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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Racismo en Cuba: ¿hablar o callar? *

12 de Dezembro de 2013, 18:53, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Antonio J. Martínez Fuentes**

 

"Por suerte somos diversos; más de un iluminado en un debate público me decía ‘qué tanta América Latina, ni América Latina. ¿Qué tiene que ver un argentino con un haitiano?’

Y yo lo miraba con lástima, con pena.

Pobre hombre, él no sabe que lo mejor que te puede ocurrir es ser diverso, y nuestra gran virtud es que contenemos todos los colores, los olores del mundo en América Latina, en la diversidad latinoamericana”.                     

Eduardo Galeano

 

“No basta con no ser racista, es necesario que seamos activamente antirracistas. La mayor prueba de cultura es y será el respeto a nuestros semejantes”.

 

Hoy se han superado, en gran parte, obsoletos criterios de la antropología física clásica, y existe una amplia mayoría que considera la raza una construcción sociocultural que da trascendencia a ciertos caracteres biológicos del ser humano, como el color de la piel y otros rasgos. Han tenido que transcurrir más de 200 años para que la antropología biológica haya podido liberarse de un gran error epistemológico, al reconocer lo incorrecto y dañino de un paradigma científicamente desacertado.

 Pero no deja de ser cierto que mientras que muchos genetistas y antropólogos afirmamos que las razas no existen, el hombre de la calle se pregunta por qué para él las diferencias entre blancos y negros, por ejemplo, le continúan pareciendo patentes. Debemos hacer entender que la raza no tiene ninguna relación intrínseca con la diversidad biológica humana, que tal diversidad es principalmente un producto natural de fuerzas evolutivas mientras que la raza es una invención social. Tenemos que ser líderes a la hora de promover el conocimiento y significado de las variaciones humanas.

 De acuerdo con Florencia Peña Saint Martín, colega mexicana, no se puede dejar de “...reflexionar sobre la imperceptible y peligrosa armonía que muchas veces existe entre conocimiento científico y justificación del orden social. Por ejemplo, se ha multicitado y ha sido ampliamente aceptado nuestro origen “biológico” a partir de tres “razas”: la europea, la indígena y la africana. Pero en antropología física poco se enfatiza que el acceso al poder y a los recursos socialmente producidos de estos tres grupos “biológicos” ha sido profundamente desigual. Por tanto con cinco siglos de colonialismo, neocolonialismo, marginación, pobreza extrema, etcétera, que dos de los tres componentes ha sufrido, se debe ser precavido con qué se asume como biológico y qué puede tener determinaciones sociales. Ello conduce a la necesidad de aceptar que el discurso antropofísico, bajo el disfraz de cientificidad, ha dado argumentos para justificar superioridades e inferioridades de raza, de clase y de género”.

 Muchos opinan que con negar la existencia de razas biológicas no se llega a ninguna parte, que no se resuelven los problemas del racismo. En este sentido es menester apuntar que el racismo se basa en dos afirmaciones que presenta como evidencias: la especie humana está compuesta por grupos bien definidos, con características biológicas distintas, las “razas”; esas razas pueden clasificarse jerárquicamente según una escala de valor. Ante estas dos afirmaciones el papel de la ciencia es aportar rigor y lucidez. De este modo negar la base biológica de las llamadas diferencias raciales contribuye a destruir en gran medida el problema.

 En Cuba, tierra donde se mezclan todos los tonos de piel, desde el blanco al negro oscuro, a pesar de ser mestiza biológica y culturalmente (sin obviar el componente aborigen que generalmente es excluido), los estereotipos raciales, los prejuicios, la discriminación y el racismo subsisten, aunque es evidente que están muy lejos de tener la magnitud con que se manifestaban en tiempos pretéritos. Pero esta problemática está en nuestras calles, en nuestros barrios, y ha venido ignorándose por demasiado tiempo.

 Para muchas personas es muy difícil hablar del tema racial, es un tabú. Mucha gente lo evita totalmente. Es un tema muy importante que incide en muchos aspectos de nuestras vidas, sin embargo hay aún mucho silencio al respecto. No pocos consideran que hablar de ello en vez de propiciar la unidad nacional podría ser un agente para exaltar barreras que desunan.

 Nuestra realidad muestra, además, que la problemática racial ha estado ausente del currículo docente e investigativo de las instituciones de la ecuación superior, las cuales poseen un potencial extraordinario para estudiarla y hacer las recomendaciones pertinentes.

 Considero que para la antropología cubana esto es aún un tema pendiente, que si bien ya es abordado (limitadamente) hace falta dar más impulso al intercambio de ideas así como a la difusión de los estudios. Es palpable que se precisa de una labor activa en la socialización de los resultados, muy en especial a través de los diferentes sistemas educativos y de los potentes e influyentes medios masivos de comunicación.

 ¿Hasta qué punto nuestro sistema educacional tiene responsabilidad en este problema y ha contribuido a reproducir el discurso racial tradicional? No debemos pasar por alto que el racismo y los prejuicios pueden ser transmitidos de muy variadas formas y sin estar conscientes de ello y sin que ese sea el propósito, incluso desde nuestras aulas.

