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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Diplomática cubana ve un largo camino para normalizar relaciones

16 de Agosto de 2015, 18:54, por Rosa C. Báez Valdés

Escrito por  Reuters

FOTO  REUTERS Jorge Luis Banos
Diplomática cubana ve un largo camino para normalizar relaciones

 

Cuba recibe un cheque de Estados Unidos de 4.085 dólares al año, por el alquiler de la base naval de Guantánamo, pero se niega a cobrarlos porque la considera ilegal...

 Josefina Vidal recibe un cheque de Estados Unidos de 4.085 dólares una vez al año, el dinero por el alquiler de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en Cuba. Pero el Gobierno cubano se niega a cobrar los cheques, expedidos a un tesorero inexistente, porque considera ilegal la ocupación estadounidense de Guantánamo.

 El ex líder Fidel Castro solía meterlos en un cajón y Vidal asegura que ahora están guardados en archivos "como un documento histórico", un símbolo de la rivalidad entre los dos países durante más de medio siglo.

 "Yo los recibo personalmente, año por año", dijo a Reuters en entrevista exclusiva Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano y su negociadora principal en las conversaciones bilaterales con Washington. "Se guardan en los archivos. Tenemos una colección".

Ahora que los dos países están dejando atrás su rivalidad de tiempos de la Guerra Fría y restaurando sus relaciones diplomáticas, muchos viejos conflictos bilaterales están saliendo a la luz para ser negociados.

 Ambas partes ven posibilidades de lograr rápidos avances en algunos asuntos relativamente simples, incluyendo posiblemente un acuerdo sobre aviación civil. Pero otros tomarán años o podrían no solucionarse nunca.

 Por un lado, Cuba quiere de vuelta los 116 kilómetros cuadrados de terreno en la Bahía de Guantánamo, en el este del país.

 También quiere el fin del embargo económico de Estados Unidos, acabar con las señales de radio y televisión con programación anticomunista emitidas hacia Cuba y el fin de los "programas para la democracia" financiados por Estados Unidos y que, según Cuba, buscan derribar al Gobierno.

 La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, afirma que Guantánamo no es parte de la discusión, y que su objetivo de levantar el embargo se enfrenta a una fuerte oposición dentro del Congreso, controlado por los republicanos.

 El secretario de Estado, John Kerry, pidió el viernes una "democracia genuina" en Cuba y su país quiere que la extradición de algunos fugitivos estadounidenses que viven en la isla.

 Lo que Estados Unidos llama derechos humanos, Cuba lo considera como seguridad interna, e insiste en que sólo hará cambios políticos según sus propias necesidades. También dice que no puede entregar a fugitivos a los que les garantizó asilo.

 Vidal reconoce las dificultades por delante, pero asegura que Cuba está dispuesta a tratar todos los asuntos, sin importar lo duros que sean.

 "Prefiero no ser pesimista", comentó el viernes en una entrevista de una hora de duración, cuando Kerry estaba en La Habana para izar la bandera de Estados Unidos por vez primera desde 1961 en la recientemente reabierta embajada.

 Kerry dijo también que el camino hacia la normalización será arduo, pero que reabrir las embajadas es un paso importante.

 "Seguirá habiendo temas en los que no estaremos de acuerdo o que pueda que no estén maduros aún para una transición, discusión o transformación", dijo Kerry en una conferencia de prensa. "Estamos abarcando mucho ahora. Es una gran agenda".

CONVERSACIONES EN SEPTIEMBRE

Las dos partes fijarán sus prioridades y calendarios respecto de una serie de asuntos, con una comisión bilateral que se reunirá por vez primera en septiembre.

 Vidal dijo que un acuerdo de aviación civil, bajo el cual aerolíneas estadounidenses y cubanas podrían obtener derechos de aterrizaje en ambos países, es un área en la que se podría alcanzar un acuerdo pronto.

 También afirmó que Cuba está dispuesta a hablar de áreas de conflicto, como los 5.913 reclamos de estadounidenses cuyas propiedades fueron nacionalizadas tras la revolución de 1959 que llevó a Fidel Castro al poder.

 Las partes empezarían las conversaciones intentando zanjar una gran brecha entre ellos. Una ley cubana liga las negociaciones sobre reclamos de propiedad a los propios reclamos de Cuba por los daños causados por el embargo y otras agresiones estadounidenses.

 Vidal señaló que los daños superan los 300.000 millones de dólares hasta el año 2000, una cantidad muy superior al valor de las propiedades reclamadas por estadounidenses o de lo que Washington pensaría jamás en pagar.

