Cuando los medios no hacen caso a Amnistía Internacional (+ video)
23 de Novembro de 2013, 2:03 - sem comentários aindaJosé Manzaneda*
Cuba ha sido elegida como miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Fue el país latinoamericano más apoyado, con 148 votos, seguido de México, con 135, que también entró a integrar dicho órgano (1).
En no pocos medios internacionales han puesto el grito en el cielo por el nombramiento de Cuba, con un mensaje calcado al del Gobierno de Estados Unidos, que protestó a través de su portavoz Jean Psaki (2). Grandes diarios como los españoles ABC (3), El Mundo (4) o El País (5) prefirieron, por supuesto, no mencionar al Gobierno de Washington, sino a supuestos “grupos en defensa de los derechos humanos” (6) u “organizaciones humanitarias” (7), cuya convocatoria de protesta apenas reunió a dos personas con una pancarta frente a Naciones Unidas (8).
Pero, ¿cuáles son estas “organizaciones de derechos humanos” mencionadas por los medios que condenan a Cuba? Una es la Human Rigths Foundation, con sede en el Empire State de Nueva York, en cuyo Consejo Internacional participan figuras del anticomunismo mundial como Václav Havel y Álvaro Vargas Llosa, y cuyo trabajo se centra en atacar a los gobiernos opuestos a la política exterior de EEUU, principalmente los de América Latina (9). El diario español –en su día “progresista”- El País publicaba un extenso artículo firmado por esta organización, en el que atacaba el nombramiento de Cuba y otros países como miembros del citado Consejo de DDHH (10).
Otra de las ONGs presentadas en los medios como supuestas observadoras neutrales de los derechos humanos en el mundo es United Nations Watch, una organización patrocinada por el Congreso Judío Mundial y que apoya los intereses de Israel y de EEUU en la ONU (11).
Esta práctica de legitimación como “jueces imparciales” de organizaciones que respaldan los intereses de los grandes poderes mundiales confunde a no pocos. El diario español progresista Público daba también legitimidad de ONG respetable a la citada United Nations Watch, sin hacer mención alguna de sus verdaderos objetivos (12). Y la enciclopedia Wikipedia (13) avalaba la condena a Cuba a partir de los informes de la Freedom House, organización ligada a la CIA y financiada en un 80% por el gobierno de EEUU (14).
Los medios han remarcado el nombramiento de Cuba –así como el de Rusia y China- como miembro del citado organismo de Naciones Unidas. Apenas han mencionado el nombramiento también de Arabia Saudí, monarquía absoluta y socio estratégico de EEUU (15). Y no han dicho ni una palabra sobre el de Marruecos, también aliado de Washington y cuyo régimen viola de manera sistemática los derechos humanos tanto en su territorio como –principalmente- en el Sahara Occidental (16). Numerosas organizaciones llevan décadas denunciando desapariciones, torturas, brutalidad policial y restricciones de la libertad de expresión y manifestación.
Pero el caso más llamativo es el de México, país también elegido para integrar el Consejo de DDHH, en representación de América Latina junto a Cuba. México ni es mencionado en dichos medios, a pesar de las denuncias de Amnistía Internacional, organización que sí es citada por sistema cuando se refiere a Cuba (17). Amnistía Internacional habla de “graves violaciones de derechos humanos en México (que) ponen de manifiesto que (…) los compromisos asumidos por el Gobierno mexicano (…) no se están cumpliendo”. Menciona “casos de homicidios ilegítimos, torturas, violaciones y detenciones arbitrarias perpetrados por agentes de la policía”, apunta a “casos de presos de conciencia” y denuncia que “activistas políticos y sociales, periodistas y defensores y defensoras de derechos humanos son (…) los colectivos más afectados por la falta de acceso efectivo a la justicia”.
El nombramiento de Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tiene –sin duda- mucho que ver con la solidaridad –silenciada por los medios- que ejerce la Isla en decenas de países del llamado Tercer Mundo, donde sus programas de cooperación Sur-Sur sientan las bases para el desarrollo de incipientes sistemas de salud o educación (18). Por eso fue uno de los países más votados, incluso por gobiernos no estrictamente afines. Por enviar médicos, y no marines, como forma de ejercer los derechos humanos en todo el mundo (19).
