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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Salim Lamrani: “Los cubanos seguirán siendo los autores de su modelo económico”

24 de Setembro de 2015, 17:16, por Rosa C. Báez Valdés
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¿Qué impacto tendrá el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos? ¿ Obama habrá renunciado al deseo histórico del imperialismo estadounidense de derrocar al gobierno cubano, o estamos sólo ante un cambio de táctica? ¿Podría la normalización de estas relaciones afectar al modelo revolucionario cubano? Especialista de Cuba y autor del reciente libro "Cuba: la palabra a la defensa !", Salim Lamrani responde a nuestras preguntas: 


1 - En tu nuevo libro que se va a publicar este mes (septiembre del 2015) y cuyo título es : « Cuba, palabra a la defensa », haces preguntas a diez personalidades relacionadas con Cuba, por ejemplo Eusebio Leal o también Alfredo Guevara. Tras el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Cuba y Estados Unidos ¿cuál es la opinión general en cuanto al porvenir de la Revolución cubana, de sus instituciones, su modelo social y las reformas económicas anunciadas ? ¿ Es de temer en adelante una forma de imperialismo económico y cultural de Estados Unidos en contra de Cuba ?

Salim Lamrani : Cuba siempre declaró estar dispuesta a normalizar sus relaciones con Estados Unidos con la condición de que éstas se funden en tres principios fundamentales : igualdad soberana, reciprocidad y no-ingerencia en los asuntos interiores. Conviene recordar que, en el conflicto entre La Habana y Washington, la hostilidad es unilateral. Estados Unidos es quien impone sanciones económicas obsoletas, crueles, sin eficacia y que martirizan al pueblo cubano desde 1960. Estados Unidos es quien invadió militarmente a Cuba en abril del 1961. Estados Unidos es quien amenazó a Cuba con una desintegración nuclear en octubre del 1962. Estados Unidos es quien financia una oposición interna, en Cuba, para conseguir un cambio de régimen. Estados Unidos es quien emite programas de radio y de televisión ilegales y subversivos en dirección a Cuba y con la meta de destabilizar la sociedad. Por fin, Estados Unidos es quien lleva a cabo una guerra política, diplomática y mediática contra Cuba.

Por su parte, Cuba nunca agredió a Estados Unidos en toda su historia. Al contrario ; ya en 1959, Fidel Castro expresó su voluntad de tener relaciones cordiales y pacíficas con Washington. A modo de respuesta, Estados Unidos le aplicó a Cuba una política de una brutalidad extrema.

La decisión del Presidente Barack Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, así como la apertura de las embajadas en Washington y en La Habana, constituye un paso adelante positivo en el proceso de normalización de las relaciones. La cuestión está en saber si se trata de un cambio estratégico, esto es si Washington ha decidido renunciar a su meta : destruir la revolución cubana y si acepta por fin la realidad : una Cuba soberana e independiente, o bien si se trata sólo de un cambio táctico, esto cambiar una política fundada en la violencia, la amenaza y el chantaje por un enfoque más suave fundado en el diálogo y la sedución, pero sin cambiar el objetivo : hacer de Cuba una nación satélite. Mi convicción profunda es que sólo se trata de un mero ajuste táctico ya que Estados Unidos está en la incapacidad sicológica de aceptar la realidad : una Cuba libre y emancipada de la tutela yanqui. Pero los Cubanos no están deslumbrados y están preparados como nos lo explican las conversaciones transcritas en « Cuba, la palabra a la defensa ! »

2 - Ernesto Guevara declaró en cierta ocasión : « Toda nuestra acción es un llamamiento emotivo a la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano : Estados Unidos ». ¿Qué signifado cobra esta frase hoy día, en 2015, cuando Washington y La Habana acaban de abrir de nuevo sus respectivas embajadas ?

Salim Lamrani : El presidente Raúl Castro no pudo hablar con más claridad respecto a eso. El restablecimeinto de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos no significa que Cuba renuncia a su proyecto de sociedad o a su política exterior internacionalista y solidaria para con los pueblos del Tercer Mundo y los desheredados del planeta. La política interior y la política exterior de Cuba son competencias exclusivas del pueblo cubano y no son negociables. Cuba no negocia ni su libertad ni su independencia ni su soberanía. Cuba seguirá sosteniendo las causas justas que reivindican la emancipación del género humano y dará una mano generosa y fraterna a los avasallados, a los revocados, a los humillados, con el objetivo de conseguir « la plena dignidad del ser humano » para usar una expresión del héroe nacional cubano, José Martí. Cuba, fiel a los ideales del Che, seguirá « temblando de indignación » cada vez que se cometa una injusticia en el mundo, sea donde sea. El pueblo cubano es, por esencia, anti-imperialista. Eso forma parte de su idiosincrasia. Sin embargo, no es anti-estadounidense. Al contrario, siente una simpatía natural por el pueblo de Estados Unidos.

3 - A pesar de las señales de apertura dadas por la Casa Blanca respecto con Cuba, numerosas cuestiones peliagudas siguen sin resolver, particularmente la del embargo económico y la de Guantánamo. ¿Qué es de esperar del restablecimiento de las relaciones entre las dos naciones en cuanto a estos temas que siguen fomentando fuertes tensiones ?

Salim Lamrani : Efectivamente, es indispensable levantar las sanciones económicas impuestas a Cuba desde el año 1960 porque constituyen el principal obstáculo para el desarrollo del país y también para la total normalización de las relaciones bilaterales. Ese tema también viene abordado en mi libro. El bloqueo vulnera a todas las categorías de la población cubana empezando por las más vulnerables, las mujeres, los niños, los ancianos. Pero no deja de tener un impacto también en todos los sectores. Muy lejos de ser un simple asunto bilateral ese estado de sitio es condenado par el conjunto de la comunidad internacional que, tras haberlo condenado 22 veces consecutivas, lo volvió a condenar, en octubre del 2014, una vez más, con una mayoría aplastante de 188 países a favor de esa condena y sólo 2 países en contra, (Estados Unidos e Israel). En mi libro anterior : « Estado de sitio », menciono el carácter extraterritorial de las sanciones ya que éstas se aplican a todos los países del mundo. Un ejemplo : la empresa alemana Mercedes tiene prohibido exportar sus automóviles hacia Estados Unidos si éstos comportan un sólo gramo de níquel cubano. Por su parte, La Habana no puede importar ningún producto comprado en el mercado internacional que comporte más de un 10% de componentes norteamericanos. Y cuando se conoce un desarrollo exponencial del turismo, Cuba no puede renovar su flota aeronáutica comprando aeronaves del grupo europeo Airbus ya que todas ellas llevan más de un 10% de componentes norteamericanos. El presidente Obama le ha pedido al Congreso levantar las sanciones económicas. Es un paso adelante positivo. Sin embargo el margen de maniobra de la Casa Blanca es amplio porque sólo algunas cuestiones exigen el acuerdo del Congreso. Obama dispone de todos los poderes presidenciales necesarios para demostrar, con decisiones firmes, su voluntad de apaciguar les relaciones con Cuba. Por ejemplo, fácilmente la Casa Blanca podría ampliar las categorías de ciudadanos norteamericanos autorizados a viajar a Cuba, legalizar el comercio bilateral entre les empresas de ambas naciones, permitir a Cuba adquirir, en el marcado internacional, productos con más de un 10% de componentes norteamericanos, autorizar la importación de productos manufacturados en el mundo a partir de materias primas cubanas, consentir que Cuba pueda comprar a crédito productos no alimenticios, aceptar que Cuba use el dólar en sus transacciones comerciales y financieras con el resto del mundo. Ninguna autorización del Congreso es necesaria para tales decisiones.

