Mauricio Vicent: treinta años de mediocridad, deslealtad y sumisión al becerro de oro
5 de Janeiro de 2015, 16:10Por Bartolomé Sancho Morey*
Mauricio, ex corresponsal permanente de El País durante aproximadamente 20 años en La Habana, cuya acreditación recordemos le fue retirada el 4 de Septiembre del 2011, por faltar sistemáticamente a la ética periodista y/o no ajustarse a la objetividad de sus despachos, tergiversando y manipulando “al margen de ideologías” la realidad política-socio-económica de la isla hasta lo inimaginable.
El pasado 17, apenas conocida la noticia de que EE.UU. y Cuba habían decidido restablecer relaciones diplomáticas, y de haber puesto en libertad a los tres héroes antiterrorista cubanos, lejos de cómo la mayoría de seres humanos “al margen de ideologías” celebraban tan importante e histórico acontecimiento ¡con alegría y esperanza!, Mauricio, ni corto ni perezoso en su Tribuna privilegiada de El País aprovechó -en un extenso y ridículo artículo “La llave del embargo”- una vez más para criticar y acusar a la Revolución Cubana y a sus máximos líderes.
Los argumentos empleados para tal fin, como siempre a lo largo de sus 20 años de corresponsal, han sido en mayor o menor grado a través de la manipulación sistemática, intentar dar la imagen falsa además, de que en la Isla no se respetan los derechos humanos, hay represión, hambre, miseria etc. etc. Que nada absolutamente nada nunca ha funcionado en el sistema socialista cubano.
Jamás en ninguno de sus miles de escritos, artículos, entrevistas, etc. etc. ha reconocido ninguno de los logros de la Revolución Cubana en sectores tan importantes como la Medicina, Investigación Científica, Educación, Deporte, etc.; en este caso el Mercenario de la pluma carente de escrúpulos y de creatividad, como ejemplo y prueba de sus afirmaciones cuenta o inventa. (No es casual, que en un cable filtrado por Wikileaks, Mauricio Vicent, sea catalogado según la SINA, Oficina de Intereses de EE.UU. [Equivalente Embajada] en La Habana Como el “mejor” y más “conocido”, informado periodista y aliado [sumiso] de la democracia “la CIA”). Que en el año 1984 recién llegado de España “le tocó ir a la ferretería que había en la calle San Miguel, en el corazón del bullicioso barrio de Centro Habana, El llavín, que así se llamaba el negocio en cuestión, era “Colectivo Vanguardia” según rezaba un letrero rojo colgado en la pared y tenía una moderna máquina de hacer las reproducciones. El empleado encontró sin dificultad un molde, lo puso en una maquina junto a la original y en unos minutos tenía mi copia. Cuando la probé al llegar a 12 y Malecón, donde vivía, la llave no entraba en la cerradura ¡Ni el pico de la llave entraba! Bastante encabronado, cogí de nuevo una guagua repleta y volví a la tienda. Después de 40 minutos de cola, el trabajador me dijo que no tenía derecho alguno a reclamar. etc., etc." Hago una invitación a los lectores de mi escrito a que lean el escrito en cuestión completo del “gran” Mauricio, para darse una idea de lo que son capaces algunos “trabajadores de la información” y hasta qué punto llega su sumisión al Becerro de Oro.
“Curiosamente” en sus aproximadamente treinta años de residir en un país que lo acepto y acogió, primero como residente “privilegiado” permanente y después como corresponsal, por lo tanto conocedor a la perfección la realidad cubana, pregunto, ¿qué tenía o había en Cuba que no hubiera en otro país, para que decidiera pasarse o vivir buena parte de su juventud [salvo que sea masoquista o……] en esta Isla del Caribe?
Sería interesante que Mauricio, ambicioso y cínico donde los haya, tan propenso y “creativo” en inventar historietas sobre la realidad político-socio-económica de Cuba, tuviera el “valor y la honestidad” de explicar a la opinión pública, en especial a sus lectores, a qué se dedicaba y por qué escogió para vivir tantos años -(1984, hasta principios de los 90), antes de ser elegido en el año 1991 nada menos que corresponsal permanente en la Isla de El País- un país, con un sistema político además de "represivo", antagónico con su forma de pensar y vivir, [donde] nada. absolutamente nada según Mauricio, funcionaba ni funciona. ¡Ni tan siquiera para sacar copia de una llave!
¡Cuánto cinismo y menosprecio a la inteligencia de los pueblos!
