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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Así, como nos enseñó Fidel, lo continuaremos haciendo

24 de Fevereiro de 2014, 15:40, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Video en Youtube

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las conclusiones del XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, 22 de febrero de 2014, “Año 56 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

 

Compañeras y compañeros:

Me corresponde hacer las conclusiones de este importante Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, el cual ciertamente no se limita a estos tres días de trabajo de los delegados en la capital, sino a un proceso que se inició, hace más de 15 meses, con el debate sindical a lo largo y ancho del país e incluyó la amplia y democrática discusión del anteproyecto del Código de Trabajo, aprobado en la Asamblea Nacional el pasado mes de diciembre.

Igualmente el Congreso obrero en los colectivos laborales y en las instancias de municipio y provincia llevó a cabo un profundo análisis del Documento Base en casi 66 000 asambleas de afiliados, con una participación de más de 2 millones 850 000 trabajadores enfocados en el perfeccionamiento de la labor de las organizaciones sindicales.

En el marco de los trabajos previos al Congreso conmemoramos, el pasado 28 de enero, el 75 aniversario de la fundación de la CTC, que nació como la primera organización unitaria de los trabajadores cubanos en las difíciles condiciones de la república burguesa y neocolonial y tuvo que enfrentar, durante años, la represión y el asesinato de varios de sus líderes más revolucionarios, la mayoría comunistas, entre ellos el aguerrido dirigente sindical azucarero y militante comunista Jesús Menéndez, fundador junto al inolvidable Lázaro Peña de esta organización.

Las presentes y futuras generaciones de dirigentes sindicales deben nutrirse del valioso legado que encierra la vida y obra del Capitán de la clase obrera, merecido apelativo que Lázaro Peña supo ganarse entre los trabajadores cubanos, forjador y ferviente defensor de la unidad de las fuerzas revolucionarias antes de la Revolución y tras el triunfo, quien acogiendo como propia la línea de Fidel, se consagró en la organización y brillante conducción del histórico XIII Congreso de la CTC, en 1973.

A diferencia de congresos anteriores que se concentraban en el análisis y discusión de temas específicos y generaban propuestas de modificaciones puntuales a la legislación existente en el ámbito laboral, este XX Congreso tuvo la ventaja de contar con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del Partido, así como los objetivos de trabajo acordados en su Primera Conferencia Nacional.

La etapa preparatoria del Congreso puso de manifiesto el apoyo mayoritario de la clase obrera al rumbo trazado para la actualización de nuestro modelo económico, al tiempo que se expresaron con claridad las insatisfacciones por la lentitud con que se aplican en la base determinadas decisiones aprobadas por el gobierno, en ocasiones sin haberse creado las condiciones apropiadas y brindado la argumentación e información oportunas, ni ejercido el debido control sobre su implementación.

A pesar de lo sensible y compleja que resulta la cuestión del sistema salarial vigente en la economía estatal, no puedo dejar de abordarla, aunque otras veces me he referido a este tema.

Coincido plenamente con ustedes en que el actual sistema salarial no se corresponde con el principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”, o lo que es lo mismo, no garantiza que el trabajador reciba según su aporte a la sociedad.

También es cierto que el salario no satisface todas las necesidades del trabajador y su familia, lo que genera desmotivación y apatía hacia el trabajo, influye negativamente en la disciplina e incentiva el éxodo de personal calificado hacia actividades mejor remuneradas con independencia del nivel profesional requerido. Asimismo, desestimula la promoción de los más capaces y abnegados hacia cargos superiores, a consecuencia del dañino fenómeno de la “pirámide invertida”, que se traduce en que, generalmente, a mayor responsabilidad menor ingreso personal.

Al propio tiempo, hemos adolecido de un enfoque integral en la aplicación de la política salarial y de estimulación, lo que condujo a la aprobación puntual a lo largo de los años de disímiles sistemas de bonificación extrasalarial en sectores y actividades, que no en todos los casos están vinculados con el resultado del trabajo y al incremento de su productividad.

Tampoco podemos olvidarnos de casi un millón 700 000 ciudadanos que dedicaron decenas de años al trabajo y hoy disfrutan del derecho a su merecida jubilación, cuyas pensiones son reducidas e insuficientes para enfrentar el costo de la canasta de bienes y servicios.

Al constatar esta cruda realidad, en cuya solución integral no hemos dejado de trabajar intensamente, no podemos sembrar en nuestra población falsas expectativas a corto plazo. Sería irresponsable y con efectos contraproducentes disponer un aumento generalizado de los salarios en el sector estatal, ya que lo único que causaría es una espiral inflacionaria en los precios, de no estar debidamente respaldado por un incremento suficiente de la oferta de bienes y servicios.

Hacer eso parecería fácil, se aplica en muchos lugares del mundo, incluso en la rica Europa, en algunos de sus países en crisis, es la fórmula neoliberal que se ha aplicado en varias regiones del mundo para preservar y multiplicar la fortuna de los más ricos y condenar a la marginalidad a millones de habitantes del planeta.

Aunque lo he expresado en otras ocasiones no es ocioso y mucho menos ante el Congreso obrero, reiterar que en la Cuba revolucionaria nadie quedará desamparado y no habrá espacio para las denominadas terapias de choque contra el pueblo. Ninguno de los cambios que realizaremos podrá jamás atentar contra las conquistas sociales fruto de la Revolución.

Si el salario medio crece más rápido que la producción de bienes y servicios, los efectos para la economía y el pueblo serían fatales, ello equivaldría a “comernos” el futuro, aumentar irracionalmente la deuda externa y, en definitiva, engendrar inestabilidad en la sociedad cubana a causa de una inflación galopante que destruiría la capacidad adquisitiva del salario y las pensiones.

Tengamos presente el principio esencial de que para distribuir riqueza, primero hay que crearla y para hacerlo tenemos que elevar sostenidamente la eficiencia y la productividad.

En este tema dejo aparte los servicios médicos, que sí se les aumentará el salario próximamente, por cuanto el ingreso fundamental del país en estos momentos obedece al trabajo de miles de médicos prestando servicios en el exterior.

En la misma medida en que avancemos en este propósito, se irán conformando las condiciones para mejores salarios y pensiones.

Precisamente a ese fin van encaminadas las decisiones ya adoptadas por el gobierno, y otras muchas en estudio, para suprimir gradualmente las diversas trabas que subsisten en la gestión del sistema empresarial, sobre las cuales ustedes recibieron una amplia información.

