La II Cumbre de la CELACy la Declaración de La Habana ¡cómo cambian los tiempos!
2 de Fevereiro de 2014, 2:45 - sem comentários aindaPor Wilkie Delgado Correa*
Como rémora de ese pasado vergonzoso sólo pervive el bloqueo criminal de los Estados Unidos y una OEA moribunda, amenazada ineluctablemente de una muerte natural y merecida.
Ante la realidad histórica de hoy, existen ineludibles análisis que permiten juzgar de qué manera “se hace camino al andar”. La reciente Declaración de La Habana y las declaraciones especiales aprobadas por unanimidad en la II Cumbre de la CELAC, han puesto de manifiesto el sentir y pensar, en la voz de los gobiernos de 33 naciones representadas, de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Si tenemos en cuenta la corta vida de esta organización continental, causa asombro que se haya producido el rescate de los sueños primigenios de los fundadores sobre la necesidad de la unión, pasando por encima de asuntos secundarios que imprimen diferencias nacionales en cuanto a ópticas de los problemas propios y ajenos y, por supuesto, de sus posibles soluciones.
Emergen, pues, pujantes ideas que a corto y largo plazo, en un mundo plagado de calamidades y amenazas, resultarán beneficiosas para un fin último alcanzable: la mayor cuota posible de felicidad de los pueblos. Las fuerzas de cada pueblo unidas a las solidarias de todos, -sin ojerizas malsanas, sin competencias desleales, sin puñaladas fratricidas- harán posible en el hoy y el mañana lo que no se pudo lograr durante dos siglos. Desde 1881 Martí lo había reflejado en sus Apuntes de esta manera brillante: “¡Pues en igual continente, de iguales padres, y tras iguales dolores, y con iguales problemas, -se ha de ir a iguales fines!”
Por tanto, la fundación de la CELAC y la celebración de las cumbres en Chile y Cuba marcan la ruptura con un pasado de desunión y sometimiento a la égida de EE.UU, y el surgimiento de una nueva época de unidad y cooperación entre los pueblos de nuestra América, según la definiera José Martí.
El hecho de que Cuba participara en la fundación de la CELAC, que la presidiera en su segundo año, que su capital fuera sede de la II Cumbre y que aquí se firmara unánimemente la Declaración de La Habana , tiene una significación extraordinaria si tenemos en cuenta una época anterior en la que los Estados Unidos usó su influencia descomunal para aislarla contando con el apoyo de gobiernos vendepatrias.
Las agresiones diplomáticas de los Estados Unidos contra el gobierno revolucionario se instrumentaron desde bien temprano en el seno de la OEA , bautizada por Raúl Roa, Canciller de la Dignidad , como “ministerio de colonias yanki”. Así en 1960 los Estados Unidos, apoyado por gobiernos genuflexos – representantes de oligarquías nacionales y varios regímenes dictatoriales-, logró una condena contra Cuba recogida en la declaración de Costa Rica. Previamente, para conseguir sus propósitos, EE.UU. quitó a Cuba la cuota azucarera en el mercado norteamericano y la repartió entre los países productores, además aprobó un crédito de 600 millones para ofrecerlos como dádivas a esos países. ¡Vaya compra y soborno!, para exigir y obtener el voto que requerían en la OEA. Con razón Fidel en el discurso de 2 septiembre de 1960, en Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, planteó “nosotros le decimos al imperialismo que lo que vale no es la opinión de la oligarquía, que las oligarquías se pueden vender; pero los pueblos hermanos de América ¡jamás se venderán por ningún oro del imperialismo yanki!”
A este respecto vale recordar algunos fragmentos de la canción América Latina del grupo Calle 13: “Tú no puedes comprar mi alegría/ tú no puedes comprar mis dolores/ ¡tú no puedes comprar mi vida!”
Ante la condena a Cuba en Costa Rica por supuestas amenazas extraterritoriales chino-soviéticas, Cuba, que no mantenía relaciones con la China Popular sino con la China de Formosa, acordó soberanamente en ese acto la ruptura con la última y el establecimiento de las relaciones con la República Popular China. También aprobó otros enunciados de principios, apelando a la solidaridad de los pueblos para divulgarlos y defenderlos.
En la conocida como Primera Declaración de La Habana, se condenó “en todos sus términos la denominada Declaración de San José de Costa Rica, documento dictado por el imperialismo norteamericano, y atentatorio a la autodeterminación nacional, la soberanía y la dignidad de los pueblos hermanos del Continente”.
La Segunda Declaración de la Habana, fue adoptada el 4 de febrero de 1962, también en Asamblea General del Pueblo de Cuba, para dar la respuesta condigna a la Declaración de Punta del Este, Uruguay, donde se acordó la expulsión de Cuba por el voto de 14 de los 19 países de la OEA , y a consecuencia de la cual todos los países rompieron sus relaciones con Cuba, con la excepción de Méjico.