 Hoy tenemos la obligación de contribuir a ofrecer toda una nueva visión de la especie humana desde su unidad y su diversidad, una visión que contribuya a promover la evolución del conocimiento de los seres humanos. Una de las contribuciones más útiles de nuestro trabajo en este campo, sería la de propiciar una comprensión más lúcida de lo que cada ser humano representa.

 La forma de abordar y dar solución a nuestros problemas tenemos que encontrarla nosotros a partir de nuestra realidad, de nuestra cubanía y no extrapolar ideas o posicionamientos que con frecuencia se escuchan, que evidentemente son copiados de otras latitudes, donde por lo general tampoco funcionan. No existen motivos en nuestro país mestizo para reproducir lo que no nos corresponde, lo cual en vez de propiciar la unidad nacional sí podría ser un agente para alzar murallas que desunan.

 ¿Qué somos? ¿Cubanos? ¿O nos convertiremos en una sociedad segmentada en afrocedescendientes, eurodescendientes, indodescendientes, etc.? Por otra parte, tampoco podemos obviar que el autoidentificarse con una determinada ascendencia no tiene que negar necesariamente lo cubano.

 Estudiemos con detenimiento otros contextos socioeconómicos, políticos y culturales y los resultados, por ejemplo, de las llamadas acciones afirmativas, que en mi opinión son igualmente racistas. Sustituir un racismo por otro no es justicia social.

 El pasado mes de enero culminó el curso de postgrado “La Racialidad en la Cuba actual”, organizado por nuestra Cátedra de Antropología, con la colaboración de la Fundación Fernando Ortiz y la UNEAC y donde participaron además profesores de diversas facultades y centros de la Universidad de La Habana; el Centro Nacional de Genética Médica, la Academia Cubana de la Lengua, y otros especialistas en el tema como Heriberto Feraudy y Tato Quiñones. El curso, en opinión de la casi totalidad de los alumnos, fue novedoso por su enfoque y análisis multidisciplinario. Cada profesor impartió sus conocimientos sobre el tema, que fueron tan diversos como la genética humana, evolución, origen de las llamadas razas humanas, hasta la lingüística. Esto permitió que los cursantes recibieran una perspectiva poco frecuente acerca de la problemática racial.

 El curso se enriqueció también por la composición del alumnado, integrado por especialistas de las más diversas ramas de la antropología, biología, medicina, historia, arte, demografía, filosofía, entre otros. Esta diversidad de saberes y puntos de vista dio origen a importantes reflexiones, comentarios y propuestas, que al tiempo que reflejaban las miradas desde cada "cascarón científico" se entremezclaban con las de los otros, resultando en una diversidad de opiniones que se imbricaban y mostraban cuánto nos queda aún por avanzar en el entendimiento complejo de nuestra realidad como población y cultura mestizas, y cuánto nos falta por insertar nuestro pensamiento en la vida cotidiana del cubano. Tenemos necesidad de salir de nuestros encumbrados recintos y hacer asequible a todas las personas lo que significa en realidad el conocido "todo mezclado", o el llamado "ajiaco", muy bien reflejado en los análisis efectuados.

 Pero el gran reto que tenemos es también el hacer llegar estos conocimientos a nuestras familias, a nuestros maestros, profesores, a los medios masivos de comunicación, a los alumnos, directivos y pueblo en general. ¿Cuánto mitos, falacias, incomprensiones y desarraigos podrían ser destruidos?

 Graciela Pogolotti expresó en una entrevista realizada por Heriberto Feraudy Espino que: “El silencio de los medios de comunicación en torno a este tema responde a diversas causas. Una de ellas se deriva de la tendencia triunfalista y acrítica que ha dominado por mucho tiempo, respaldad por la cautela ante el despertar de fisuras en la necesaria unidad nacional. No puede descartarse, por lo demás, el desconocimiento del tema con toda su complejidad por muchos actores que intervienen en el trabajo cotidiano de los medios. En este sentido, sería conveniente tener en cuenta para el diseño de una estrategia efectiva, la necesidad de organizar cursos y talleres avalados por el mayor rigor científico para fundamentar las acciones en un conocimiento integral. No descarto con ello la posibilidad de matar al pequeño racista que, sin tener conciencia de ello, sobrevive en nosotros”.

 Como he expresado en no pocas ocasiones, la Antropología desempeñó un papel importante en el fomento del racismo; la animalización del "otro" fue la base que sustentó el dominio, la opresión y el gran genocidio cometido contra numerosos pueblos del planeta: asiáticos, africanos y americanos. Lamentablemente la historia de la Antropología esta manchada de sangre, y ésta tiene aún una gran deuda con la humanidad.

 Según Gould, "...en los siglos XVIII y XIX los dirigentes blancos de las naciones occidentales no pusieron en tela de juicio la pertinencia de la jerarquía racial. Dada esta situación, el hecho de que los científicos aprobaran masivamente las jerarquías establecidas no se debió al estudio de unos datos objetivos recogidos para responder a un problema, sino a la circunstancia de compartir determinada creencia social”.

