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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Fidel y el milagro de soñar despierto

26 de Julho de 2014, 23:39, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Wilkie Delgado Correa*

 En fin, Fidel milita en el bando de los impacientes, de los apurados, de los que presionan lo posible y luchan contra lo imposible. Y esto es bueno recordarlo en el 61 aniversario del 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional, aquel día en que no murió en el asalto al Cuartel Moncada.

Si en la madrugada de la Santa Ana, en la ciudad de Santiago de Cuba, con los ojos aún adormilados por los festejos del Carnaval aquel 26 de julio de 1953, Fidel hubiera caído en combate, como ocurrió a muchos de los asaltantes, durante los primeros o últimos disparos del heroico asalto de los jóvenes del Centenario al Cuartel Moncada, la historia de Cuba hubiera sido diferente, aunque sin dudas habría pasado a la historia por aquella acción gloriosa.

Si al desembarcar en el Granma el 2 de diciembre de 1956, después de años de prisión y exilio, para cumplir el compromiso de que ese año seríamos libres o mártires, Fidel hubiera caído en combate, en uno de los muchos escenarios que tuvo aquella odisea, la historia lo habría ensalzado por su glorioso gesto y la consecuencia singular de su rebeldía, pero la historia de Cuba hubiera sido diferente.

 Si la historia de Cuba ha sido de lo más glorioso y fecundo en los años de la lucha revolucionaria y los posteriores al triunfo de la Revolución, hasta hoy, ha sido por Fidel y nuestro pueblo, amalgamados en una unión indisoluble en torno a sueños a alcanzar y convertir en realidad. Y es que como él mismo ha dicho: “Soñar con cosas imposibles se llama utopía; luchar por objetivos no sólo alcanzables, sino imprescindibles para la supervivencia de la especie, se llama realismo.” Y ha prevalecido en él en las cosas de nuestro pueblo y del mundo esa lucha persistente por una vida mejor a través de la justicia y el intento de que los seres humanos por primera vez programen su propio destino.

Duro y difícil ha sido el camino, preñado de los abrojos y entuertos propios y ajenos, aunque más bien los escollos ajenos han sido colosales, mientras que han sido, lógicos e inevitables según las circunstancias, los entuertos de la propia obra y de la marcha indetenible en la consecución de nuevos sueños.

En el discurso pronunciado en el acto con motivo de la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina el 20 de agosto de 2005, Fidel expresaba que “Esta graduación era un sueño hace casi siete años.  Hoy es una prueba de la capacidad de los seres humanos para alcanzar las más elevadas metas, y un premio realmente para los que creemos que un mundo mejor está a nuestro alcance.” Al relatar el surgimiento de la idea de ayudar con médicos a poblaciones que vivían bajo condiciones de catástrofe en Centroamérica y la de formación de médicos con estudiantes de esos países como becarios en Cuba, agregaba: “Hoy esa escuela, con su pujante desarrollo, apoya la formación de médicos no sólo en Centroamérica sino también en otras regiones del mundo.”

 Ya había anunciado en el discurso del 7 de abril de 2003, con motivo de la inauguración de obras para la salud: “Una profunda revolución en los servicios de salud tendrá lugar en nuestra patria.”

Otro sueño convertido en realidad fue cuando a partir de la experiencia cubana del desarrollo de recursos humanos y las tecnologías correspondientes en el campo de la oftalmología, Fidel concibió la idea de extender estos servicios al resto de los países hermanos, que fue correspondida inmediatamente por Chávez, de modo que ya el 8 de julio de 2004 se estableció el programa para atender a pacientes venezolanos. Así que un año después Fidel anunciaba que: “Juntos también, Venezuela y Cuba, estamos llevando a cabo lo que constituye uno de los más emocionantes programas que puedan ponerse en práctica:  devolver o preservar la visión en los próximos diez años a más de seis millones de latinoamericanos y caribeños.

Se han creado las condiciones en Cuba y están creándose en Venezuela para diagnosticar, operar o curar cada año 25 mil caribeños,100 mil cubanos, 100 mil venezolanos y 120 mil sur y centroamericanos.

En realidad, el programa se ha iniciado ya en 14 centros oftalmológicos de los 24 con que contaremos a finales del presente año, los que disponen de las más avanzadas tecnologías que existen en el mundo.  Nuestro país alcanza ya un ritmo de 1.400 operaciones de la vista diariamente.

