Por Freddy Yépez
El Estado imperialista estadounidense, a través de sus sucesivos gobiernos (unos más que otros) desde 1959 hasta el sol actual, ha sido excesivamente terco, impolítico, criminal, inhumano, perverso y, hasta cierto punto, risible por sus payasadas de muy mal gusto, en eso del Bloqueo económico, comercial y financiero contra -dicen ellos- la Revolución, pero realmente contra todo el pueblo de Cuba e igualmente, de rebote, contra América Latina y el Caribe. Tal vez, el Estado imperialista pensó que el Bloqueo permitiría una colonización sofisticada de estadounidenses en Cuba que facilitaría convertir a ésta en un nuevo estado asociado de Estados Unidos. Se han caído y se seguirán cayendo cada vez que se suban a una mata de coco. Que no quieran darse cuenta de los porrazos y fracturas que se llevan en sus caídas, no es problema ni de la Revolución Cubana, ni del pueblo cubano ni de las naciones del resto del mundo… Y, mucho menos, de Fidel y Raúl.
Cada vez que el Estado imperialista estadounidense refuerza su Bloqueo, lo que hace es unificar más al pueblo cubano con su Revolución, su Gobierno y sus líderes. El imperialismo no le para bola a sus fracasos olvidando que un día, de tantos fracasos y tropelías cometidas en el mundo, caerá en un abismo enterrado con la cabeza hacia abajo y por mucho pataleo que haga para salvarse, quedará sepultado para siempre como suele premiar la Historia humana a todos los imperialismos. Claro, en estos tiempos, la Historia no cobrará al imperialismo estadounidense como sí lo hizo hace siglos a la Mongolia de Gengis Kan, a la que dejó en un estado tal de atraso que aún no ha podido salir de él ni siquiera por el hecho de haber pertenecido a la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El Estado imperialista estadounidense se enfurece, cada cierto corto tiempo, por no lograr los efectos deseados con el Bloqueo. Y arremeten con mayor furia, sin pensar…. pensar les cuesta demasiado. En eso no pierden su tiempo. Les basta con vivir del autoengaño, en creer que contarán con mucho pueblo cubano brindándole apoyo a su política de querer derrumbar la Revolución, pasando por la guillotina a los camaradas Fidel y Raúl. El imperialismo vive de la permutación del empirismo con el racionalismo, lo que le convierte en pragmático.
En política existen gobiernos o Estados que no quieren darse cuenta, aunque lo saben de memoria, de las realidades objetivas que les hacen imposible lograr algunos de sus cometidos. Hacer fracasar y colapsar la Revolución Cubana a través del Bloqueo se ha convertido en una de las utopías más irrealizables de nuestra era. Pero los imperialistas estadounidenses insisten en su utopía y para ello se han ganado a otros Estados. Los períodos especiales superados por la Revolución Cubana son el testimonio más ejemplar y heroico del rotundo fracaso de las políticas del imperialismo aplicadas por medio del Bloqueo. Si eso no los ha enseñado en nada, para rectificar, hay que esperar con paciencia que baje un día el Diablo del Infierno y llene toda la Casa Blanca de azufre para que se haga inhabitable.
Sería ridículo decir que el Bloqueo no haya afectado la economía cubana o los planes gubernamentales en Cuba. No se trata de importación de hamburguesas, perros calientes, coca cola o chicles. No, el Bloqueo se trata de negarle a Cuba importantes materias primas para la elaboración de mercancías y -especialmente- medicinas, evitar tratados económicos que generen mayores beneficios para la sociedad cubana, obstaculizar exportaciones de mercancías cubanas y servicios, imposibilitar obtención de tecnología avanzada, cerrar la posibilidad de uso del dólar estadounidense en transacciones financieras internacionales, que no se posean cuentas en dólar en bancos extranjeros, que no se obtengan créditos en algunas instituciones bancarias de carácter mundial y negar el acceso a otros valiosos elementos que se logran en el mercado mundial para el progreso de una sociedad. En verdad, eso afecta una economía pero el imperialismo estadounidense no ha conquistado los objetivos propuestos luego de más de medio siglo aplicando y reforzando su Bloqueo a Cuba. Por eso, ese Bloqueo ya no se justifica en nada para su aplicación, pero como el Estado estadounidense gobierna con la mezcla política de la Danta y del avestruz, no hay manera que rectifique.