 Tomando las ideas de Tawakkol Karman, Premio Nóbel de la Paz, podría decir que nuestra responsabilidad hoy es grande en pro de la supervivencia armónica de todos los pueblos y culturas, debe ser un anhelo por su conservación, por la paz, por la reconstrucción, por el progreso, por la vida y no por la muerte.

 Nuestra lucha debe ser contra el racismo y no contra las razas. Una alumna me señaló: "Fue un curso distinto, excelente por los temas tratados. Para nada un encuentro de crisis existencial, sí de aprendizaje y reflexión. En lo personal me sirvió para incorporar una mirada diferente al problema de la discriminación racial que tanto nos afecta. Creo que en la medida en que los estudios científicos realizados se amplíen encontraremos nódulos o nexos que nos acerquen más los unos a los otros. Ello contribuirá ineludiblemente a conocernos mejor y no marcar las diferencias que históricamente nos han distanciado. Gracias por todo el esfuerzo que hacen por el presente y futuro de la población cubana. Te reitero que se debe considerar llevar estos conocimientos a un público más amplio a través de la educación y los medios de comunicación con un diseño eficaz y comprensivo que sea capaz de llegar a la población. Muchas veces es se ha dicho que la discriminación es algo que está en la conciencia y cultura de quien discrimina... Es imprescindible unir, conjuntar todos los saberes que pueden contribuir al cambio, en alguna medida, de esa conciencia retrograda y estereotipada. Ese es un reto, no debemos eludirlo”.

 Es evidente que se hace necesario emprender con urgencia un trabajo coherente para desvanecer, al decir de Don Fernando Ortiz (1946), esos fantasmas irreales y crueles que son las razas humanas; para desrracificar, para desrracializar [sic.] la humanidad.

 Es necesario llevar a cabo muchas acciones, que seguramente nos tomarán bastante tiempo, para destruir siglos de un pensamiento que lamentablemente, aún está en el subconsciente de millones de ciudadanos y que el ideario de nuestro apóstol se materialice en nuestra vida cotidiana.

 Es menester, además, incorporar al currículo docente e investigativo de las instituciones de la educación superior “contenidos que hoy son conflictuales en la sociedad y que algunas de nuestras organizaciones sociales ignoran y es como si no ocurrieran, debemos como instituciones educativas y formadoras de personas humanas comprometidas, tener miradas más detenidas y agudas hacia procesos que están teniendo lugar y que podemos desde nuestro perfil y características ayudar en la lucha por desvanecerlos”.

 Debemos reconocerlos, debatirlos y pronunciarnos, el silencio nos pone a la defensiva y es donde nuestros detractores se benefician para ocupar espacios, abierta o sutilmente, y atacar nuestro proyecto social. Hablar sobre el racismo no implica excitarlo o estimularlo, es necesario encontrarlo, analizarlo, buscar sus causas y combatirlas. El gran reto es contribuir así a lograr una sociedad más justa y más humanizada; una sociedad que sepa enfrentar sus problemas, asumirlos y trabajar por superarlos. Una sociedad que asuma crítica, responsable y respetuosamente el intercambio crítico, polémico y analítico sobre la existencia aún de estos males inhumanos en nuestra sociedad.

 Recientemente, el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, apuntó durante la clausura de un seminario nacional del Ministerio de Educación (Mined) para preparar el curso 2013-2014, que con el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, llegan a las personas noticias de todas partes, algunas verídicas y otras manipuladas. Por eso tenemos que dialogar, argumentar y debatir constantemente, continuó, para que nuestros estudiantes, profesores y el pueblo pueda discernir lo cierto de lo falso, lo bueno de lo malo, lo que favorece la Revolución y lo que no. Asimismo, exhortó a los maestros a perfeccionar la educación para formar a seres humanos integrales, revolucionarios, decentes y capaces de amar al pueblo y a la humanidad. En este mismo sentido consideró la necesidad de debatir en el espacio público la problemática racial cubana, ello no conducirá a fomentar el racismo, sino a su debilitamiento progresivo.

 

* Versión actualizada del trabajo presentado en el XVI Simposio Territorial de Estudios Culturales y Fórum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura Plaza de la Revolución, 2013.

**Biólogo, investigador y profesor cubano. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de la Habana; Investigador Titular en el Departamento Biología Animal y Humana, de la Facultad de Biología de la propia UH. Presidente de la Cátedra de Antropología “Luis Montané”, de la Facultad de Biología y representante de Cuba ante la Asociación Latinoamericana de Antropología (ALA). Ha publicado diversos artículos y libros de carácter científico, siendo también conferencista a nivel nacional e internacional.

Composición fotográfica RCBáez, a partir de imágenes de Roberto chiLe y Kaloian Santos



¡Honor y Gloria para Nelson Mandela y libertad para los otros Mandelas presos todavía!

