El reto cultural ante el nuevo escenario de las relaciones con EEUU
21 de Julho de 2015, 0:29Por Elier Ramírez Cañedo*
En menor o mayor medida, Cuba ha sido impactada por las influencias de la cultura norteamericana en la Isla durante más de dos siglos. No podía ser de otra forma debido a la cercanía geográfica y los vínculos históricos existentes desde el surgimiento de ambas naciones. En el siglo XIX ya se encuentran estas influencias de la cultura norteamericana en la isla, pero es en los años de la república neocolonial burguesa que alcanzan su mayor auge, aunque siempre existieron espacios de resistencia cultural que mantuvieron incólumes lo más autóctono de nuestra identidad nacional, manifestados en algunos momentos dentro del pensamiento antiinjerencista y en otros llegaba a ser antimperialista. Esto tuvo expresiones en el teatro, la poesía, la literatura, la historiografía, el periodismo y en otras manifestaciones artísticas, literarias e intelectuales, incluso en las primeras dos décadas de república neocolonial burguesa, a pesar de la falsa percepción que existe de que este período fue de un adormecimiento total de la conciencia nacional.
El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, y el creciente contacto de la Isla con un mundo globalizado, donde la hegemonía cultural estadounidense es una de sus características fundamentales, ha incrementado el contacto de los cubanos con los productos culturales norteamericanos (música, videojuegos, cine, moda, etc.), los cuales llegan y se reproducen a lo largo y ancho de toda la isla por vías oficiales y no oficiales y en los más disímiles formatos. El llamado fenómeno del “paquete semanal” ha desatado una especie de fiebre por las series estadounidenses, en un sector de la población, mientras que la mayoría de los filmes que se exhiben en la televisión cubana provienen también de Hollywood.
Sin embargo, no todo dentro de ese gran alud cultural que viene del norte resulta nocivo a nuestros valores e identidad. Más no debe dejarse a la espontaneidad. Si bien es imposible y contraproducente intentar regular tal invasión y su recepción a nivel individual, de lo que se trata es que las instituciones culturales cubanas en los espacios públicos sean referentes a la hora de establecer las jerarquías correctas y necesarias. Siempre me pregunto por qué si existen no pocas películas y series norteamericanas que constituyen en sí una denuncia a los aspectos más oscuros y siniestros del sistema capitalista, no gozan de privilegio en nuestra televisión y más bien son desplazadas por aquellas más alejadas de los valores culturales que defendemos. Pienso por ejemplo en la serie de recién aparición House of Cards o en la Verdadera historia de los Estados Unidos, de Oliver Stone. Ninguna puesta aun en la pantalla cubana. Lo cierto es que existe una izquierda en la producción cultural norteamericana -dentro del espectro político de ese país- que no encuentra aun el espacio necesario en nuestra realidad y que es prácticamente desconocida.
Por otro lado no podemos olvidar que la cultura cubana siempre ha tenido una vocación universalista y una capacidad muy singular para asimilar lo foráneo, metabolizarlo y producir nuevas creaciones, enriqueciendo continuamente nuestra identidad lejos de ponerla en riesgo. Pero al mismo tiempo hay que tener “ojos judiciales”, como en su momento los tuvo Martí, para ver las dos Norteaméricas, la de Lincoln y la de Cutting. De la primera reconoció siempre sus valores culturales, de la segunda -a la cual llamó Roma Americana- no solo criticó los aspectos políticos que más conocemos, sino también el modo de vida norteamericano que exaltaba la violencia, la irracionalidad y el culto desmedido hacia el dinero, algo que ha sido una constante en la cultura estadounidense hasta nuestros días. Con apenas 18 años expresaba el Apóstol: “Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento.-Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad (…) Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!
Que buena esa frase ahora que nosotros hablamos de construir un país próspero y sustentable, pues a veces algunos no entienden que la prosperidad y sustentabilidad por la que luchamos no tiene solo una racionalidad económica, sino también espiritual.