*Coordinador de Cubainformación
Tomado de La Pupila Insomne
(3)http://www.abc.es/internacional/20131113/abci-derechos-humanos-201311122035.html
(4)http://www.elmundo.es/internacional/2013/11/13/52835091684341a7328b456d.html
(8)http://www.elnuevoherald.com/2013/11/13/1613339/cuba-logra-asiento-en-panel-de.html
(9)http://www.lahrf.org/international-council.php
(10)http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/13/actualidad/1384356583_775333.html
(13)http://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_de_Derechos_Humanos_de_las_Naciones_Unidas
Video en Youtube:
Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla publica declaración sobre elecciones en Honduras
23 de Novembro de 2013, 0:36 - sem comentários aindaLAS MUJERES INVISIBLES NUEVAMENTE EN LOS PROGRAMAS DE GOBIERNO DE LOS PARTIDOS POLITICOS
El Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, declara que este proceso electoral es poco confiable, los hechos pasados y presentes nos hacen desconfiar del mismo. Éste como los anteriores nos dejará muchas interrogantes que lo confirman como un proceso electoral poco transparente y viciado ya que se siguen repitiendo los mismos errores de ayer:
- - Los grupos fundamentalistas religiosos rompieron nuestro precepto constitucional de Estado Laico, negando los avances logrados por Francisco Morazán cuando separó la Iglesia del Estado
- - Partidos con las mismas dirigencias, “mañosas y resabidas”
- - No se conoce la procedencia ni se rinde cuentas de los fondos utilizados en las campañas
- - La inscripción y participación de hombres agresores lo mismo que de padres irresponsables, escuadroneros de la muerte que están salpicados de sangre y cubiertos por la impunidad desde la década de los 80
- - Una cuota de participación política de las mujeres sin igualdad y equidad
- - Las renuncias y sustituciones manejadas a través de pactos y pactitos secretos que amarran las decisiones de un futuro gobierno
- - Un Tribunal Supremo Electoral sumiso donde las decisiones se toman en las cúpulas de los partidos que representan los Magistrados
- - Un Consejo Consultivo que es una figura decorativa
- - Un Censo Electoral sin depurar que mantiene vivos a los muertos y muertos a los vivos
- - Traslados sin ninguna justificación
- - Credenciales sin nombres
- - Propaganda misógina, machista, sesgada y excluyente
- - Un poder militar subordinado a los poderes fácticos
- - La intervención ofensiva y descarada de la Embajada de los Estados Unidos que sigilosamente prepara las condiciones para que aceptemos los resultados a su “comodidad democrática”
Estas elecciones no tienen sustentabilidad y legitimidad:
- - Porque ignora la participación política de las mujeres y les reparte migajas
- - Porque los partidos políticos ignoran la realidad que vivimos las mujeres en cuanto a los roles asignados por el Patriarcado y la necesidad de transformarlos
- - Porque promueve un sistema que nos impone la maternidad como única opción de nuestra sexualidad y realización como ciudadanas
- - Porque estigmatiza e irrespeta a las personas de la diversidad sexual, origen étnico y discapacidad excluyéndolas de la participación política
- - Porque los partidos políticos no incluyen una estrategia integral de abordaje de la violencia contra las mujeres
- - Porque no representan la voluntad del pueblo, entendiendo por pueblo las grandes mayorías decidiendo su desarrollo: la tenencia de la tierra, el manejo de las riquezas naturales de que dispone, resolviendo las deudas y las condiciones de negociación con los bancos nacionales e internacionales, erradicando la corrupción y recuperando los bienes del pueblo, defendiendo la soberanía de la patria, misma de la que depende la seguridad, salud, educación, que constituyen las bases fundamentales de un país democrático.
LAS CHONAS como mujeres de propuesta que aspiramos a la PAZ y la JUSTICIA dejamos constancia de nuestra posición firme por una nueva constituyente sin exclusiones, transformando el Congreso Nacional en un Congreso Popular integrado por los verdaderos creadores de la riqueza, por todos aquellos que han sido siempre excluidos de la toma de decisiones de los centros de poder.
Tegucigalpa, MDC Noviembre, 2013
MOVIMIENTO DE MUJERES POR LA PAZ “VISITACION PADILLA”
The Atlantic: Ningún funcionario cubano estuvo involucrado en el magnicidio de Kennedy
21 de Novembro de 2013, 19:56 - sem comentários ainda
Fidel, Julia Sweig y Goldberg (con la camisa blanca) en el Acuario Nacional. Foto: Estudios Revolución.