11 de Dezembro de 2013, 16:42, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Wilkie Delgado Correa

 

En ocasión del 65 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, uno puede preguntarse y preguntar qué hacen esos hombres extraordinarios cumpliendo esas sanciones bárbaras en los Estados Unidos, por qué no se les ha indultado a pesar del reclamo mundial en este sentido y por qué aún permanecen en las prisiones federales, después de tantos años en ellas, esos otros Mandelas de nuestro tiempo.

 En estos días el mundo entero rinde honores a Nelson Mandela, cuya significación hoy, en los días de póstumos homenajes, tal vez alcanzarán una dimensión mayor que los recibidos en vida después de su excarcelación, tras su permanencia en la cárcel durante 27 años por su lucha por la libertad e igualdad de los sudafricanos negros y su enfrentamiento al régimen de opresión del apartheid.

 ¿Cuántos sufrimientos tuvo que soportar en plena juventud y madurez de su existencia por combatir en forma armada y pacífica, junto a su pueblo, contra uno de los regímenes más oprobiosos del mundo? ¿Cuánto odio y venganza se lanzaron contra él y el grupo de dirigentes que le acompañaron en la cárcel, y, por supuesto, contra el pueblo negro sudafricano? ¿Cuántos calificativos perversos y viles trataron de vilipendiarlo y presentarlo como un engendro monstruoso, mezcla de terrorista y comunista, y como si ambas cosas fueran posibles de existir en un solo hombre? ¿Qué significó en dolor y muerte, en enajenación y violación de derechos humanos la instauración del régimen del apartheid? ¿Cuántos millones de seres humanos de la raza negra, amplia mayoría de Sudáfrica, sufrieron las terríficas condiciones que les impusieron a sangre y fuego, mucho mayor en la medida que aumentaban su resistencia y rebeldía?

 Hoy que una vez más, en ocasión de su desaparición física, se le rinden los honores merecidos a Nelson Mandela, y no obstante la naturaleza generosa de ese gran hombre, es un deber recordarlo todo. Y no se puede recibir con complacencia y a ultranza las frases hipócritas vertidas por algunos que son herederos, como representantes de gobiernos de determinados países, de la historia vergonzosa de contubernio y participación directa en apoyo de aquel régimen genocida. Tampoco se puede olvidar la acción de aquellos países que mantuvieron a Mandela y su organización política en la lista como terroristas hasta fecha bastante reciente, como lo fue Estados Unidos. Y no se puede dejar de pensar y preguntarnos por qué junto a las loas de ahora, no llegan a manifestar,  junto a las expresiones de condolencias, las disculpas condignas por haber sido partícipes de tan horrenda injusticia histórica?

 Por otra parte, si se llegase a la conclusión de que todo el mundo requiere una “segunda oportunidad”, frase empleada por Obama en cierta oportunidad, debe recordárseles a todos, en ocasión del 65 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que el país que pretende erigirse en gendarme guardián de estos derechos, al estilo pretoriano del apartheid, tiene en sus cárceles a luchadores del calibre y temple de Mandela. Y por eso mismo se impone exigir una mirada que ponga a la luz del día universal a esos otros Mandelas que todavía guardan una prisión injusta y bárbara en los EE.UU. y otros países del mundo. Para este ejercicio, inspirados en la más pura sensibilidad humana y guiados por una conciencia del bien y la virtud, se requiere un acercamiento a las ideas de Madiba. A este respecto bastaría ésta: “Después de escalar una montaña muy alta descubrimos que hay otras montañas por escalar.”

 Empezando por un ciudadano de casa, ahí está el caso de  Leonard Peltier, que es prisionero político del gobierno estadounidense y que en febrero del 2014 habrá cumplido 38 años en prisión. Fue condenado a dos sentencias de por vida, por el doble crimen de ser indio norteamericano y ser defensor de los derechos de su pueblo. Y con seguridad está perseguido por el pensamiento racista del general Philip Sheridan resumida en la sentencia que pronunciara hace más de 100 años: "el único indio bueno es el indio muerto."

 Y Peltier, al estilo de Mandela, como sustento de sus luchas y  de las razones para su larga condena, manifiesta su descargo ideológico de esta manera: "...Soy un preso del odio, el egoísmo y la mentira y la ignorancia y la injusticia de la gente que nos supera en número a mí y a mí pueblo. Ellos bajaron en mis costas y pisotearon mi patria. Ellos me han impuesto su cultura, religión y leyes. De ahí que mi pueblo es hoy menos que ayer cuando llegaron a nuestras costas con sus promesas falsas. Yo soy toda esa voz india y grito desde millones de tumbas con almas inquietas..."

 Ahí está el puertorriqueño Óscar López Rivera, con 70 años de edad, y el prisionero más antiguo de América Latina y el Caribe, que tiene ya 32 años cumplidos, y que fuera condenado por su participación en la lucha independentista de Puerto Rico a 70 años de prisión en dos causas sucesivas. A mayor abundamiento, ya pudiera estar en libertad, pues Clinton decretó su clemencia limitada en 1999, si Óscar no hubiera rehusado tal clemencia por solidaridad con otros dos compañeros prisioneros, que no fueron incluidos en el indulto. Debo apuntar que también Mandela hubo de rehusar su libertad condicionada por el régimen sudafricano, y por ello debió continuar en la cárcel hasta su liberación definitiva.

