Por Gloria Analco, @GloriaAnalco
Tácitamente, Barack Obama y David Cameron anunciaron la intervención militar de la OTAN en el conflicto en Ucrania, que sostienen fuerzas militares de ese país con civiles. Para hacerlo e intimidar a Rusia, utilizaron un artículo firmado por ambos en The Times de Londres, publicado el pasado 4 del mes en curso, y pretextando que el artículo iba dirigido a responder a la decapitación de dos periodistas estadounidenses en Siria por parte de yihadistas. El verdadero objetivo del mensaje era desprestigiar a Rusia ante la comunidad internacional que, obviamente, llamaría más la atención que si hicieran las típicas declaraciones a la prensa como es la acostumbre. Hacer uso de ese recurso es clara muestra de que Obama está en desventaja con respecto al terreno que lleva ganado Vladimir Putin, quien cuenta con el 75 por ciento de aprobación en su país y algunos sospechan que el respaldo de la opinión pública internacional hacia su figura ronda ese mismo porcentaje.
Obama y Cameron escribieron en su artículo -en mancuerna- que “no seremos intimidados” por los yihadistas. Y si bien el titular del artículo se refiere a ese tema, el enunciado de entrada expresa: “Mientras Rusia sostiene un arma hacia Ucrania y los islámicos extremistas cometen crímenes despreciables, la OTAN debe reforzar su alianza”. Y entonces, en una parte del artículo se atreven a afirmar que “debemos utilizar a nuestros militares para asegurar una presencia constante en el este de Europa”.
El gran problema es que las agencias de noticias internacionales interpretaron este comentario como una declaración que tranquiliza a los miembros de la OTAN, como si no hubieran sido ellos quienes propiciaron la caída del gobierno democrático de Ucrania para imponer a otro, como hay pruebas de sobra que lo atestiguan. Acto seguido, en su artículo, ambos mandatarios señalan que permanecerán unidos en apoyo al gobierno de Ucrania, que “enfrenta la amenaza de grupos separatistas en el este, con apoyo de Rusia”.
No es ningún delito que un país apoye a otro, más si se trata de grupos civiles, porque entonces Estados Unidos debería retirarse de todos los frentes donde apoya y ha apoyado a determinados grupos. Por tanto, ese no es un tema a discutir. Y eso en caso de que tuviera razón con respecto al papel de Rusia en Ucrania, lo cual no ha sido probado.
Moscú ni se inmuta porque puede elegir dentro de una gama impresionante de contragolpes. El peligro es que los estadounidenses están desatados y no temen iniciar con su participación una guerra en la propia Europa, con tal de controlar a Ucrania luego de haber perdido Crimea por una respuesta realmente sorprendente de Vladimir Putin, quien en un abrir y cerrar de ojos propició su independencia de Ucrania.
El gobierno de Estados Unidos está muy dolido por ello, y ya no haya qué hacer, mientras que los líderes políticos de Europa Occidental, que ya se ganaron el mote de “los perritos falderos de Obama”, llevan todas las de perder. Rusia es el exportador número uno de petróleo y gas en el planeta Tierra, y está en posición de activar la mayor bomba económica de todas cuando sea una realidad el pago por petróleo y gas ruso en rublos, yuanes y euros.
Propinará el golpe definitivo a los petrodólares, y tan tan… se acabó.
*Reportera mexicana, publica en Uno más uno y otros órganos de prensa. Colaboradora habitual de Cuba coraje.
Publicado originalmente en Al Momento
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