El periodista Jeffrey Goldberg en el diario The Atlantic ha publicado declaraciones que hace más de un año el Comandante en Jefe Fidel Castro concediera al periodista en una visita que este realizara en el 2010 a La Habana, donde el líder de la Revolución cubana aseguró que el asesinato del Presidente John Kennedy no fue obra de un tirador solitario, y consultó a un experto que confirma que no existe evidencia alguna de que Cuba estuviera involucrada en el magnicidio. A continuación, reproducimos fragmentos de este artículo que valora tales acontecimientos:
Este 22 de noviembre se cumplen 50 años del asesinato del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, a la edad de 46 años, en Dallas, Texas.
Fidel Castro comparte al menos una creencia con la mayoría de los norteamericanos. Él está convencido que el asesinato del presidente John F. Kennedy no fue obra de un tirador solitario, sino la culminación de una gran conspiración. Según una reciente encuesta de Gallup, 61 por ciento de los norteamericanos cree que Lee Harvey Oswald no actuó solo en Dallas hace 50 años. Pero Castro sospecha que Oswald puede no haber estado implicado en absoluto en el asesinato. He aquí lo que me contó –para mi sorpresa– durante un almuerzo un día en La Habana: “He llegado a la conclusión de que Oswald no pudo haber sido el que mató a Kennedy”. Castro es, por supuesto, un hombre seguro de sí mismo, pero dijo esto con un grado de certeza que era notable.
Hace tres años yo estaba de visita en La Habana invitado por Castro. Acababa de escribir el artículo principal de una edición de The Atlantic acerca de la amenaza por Israel de un ataque militar a las instalaciones nucleares de Irán. Castro leyó el artículo y me envió un mensaje por medio de la Sección de Intereses de Cuba en Washington. Le gustaría que yo fuera a La Habana tan pronto como fuera posible, a fin de de discutir con él mis conclusiones. Accedí.
Kennedy fue solo un tema periférico de nuestras discusiones. Descubrí que Castro estaba preocupado por la amenaza de guerra nuclear y la proliferación de esas armas, lo que era de esperar: él fue uno de los tres actores clave en un episodio, la crisis cubana de los misiles de 1962, que casi provocó la destrucción del planeta. John F. Kennedy fue su adversario; Nikita Kruschev, el premier soviético, su patrocinador. En un momento le mencioné la carta que él le escribió a Kruschev, en el punto álgido de la crisis, en la que pedía a los soviéticos que consideraran lanzar un golpe nuclear contra EE.UU. si los norteamericanos atacaban a Cuba.
“Ese sería el momento de pensar en liquidar para siempre un peligro tal por medio de un derecho legal a la defensa propia”, escribió. En La Habana le pregunté: “En un momento determinado parecía lógico que usted recomendara que los soviéticos bombardearan a EE.UU. ¿Aún parece lógico ahora lo que usted recomendó?” Él respondió: “Después de haber visto lo que he visto, y sabiendo lo que sé ahora, no hubiera valido la pena”.
Llevé conmigo en este viaje a una amiga llamada Julia Sweig, quien es una experta preeminente en asuntos de Cuba en el Consejo de Relaciones Exteriores. Julia y yo terminamos pasando la mayor parte de la semana con Fidel. En los días de nuestras reuniones con Fidel, él se estaba recuperando de una grave enfermedad y ya estaba semiretirado.
Una tarde, después de una maratónica sesión para la entrevista, nos reunimos para almorzar –Castro, su esposa Delia, su hijo Antonio, un par de ayudantes, Julia, un intérprete y yo– y un relajado Castro contó historias de los primeros días de la revolución y respondió a una serie de preguntas al azar hechas por nosotros. Yo sabía por Julia, que ha estudiado a Castro durante años, que JFK rara veces estaba lejos de sus pensamientos, pero nuestra discusión acerca de las políticas norteamericana en realidad comenzaron con otros presidentes. Castro habló acerca de una biografía de Lincoln que acababa de leer.
“¿Es Lincoln el norteamericano más interesante para usted?”, pregunté.
“No”, dijo, “pero mucho más que Washington”. “¿Mucho más que Kennedy?”, pregunté. “Sí”, dijo, pero de manera no convincente. “Kennedy cometió muchos errores. Él era joven y dramático”.
Castro reservó su animadversión para Robert Kennedy, que era el fiscal general en la administración de su hermano y aborrecía a Fidel y su revolución. Fue Robert Kennedy, según Fidel, quien estaba tras los planes norteamericanos para asesinarlo. Pero culpa a JFK de la invasión por Bahía de Cochinos de un ejército variopinto de exiliados cubanos. “Kennedy fue humillado por su derrota en Bahía de Cochinos, pero lo único que hicimos fue protegernos”.