Las influencias culturales más nocivas que nos llegan de los Estados Unidos, entendiendo la cultura en su concepto más amplio, son las que promueve y defiende el sistema capitalista, y que tienen que ver con modos de vida, representaciones, emociones, símbolos, valores, gustos y costumbres, donde el eje fundamental de la felicidad y del éxito es la posesión de riquezas materiales -medio y fin al mismo tiempo- y el mercado es definido como centro rector de toda la sociedad. La cultura del tener frente a la cultura del ser. Es innegable que el “nuevo enfoque de política” hacia Cuba anunciado el 17 de diciembre por el presidente Obama, pretende potenciar este enfrentamiento más allá de la asfixia económica. Es la idea –no tan nueva- de que un mayor contacto de los cubanos con el “magnetismo económico y cultural de la sociedad estadounidense” es el que va en definitiva a lograr la transición hacia el capitalismo en Cuba. “Pero cómo va a cambiar la sociedad –se refiere a la sociedad cubana-, el país específicamente, su cultura específicamente, pudiera suceder rápido o pudiera suceder más lento de lo que me gustaría, pero va a suceder y pienso que este cambio de política va a promover eso”, expresó Obama en una conferencia de prensa dos días después del anuncio del 17 de diciembre, lo que puede considerarse una especie de declaración de guerra cultural contra Cuba.
El 17D, evidentemente constituyó una victoria del pueblo cubano y de su liderazgo histórico, pero que nos trae con las nuevas oportunidades, nuevos desafíos. Los mayores no es difícil advertir que se hallan en el terreno de la espiritualidad, en el campo cultural e ideológico. Para nadie es un secreto que los difíciles años del período especial han provocado daños significativos en el tejido espiritual de la nación cubana. Algo que los que nos adversan tienen muy bien estudiado, de ahí otro de los elementos a considerar a la hora de explicarse el “nuevo enfoque” de su política hacia la Isla.
Pienso que, efectivamente si Cuba no pudo ser absorbida culturalmente por los Estados Unidos en los años de la república neocolonial burguesa y se pudo hacer una revolución socialista en sus propias narices, muy difícilmente podrán lograrlo ahora. Pero mi optimismo no es ciego, ni pasivo. No creo que seamos invulnerables y que no tengamos brechas que los que ahora buscan el cambio de régimen en Cuba por otras vías puedan aprovechar muy bien. Sí, debemos ser optimistas, pero activos. La derrota del socialismo en Cuba, sería nuestra más profunda derrota cultural.
Solo será posible salir airosos de los nuevos desafíos trabajando incansablemente por sanar todo el tejido espiritual de la nación donde quiera que este se encuentre afectado. El mayor reto está en nosotros mismos y en que, sobre todo, logremos crear en nuestra sociedad sujetos críticos con capacidad de discernir entre aquello que en términos culturales nos empobrece y enajena como seres humanos y lo que realmente nos eleva y emancipa. En la medida que nos recuperamos económicamente –cuestión indispensable y urgente-, debemos seguir, más bien ahora redoblar, nuestra intención de crear una cultura diferente y superior al capitalismo. Debemos movilizar y articular táctica y estratégicamente todas nuestras potencialidades ideológicas y culturales. Es en esa integralidad, y con esa organicidad, que debemos pensar, cuando hablamos del país próspero y sustentable que queremos construir.
El antiimperialismo que forma parte de nuestra cultura política constituye una de nuestras mayores fortalezas, ahora que la imagen del enemigo pretende desdibujarse ante los ojos de los cubanos, en especial de los más jóvenes. Es innegable que el imperialismo ha dado por perdida su lucha contra la generación histórica de la Revolución y ahora trabaja en la construcción de las bases que le permitan alcanzar sus pérfidos objetivos de siempre con las nuevas generaciones, a través de métodos e instrumentos mucho más sutiles y sofisticados del llamado poder inteligente. Ahora que Próspero se nos presenta con nuevos ropajes, la mirada descolonizadora de Caliban, debe acompañarnos todo el tiempo.