 Y ¿acaso no es cubano por esencia Óscar López, si el ideal independentista del Partido de José Martí incluía a Cuba y Puerto Rico como parte de la lucha, si ambas corrieron suertes parecidas, aunque a Puerto Rico le tocó la peor, a consecuencia de la intervención oportunista de los Estados Unidos en la guerra que libraba Cuba contra España, y si como expresara en los inicios de 1900, la poeta puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió,  “Cuba y Puerto Rico son / de un pájaro las dos alas / reciben flores o balas / sobre el mismo corazón…”? 

 Y naturalmente está el caso que en estos tiempos concita las mayores manifestaciones de solidaridad a nivel internacional, o sea, el de los 5 Héroes cubanos. Fueron condenados injustamente a penas descomunales, por el delito y supuesta transgresión de la ley del imperio estadounidense por luchar contra el terrorismo organizado contra su país por mafias cubano-norteamericanas asentadas en Miami.

 Después de la liberación de René González, tras cumplir su sentencia de 15 años de prisión, permanecen en cárceles de los EE.UU. cuatro de ellos. Uno puede preguntarse y preguntar qué hacen estos 4 cubanos antiterroristas cumpliendo esas sanciones en los Estados Unidos, por qué no se les ha indultado a pesar del reclamo mundial en este sentido y por qué aún permanecen en las prisiones federales, después de 15 años en ellas, con estas definiciones carcelarias: Fernando González (con fecha de liberación para el 27 de febrero del 2014); Antonio Guerrero (con fecha de liberación para el 18 de septiembre del 2017) y 3 años adicionales de libertad supervisada; Ramón Labañino (con fecha de liberación para el 30 de octubre de 2024); Gerardo Hernández (sin fecha de liberación pues está condenado de por vida a dos cadenas perpetuas más 15 años).

 Cuánta razón y verdad encierra el mensaje de Gerardo Hernández Nordelo, redactado el mismo día de la muerte de Mandela: “Quienes dedican ilimitados recursos a borrar y reescribir la historia, y lo tuvieron en sus listas de “peligrosos terroristas”, hoy sufrirán de amnesia colectiva.

 Quienes lo agraviaron negándole un homenaje en la Ciudad de Miami, por abrazar a Fidel y agradecer la ayuda de Cuba a Äfrica, hoy tendrán que callar avergonzados.

 Los Cinco seguiremos enfrentando cada día la injusta prisión –hasta el final- inspirados en su ejemplo de lealtad y resistencia.”

 Y qué gesto de honradez, qué expresión de gratitud, reflejan las palabras pronunciadas por Mandela en su visita a Cuba en 1991: “Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan.

 Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola –en una escala tal que nos era difícil creerlo- cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y Zaire en 1975 (…) Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros”.

 A estas afirmaciones de Mandela, habría que agregar que tres de nuestros Cinco héroes -René, Fernando y Gerardo-, cumplieron misión como combatientes internacionalistas en la República de Angola.

 En este momento histórico en que las campanas doblan por la humanidad doliente y en honor a Nelson Mandela, ¿es aceptable para la conciencia humana esta realidad atroz de seres humanos excepcionales confinados en ergástulas infernales? ¿Acaso no podrá la injusticia más despiadada, ser vencida por una justicia generosa y racional? ¿Permanecerá el presidente Obama como un témpano de hielo sin ejercer el perdón presidencial o indulto, que sería justicia en estos casos? ¿Se escuchará al fin en la Casa Blanca el clamor universal por la liberación inmediata de todos estos hombres? Cuándo el presidente Obama diga sus palabras ante los restos de Mandela en capilla ardiente, ¿tendrá en mente la historia de ese Héroe acosado por calumnias y mentiras, persecución, detención y condena brutales? ¿Tendrá en mente los reclamos que le han hecho para que libere a los otros Mandelas presos en su país y cuyas historias él conoce perfectamente?

De todas formas, los héroes verdaderos llevan en sí la fuerza colosal que requiere la humanidad, cansada de derrotas, para asumir como paradigmas sus proezas y virtudes a la hora de librar sus batallas, de proseguir la marcha indetenible en busca de las verdades que le permitan alcanzar la luz y la felicidad.

La suerte y el destino de los héroes no pueden ser ignorados, no pueden pasar inadvertidos ante nuestras miradas y conciencias. Sus motivaciones, acciones, ideas y sueños, y también sus sacrificios, deben ser conocidos por todos los que un día tras otro sueñan con la imagen de un mundo más justo y mejor. Los héroes deben acompañar nuestras existencias para sentir muy cerca sus influencias bienhechoras e imprescindibles. El aliento de ellos nos debe incitar a ascender los peldaños superiores de la escala humana y desafiar, como Sísifos de estos tiempos, cuantas condenas pretendan aherrojar y estigmatizar nuestras vidas.