A los argumentos de la reunión y declaración de Punta del Este, Cuba, en voz de Fidel, declaraba que: “En Punta del Este el imperialismo yanki reunió a los cancilleres, para arrancarles mediante presión política y chantaje económico sin precedentes, con la complicidad de un grupo de los más desprestigiados gobernantes de este continente, la renuncia a la soberanía nacional de nuestros pueblos y la consagración del odiado derecho de intervención yanki en los asuntos internos de América; el sometimiento de los pueblos a la voluntad omnímoda de Estados Unidos de Norteamérica, contra la cual lucharon todos los próceres, desde Bolívar hasta Sandino. Y no se ocultaron ni el gobierno de Estados Unidos, ni los representantes de las oligarquías explotadoras, ni la gran prensa reaccionaria vendida a los monopolios y a los señores feudales, para demandar abiertamente acuerdos que equivalen a la supresión formal del derecho de autodeterminación de nuestros pueblos, borrarlo de un plumazo, en la conjura más infame que recuerda la historia de este continente”.
En el transcurso de más de cincuenta años la evolución de los acontecimientos ha sido favorable a Cuba, el país que desde sus orígenes como nación insurrecta frente a España expresó su vocación latinoamericana, en voz de su presidente Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, al señalar en carta de 1871 que “… la República de Cuba considera como hijos propios a los hijos naturales de Venezuela y demás Repúblicas sudamericanas”.
Hoy Cuba mantiene relaciones de amistad con los 33 estados que integran la CELAC, fue fundador de esta organización, fue miembro de la troika hasta la I Cumbre en Chile, asumió la Presidencia allí durante un año y presidió la II Cumbre en La Habana, marco en el cual se aprobó la Declaración de La Habana, se proclamó a América Latina y el Caribe como zona de Paz y se entregó la presidencia a Costa Rica.
Como rémora de ese pasado vergonzoso sólo pervive el bloqueo criminal de los Estados Unidos contra Cuba, condenado durante veinte períodos en la Asamblea General de la ONU y ahora también en la II Cumbre de la CELAC, y una OEA, desprestigiada y moribunda, amenazada ineluctablemente de una muerte natural y merecida.
No hay dudas que se está viviendo un cambio de época y América Latina y el Caribe están también en camino de dejar de ser, definitivamente, el patio trasero de la rapaz potencia del Norte, para convertirse en la avanzada de la paz y la solidaridad en América.
Y es una verdad de este hoy prometedor que, como expresara Martí, “se está en un alba, y como en los umbrales de una vida luminosa”, y que si ayer “sentina fuimos”, hoy “crisol comenzamos a ser”.
*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
Los medios y la II Cumbre de la CELAC
1 de Fevereiro de 2014, 2:39 - sem comentários aindaPor Juan Manuel Karg*
Diversos mandatarios de la región denunciaron en los últimos días que los grandes medios de comunicación a escala internacional ocultaron el éxito de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, realizada en La Habana, Cuba. Incluso algunos medios privados latinoamericanos que si dieron cobertura al tema, como ABC de Paraguay o La Nación de Argentina, editorializaron abiertamente contra la reunión, vilipendiando el papel de Cuba en la CELAC y atacando su rol de presidencia pro témpore. ¿Qué intereses hay tras los intentos de “acallar” a la reunión más importante del 2014 para nuestro continente?
Mucho se ha dicho y escrito sobre la denominada “guerra de cuarta generación”. Se trata de confrontaciones no bélicas, donde se utilizan herramientas poderosas como los medios masivos de comunicación para conseguir determinado rédito. Influenciar la opinión pública por un fin, es el eje nodal de este pensamiento. Así, muchas veces se visualiza un “eje del mal”: la tarea consiste en desgastar, erosionar, al enemigo. Con tal motivo se ha llegado a resultados escalofriantes: llamados a magnicidio sobre jefes de Estado, intentos de desestabilización bajo la premisa de advertir que un gobierno puede no llegar al final de su mandato, etc. Estos son ataques frontales.
Sin embargo, también existe ocultamiento de información como parte de esa misma premisa: la reciente cumbre de la CELAC, en La Habana, Cuba, fue ninguneada por la “mass media” internacional, tal como denunciaron Nicolás Maduro y Cristina Fernández, entre otros jefes de Estado. ¿Cómo eludir informar sobre una reunión de comitivas de 33 países, con la presencia de 29 presidentes, que trataron importantes temas para el futuro de nuestro continente? Al parecer, todo se puede con una premisa: el rechazo a la acción de los gobiernos post neoliberales, en especial aquellos que más “centralización” estatal han desplegado en diversas áreas estratégicas, o que más alejados ideológicamente han estado de los centros de poder.