Ahora, lo grandioso de la dirigencia revolucionaria en Cuba es que sí ha sabido hacer rectificaciones en base a las circunstancias concretas tanto de carácter internacional como nacional… Y la Revolución se sostiene con el aplastante apoyo y comprensión del pueblo cubano.
¿Qué es, a mi juicio, lo que más afecta el Bloqueo a Cuba?
No es lo que directamente proviene de Estados Unidos. Ni siquiera los fondos congelados (más de 245 millones de dólares) por el Gobierno de Estados Unidos que pertenecen a Cuba. Eso no servirá al imperialismo para pagar su impagable deuda que tiene con el resto del mundo. Sus guerras de rapiña, sus genocidios, sus crímenes abominables, no tienen precio y la Historia se los cobrará definitivamente en algún momento para que en el planeta no quede ni un solo rasgo de capitalismo. Tampoco estriba en el billón 66 mil millones de dólares, teniendo en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, causado como perjuicio a la economía cubana en más de medio siglo.
El daño resulta evidente en que ese Bloqueo, al cual se agregaron otros Estados capitalistas de ferviente capacidad de epígonos, no ha permitido niveles de progreso o desarrollo en Cuba que hubiesen sido alcanzados de haber poseído importantes fuentes de riqueza natural, energética y otros con que cuentan varias naciones del mundo capitalista desarrollado. Sin embargo, como consecuencia de Cuba haber desarrollado extraordinarias capacidades científicas y, especialmente, en las de la salud, el Bloqueo imperialista obliga o impone a otros Estados que no tengan relación comercial con el Estado cubano y evitar, de esa manera, que se adquieran importantísimas materias primas para más hacer avanzar las investigaciones científicas en Cuba. Al imperialismo nada le importa la buena salud de la aplastante mayoría de la humanidad. Incluso, los gobiernos que apoyan el Bloqueo son totalmente indiferentes a las necesidades de buena salud de sus pueblos. Si no se han dado cuenta de ello, que no culpen al imperialismo sino a su propia incapacidad que no les deja mirar más allá de sus narices y no querer aceptar su condición de esclavos.
Es tan irracional el Bloqueo que no sólo prohíbe a empresas de otras naciones que tienen relación comercial con Estados Unidos a negociar con Cuba sino, esto es espeluznante, multan a industrias de otros países si llegan a utilizar mercancías de origen cubano. Incluso, los niños de otras naciones no escapan a esas medidas draconianas del Bloqueo cuando les evitan viajar a Cuba negándoles la posibilidad de realizar actividades deportivas o de recreación. A más de medio siglo de Bloqueo en la Casa Blanca (sea el presidente un demócrata o un republicano, blanco o negro) se sigue creyendo que es la mejor herramienta de presión para lograr la caída o derrumbe de la Revolución.
El Bloqueo tiene dos características esenciales que las conoce muy bien el Estado imperialista estadounidense. Por un lado, le produce millones de dólares multando a empresas por cualquier vinculación comercial, financiera o económica con Cuba. Eso se llama chantaje, especulación, saqueo, rapiña y obtención de dinero fácil. Por otro lado, el Estado estadounidense sabe demasiado, y eso no le agrada para nada, que si suspende el Bloqueo millones y millones de estadounidenses en vez de viajar a otras naciones seguro lo hicieran para Cuba y eso dejaría una excelente entrada de dólares a la Revolución para adelantar planes de verdadero progreso social.
Lo cierto es que no sólo el Bloqueo perjudica a Cuba al dificultar el avance de las ciencias sino, igualmente, a muchas naciones porque éstas también dejan de recibir esos avances, porque si algo grandiosamente hermoso tiene la Revolución Cubana es el ejercicio del internacionalismo revolucionario contribuyendo al progreso y bienestar de otros pueblos.
Todos aquellos, dentro y fuera de Cuba, que pensaron que el Presidente Obama iba, por lo menos, a reducir la extensión del Bloqueo, se equivocaron. Obama es tan racista y pernicioso nacionalista como lo fue Bush. El Bloqueo, en un futuro no muy lejano, sólo será recordado en Estados Unidos mediante una lápida en un cementerio donde diga: “Aquí yacen enterrados Torricelli y Helms Burton, como los autores de las leyes más denigrantes del imperialismo contra Cuba. Guerra a sus restos. El Diablo los tenga en su Infierno”.
*Periodista venezolano, publica habitualmente en Aporrea.org
Imagen agregada Kalvellido
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