Este año estamos a punto de alcanzar ya la cifra de 50 mil venezolanos de la misión Barrio Adentro operados de la vista entre mediados de enero y hoy 20 de agosto.  En menos de un mes han recibido igual tratamiento 1093 caribeños, en virtud de los Acuerdos de Anzoátegui, suscritos el pasado 30 de junio.

Debe conocerse que, dado su estado de pobreza, más de 4 millones y medio de latinoamericanos y caribeños requieren de este servicio anualmente y no lo reciben, y más de medio millón pierde la visión cada año, muchas veces sin haber sido examinados nunca por un médico.

Al igual que hace 40 años, permítanme soñar.  Sólo que después de medio siglo de lucha estoy absolutamente seguro de que nadie podrá decir de los sueños de Cuba, como dijo Calderón de la Barca, “toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”

Diez años después y fruto de esa capacidad o milagro de Fidel para soñar despierto, la Operación Milagro y las Misiones milagros en países del mundo, en particular en nuestra América, es una realidad impactante, que ha beneficiado a más de cuatro millones y medio de personas, aunque aún existan en el mundo políticos miopes que, enfermos de prejuicios,  timideces e indolencias no se atreven a convertir los sueños en realidades en sus países respectivos. Son los eternos conservadores que prefieren mantener la inequidad y la injusticia. No quieren que sus pueblos vean con ojos sanos el mundo que los tiene marginados y bajo la condición de su mala suerte de pobreza; y tampoco quieren que piensen y crean que las cosas políticas y sociales pueden ser de otra manera..

Para concluir sobre esa cualidad de Fidel de proyectarse más allá de lo posible, que también puede serlo según las circunstancias y perspectivas, baste esta confesión: “Si me pregunto a cuál de los grupos pertenezco yo, diría que milito en el bando de los impacientes, y milito en el bando… de los apurados, y de los que siempre presionan para que las cosas se hagan y de los que muchas veces tratan de hacer… más de lo que se puede”.

En fin, Fidel milita en el bando de los impacientes, de los apurados, de los que presionan lo posible y luchan contra lo imposible. Y esto es bueno recordarlo en el 61 aniversario del 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional, aquel día en que no murió en el asalto al Cuartel Moncada.

*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba



Ser judío, del orgullo a la vergüenza, una reflexión del editor chileno Paulo Slachevsky

26 de Julho de 2014, 17:12, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

 

Paulo Slachevsky Chonchol es un prestigioso intelectual chileno, director-fundador de la editorial LOM, que, además, es judío y antisionista.

 

Siempre me he sentido orgulloso de ser parte del pueblo judío, de una cultura que con todas sus contradicciones vio nacer a Montaigne, Spinoza, Marx, Freud, Einstein, Trotsky, Arendt, tantos hombres y mujeres que han hecho significativos aportes a la humanidad, en la creación y en la búsqueda de un mundo más justo y humano.

 

Me siento judío cuando pienso en los sueños que marcaron a generaciones de jóvenes que fueron ensanchando el mundo con sus aspiraciones de libertad, de comunidad, de justicia, de hermandad, que transversalmente han cruzado colores de piel y naciones. Desde el mismo texto bíblico Éxodo, está explícita la necesidad y experiencia de la libertad de un pueblo, de las aspiraciones y derechos cuando se está sometido al yugo, al sometimiento.

 

Me identifico con la historia emblemática de exilios y dolores del pueblo judío, en cuyas esperanzas de libertad se reflejan todos los pueblos. Y esa historia, con horas trágicas, me ha motivado, como a muchos otros, a defender irrestrictamente los derechos humanos, partiendo por el derecho a la vida y a la dignidad.

 

Me siento orgulloso de ser judío por el deber de memoria que marca su cultura, la cultura de la escritura, del comentario, la traducción y la crítica; por la constante interpelación ante la indiferencia. Por su reconocimiento a los justos que en horas de horror, a riesgo de sus vidas, hacían real la palabra solidaridad y todo por salvar a los perseguidos. Por una historia que ha interpelado a nuestra humanidad como seres humanos, más allá de razas y creencias, por su lucha contra la indiferencia.

 

Por todo ello me identifico también, y no puedo quedar indiferente, ajeno, a los dolores de otros pueblos, de otros seres humanos. Como no me es indiferente el dolor de los judíos a través de la historia y su derecho a constituirse en nación, tampoco me es indiferente ese derecho para el pueblo palestino, el pueblo kurdo, los pueblos indígenas de nuestro continente.