Pienso que la “clave” para poder entender-comprender además de sus incoherencias y contradicciones, la “enfermiza e incomprensible adicción” e inmoral actitud hacia la Revolución Cubana, de sus mas que desafortunados y tristes, posteriores 20 años al servicio del Grupo Prisa y de Bilderberg está, ¡insisto! en el conocimiento detallado de esta “misteriosa-clandestina”, contradictoria y larguísima estancia de Mauricio, en la Cuba Revolucionaria: ¿Trabajaba, estudiaba, era diplomático, qué hacía? ¿A que se dedicaba?, y ¿de qué vivía este “afortunado-pillín” en Cuba?. ¡Insisto! en este periodo se encuentra la verdadera llave [Clave] de treinta años de mediocridad, deslealtad y sumisión al Becerro de Oro.
Analicen y saquen sus propias conclusiones
*Periodista mallorquín asentado en Cuba
Enviado por su autor para Cubacoraje
Imagen agregada Montaje RCBáez
Cuba a 56 años de la victoria. La revolución infatigable
5 de Janeiro de 2015, 15:50por Oliverio Comte (Punto Final)
Entrevista a Olga Fernández Ríos, doctora en filosofía y miembro de la Academia de Ciencias de Cuba
Tras reconocer el fracaso de más de medio siglo de bloqueo económico y comercial contra Cuba, el presidente de Estados Unidos Barack Obama anunció el pasado 17 de diciembre que Cuba y Estados Unidos reanudarán relaciones diplomáticas. La noticia sorprendió al mundo, porque como señaló el presidente de Cuba, Raúl Castro – quien agradeció el apoyo del Vaticano y del gobierno de Canadá -, las negociaciones se llevaron a cabo al más alto nivel y en total hermetismo. Las primeras medidas fueron inmediatas: Cuba liberó a Alan Gross, espía norteamericano detenido en 2009, acusado de participar en acciones desestabilizadoras, y el gobierno norteamericano excarceló a Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, tres de los cinco cubanos, que se infiltraron en Miami para evitar ataques terroristas contra Cuba.
Pero lo cierto, es que Cuba lucha en muchos frentes, y la madre de las batallas, se libra hoy en tierras cubanas, donde el Presidente Raúl Castro lidera un proceso de cambio paulatino del modelo económico, que dará mayor autonomía a la empresa estatal y permitirá desarrollar nuevas formas de emprendimientos privados o trabajo por cuenta propia. Las transformaciones tienen su origen en el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, impulsado por el Comandante Fidel Castro en 1986, que fue interrumpido por la caída del campo socialista. En abril de 2011, en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, se aprobaron los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, documento que incluye los principales cambios económicos y las transformaciones sociopolíticas a implementar.
Como era de esperar, algunos agoreros han vaticinado el retorno al capitalismo y aplauden con indisimulado frenesí lo que para ellos es una suerte de “perestroika caribeña”. Sin embargo, según señaló a Punto Final, Olga Fernández Ríos, académica e investigadora del Instituto de Filosofía de Cuba y de la Universidad de La Habana, doctora en ciencias filosóficas y miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, la realidad es muy distinta. “Uno de los elementos centrales aprobados en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, es la continuidad de la estrategia socialista”, sostuvo.
Para Olga Fernández, consejera académica de la Embajada de Cuba en Chile, entre 2005 y 2010, y actual subdirectora de la Revista “Marx Ahora”, la modificación del modelo en Cuba es una necesidad, acorde con el propio desarrollo de la Revolución Cubana, que ha creado las condiciones para avanzar hacia un modelo menos centralizado. “Que quede claro: hoy estamos siendo más marxistas que nunca”, puntualizó.
Garantizar el socialismo
Usted regresó a Cuba en 2010 luego de su permanencia en Chile y ha vivido de manera directa un proceso complejo de cambios políticos, impulsados por el gobierno cubano. ¿Cuál es su visión de estas transformaciones?
Efectivamente, mi regreso se produce en un momento muy importante, porque se ratifica de manera clara la continuidad del proceso de construcción socialista, fruto de un debate popular en el país, que se venía dando desde 2007. En el centro de este debate nacional está la necesidad de implementar un cambio de modelo en el desarrollo socialista, lo que no quiere decir que estemos dando un paso atrás en la transición socialista. El objetivo es desarrollar las relaciones socialistas en el marco de un nuevo modelo, que de cuenta de las nuevas condiciones en el país y en el mundo.
¿Cuáles son esas nuevas condiciones que determinan el cambio?