Ante ese plan, nuestro plan no debe ser otro que seguir cifrando nuestras mayores esperanzas de mejoría material y espiritual en nuestros propios esfuerzos y no en las supuestas bondades del vecino poderoso que ahora pudiera parecer –y es también su intención- una especie de mesías ante los ojos de los confundidos y de los que siempre le han hecho el juego. Pienso que la relación con los Estados Unidos no puede entenderse de otra forma que como un componente más –sin restarle la importancia requerida- de todo lo que venimos haciendo tanto en el plano económico como cultural, pero para nada el eje central. Ello será la garantía de que la victoria del 17D, continúe siendo victoria.
Y en ese sentido creo, como ha sido uno de los lemas de este congreso, que nos sobran a los jóvenes razones para vencer. Tenemos a Fidel. Tenemos a Raúl. Tenemos el relevo. Tenemos a los Cinco. Seguimos teniendo una Revolución, un pueblo heroico y una juventud de vanguardia. Y por si fuera poco, dentro de varias horas se estará izando en el corazón mismo del imperialismo, la bandera más victoriosa y digna del mundo, al menos de los últimos 56 años.
Es innegable que vivimos un momento de innumerables desafíos, pero también de renovadas esperanzas. En nuestras manos está la bandera.
Muchas gracias.
Tomado de Cubadebate
*Académico cubano. Doctor en Ciencias Históricas. Coautor del libro “De la confrontación a los intentos de normalización. La política de los Estados Unidos hacia Cuba”.
Intervención en la plenaria del X Congreso de la UJC
FOTO Jorge LEGAÑOA ALONSO
Cubanos en apertura embajada en Washington
"Hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas"
20 de Julho de 2015, 23:22
Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parilla, en la Ceremonia de Reapertura de la Embajada de Cuba en los Estados Unidos.
Washington, 20 de julio de 2010
Excma. Sra. Roberta Jacobson, secretaria de Estado Adjunta y señores funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos que la acompañan:
Honorables Miembros del Congreso:
Estimados Representantes de las Organizaciones, Movimientos e Instituciones estadounidenses que han realizado ingentes esfuerzos por el cambio de política hacia Cuba y el mejoramiento de las relaciones bilaterales:
Estimados Representantes de las Organizaciones y Movimientos de la emigración patriótica:
Excelentísimos Sres. Embajadores:
Compañeros de la Delegación Cubana:
Encargado de negocios José Ramón Cabañas, funcionarios y trabajadores de la Embajada de Cuba:
Estimadas amigas y amigos:
La bandera que honramos a la entrada de esta sala es la misma que aquí fue arriada hace 54 años, conservada celosamente en la Florida por una familia de libertadores y luego por el Museo de nuestra ciudad oriental de Las Tunas, como anticipación de que este día tendría que llegar.
Ondea nuevamente en este lugar la bandera de la estrella solitaria que encarna la generosa sangre derramada, el sacrificio y la lucha más que centenaria de nuestro pueblo por la independencia nacional y la plena autodeterminación, frente a los más graves desafíos y peligros.
Rendimos homenaje a todos los que cayeron en su defensa y renovamos el compromiso de las generaciones presentes y, con absoluta confianza en las que vendrán, de servirla con honor.
Invocamos la memoria de José Martí, quien vivió consagrado a la lucha por la libertad de Cuba y conoció profundamente los Estados Unidos. En sus “Escenas Norteamericanas”, nos dejó una nítida descripción de la gran nación del norte y el elogio de lo mejor de ella. También, nos legó la advertencia de su desmedida apetencia de dominación que toda una historia de desencuentros ha confirmado.
Hemos llegado aquí gracias a la conducción firme y sabia del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, a cuyas ideas siempre guardaremos lealtad suprema. Recordamos su presencia en esta ciudad, en abril de 1959, para promover relaciones bilaterales justas y su sincero homenaje a Lincoln y Washington. Los propósitos que tempranamente lo hicieron venir, son los que hemos intentado en estas décadas y coinciden exactamente con los que nos proponemos hoy.