 Las conversaciones sobre correo directo, protección medioambiental y el combate al narcotráfico se reanudarán, dijo Vidal, construyendo sobre acuerdos ya alcanzados para la mitigación de derrames de petróleo y sobre cooperación de búsqueda y rescate en el mar.

 En el asunto más sensible de las reformas políticas, Vidal dijo que Cuba no cederá en nada para aplacar a los opositores de línea dura de Obama en el Congreso de Estados Unidos o a los exiliados anticastristas de Miami.

 "Hagamos lo que hagamos, o dejemos de hacer lo que dejemos de hacer, esas personas (...) van a pedir más y más y más porque no quieren el bien del pueblo cubano", declaró.

 "No quieren un mejoramiento de las relaciones, de los lazos entre Cuba y los Estados Unidos. Lo que quieren es revancha".

 

Tomado de Cuba sí

FOTO  REUTERS Jorge Luis Baños



Golpe en Ecuador: el amague que aletarga

15 de Agosto de 2015, 17:48, por Rosa C. Báez Valdés

Por Yldefonso Finol*, @IldefonsoFinol

Gene Sharp es el autor de la propuesta imperialista del “Golpe Suave”, un método conspirativo que busca derrocar gobiernos no sumisos a Washington, a través de la manipulación de la opinión pública, la deslegitimación de las instituciones y el desgaste de ciudadanía.

Incluye cinco acciones integrales, que pueden ejecutarse en forma simultánea y en dosis graduales, según vayan dándose las condiciones. Son éstas: 1) Promoción de factores de malestar y denuncias de corrupción. 2) Campañas para apropiarse de temas como derechos humanos, libertad de prensa, junto a acusaciones de totalitarismo. 3) Agitación por demandas políticas y sociales, y toma de instituciones públicas. 4) Operaciones de guerra psicológica para imponer una sensación de ingobernabilidad. 5) Desarrollo de una guerra civil, intervención militar extranjera, renuncia, destitución o asesinato del presidente de la República.

Los hermanos ecuatorianos deben verse reflejados en –al menos- las primeras cuatro. Razón de sobra para detener el advenimiento de la Quinta.

El “Golpe” en Ecuador ya tuvo en el pasado un ensayo violento con intento de magnicidio frustrado. La etapa actual, marchas y disturbios de por medio, es el relanzamiento de la operación sediciosa, que anuncia un prolongado período de agitación. Las excusas se cuajan al son de la coyuntura: sabotear legislaciones revolucionarias, reclamar derechos supuestamente negados, azuzar rencores sociales, hasta frenar la elección de Rafael Correa para un nuevo mandato.

Hay muchos elementos en el análisis situacional que estamos obligados a descifrar. Las acciones encubiertas no son sólo de la CIA. Los aparatos de espionaje están cartelizados. Cualquier mansa ONG, un profesional aparentemente insípido, un académico que asiste a algún seminario, una joven representante del negocio joyero, en fin, toda fachada sirve para el engaño.

Por el amor que tengo a Ecuador y mi admiración hacia la Revolución Ciudadana, me atrevo a sugerir, muy respetuosamente, algunas ideas para la defensa.

1)    Fortalecer el sistema de inteligencia social. Cada militante patriota debe cumplir tareas de vigilancia, bajo premisas coordinadas por el mando político. Esta tarea es urgente, ella permitirá prevenir y evitar actos enemigos.

2)    No distraer la obra de gobierno, lo contrario es cederle un triunfo al adversario.

3)    Mantener extrema eficacia en la gestión económica. Tal es el flanco donde quieren causar daño, para enrostrarnos el fracaso a la vez que suman masas al malestar social. La crisis mundial es un telón de fondo clave.

4)    Audacia y más audacia en lo productivo, nada de dogmas ni auto-chantajes ideológicos; radicales en los principios políticos y éticos, pragmáticos en la economía. Acelerar aprovechamiento de ventajas comparativas. 

5)    Neutralizar en lo posible sectores no extremistas entre los opositores. Recordemos que parte de ellos son pueblo manipulado. Tender puentes a quien esté dispuesto a conversar. Es imperativo aislar al “enemigo principal”. Reimpulsar la estrategia del diálogo nacional. Sun Tzu dixi.