Ese es también el objetivo fundamental del proceso de eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria cuya etapa inicial de preparación de condiciones se encuentra en marcha y en la cual se prevé desplegar un sistema salarial flexible y consecuente con el ya mencionado principio de distribución en el socialismo.

En medio de estas circunstancias y en cumplimiento de los acuerdos del Sexto Congreso del Partido, se ha propiciado el crecimiento de formas de gestión no estatal en nuestra economía, cuyos trabajadores reciben ingresos significativamente superiores a los del sector estatal, ya sea presupuestado o empresarial. Esta realidad, que a nadie sorprendió, no puede conducirnos a generar estigmas contra los trabajadores por cuenta propia y cooperativistas, quienes en su mayoría se han afiliado al movimiento sindical, se atienen a lo establecido y cumplen con sus obligaciones tributarias.

Ahora bien, no ignoramos que este factor objetivo añade presión a las aspiraciones de los trabajadores estatales, contenidas durante años, de ver incrementados sus ingresos lo antes posible.

Nunca debemos olvidar que el sistema económico que prevalecerá en la Cuba socialista, independiente y soberana, continuará basándose en la propiedad de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción y que la empresa estatal es y será la forma principal en la economía nacional, de cuyos resultados dependerá la construcción de nuestro socialismo próspero y sostenible.

Por tanto, el proceso de actualización del modelo económico y social va dirigido a crear las condiciones que permitan el incremento sostenido y sustentable del ingreso de los trabajadores estatales y a la vez preservar las conquistas sociales de la Revolución.

En estas circunstancias crece el papel del movimiento sindical cubano y las importantes misiones que le corresponden: por una parte, organizar, integrar y movilizar a los trabajadores en interés de la formación de valores laborales, patrióticos y morales, y por la otra, representarlos y defender sus derechos ante la administración en un clima de exigencia mutua.

Para alcanzar este objetivo la labor sindical debe despojarse de formalismos y de la vieja mentalidad, surgida a lo largo de años de paternalismo, igualitarismo, gratuidades excesivas y subsidios indebidos. Sabemos que hay magníficos compañeros que todavía sienten nostalgia por tiempos pasados, cuando en los duros momentos del inicio del período especial nos vimos obligados a implementar soluciones emergentes; no obstante, es preciso superar viejos hábitos y la barrera psicológica asociada a ellos para comprender que jamás retrocederemos a aquella función del sindicato como distribuidor de estímulos de diversos tipos.

La CTC y sus sindicatos deben concentrarse en lo esencial, que es ejercer su actividad en interés de la implementación exitosa de los Lineamientos y desarrollar un trabajo político-ideológico diferenciado y abarcador en defensa de la Unidad de los cubanos, teniendo en cuenta que su labor se complejiza en condiciones de un creciente sector no estatal en la economía, donde no son aplicables los métodos y el estilo tradicionalmente utilizados en el sector estatal, los que por demás, también deberán perfeccionarse.

En este sentido debemos tener en cuenta la imperiosa necesidad de fomentar y atraer la inversión extranjera en interés de dinamizar el desarrollo económico y social del país, propósito en el que avanzamos con la creación de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel y en la elaboración de un proyecto de Ley sobre la Inversión Extranjera, que someteremos a la Asamblea Nacional el próximo mes de marzo.

La labor sindical en las empresas mixtas o de capital extranjero lógicamente se diferenciará, no en su esencia, pero sí en la forma de la que hemos practicado hasta hoy y para ello hay que prepararse desde ahora.

En particular se hace necesario potenciar el vínculo permanente de los cuadros sindicales con las organizaciones de base, su participación en las asambleas de afiliados y la atención a los jóvenes que se inician en la vida laboral, para lo cual deberá asegurarse la preparación previa y el conocimiento de la situación concreta de cada lugar en interés de influir en la labor político-ideológica y productiva con los trabajadores.

También es imprescindible asegurar la permanente capacitación y superación de los cuadros sindicales en cuanto al contenido y alcance de las políticas y medidas que se van aprobando en el marco del proceso de implementación de los Lineamientos, dominar la nueva legislación, de modo que cuenten con la información requerida para esclarecer dudas, supervisar su cumplimiento, alertar oportunamente sobre cualquier desviación y sumar a los colectivos laborales a su materialización práctica.

Esta dirección de trabajo cobra mayor relevancia cuando observamos el alto grado de renovación en la dirección de los ejecutivos sindicales en la base, casi el 44%, mientras que se renovó el 35% de los secretarios generales de secciones y burós sindicales y el 17% de ellos son jóvenes menores de 30 años.

Igualmente, desde el anterior congreso se ha producido una significativa renovación en los cargos principales de la CTC y los diferentes sindicatos. Hoy nos acompaña el anterior Secretario General, compañero Salvador Valdés Mesa (Aplausos), quien en virtud de su relevante labor fue promovido a Vicepresidente del Consejo de Estado y en su condición de miembro del Buró Político del Partido se ha mantenido muy al tanto del desarrollo de este evento.

Creo justo reconocer, asimismo, la activa labor desplegada en los últimos ocho meses, al frente de la Comisión Organizadora, por el compañero Ulises Guilarte de Nacimiento (Aplausos), a quien ustedes eligieron hoy como nuevo Secretario General de la CTC.

Antes de finalizar debo referirme a los acontecimientos que tienen lugar en la hermana República Bolivariana de Venezuela. Hemos condenado enérgicamente los incidentes violentos desatados por grupos fascistas, que han ocasionado muertes, decenas de heridos, ataques a instituciones públicas y destrucción. Sabemos, por experiencia propia, quiénes están detrás, financian y apoyan esas brutales acciones para derrocar al gobierno constitucional venezolano.

Estos hechos confirman que dondequiera que haya un gobierno que no convenga a los intereses de los círculos del poder en Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos se convierte en blanco de las campañas subversivas. Ahora usan nuevos métodos de desgaste más sutiles y enmascarados, sin renunciar a la violencia, para quebrar la paz y el orden interno e impedir a los gobiernos concentrarse en la lucha por el desarrollo económico y social, si no logran derribarlos.

