea por referencia? ¿Habrá estado en muchos otros? Sinceramente, les he preguntado y por lo general ni me prestan atención, simulan sordera, o en el mejor de los casos, con un mohín de disgusto, ripostan: No, pero sé que “esto” solo ocurre en “este país”...
Los que responden afirmativamente, por supuesto defienden la perfección impoluta de todo cuanto sucede allende las costas de “esta isla”. Malas caras y hasta gritos en un aeropuerto internacional, robo del vuelto en un taxi o un mercado, demoras o insuficiente calidad en la prestación de un servicio, son experiencias vividas por muchos cubanos en otras naciones.
Ello no justifica para nada su replicación en Cuba, que es y será siempre “mi país”, con sus virtudes y defectos, que son también nuestros, míos. Y más que criticarlos desde la distancia, sería mucho mejor contribuir a resolverlos.
Tomado de Periódico Granma
Foto Graciela Guerrero Garay