Muchos en esta sala, políticos, periodistas, personalidades de las letras o las ciencias, estudiantes, activistas sociales estadounidenses, atesoran infinitas horas de enriquecedora conversación con el Comandante que les permitieron comprender mejor nuestras razones, objetivos y decisiones.
Este acto ha sido posible por la libre e inquebrantable voluntad, la unidad, el sacrificio, la abnegación, la heroica resistencia y el trabajo de nuestro pueblo, y por la fuerza de la Nación y la cultura cubanas.
Varias generaciones de la diplomacia revolucionaria confluyeron en este esfuerzo y entregaron sus mártires. El ejemplo y el verbo trepidante de Raúl Roa, el Canciller de la Dignidad, continúan animando la política exterior cubana y estarán en el recuerdo de los más jóvenes y de los futuros diplomáticos.
Soy portador de un saludo del Presidente Raúl Castro, expresión de buena voluntad y de la sólida decisión política de avanzar, mediante el diálogo basado en el respeto mutuo y la igualdad soberana, hacia una convivencia civilizada, aun dentro de las diferencias entre ambos gobiernos, que favorezca la solución de los problemas bilaterales, promueva la cooperación y el desarrollo de vínculos mutuamente ventajosos como desean y merecen ambos pueblos.
Sabemos que ello sería una contribución a la paz, el desarrollo, la equidad y la estabilidad del continente, al ejercicio de los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en La Habana.
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de Embajadas, culmina hoy una primera etapa del diálogo bilateral y se abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.
Es grande el desafío porque nunca ha habido relaciones normales entre los Estados Unidos de América y Cuba pese a un siglo y medio de intensos y enriquecedores vínculos entre los pueblos.
La Enmienda Platt, impuesta en 1902 bajo ocupación militar, cercenó un esfuerzo libertador que había contado con la participación o la simpatía de no pocos ciudadanos norteamericanos y dio origen a la usurpación de territorio cubano en Guantánamo. Sus nefastas consecuencias marcaron indeleblemente nuestra historia común.
En 1959, Estados Unidos no aceptó la existencia de una pequeña y vecina isla totalmente independiente y unos años después, aun menos, la de una Revolución socialista que tuvo que defenderse, y desde entonces, encarna la voluntad de nuestro pueblo.
Cito la historia para afirmar que hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas y distintas a todo lo anterior. Para ello, el gobierno cubano compromete toda su voluntad.
Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy.
Cada paso que se avance contará con el reconocimiento y la favorable disposición de nuestro pueblo y gobierno, y recibirá seguramente el aliento y el beneplácito de la América Latina y el Caribe y del mundo.
Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos.
Persistir en objetivos obsoletos e injustos y solo proponerse un mero cambio en los métodos para conseguirlos, no hará legítimos aquellos ni ayudará al interés nacional de los Estados Unidos ni al de sus ciudadanos. Sin embargo, si así ocurriera, estaríamos dispuestos a aceptar ese desafío.
Acudiremos a este proceso, como escribiera el presidente Raúl Castro en su carta del 1ro. de julio al Presidente Barack Obama, “animados por la intención recíproca de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación entre nuestros pueblos y gobiernos”.
Desde esta Embajada, continuaremos trabajando con empeño para fomentar las relaciones culturales, económicas, científicas, académicas y deportivas, y los vínculos amistosos entre nuestros pueblos.
Trasmitimos el respeto y reconocimiento del gobierno cubano al Presidente de los Estados Unidos por su llamado al Congreso a levantar el bloqueo y por el cambio de política que ha enunciado, en particular por la disposición que ha expresado de ejercer sus facultades ejecutivas con ese propósito.
Recordamos especialmente la decisión del Presidente Carter de abrir Secciones de Intereses respectivas en septiembre de 1977.
Me complace agradecer al gobierno de la Confederación Suiza por su representación de los intereses cubanos durante los últimos 24 años.