No pocas analogías pueden encontrarse en los manuales de guerra no convencional, aplicados en varios países de nuestra región latinoamericana y caribeña, como hoy sucede en Venezuela y con matices similares se ha evidenciado en otros continentes, con anterioridad en Libia y actualmente en Siria y Ucrania. Quien tenga dudas al respecto lo invito a hojear la Circular de entrenamiento 18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales norteamericanas, publicada en noviembre de 2010, bajo el título “La Guerra no Convencional”.

Ahora mismo en Ucrania están ocurriendo acontecimientos alarmantes. La intervención de potencias occidentales debe cesar, para permitir al pueblo ucraniano ejercer de forma legítima su derecho a la autodeterminación. No debe ignorarse que estos hechos pueden tener consecuencias muy graves para la paz y la seguridad internacionales.

Hemos expresado y ratifico hoy aquí, nuestro pleno apoyo a la Revolución Bolivariana y Chavista y al compañero Nicolás Maduro (Aplausos), quien con inteligencia y firmeza ha manejado esta compleja crisis.

Albergamos la convicción de que el pueblo venezolano sabrá defender sus irreversibles conquistas, el legado del Presidente Hugo Chávez y el Gobierno que eligió libre y soberanamente, como expresa nuestra Declaración del pasado día 12 de febrero.

Compañeras y compañeros:

Considero que hemos efectuado un magnífico Congreso obrero, que sienta pautas para el futuro del movimiento sindical cubano, ya que las cuestiones analizadas tocan muy de cerca el papel de la CTC y sus sindicatos en el proceso ideológico, político y económico de la Revolución. Por tal motivo, en nombre del Partido Comunista y del Gobierno Revolucionario felicito a nuestra clase obrera y a todas y todos los que han participado directamente en este XX Congreso (Aplausos).

En este sentido, creo apropiado recordar un fragmento del discurso de Fidel al clausurar el histórico XIII Congreso hace algo más de 40 años, cuando expresó, cito: “No se impone un punto de vista, se discute con los trabajadores. No se adoptan medidas por decreto, no importa cuan justas o cuan acertadas puedan ser… las decisiones fundamentales que afectan a la vida de nuestro pueblo, tienen que ser discutidas con el pueblo y esencialmente con los trabajadores”. Fin de la cita.

Así, como nos enseñó Fidel, lo continuaremos haciendo,

¡Viva la clase obrera cubana! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

Muchas gracias (Aplausos).

 

FOTO AIN/Marcelino VÁZQUEZ HERNÁNDEZ



Medios, manipulación y estrategia imperial (+ Video y links relacionados)

19 de Fevereiro de 2014, 17:30, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

 

Venezuela: joven denuncia manipulación mediática de una imagen suya

Video en Youtube

Medios, manipulación y estrategia imperial

Por Randy Alonso Falcón

Venezuela vive el asedio y la violencia de la derecha golpista. Un Golpe de Estado se intenta desde la premeditada agitación de las calles, y la fabricación vergonzosa de las imágenes. Los medios oligárquicos y transnacionales hacen las veces de fuerza de choque de vanguardia. Las redes sociales se usan como escenario para multiplicar el fuego.

No es nada nuevo en la patria de Bolívar. Similares escenarios se vivieron allí cuando el Golpe contra Chávez en el 2002, el Paro Petrolero, o los más recientes episodios postelectorales de abril 2013.

Son reproducciones de la nueva estrategia imperial para la injerencia y la liquidación de gobiernos que no le agradan: manifestaciones provocadas, manipulación mediática concertada y múltiple, socorridos llamados a respetar los derechos humanos de agresores y violentos, búsqueda de condena internacional e intervención armada, si necesario fuera.

Bochornoso papel están cumpliendo los medios, al mejor estilo de William Randolph Hearst: “Usted facilite las ilustraciones, que yo pondré la guerra”. En Iraq, en Libia, en Siria, en Ucrania, ahora en Venezuela, los medios han manipulado, mentido, crucificado a su antojo. Han actuado como avanzada de demolición para desmoralizar al adversario, criminalizar al gobierno y abrirle paso suave y triunfal a los agresores y el imperio.

Pululan en estos días los titulares provocadores y con condenatorios y las efectistas imágenes sobre Venezuela. Lo mismo en las planas criollas de El Nacional o Tal Cual, que en las foráneas de El Mercurio, ABC, El País, Clarín y toda la red mediática de la derecha hispanoamericana. Las imágenes de caos, la victimización de los protestantes violentos y los anatemas contra el gobierno bolivariano ocupan las pantallas de CNN, NTN24 y otras televisoras al servicio de las causas peores.

A ello se suma una bien financiada y concertada estrategia desde las redes sociales para inflamar los ánimos, generar zozobra, cimentar mentiras. Uno tras otro circulan tweets plagados de falsas fotos sobre la situación venezolana; instantáneas cuyo origen verdadero está en manifestaciones y enfrentamientos recientes en España, Turquía, Ucrania, Egipto o Chile. A la vez, se hackean decenas de páginas de servicios públicos o se suplantan identidades en esas propias redes sociales.

Se actúa con toda mezquindad. No hay recato alguno para manipular y mentir. Todas las herramientas son válidas para intentar derribar a un gobierno que no agrada a los yanquis y las oligarquías.

Como señala el politólogo Juan Carlos Monedero: “Que Venezuela esté en los telediarios no tiene nada que ver con la violencia. Tiene que ver con que tienen petróleo y no son obedientes a los mandatos del Norte”.

La contraofensiva imperial en Latinoamérica está en marcha y en ella juegan al duro los medios que son sus cancerberos ideológicos.

La contra respuesta debe ser múltiple, concertada y también desde los medios que sirven a los pueblos.

Tomado de Cubadebate

Vea sobre este tema:

Venezuela actuará frente a manipulación mediática

CNN utilizó imágenes de estudiante con la cara destrozada del 10 de abril y él mismo lo denunció

Y una muy completa recopilación de fotos manipuladas

Vea las imágenes de supuesta brutalidad policial en Venezuela, que en realidad son fotos viejas en otros países

 

 

 



El guión de las amenazas y la guerra de perros en Venezuela

18 de Fevereiro de 2014, 23:53, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Osviel Castro Medel

 El Gobierno de Estados Unidos le ha dicho entre otras cosas al Estado venezolano que debe dejar libres a «todos los detenidos» (los implicados en recientes hechos violentos), iniciar un «diálogo» con la oposición y no tocar al cabecilla de la ultraderecha Leopoldo López

 El guión es más que conocido, pero no deja de causar estupor: desde el Norte un dedo índice señala amenazante que no puedes poner orden en tu propia casa o te cocinarán en un caldero. Te dicen qué debes hacer, cómo y cuándo; de lo contrario, experimentarás terribles consecuencias.