El modelo anterior, correspondió a determinadas condiciones, donde existían países socialistas, aliados políticos y comerciales de Cuba. Luego de la caída del campo socialista, comenzó un debate sobre la necesidad de hacer transformaciones. Este proceso ha sido lento, porque cambiar un modelo de desarrollo en Cuba, que quedó totalmente aislada y con el bloqueo económico de Estados Unidos, es muy complejo. Una transformación de esta naturaleza hay que hacerla con mucho cuidado con un gran tacto político y económico. En 2011, en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, hito muy importante en los cambios del modelo de desarrollo económico y social de nuestro país, se ratificaron las posiciones adoptadas a comienzos de la década de los 90 de ampliar las formas de propiedad social.
¿Qué fue lo que se ratificó concretamente?
Se aprobaron los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, documento que incluye los principales cambios que se harán en términos económicos y las transformaciones sociopolíticas correspondientes. Se ratificó desarrollar formas de propiedad personal, lo que en Cuba llamamos trabajo por cuenta propia, que no contradice ni atenta contra la formación de relaciones socialistas. Se validó la necesidad de desarrollar fórmulas cooperativas de producción, afines con los intereses socialistas, que históricamente se habían circunscrito al área agrícola.
Dada la profundidad e importancia de los cambios aprobados, ¿cuál fue la participación del pueblo cubano en este proceso de discusión?
El documento de los lineamientos fue analizado y discutido en todo el país en los centros de trabajo, sindicatos, organizaciones barriales, campesinas, de profesionales, intelectuales y artistas. Yo participé como miembro del Instituto de Filosofía, con un doble propósito: como cubana comprometida en preservar nuestro proyecto revolucionario, ajustado a las nuevas condiciones históricas, y como profesional interesada en comprender a cabalidad un proceso complejo de cambio social, que busca garantizar el socialismo, implementando cambios inéditos. La revolución cubana es muy marxista, porque tiene una gran capacidad de autocrítica. El marxismo es crítica y autocrítica y se alimenta de los datos que la historia brinda. Hoy la realidad nos señala que no podíamos seguir con el mismo modelo, y como marxistas asumimos el reto de cambiar, sin renunciar a los principios del socialismo.
De acuerdo a lo expresado por usted, la discusión de los cambios fue transversal, lo que debiera fortalecer las transformaciones. ¿Cuál es el nivel de identificación de los cubanos con el proceso de cambio a medida que se ha ido implementando?
Hay una identificación mayoritaria con el proceso, porque los cambios se ajustan a las condiciones concretas de Cuba. Existe plena conciencia en el pueblo que somos un país bloqueado, con Estados Unidos a 200 millas, desarrollando una política agresiva hacia la revolución durante más de 50 años. Hemos reconocido nuestros propios errores, dejando muy en claro que con el modelo anterior, la revolución acumuló importantísimos logros: altos niveles de justicia social, seguridad alimentaria, desarrollo de la salud, educación, seguridad social, desarrollo de la ciencia y la cultura. Fue un modelo que obedeció a condiciones históricas concretas. Cuba era un país subdesarrollado, que iniciaba la construcción del socialismo, que sufrió la agresión constante del imperialismo norteamericano: invasión directa en Playa Girón, terrorismo, ataques biotecnológicos, intentos de asesinato a Fidel Castro, entre otras muchas operaciones violentas. Todos los países Latinoamericanos, salvo México, rompieron relaciones con nosotros. En esas condiciones, se aplicó un modelo con fuerte influencia de la Unión Soviética y del campo socialista, que fueron nuestros aliados políticos y económicos, y era nuestro derecho hacerlo. Todo lo que describo, lo hemos vivido los cubanos, y por ello, hoy entendemos que ese modelo, que respondía a esas condiciones concretas, para el momento actual es excesivamente centralizado y hay que modificarlo.
¿Perestroika caribeña?
No obstante lo que usted plantea, hay quienes sacan cuentas alegres y ven el proceso de reformas en Cuba como una especie de “Perestroika Caribeña”, que como la soviética significará el retorno al capitalismo. ¿Cuál es su opinión?
Para aquellos que sueñan con una perestroika en Cuba, les tengo una muy mala noticia: uno de los elementos centrales en los lineamientos aprobados en abril de 2011, es la continuidad de la estrategia socialista. Queda muy claro que la principal forma económica que rige en el país, es la empresa estatal socialista y que se continuará asegurando salud, educación gratuita y seguridad social. Estamos hablando de una ampliación del concepto de propiedad social, pero dentro de esa ampliación está definido que la empresa estatal socialista, relacionada con los medios fundamentales de producción, seguirá siendo estatal. El gran transporte, las grandes fábricas, importantes recursos económicos de la producción azucarera, niquel y de la prospección de petróleo, seguirán siendo estatales. En nuestro proceso de cambios está muy claro que la propiedad estatal sobre los medios fundamentales de producción, que son los que garantizan la continuidad del socialismo, seguirán en manos del estado.