En nombre del Gobierno y del pueblo de Cuba, deseo expresar nuestra gratitud a los miembros del Congreso, académicos, líderes religiosos, activistas, grupos de solidaridad, empresarios y tantos ciudadanos estadounidenses que se esforzaron a lo largo de muchos años para hacer llegar este día.
A la mayoría de los cubanos residentes en los Estados Unidos, que han defendido y reclaman una relación diferente de este país con nuestra Nación, expresamos reconocimiento. Nos han dicho, conmovidos, que multiplicarán sus esfuerzos, leales a la tradición de la emigración patriótica que sirvió de sustento a los ideales de independencia.
Expresamos gratitud a nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños, que han estado de manera decisiva junto a nuestro país y reclamaron un nuevo capítulo en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, al igual que lo hicieron con extraordinaria constancia muchísimos amigos en todo el mundo.
Reitero nuestro reconocimiento a los gobiernos, aquí representados por el Cuerpo Diplomático, que con su voz y voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en otros ámbitos dieron una contribución decisiva.
José Martí organizó desde aquí el Partido Revolucionario Cubano para conquistar la libertad, toda la justicia y la dignidad plena de los seres humanos. Sus ideas, reivindicadas heroicamente en el año de su Centenario, siguen siendo la esencial inspiración en este camino que nuestro pueblo, soberanamente, ha escogido.
Muchas gracias.
Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Fragmentos del discurso. Video en Youtube
Colombia: “mientras se habla de paz están construyendo cinco megacárceles”
19 de Julho de 2015, 19:03Jaher Torrado, integrante del equipo de abogados de Pueblo, nos visitó desde Colombia para hablar con Enredando las Mañanas acerca de los nuevos presos políticos y de la situación en las cárceles en general.
“Bajo el disfraz de la democracia podemos identificar que la criminalización da para que continúen múltiples casos de detenidos por razones políticas”, comenzó relatando Torrado y se refirió a los trece compañeros del Congreso de los pueblos que se encuentran detenidos de manera arbitraria: “consideramos que es un ataque y persecución sistemática al movimiento popular”.
“Tenemos 15 compañeros de diferentes perfiles profesionales detenidos, y los motivos de la detención son bastante oscuros”, remarcó el integrante de Abogados del Pueblo: “la fiscalía no ha sido clara en determinar cuáles son las causas de la detención” dijo y remarcó que “en principio los medios nacionales tradicionales anunciaron que eran por atentados terroristas ocurridos en Bogotá con grandes cantidades de explosivos, sin embargo después durante las audiencias se logra determinar que no guardan relación alguna con estos hechos”. Apuntó que “al parecer se les señala de participar por una manifestación dentro de la universidad nacional pero hasta el momento no hay certeza de esto; sin embargo es de notar que la respuesta del movimiento popular ha sido de total respaldo” y añadió que “dentro de las pruebas que se les esgrima, están algunos libros sobre marxismo; frente a esto, todos estos días, las organizaciones sociales han estado muy activas”.
“El tema de los presos políticos pasa por la criminalización del movimiento popular y social, y esa estigmatización que los señala como parte de la insurgencia es lo que lleva a que estas operaciones se den”, aseguró el abogado: “la difusión que se dio en los medios no fue la misma que se recibió cuando la fiscalía determino que no tuvieron nada que ver con los atentados en Bogotá” y remarcó que “en los medios hegemónicos hubo un boom publicitario de que se habían capturado a los grandes terroristas vinculados principalmente con el ELN; más adelante el mismo ELN en un comunicado dijo que no hay ninguna relación entre estas personas y sus fuerzas, y esto en los medios no hizo eco”.
Jaher Torrado contó que “en Colombia cada día se están produciendo más detenidos por razones políticas”. A este agregó que “no solamente personas combatientes que son detenidas, sino que también líderes sociales y populares que constantemente viven esta criminalización y que terminan dentro de un sistema carcelario que el mismo Estado colombiano ha reconocido que está por fuera de su rango constitucional”. También dijo que “la misma corte constitucional ha dicho que la situación en las cárceles es tan grave que hay una figura que se llama ´estado de cosas inconstitucional´ y esto es que a las personas de las cárceles no se les garantizan los derechos que tiene nuestra constitución” y lamentó que “estos jóvenes, líderes feministas, populares, comunicadores alternativos, estudiantes universitarios, van a encontrarse con la dura realidad carcelaria”.