 Ahora el Gobierno de Estados Unidos le ha dicho entre otras cosas al Estado venezolano que debe dejar libres a «todos los detenidos» (los implicados en recientes hechos violentos), iniciar un «diálogo» con la oposición y no tocar con el pétalo de una rosa al cabecilla de la ultraderecha Leopoldo López.

 Todo eso a raíz de la convocatoria irracional de este hombre —a quien muchos aquí llaman por su carácter «chico-bomba»— a tomar la calle y provocar la «salida» obligatoria de Nicolás Maduro como Presidente de este país.

 Un llamamiento que provocó tres muertos, más de 70 heridos, destrozos, patrullas quemadas, autobuses apedreados, instituciones atacadas, agresiones a trabajadores del transporte público, asedios a medios de comunicación, tranques de autopistas, quema de neumáticos, embestidas a estaciones del metro, destrucción de parques, miedo en los ciudadanos. Es decir, casi nada.

 ¿Qué hubiese pasado, como se preguntó el mandatario venezolano el domingo por la noche, si estas personas —casi siempre encapuchadas— hubieran hecho eso mismo en las calles de Washington e intentaran entrar en la Casa Blanca?

 Y caben otras preguntas, que todos nos hacemos: ¿Cuáles serán esas «consecuencias internacionales» de alcance incalculable que enfrentará Venezuela si se arrestara a López (no había asomado la cabeza después que retó a Maduro), como exige la justicia? ¿Será acaso promover una Libia latinoamericana? ¿Cuánto peligro gravitará sobre la vida de este político-instrumento, a quien los mismos yanquis pueden asesinar para intentar un estallido social, como lo denunció en la tarde del lunes el integrante de la Junta Directiva del PSUV, Aristóbulo Istúriz?

 Lo más grave es, precisamente, que esta situación ha sido prediseñada y planificada en USA, como expuso ayer el canciller venezolano, Elías Jaua, en rueda de prensa. «El clásico esquema de la llamada guerra de perros, que se ha desarrollado en los últimos años en varios países: se injerta la violencia, el Estado se ve obligado, en el marco de sus competencias, a actuar, y luego viene inmanente el asedio, el acoso, la criminalización especialmente por parte del Gobierno de Estados Unidos».

 Por lo pronto, el Gobierno Bolivariano ha dado suficientes muestras de fortaleza, valentía y autodeterminación. Primero, no ha callado un segundo que la coyuntura actual responde a un libreto de golpe de Estado, en el que participan medios de comunicación, actores violentos, la banca, la burguesía, personajes políticos dentro y fuera de Venezuela...

 Segundo, ha respondido enfáticamente, con total soberanía, a Gringolandia y a las declaraciones de su secretario de Estado, John Kerry. Ayer, el propio Jaua explicaba ante la prensa que Breeann Marie McCusker, segunda secretaria de la embajada estadounidense en Venezuela; Jeffrey Gordon Elsen y Kristofer Lee Clark, ambos vicecónsules, tenían 48 horas para salir de esta nación.

 Los tres, como explicó el Ministro de Relaciones Exteriores, activaron dispositivos en las universidades del país en las que se realizaron las protestas recientes para contactar con dirigentes estudiantiles. Los objetivos eran captar, entrenar, financiar y crear organizaciones juveniles adictas a las manifestaciones violentas en Venezuela.

 Tercero —y acaso lo más importante— el Gobierno ha señalado que aunque desde potencias extranjeras levanten el dedo, amenacen y preparen guiones, siempre contra la violencia se actuará con unidad, para preservar la paz.

 

Fuente Juventud Rebelde

 



Los asociados cubanos de Leopoldo López

17 de Fevereiro de 2014, 23:33, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda
Por Gregorio Salas Ribas

 

Leopoldo López y Yoani Sánchez en Forum 2000, Praga

Esta vez los rufianes no se reunieron  para hacer una Penchicarda, aquel viejo truco donde, después de comer o cenar, revuelven una pendencia para irse sin pagar la cuenta de la frugal comelata. Tampoco han hecho una nueva Taifa o reunión de honorables maleantes, como aquella que los reunió durante la realización de la XVII versión del Forum 2000, en la vieja Praga, allá por septiembre del 2013, donde se encontraron tan ávidos de protagonismo como sórdidas malas intenciones, nada menos que el señorito Leopoldo López, coordinador nacional del derechista Voluntad Popular, con sus pares cubanos en eso de fabricar provocaciones y crear desórdenes bajo la dudosa bandera de la falsa democracia. De esta forma Yoani Sánchez, Manuel Cuesta Morúa, Antonio G. Rodiles, coordinador del proyecto Estado de SATS, Julio Aleaga, y Dagoberto Valdés, disfrazados de una trastrocada sociedad civil cubana, pactaron con los escuálidos adoloridos un remedo de pacto para derrumbar la obra de sus pueblos y retrotraer los logros históricos cosechados por sus pueblos en una indetenible andanada revolucionaria.

El acuerdo de marras, creado en un restaurante de Praga y dado a conocer el 17 de septiembre de 2013, decía en uno de sus párrafos, bajo la ulterior complacencia de sus tutores de  People in Need, CADAL y la Fundación Václav Havel: “Nosotros, demócratas de Cuba y Venezuela, nos comprometemos en la construcción democrática en nuestros países. (…) Decidimos, desde el respeto a la soberanía, establecer cooperación y solidaridad mutua para apoyar la construcción democrática. (…) Para construir la democracia optamos por participar en todos los espacios, construir redes de movimientos y organizaciones de base, promover el comportamiento cívico y la lucha no violenta.”

Mucho bombo y platillo le dieron mediáticamente a tal unión, sostenida en el discurso político anticubano y anti bolivariano, así como en el más espurio sentimiento de dependencia a quien, desde el norte frío y ambicioso, les proveía con pingües ganancias los bolsillos. 

