José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- La imagen del presidente cubano Raúl Castro asumiendo, en Santiago de Chile, la presidencia de la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, es sin duda un símbolo de los nuevos tiempos que vive la región. Pero la derecha política y mediática internacional se resiste a asumir con normalidad este nuevo escenario, y ha desatado una nueva ofensiva internacional contra Cuba (1).
El discurso de Raúl Castro no dejó duda sobre el papel que deberá jugar la CELAC, órgano de reciente creación que, por primera vez, representa a los estados del continente sin la presencia de Estados Unidos y Canadá: “Vamos construyendo, en la dura realidad, trabajosamente, el ideal de una América Latina y Caribe diversa, pero unida en un espacio común de independencia política, de control soberano sobre nuestros enormes recursos naturales. (...) Las trasnacionales, fundamentalmente norteamericanas, no renunciarán al control de los recursos energéticos, hídricos y minerales estratégicos en vías de agotamiento” (2).
Periódicos de negocios de todo el mundo abordaban con preocupación la designación de Cuba como presidenta de la CELAC: The Financial Times la llegaba a calificar como “trágica” (3).
Para el periódico español “El País”, era “desafortunada” la “designación como (...) presidente (de la CELAC) (...) del único líder no electo, Raúl Castro”, ignorando –en su línea habitual- el sistema democrático-electoral cubano (4). Otro diario español, “El Mundo” publicaba un editorial de título imperativo: “Cuba no debe presidir la unión latinoamericana”. Y –al más puro estilo neocolonial- daba la receta perfecta para aislar a este país: “Lo ideal sería que (los gobiernos de América Latina) aplicaran la Posición Común de la Unión Europea, que condiciona el diálogo con la Isla a la promoción de la democracia”.
“El Mundo” no solo proponía aplicar en América Latina el régimen europeo de sanciones a Cuba: criticaba incluso al gobierno derechista de Chile, anfitrión de la Cumbre, por haberse dejado “secuestrar por la liga bolivariana, encabezada por Venezuela”, y aceptar “una inadmisible concesión al régimen de La Habana” (5).
Este reproche a la supuesta “traición” del presidente chileno, el magnate Sebastián Piñera, se convertía en argumento común de tertulias de radio y programas de televisión de toda América Latina (6).
Aprovechando la llegada a Chile de Raúl Castro, el partido derechista chileno Unión Demócrata Independiente (UDI) realizaba una protesta ante la Embajada de Cuba en Santiago e intentaban entregar una carta en su sede (7). La UDI es una de las fuerzas políticas que apoyan al gobierno de Sebastián Piñera y surgió de los propios estamentos de la dictadura de Augusto Pinochet. Grandes medios daban un notable espacio a sus líderes para explicar su protesta contra el Gobierno cubano: le acusa de acoger en la Isla, desde hace años, a varios militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que, supuestamente, habrían ajusticiado en 1991 al senador y fundador de dicho partido, Jaime Guzmán (8). Guzmán participó en la redacción de la Constitución pinochetista de 1980 y fue uno de los ideólogos de la Junta Militar golpista, responsable –recordemos- de más de 3.000 muertes y más de 37.000 casos de tortura (9).
Curiosamente, este partido nacido de la dictadura chilena, la UDI, publicaba un manifiesto en los principales periódicos del país, en el que calificaba a Raúl Castro como “uno de los principales dictadores del mundo occidental” y le acusaba de amparar a “terroristas” (10).
Otro colectivo pinochetista, la “Corporación 11 de Septiembre”, conseguía también atraer a los medios en la presentación de una querella judicial contra Raúl Castro, en la que llegaba a solicitar su detención en Chile (11).
Por supuesto, ninguno de los medios que convirtieron estos shows en noticia mencionaron que, desde hace décadas, se viene reclamando al Gobierno de Estados Unidos la entrega de asesinos vinculados a la dictadura de Pinochet que hoy residen en Miami. Es el caso de Michael Townley, culpable confeso de los asesinatos, entre otros, del exministro chileno Orlando Letelier y su colaboradora Ronni Moffitt, en 1976 (12).
La amplia presencia de medios en el acto de la UDI frente a la Embajada de Cuba en Santiago de Chile contrasta con la nula cobertura informativa de otros actos de protesta ante la embajada de EEUU de la misma ciudad. El Colectivo chileno de Solidaridad con Cuba “Gladys Marín”, por ejemplo, entregaba el 12 de septiembre de 2011 una carta en dicha embajada, solicitando a Obama la libertad de los cinco cubanos que llevan más de 14 años en prisiones de EEUU, sin que un solo diario o informativo de televisión cubriera la noticia (13).
Precisamente, un nutrido grupo de personas solidarias con Cuba acudía también a la sede diplomática cubana y se colocaba frente a los políticos de la UDI, para dar su apoyo al Gobierno cubano. El diferente tratamiento policial dado a cada una de las concentraciones era reflejado solo por el canal iraní Hispan TV. “Las simpatías policiales son claras: armaduras y cascos para los partidarios de Cuba, y trajes de verano para sus oponentes” (14).
Para empañar el protagonismo de Cuba en el encuentro de Chile, algunos medios recurrían a los inventos más infantiles. Una escena de pasillo en la Cumbre CELAC-Unión Europea era narrada por numerosos periodistas como una supuesta retirada de saludo de la canciller de Alemania Ángela Merkel al presidente cubano Raúl Castro (15). Por supuesto, estos medios ni se molestaron en mirar la web del Gobierno alemán, donde aparecen ambos mandatarios charlando amistosamente (16).
Y es que algunos factores de poder mundial, especialmente los grandes medios de comunicación, no acaban de entender los cambios en el escenario político latinoamericano de la última década y, sobre todo, el papel que ha tenido Cuba en ellos. Algunos medios que han presentado durante años al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva como ejemplo de la izquierda sensata, deberían recurrir a sus reflexiones para entender algo de lo que ocurre. Lula lo resumía hace unos días en La Habana: “Cuba sí tiene un significado especial para todos nosotros como latinoamericanos, e incluso para los que están en contra de la Revolución cubana. La fuerza moral construida por este pueblo, en defensa de su dignidad y su soberanía hace que inclusive los que no simpaticen con Cuba respeten la fuerza moral del pueblo cubano y del Gobierno cubano” (17).
Notas4. http://elpais.com/elpais/2013/01/28/opinion/1359405125_329955.html
5. http://www.elmundo.es/america/2013/01/28/noticias/1359394662.html
6. http://www.youtube.com/watch?v=52-UYBlYBik
7. http://www.elnuevoherald.com/2013/01/25/1392001/protesta-frente-a-embajada-de.html
12. http://es.wikipedia.org/wiki/Michael_Townley
13. http://www.granma.cu/espanol/cuba/13sept-Chilenos%20exigen.html
14. http://www.youtube.com/watch?v=ary8KH_CM8k
15. http://www.abc.es/internacional/20130128/abci-saludo-merke-raul-castro-201301281825.html
16. http://www.bundesregierung.de/Webs/Breg/DE/Service/Mediathek/Fotos/fotos_node.html?id=657944
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