“La situación de violaciones a los derechos humanos dentro de las cárceles en Colombia es una situación de vulneración sistemática; cada vez hay más complejos carcelarios, y cada vez hay más delitos penales por lo que un ciudadano puede ir a la cárcel, por ejemplo, la ley de seguridad ciudadana, que es una ley que puede llevar una persona a la cárcel por obstruir una vía publica en una manifestación”, dijo Torrado: “este tipo de normas han llevado a que las cárceles tengan altísimos índices de hacinamiento”.
Sobre la la ley de seguridad ciudadana, el abogado relató que “se da en el marco de grandes movilizaciones sociales y populares; entonces, mientras los movimientos buscan organizarse y hacerle reclamos justos y puntuales al gobierno nacional, el congreso aprueba este tipo de normas para frenar esa movilización: las personas salen, pero temen esa judicialización”.
Mientras definió las cárceles como “centros de tortura”, el colombiano se refirió a la “extradición”. Dijo que “es una figura que históricamente ha tenido un fuerte impacto en la historia reciente de nuestro país y eso va muy de la mano con la posición de los Estados frente a las relaciones con los Estados hegemónicos, como EE.UU.” y aseguró: “no estamos de acuerdo con la extradición de colombianos a los EE.UU. porque violenta la soberanía nacional, afecta gravemente el derecho de las víctimas de crímenes de lesa humanidad y es una manera de acallar y cooptar el derecho a la verdad”. También dijo que con la extradición “se violentan las garantías judiciales de las personas requeridas por gobiernos extranjeros, provoca una desintegración familiar y hace que las personas no sean juzgadas dentro de su país con el fin de resocialización, aumenta el riesgo de tortura y otros tratos crueles y degradantes, puede también constituir un ataque a la eventual solución política al conflicto” y remarcó que el número de solicitudes de extradición aumenta año a año: “es una política para no perder ciertos acuerdos de financiación”.
Torrado también fue consultado por el proceso de paz: “veníamos de un momento en que el cese unilateral por parte de las FARC había tenido algo de eco y habíamos logrado cierta calma; sin embargo vinieron más ataques y lo que podemos identificar es que se está hablando de paz, pero por otro lado se está atacando al movimiento popular; mientras se dialoga con la parte armada se ignora al movimiento popular, se lo criminaliza” y aseguró: “mientras se habla de paz están construyendo cinco megacárceles”
“No estamos hablando solamente de detenciones arbitrarias sino también de ejecuciones extrajudiciales”, remarcó el integrante de abogados del pueblo: “vemos muy tensionante la situación actual de l proceso y hacemos un llamado a tener el compromiso con la salida al conflicto de manera dialogada, a esta negociación y a un eventual acuerdo político al conflicto colombiano” que definió como “un conflicto social y armado” y “estamos negociando solamente parte de ese conflicto, que tiene un trasfondo social”. Dijo que “falta aun involucrar todo el movimiento social y popular, a las demás insurgencias, se ha quedado en diálogos exploratorios; esto también pasa por la reflexión por parte del gobierno colombiano de tener en cuenta que el desescalamiento del conflicto fue el momento del proceso de paz en el que más tranquilos estuvieron en los sectores urbanos” y contó que tras movidas mediáticas la ultrderecha pidió que se reactiven los bombardeos: “lo fácil que resulta pedir más bombardeo desde la seguridad de tu edificio…”
“El efecto de lo simbólico, del etiquetamiento social, es tener un prejuzgamiento que sirva para fines políticos”, analizó Torrado: “si todo un país está relacionado con el narcotráfico, vas a poder pedir recursos para luchar contra el narcotráfico”.
