Intervención de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, en la Cumbre sobre el Clima 2014, en el marco del 69 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. New York, 23 de septiembre del 2014
Sr. Secretario General Ban Ki-moon,
Excelencias,
“… Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre (…) La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan (…) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra (…) Utilícese toda la ciencia necesaria para un de-sarrollo sostenido sin contaminación.”
Las ideas que mencioné fueron expresadas por el líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz, en ocasión de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, en 1992.
Entonces algunas personas pensaron que exageraba y otros lo consideraron profético. Veintidós años después, sus palabras tienen plena vigencia.
Hoy las evidencias de la ciencia son inobjetables: el cambio climático es inequívoco, y la influencia del hombre, cada vez más clara. Disminuyen los hielos sobre la Tierra; aumenta la temperatura global de la superficie y paulatinamente sube el nivel del mar; son numerosos los fenómenos asociados a un clima extremo y se van revelando los efectos de la acidificación de los mares y océanos. Las emisiones mundiales de los gases de efecto invernadero causantes del calentamiento, no han detenido su crecimiento en las últimas cuatro décadas.
En el corto plazo los Pequeños Estados Insulares serían los más vulnerables ante el cambio climático. Así se reiteró en la recién concluida Conferencia de Samoa.
Nos corresponde a todos buscar con urgencia solución a esta realidad, sobre la base de nuestras responsabilidades comunes pero diferenciadas. Ello requiere de la voluntad política real de los países desarrollados, los cuales tienen la responsabilidad histórica y disponen de mayores capacidades.
Sr. Presidente:
La causa esencial de la crisis ambiental global, incluido el cambio climático, continúa siendo la irracionalidad e insostenibilidad de los patrones de producción y consumo que sustentan un sistema de dominación económica capitalista generador de mayor desigualdad y pobreza.
¿Cómo hablar de sostenibilidad cuando las 85 personas más acaudaladas del planeta poseen el equivalente a los recursos económicos de los 3 570 millones de habitantes más pobres?
Casi 1 500 millones de personas en 91 países en desarrollo viven en situación de pobreza multidimensional, con carencias concurrentes en salud, educación y nivel de vida. En el mundo subdesarrollado 827 millones de seres humanos padecieron hambre crónica, entre 2011 y 2013.
Es indiscutible la responsabilidad de los países industrializados con la situación de pobreza en muchos países del Sur. Ellos impusieron la liberalización comercial entre actores desiguales y las recetas financieras de ajuste estructural. Sus transnacionales agroalimentarias, provocaron la ruina de pequeños productores y convirtieron en importadores netos a países que antes se autoabastecían y exportaban alimentos.
El cambio climático agravará los problemas ambientales globales acumulados, inclusive la pobreza y la inseguridad alimentaria. La carencia de medidas efectivas y de financiamiento internacional necesario para erradicarlos, contrasta con el irracional gasto militar impuesto al mundo, que en el año 2012 alcanzó la cifra de 1 756 billones de dólares. Solo a Estados Unidos, correspondió el 37 % de ese monto.
Los países industrializados deben cumplir sus compromisos, sin condicionamientos ni dilación en materia de financiamiento, transferencia de tecnología y creación de capacidades.
Este evento de alto nivel debe apoyar los esfuerzos intergubernamentales que se realizan bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Con la participación de todos los Estados Partes, esperamos adoptar un nuevo acuerdo el próximo año, sustentado en los principios de la Convención; y que incorpore acciones de mitigación y de adaptación.
Sr. Presidente,
Cuba realiza numerosos esfuerzos para combatir el cambio climático; a pesar de las limitaciones que a la nación impone el ilegal bloqueo económico, comercial y especialmente financiero, impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.
En este marco, Cuba avanza en su Programa Nacional de Enfrentamiento al Cambio Climático, que prioriza las medidas en la zona costera del archipiélago e incorpora la adaptación a través de otros programas afines; como los de seguridad alimentaria, manejo integral del agua, ordenamiento territorial, la prevención sanitaria, la reforestación, entre otros.
Hemos adoptado medidas adicionales para ahorrar energía, tanto en el sector industrial como en el residencial. Se ha previsto que más de la mitad del crecimiento en la generación eléctrica se produzca a partir de fuentes renovables.
Desde el 2007, nuestros científicos han intensificado las investigaciones en materia de peligros y vulnerabilidad costera, actual y perspectivos, con especial atención al ascenso del nivel del mar durante este siglo. Cuba está dispuesta a compartir sus modestos resultados en este campo.
Excelencias,
Se requieren ingentes esfuerzos y compromisos claros. Se requiere la voluntad política real de los gobiernos de los Estados industrializados, que definitivamente compartirán el destino del empobrecido Sur.
Trabajaremos por lograr un acuerdo ambicioso, justo y balanceado. Será necesario atender las legítimas reivindicaciones de los países del Sur para hacer prevalecer los derechos de toda la humanidad, incluido el derecho a la vida, a la paz, a la alimentación y al desarrollo.
Muchas gracias.
Fuente Cubadebate
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