Por Salvador Capote*
Hoy, cuadragésimo quinto aniversario del asesinato del Che en Bolivia, ¿Qué homenaje puede ser mayor al Guerrillero Heroico que el nuevo y más importante triunfo obtenido en las urnas por el presidente Hugo Chávez Frías? Y cuando decimos Chávez decimos el pueblo venezolano, los países del Alba, América Latina, y todos los hombres de buena voluntad en cualquier parte del mundo donde residan.
En Venezuela triunfó el derecho del pueblo a los servicios de salud, de educación, a un trabajo digno, a una vivienda decorosa, a la asistencia social, al amparo seguro en la vejez. Triunfó el derecho de cada ciudadano a desarrollar al máximo sus capacidades físicas e intelectuales, a desarrollar su talento en las ciencias, en las artes, en el deporte, a escalar las cimas más altas de la cultura, de los valores éticos, de la espiritualidad, a participar activamente en las decisiones que atañen al futuro de la nación. Triunfó la dignificación de la mujer y su indispensable protagonismo social, la protección de la niñez, la apertura de horizontes infinitos para la juventud.
Triunfó el derecho a expresarse libremente, a profesar la religión que se desee o a no profesar ninguna, a preservar la integridad física y moral, a sentirse dueños y señores de la vasta y hermosa tierra bolivariana, de sus paisajes, de sus tesoros, de su historia; a sentirse iguales entre los iguales y militantes apasionados en la construcción de un mundo mejor. Triunfó el ser humano como protagonista de su propio destino.
Con Chávez triunfó la recuperación de las riquezas nacionales, la reforma agraria, la soberanía alimentaria, la estructuración racional de la economía, la planificación física y el desarrollo de infraestructuras modernas en armonía con el ambiente. Triunfó el acceso de Venezuela a las tecnologías de punta, incluida la más avanzada ciencia satelital. Triunfó la capacidad militar para defender la Patria, con fuerzas armadas surgidas del pueblo y conscientes de su deber histórico y revolucionario.
Con Chávez triunfó la construcción del socialismo del siglo XXI en libertad y democracia, las misiones sociales, la posibilidad de un desarrollo sostenido en beneficio de toda la nación, la voluntad de conservar y proteger la naturaleza, de mantener libres de contaminación las aguas, la atmósfera, la tierra, el derecho a disponer de los recursos naturales en beneficio del pueblo, el derecho al voto de millones de excluidos y la preservación y enaltecimiento de la cultura e identidad de los pueblos indígenas.
Con Chávez triunfó la integración de los países latinoamericanos y del Caribe, la voz genuina del pueblo en los foros internacionales, la solidaridad, el internacionalismo, las fuerzas del progreso, de la justicia social, de la igualdad entre los hombres, de la fraternidad. Triunfó la alegría de edificar, de construir, de crear con amor, de ayudarnos todos a ser mejores, más completos, más dignos, a unir nuestras fuerzas para vencer las dificultades, para alcanzar metas más allá de lo soñado, para realizar cotidianamente lo imposible.
Con Chávez triunfó la visión de un mundo multipolar, la solución de los conflictos por la vía del diálogo fraterno, la voluntad de preservar la paz. Triunfó la soberanía, la autodeterminación, la independencia, la preservación del patrimonio nacional, la memoria sagrada de los héroes y mártires, el sueño ancestral de los libertadores, el inmortal legado de Bolívar.
Triunfó, en fin, la vida, la esperanza y el futuro.
*Bioquímico cubano, actualmente reside en Miami. Trasmite con cierta regularidad por Radio Miami el Programa “La Opinión del Día”, que aparece poco después en laradiomiami.com. Es colaborador de Areítodigital.net; participa, con la Alianza Martiana, en la lucha contra el Bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos.
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