Luego Castro comenzó a hablar del asesinato de Kennedy. “Fue una historia muy triste cuando sucedió”, dijo. Castro contó que recordaba el momento en que se enteró del tiroteo. “No lo olvidaré. Tan pronto lo supimos, corrí a la radio para escuchar”.
La autopreservación también estaba en su mente en los días posteriores al asesinato. Él comprendió, dijo, que sería culpado de la muerte de JFK. En especial después que se supo que Oswald se había opuesto de manera vociferante a la política norteamericana hacia Cuba. Castro trató con empeño de comunicar a los norteamericanos que no tenía nada que ver con la muerte de JFK, y como reporta Philip Shenon en su nuevo libro, Un acto cruel y escandaloso: la historia secreta del asesinato de Kennedy, Fidel hasta organizó una entrevista con un miembro de la Comisión Warren en un yate en aguas fuera de Cuba.
“Inmediatamente después del asesinato, Castro, con toda razón, se preocupaba porque fueran a culparlo, y le preocupaba que si lo culparan hubiera una invasión norteamericana a Cuba”, me dijo Shenon. Pero las negativas de Castro eran creíbles, dijo Shenon. A pesar de los muchos argumentos planteados por los teóricos de la conspiración, “no hay una evidencia creíble de que Castro estuviera implicado personalmente en ordenar el asesinato”.
La versión de que “un solo hombre mató a Kennedy con un fusil”, dijo Fidel, “fue inventada para engañar a la gente”.
Fidel nos dijo en el almuerzo que ninguno de sus asociados o funcionarios había tenido algo que ver con el asesinato, y que la embajada cubana en Ciudad México, la cual Oswald visitó, le negó permiso para visitar Cuba, temiendo que fuera un provocador.
Le pregunté a Fidel por qué pensaba que Oswald no podía haber actuado solo. Procedió a contar a todos en la mesa una larga y discursiva historia acerca de un experimento que él organizó, después del asesinato, para ver si era posible que un francotirador matara a Kennedy de la manera en que se suponía que hubiera sucedido el asesinato. “Durante la guerra habíamos entrenado a nuestra gente en las montañas” –la revolución cubana– “en este tipo de mira telescópica. Así que sabíamos cómo se dispara de esta manera. Tratamos de recrear las circunstancias del tiroteo, pero no era posible que un solo hombre lo hiciera. La noticia que había recibido era que un hombre con un fusil había matado a Kennedy en su auto, pero deduje que esa historia fue inventada para engañar a la gente”.
Dijo que sus sospechas aumentaron de manera muy pronunciada después de que mataron a Oswald. “Estaba la historia de Jack Ruby, quien dijo estar tan conmovido por la muerte de Kennedy que decidió matar a Oswald por su cuenta. Eso era increíble para nosotros”.
Le pedí entonces a Castro que nos dijera lo que él creía que había sucedido en realidad. Mencioné el nombre de su amigo, Oliver Stone, quien sugirió que fue la CIA y un grupo de cubanos anticastristas (utilicé el término “cubanos anti-usted” para describir a estas fuerzas alineadas contra Castro) quienes planearon el asesinato.
“Es muy posible”, dijo. “Eso es muy posible. Había gente en el gobierno norteamericano que pensaba que Kennedy era un traidor porque no invadió a Cuba cuando tuvo la oportunidad, cuando se lo estaban pidiendo. Nunca le perdonaron eso”.
Entonces, ¿eso es lo que cree usted que puede haber sucedido? “Sin duda alguna”, respondió Fidel.
Hablamos un poco más acerca de Kennedy y su legado. Nos contó acerca de sus muchos contactos subsiguientes con miembros de la familia Kennedy, incluyendo a Maria Shriver. “Ella fue la que se casó con Schwarzenegger”, dijo. “El mundo es muy pequeño”.
Pasamos a otros temas, pero al día siguiente Fidel regresó a Kennedy una vez más cuando me dijo, sin que viniera al caso, “Kennedy era muy joven”. Más tarde pregunté a Julia Sweig que podría él haber querido decir. Para Castro, dijo ella, puede que Kennedy haya significado algo fuera de alcance. “Él nunca sabrá qué hubiera sucedido si JFK hubiera vivido. Puede que en su mente haya reservado para Kennedy la posibilidad de la grandeza. Es totalmente fascinante y frustrante para él”.