La propiedad de los medios fundamentales de producción seguirá siendo estatal, pero existe en la práctica una descentralización que abre espacio al emprendimiento privado en ciertas áreas. ¿Cómo se traduce ese proceso en la realidad concreta de Cuba?
Se traduce en la combinación de una descentralización económica con una definición muy clara que Cuba no va a renunciar a la propiedad estatal sobre los principales medios de producción, a la planificación social, a la estrategia de desarrollo socialista. En ese marco esencial, es perfectamente compatible con el socialismo, el trabajo por cuenta propia, pequeños emprendimientos familiares en ámbitos de servicio y de producción a pequeña escala de alimentos para el consumo diario, confección de ropa y artesanía. El sector cooperativo, que sólo existía en Cuba en el área de la agricultura, se ha ampliado al sector urbano. Se han creado importantes cooperativas en el sector de transporte y de producción a escala local en diferentes ramas de la producción. Estamos haciendo estos cambios, porque entendemos que el socialismo no tiene por qué desarrollarse, a partir de un modelo único. En ninguna parte está escrito que el socialismo haya que construirlo sólo identificado con la propiedad estatal. El concepto de propiedad social es mucho más abierto y amplio que el de propiedad estatal.}
Influjo del Che
El Che expresó que el socialismo no puede ser un vulgar método de repartición económica. “El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”, señaló. ¿Qué relación e influencia tiene este planteamiento con el actual proceso de cambio en Cuba?
En el modelo anterior, el estado era responsable del empleo de la inmensa mayoría de los cubanos, lo que era insostenible. Este estado protector generó una serie de contradicciones en términos de la subjetividad de las personas, fundamentalmente en la responsabilidad individual ante el trabajo. Raúl Castro ha dicho con razón, que Cuba es el único país del mundo donde la gente puede vivir sin trabajar. Este paternalismo estatal resquebrajó el trabajo como valor y generó mucho daño al bajar la productividad. Pasamos de la igualdad al igualitarismo, que no son lo mismo. La igualdad tiene parámetros, pero no te exime como ser humano de tus responsabilidades. Esa dinámica de un estado paternalista que subsidiaba todo afectó la economía del país, y a nivel subjetivo provocó una forma de enajenación, que fue caldo de cultivo para la corrupción y el burocratismo. En este aspecto, como en muchos otros, el Che fue visionario.
¿Qué medidas se están impulsando para terminar con el burocratismo?
La lucha contra la burocracia no es nueva en Cuba. El Che calificó el burocratismo como uno de los fenómenos que más debe combatirse en una revolución socialista e identificó entre sus causas la falta de conciencia revolucionaria y el conformismo. En 1965, Fidel Castro, señaló que el socialismo tiene que cuidarse del burocratismo tanto como del imperialismo, porque es más peligroso. Dijo que era un enemigo clandestino que estorba la producción al consumir en tareas innecesarias las mejores inteligencias y la energía del pueblo. El actual proceso de cambio, demuestra que el Presidente Raúl Castro y la dirección del país tienen muy clara la magnitud de este problema. Por ello, se están transformando los métodos y estilos de dirección, que eran muy centralizados, potenciando la participación entre las bases y los niveles centrales. Se está trabajando para que el aparato estatal sea más operativo, lo que obliga a despojarlo de mecanismos burocráticos. Se estima que hay un excedente de 800 mil personas que trabajan en dependencias del estado, y en el proceso de discusión, hubo propuestas de eliminar esos puestos de trabajo y que esas personas pasaran a desempeñarse en el trabajo por cuenta propia. También se propuso terminar con la libreta que asegura a todos los cubanos una canasta familiar mensual de alimentos básicos. Sin embargo, ambas medidas fueron rechazadas al calor del debate popular. Esto demuestra dos cosas: la importancia que da el gobierno a la participación y opinión del pueblo, y que en Cuba se realizarán transformaciones importantes, pero jamás aplicando políticas de shock propias del capitalismo. No se puede dejar en la calle de un día para otro a 800 mil personas. Hay que generar condiciones para un cambio gradual, situando en el centro la dignidad humana, como siempre lo ha hecho nuestra revolución.
La ampliación del concepto de propiedad social implica en la práctica desarrollar formas de propiedad personal o trabajo por cuenta propia, lo que permitirá a algunos cubanos aumentar sus ingresos, lo que ya ocurre con las personas que reciben remesas en dólares de familiares que residen en el extranjero. ¿La revolución mantendrá políticas de seguridad social igualitarias para todos los cubanos, independientemente de su nivel económico?