 Tomando como referencia las ideas de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, trataremos de reivindicar con sus palabras a esos hombres gigantes, afirmando que en ellos van miles de hombres, van pueblos enteros, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados. Porque esos son héroes: los que pelean por hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad. Esos hombres generosos están en el bando de los que fundan, construyen y aman. En el bando contrario y enemigo, están los que odian y destruyen. Ellos son los que pelean por ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarles a otros pueblos sus tierras. Estos no son héroes, sino  criminales.

 En un homenaje de despedida para Nelson Mandela, digamos con el corazón en las manos:

¡Honor y Gloria para Nelson Mandelo y libertad para los otros Mandelas presos todavía! 

 

 

*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

 



URGENTE DIFUNDIR Honduras: Asesinado periodista de Radio y TV-Globo

8 de Dezembro de 2013, 1:06, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda
 

Manuel Murillo Varela

La madre de Manuel Murillo, camarógrafo varios años en Globo, llora la
muerte de su hijo. Esta noche, hay otra madre y esposa e hijos que llora
la muerte de otro periodista de Globo, Juan Carlos Argeñal. ¿!HASTA CUANDO!?

 Honduras: Asesinado periodista de Radio y TV-Globo

Por Dick Emanuelsson (tomado de Latinamerica de Ayer y de Hoy)

Ya son 37 periodistas asesinados en Honduras durante el gobierno nacionalista

TEGUCIGALPA / 2013-12-07 / Juan Carlos Argeñal, reportero de Radio y TV-Globo en la ciudad de Danli, departamento de Paraíso, fue acribillado por sicarios en su propia casa en la colonia “Los Maestros”, a las 6 p.m. éste sábado.

Argeñal era afin del Partido Libertad y Refundación y hermano al coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular en Danlí.

Marco Antonio Moncada, amigo y habitante de Danlí llamó al programa “El Noticiero Mi Nación” en Globo y reportó el lamentable y repudiable hecho.

El 24 de noviembre fueron militarizadas las instalaciones de las antenas y transmisores de Radio y TV Globo por parte de un Comando especial de la Fuerzas Militares de Honduras. Era el mismo día de las elecciones. El medio de comunicación había sido objeto por sabotaje durante la campaña electoral que culminó con la toma militar de los transmisores que se encuentran en el cerro Cantagallo en la capital hondureña.

Radio y TV-Globo y el Canal 36 Cholusat Sur, han sido dos medios de comunicación que hicieron una intensa resistencia contra el golpe de estado militar el 28 de junio de 2009. Ambos medios fueron militarizados y robados por sus equipos en septiembre de 2009 cuando la dictadura cívica-militar impuso un estado de sitio durante meses con toque de queda entre 5 p.m.-05.00.

 
Radio Globo fue hostigada y prácticamente cerrada en septiembre
de 2009, pero no lograron silenciarla por que pasó a la clandestinidad, transmitiendo por internet

  Uriel Rodríguez, camarógrafo de TV-Globo, fue brutalmente golpeado por un comando de los Cobras en la ciudad de San Pedro Sula durante el Foro Business for Honduras y posteriormente amenazado a muerte por su denuncia judicial. Rodríguez esta actualmente asilado en el exterior.

Manuel Murillo, de 32 años, también fue camarógrafo de Globo, fue asesinado con tres impactos de balas en su rostro el 24 de octubre pasado (2013). Murillo hizo la legendaria toma en la madrugada del 28 de junio de 2009, cuando un comando de Fuerzas Especiales del Ejército Nacional, disparó 100 tiros contra la casa del presidente Manuel Zelaya y lo secuestró para posteriormente enviarlo en un avión militar a Costa Rica. Antes que llegó a San José de Costa Rica, el avión de las Fuerzas Armadas de Honduras hizo escala en la base militar estadounidense, Soto Cano (Palmerola), dizque para echar gasolina. Estuvo ahí 15 minutos en la pista de aterrizaje más larga de Centroamérica y la base militar más vigilada por parte del Comando Sur de EE.UU.

 Listado de personas para asesinar

El 25 de noviembre, al día siguiente de las elecciones en Honduras, una delegación de FIDH, Federación Internacional de Derechos Humanos, encabezada por el juez español Baltazar Garzón y Luis Guillermo Pérez, secretario general de FIDH con sede en París, hizo público en Tegucigalpa, un listado de unos 20 hondureños que se encuentran en una lista de personas para ser asesinadas. Entre ellos cuatro periodistas:

  • David Romero Ellner, director de Radio Globo y un incansable enemigo a la corrupción que reina en la nación centroamericana.
  • Lidieth Díaz, periodista en el Canal 36 Cholusat Sur.
  • Félix Antonio Molina, director del programa “Resistencia”.
  • Héctor Longino Becerra, Director Ejecutivo de C-Libre, un organismo de vigilancia y protección de los derechos humanos de los periodistas de Honduras.
 