6)    Dentro de la visión humanista de la Movilidad, no bajar la guardia ante infiltración de no nacionales. Sabemos de la reciente llegada de foráneos, selectiva en algunos casos, masiva respecto a ciertas nacionalidades. Algunos como viajeros furtivos, otros accediendo a la generosa política migratoria ecuatoriana. Remember Troya horse.

Tal como se expresó la solidaridad latinoamericana ante la arremetida del 13 de agosto, mantener el carácter continental de nuestros procesos emancipadores, engranando cada día más, no sólo la unidad de gobiernos amigos, sino con más fuerza, la unión efectiva de las organizaciones políticas y sociales comprometidas. Esto pasa por crear las condiciones materiales, logísticas y técnicas para un mayor acercamiento de los pueblos.

Y el presidente Correa, a extremar el cuidado de la vida. Permítame obsequiarle este breve texto: “Espinas. Hasta en los juegos infantiles hay el riesgo de arañarse. Por aquí hay espinas, por aquí hay abrojos; por acá hay ortigas, por allá los piojos. Uno debe andar con cuidado por los jardines y paraísos. Mirar donde pisa, y donde besa”.

 

*Economista. Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente.

 



Hasta el Imperio tuvo que absolver a Fidel

15 de Agosto de 2015, 17:10, por Rosa C. Báez Valdés

Aunque han pasado ya dos días del cumpleaños, no podía perderme difundir este trabajo de Patricio:

Hasta el Imperio tuvo que absolver a Fidel

Por Patricio Montesinos*

  Fidel_esc_arte2810005Hasta el imperio de Estados Unidos tuvo que absolver, como ya lo hizo hace mucho tiempo la historia, al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien este 13 de agosto cumple 89 años, y el mundo celebra su nuevo aniversario confiado en que su epopeya será eterna.

 Fidel es Fidel, como cariñosamente le llaman sus compatriotas y muchos amigos de otras naciones, festejará su cumpleaños tras dos importantes triunfos de la Isla caribeña, la liberación y el regreso a su Patria de Los Cinco antiterroristas que permanecieron presos durante largos años en cárceles norteamericanas, y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

 El Comandante en Jefe, como no han dejado de nombrarlo los cubanos en señal de respeto y admiración, prometió que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, volverían a su país, y lo cumplió junto al presidente Raúl Castro.

 Más de 10 inquilinos de la Casa Blanca “juraron” no hablar con Cuba hasta la desaparición de Fidel y Raúl, el dueto perfecto, y sin embargo la actual administración del mandatario Barack Obama reconoció la política frustrada de sus predecesores hacia la mayor de las Antillas, y decidió reanudar los nexos bilaterales, luego de más de 50 años de ruptura.

 Un empresario mexicano nada sospechoso de ser de izquierda dijo hace algún tiempo que Fidel es Fidel “convence hasta las piedras”, mientras el desaparecido físicamente “Canciller de la Dignidad” cubano Raúl Roa subrayó que el Comandante en Jefe “oye la hierba crecer, y ve lo que pasa al doblar de la esquina”.

 Hasta sus enemigos más acérrimos le respetan, y en no pocos casos temen al guía de la Revolución del 1 de enero de 1959, por su impactante personalidad, su inteligencia sin fin, y su capacidad de resistencia, entre otras tantas cualidades.

 De otro lado, un diplomático nicaragüense aseguró que “Fidel es planetario por su humanismo”, y lo mucho que ha ayudado a los pueblos más desposeídos.

 Hoy millones de personas viven, pueden leer y escribir, y son felices gracias a Fidel es Fidel, el creador del “Ejército” de Batas Blancas de médicos cubanos, que nunca podrá tener Estados Unidos, y que tantas vidas ha salvado en los lugares más recónditos de este mundo.

 “Por culpa” del Comandante en Jefe miles de jóvenes latinoamericanos y africanos son actualmente profesionales de la salud, de la educación y de otras especialidades, y laboran en sus respectivos países tras haber estudiado en Cuba de forma gratuita.

 El presidente boliviano, Evo Morales, ha reiterado que Fidel y sus coterráneos siempre han ofrecido lo poco que tienen, no lo que les sobra, en medio de dificultades económicas y del bloqueo que Washington todavía les impone.

 No por gusto millones de hombres y mujeres dignos, de cualquier raza nacionalidad y religión, creen y seguirán creyendo en Fidel es Fidel, en su Revolución, y se sienten parte del pueblo cubano, el más solidario del mundo.

 Gracias por todo Fidel y muchas Felicidades

 PD: El también invencible Chávez, su mejor amigo y el de Cuba, como usted lo llamó, estará nuevamente a su lado este 13 de agosto.