Para finalizar, el abogado dijo que hay que empezar a “caracterizar el conflicto colombiano como lo que es, es un conflicto social con fuertes raíces en las profundas desigualdades que vive el país, en las profundas brechas que tiene la sociedad”, puntualizando en que “los monopolios y las grandes fuerzas hegemónicas se manifiestan en contra de una salida negociada de ese conflicto, porque implicaría la participación política de muchos sectores de la sociedad que han sido históricamente excluidos”.
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Eso que llaman “periodismo”
17 de Julho de 2015, 22:39Por Fernando Buen Abad Domínguez, @FBuenAbad
La lucha de clases no se detiene en las puertas de los “diarios”.
Cada día más mediocre, más corrupto y más servil eso que llaman “periodismo”, en las empresas mercantilizadoras de “noticias” o “información”, constituye hoy una de las maquinarias de guerra ideológica capitalistas más degeneradas... Su degeneración es su fracaso y al mismo tiempo su delación. Se delata su definición a partir de su función distorsiva y lo que debiera servir para orientar a la sociedad es, en realidad, un negocio para desorientar.
No es lo mismo “periodismo” que mercadeo de noticias. Aunque se ha instalado la idea perversa de que sólo lo que vende diarios es información, y con ello se han creado cátedras, carreras, posgrados y especialidades... aunque reine en la cabeza de muchos la idea de que “periodismo” es el arte mercenario de vender la pluma al mejor postor... aunque impere el criterio peregrino de que un periodista es mercader de confiabilidad... y, aunque se machaque con la falacia de que el periodismo es el arte demagógico la “objetividad” burguesa... lo cierto es que lo que llaman y practican como “periodismo” en las empresas de periódicos es una mercancía más sometida a las peores leyes del capitalismo. Lo saben bien los trabajadores.
Los hechos que genera la vida social, económicos, políticos, artísticos, culturales... a partir de su motor histórico que es la lucha de clases, no pueden ser privatizados por maniobra comercial alguna aunque esta sea capaz de convertirlos, según sus intereses, en “información” o “noticia”. Los hechos cotidianos (ocurran cuando ocurran) producto de las relaciones sociales, hasta hoy divididas en clases, además de requerir registros y análisis científicos, exigen capacidad de relato clarificante, creativo y emancipador, para contribuir a elevar el nivel de la conciencia colectiva incluso en la resolución de problemas individuales. La terea de producir análisis e información periodística además de ser parxis ética cotidiana, debe ser trabajo organizador para la transformación del mundo. Así lo ejerció el propio John Reed.
En las empresas que han hecho de la información una mercancía caprichosa y desleal con la verdad, el trabajo de los “periodistas” ha sido deformado hasta la ignominia de la esclavitud del pensamiento y la explotación de personas obligadas a traicionar la conciencia (individual y colectiva) sobre la realidad. Se vive diariamente un desfalco informativo en contra de todo sentido común y se humilla la inteligencia de los trabajadores de la información sometiéndolos a principios y fines empresariales cada día más mediocres, corruptos y mafiosos. La Sociedad Interamericana de Prensa conoce bien esta historia.
En las escuelas hay no pocas tendencias empeñadas en “formar” mano de obra barata, mansa y a-crítica dispuesta a tragarse, con disfraz academicista, las condiciones laborales más aberrantes a cambio de ilusiones de fama burguesa, prestigio de mercachifles y, desde luego, rentabilidad de cómplices muy creativos a la hora de inivisibilizar las verdades más duras, criminalizar a quienes luchan por emanciparse y asegurar las ventas de los “informativos”. Títulos universitarios de “periodista” amancebados con el capitalismo y sus odios, así sea necesario mentir, calumniar o matar. Así sea necesario auspiciar golpes de estado o magnicidios. Los hemos visto y los vemos a diario. Para la tele, para la web, para la radio... para los impresos.