La lista presentada por el juez español Baltazar Garzón

 37 periodistas asesinados

 Honduras lidera la triste lista de periodistas asesinados, 36 colegas enterrados durante el gobierno nacionalista (2010-…). Muchos son amenazados a muerte y otros más han sido obligados de asilarse en otro país.

Con la muerte del compañero y colega Juan Carlos Argeñal se registra otro caso más de periodistas asesinados, donde la impunidad es casi total.

 

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Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL

Web: www.anncol.eu, Redacción: anncol@anncol.eu,
YouTube: http://www.youtube.com/user/anncol4?feature=mhee



¿Somos cultos?

7 de Dezembro de 2013, 0:55, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Luis Toledo Sande

 Ser culto es, sobre todo, un propósito hermano de la digna fertilidad que debe acompañar al saber. Son útiles el conocimiento en general y la pericia para manejar aparatos o hallar soluciones puntuales, a veces relevantes. Pero más retador y productivo es integrar lo sabido en una perspectiva de amplio sentido humano.

 La actitud meramente utilitaria puede dar frutos valiosos, pero no nos levanta del todo por encima de los instintos con que los seres llamados irracionales se aseguran la supervivencia. Se necesita fomentar los valores y la espiritualidad que deben caracterizar a la especie humana para que lo sea en plenitud.

 En ello actúa la educación, que no se agota en instituciones responsabilizadas oficialmente con fomentarla: “comienza en la cuna y no termina sino con la muerte”, dijo un maestro cubano que honró su nombre, José de la Luz y Caballero. Escuela y familia, que son o deben ser básicas, existen en una sociedad dada, y esta es determinante. La (buena) educación se ha de ubicar en la médula del país.

 Junto a la firmeza política, revolucionaria, de la que ha dado pruebas, la mayor riqueza de Cuba es su personal calificado, y lo tiene gracias a un empeño educativo y cultural en el que ha invertido gran parte de sus recursos, lo que acaso no comprenderán economicistas y pragmáticos. Pero su mayor garantía para crecer ha sido su insatisfacción con lo alcanzado, y ha de seguir siéndolo.

 El asunto marca la existencia desde lo más cotidiano y sencillo hasta lo más complejo y extraordinario. Se reconoce públicamente ya un deterioro en el comportamiento ciudadano. ¿Será minoritario? Las estadísticas, si se tuvieran, dirían lo suyo; pero la virtud es modesta y los defectos son escandalosamente chillones.

 Lenguaje soez y maneras desfachatadas pululan en nuestro medio, y contra ello no basta preocuparse individualmente. Urge la acción de la sociedad en su conjunto, y de sus instituciones a todos los niveles. El mal abona los peores comportamientos, y los abonará cada vez más si no se erradica, lo cual supone eliminar sus causas, que no se explican por veleidades de individuos o grupos.

 Modas tendenciosas han promovido que la representación visual de Cuba enfoque el mal estado de edificios y calles, y su renqueante parque automotor. Pero tal deterioro —inseparable del bloqueo imperialista, y del afán revolucionario por acometer, con pocos recursos, una obra social sin precedentes en el país— podrá revertirse con materiales, dinero y trabajo asalariado, y aun voluntario. Más difícil es reconstruir buenas costumbres perdidas, rotas, que no son mera cuestión formal ni frivolidades cortesanas.

 Acaso por afán alentador, y no sin razones, alguna vez nos hemos definido como pueblo culto y educado. Pero, aunque ningún narcisismo colectivo asomara en ello, ¿habrá que descartar un limitado conocimiento de nuestra sociedad, o su idealización?

 Orientador y vigilante, José Martí nos sale a cada paso, y merece más el homenaje de la buena atención que el de la mera cita de su palabra, aleccionadora. En “Maestros ambulantes”, artículo de 1884, afirmó: “Ser culto es el único modo de ser libre”. Con el deseo de rendirle tributo, esa máxima se ha reducido a “Ser cultos para ser libres”, versión que tiene agilidad de consigna, como verso de espinela, pero mengua el alcance del original.

 Quien tenía en su corazón un lugar de hermano para los trabajadores —él lo era—, alabó en los Estados Unidos lo que en 1887 llamó “las tremendas capas nacientes”: los obreros que intentaban sacudir la injusticia. Para escarmentarlos, las fuerzas policiales los reprimían —algunos fueron ahorcados—, y la prensa los denigraba. A ellos, señaló Martí, les temía el sistema opresor, “no a la chusma adolorida que jamás podrá triunfar en un país de razón”.

 No hablaba así un señorito aristócrata, sino un luchador que echó de veras su suerte con los pobres de la tierra. Por radical, iba a las raíces de las cosas, y frente a extremos civilistas y militaristas, nefastos en la historia de la patria, fundó un proyecto político de sembradora civilidad, culto. En 1880 daba los primeros pasos hacia la fundación del Partido Revolucionario Cubano, y puso su brújula a la vista y al oído de todos: “Ignoran los déspotas que el pueblo, la masa adolorida, es el verdadero jefe de las revoluciones”.