 *Periodista español residente en La Paz, Bolivia. Es corresponsal de Cubadebate.

 



CUBA: La bandera yanqui flamea en su embajada de La Habana

15 de Agosto de 2015, 14:43, por Rosa C. Báez Valdés

Por Javier Salado, corresponsal en La Habana. / Resumen Latinoamericano

 

 “En el Malecón de La Habana no hay aire para que ondee la recién izada bandera norteamericana. Bueno es lo bueno, pero no lo demasiado”.

El lacónico mensaje de twitter de un joven cubano expone la idea que encabeza esta crónica. A dos conclusiones nos hace llegar, la primera, los jóvenes en Cuba siguen con interés el restablecimiento de relaciones con el coloso del norte, pero no desde posiciones contemplativas, sino comprometidas; y en segundo lugar, la imagen es absolutamente real, la bandera fue izada pero no ondea porque la siempre mística naturaleza cubana le negó la más mínima brisa.

Así las cosas, Resumen Latinoamericano estuvo presente, pero no desde la posición reservada a la prensa dentro del perímetro de la recién abierta embajada de Estados Unidos, sino desde la parte exterior junto al pueblo cubano. Las autoridades de la sede diplomática negaron el acceso a RL.

Una bonita ceremonia y un discurso respetuoso y constructivo que mantuvo en parte las posiciones ya conocidas de EEUU con relación al concepto de democracia y derechos humanos. Teniendo como fondo el azul del Mar Caribe, y las opiniones vertidas por los cubanos presentes, queda claro que la profunda cultura y talento del pueblo cubano, su capacidad irrestricta de resistencia y dignidad que le permitieron vencer la agresión durante 56 años, le dotan de magníficas armas para enfrentar los nuevos retos y salir victoriosos y saber tener la fuerza y altura para diferenciar el imperialismo- contra el cual continuará su lucha- de los valores del pueblo norteamericano.

Algunos en nuestro continente creen que las banderas de la Revolución Cubana han sido declinadas, no tienen confianza en el maravilloso pueblo que no solo hace 56 años, sino hoy en día sigue siendo el faro guía de los sueños de nuestros pueblos, no comprenden la grandeza histórica del paradigma de una verdadera Revolución que se mantiene firme en sus principios y a la vez dialécticamente se actualiza a las condiciones de los escenarios actuales.

No sueñen más, enemigos de siempre y compañeros de viaje que proyectan sus propias debilidades. Cuba fue, es y será una roca firme. Ha triunfado al llevar a la mayor potencia mundial a aceptar sus condiciones, sentarse en la mesa de negociaciones y firmar el restablecimiento de relaciones diplomáticas –relaciones que fueron cortadas en enero de 1961 por el gobierno de EEUU.

Una victoria de todos nuestros pueblos, sobre todo de América Latina y el Caribe, una victoria de la solidaridad mundial con Cuba que nunca dejó sola a su Revolución. Así es, David resistió, luchó y llevó a Goliath a reconocerlo, considerarlo su igual, y vivir en el futuro en Paz.

FOTO: Hector Planes

Fuente Resumen Latinoamericano

 



Normalizando las relaciones con Cuba: ¿Ha aprendido EEUU la lección?

14 de Agosto de 2015, 19:03, por Rosa C. Báez Valdés

Por Nelson P. Valdés*

Enmienda-plattAntes de 1898 Cuba era una nación sin un Estado. Tenía una situación colonial, pero también tenía una cultura e identidad nacional en evolución, un sentimiento de cubanía emergente y una historia propia. El gobierno era ejercido por España a través de su sistema imperial. El país aún no estaba socialmente integrado. La esclavitud se había mantenido hasta 1886. A la vez, la lucha por la independencia nacional coincidió con la lucha contra la esclavitud. Por otra parte, todos los cubanos eran cubanos de primera generación con un sentido de identidad nacional único y con símbolos propios, que habían surgido en oposición al estatus imperante y a los poderes asignados por el régimen colonial español.

Entre 1898 y 1934 las instituciones jurídicas y las prácticas políticas / administrativas de Cuba, fueron determinadas en última instancia por el gobierno de Estados Unidos. Bajo este sistema neo-colonial, Estados Unidos adquirió bases militares y otras concesiones que se lograron mediante la inserción forzosa de la Enmienda Platt en la Constitución cubana, mientras la isla estaba bajo la ocupación militar, en los años 1898-1902.