Guantánamo — que Estados Unidos ocupa ilegítimamente desde al año 1902 — también constituye un tema de disención. En efecto, en 1898, tras la intervención norteamericana en la guerra de independencia cubana, Washington impuso la inserción de La Enmienda Platt en la nueva Constitución cubana bajo pena de prorrogar indefinidamente la ocupación militar de la isla. Ese apéndice legislativo que hizo de Cuba un protectorado sin verdadera soberanía, estipulaba, entre otras cosas, que Cuba le debía alquilar a Estados Unidos una parte de su territorio por un plazo de 99 años renovable indefinidamente... a partir del momento en que una de los dos partes lo deseara. Tras la abrogación de La Enmienda Platt, en 1934, la base naval de Guantánamo ha sido conservada a cambio de un alquiler de 4 000 dólares anuales. Desde el primero de enero del 1959, el gobierno cubano se niega a cobrar ese alquiler y exige la restitución de su territorio. Hasta el día de hoy, Washington rechaza toda idea de retirarse de Guantánamo.

4 - Tú que bien conoces la sociedad cubana ¿qué puedes decirnos del resentimiento del pueblo cubano con respeto a esos numerosos cambios que se anuncian ? ¿No temen algunos cubanos que numerosas conquistas de la Revolución, como por ejemplo la educación, la sanidad, la cultura, estén puestas en tela de juicio debido a las reformas que se avecinan ?

Salim Lamrani : Los cubanos no sienten la menor inquietud a propósito de la actualización de su modelo económico porque ellos son sus creadores. Como lo ilustran las conversaciones transcritas en mi libro, esta reforma económica es fruto de una amplia consulta popular. Es de saber que Cuba es una democracia participativa. En total, unos 9 millones de cubanos asistieron a una de las 163 000 reuniones organizadas para debatir del tema, lo cual suma un total de 3 millones de intervenciones. El documento original se componía de 291 puntos a debatir, de los cuales 16 fueron integrados en otros, 94 fueron conservados sin modificación, 181 han sido enmendados y otros 36 fueron añadidos para concluir con un total de 311 puntos. El proyecto inicial ha sido pues modificado en un 68% por los ciudadanos y ha sido aprobado el 18 de julio 2011, en el pleno del VIIº Congreso del Partido Comunista de Cuba, por los mil delegados que representaban a los 800 000 militantes. Después, ha sido presentado al Parlamento cubano que lo aprobó, en sesión plenaria, el 1º de agosto 2011. Como lo recuerda Ricado Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba desde 1993 hasta 2013, entrevistado en el libro : « No estoy seguro de que los gobiernos que han aplicado medidas de austeridad drásticas, han rebajado los presupuestos de la sanidad y de la educación, han aumentado la edad del derecho a jubilarse, con motivo de la crisis sistemática neoliberal que lastima numerosas naciones, hayan pedido su opinión a sus ciudadanos en cuanto a los cambios profundos que perjudican en adelante su nivel de vida cuotidiano ».

Las conquistas de la Revolución son sagradas para los cubanos. La actualización del modelo económico no pone en tela de juicio de ningún modo el acceso universal y gratuito a la educación, a la sanidad, a la cultura, a la protección social y a la jubilación.

5 - Desde hace más de 15 años, con la llegada al poder de gobiernos progresistas en América Latina, Estados Unidos ha perdido mucha influencia y se halla hoy día aislado en la región y eso es debido particularmente al bloqueo económico criminal que le impone a Cuba. Este restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba ¿ será un medio para Washington de recuperar su imagen en América Latina ? ¿ Qué impacto tendrá esa nueva política para con Cuba en el proceso de integración latinoamericano en el que Cuba siempre fue la vanguardia, verbigracia con el ALBA ?

Salim Lamrani : Imposible negar que Washington se encuentra aislado en América. Desde Canadá hasta Argentina, el único país que no disfruta de relaciones diplomáticas, consulares y comerciales normales con Cuba es Estados Unidos. Incluso sus aliados más leales, como Colombia o Honduras, se oponen a las sanciones económicas. La Casa Blanca estaba en la obligación política de modificar su política hóstil en contra de Cuba ; de no hacerlo perjudicaba sus propios intereses.

No creo que el proceso de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana afecte la integración latinoamericana por tres razones como mínimo. Primero, la integración continental acompaña la marcha de la historia y América Latina está viviendo un cambio de época ; después, la política exterior de Cuba no es negociable ; por fin, Cuba nunca abandona a sus amigos fieles.

6 - Como en muchos temas de política internacional, la Unión Europea a menudo ha copiado las posiciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos y particularmente en lo que se refiere a Cuba. Después del anuncio del deshielo entre La Habana y Washington, numerosos políticos europeos y entre ellos el presidente francés François Hollande, se han apresurado a viajar a Cuba para darle señales de amistad al gobierno cubano. Ahora que Estados Unidos cambió de rumbo en lo que se refiere a Cuba, ¿ es de esperar un cambio idéntico en Europa ? Según tú ¿ cuál será la nueva diplomacia de la U. E. para con el gobierno cubano ?

Salim Lamrani : Verdad es que la política exterior de la Unión Europea está supeditada a la de Estados Unidos y es una situación profundamente lamentable. Europa es una potencia económica pero es un enano político y diplomático, incapaz de adoptar una política constructiva, racional e independiente, en lo que reza con Cuba. Algunos países como España y Francia acaban de poner en tela de juicio esa alineación y le han pedido al resto de Europa que adopte un nuevo enfoque y dé al traste con La Posición Común, vigente en contra de Cuba desde 1996, que representa el mayor obstáculo para una normalización de las relaciones entre las dos entitades. Cuba es a la vez la puerta de entrada en América Latina y el referente moral del continente que ha sabido traducir las aspiraciones de los pueblos del Sur a la soberanía y a la independencia.

