Revista Siempre con Cuba: Otra grieta en el muro de silencio
22 de Agosto de 2012, 21:00 - sem comentários ainda
Por Aida Calviac Mora
El Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) presentó este miércoles el primer número de la revista Siempre con Cuba, llamada a romper el silencio mediático en torno a la verdad de la Isla.
Portada dedicada a expedición solidaria que colocó pancarta en la Antártida por libertad de Los Cinco |
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Una publicación modesta, pero profunda en la pretensión de su alcance —al decir de Kenia Serrano, presidenta del ICAP—, que se suma a los esfuerzos de la prensa cubana para abrir una grieta en ese gran muro establecido por la poderosa maquinaria de prensa del Imperio en torno a los efectos del bloqueo, la resistencia de nuestro pueblo o la injusticia contra los Cinco.
El título escogido para la publicación cuatrimestral articula todo el trabajo en la arena digital realizado por los más de 400 medios que maneja la solidaridad —desde pequeños boletines y correos electrónicos masivos hasta sitios web—, y si bien la primera edición está en español, sabemos que lograremos la colaboración de los amigos para hacerla llegar al pueblo norteamericano y a otras lenguas, incluso las originarias, explicó.
Entre los materiales incluidos en el número de agosto destacan un trabajo investigativo sobre el surgimiento del Campamento Internacional Julio Antonio Mella, de Caimito, un fotorreportaje de la reciente visita de la XXIII Caravana Pastores por la paz y el homenaje a Lucius Walker, las palabras de René González a propósito del deceso de la cantautora Sara González, entre otros espacios dedicados a la ciencia, la historia o las cartas de los amigos, explicó la editora jefa de la revista, Ileana García.
La portada está dedicada a la hazaña solidaria de una expedición, encabezada por el científico Vladimir S. Koshelev, que colocó en la Antártida una pancarta por la libertad de los Cinco.
Cada número contará en sus páginas centrales con un afiche, en este caso se trata de la convocatoria al VIII Coloquio internacional por Los Cinco en Holguín, del 28 de noviembre al primero de diciembre, detalló.
La versión digital de la revista, lista para imprimir, estará disponible en el sitio web de la institución: www.icap.cu
Tomado de Periódico Granma
Artículo sobre los Cinco Héroes en diario danés Arbejderen
22 de Agosto de 2012, 21:00 - sem comentários aindaDINAMARCA, 21 de agosto de 2012.- En vísperas de la Jornada Internacional de Solidaridad con los Cinco Héroes cubanos injustamente encarcelados y retenidos en Estados Unidos, el diario danés “Arbejderen” publicó un extenso artículo bajo el título “¿Cuánto costó condenar a Cinco Cubanos en los Estados Unidos?”
Se trata de un importante material elaborado por el periodista Sven Erik Simonsen, miembro de la Asociación de Amistad Dano-Cubana y Presidente del Comité por la Liberación de los Cinco.
Día a día, gracias a la labor esclarecedora y a la inmensa solidaridad de hombres como Simonsen, así como al irrevocable apoyo de este importante diario, firmemente enraizado en las legítimas tradiciones de lucha del movimiento obrero danés y portavoz del Partido Comunista de Dinamarca, la verdad sobre los Cinco Héroes se abre paso en Dinamarca.
A continuación parte del Texto de la noticia publicada en el diario Arbejderen:
¿Cuánto costó condenar a Cinco Cubanos en los Estados Unidos?
Por Sven-Erik Simonsen*
“Cinco cubanos fueron condenados de forma injusta e infundada en los Estados Unidos. ¿Cómo pudo suceder esto en un Estado de Derecho como supuestamente es Estados Unidos, y que se basa en el principio jurídico fundamental de que se es inocente hasta tanto se demuestre lo contrario?
Entre el 27 de Noviembre del 2000 y el 8 de junio de 2001, el Departamento de Estado de los estados Unidos compró y pagó de dos periódicos en Miami, Florida, para escribir y publicar un total de 1 111 artículos en un caso en particular.
En un artículo tras otro Cinco cubanos fueron presentados como espías que conspiraban contra la seguridad nacional de los Estados Unidos. En el primero de esos artículos uno de esos hombres, Gerardo Hernández, era descrito como culpable del asesinato de cuatro ciudadanos estadounidenses.