Cuba tenía entonces un territorio bien definido y un estado y un gobierno cubanos. Pero el Estado no tenía el poder de tomar sus propias decisiones debido a la Enmienda Platt y el control económico, político y cultural ejercido por los Estados Unidos. Este era un control colonial diferente al que Cuba había experimentado bajo mandato español, porque había ahora algo similar a una autonomía, una situación parecida a la del Estado Libre Asociado que mantiene Puerto Rico hoy. En resumen, lo más parecido que había en Cuba a un agente soberano era el embajador de Estados Unidos.

Entre 1934 y 1959, Cuba fue un estado-nación con soberanía limitada. Durante los años de gobierno Franklin Delano Roosevelt la segunda República cubana abolió la Enmienda Platt, con el consentimiento de los Estados Unidos poniendo así fin a la era del control formal estadounidense. Estos cambios convirtieron a Cuba en una república moderna semi-independiente, pero los Estados Unidos ejercían un control directo sobre la clase política y el Ejército cubanos. La influencia indirecta entró en Cuba a través de la presencia corporativa de EEUU, las escuelas, los clubes sociales, las integración militar y las técnicas de la publicidad moderna, y por supuesto, a través de la ciencia, la tecnología, los productos culturales y el mercantilismo.

Estados Unidos frenó la autodeterminación de Cuba hasta  los límites de lo permisible (una situación similar a la de República Dominicana). Por extraño que parezca, durante este período, que coincidió en sus orígenes con la adopción del New Deal de la economía keynesiana, el Estado cubano intervino abiertamente en el funcionamiento del no tan libre mercado interno de Cuba. El control económico era ejercido por el gobierno de Estados Unidos a través del sistema de cuotas azucareras, posible gracias a la Ley Jones Costigan de 1934, así como por los acuerdos comerciales, los inversores extranjeros y los “asesores” políticos y económicos. Todo esto era respaldado domésticamente por un aparato político y militar, que preservaron los acuerdos neocoloniales, esencialmente a través de la diplomacia de las cañoneras, que los marines estadounidenses habían garantizado previamente.

Desde 1959 la nación cubana tiene un Estado soberano y un gobierno sin control extranjero. Pero lograr esa soberanía conllevó costos enormes para la independencia nacional, pues EEUU organizó actos coordinados y multifacéticos de interferencia que incluyeron bloqueo económico, propaganda masiva, promoción de una oposición interna (“disidentes”) y de una oposición externa concentrada en Miami. Por consiguiente, Cuba es un Estado-nación soberano, pero apremiado permanentemente y bajo unas relaciones anormales con su gran vecino. El gobierno de Estados Unidos impuso esta situación como el precio a pagar por un pequeño país que desee verdaderamente ser independiente.

La soberanía nacional cubana significó la autodeterminación en áreas de la política, la economía, la sociedad, la cultura y la política exterior. Las políticas orientadas nacionalmente implicaban una ruptura con los esquemas tradicionales y una revolución social, económica, política y cultural, así como la independencia en las relaciones exteriores.

Dentro del gobierno de Estados Unidos y en grandes sectores de la sociedad estadounidense, la autodeterminación nacional cubana fue equiparada con el antiamericanismo. Sin embargo, el movimiento revolucionario nunca fue anti-estadounidense; sino que apuntó contra el control neocolonial impuesto por Estados Unidos. Comportándose como una potencia colonialista, los Estados Unidos interpretaron el derecho a la libre determinación como una amenaza para sus propios intereses en Cuba.

La Revolución cubana ha intentado construir un nuevo Estado-nación con instituciones gubernamentales y estatales unificadas y centralizadas, que se sostienen ​​en una ideología nacional única derivada de los conceptos de solidaridad y defensa de los países y pueblos menos desarrollados del mundo.

La construcción de la nación ha sido entendida por los cubanos como un proceso social, político, económico y cultural en el que las decisiones las toman una población activa y grupos e instituciones organizados.  Esto implica un proceso de descolonización que toma el control de sus sistemas vitales, lejos de intereses extranjeros. Por el contrario, EEUU ha equiparado la descolonización o nacionalización de las instituciones cubanas al comunismo.

El nacionalismo cubano en términos económicos significa la creación de una economía en la que los principales recursos están bajo control de los cubanos y de su Estado. Eso significó la nacionalización de los medios de producción. La nacionalización afectó las inversiones extranjeras en la isla. Esto fue visto por  Estados Unidos como un ataque contra el capitalismo, incluso cuando los medios de producción fueron transferidos a capitalistas cubanos.