Todo se amasó aquella vez entre estos delincuentes disfrazados de patriotismo dudoso y la coordinación de acciones desestabilizadoras se puso en marcha, esperando el momento oportuno para hacerse evidente en los últimos acontecimientos que tienen lugar en Venezuela. El asunto de “construir democracias” por cualquier medio estaba sobre el tapete del discurso subversivo y la cosa era ahora coser y cantar. La forma de lograrlo era una suerte de internacional prodemocrática en esta tierra americana, para ellos,  abundante de caudillos, populismos y líderes mesiánicos.

Leopoldo López salió satisfecho del evento, reforzada su imagen ante su propia Voluntad Popular y sus socios de la MUD, así como el reconocimiento de la derecha internacional. Ahora le tocaba solamente esperar la ocasión oportuna para poner en práctica sus planes fascistas para llegar a lograr #LaMejorVenezuela, suerte de progrom criminal para acabar con sangre y frío revanchismo con aquellos que ultrajaron los sueños del oligarca poderoso y llevaron al pobre al poder. De hecho, este pacto unión no solo a personas, sino logró hacer confluir ideologías con puntos de convergencia como la tendencia fascistoide de la derecha venezolana con los afanes anexionistas de Antonio Rodiles y Yoani Sánchez.

La esperada ocasión, luego de ver frustrada conspiración tras conspiración, se dio cuando capitaneó junto a varios liderzuelos de la derecha venezolana como Antonio Ledezma, María Corina Machado y Henrique Capriles, con el apoyo solapado de fuerzas externas del paramilitarismo colombiano cercanas a Uribe, las procónsules de la embajada norteamericana y las organizaciones anti bolivarianas en el exterior, varios disturbios violentos en las calles venezolanas, expresión de un ideario fascista y de corte violento, cuya finalidad era no solo promover la desobediencia ciudadana, generar caos y victimizarse ante la opinión pública mundial. Otro de los objetivos de la proclamada “Salida” era aducir que la inexistente represión de las autoridades era generada desde Cuba.

Otro de los sujetos involucrados en la conjura anti bolivariana fue el ex presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, vinculado al paramilitarismo y al narcotráfico, quien salió en defensa de la asonada fascista proponiendo recolectar un millón de firmas de apoyo, validando de esta forma su apego a la violencia desestabilizadora y al golpismo en Venezuela. 

El nazi fascismo, convertido por Leopoldo López en acción abierta de clara expresión violenta, dirigida a sostener grupos de choque, saboteo de servicios públicos indispensables, generación de caos social e inestabilidad institucional, inseguridad y otras maneras de desobediencia civil, tienen un claro objetivo de crear condiciones para una apertura golpista contra el gobierno de Nicolás Maduro. Viejos experimentos golpistas empleados en otros escenarios con anterioridad, vuelven a cobrar vida en la Venezuela Bolivariana. Con estos mismos modelos desestabilizadores se procuró la creación del golpe de estado en Chile contra Salvador Allende, en septiembre de 1973.

Como se conoce, estudiantes manipulados por la oposición reaccionaria, organizaron varias jornadas de protestas en distintas ciudades cuyo colofón tuvo lugar el miércoles 12, cuando dejó un saldo de tres muertos y decenas de heridos. Durante las marchas, los manifestantes quemaron neumáticos, atacaron la sede del Ministerio Público en Caracas e incendiaron varios carros de los cuerpos policiales, por lo cual tuvieron que ser reprimidos. Fue un acto deliberado de violencia callejera y de irrespeto a la institucionalidad. Suerte de cambalache desenfrenado que cualquier nación no aceptaría.

La manipulación diseñada en el Pacto de Praga tuvo también su expresión en el montaje de un show mediático en el que se trata de remedar la supuesta represión en Cuba con el grupúsculo Damas de Blanco, cuando algunas mujeres se unieron a la protesta de derecha vistiendo de similar manera.

¿Quién mejor, entonces, que el sitio Martínoticias para divulgar un mensaje de Leopoldo López, enviado a la cuenta de Twitter del presidente Nicolás Maduro, donde se le acusa de esperar  órdenes del gobierno cubano para arrestarlo?

Casi de inmediato, siguiendo lo establecido en el Pacto de Praga, sus cúmbilas cubanos hicieron suya la tarea de apoyar a López y su intentona golpista impostando varias matrices de opinión, entre las que han sobresalido:

  • La suerte del pueblo cubano está en dependencia de la supervivencia del gobierno de Maduro, lo que predice un retorno al ya pasado Período Especial en la Isla.
  • Los medios oficiales cubanos ocultan deliberadamente la “realidad” de los acontecimientos en Venezuela.
  • La crítica ante la presencia de oficiales del MINFAR prestando colaboración en Venezuela, manido argumento urdido por organizaciones mafiosas anticubanas como la FNCA, el CLC, el CAMCO, la Brigada 2506 y el CID, entre otras, bajo el dudoso argumento de que su presencia viola la soberanía venezolana.
  • Difundir la falacia de que las FAR de Cuba están movilizadas para intervenir en Venezuela, lo que ha sido promovido en las redes sociales, fundamentalmente en Twitter por varios cabecillas de grupúsculos contrarrevolucionarios en Cuba, como José Daniel Ferrer, liderzuelo de UNPACU. Al igual, otros, como Anyer Antonio Blanco, involucran falsamente a supuestos “agentes cubanos” en el enfrentamiento a la oleada fascista  en Venezuela.
  • La complacencia de los principales mercenarios cubanos con los sucesos en Venezuela  se ha hecho evidente en sus declaraciones, tweets y convocatorias de apoyo a la intentona fascista de Leopoldo López. Pruebes existen muchas, como la expresión de apoyo  del Capítulo Cubano de Solidaridad Democrática Latinoamericana, fundado a fines de año en Costa Rica, y formado por  contrarrevolucionarios cubanos y de otras naciones latinoamericanas. La parte cubana del mismo se encuentra capitaneada por Antonio Rodiles y Julio Aleaga Pesant.

Otros elementos contrarrevolucionarios han sido entrevistados por el andamiaje mediático anticubano, manipulando la percepción solidaria de nuestro pueblo con la Revolución Bolivariana, como fueron los casos de un Arnoldo de la Cruz, presunto médico de Santiago de Cuba, así como  Roberto Valdivia integrante del grupúsculo  Partido Democrático 30 de Noviembre Frank País, en Ciego de Ávila.

