Por Saul Landau
La riqueza de la ciudad de Nueva York sobresale en marcado contraste con las incontables personas que piden limosna en sus calles.
Nueva York es diferente, por supuesto, pero no para el 1% que vive bien en todo el país: al resto de la población le va peor o mucho peor. Eso es Estados Unidos en 2012, donde la gente ha comenzado a considerar al próximo líder que escogerán para los próximos cuatro años.
El presidente y su rival no mencionan en sus discursos de campaña a los sin hogar y a los pobres. Se refieren a la clase media y expelen palabras vagas que sus asesores esperan que los conecten con los electores.
En 2008, casi 60 millones de personas votaron por Sarah Palin (sí, también por McCain). Y hasta el día de hoy, unos 20 millones creen que Obama es un musulmán socialista nacido en Kenia, dedicado a destruir a nuestro país.
“Ann Romney Dice que Esposo Tiene un Costado Muy de Principios que Nadie Ve Jamás en Público”, decía un titular de Onion (4 de junio). Generalmente, la imagen de Romney para los medios muestra a un hombre de vasta riqueza, perro y maldad humana –y otras virtudes comerciales. ¡Solo en el singular y excepcional Estados Unidos, donde la gente informalmente dispara y mata a otras personas para “defenderse” o por una variedad de “razones” cristianas!
¿No tenía Jesús una gran colección de armas de fuego y expulsó a los sin dinero del templo?
Los sin dinero, aproximadamente 15% de los norteamericanos, usan sellos para alimentos. “El programa se ha convertido en lo que algunos llaman la nueva asistencia social”, según el reportero de The New York Times Jason DeParle. Además, “Dieciocho millones de norteamericanos han tenido que solicitar ayuda de alimentación desde que comenzó la crisis económica”, y seis millones de norteamericanos dependen de los sellos para alimentos como ingreso básico. (“All Things Considered,” NPR, conductor Guy Raz, 22 de abril de 2012.)
"En mis viajes por las aéreas de bajos ingresos de Estados Unidos –durante un periodo de muchos años– varias veces me ha golpeado lo frecuente y difícil que es la lucha de la gente para llevar comida a la mesa durante todo el mes”, dijo DeParle. “Para aquellos de nosotros que nunca tienen que pensar dos veces acerca de tener suficiente comida, es difícil imaginar lo que significa la lucha diaria para algunas familias necesitadas". (“Fresh Air,” NPR, 12 de abril de 2012.)
El desempleo a largo plazo (los que no tienen trabajo durante 27 semanas o más) “aumentó de 5,1 a 5,4 millones en mayo. Estos individuos significan el 42,8% de los desempleados”. La estadística oficial del gobierno contabiliza a 12,7 millones de personas desempleadas a fines de mayo. (Estadística del Buró del Trabajo, 1 de junio de 2012.) Los estimados no oficiales son de más de 20 millones.
Millones permanecen sin hogar, otros esperan –temen– que sus empleos desaparezcan. Los políticos nos tranquilizan: nuestro país es singular, excepcional y bueno.
Algunos de nuestros ciudadanos, la minoría que vota, piensan acerca de sus intereses económicos –quién recibe qué del gobierno y quién no. Otros usan el aborto, las armas de fuego, la oración, el matrimonio del mismo sexo y “menos gobierno” como temas para determinar por quién vota, razones que no hubieran tenido mucho sentido para los sagrados Padres Fundadores.
A un hombre de Colorado le encantan las armas de fuego, para cazar y protegerse, por supuesto. “Y que se cuide el que trate de quitarme lo mío –ya saben lo que quiero decir”. En caso de que yo no hubiera comprendido, agregó: “Obama ha traicionado al país con su plan socialista de salud”.
Un neoyorquino pensaba que Obama había “traicionado a Israel”, lo que significa “que en realidad a él no le gustan los judíos”.
¿Cómo?
“¿Por qué tiene que decir [al primer ministro israelí] Bibi Netanyahu lo que tienen que hacer? ¿Qué nos importa si los judíos se apoderan de más tierra allí? Ellos civilizaron esa región bárbara. Obama tiene agallas en tratar de mangonear a Israel”.
¿Aprende la gente estas cosas en las sinagogas y en las iglesias? ¿De Rush Limbaugh y Sean Hannity, o provienen sus “noticias” de la cadena Fox?
Pregunté a dos sin hogar en Nueva York y a uno más tarde en San Francisco si tenían planes de votar. Los tres se me quedaron mirando como si yo fuera un extraterrestre. Un neoyorquino se rió de mi pregunta y escupió un gargajo en la acera.
Algunos turistas en Ohio y Missouri opinaron que el gobierno debiera mantenerse fuera de su Seguridad Social y de su Medicare. Un veterano de la guerra de Vietnam se quejó: “El gobierno no nos dejó ganar”.
“Ganar, aborto, oración, menos gobierno, armas de fuego” –los temas electorales de los republicanos, conjuntamente con la máxima de Romney: “los empleos provienen de menos impuestos y menos regulaciones”.
Los científicos advierten acerca de los rápidos cambios en el clima mundial, los expertos advierten del peligro de la proliferación de armas nucleares, y la economía global se tambalea. Sin embargo, a medida que se acercan las elecciones, decenas de millones de norteamericanos se aferran a su status excepcional, mientras que reafirman al gobernador Scott Walker de Wisconsin, destructor de sindicatos. Obama y el Comité Nacional Demócrata contribuyeron poco con la campaña. Grandes donantes republicanos superaron a los demócratas en una proporción de 7 a 1.
“¡Qué gran país tenemos!” me dijeron varias personas. Estuve de acuerdo: tierra maravillosa, recursos, enorme economía, millones de buenas personas, pero yo no sabía exactamente por qué es grande. Ya no.
Fuente Progreso Semanal
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