 

Y cuando es el Estado de Israel, en nombre del pueblo judío, quien repite en otros lo que le tocó vivir a este pueblo una y otra vez a lo largo de siglos, me avergüenza. Sí, me avergüenza.

 

Me avergüenza ver hoy cómo se masacra al pueblo palestino bajo el discurso de la defensa propia.

 

Me avergüenza que se diga “retírense para salvaguardar sus vidas”, cuando bien se sabe que no tienen adónde ir y se les tiene encerrados en un gueto de miseria, opresión y humillación.

 

Me avergüenza cuando se les pide cordura, pacifismo y racionalidad mientras día a día se les ocupa, se les maltrata y se les asesina, intentando cortar toda posibilidad de futuro.

 

Me avergüenza que la comunidad judía califique toda crítica y presión internacional como persecución o antisemitismo, cuando fue la misma solidaridad internacional y las Naciones Unidas las que dieron legitimidad al Estado de Israel.

 

Me avergüenza que como pueblo no seamos capaces de masivamente alzar la voz y dejemos que dominen las voces del egoísmo ciego, incapaz de mirar más allá de sus intereses a corto plazo.

 

Me horroriza cómo se usa toda la potencia guerrera contra la población civil, cómo se ejecuta el castigo “por cada baja de mi lado, tendrán 10 o 50 del vuestro” que han aplicado las peores tiranías de la historia.

 

Sin duda hoy y en estos años se ha manchado de triste manera la historia de un pueblo que para muchos era sinónimo de justicia y libertad. Bien nos ha enseñado la historia que no se acallan los anhelos de libertad y dignidad con la censura y la fuerza, que no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la seguridad y del deseo de expansión territorial, que por la fuerza se pueden ganar varias batallas, pero sostenerse solo a través de ella pone en claro riesgo la perpetuidad.

 

Es hora de parar ya y no manchar irremediablemente nuestra memoria y sentidos de comunidad dejando a nuestros hijos un legado de infamia. Del otro lado del muro están nuestros hermanos.

 

                                                                                                     

 

 

 

Cortesía de P. López López vía correo electrónico



Ramiro Valdés: No olvidemos nunca que llegamos aquí por la unidad del pueblo

26 de Julho de 2014, 16:30, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Texto íntegro del discurso pronunciado por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el acto central nacional por el aniversario 61 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, efectuado hoy en el Mausoleo de los Mártires de Artemisa.

 

General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros

 Combatientes de ayer y de hoy,

Artemiseñas y artemiseños,

 Queridos compatriotas:                                                       

 

Un día como hoy mis primeras palabras son para todos aquellos que han hecho posible esta Revolución, en especial para los que derramaron su sangre y entregaron sus vidas por una Cuba verdaderamente independiente.

El 26 de julio de 1953 la mayoría de los compañeros que nos agrupamos en las células clandestinas, observando las medidas de seguridad y compartimentación indicadas por Fidel y Abel en el local del Partido Ortodoxo en Prado 109, apenas rebasábamos los 20 años. Éramos jóvenes que soñábamos con transformar la triste realidad imperante en la Cuba de aquel entonces.

La República no tenía nada que ver con la soñada por Martí y Maceo. Durante décadas, el verdadero poder había estado en la embajada yanqui y desde hacía más de un año, un dictador había borrado los últimos vestigios de democracia representativa. Los pobres, negros, mujeres, obreros y campesinos, eran vilmente preteridos y discriminados por una oligarquía entreguista y rapaz.

Muchos de los males políticos, económicos y sociales que aquejaban a nuestro pueblo, fueron magistralmente expuestos por Fidel en su histórico alegato del 16 de octubre de ese mismo año, conocido como “La Historia me absolverá”.

No podemos olvidar nunca el cuadro de opresión, miseria y desigualdades que heredó la Revolución en el ´59. Por aquel entonces la esperanza de vida de los cubanos no sobrepasaba los 60 años; imperaba el tiempo muerto, el desempleo masivo, el desalojo de los campesinos de las tierras que trabajaban; un alto grado de analfabetismo; gran parte de la población no contaba con posibilidades de acceder a la escuela o al médico. La banca, los mayores centrales azucareros, las principales industrias y más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas estaban en manos extranjeras.