Como era de esperarse, Yoani Sánchez también salió en defensa de Leopoldo López y su experimento fascista en Venezuela, mediante la red Twitter, donde pretende impostar las mismas matrices de opinión usadas por el resto de la contrarrevolución, haciendo énfasis en dos cuestiones esenciales: la falta de información sobre los sucesos de Venezuela en la prensa oficial,  manipular una inexistente represión en Cuba comparándola con la respuesta de las autoridades a la asonada fascista y deslegitimizando las protestas ocurridas en otros países latinoamericanos contra gobiernos de derecha. Sus Tweets evidencian esta postura:

Difícil entender manipulada información que da la prensa oficial de #Cuba sobre sucesos en #Venezuela Es un asco periodístico! #Vergüenza

— Yoani Sánchez (@yoanisanchez) February 14, 2014

#Venezuela mucho de lo que te ocurre tiene el sello inigualable de la Plaza de la Revolución de La #Habana Que pena me da!

— Yoani Sánchez (@yoanisanchez) February 15, 2014

#Cuba Si estudiantes protestan en #Chile, para #TV oficial cubana es logro ciudadano, si es en #Venezuela lo llama "fascismo" #DobleRasero

— Yoani Sánchez (@yoanisanchez) February 15, 2014

#Venezuela te quieren hacer lo mismo que le han hecho a #Cuba

— Yoani Sánchez (@yoanisanchez) February 15, 2014

La “solidaridad” de la contrarrevolución interna dentro de Cuba con las actuales acciones fascistas de la derecha venezolana tienen como objetivo derrocar al gobierno de Maduro, privar a Cuba de los vínculos con la Venezuela hermana y destruir el proceso integracionista que tiene lugar hoy en América Latina. En esencia, el aislamiento de Cuba y crear condiciones propicias para derrocar a la Revolución en la isla es el objetivo estratégico diseñado por la derecha venezolana y la contrarrevolución.

La cacareada no violencia esgrimida a diario por estas fuerzas desestabilizadoras, no tiene otro objetivo que crear condiciones para una solución violenta. Tal como se enfoca en el Plan de Acción Libertaria diseñado por Robert Alonso, y dado a conocer en Miami el pasado 19 de enero, la estrategia del  éxito está en garantizar una intervención militar foránea, como respuesta internacional a una fabricada guerra civil o a procurar una implosión militar o golpe militar, involucrando a los estamentos armados en el derrocamiento de las instituciones gubernamentales.

Alonso reconoce la imposibilidad actual de generar una intervención militar foránea en Venezuela, aunque se parcializa por el desarrollo de una guerra civil, contando –aunque lo considere descabellado-, con abundante dinero proveniente del exterior y el empleo de combatientes foráneos paramilitares provenientes de países vecinos, como es el caso de Colombia. Sin embargo, su opción más posible es el involucrar a las fuerzas armadas y policiales en el PLAN golpista.

Robert Alonso, nacido  en Cuba, hermano de María Conchita, quien residió en varios países como Escocia, Alemania, Venezuela y Estados Unidos, se ha dedicado a configurar escenarios para el derrocamiento de la Revolución Bolivariana. Vinculado a los grupos de línea dura y terroristas radicados en Miami y otras naciones, participó en actividades violentas contra Cuba y en planes desestabilizadores contra Venezuela, fundamentalmente mediante la creación del MRR y el montaje de guarimbas como factor de desestabilización.

Connotado terrorista, Robert Alonso estuvo comprometido con la introducción de los 150 paramilitares de Colombia y los ocultó en la finca Daktari, de su propiedad, con la misión de asesinar al difunto presidente Hugo Chávez. Ha estado involucrado en varias conspiraciones y mantiene fuertes vínculos con el uribismo paramilitar u grupos terroristas de origen cubano asentados en Miami y Nueva Jersey, así como a los principales personeros de la mafia cubano americana, así como con el ultraderechista senador John McCain, en cuya campaña presidencial participó. 

Todos estos sujetos vinculados a la contrarrevolución cubana se han convertido en acérrimos defensores de los planes fascistas de Leopoldo López y, al hacerlo, han dejado a un lado su discurso no violento y mostrando su verdadera esencia a favor de la violencia y sus sueños de llevar a cabo, si alguna vez les es posible, un repetición de la noche de La Noche de los cuchillos largos para purgar de comunistas y revolucionarios, sin importar edades ni género, en Venezuela y Cuba.

 

Tomado de ANNCOL



Fallida “revolución de color” en Venezuela

17 de Fevereiro de 2014, 22:57, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Renán Vega Cantor*

 

Lo que se viene presentando en términos políticos en Venezuela desde mucho antes del 14 de abril -cuando se celebraron las elecciones presidenciales- forma parte de una estrategia calculada por la llamada “oposición” y sus voceros mediáticos a nivel mundial y, sin ninguna duda, es el resultado de un guión establecido en las usinas intelectuales del imperialismo que se conoce con el eufemismo de la “revolución de colores”, una típica estrategia Made in USA.

 LAS “REVOLUCIONES” DE COLORES

 El primer caso de una pretendida revolución de color (en verdad una contrarrevolución) se presentó en 1989 en la antigua Checoslovaquia cuando los disidentes y opositores sustituyeron el gobierno existente mediante una maniobra que denominaron la “revolución de terciopelo”. Los personajes que dirigieron el hecho rápidamente mostraron su verdadero rostro y convirtieron a la República Checa en un país incondicional a los intereses de Washington y al capitalismo, lo que han rubricado con la implantación de un modelo abiertamente neoliberal y privatizador, con su participación militar en las guerras imperialistas en el oriente medio, con su racismo contra los gitanos y su respaldo a la política anticubana de Estados Unidos y la Unión Europea que se sustenta en la pretendida defensa de los “derechos humanos”.

 Con posterioridad a este caso se han presentado, en forma otras “revoluciones coloridas”. Entre las exitosas se pueden mencionar la Revolución Bulldócer del 2000 en Serbia (un nombre poco vistoso que al parecer se originó por el papel que desempeñaron los choferes que manejan este tipo de vehículo), la Revolución Rosa en Georgia en el 2003, la Revolución Naranja en Ucrania en el 2004 y la Revolución de los Tulipanes en Kirguistán en el 2005. Entre las fracasadas están la Revolución Blanca en Bielorrusia, la Revolución Verde en Irán y la Revolución del Twiter en Moldavia.