El nacionalismo cubano en términos políticos significa que los revolucionarios cubanos resaltaron el derecho a la soberanía, incluido el derecho a la no injerencia en los asuntos internos de la isla. “Cuba para los cubanos”, sonaba muy parecido a la reacción sureña frente a los “Carpetbaggers” del Norte tras la guerra civil en Estados Unidos. Los cubanos hicieron hincapié en que la soberanía implicaba la igualdad de las naciones. Pero el gobierno de Estados Unidos reclamaba el derecho de decirle a los cubanos cómo debían organizar su propio país. Por extraño que parezca, el movimiento a favor de los derechos estatales en el Sur profundo [a pesar de la diferencia sustancial en materia de justicia e igualdad] tenía una fuerte similitud con los argumentos de Cuba para su autodeterminación.

El nacionalismo cultural además acarreó en lo cotidiano que los revolucionarios proclamaran que los productos cubanos eran iguales a los productos estadounidenses [la oferta de Coppelia vs la de Baskin Robbins], “Lo cubano es bello” se convirtió en un sentimiento apegado a la independencia cultural. En 1959 los capitalistas cubanos anunciaban: “Consuma productos cubanos”.

Por supuesto, estas políticas devinieron en conflicto con Estados Unidos, que consideraba al Caribe como su patio trasero. La Doctrina Monroe, proclamada unilateralmente por Estados Unidos en 1823, establecía el derecho de  Estados Unidos para decirle a Latinoamérica lo que era mejor para la región.

Lo que los cubanos consideran un derecho a la libre determinación, para Estados Unidos era “subversión comunista” y penetración soviética en su esfera de influencia. Implícita en esta política hacia América Latina estaba la suposición de que los intereses regionales debían coincidir con los intereses de Estados Unidos.

EEUU encontró aliados dentro de Cuba que se identificaban con los intereses estadounidenses, pero eran sobre todo de las clases altas que se habían beneficiado en el pasado de las relaciones con Estados Unidos. EEUU y sus aliados en América Latina hablaron del panamericanismo, pero al sur de su frontera ha habido, desde la década de 1820, un latinoamericanismo basado en un concepto diferente de la unidad hemisférica – uno entre iguales y sin el dominio de Estados Unidos.

Estados Unidos vio cualquier intento de independencia nacional, liberación nacional o revolución social, tanto en Cuba como en América Latina, como un anticapitalismo (que significa comunismo) y un desafío a su hegemonía hemisférica, y cualquier gobierno que desafiaba este estado de cosas era calificado de “dictatorial” y pro-soviético. EEUU intentó ocultar sus intentos de recuperar su control sobre Cuba bajo el manto de la lucha contra el comunismo y la defensa de la “democracia” y se alió con esas clases y sectores dentro de la clase alta cubana, opuestas a la revolución socio-económica y política.

Los revolucionarios cubanos reaccionaron identificando el estatus neocolonial previo con el control estadounidense y el capitalismo estadounidense, y por lo tanto optó por una posición anticapitalista, que se identificó como socialismo.

La independencia nacional y el socialismo terminaron significando lo mismo. Los revolucionarios cubanos ataron su destino a las clases bajas, los trabajadores y los pobres, quienes se beneficiaron al máximo del cambio drástico en las relaciones de poder.

Hoy, Cuba y una parte significativa de América Latina están construyendo numerosas alianzas, instituciones y programas que eventualmente podrían convertir la región en esa gran nación del Sur, mientras que Estados Unidos parece incapaz de comprender lo que sucede en otras partes del hemisferio. Por lo tanto, los errores cometidos contra Cuba continúan repetiéndose en otros lugares.

El gobierno de Estados Unido decidió una vez más tener relaciones diplomáticas formales con Cuba, que se restablecerán este 14 de agosto. Sin embargo, la mayoría de las restricciones económicas y comerciales impuestas desde los años 60 del siglo pasado, no han llegado a su fin. Esperemos que eso cambie en el futuro inmediato. Para entonces habrá que esperar y ver si la intervención norteamericana en los asuntos internos de Cuba también finaliza. Si eso sucede, entonces se iniciaría realmente un nuevo período en la historia del Hemisferio.

(Este artículo ha sido escrito con la asistencia de Robert Sandels y publicado originalmente en inglés en Counterpunch. Fue traducido por Raúl Fergo para Cubadebate)

*Profesor Emérito de la Universidad de Nuevo México. Es el director del Cuba-L Project.

 



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