Hoy, la gran mayoría de los cubanos solo conoce estos datos por referencias y no por vivencias propias; pues nacieron después del Triunfo de la Revolución, cuando la realidad ya era otra. Por eso, no está de más recordarlos, pues los imperialistas, en sus trasnochados intentos de restauración capitalista y subversión ideológica, se empeñan en falsificar la realidad, dibujar unos supuestamente idílicos años cincuenta y convertir a un tirano despreciable en un prócer respetable.

Ante aquel estado de cosas, no podíamos cruzarnos de brazos. Los jóvenes de la Generación del Centenario, aunados por la prédica y la decisión de lucha de Fidel Castro, no dejamos morir a Martí. Aquel 26 de julio no fue un triunfo de las armas, pero fue una victoria de la moral y de la dignidad. Fue la chispa que encendió nuevamente el motor que nos llevaría justamente 5 años, 5 meses y 5 días después, a alcanzar la verdadera y definitiva independencia. Es el Día de la Rebeldía Nacional, cuando los jóvenes cubanos fuimos consecuentes con los versos vibrantes del Himno Nacional y con el ejemplo de quien fue el autor intelectual de la acción.

 A partir de 1959, a pesar de campañas mediáticas, cruentos bloqueos, amenazas, agresiones, terrorismo de todo tipo, y de la escasez de recursos propia de un país pobre y subdesarrollado, la Revolución logró transformar la triste realidad que caracterizaba a este pequeño archipiélago.

Por primera vez se logró la verdadera soberanía: los destinos del país dejaron de decidirse en Washington. La palabra “democracia” adquirió su verdadera dimensión popular: se acabó la politiquería, la compra de votos y el fraude electoral. Nunca más hubo un asesinato político o un torturado. Fueron barridas las bases institucionales de la discriminación y se dio un paso gigantesco en su eliminación de la conciencia de las personas.

 Este pueblo, otrora analfabeto, ya tiene más de un millón de graduados universitarios y sus logros son reconocidos universalmente por numerosos organismos internacionales, incluyendo la ONU. La que fuera  neocolonia yanqui tiene hoy una mortalidad infantil menor que Estados Unidos y acaba de presidir la Asamblea Mundial de la Salud. Nuestra meta no es enriquecernos, pero nadie está desamparado ni abandonado a su suerte. Gracias a la Revolución, nos libramos de ser el lupanar del Caribe, un paraíso de la droga, el juego y la prostitución, en manos de la mafia y los marines.

Las páginas de heroísmo que los hijos de este país han escrito en otras tierras del mundo son motivo de respeto y admiración. Sangre cubana abonó la independencia de Angola y Namibia, el fin del apartheid en Sudáfrica y las mejores causas de otros pueblos. Maestros, trabajadores de la salud, constructores, entrenadores deportivos, promotores culturales…, en fin: cubanas y cubanos formados en el internacionalismo por la Revolución, han dado su ayuda generosa desde las cumbres del Himalaya hasta las selvas de la Amazonia, porque comparten el concepto de que Patria es Humanidad.

No ha sido fácil llegar hasta aquí: nuestro pueblo ha logrado sobreponerse ante incontables obstáculos y dificultades inimaginables. Justamente hoy se cumplen 25 años de aquella histórica y profética afirmación de Fidel, en Camagüey, de que aún en el hipotético caso de que se desintegrara la Unión Soviética, seguiríamos adelante con la Revolución, dispuestos a pagar el elevado precio de la libertad y de actuar sobre la base de la dignidad y los principios.

 No se equivocaba el  Comandante en Jefe al confiar en este pueblo que supo resistir los largos y duros años del Período Especial, cuando muchos apátridas trasnochados en Miami ya tenían las maletas listas para venir a observar la caída de la Revolución y pretendían recuperar las riquezas malhabidas y volver a imponer un régimen de oprobio y explotación.

Hoy mantienen plena vigencia aquellas palabras de Fidel pronunciadas en 1989, dos años y medio antes de que ocurrieran esos funestos acontecimientos. Que no sueñen los imperialistas: ese es el mismo espíritu que mueve a los revolucionarios en la Cuba actual, el que está en las raíces de la historia de lucha de nuestro pueblo.  Así lo demostró Céspedes tras la derrota inicial en Yara; Maceo, con su vertical Protesta de Baraguá; Martí, al enfrentar el fracaso de la Fernandina; el propio Fidel después del revés del Moncada y cuando en Cinco Palmas se reunió con Raúl y le dijo que con 7 fusiles ganaban la guerra. Ese ha sido y será el espíritu de lucha sin tregua de nuestro pueblo: en nuestros corazones no cabe el desánimo y en nuestro vocabulario está borrada la palabra derrota.