 Todos estos acontecimientos tienen muchas cosas en común. Se presentan después del fin de la Guerra Fría y, en gran medida, en el espacio postsoviético, con la finalidad de implantar regímenes títeres e incondicionales a los Estados Unidos y a esa entelequia que se autodenomina como “occidente”. Esos movimientos se suelen pintar a sí mismos como democráticos, liberales y enemigos de la dictadura y el totalitarismo, lo cual resulta significativo porque siempre se generan en lugares en los cuales, por variadas razones, no se ha podido implantar de manera clara y directa el proyecto neoliberal o se encuentran gobernantes incómodos y poco obedientes a los designios de los Estados Unidos y del sistema financiero internacional. De igual forma, una particularidad notable de las tales “revoluciones de colores” es que en ellas no intervienen en forma directa las fuerzas armadas, como en los golpes clásicos, ni fuerzas militares de tipo convencional, con lo que queda la impresión que los gobiernos son derrocados por la lucha heroica de jóvenes desarmados que enfrentan con voluntad y coraje a un régimen opresivo.

 Esas “revoluciones de colores” son impulsadas por jóvenes aparentemente despolitizados que se muestran inconformes con un gobierno determinado y reciben el inmediato respaldo de la prensa autodenominada libre e independiente (entre la cual sobresale la CNN), la cual se encarga de amplificar sus demandas y de denunciar al gobierno escogido para ser derrocado. Se inicia entonces una campaña mediática, planificada y constante, que presenta a los “revolucionarios” como expresión de un nuevo tipo de movimientos sociales y de inéditas formas de protesta, que no buscan el derrocamiento violento de un gobierno sino su sustitución aparentemente pacífica por la vía electoral, y los muestra como pluralistas, pacíficos y respetuosos de los métodos democráticos, mientras al mismo tiempo cataloga como dictatorial y autoritario al gobierno que se pretende sustituir.

 Antes de que se inicien las “revoluciones”, la mano visible de Estados Unidos opera a través de varios instrumentos, entre los que se encuentran la financiación a dirigentes y movimientos universitarios, la creación de ONG de fachada, que reciben cuantiosos fondos de la USAID y de la CIA, y la entrada en escena de otras ONG internacionales, entre las que sobresalen las del especulador George Soros.

 Los símbolos utilizados son similares, sobresaliendo una mano empuñada, y suelen ser del color que se le da a la “revolución” y los portan los jóvenes, por lo general de clase media, que se comunican por teléfono celular, usan el twiter y se expresan a través de las redes sociales. Estos jóvenes empiezan a actuar antes de una elección presidencial, y de antemano se sabe que su finalidad es declararla ilegal y fraudulenta, si no triunfa su candidato favorito. La “prensa libre” del mundo se hace eco de esas denuncias y desde semanas antes de las elecciones pone en duda la legalidad de los resultados. El día de las elecciones se crea un ambiente de pánico y miedo entre los electores, se sabotean los sistemas electrónicos y se difunden toda clase de mentiras y calumnias contra los enemigos de la “democracia” y la “libertad”, tal y como la entienden los opositores de la “sociedad civil”, por supuesto incondicionales a los mandatos de los Estados Unidos.

 En la noche de las elecciones, en las que resultan perdedores los “revolucionarios” de colores, se denuncia el fraude, se convocan estudiantes y jóvenes en el centro de la ciudad capital y se inicia la protesta para que se cambie el resultado electoral o se vuelvan a realizar los comicios. Estas manifestaciones han sido preparadas con antelación y organizadas por las embajadas de los Estados Unidos, por la USAID y por las ONG “democráticas”. Cuando se efectúan las protestas, en forma automática la prensa mundial reproduce la noticia del supuesto fraude, algo que casi nunca se confirma, y la mentada “comunidad internacional” (un seudónimo de Estados Unidos y sus lacayos) afirma que no reconocerá dichas elecciones y presiona para que se cambie el veredicto o se realicen nuevamente, y cuando eso sucede salen victoriosos los “revolucionarios”, como sucedió en Ucrania en 2004.

 Las “revoluciones de colores” en realidad son una orquestada maniobra de desestabilización política que tiene un guion preestablecido, que no por casualidad cuenta con un texto de cabecera que fue redactado por el estadounidense Gene Sharp de la Albert Einstein Institution y que se titula de La dictadura a la democracia, que constituye un manual del Perfecto Golpe de Estado. El triunfo de una “revolución colorida” depende de la debilidad interna del gobierno atacado o de su incapacidad de entender lo que está en juego y de no proceder con firmeza para rechazar las maniobras desestabilizadoras. Su objetivo, como se evidencia en los países en donde han triunfado, es el de implantar un orden por completo favorable y proclive a los Estados Unidos, a la Unión Europea y a la OTAN.

 Como resultado, los nuevos gobernantes rápidamente muestran su verdadera cara antidemocrática y antipopular e incurren en peores niveles de corrupción de los que denunciaban, aplican a rajatabla los dogmas neoliberales y abren las puertas de sus países a las multinacionales de los países imperialistas. Con esto queda claro que no constituyen ninguna revolución, sino que simplemente se han apropiado de esa palabra, quitándole su sentido radical, para presentarse como los portavoces de un sentimiento de descontento y rechazo ante un determinado gobierno. Dicen basarse en la no violencia y en la desobediencia pacífica, algo que nada tiene que ver con sus verdaderos intereses, como se demuestra cuando están en el gobierno, en donde ponen en marcha medidas antipopulares respaldadas en la violencia bruta, como se ha demostrado en casos como el de Georgia o Serbia.

 LA REVOLUCION VINOTINTO (¿?) EN VENEZUELA

 Todo este guion ya conocido y repetido en múltiples ocasiones por Estados Unidos y sus perros falderos es el que se ha intentado implantar en Venezuela desde hace varias semanas. Esto se complementa con todos los métodos de subversión y saboteo impulsados por los Estados Unidos desde cuando Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998, porque van quince años de una prolongada acción contrarrevolucionaria contra el pueblo venezolano. Lo que sucede es que ante el fracaso del golpe de estado clásico en el 2002, las sucesivas derrotas de la “oposición” en las elecciones y ante la desaparición física del líder del proceso bolivariano, Estados Unidos, junto con la burguesía venezolana, ideó como plan estratégico del momento efectuar una revolución de color, y puso en marcha el guion previamente conocido en otras latitudes.