 En su herencia vivimos, responsabilizados con el deber de librar de dolores innecesarios al pueblo, del cual todos somos parte, si somos. Y es honroso impedir que partes de ese pueblo, de nosotros, aunque fuesen exiguas, se confundan con una chusma a la que también habría que librar de dolores, pero no congraciarse con ella a cambio de que parezca obediente, ni dejarle brechas por donde menoscabe lo que necesitamos cultivar como país de razón.

 

Publicado originalmente en Bohemia Digital y, en la revista impresa, en el número correspondiente al 15 de noviembre de 2013.

 Tomado de su Blog “Luis Toledo Sande: artesa en este tiempo

 

*Filólogo e historiador cubano: investigador de la obra martiana de cuyo Centro de Estudios fue sucesivamente subdirector y director. Profesor titular de nuestro Instituto Superior Pedagógico y asesor del legado martiano en los planes de enseñanza del país; asesor y conductor de programas radiales y de televisión. Jurado en importantes certámenes literarios de nuestro país.  Conferencista en diversos foros internacionales; fue jefe de redacción y luego subdirector de la revista Casa de las Américas. Realizó tareas diplomáticas como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en España. Desde 2009 ejerce el periodismo cultural en la Revista Bohemia.

Entre los reconocimientos que ha recibido se halla la Distinción Por la Cultura Nacional.

 

 



El racismo que habla la Cuba de hoy

5 de Dezembro de 2013, 0:48, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Confieso que en un inicio, me oponía a la idea de hablar de racismo en Cuba... sigo nombrándolo actitudes racistas... por que no son todos los que así piensan o así se expresan... pero comprendo perfectamente lo impropio de que revolucionarios piensen o se expresen peyorativamente de nuestros hermanos porque lo dijo el más grande de todos los cubanos: "Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro"... y cubano es más que todo ello, que nuestros niños sea esta la enseñanza que recuerden!!

 

El racismo que habla la Cuba de hoy
Por José Jasán Nieves Cárdenas

Fueron tres frases y situaciones ocurridas el mismo día. Para aquel muchacho su vecino era “el negro más blanco que pudiera verse en el mundo”, por lo limpio y aseado que acostumbraba a andar.

En otro momento, la señora, en la descripción de quien coincidió con ella en el mismo empleo, decidió apelar a su físico y su conducta: “es negrito, negrito, negrito… pero decente”.

Más tarde, justo cuando se iba sin preocupaciones hasta el fondo de la vivienda, el colega notó que ante la puerta abierta un “moreno” indagaba por los residentes en la casa de enfrente. “Déjame ponerle el candado a la bicicleta”, solicitó al propietario, “y así entro más tranquilo”, le explicó.

En las expresiones del lenguaje cotidiano aparecen frases que demuestran la permanencia de pensamientos y prácticas discriminatorios. En nuestro país, donde la legislación define igualdad entre todos los cubanos, sin atención a los pigmentos de la piel, el lenguaje se ha convertido en reservorio de muchos de los prejuicios racistas.

Escuchar un mismo día tres expresiones de esa realidad demuestra la necesidad de ampliar los debates sobre los remanentes de sojuzgamiento también en nuestra habla.

Por mucho tiempo se consideró innecesario discutir asuntos como estos, porque el afán totalizador de la voluntad política dio por resuelta o muy próxima a resolver cualquier desigualdad que permaneciera entre los olvidados de siempre.

Para investigadores como Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro y autora del texto “Elogio de la Altea o las Paradojas de la Racialidad”, se produce una expresión también discriminante cuando en el lenguaje se cuida de no revelarle al negro “su realidad cromática”.

Dice la Romay que “en Cuba a las personas blancas (…) se les enseñó a tratar a los negros con atildada indulgencia, como evitando la ofensa implícita en el recordatorio de su condición”. Por eso todavía pulula el eufemístico término de “persona de color” para describir a alguien de pigmentos oscuros, como sin querer hacerle daño.

El lenguaje como expresión del poder recibe la atención  de decenas de estudiosos y activistas, que impulsan la eliminación de actos de discriminación referidos por construcciones lexicales.

Meses atrás fue noticia que la Casa de la Cultura Afrouruguaya lanzó una campaña para enviar una carta a la Real Academia Española, en la que solicitan retirar del diccionario la expresión «trabajar como un negro», que los impulsores de la iniciativa consideran discriminatoria.

No creo que esos ejemplos constituyan paranoias sin importancia de lingüistas modernos, porque todavía discriminamos, sobre todo, con la lengua.

Y como para reafirmarme la pertinencia de este comentario… minutos antes de llegar a nuestros estudios escuché, a viva voz, otra expresión que refleja un racismo inmanente. Cierto anciano, mientras increpaba a un joven para que le diera paso en la puerta de una vivienda, le decía, sin mucho ánimo de jolgorio: ¡a ver, déjame pasar, que tú eres negro y yo soy mulato de salir!

¿Sólo palabras?

 

Tomado de Radio Ciudad del Mar

Imagen agregada FOTO Alberto Ortiz, Córdoba, Argentina



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