7 - En uno de tus libros que tiene por título : « Cuba, lo que los medios de comunicación no dirán nunca » criticas cómo los medios informan de manera falaz sobre Cuba. Otros países de la región, en particular México, Paraguay o también Colombia, en los que sistemáticamente se violan los Derechos del Hombre, la democracia o las libertades individuales, se benefician de un silencio mediático que se puede tildar de avergonzante. ¿Cómo explicas este ensañamiento mediático de geometría variable ?

En lo que se refiere a los Derechos del Hombre, a la democracia, a las libertades individuales, ¿es la situación, en Cuba, tan catastrófica como nos la suelen pintar los medios dominantes ?

Salim Lamrani : A los medios dominantes, dependientes de las potencias financieras y paladines del orden social vigente, les importan un comino los Derechos del Hombre y la democracia. De lo contrario, Cuba sería considerada, y con razón, como el modelo del Tercer Mundo, el ejemplo de una sociedad dotada de recursos limitados pero capaz de brindar los mismos derechos a todos los ciudadanos y de proteger a los débiles. Lo que a la Revolución cubana no le perdonan es el haber contrarrestado la ideología dominante, el haber rechazado la acumulación a cambio del reparto, el haber optado por la solidaridad en lugar del egoísmo, el haber preconizado lo colectivo a expensas del individualismo y, más que nada, el haber colocado al ser humano en el centro de su proyecto de sociedad al optar por un reparto equitativo de los recursos. Por eso los grandes medios de información internacionales se niegan a darle la palabra a la defensa.

Cuarta Portada

Cuba, diminuta isla del Caribe, viene viviendo en estado de sitio desde hace más de medio siglo. Nada le ha sido escatimado : sanciones económicas, invasión militar, amenaza de desintegración nuclear, ataques terroristas y guerra política, diplomática y mediática contra su pueblo, sus dirigentes y, sobre todo, su sistema político y social.

Sin embargo, a pesar de su innegable estatuto de víctima, a menudo esa nación se encuentra puesta en el banquillo de los acusados. Conocidísima es la retórica que incansablemente vienen repitiendo en contra suya los grandes medios de información occidentales y sus lacayos mediáticos enemigos de todo proceso revolucionario : Derechos del Hombre, libertad de expresión, democracia. A diferencia de cualquier tribunal que se digne de serlo y que respete los derechos de la defensa, Cuba es sistemáticamente privada de su derecho a contestar los ataques, a exponer sus argumentos y a expresar sus verdades.

¡ La palabra a la defensa ! Ésta es la meta del presente libro que da la palabra a eminentes voces cubanas e internacionales que proponen una visión alternativa de la mayor de las Antillas. Lejos de las consabidas cantinelas mediáticas, estos interlocutores proponen otro punto de vista sobre Cuba, sociedad compleja, imperfecta pero que tiene el mérito de haber optado por el partido de los desheredados y de haber colocado al ser humano en el centro de su proyecto nacional.

« En ese contexto, el libro de mi paisano de Auvergne, Salim Lamrani, llega a buena hora. No sólo nos permite entender mejor el presente sino que también nos permite ser optimistas en cuanto al porvenir. La lectura de estos testimonios conforta la convicción de que la sociedad cubana actual está construída sobre bases firmes. La ética de sus dirigentes y la madurez del pueblo cubano generan una inteligencia colectiva que no está dispuesta a ser barrida por los vientos del oeste que sopla el gran vecino yanqui. »

Líneas sacadas del prefacio de André Chassaigne.

« Cuba, tiene la palabra la defensa » París, Editorial Estrella,2015 ISBN : 9782953128444 http://www.amazon.fr/Cuba-Parole-De...

Tomado de Investig'Action



Soldados del puente: La nueva fortaleza de Cuba

24 de Setembro de 2015, 16:28, por Rosa C. Báez Valdés

Por José Pertierra*

 

José Pertierra.

José Pertierra habló en la iglesia bautista Calvary en Washington, D.C., durante una conferencia titulada “El impacto del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”. .

Durante 54 años, Estados Unidos ha hecho la guerra a Cuba en un esfuerzo inútil por estrangular, matar de hambre a la población cubana y obligarla a alzarse contra la Revolución. Diez presidentes diferentes intentaron asfixiar a Cuba bloqueando la isla, causando sufrimiento, así como pérdidas humanas y financieras por valor de miles de millones de dólares. Ahora las cosas parecen estar cambiando. Barack Obama, el 11no  presidente de Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución cubana, parece decidido a cambiar la estrategia de Washington para tratar con Cuba. 

El 17 de diciembre del año pasado, el presidente Obama comenzó a construir un puente entre los dos países. La primera piedra que colocó en la base del puente fue liberar a Gerardo, Ramón y Tony de prisiones norteamericanas, donde habían sido encarcelados injustamente por más de dieciséis años. También utilizó su autoridad presidencial para emitir licencias que agujereaban el bloqueo.

Sin embargo, el puente está todavía en construcción. Cada uno de nosotros está ayudando a construirlo piedra a piedra. Muchos de nosotros queremos un puente de amistad que una a las dos naciones. Algunos simplemente quieren inundar la isla con bienes de consumo que darían enormes ganancias para las corporaciones norteamericanas. Otros lo ven como una manera de acelerar la desaparición del socialismo en Cuba.

Pero no tengan duda. Así como Cuba aprendió a defenderse de las incursiones militares extranjeras, el terrorismo, la guerra biológica y un bloqueo brutal durante más de cinco décadas, la Revolución aprenderá a defenderse de los que ahora quieren cruzar, con malvados planes contra Cuba, un puente recién construido sobre el Estrecho de la Florida.

Queda un montón de trabajo por hacer aquí, de este lado del puente. El bloqueo sigue en vigor y sólo el Congreso de Estados Unidos puede eliminarlo. Tenemos que llegar hasta los norteamericanos de buena fe para que nos ayuden a convencer al Congreso de que haga precisamente eso.

Sin embargo, también hay muchas cosas que el presidente puede hacer. Él ya ha hecho algunas cosas muy importantes. Sabe que para construir puentes de acero, primero tenemos que construir puentes de personas. Cuando los norteamericanos viajan a Cuba para conocer a los cubanos en la isla, hacen amigos. Algunas de esas amistades se convierten en duraderas, y algunos colaboran para crear proyectos que beneficien a ambos países. Así que el presidente Obama ha cambiado las regulaciones y concedido una licencia general para los viajes pueblo a pueblo a la isla.