 No es casual que a comienzos de este año hubiera aparecido un grupo de estudiantes que se declaró en huelga de hambre y que reclamó la presencia física del presidente Hugo Chávez, que estaba enfermo en Cuba. Al mismo tiempo, CNN y todos los miembros de falsimedia empezaron a difundir el rumor que las elecciones iban a ser fraudulentas y la oposición manifestó que no aceptaría los resultados, si su candidato perdía.

 Aunque el intento no ha sido exitoso sí les fue favorable la coyuntura electoral, en la cual disminuyeron los votos chavistas y aumentaron los del candidato pro-estadounidense y el resultado final fue más estrecho de lo pensado. Este hecho facilitó la labor golpista y desestabilizadora que se puso en marcha desde el momento en que se supo oficialmente del triunfo de Nicolás Maduro. Durante la jornada electoral, además, fueron saboteadas las comunicaciones virtuales y electrónicas de los principales dirigentes de Venezuela y se intentó bloquear al Consejo Nacional Electoral. En forma simultánea, la CNN y los canales privados de gran parte del mundo desinformaban y mentían y daban de antemano, sin ningún dato, confiable como ganador al candidato de la derecha.

 Como estaba cantado, luego de que se dieron a conocer los resultados oficiales, Capriles los desconoció, presentó unas supuestas pruebas del fraude, se negó a aceptar la autoridad del Consejo Nacional Electoral y pidió un conteo manual del cien por ciento, es decir, el regreso al viejo sistema electoral. Como para que no quedara duda llamó a sus seguidores a manifestarse en la calle en repudio al pretendido fraude. Al mismo tiempo, CNN y la casi totalidad de la prensa internacional empezó a hablar del resultado incierto, que no se sabía quién había ganado, de la polarización reinante y del triunfo por ligero margen de Henrique Capriles. En Colombia, por ejemplo, los medios de incomunicación que nos contaminan con su brutalidad, han recurrido a todos los instrumentos del engaño y la mentira para deslegitimar el triunfo de Nicolás Maduro. Llama la atención en ese sentido que el Canal Capital en Bogotá –dirigido por un reconocido periodista- le haya prestado toda la noche del domingo a una politóloga de la Universidad de los Andes, de dudosa idoneidad, para que junto con unos mercachifles de la propaganda anti bolivariana llegaran a decir, incluso antes de que se conociera el primer boletín del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que Henrique Capriles había ganado. Esa fue la misma infamia del cubrimiento de CNN y compañía a nivel mundial.

 Hasta la noche del 14 de abril, Capriles y sus partidarios se habían presentado como demócratas, pluralistas, defensores del Estado de derecho y mil embustes por el estilo, siguiendo las directrices de las “revoluciones de colores”, pero desde el mismo momento en que se conoció el veredicto electoral todos ellos se quitaron la máscara y empezaron a actuar como lo que son, unos fascistas, como lo pusieron de presente hace exactamente once años durante el fallido golpe de Estado del 2002. Y como en esa ocasión procedieron con los mismos métodos: atacaron a los pobres, evidenciaron su racismo y su rechazo al pueblo chavista, destruyeron hospitales y centros de salud atendidos por médicos cubanos, quemaron varias sedes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), golpearon a cientos de personas que celebraban el triunfo de Nicolás Maduro, intentaron quemar viva a una persona, y han matado hasta el momento que se escriben estas líneas a siete personas.

 Todos estos procedimientos criminales, apoyados por todo el poder mediático internacional, no son contrarios al verdadero sentido de los mal llamados “revolucionarios de colores”, sino su verdadera esencia, a la vez que expresan la catadura del imperialismo estadounidense. Ese proceder tenía como finalidad generar el caos, para dar la impresión que en Venezuela no había gobierno, reinaba la inestabilidad y estaban creadas las condiciones para pasar a otra fase, de golpismo abierto. Afortunadamente la reacción tanto del CNE como de Nicolás Maduro –luego de que este tuviera un desafortunado discurso en la noche del 14 de abril- fue rápida y efectiva y entendió que un factor clave para no dejar prosperar una “revolución de colores” es el tiempo y la firmeza. Actuar con decisión y rápido, sin dudas de ninguna clase. En este caso eso fue lo que se hizo, porque el lunes 15 el CNE proclamó oficialmente a Nicolás Maduro como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y se negó a aceptar un conteo manual de votos, maniobra con la que Capriles y los Estados Unidos buscaban el tiempo necesario para sembrar no sólo la duda sino para actuar a sus anchas y realizar sus maniobras de saboteo y terrorismo que tanto les gustan.

 Fue esta actuación rápido lo que desesperó a Capriles y lo llevó a incitar al odio y a la violencia, con el resultado trágico que se conoce. Y por esa misma razón, Estados Unidos, su ministerio de colonias, la moribunda e insepulta OEA, y, como no podía faltar, el Reino de España –los mismos que respaldaron el golpe del 2002- han sido los únicos que se han atrevido a poner en duda la legitimidad del nuevo gobierno y su triunfo legal. Como esta vez el guion de las Revoluciones coloridas no salió como en las películas de Hollywood, en la que los que se presentan como los buenos vencen a sus malvados enemigos, Estados Unidos respira por la herida al decir por boca de uno de sus funcionarios de quinta categoría que la proclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, por parte del Consejo Nacional Electoral, "fue un acto imprudente" y refleja "una crisis institucional", según las palabras de Kevin Withaker, Subsecretario asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos. Claro, si lo que ellos querían era tiempo, para montar una cabeza de playa aparentemente legal, basándose en el conteo manual de los votos y en la incertidumbre y vacío legal que eso hubiera provocado, para consumar su “revolución de colores”

 Por esta vez fracasó la revolución vino tinto (color de la camiseta de la selección venezolana de futbol), pero el gobierno de Maduro y la conducción del proceso bolivariano deben aprender de esta dura experiencia y de los errores cometidos (entre ellos una desastrosa campaña electoral) para enderezar el proceso e impedir el triunfo de la contrarrevolución. Eso ya no sólo le interesa a Venezuela sino a los revolucionarios de América y del mundo que comprendemos que es necesario un proceso de rectificación para afrontar los diversos problemas económicos, productivos, sociales y políticos que enfrenta la patria de Bolívar y de Chávez, que es la misma de todos los que entendemos lo que significa una derrota al estilo de las que se vivió en Nicaragua en 1990.

 

Rebelión bajo licencia de Creative Commons

*Historiador. Profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, Colombia.

FOTO Miguel Gutierrez EFE



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