 No podemos olvidar que hemos llegado hasta aquí gracias a la unidad de todo el pueblo, gracias a su confianza en la Revolución. Esa unidad debemos preservarla  por sobre todo las cosas, pues estamos conscientes de que la lucha no ha terminado, solo ha cambiado la manera en la que pretenden destruirnos. Hoy se aplican formas no convencionales de guerra y se emplean las nuevas tecnologías como instrumento de subversión, teniendo como blanco fundamental a los jóvenes. Lo que no acaban de comprender nuestros enemigos es que las nuevas generaciones son fruto de esta Revolución y han demostrado su compromiso de continuar perfeccionándola y preservar las conquistas alcanzadas.

 Como bien expresara Fidel el 26 de julio de 1959: “¡Cuánto se equivocan los que piensan que Cuba se puede resignar tranquilamente a volver al pasado! (…) Qué equivocados están los que creen que la libertad y la seguridad de hoy, la soberanía de hoy, la gloria de hoy, el prestigio de hoy, el pueblo de Cuba se resignaría mansamente a que se lo arrebataran para volver a imponerles aquel pasado odioso.”

 Cuando asaltamos el Moncada, ninguno de nosotros soñó con estar aquí 61 años después. Me siento doblemente honrado al hacer uso de la palabra en el Día de la Rebeldía Nacional, precisamente en mi tierra natal, de la cual Fidel dijera el 17 de enero de 1959: “A juzgar por los hombres que ha dado a la causa de la libertad… a juzgar por el espíritu patriótico que aquí vibra… bien merece llamarse Artemisa el pueblo más revolucionario de Cuba… ¡Pueblos como este son los que han hecho posible el triunfo de Cuba!”.

 Esa es una realidad permanente hoy en esta tierra, pues en Artemisa, como en toda Cuba, siempre es y será 26. Aquí -como en  Mayabeque-, desde hace casi tres años se aplica con resultados  alentadores la experiencia de perfeccionar el funcionamiento de los órganos locales del Poder Popular, que continuará evaluándose hasta el 2016. También se aplica otro importante experimento en la comercialización de productos agropecuarios, con el objetivo de satisfacer con más eficiencia las demandas de la población en este sector.

Por otra parte, no podemos hablar hoy de las transformaciones en Artemisa, sin mencionar el privilegio y también el compromiso que significa que aquí esté enclavada la naciente Zona Especial de Desarrollo Mariel, cuya importancia es crucial para el desarrollo del país.

 Debemos tener siempre presentes que del empeño de todos depende que logremos desarrollar un socialismo próspero y sostenible, como se recoge en los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso. No abundo más sobre el tema porque en este propio mes se ha brindado una amplia y actualizada información a raíz de las decisiones adoptadas en el Consejo de Ministros, los debates en la Asamblea Nacional y las palabras de clausura en ésta última del General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Hace apenas cuatro años, cuando el Comandante en Jefe, con su camisa verde olivo de mil batallas, rindió tributo en este propio lugar a los mártires del 26 de Julio en el Mausoleo que los honra, recordábamos que de aquí partimos 28 de los jóvenes que un día como hoy asaltamos los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Éramos un puñado, pero llevábamos con nosotros el espíritu de todos los artemiseños, que era también el espíritu de Cuba entera. No hicimos más que cumplir con la máxima martiana de que “el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”.

 De ese mismo principio son ejemplos fehacientes nuestros 5 Héroes, tres de los cuales todavía continúan cumpliendo injustas sanciones encarcelados en los Estados Unidos. No cejaremos ni un instante en el empeño de traerlos de vuelta a sus familias, a la Patria. Después de más de 15 años exigiendo su libertad, nuestra fuerza radica en la justicia de esta noble causa y en el apoyo solidario de millones de personas honestas de todo el mundo.

 Artemiseños, compatriotas: esta es la obra, el mérito, la gloria de todo el pueblo, y sobre todo de los hombres y mujeres que han caído en el empeño. Sin nuestros mártires heroicos, nada de lo alcanzado hasta hoy hubiera sido posible. Rindámosles tributo a todos aquellos que cayeron ofrendando sus vidas por hacer realidad este sueño de la Revolución. Inspirados en su ejemplo, no tenemos otra alternativa que seguir luchando cada día, hasta el último aliento, con la Patria, con la Revolución, y con el Socialismo.