Otros medios, más tradicionales, han preferido dar cuenta de lo sucedido. En esto se han diferenciado, aunque han sistemáticamente falseado los hechos. Es decir, (des) informaron, algo tan (o más) grave que el ocultamiento al que hacíamos referencia antes. El caso de ABC de Paraguay fue emblemático: en su editorial del 29 de enero, denunció que por propuesta de Cuba la cumbre evitaba hablar de democracia y derechos humanos. Sin embargo, este medio privado prefirió luego no citar la “Declaración de La Habana”, donde -antes del punto número uno!- se afirma la necesidad de fortalecer “nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos”. ¿Qué sucedió? Por tener preestablecido que quería informar, ABC evitó dar cuenta del desarrollo de los hechos, que confirmaron precisamente lo contrario. ¿Este medio reconoció el error? Claro que no.
El caso de La Nación tuvo aristas similares. El conservador diario argentino afirmó que la cumbre “se limitó a la retórica”. ¿Existe algo menos retórico que avanzar en un plan contra la pobreza que sufre más de 50 millones de latinoamericanos y caribeños?. A su vez, La Nación se quejó porque la CELAC destacó "el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico y social". ¿Existe algo más retrógrado que no permitir el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos de nuestro continente en pleno Siglo XXI, en momentos en que la injerencia externa -y en especial de parte de las grandes potencias mundiales- se acrecienta sobre nuestras naciones?
El trasfondo del ataque (y también de la propia ausencia de información) de parte de los grandes medios masivos de comunicación de nuestro continente -y también a escala mundial- tiene que ver con intentar erosionar lo conseguido en esta II Cumbre de la CELAC en La Habana. No fue poco: se avanzó en una agenda autónoma para 2014, se definió luchar contra la pobreza y la exclusión en nuestro continente, y se abordó imprescindibles temas de la soberanía de nuestros pueblos (Puerto Rico y su independencia, la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, y el apoyo a Ecuador contra la transnacional contaminante Chevron). En definitiva, lo que existió tras la cobertura mediática fue una confrontación de proyectos: los medios masivos de nuestro continente ocultaron (o falsearon) información porque también fueron parte del grupo de “perdedores” de la II Cumbre de la CELAC.
*Licenciado en Ciencia Política UBA, Investigador del Centro Cultural de la Cooperación - Buenos Aires
Enviado por su autor
Imagen agregada RCBaez sobre trabajos de Lacoste y Cubadebate
Mantengámonos en alerta para asegurar su pronto regreso a Cuba
1 de Fevereiro de 2014, 1:50 - sem comentários aindaFernando González, Héroe de la República de Cuba, saldrá de prisión el próximo 27 de febrero de 2014:
Fernando saldrá de la prisión federal de Safford, en Arizona, después de cumplir su injusta condena de 15 años, 5 meses y 15 días, resultado de un amañado procesamiento y juicio por parte del gobierno estadounidense.
Fernando, al igual que sus otro cuatro hermanos: Gerardo, Ramón, Antonio y René, los Cinco Cubanos, sacrificaron sus vidas para defender al pueblo cubano de una infame campaña terrorista llevada a cabo por terroristas de la extrema derecha cubanoamericana radicados principalmente en Miami, con el conocimiento y la protección de Washington.
Ya que Fernando no es ciudadano estadounidense, las leyes, según nos explica su abogado, Richard Klugh, requieren que al finalizar su condena Fernando pase a la jurisdicción de las autoridades de Inmigración.
Según explica su abogado: ¨Para facilitar su pronto regreso a Cuba, Fernando ha desistido de continuar siendo parte del proceso de apelación extraordinaria, llamado de Habeas Corpus, junto con sus otros tres hermanos que permanecen en prisión, Gerardo, Ramón y Antonio. Como también ha renunciado a impugnar su deportación a Cuba. Fernando tiene todos los trámites en orden y hay negociaciones con las autoridades pertinentes para lograr su inmediato regreso a Cuba y a su maravillosa familia."
En 2009, por orden del Tribunal de Apelaciones del Onceno Distrito, su condena original de 19 años fue reducida a 17 años. De acuerdo a las regulaciones del sistema federal de prisiones, los presos en sus cárceles reciben una reducción de un 13% del total de las mismas por buen comportamiento. Su abogado Klugh mantiene que "Fernando ha sido un preso ejemplar en todo, nunca tuvo ningún tipo de incidente". Continúa Klugh, "Todos los abogados que hemos participado en la defensa de los Cinco siempre hemos tenido un fuerte sentimiento de afinidad con Fernando. Es una persona extremadamente sensible, gentil, fuerte y honorable."
Nos sentimos aliviados con el regreso de Fernando a su familia y a Cuba. Reconocemos su entereza y compromiso con la libertad y la seguridad de su pueblo al igual que siempre lo han hecho sus otros cuatro hermanos. Nos mantendremos luchando hasta lograr que se haga justicia y que Gerardo, Ramón y Antonio también puedan regresar lo antes posible a su familia en Cuba.
Tomado de Comité Nacional EE.UU. por la Libertad de Los Cinco