El Nuevo Herald publicó 806 artículos en siete meses, un promedio de cuatro artículos diarios. En el mismo período The Miami Herald publicó 305 artículos, más de uno diario.
Hubo una cobertura mediática masiva y unilateral, que contribuyó a que los Cinco Cubanos terminaran siendo sancionados a penas que superan en más de cuatro veces sus vidas. Fueron declarados culpables de conspirar contra la seguridad de los EE.UU., y acusados de ser agentes secretos con documentos de identidad falsos. En el caso de Gerardo Hernández, también fue condenado por homicidio cuádruple.
En realidad se trataba de un caso político. El juicio contra los Cinco fue un aborto involuntario y gigantesco de la justicia norteamericana, que estaba a punto de demonizar a Cuba, gracias a que los políticos estadounidenses pagaron a la mafia del poderoso exilio cubano en Miami, a cambio de apoyo económico y político a la campaña electoral.
Los Cinco cubanos llegaron a Estados Unidos con un objetivo concreto: controlar y posiblemente infiltrar grupos terroristas de exiliados cubanos en Miami con el fin de advertir a las autoridades cubanas y norteamericanas de acciones inminentes de terrorismo, bombardeos y otros actos de violencia contra Cuba.
Durante el juicio, fue admitido que los Cinco cubanos eran agentes secretos cubanos que cumplían una tarea. La historia de Estados Unidos, en general, tanto en el pasado como en el presente, nunca ha condenado tal condición.
Según las leyes norteamericanas y los Abogados de ese país, la pena máxima a la luz de la legislación de Estados Unidos por trabajar como agente no registrado de un país extranjero es de 5 años de prisión. Los Cinco cubanos fueron condenados por otras acusaciones muy graves, injustas e infundadas.
Un juicio manipulado. ¿Cómo podía suceder una cosa así en un Estado de Derecho, como es supuestamente Estados Unidos, donde se respeta la custodia, los Jurados, los Jueces, los testigos y se exigen pruebas, así como se respeta el principio jurídico fundamental de que se es inocente hasta que se demuestre lo contrario? Los Abogados defensores en los Estados Unidos son rehenes de los medios de comunicación. En Miami, se vieron confrontados con una campaña sin precedentes de hostilidad y demonización contra los Cinco cubanos que fueron condenados por adelantado.
Esa campaña generó un ambiente tan grande y negativo que, incluso el Jurado sucumbió ante ella. ¡Esta campaña fue financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos!
Se trata de una afirmación substanciada que los Abogados de los Cinco cubanos presentaron a la Corte del Sur de la Florida en junio de 2012. Los Abogados exigen que el Departamento de Estado proporcione todos los documentos pertinentes y los testigos necesarios.
Tres Abogados de la Defensa, pesos pesados en Estados Unidos - Martin Garbus, Goldstein y Thomas Klug Richard, han presentado la Moción. El expediente contiene un total de 84 periodistas, los dos periódicos mencionados en Miami y otros medios de prensa plana, así como 7 canales de televisión y 13 emisoras de radio.
Los Abogados consideran que estos medios recibieron o pueden haber recibido dinero del Departamento de Estado para orquestar la fraudulenta campaña periodística que terminó enviando a los Cinco Cubanos: René González, Fernando González, Antonio Guerrero, Ramón Fernández y Gerardo Hernández a prisión de entre 16 años y dos cadenas perpetuas más 15 años.
Han pasado casi 14 años desde que los Cinco fueron detenidos el 12 de 1998.
El juicio amañado tuvo lugar en Miami, a pesar de las demandas de los Abogados defensores de que los Cinco fueran trasladados a otro lugar en los Estados Unidos, donde la mafia cubana en el exilio no tiene control sobre los políticos, los medios de comunicación y como se demostró después, sobre el poder judicial.
El caso de un avión espía. Mediante un recurso legal independiente, el Abogado Defensor de Gerardo Hernández ha solicitado que el caso contra su cliente se reabra y que las autoridades de aviación de los Estados Unidos entreguen las fotos satelitales del 24 Febrero de 1996: día en que fueron derribado por Cuba dos avionetas, después de que durante meses, y en repetidas ocasiones, fuera violado el espacio aéreo cubano. Antes del derribo, las autoridades cubanas denunciaron repetidamente estas violaciones ante las autoridades estadounidenses.
Los EE.UU. tenían conocimiento de estas violaciones peligrosas de la soberanía de Cuba. Las dos avionetas pertenecían a un grupo de exiliados cubanos en Miami llamado "Hermanos al Rescate".
Gerardo Hernández tenía la tarea de informar sobre las actividades terroristas de este grupo. Fue acusado de complicidad en el asesinato premeditado de cuatro ciudadanos de Estados Unidos: es decir de las cuatro personas que iban a bordo de la avioneta el 24 de Febrero de 1996.
Para Cuba y para el Abogado de Gerardo Hernández su cliente no tuvo conocimiento de la decisión inminente del derribo, ni tuvo ninguna influencia en una decisión que fue adoptada en La Habana. Por lo tanto, Gerardo Hernández no puede ser juzgado por el delito del que se le acusa.
Pero la Defensa y Cuba tienen otro argumento válido al 100%: las dos avionetas fueron derribadas en aguas territoriales cubanas y después de repetidas advertencias. Por lo tanto, el acto del derribo no fue un acto criminal.
Las autoridades estadounidenses sostienen que las dos avionetas fueron derribadas en aguas internacionales. Ello puede ser probado o refutado con las fotos satelitales que el Abogado de Gerardo Hernández requiere que sean presentadas en un nuevo juicio. Washington se niega.
Cabe preguntarse, ¿por qué? ”
*Periodista; portavoz del Comité “No al terrorismo. Libertad para los Cinco”
Fuente: Sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
El cruento asalto a la embajada de Haití en La Habana, 29 de octubre de 1956
21 de Agosto de 2012, 21:00 - sem comentários aindaPor Salvador E. Morales Pérez*
En estos días de fricciones diplomáticas, en donde descuella la amenaza británica de allanar la sede diplomática de la República de Ecuador en Londres para atrapar a Julián Assange, han sido evocadas situaciones anteriores donde el derecho de asilo y los allanamientos de sedes diplomáticas se pusieron en discusión. Yo me pregunto si estaremos ante un caso semejante al que redujo el asilo diplomático del político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, a la friolera de un lustro como huésped forzoso de la embajada de Colombia en Lima, asunto que sigue dando lugar a debates jurídicos y políticos interesantes.
O si estaremos en la antesala de una acción violenta y abominable de violación de la Convención de Viena, independientemente de la regla unilateral y arbitraria enarbolada por el gobierno británico actual. Ya las fuerzas especiales inglesas marcaron un precedente con la Operación Nimrod ejecutada el 5 de mayo de 1980. Ocasión en la cual, con el consentimiento del gobierno iraní ocuparon en son de guerra la embajada de Irán en Londres, ocupada por seis opositores que habían tomado 26 rehenes a cambio de sus demandas.
Últimamente se han mencionado en los medios varias irrupciones brutales en sedes diplomáticas: la de la escalofriante y flamígera masacre perpetrada por los uniformados del gobierno guatemalteco del general Romeo Lucas García contra la embajada española en ciudad Guatemala el 31 de enero de 1980, con saldo rojo de 38 muertos; la acción ejecutada en Afganistán, el 26 de septiembre de 1996, ya en poder de los talibanes contra el ex mandatario Najibullah y su hermano alojado en la embajada de la Organización de la Naciones Unidas de Kabul; o la del comando que envió el dictador peruano Alberto Fujimori, el 22 de abril de 1997 a tomar la embajada nipona en Lima que se hallaba en poder del MRTA para denunciar la situación de las cárceles peruanas y demandar la libertad de algunos compañeros. El saldo rojo fue de 14 guerrilleros acribillados y un civil. Son los antecedentes más sonados. Hay otros antecedentes, como el asalto a la embajada trujillista en Caracas en 1945 por opositores dominicanos allí exiliados o el secuestro de la embajada estadounidense en Irán en noviembre de 1979 para presionar la extradición del Sha. No dudamos que haya otros ejemplos de variados signos políticos, algunos con consecuencias fuertes en el ámbito diplomático, otros solucionados con notable sensatez entre las partes y algunos de acallada repercusión como el que deseo destacar aquí:
Existe un antecedente remoto -y también muy sangriento- ocurrido durante la dictadura de Batista. A fines de octubre de 1956, un fuerte destacamento policial encabezado por el jefe de esos cuerpos represivos, el brigadier Rafael Salas Cañizares, uno de los principales cómplices de Fulgencio Batista en el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 que quebró el orden constitucional del país, asaltó la sede de la embajada haitiana, ubicada en Avenida 7a y calle 20, en la barriada de Miramar.
A plena luz del mediodía, el 29 de octubre de 1956, Salas Cañizares, acompañado por otros notorios asesinos, el coronel Conrado Carratalá, el Jefe del Buró de Investigaciones coronel Orlando Piedra Nogueruela y el capitán Esteban Ventura Novo, (quienes a la caída del dictador en enero de 1959, encontraron tranquilo y acogedor refugio en Estados Unidos) penetraron en el recinto diplomático de Haití a tiro limpio -el escaso personal diplomático se hallaba ausente de la residencia- procedieron a aniquilar a todos los asilados allí refugiados. Incluyendo a quienes ya la cancillería había concedido salvoconductos y esperaban por las visas que le permitieran viajar al país que se las concediera. En el intercambio de disparos que tuvo lugar, el obeso y bravucón brigadier batistiano cayó mortalmente herido.
Se cuenta al respecto, que quien lo hirió fue Secundino Martínez, apodado el “El Guajiro”, el único de los asilados que estaba armado, quien se asomó al oír el estrépito formado por la llegada de los carros policiales. Al verlo Salas Cañizares disparó su ametralladora sobre el joven hiriéndolo gravemente. Sin embargo, este, desde el suelo, pudo sacar su arma y disparar. Un balazo le perforó el vientre al brutal jefe de la policía nacional. Se dio la orden de masacrar a todos.
En la foto aparecen Leonel Guerra, Carlos Casanova, Eladio Cid, Félix Hernández y Orlando Fernández Ferray |
En el interior se encontraban dos grupos de asilados de diferente procedencia política. Por un lado estaban entre los allí muertos un grupo de la Organización Auténtica, OA, alentada por el ex presidente Carlos Prío Socarrás, a quienes se les acusaba de haber participado en el frustrado asalto al Cuartel Goicuría, ubicado en la Ciudad de Matanzas, acción encabezada por Reynold García, en abril del mismo año. Se nombraban: Carlos Casanova, Eladio Cid, Orlando Fernández Ferray, Leonel Guerra, Félix Hernández Concepción y Salvador Ibáñez.
El otro grupo estaba conformado por cuatro jóvenes recién llegados y que alojaron provisionalmente en el garaje. Estaba compuesto por Secundino Martínez, alias El Guajiro, Gregorio García, Alfredo Massip e Israel Escalona. A quienes las autoridades de la dictadura señalaban como involucrados en el fallido atentado contra el senador Rolando Masferrer, el gestor de un cuerpo paramilitar adicto al gobierno de facto, de fúnebre recordación: Los tigres de Masferrer.
Los cuerpos represivos de la tiranía estaban ansiosos de sangres. El motivo que los impulsaba fue que el día antes, 28 de octubre de 1956, un comando del Directorio Revolucionario había matado al coronel Antonio Blanco Rico, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), quien estaba acompañado en el cabaret Montmartre, por el teniente coronel Marcelo Tabernilla hijo del jefe del Ejército quien resultó herido en la acción así como la esposa del capitán José Rodríguez Sampedro, también presente en el cabaret. Sospechaban que algunos de los ejecutores de Blanco Rico podían estar en la embajada haitiana.
Para justificar la violación pusieron de pretexto a posteriori -lo cual se demostró luego como totalmente falso- que habían recibido una llamada de los diplomáticos solicitando protección puesto que unos jóvenes estaban forzando su entrada en la sede diplomática. Contaban con la aprobación del mismo Batista, como declararon inicialmente voceros del régimen.
El 31 de octubre de 1956 la Embajada de Haití convocó a una conferencia de prensa y entregó una nota oficial en la que se decía: “La Embajada de Haití protesta contra las alegaciones publicadas en la prensa según las cuales la Policía intervino por una llamada de nuestra Embajada”.
Un colega periodista, Pedro Antonio García, quien ha explorado el hecho con especial acuciosidad ha comentado incisivamente:
“Los sucesos del 29 de octubre de 1956 fueron silenciados por la prensa internacional. Las relaciones con Haití fueron tensas solo hasta diciembre, porque con el nuevo Gobierno en Port au Prince volvieron a normalizarse. Nadie llevó este caso al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), ninguna voz se alzó en el Congreso estadounidense ni en las Naciones Unidas”.
Desde luego, acciones de tan estúpida y brutal naturaleza han sido propias de regímenes autoritarios, de dictaduras arrasadoras, que hacen el trabajo sucio y las tareas que les permiten la sobrevivencia. Dictaduras, que con un poco más que se escarbe, gozan de sibilinos o abiertos padrinazgos de potencias que se dan golpes de pecho de civilizadas y democráticas. La historia contemporánea está cundida de ejemplos de estos dobles discursos. No es de extrañar que hechos tan condenables como el ocurrido en La Habana el 29 de octubre de 1956 se repitan, aunque siempre abrigamos la esperanza de que esto no ocurra de nuevo y que no se cierre el camino a la salida diplomática de sólidas e invulnerables garantías.
*Doctor en Historia, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Enviado por su autor
El cruento asalto a la embajada de Haití: La Habana, 29 de octubre de 1956.
21 de Agosto de 2012, 21:00 - sem comentários aindaPor Salvador E. Morales Pérez*
En estos días de fricciones diplomáticas, en donde descuella la amenaza británica de allanar la sede diplomática de la República de Ecuador en Londres para atrapar a Julián Assange, han sido evocadas situaciones anteriores donde el derecho de asilo y los allanamientos de sedes diplomáticas se pusieron en discusión. Yo me pregunto si estaremos ante un caso semejante al que redujo el asilo diplomático del político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, a la friolera de un lustro como huésped forzoso de la embajada de Colombia en Lima, asunto que sigue dando lugar a debates jurídicos y políticos interesantes.
O si estaremos en la antesala de una acción violenta y abominable de violación de la Convención de Viena, independientemente de la regla unilateral y arbitraria enarbolada por el gobierno británico actual. Ya las fuerzas especiales inglesas marcaron un precedente con la Operación Nimrod ejecutada el 5 de mayo de 1980. Ocasión en la cual, con el consentimiento del gobierno iraní ocuparon en son de guerra la embajada de Irán en Londres, ocupada por seis opositores que habían tomado 26 rehenes a cambio de sus demandas.
Últimamente se han mencionado en los medios varias irrupciones brutales en sedes diplomáticas: la de la escalofriante y flamígera masacre perpetrada por los uniformados del gobierno guatemalteco del general Romeo Lucas García contra la embajada española en ciudad Guatemala el 31 de enero de 1980, con saldo rojo de 38 muertos; la acción ejecutada en Afganistán, el 26 de septiembre de 1996, ya en poder de los talibanes contra el ex mandatario Najibullah y su hermano alojado en la embajada de la Organización de la Naciones Unidas de Kabul; o la del comando que envió el dictador peruano Alberto Fujimori, el 22 de abril de 1997 a tomar la embajada nipona en Lima que se hallaba en poder del MRTA para denunciar la situación de las cárceles peruanas y demandar la libertad de algunos compañeros. El saldo rojo fue de 14 guerrilleros acribillados y un civil. Son los antecedentes más sonados. Hay otros antecedentes, como el asalto a la embajada trujillista en Caracas en 1945 por opositores dominicanos allí exiliados o el secuestro de la embajada estadounidense en Irán en noviembre de 1979 para presionar la extradición del Sha. No dudamos que haya otros ejemplos de variados signos políticos, algunos con consecuencias fuertes en el ámbito diplomático, otros solucionados con notable sensatez entre las partes y algunos de acallada repercusión como el que deseo destacar aquí:
Existe un antecedente remoto -y también muy sangriento- ocurrido durante la dictadura de Batista. A fines de octubre de 1956, un fuerte destacamento policial encabezado por el jefe de esos cuerpos represivos, el brigadier Rafael Salas Cañizares, uno de los principales cómplices de Fulgencio Batista en el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 que quebró el orden constitucional del país, asaltó la sede de la embajada haitiana, ubicada en Avenida 7a y calle 20, en la barriada de Miramar.
A plena luz del mediodía, el 29 de octubre de 1956, Salas Cañizares, acompañado por otros notorios asesinos, el coronel Conrado Carratalá, el Jefe del Buró de Investigaciones coronel Orlando Piedra Nogueruela y el capitán Esteban Ventura Novo, (quienes a la caída del dictador en enero de 1959, encontraron tranquilo y acogedor refugio en Estados Unidos) penetraron en el recinto diplomático de Haití a tiro limpio -el escaso personal diplomático se hallaba ausente de la residencia- procedieron a aniquilar a todos los asilados allí refugiados. Incluyendo a quienes ya la cancillería había concedido salvoconductos y esperaban por las visas que le permitieran viajar al país que se las concediera. En el intercambio de disparos que tuvo lugar, el obeso y bravucón brigadier batistiano cayó mortalmente herido.
Se cuenta al respecto, que quien lo hirió fue Secundino Martínez, apodado el “El Guajiro”, el único de los asilados que estaba armado, quien se asomó al oír el estrépito formado por la llegada de los carros policiales. Al verlo Salas Cañizares disparó su ametralladora sobre el joven hiriéndolo gravemente. Sin embargo, este, desde el suelo, pudo sacar su arma y disparar. Un balazo le perforó el vientre al brutal jefe de la policía nacional. Se dio la orden de masacrar a todos.
En el interior se encontraban dos grupos de asilados de diferente procedencia política. Por un lado estaban entre los allí muertos un grupo de la Organización Auténtica, OA, alentada por el ex presidente Carlos Prío Socarrás, a quienes se les acusaba de haber participado en el frustrado asalto al Cuartel Goicuría, ubicado en la Ciudad de Matanzas, acción encabezada por Reynold García, en abril del mismo año. Se nombraban: Carlos Casanova, Eladio Cid, Orlando Fernández Ferray, Leonel Guerra, Félix Hernández Concepción y Salvador Ibáñez.
El otro grupo estaba conformado por cuatro jóvenes recién llegados y que alojaron provisionalmente en el garaje. Estaba compuesto por Secundino Martínez, alias El Guajiro, Gregorio García, Alfredo Massip e Israel Escalona. A quienes las autoridades de la dictadura señalaban como involucrados en el fallido atentado contra el senador Rolando Masferrer, el gestor de un cuerpo paramilitar adicto al gobierno de facto, de fúnebre recordación: Los tigres de Masferrer.
Los cuerpos represivos de la tiranía estaban ansiosos de sangres. El motivo que los impulsaba fue que el día antes, 28 de octubre de 1956, un comando del Directorio Revolucionario había matado al coronel Antonio Blanco Rico, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), quien estaba acompañado en el cabaret Montmartre, por el teniente coronel Marcelo Tabernilla hijo del jefe del Ejército quien resultó herido en la acción así como la esposa del capitán José Rodríguez Sampedro, también presente en el cabaret. Sospechaban que algunos de los ejecutores de Blanco Rico podían estar en la embajada haitiana.
Para justificar la violación pusieron de pretexto a posteriori -lo cual se demostró luego como totalmente falso- que habían recibido una llamada de los diplomáticos solicitando protección puesto que unos jóvenes estaban forzando su entrada en la sede diplomática. Contaban con la aprobación del mismo Batista, como declararon inicialmente voceros del régimen.
El 31 de octubre de 1956 la Embajada de Haití convocó a una conferencia de prensa y entregó una nota oficial en la que se decía: “La Embajada de Haití protesta contra las alegaciones publicadas en la prensa según las cuales la Policía intervino por una llamada de nuestra Embajada”.
Un colega periodista, Pedro Antonio García, quien ha explorado el hecho con especial acuciosidad ha comentado incisivamente:
“Los sucesos del 29 de octubre de 1956 fueron silenciados por la prensa internacional. Las relaciones con Haití fueron tensas solo hasta diciembre, porque con el nuevo Gobierno en Port au Prince volvieron a normalizarse. Nadie llevó este caso al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), ninguna voz se alzó en el Congreso estadounidense ni en las Naciones Unidas”.
Desde luego, acciones de tan estúpida y brutal naturaleza han sido propias de regímenes autoritarios, de dictaduras arrasadoras, que hacen el trabajo sucio y las tareas que les permiten la sobrevivencia. Dictaduras, que con un poco más que se escarbe, gozan de sibilinos o abiertos padrinazgos de potencias que se dan golpes de pecho de civilizadas y democráticas. La historia contemporánea está cundida de ejemplos de estos dobles discursos. No es de extrañar que hechos tan condenables como el ocurrido en La Habana el 29 de octubre de 1956 se repitan, aunque siempre abrigamos la esperanza de que esto no ocurra de nuevo y que no se cierre el camino a la salida diplomática de sólidas e invulnerables garantías.
*Doctor en Historia, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Enviado por su autor
Agresión imperial del Reino Unido contra Ecuador
21 de Agosto de 2012, 21:00 - sem comentários aindaPor Andrés Alberto Rodríguez Guerra*
El presidente ecuatoriano ratificó que las puertas al diálogo con Reino Unido están abiertas para encontrar una solución pacífica al caso del periodista Julián Assange, y aseguró que sólo pide garantías para que el australiano no sea extraditado a un tercer país si vuelve a Suecia.
El camarada Correa, expreso que si el imperio británico invade la embajada de Ecuador por el caso del periodista australiano Julian Assange, estaría violentando todos los tratados internacionales existentes, y colocaría a las embajadas del mundo vulnerables para cualquier asedio.
Desde nuestro espacio “Pensamiento soberano” consideramos que no es la primera vez que los imperios de Estados Unidos y del Reino Unido nos invaden; ya históricamente lo han hecho. Recordemos los más recientes: la invasión de los ingleses a las islas Las Malvinas en Argentina, el asedio de la embajada de Cuba en Venezuela, durante el golpe de estado de abril del 2002 que realizaron o intentaron con el Presidente Chávez; el derrocamiento de los presidentes de Honduras y Paraguay… Sin “meternos a fondo” con las conspiraciones en los países árabes y africanos.
Son ellos los que dictan las normas -como en juego de ajedrez- de qué gobierno se mantiene y cuál no, de acuerdo a sus interés. Mi pregunta aquí es:
¿Para qué existe una ONU o cualquier pantalla de organismo mundial, sin son los imperios y las trasnacionales las que deciden el destino de la humanidad?
Lo que sí expuso el presidente Correa es que este caso no afectaría las relaciones bilaterales, el Presidente dijo que, desde su perspectiva, esta situación no debería influenciar los nexos. También expuso lo siguiente:
“Si América Latina empezara a ponerse brava con todos los países que han otorgado asilo, o han negado que respondan ante la justicia delincuentes comunes, estaríamos bastante enojados con varios países del resto del planeta (…) Si el Reino Unido se distancia de Ecuador por haber otorgado asilo, nos apenará muchísimo, pero Ecuador no claudicará su soberanía ante nadie ni ante nada”, recalcó.
Por último, recordó que Ecuador es un país que respeta la libertad de expresión y ratificó que si este caso no encuentra una salida por las vías diplomáticas, existe la posibilidad de introducir el caso en la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
“No justifico todo lo que ha hecho Assange (con WikiLeaks), pero siempre, de acuerdo a nuestra constitucionalidad y a los principios que practica este Gobierno, buscaremos preservar la vida de cualquier ser humano”, concluyó.
Finalizo y puntualizo que siempre, como dicen en mi país, es la ley del embudo, porque… ¿qué pasaría si invadimos el imperio yanqui y hacemos a un lado los tratados Internacionales, y sacamos al terrorista Posada Carriles, para que sea juzgado por los crímenes de asesinato que tiene pendientes en Venezuela y Cuba?
Pensamiento Soberano, Nº 09
Agradecimientos: TeleSUR, La Polilla Cubana, alcaldía Municipal. Stgo Mariño.
*Abogado y profesor de la Bolivariana; descendiente del ex Presidente Cipriano Castro
@andre_ayuda
andresrodri71@hotmail.com