 ¡Gloria eterna a nuestros mártires heroicos!

 ¡Vivan Fidel y Raúl!

 ¡Viva la Revolución Cubana!

 ¡Socialismo o muerte! ¡Venceremos!

 

Tomado de Cubadebate



Bloqueo informativo sobre Gaza: un enemigo a vencer

25 de Julho de 2014, 21:31, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan


Según información de Naciones Unidas, durante los últimos dos días ha sido asesinado un niño por hora en Gaza. En total, el ejército israelí ha asesinado a más de 700 palestinos, en su amplia mayoría civiles, desde el comienzo de los ataques contra Gaza hace más de dos semanas. Detalles de la masacre salen a la luz en medios de comunicación de todo el mundo y dan horrenda cuenta de niños asesinados en la playa, de bombardeos contra unidades de cuidado intensivo de hospitales, de trabajadores de emergencia médica asesinados por francotiradores israelíes mientras buscaban heridos entre los escombros. Las organizaciones de la resistencia armada de Gaza, principalmente el brazo armado del gobierno electo de la zona, Hamas, han lanzado miles de cohetes de fabricación casera que han provocado la muerte de tres personas en Israel. Desde que Israel inició su invasión terrestre a Gaza han muerto más de 30 soldados israelíes. Una de las mayores dificultades para poder comprender la situación en Israel y los territorios palestinos ocupados es obtener información confiable. Esta última ofensiva contra Gaza reafirma el papel clave que desempeñan los medios masivos de comunicación estadounidenses en mantener el bloqueo informativo. Pone de relieve además la creciente importancia de la presión que ejercen las redes sociales.

Hay un titular que lo dice todo: “Misil en café de playa de Gaza encuentra a clientes reunidos para ver la Copa Mundial de Fútbol”. Este titular fue publicado por el periódico New York Times en referencia a un misil lanzado por Israel, que causó la muerte de al menos ocho personas en una playa de la localidad de Khan Younis en Gaza. Ali Abunimah, destacado periodista palestino-estadounidense cofundador del sitio web The Electronic Intifada, publicó irónicamente en Twitter: “Misil israelí pasa por café de Gaza para tomar algo y conversar con sus amigos palestinos”. La extraña y pasiva formulación del titular original desató una tempestad de comentarios en las redes sociales. Ali Abunimah se refirió a ello en el programa de DemocracyNow!: “Es muy simple, el titular del New York Times hace pensar que el misil de Israel pasó por el café para mantener una amistosa conversación. Pero lo que el misil hizo en realidad fue volar en mil pedazos a varias personas que habían ido a la playa a fin de escapar del horror de la matanza que lleva a cabo Israel en el resto de Gaza para mirar un partido de la Copa Mundial de Fútbol como miles de millones de personas en todo el mundo. Y murieron allí. Eso es lo que sucedió. Pero no es eso lo que surge del titular del New York Times”. Finalmente, el New York Times reemplazó el titular por: “Buscan entre escombros de café de Gaza a víctimas que habían ido a ver un partido de fútbol”.

No se trata de la primera vez que un importante medio de comunicación recibe un golpe por su cobertura de esta última ofensiva contra Gaza. El 16 de julio, el periodista de NBC Ayman Mohyeldin fue testigo de un ataque israelí perpetrado en una playa de Gaza que causó la muerte a cuatro niños que jugaban al fútbol. Tras el mortal ataque, las explícitas publicaciones en Twitter de Mohyeldin alarmaron al mundo con la noticia. Su tuit decía: “Cuatro niños palestinos asesinados en un ataque aéreo israelí. Minutos antes de que fueran asesinados frente a nuestro hotel, yo estaba jugando a la pelota con ellos #gaza”. Mohyeldin publicó que eran todos primos hermanos. Y publicó también sus nombres y sus edades:

“1) Ahed Atef Bakr, 10 años
2) Zakaria Ahed Bakr, 10 años
3) Mohamed Ramez Bakr, 11 años
4) Ismael Mohamed Bakr, 9 años”

Ayman Mohyeldin se trasladó rápidamente al hospital Al-Shifa y presenció el momento en que la familia Bakr se enteró del asesinato de los niños. Lo normal hubiera sido que el testigo presencial del hecho diera la noticia, pero en lugar de ello, apareció en la pantalla del programa NBC Nightly News el periodista Richard Engel informando desde Tel Aviv. El periodista ganador del Premio Pulitzer Glenn Greenwald me contó durante el programa de noticias de Democracy Now! lo que sabía respecto a la decisión tomada por la NBC en relación a Mohyeldin luego de que informó sobre las muertes: “Lo que resulta increíble en realidad es que, más tarde, ese mismo día, luego de lo que podría considerarse el mayor, o uno de los mayores sucesos de la carrera periodística de Mohyeldin, tras provocar realmente un gran impacto en la comprensión que el mundo tiene de lo que está pasando en Gaza, no sólo le impidieron aparecer al aire para hablar de ello en NBC News, sino que además le ordenaron abandonar Gaza inmediatamente”.

Las redes sociales se encendieron en señal de protesta, con el hashtag #letAymanreport (“dejen-que-Ayman-informe”, en español). El viernes por la noche, NBC anunció que Mohyeldin regresaría a Gaza. Mohyeldin publicó en Twitter: “Gracias por todo su apoyo. Regreso a #Gaza para informar. Orgulloso del permanente compromiso de la NBC con dar cobertura al lado palestino de la historia”.

Sin embargo, en los estudios de NBC, el problema no estaba resuelto. Rula Jebreal es una escritora y analista política palestina. Trabaja como colaboradora externa para el canal de noticias MSNBC, donde, durante una entrevista efectuada esta semana, criticó la cobertura sobre Gaza realizada por esa cadena de televisión por cable.

“Somos ridículos. En relación a este tema, nuestra cobertura es asquerosamente parcial. Miren [cuánto] tiempo de aire destinan diariamente [al Primer Ministro Benjamin] Netanyahu y los suyos los programas de este canal. Nunca he visto que entrevisten a ningún palestino en relación a los mismos temas”. Poco después, Rula publicó en Twitter: “¡Mi próxima aparición en televisión fue cancelada! ¿Existe alguna relación entre lo que expuse y la cancelación?” Si bien el presentador de MSNBCChris Hayes valientemente la invitó a su programa para hablar sobre sus críticas, Jebreal no está segura de que le renovarán su contrato.

A comienzos de esta última ofensiva contra Gaza, le pregunté a Joshua Hantman, alto asesor del embajador de Israel en Estados Unidos, acerca de la creciente cifra de muertos, la mayoría de los cuales son civiles. Su respuesta provoca escalofríos: “Seré honesto, la precisión es espectacular. No ha habido otro ejército en la historia del mundo que de hecho haya utilizado blancos de tanta precisión”. El terror y la muerte sembrados por la precisión de la cual se enorgullece Hantman quedan claros día tras día gracias a la labor de demasiados pocos periodistas valientes, que reciben apoyo de una ciudadanía mundial comprometida que hace uso de las redes sociales para vencer el bloqueo impuesto por los medios masivos de comunicación tradicionales.


Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2014 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

 

Tomado de La Pupila Insomne



Una pantalla entre los niños que mueren y los que viven

25 de Julho de 2014, 16:19, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Se titulaba Mediática. Aunque no fue el pri­mer premio en su año, creo todavía que era el mejor de aquella edición del concurso na­cional de cuentos breves, que promovía el se­manario local de mi provincia.

Como la mayoría de los cubanos, su autor, el poeta Alexander Besú Guevara, conoce de la guerra y sus horrores por el televisor. No fue siquiera combatiente en África, y está del conflicto más cercano lo que el mar separa a Cuba de cualquier lugar en guerra.

Pero ver la muerte de un niño por las balas y las bombas, nos convierte a todos en víctimas de cualquier guerra lejana, aunque últimamente, de tanta imagen recurrente, ya se nos haga habitual el consumo de una realidad sangrienta y deshumanizada.

Mediática decía: "Mis hijos leen la prensa. Son pequeños y no comprenden; sin embargo, sus ojos son auténticos salideros de una líquida tristeza. La causa salta a la vista desde el lead de una noticia en primera plana: “Cuatro civiles muertos —incluyendo una mariposa imprudente—, fue el saldo de víctimas que dejó ayer la metralla de los tanques sionistas en un asentamiento palestino de la Franja de Gaza”. La redacción no está al alcance de mis hijos, pero coño, lo de la mariposa no debieron publicarlo".