(Tomado de The Atlantic. Traducción de Progreso Semanal)
Elecciones presidenciales en Honduras: Posibles escenarios (post) electorales
21 de Novembro de 2013, 17:12 - sem comentários aindaPor Katu Arkonada
El domingo 24 de noviembre se celebran elecciones en Honduras. No son unas elecciones cualquiera, no solo porque se escoge el futuro inquilino de la casa presidencial, así como los 128 diputados y diputadas del Congreso de la nación, sino porque el triunfo de la izquierda permitiría dejar atrás de una vez por todas el golpe de Estado, rompiendo el bipartidismo imperante y la tradición patriarcal que ha impedido a las mujeres hondureñas ser candidatas de los partidos Nacional o Liberal, y abriendo la posibilidad de construir un horizonte de transición al posneoliberalismo que domina Honduras desde el golpe de Estado.
La candidata Xiomara Castro. Foto Giorgio Trucchi |
- Katu Arkonada , Tegucigalpa. Investigador social diplomado en Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Políticas Públicas.
Por un futuro
21 de Novembro de 2013, 1:44 - sem comentários aindaPor Nuria Barbosa León*
--¡Habla perra!
Un grito y un golpe seco al mentón, acompañan la frase. Damaris la convierte en resorte para alejarse de aquel local maloliente, con paredes oscuras y destilando sangre por cada una de sus grietas.
Su torturador, escondido detrás de una lámpara incandescente, enfurece ante el silencio. Los golpes llegan a la presa, atada de manos y pies, escasas ropas y descalza. No sabe en qué momento dejó de sentir dolor y cómo su boca ni siquiera se quejó.
Su cabeza pudo vagar fuera del lugar. Primero vio a su madre esquelética, ya casi moribunda en aquella casa improvisada de las afueras del estado brasileño de Maranhao. Esa imagen del rostro hambriento de quien le dio la vida, allí en un espacio pequeño rodeado de miseria, hijos desnutridos y enfermedades.
Su mente se trasladó a la infeliz infancia que la convirtió en sirvienta de su madrastra con nueve años de edad y escapó de su casa en la década de los 50 en busca de un trabajo para desatarse del yugo familiar.
En la fábrica textil conoció a Antonio quien la condujo en los avatares de reuniones, tribunas, líderes, protestas y huelgas. Allí abogó por el derecho de la madre trabajadora para prolongar el tiempo de amantar a los lactantes que eran cuidados en la guardería de la textilera.
En su labor como dirigente obrera conoció las favelas de Sao Paulo, y llenó de esperanzas a las familias, convenciendo de que una vida fuera de la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción y la prostitución es posible. Sólo se necesita luchar por el cambio social.
Antonio, discapacitado por la pérdida de visión ante la falta de tratamiento médico, le propuso un matrimonio ligado al amor y la trinchera. Así la pareja vio morir a su primer hijo sin apenas alcanzar el primer año de vida por falta de recursos para adquirir medicinas.
En aquella habitación de olores confusos, sangre en las paredes y huellas de gritos, cuanto más el verdugo golpea preguntando nombres y direcciones, ella se aferra a una fuerza ideal provocada por los recuerdos de sus otros cuatros hijos, quienes crecieron en las protestas callejeras por defender las vidas miserables de los trabajadores de Brasil.
De ahí que en la década de los 60 fundaran la organización Vanguardia Popular Revolucionaria y se juntaran para estudiar obras políticas, conversar de las revoluciones en el mundo y ligarse al socialismo como faro.
La noche del 20 de febrero de 1970, la casa resultó invadida por la Policía de la Fuerza Pública del estado de Sao Paulo, acribillaron a balazos al esposo delante de los hijos, decomisaron las armas del movimiento, los documentos y todo el dinero. A Damaris la sacaron encapuchada, arrastrada a empujones y alaridos.
Después de los interrogatorios, sus compañeras de celdas la arroparon con sus propios cuerpos para que las heridas no se infestaran y lloraron ante la impotencia de ser vejadas.
En 28 días, un indulto tramitado a través de Japón la llevó a reunirse con tres de sus hijos en México, para luego vivir en Cuba por diez años.
Hoy la anciana Damaris Oliveira Lucena, cuenta su historia porque sabe que servirá de ejemplo para conquistar el futuro.
*Periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba