Aller au contenu
ou

Thin logo

La Polilla Cubana en Blogoosfero

 Retour à La Polilla Cubana
Plein écran

La zafra

June 14, 2013 21:00 , par Rosa C. Báez Valdés - 0Pas de commentaire | No one following this article yet.
Viewed 59 times

Por Nuria Barbosa León*

Año 1970, amanecer de rutina en el campamento para movilizados al corte de caña de San Pedrito, en el municipio de Artemisa. El de pie casi de madrugada, la higiene entre sueños cansados, silencio por el cuerpo estropeado ante un esfuerzo físico de varios días, desayuno de leche en un jarrito de aluminio, formación para recibir las noticias en el matutino, informe de los resultados alcanzados por los movilizados, convocatoria a cumplir con la tarea de alcanzar los Diez Millones.

 En el corte, Máximo Rivero Frómeta deslumbra por su destreza, alcanzada desde una niñez ligada a la caña en la finca Chapala, ubicada en la comunidad de El Salvador, provincia de Guantánamo.

 El producto de la sacarosa brindó por mucho tiempo el sustento a una prole de diez hijos, quienes aprendieron a dar filo a la mocha, andar escasos de ropas y descalzos por las guardarrayas, beber el jugo de la caña como único alimento en el día, festejar la comida cuando se conseguía, dormir en hamacas y apilados en la casa de horcones de madera, techo de guano y piso de tierra.

 Para él y su familia, la Revolución cumplió con un sueño, añorado, bendecido y necesario. En los primeros años todos los días hubo un discurso para aplaudir, una medida de cambio a celebrar, una tarea por cumplir, una jornada para acudir.

 Las difíciles condiciones del campamento: literas en grandes naves bajo techo, duchas de agua fría en los alrededores, baño colectivo, comedor con bastante comida en bandejas metálicas y reuniones diarias, se alivian con los chistes diarios y la convicción de no ser un flojo o raja’o.

 Un día, Máximo llega al campo y conoce que en la otra brigada cortaba Fidel Castro en una faena de trabajo voluntario. En un momento de receso para tomar agua, ve al Comandante entre un grupo de curiosos que deseaban entablar algún tipo de diálogo.

 Se concentra en su tarea, y arremete la mocha a una feroz velocidad. Su deseo, derribar la mayor cantidad de caña para cumplir con la norma del día, lo antes posible, y ayudar en la contracandela a otra persona rezagada.

 Siente la proximidad del líder de la Revolución, con el cuerpo sudoroso bajo el uniforme verde olivo. Entonces, no hubo tiempo que perder, el brazo subió y bajó sin cansancio, no hubo fatiga, no hizo falta otra consigna o frase. Su empeño: demostrar la seguridad en el triunfo.

 

*Periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba

Imagen agregada RCBáez


Les tags de cet article : cuba fidel zafra caña trabajo-voluntario ejemplo liderazgo líder

0Pas de commentaire

    Poster un commentaire

    The highlighted fields are mandatory.

    Si vous vous êtes déjà enregistré(e) comme utilisateur, vous pouvez vous connecter pour être reconnu(e) automatiquement.