Mediática se reeditó en mi mente hace muy poco, con el agravante de los cuatro civiles convertidos en niños. Desde el viernes último he querido confiar a los días la urgencia personal de borrar ese recuerdo terrible mostrado por Telesur, previa advertencia a la sensibilidad.

Cuatro niños muertos, despedazados sus cuerpecitos en una playa de Gaza, fue el precio que pagó la inocencia infantil por atreverse a provocar, con un juego de fútbol, a un buque israelí a millas de distancias, que les lanzó dos misiles; uno para matar y el otro… no sé.

El reporte no superó el tiempo breve de cualquier noticia; pero lo perturbador de las imágenes lo alargó de diferentes formas: en un espasmo interior, un apretón de dientes, en la vergüenza por ver de qué es capaz la raza hu­mana cegada por la violencia, el abuso de poder, la ambición imperial y el odio fascista contra sus semejantes.

Fue difícil conciliar el sueño con la misma pregunta dando vueltas: ¿A dónde vamos?

Como nunca, agradecí la suerte de tener a mi niña mayor dormida. Sé del buen hábito de respetarle un horario adecuado para el sueño; pero toda rutina se altera con las vacaciones de verano, y no es fácil desprenderla temprano de tanta película infantil grabada.

Tiene cinco años, pero es capaz de leer pa­labras completas. He logrado negociarle al DVD -al menos- el tiempo del noticiero estelar. Ella me acompaña y ya sabe cuando en el cintillo bajo dice UCRANIA. Lo ha visto todos estos días, y por eso se extrañó con las mismas imágenes de bombas y cañones hablando de otro lugar.

“Mira, igual que Ucrania. ¿Qué quiere decir PA-LES-TI-NA, eh?

Por suerte ese reporte no traía imágenes de madres con niños muertos en brazos, y era muy larga la oración que informaba de los más de 300 civiles asesinados en la ofensiva sionista. Suerte aún mayor que no fuera el crudo reportaje de Telesur, dado más tarde.

Todavía no he podido responderme la pregunta ¿a dónde vamos?, pero algo he entendido de ¿por qué hemos llegado?

Pensé en los juegos virtuales de disparos y sangre, en la rapiña imperial de usurpar las riquezas de otros pueblos, en el uso a conveniencia del terrorismo de Estado, las políticas beligerantes, la subversión mediática basada en la desinformación y el montaje fílmico con que Occidente pinta sus sociedades de ocio y de consumo.

Por si acaso, revisé el bulto de discos y solo encontré películas de barbies, hadas y mariposas. Temí hasta por las mariposas, no vaya a ser que se preocupe más por ellas que por un niño muerto aparecido de pronto en la pantalla.

Este domingo, por lo menos, no hubo riesgo posible. Como miles de infantes en Cuba, cayó rendida a la cama, temprano. Exprimió el disfrute del Día de los Niños que la Isla celebró de punta a cabo. Casi amaneció en el cine para es­trenar un Meñique en 3D, que más que un largometraje nuevo, es un filme de elevada factura que en colores, canciones y argumentos, dice de cuanto mensaje educativo, sano y atractivo, puede ofrecerse a los pequeños con los mismos códigos de la estética y la alta tecnología.

Después del cine fue el parque infantil, y en la tarde la casa se volvió un concierto de canciones y juguetes por el suelo… hasta quedar dormida con el esbozo de una sonrisa, sin asomo de miedo.

En Gaza, el mismo domingo, murieron otros niños, esta vez no filmados con la triste elocuencia del día del crimen en la playa. Pero murieron, y Luis Carlos Suárez, otro amigo poeta que escuchó el reporte, sacó de su legajo de versos sin publicar, un fragmento que le duele mucho:

…el niño sin rodillas está arrodillado / su sombra es corta / no se reconoce/ se ha quedado pequeño / tiene la misma edad y es menor su estatura / Hoy sueña que tiene brazos y sus hermanos juegan / ¿Por qué despertar ahora? / ¿Por qué abrir los ojos a la oscura luz de su día?

Con los pequeños tan cerca, extenuados de jugar, en Cuba estas poesías nos parecen terribles fantasías; pero las noticias dicen que todo aquello es verdad, que la crueldad es posible, y que para el egoísmo humano empoderado de misiles y cañones, el futuro no existe si los niños también son enemigos.

 

Tomado de Periódico Granma



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