Algunos de los cambios anunciados por la administración de Obama incluyen un aumento del monto de las remesas permitidas, licencias para el comercio con el sector privado en Cuba, permiso a las agencias de viajes y compañías aéreas para que ofrezcan viajes autorizados a Cuba, permiso a las compañías de seguros para dar cobertura de salud, vida y viajes a la isla, una licencia general de la OFAC facilitará la creación de instalaciones de telecomunicaciones comerciales, autorización para la venta comercial de ciertos dispositivos de comunicaciones de consumo y softwares relacionados, permiso para el uso de algunas tarjetas norteamericanas de crédito en Cuba. ¡Vaya, hasta podemos traer ahora los mejores puros del mundo por valor de $100! Todo esto, el presidente Obama lo anunció el pasado 17 de diciembre.

El 20 de julio fue el día en que se restauraron las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, pero el puente entre las dos naciones no estará terminado hasta que no haya relaciones verdaderamente normales. Las relaciones no pueden ser normales mientras continúe en vigor el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.

Pero el bloqueo no ha impedido que las dos partes construyan un puente sobre las aguas turbulentas de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. El trabajo continúa. En los semanas y meses siguientes, habrá conversaciones bilaterales acerca de temas como  medio ambiente, desastres naturales, salud, aviación civil, tráfico de drogas, derechos de autor, patentes, y una de los más espinosos de todos los temas: la indemnización. EE.UU. alega que Cuba debe compensar a las compañías norteamericanas que fueron nacionalizadas después del triunfo de la Revolución, y Cuba afirma que tiene derecho a una indemnización por los daños causados ​​por el bloqueo de Estados Unidos contra la isla. Hace quince años, Cuba calculó que esa cantidad era de $121 mil millones de dólares en daños económicos y $181 mil millones en daños humanos.

Las cosas se están moviendo en una dirección positiva. Damos la bienvenida al llamado del presidente Obama de que el Congreso elimine el bloqueo y de su uso discrecional de la autoridad presidencial para tratar de convertir el bloqueo en queso suizo. Pero tenemos que mantener los pies del presidente Obama sobre el fuego para garantizar que siga avanzando hacia la plena normalización. También tenemos que asegurarnos de que las tácticas de abuso de los políticos cubanoamericanos que se oponen a la eliminación del bloqueo no sigan intimidando a representantes y senadores.

Aprendamos de la historia. Los anteriores intentos por mejorar las relaciones fracasaron debido a las muchas trampas establecidas deliberadamente a lo largo del camino. Quienes se oponen a la normalización, ya sea en Langley, Foggy Bottom, el Pentágono o Miami, han conjurado históricamente maneras de impedir la normalización. El derribo de un avión civil cubano en 1976 por Luis Posada Carriles fue un esfuerzo de los terroristas cubanoamericanos y otros en Washington para echar por tierra las negociaciones secretas que estaban en curso entre la administración Ford y Cuba. Otra arma de preferencia que algunos en Washington han utilizado históricamente para obstaculizar la normalización es la mendacidad: las mentiras con que funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos alimentaron a los periódicos acerca de la presunta participación de Cuba en la incursión militar Shaba II en Angola, el mito de la brigada soviética de “combate” en Cuba y las descaradas mentiras del subsecretario de Estado, John Bolton, quien afirmó en 2002 que Cuba estaba fabricando armas de destrucción masiva (v.g. armas biológicas) en la isla. Una patología del poder impregna a este país.

Tenemos que estar en guardia. Tenemos que aprender a defender este puente, ya que inevitablemente será objeto de ataques. Se aproximan unas elecciones en este país, y no sabemos quien se convertirá en presidente. A algunos de los candidatos presidenciales y a algunos congresistas les encantaría ver que el avance hacia la normalización de relaciones con Cuba volara como el puente sobre el río Kwai. No podemos permitir que esto suceda. Este puente es la nueva fortaleza de Cuba. Tenemos que ser sus soldados.

Como escribió José Martí, “los puentes son las fortalezas del mundo moderno.-Mejor que abrir pechos es juntar ciudades. ¡Esto son llamados ahora a ser todos los hombres: soldados del puente!”.

José Pertierra pronunció estos comentarios el 18 de septiembre de 2015 en la iglesia bautista Calvary en Washington, D.C., durante una conferencia titulada “El impacto del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”. 

(Publicado originalmente en Counterpunch. Traducción de Germán Piniella para Progreso Weekly)

*Abogado cubano, experto en inmigración, que representó al gobierno de Venezuela para la extradición del terrorista Luis Posada Carriles. Tiene su bufete en Washington DC.

Tomado de Cubadebate



Papa Francisco en el Congreso de EEUU: “Es mi deber construir puentes”

24 de Setembro de 2015, 14:16, por Rosa C. Báez Valdés
 
El Papa Francisco se dirige al Congreso en el Capitolio en Washington. Foto: AP/Carolyn Kaster

El Papa Francisco se dirige al Congreso en el Capitolio en Washington. Foto: AP/Carolyn Kaster

Señor Vicepresidente,

Señor Presidente,

Distinguidos Miembros del Congreso, Queridos amigos:

Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes». Me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente, del que todos nosotros hemos recibido tanto y con el que tenemos una responsabilidad común.

Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social. La de ustedes como Miembros del Congreso, por medio de la actividad legislativa, consiste en hacer que este País crezca como Nación. Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política. La sociedad política perdura si se plantea, como vocación, satisfacer las necesidades comunes favoreciendo el crecimiento de todos sus miembros, especialmente de los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo. La actividad legislativa siempre está basada en la atención al pueblo. A eso han sido invitados, llamados, convocados por las urnas.

Se trata de una tarea que me recuerda la figura de Moisés en una doble perspectiva. Por un lado, el Patriarca y legislador del Pueblo de Israel simboliza la necesidad que tienen los pueblos de mantener la conciencia de unidad por medio de una legislación justa. Por otra parte, la figura de Moisés nos remite directamente a Dios y por lo tanto a la dignidad trascendente del ser humano. Moisés nos ofrece una buena síntesis de su labor: ustedes están invitados a proteger, por medio de la ley, la imagen y semejanza plasmada por Dios en cada rostro.

En esta perspectiva quisiera hoy no sólo dirigirme a ustedes, sino con ustedes y en ustedes a todo el pueblo de los Estados Unidos. Aquí junto con sus Representantes, quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente, para llevar el pan a su casa, para ahorrar y –poco a poco– conseguir una vida mejor para los suyos. Que no se resignan solamente a pagar sus impuestos, sino que –con su servicio silencioso– sostienen la convivencia. Que crean lazos de solidaridad por medio de iniciativas espontáneas pero también a través de organizaciones que buscan paliar el dolor de los más necesitados.

Me gustaría dialogar con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias y conocimientos. Sé que son muchos los que se jubilan pero no se retiran; siguen activos construyendo esta tierra. Me gustaría dialogar con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos. Con todos ustedes quisiera dialogar y me gustaría hacerlo a partir de la memoria de su pueblo.
Mi visita tiene lugar en un momento en que los hombres y mujeres de buena voluntad conmemoran el aniversario de algunos ilustres norteamericanos. Salvando los vaivenes de la historia y las ambigüedades propias de los seres humanos, con sus muchas diferencias y límites, estos hombres y mujeres apostaron, con trabajo, abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor. Con su vida plasmaron valores fundantes que viven para siempre en el alma de todo el pueblo. Un pueblo con alma puede pasar por muchas encrucijadas, tensiones y conflictos, pero logra siempre encontrar los recursos para salir adelante y hacerlo con dignidad. Estos hombres y mujeres nos aportan una hermenéutica, una manera de ver y analizar la realidad. Honrar su memoria, en medio de los conflictos, nos ayuda a recuperar, en el hoy de cada día, nuestras reservas culturales.

Me limito a mencionar cuatro de estos ciudadanos: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton.

Estamos en el ciento cincuenta aniversario del asesinato del Presidente Abraham Lincoln, el defensor de la libertad, que ha trabajado incansablemente para que «esta Nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad». Construir un futuro de libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de subsidiaridad y solidaridad.

Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo. El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico. Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores. El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos.

Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No.

Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. También en el mundo desarrollado las consecuencias de estructuras y acciones injustas aparecen con mucha evidencia. Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común.

El reto que tenemos que afrontar hoy nos pide una renovación del espíritu de colaboración que ha producido tanto bien a lo largo de la historia de los Estados Unidos. La complejidad, la gravedad y la urgencia de tal desafío exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia.
En estas tierras, las diversas comunidades religiosas han ofrecido una gran ayuda para construir y reforzar la sociedad. Es importante, hoy como en el pasado, que la voz de la fe, que es una voz de fraternidad y de amor, que busca sacar lo mejor de cada persona y de cada sociedad, pueda seguir siendo escuchada. Tal cooperación es un potente instrumento en la lucha por erradicar las nuevas formas mundiales de esclavitud, que son fruto de grandes injusticias que pueden ser superadas sólo con nuevas políticas y consensos sociales.

Apelo aquí a la historia política de los Estados Unidos, donde la democracia está radicada en la mente del Pueblo. Toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad. «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que han sido dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos está la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» (Declaración de Independencia, 4 julio 1776). La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.

En esta sede quiero recordar también la marcha que, cincuenta años atrás, Martin Luther King encabezó desde Selma a Montgomery, en la campaña por realizar el «sueño» de plenos derechos civiles y políticos para los afro-americanos. Su sueño sigue resonando en nuestros corazones. Me alegro de que Estados Unidos siga siendo para muchos la tierra de los «sueños». Sueños que movilizan a la acción, a la participación, al compromiso. Sueños que despiertan lo que de más profundo y auténtico hay en los pueblos.
En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes.

Trágicamente, los derechos de cuantos vivieron aquí mucho antes que nosotros no siempre fueron respetados. A estos pueblos y a sus naciones, desde el corazón de la democracia norteamericana, deseo reafirmarles mi más alta estima y reconocimiento. Aquellos primeros contactos fueron bastantes convulsos y sangrientos, pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente. Sin embargo, cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado. Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los «vecinos», a todo lo que nos rodea. Construir una nación nos lleva a pensarnos siempre en relación con otros, saliendo de la lógica de enemigo para pasar a la lógica de la recíproca subsidiaridad, dando lo mejor de nosotros. Confío que lo haremos.

Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12).

Esta regla nos da un parámetro de acción bien preciso: tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros. La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.

Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte. Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito. Recientemente, mis hermanos Obispos aquí, en los Estados Unidos, han renovado el llamamiento para la abolición de la pena capital. No sólo me uno con mi apoyo, sino que animo y aliento a cuantos están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación.

En estos tiempos en que las cuestiones sociales son tan importantes, no puedo dejar de nombrar a la Sierva de Dios Dorothy Day, fundadora del Movimiento del trabajador católico. Su activismo social, su pasión por la justicia y la causa de los oprimidos estaban inspirados en el Evangelio, en su fe y en el ejemplo de los santos.

¡Cuánto se ha progresado, en este sentido, en tantas partes del mundo! ¡Cuánto se viene trabajando en estos primeros años del tercer milenio para sacar a las personas de la extrema pobreza! Sé que comparten mi convicción de que todavía se debe hacer mucho más y que, en momentos de crisis y de dificultad económica, no se puede perder el espíritu de solidaridad internacional. Al mismo tiempo, quiero alentarlos a recordar cuán cercanos a nosotros son hoy los prisioneros de la trampa de la pobreza. También a estas personas debemos ofrecerles esperanza. La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente, en sus muchos frentes, especialmente en las causas que las provocan. Sé que gran parte del pueblo norteamericano hoy, como ha sucedido en el pasado, está haciéndole frente a este problema.

No es necesario repetir que parte de este gran trabajo está constituido por la creación y distribución de la riqueza. El justo uso de los recursos naturales, la aplicación de soluciones tecnológicas y la guía del espíritu emprendedor son parte indispensable de una economía que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable. «La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común» (Laudato si’, 129). Y este bien común incluye también la tierra, tema central de la Encíclica que he escrito recientemente para «entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común» (ibíd., 3). «Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos» (ibíd., 14).

En Laudato si’, aliento el esfuerzo valiente y responsable para «reorientar el rumbo» (N. 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos –y este Congreso– están llamados a tener un papel importante. Ahora es el tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una «cultura del cuidado» (ibíd., 231) y una «aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (ibíd., 139). La libertad humana es capaz de limitar la técnica (cf. ibíd., 112); de interpelar «nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder» (ibíd., 78); de poner la técnica al «servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral» (ibíd., 112). Sé y confío que sus excelentes instituciones académicas y de investigación pueden hacer una contribución vital en los próximos años.

Un siglo atrás, al inicio de la Gran Guerra, «masacre inútil», en palabras del Papa Benedicto XV, nace otro gran norteamericano, el monje cisterciense Thomas Merton. Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas».

Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.

En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres puedan hacerlo. Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).

Igualmente, ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. Y sobre esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas.

Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios. Cuatro representantes del pueblo norteamericano.

Terminaré mi visita a su País en Filadelfia, donde participaré en el Encuentro Mundial de las Familias. He querido que en todo este Viaje Apostólico la familia fuese un tema recurrente. Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este País. Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento. No puedo esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como nunca, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia.

De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones. Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.
Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.

Me he animado a esbozar algunas de las riquezas de su patrimonio cultural, del alma de su pueblo. Me gustaría que esta alma siga tomando forma y crezca, para que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar. Que Dios bendiga a América.

 

Tomado de Cubadebate



Intervenciones de los Presidentes Raúl Casto, Juan Manuel Santos y del Comandante Timoleón Jiménez en cita en La Habana

24 de Setembro de 2015, 13:58, por Rosa C. Báez Valdés

Histórico encuentro entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos y el Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, en cita presidida por el mandatario cubano Raúl Castro Ruz, en el que se firmó un Comunicado Conjunto con los acuerdos alcanzados, cuartos en una agenda de seis puntos:

Raúl Castro: La paz en Colombia no solo es posible, es indispensable

 
Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Intervención del presidente cubano Raúl Castro, en el extremo derecho, Timoleón Jiménez. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el acto para la firma de Acuerdos sobre la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia, en el Salón de Protocolo de Cubanacán, el 23 de septiembre de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Excelentísimo señor Juan Manuel Santos, Presidente de la República de Colombia;

Comandante Timoleón Jiménez, Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo;

Delegados del gobierno de Colombia y las FARC-EP en la Mesa de Conversaciones de La Habana;

Distinguidos representantes de Noruega, País Garante junto a Cuba, de Venezuela y Chile, países Acompañantes.

Estimados participantes en este acto:

Seré muy breve.

Ante todo, felicitaciones al Presidente Santos y al Comandante Timochenko y sus respectivas delegaciones, por los importantes acuerdos anunciados hoy.

Las conversaciones marchan por buen camino. Estos acuerdos sobre justicia representan un significativo paso de avance. Estamos ahora más cerca de lograr la paz que tanto anhela y merece el hermano pueblo colombiano.

La paz en Colombia no solo es posible, es indispensable. Pero requiere gran esfuerzo y voluntad, como el que están demostrando las dos partes.

Mucho se ha avanzado. Mucho más lejos que nunca antes. Aún quedan dificultades enormes por superar, pero tenemos la certeza de que serán vencidas.

El profundo respeto a las posiciones de las dos partes, la absoluta imparcialidad, la discreción y el apoyo firme, consistente y solidario, continuarán caracterizando la modesta contribución de Cuba al proceso de paz. Es nuestro deber.

No descansaremos en nuestros esfuerzos hasta que se logre el ansiado objetivo de la paz estable y duradera para la querida Colombia. Se hará realidad, en este caso, el compromiso que asumimos los Jefes de Estado y de Gobierno, en la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) cuando firmamos la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Muchas gracias.

 

&

Juan Manuel Santos: “No vamos a fracasar, ha llegado la hora de la paz”

 

Intervención de Juan Manuel Santos, presidente de la República de Colombia. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Intervención de Juan Manuel Santos, presidente de la República de Colombia. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Palabras de Juan Manuel Santos, presidente de la República de Colombia, en el acto para la firma de Acuerdos sobre la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia, en el Salón de Protocolo de Cubanacán, el 23 de septiembre de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Muy buenas noches:

En este mismo salón el año pasado los delegados de mi gobierno y de las FARC recibieron a 60 víctimas del conflicto armado y expresaron aquí todo su dolor, y también sus anhelos de paz.

Hoy he venido a La Habana, en primer lugar, para anunciarles a mis compatriotas, a los colombianos, al mundo entero, pero en especial a las víctimas, que hemos logrado un acuerdo sobre las bases de un sistema de justicia que me permite decir con convicción, que vamos a lograr máximo de justicia posible para las víctimas, la máxima satisfacción posible de sus derechos.

Hemos acordado, como acaban de oír, crear una Jurisdicción Especial para la Paz que nos va a garantizar que los crímenes cometidos en ocasión del conflicto, en especial los más graves y representativos, no quedarán en la impunidad.

La Jurisdicción constatará de un tribunal y una sala de justicia que van a investigar, juzgar e impondrán sanciones por estos delitos. Este es un logro mayor.

Ya habíamos acordado la creación de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición, y estamos muy avanzados en los acuerdos en materia de reparación.

El tribunal cierra entonces el círculo de un sistema de rendición de cuentas que no es impuesto con posterioridad, sino que surge de un acuerdo, como tal vez no se haya hecho en ninguna negociación de paz. Esto demuestra la madurez que ha alcanzado este proceso.

Desde la orilla de las instituciones quiero reconocer y valorar el paso que hoy han dado las FARC. Somos adversarios, estamos en orillas diferentes, pero hoy avanzamos en una misma dirección, en esa dirección más noble que puede tener cualquier sociedad, que es la de la paz.

He venido a La Habana también para hablar con Timoleón Jiménez, jefe del Secretariado de las FARC. Tan importante como satisfacer los derechos de las víctimas, es asegurar que no haya nuevas víctimas, que se acabe definitivamente el conflicto armado en Colombia.

El Jefe del Secretariado de las FARC y yo hemos acordado que a más tardar en seis meses, ¡seis meses!, debe concluir esta negociación y firmarse el acuerdo final. No va a ser una tarea fácil, porque aún faltan puntos difíciles por acordar, pero esa es la instrucción que les hemos dado a nuestras delegaciones, que terminen el acuerdo lo más pronto posible. Un acuerdo que no es cualquier acuerdo, es el fin de una guerra de 60 años, la más larga de nuestro continente, la única de nuestro continente; un acuerdo que debe sentar las bases de una paz que verdaderamente sea estable y duradera, que cierre definitivamente los ciclos históricos de violencia y que responda a las expectativas de los colombianos de una paz con justicia; un acuerdo que todo los colombianos tendrán la oportunidad de refrendar, de decir sí o no.

Y también acordamos, como se acaba de anunciar, que las FARC comenzarán a dejar las armas más tardar a los 60 días después de la firma del acuerdo final.

La condición fundamental de este proceso es que tenemos que romper de una vez por todas y para siempre cualquier vínculo entre política y armas, por eso el proceso de dejación de armas debe culminar a la mayor brevedad. Y a nosotros, como gobierno, nos corresponde dar todas, todas las garantías de seguridad a las FARC y emplearnos a fondo en la implementación de los acuerdos, para poner en marcha las transformaciones que hemos pactado: la reforma rural integral, la nueva apertura democrática, la solución al problema de las drogas ilícitas, y ahora los acuerdos sobre víctimas.

Esto nos debe llevar a garantizar más participación, más bienestar y más equidad, porque de eso se trata este proceso, de poner fin al largo conflicto armado que ha vivido Colombia y de hacer las transformaciones necesarias para que nunca más, ¡nunca más!, se vuelva a repetir.

Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer, en primer lugar, al presidente Raúl Castro, al gobierno de Cuba, por su magnífica hospitalidad y, sobre todo, por su compromiso con la paz de Colombia.

Agradezco igualmente al gobierno de Noruega que, como País Garante, ha sido espléndido, su apoyo ha sido fundamental.

Le agradezco a Venezuela y a Chile que han servido como Países Acompañantes.

También al Enviado Especial de Estados Unidos, Bernard Aronson, le agradecemos toda su ayuda.

Agradezco también al grupo de juristas que ha trabajado arduamente en este acuerdo para la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz.

Finalmente quiero agradecerles a los miembros de la delegación del gobierno por todo el trabajo que han hecho durante estos últimos tres años. Si podemos hoy anunciar que en seis meses concluirá el proceso, es por los avances que con tanto sacrificio ustedes han logrado.

Y quisiera, para terminar, retomar las palabras y las oraciones del Papa Francisco que nos deben inspirar en este camino; él dijo hace unos pocos días aquí, en La Habana que hacía votos porque se sostuvieran todos los esfuerzos que se están haciendo en esta bella isla para una definitiva reconciliación. Y dijo también: No podemos permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación. No vamos a fracasar, ha llegado la hora de la paz.

Muchas gracias (Aplausos).

 

&

Timoleón Jiménez: Ahora construir consensos que nos aproximen al cese del fuego bilateral

 
Intervención del Comandante Timoleón Jiménez. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Intervención del Comandante Timoleón Jiménez. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Palabras del Comandante Timoleón Jiménez, Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, en el acto para la firma de Acuerdos sobre la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia, en el Salón de Protocolo de Cubanacán, el 23 de septiembre de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Para todos muy buenas noches.

Señor presidente de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz;

Señor presidente de Colombia, Juan Manuel Santos;

Señor canciller de Cuba, Bruno Rodríguez;

Señores Garantes, de Noruega Dag Nylander y de Cuba Rodolfo Benítez;

Señores acompañantes, Roy Chaderton, de la República Bolivariana de Venezuela y Luis Maira, de Chile;

Señores y señoras plenipotenciarios del gobierno;

Compañeros de la delegación de paz de las FARC-EP:

Permítanme expresar nuestra gran satisfacción por el cierre exitoso del Acuerdo sobre Jurisdicción Especial para la Paz, trabajado entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP que, sin duda, generara ambiente propicio para avanzar en convenios sobre las restantes temáticas de la agenda.

Nos complace anunciar que esta Jurisdicción Especial para la Paz ha sido diseñada para todos los involucrados en el conflicto —combatientes y no combatientes— y no solo para una de las partes, desde una perspectiva fundamentalmente restaurativa, abre la posibilidad de ofrecer verdad detallada y plena para sentar bases para la reparación y no repetición, que satisfaga los derechos de las víctimas y las expectativas de reconciliación de la sociedad.

La Jurisdicción Especial de Paz que establece un modelo absolutamente respetuoso con las obligaciones internacionales de Colombia y de las normas humanitarias, seguramente será observado y tenido muy en cuenta en otros procesos de paz.

Corresponde a las partes ahora multiplicar los esfuerzos dirigidos a la construcción de consensos que nos aproximen al cese al fuego bilateral, a definiciones sobre dejación de las armas y la transformación de las FARC-EP en movimiento político legal, generando condiciones específicas como las del desmonte del paramilitarismo.

Muchas gracias a todos y a todas

(Aplausos).



FARC-EP y Gobierno colombiano firman histórico acuerdo para la paz en Colombia

24 de Setembro de 2015, 13:46, por Rosa C. Báez Valdés
Por Ladyrene Pérez, @makuijo; Oscar Figueredo Reinaldo, @OscarFigueredoR
 
Se saludan Juan Manuel Santos y Timoleón Jimenez tras la firma de los acuerdos. Foto: Ladyrene Pérez

Se saludan Juan Manuel Santos y Timoleón Jimenez tras la firma de los acuerdos. Foto: Ladyrene Pérez

En un histórico encuentro sostenido entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos y el Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, se anunció que se llegará a un convenio de paz “a más tardar en seis meses”, al firmar un acuerdo sobre “justicia transicional” aplicado a todos aquellos involucrados en el conflicto armado.

En la cita, presidida además por el mandatario cubano Raúl Castro Ruz se firmó un Comunicado Conjunto que establece crear una Jurisdicción Especial para la Paz, que contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz.

El comunicado conjunto de las FARC-EP y el Gobierno de Santos, leído en la Ceremonia por los garantes de Cuba y Noruega, prevé la forma en que se aplicará la justicia una vez concluido el conflicto armado de medio siglo.

En ese sentido, acordaron que el Estado otorgará “la amnistía mas amplia posible por delitos políticos y conexos”, pero excluyendo los delitos de lesa humanidad  como el genocidio, crímenes de guerra, toma de rehenes, tortura, desplazamiento forzado y violencia sexual, entre otras”.

Las sanciones para quienes reconozcan delitos muy graves tendrán un mínimo de duración de cinco años y un máximo de ocho “de restricción efectiva de la libertad en condiciones especiales”; mientras que quienes admitan su responsabilidad “de manera tardía” cumplirán penas de entre 5 y 8 años en “condiciones ordinarias”.

“Para tener derecho a la pena alternativa, se requerirá que el beneficiario se comprometa a contribuir con su resocialización a través del trabajo, capacitación o estudio durante el tiempo que permanezca privado de libertad”, aclara el comunicado.

Aquellos que se nieguen a reconocer su responsabilidad por tales delitos y resulten culpables, serán condenados a penas de prisión de hasta 20 años en condiciones ordinarias.

Santos, en una breve alocución luego de la firma del documento por las partes, aseguró que se alcanzó un logro mayor, en el que se comprende la mayor satisfacción posible para las víctimas del conflicto colombiano.

Además, reconoció el paso que ha dado las FARC, aludiendo que junto al Gobierno avanza en el camino más noble que puede tener cualquier nación, que es el de garantizar la paz.

“Esto demuestra la madurez que ha alcanzado este proceso. El Jefe de las FARC y yo hemos acordado que a más tardar en seis meses debe concluir esta negociación y firmarse el acuerdo final. El 23 de marzo de 2016 será la fecha límite para terminar el conflicto”, recalcó Santos.

Por su parte, Timoleón Jiménez mostró su satisfacción por los términos del acuerdo, que satisface a todos los involucrados en el conflicto, sobre bases restaurativas y no punitivas, que ayude a la reconstrucción de la sociedad colombiana.

Nos complace anunciar que esta jurisdicción especial para la paz ha sido diseñada para todos los involucrados en el conflicto: combatientes y no combatientes. Desde una perspectiva fundamentalmente restaurativa abre las posibilidades de  ofrecer verdades halladas y plena”, sentenció el líder de las FARC-EP.

Así mismo se dio a conocer que luego de la rúbrica del acuerdo final se dispondrán de 60 días para hacer dejación de las armas.

Ambas partes agradecieron al gobierno de Cuba, por su compromiso con la paz de Colombia, a Noruega, como garante, a Venezuela y Chile, “como países acompañantes” y a otros actores en el proceso durante los últimos tres años.

“Quiero agradecer al presidente Raúl Castro, al gobierno de Cuba por su magnífica hospitalidad y sobre todo por su compromiso por la paz de Colombia”, agregó el presidente colombiano.

También hizo uso de la palabra el presidente cubano Raúl Castro, quien felicitó a las partes por los acuerdos logrados, los cuales calificó de importantes pasos de avance para lograr la paz que “anhela y merece el pueblo” de Colombia.

“Aun quedan dificultades enormes por superar, pero tenemos la certeza de que serán vencidas. La paz en Colombia no solo es posible; es indispensable”, dijo Raúl, y aseguró que Cuba continuará siendo garante del diálogo entre las FARC-EP y el Gobierno.

Participaron además en el encuentro Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba; los garantes de Cuba y Noruega para el proceso de paz, así como los representantes por Venezuela y Chile quienes fungen como países acompañantes.

Este es el cuarto acuerdo que se alcanza en la capital cubana de una agenda de seis puntos que se discute desde el 19 de noviembre del 2012. Ya han sido finiquitados los temas de solución al problema de la tierra, drogas ilícitas y participación política.

Comunicado conjunto # 60 sobre el Acuerdo de creación de una Jurisdicción Especial para la Paz

La Habana, Cuba, 23 de septiembre de 2015

1. El Gobierno de la República de Colombia y las FARC-EP reafirman su compromiso con los acuerdos logrados hasta la fecha: “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral”, “Participación política: Apertura democrática para construir la paz” y “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.

2. A la vez, reafirman su compromiso con una fórmula de justicia que satisfaga los derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable y duradera. Con ese propósito estamos construyendo un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. En ese marco hemos acordado que se creará una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y hemos logrado acuerdos importantes en materia de reparación de las víctimas.

3. En cuanto al componente de justicia, hemos acordado crear una Jurisdicción Especial para la Paz, que contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz. Las Salas y el Tribunal estarán integrados principalmente por magistrados colombianos, y contarán con una participación minoritaria de extranjeros que cumplan los más altos requisitos. La función esencial de las Salas y del Tribunal para la Paz es acabar con la impunidad, obtener verdad, contribuir a la reparación de las víctimas y juzgar e imponer sanciones a los responsables de los graves delitos cometidos durante el conflicto armado, particularmente los más graves y representativos, garantizando la no repetición.

4. El componente de justicia prevé que a la terminación de las hostilidades, de acuerdo con el DIH, el Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos.  Una ley de amnistía precisará el alcance de la conexidad. En todo caso no serán objeto de amnistía o indulto las conductas tipificadas en la legislación nacional que se correspondan con los delitos de lesa humanidad, el genocidio y los graves crímenes de guerra, entre otros delitos graves como la toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, el desplazamiento forzado, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y la violencia sexual. Estos delitos serán objeto de investigación y juzgamiento por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz.

5. La Jurisdicción Especial para la Paz tendrá competencia respecto de todos los que de manera directa o indirecta hayan participado en el conflicto armado interno, incluyendo a las FARC-EP y a los agentes del Estado, por los delitos cometidos en el contexto y en razón del conflicto, en especial respecto de los casos más graves y representativos.

6. La Jurisdicción Especial para la Paz contempla dos tipos de procedimientos: uno para quienes reconocen verdad y responsabilidad, y otro para quienes no lo hacen o lo hacen tardíamente. A los primeros se les impondrá una sentencia, fundada en las conductas reconocidas después de haber sido contrastadas las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, las sanciones impuestas por otros órganos del Estado, las sentencias judiciales existentes, así como la información que provean las organizaciones de víctimas y de derechos humanos. Los segundos enfrentarán un juicio contradictorio ante el Tribunal.

7. Las sanciones que imponga el Tribunal tendrán como finalidad esencial satisfacer los derechos de las víctimas y consolidar la paz y deberán tener la mayor función restaurativa y reparadora del daño causado. Para todos aquellos que reconozcan responsabilidades por los delitos competencia del Sistema, la sanción tendrá un componente de restricción de libertades y derechos que garantice el cumplimiento de las funciones reparadoras y restauradoras de las mismas mediante la realización de trabajos, obras y actividades y en general la satisfacción de los derechos de las víctimas. Las sanciones para quienes reconozcan delitos muy graves tendrán un mínimo de duración de cumplimiento de 5 años y un máximo de 8 de restricción efectiva de la libertad, en condiciones especiales. Las personas que hagan dicho reconocimiento de manera tardía ante el Tribunal serán sancionadas con pena de prisión de 5 a 8 años, en condiciones ordinarias. Para tener derecho a la pena alternativa, se requerirá que el beneficiario se comprom
eta a contribuir con su resocialización a través del trabajo, capacitación o estudio durante el tiempo que permanezca privado de la libertad. Las personas que se nieguen a reconocer su responsabilidad por tales delitos y resulten culpables serán condenadas a pena de prisión hasta de 20 años, en condiciones ordinarias.

8. Para acceder a cualquier tratamiento especial dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz es necesario aportar verdad plena, reparar a las víctimas y garantizar la no repetición.

9. En el caso de las FARC-EP, la participación en el sistema integral estará sujeta a la dejación de armas, que deberá comenzar a más tardar a los 60 días luego de la firma del Acuerdo Final.

10. La transformación de las FARC-EP en un movimiento político legal es un objetivo compartido, que contará con todo el apoyo del Gobierno en los términos que se acuerden.

Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

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