Dignificar el trabajo del “periodista” es un reto social enorme que no se resuelve sólo de manera “gremialista”, ni sólo con “educación de excelencia”, ni sólo con “buena voluntad”. Se trata de una profesión, un oficio y una tarea política... atascada en el pantano de la guerra ideológica y la guerra mediática burguesa. Dignificar la definición y la función de periodista comprende factores muy diversos que parten de la base concreta de luchar contra el trabajo alienado y contra las condiciones de insalubridad ideológica extrema en que, bajo el capitalismo, se desarrolla. Dignificar el trabajo periodístico implica emprender, a diario, una revolución de conciencia y acción que devuelvan a la producción informativa su alma socialista y su poder como herramienta emancipadora de conciencias... implica pues devolver al “periodismo” sus brújulas y sus responsabilidades en el camino de la revolución.
Eso implica exigencias programáticas, organizativas y disciplinarias cuya base es la lucha de clases y cuya praxis debe andar al lado de las luchas emancipadoras de la clase trabajadora. Ya basta de que cualquier payaso capaz de publicar, bajo cualquier método y medio, sus canalladas se haga llamar “periodista” a costa de degenerar la verdad que es de todos. Frenarlos en seco implica desarrollo científico y político para conquistar un poder profesional y militante capaz de ponerse al servicio de la clase que emancipará a la humanidad. Ese es su lugar mejor. Eso implica impulsar escuelas nuevas, estilos nuevos, sintaxis, comunicación y conciencia revolucionarios. Eso implica impulsar generaciones nuevas de trabajadores del periodismo emancipados de la lógica del mercado informativo. Nada menos.
Ahora que estamos asqueados por la desfachatez y la impunidad con que exhiben sus canalladas omnipresentemente los amos y sus siervos “periodísticos”, hay que fortalecernos para combatirlos. Ahora que la náusea nos sacude y la irracionalidad del mercado informativo se vuelve comando golpista y magnicida, en todo el mundo, es preciso organizarnos de manera democrática, plural y combativa. Ahora que se despliegan las acometidas más feroces de las mafias comerciales que venden “diarios” contra la verdad de los pueblos en lucha y contra sus logros más caros... nosotros requerimos la unidad y la acción organizada y desde abajo como causa ética suprema. Ahora que se alían las mafias mediáticas y forman su ejército de “periodistas” para bombardearnos con misiles de injurias y mentira... nosotros debemos hacer del “periodismo” un frente riguroso en sus principios y adaptable en su organización para sumarnos abiertamente a todas las fuerzas de la comunicación emancipadora donde se propicie colaboración revolucionaria irrestricta. Al menos. Así, eso que llaman “periodismo” dejará de ser, muy pronto, reducto de farsantes mercenarios enfermos consuetudinarios de la mentira para convertirse, de una vez por todas, en herramienta creativa de la verdad al servicio de la Revolución. Y ya hay muchos trabajadores que avanzan en esa ruta. A diario.
*Filósofo, intelectual y escritor de izquierda nacido en México. Militante marxista de numerosos movimientos e instituciones culturales y literarias de Hispanoamérica. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, es director de cine y tiene una maestría en Filosofía Política y un doctorado en Filosofía. Ha sido rector y director de varias Instituciones culturales y de enseñanza. http://fbuenabad.blogspot.com/
Recibido por correo electrónico
"LA CULPA ES DE LAS FARC", o la implementación de la Propaganda Nazi a la colombiana
17 de Julho de 2015, 15:04Por Yira Castro, integrante de la Delegación de Paz FARC-EP
Los once principios de la propaganda Nazi:
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Principio de simplificación y del enemigo único.
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Principio del método de contagio.
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Principio de la transposición.
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Principio de la exageración y desfiguración.
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Principio de la vulgarización.
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Principio de orquestación.
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Principio de renovación.
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Principio de la verosimilitud.
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Principio de la silenciación.
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Principio de la transfusión.
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Principio de la unanimidad.
NOTA.
Decía el escritor español Jaume Perich: “Hay dos tipos de patriotas: los que aman a su país y los que aman al gobierno de su país; lógicamente los gobiernos consideran más patriotas a estos últimos.”