Todos los cubanos, independientemente de sus ingresos, seguirán teniendo derecho a salud, educación y seguridad social. En otros ámbitos, como la construcción de viviendas, se han adoptado subsidios diferenciados. Por ejemplo, las familias que han perdido sus casas producto de un huracán o que han sufrido derrumbes por antigüedad de los inmuebles, reciben actualmente un subsidio importantísimo para construcción, reparación o ampliación de sus viviendas. En la búsqueda de fórmulas de subsidios diferenciados en la vivienda y en otros ámbitos, donde el estado mantiene una responsabilidad importante en relación con las necesidades de la población, juegan un papel esencial los municipios. La descentralización se está aplicando de manera concreta y efectiva, lo que permite dar un paso importante para eliminar la burocracia y la corrupción.
¿Qué contradicciones e impactos a nivel subjetivo puede generar este nuevo escenario donde efectivamente habrá niveles de diferencia social?
Naturalmente, no todo es miel sobre hojuelas. Todo cambio implica un riesgo, y en nuestro caso, las diferencias sociales pueden generar individualismo, entre otras contradicciones. En una economía con sectores emergentes, puede haber personas que ganen más que otras que reciben un salario del estado. Aquí tenemos un reto muy importante, que no es sólo del gobierno, sino de la sociedad en su conjunto. En Cuba, el pueblo siempre ha participado en las discusiones y en la toma de decisiones, pero con los cambios se está potenciando con más fuerza la participación popular, la educación y la cultura. Estos tres aspectos son centrales para enfrentar con éxito las contradicciones propias del proceso de transformaciones. También es fundamental definir claramente el límite que va a tener la propiedad individual. Las cuotas de propiedad privada que haya, tienen que existir en un equilibrio, que no ponga en riesgo el socialismo.
Tomado de Cuba en Defensa de la Humanidad
Bastiones de la Cubanía ante el "smart power" de Obama
3 de Janeiro de 2015, 12:01Por Ernesto Wong Maestre, @ProfeWong *
Después de violar por cinco décadas y media los principios y normas del derecho internacional público, con el férreo bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por diez gobiernos delincuentes de Estados Unidos contra el pueblo cubano, sin haber podido vencerlo, doblegarlo o subordinarlo, el actual gobernante estadounidense Barack Obama ha decidido emprender una nueva estrategia de relacionamiento con el gobierno revolucionario y socialista de Cuba que ha asumido el reto. Esa dinámica alcanzó su máxima expresión este miércoles 17 de diciembre en horas del mediodía cuando desde la Casa Blanca en Washington y desde el Palacio de la Revolución en La Habana sendas alocuciones del más alto nivel político, cautivaron la atención mundial, desde las cumbres bolivianas hasta las estepas siberianas.
La sorpresa para la gran mayoría de los millones de habitantes que se asombraron del anuncio del “restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos” es resultado directo de la asimetría y desequilibrio histórico entre el caudal de mentiras que las transnacionales imperiales de las noticias y las informaciones han vertido sobre Cuba y la difusión modesta, pero creciente, de la “verdad verdadera”, como nos decía el Comandante Supremo Hugo Chávez, que la Isla de la Libertad logró mostrar sistemáticamente, aunque con reducidos recursos, por todo el mundo, junto a millones de amistades y cientos de movimientos sociales, en los últimos veinticinco años, practicando la solidaridad internacional mutua y mostrando por diferentes vías la realidad concreta de la sociedad cubana y sus posiciones de principios inclaudicables.
A pesar de la asimetría y del desequilibrio mediático, del vigente bloqueo anticubano, y de las presiones de las fuerzas ultraderechistas estadounidenses partidarias del “poder duro” en política exterior, la voluntad política de las fuerzas progresistas mundiales se impusieron parcialmente en la larga batalla, y todas apreciaron el retroceso y reacomodo imperial ante la resistencia y avance de Cuba y de sus aliados estratégicos, como Venezuela, China, Rusia, los hermanos del ALBA, y los aliados del Caricom, de los africanos de la SADC y de otras lejanas tierras.
A partir de 2015 Cuba se seguirá enfrentando también a otras y diversas operaciones generadas por el “smart power” o “poder inteligente” de Obama con el cual continúa desconociendo el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación y pretende seguir inmiscuyéndose en los asuntos internos cubanos, ahora “diplomáticamente” desde la Isla, como él mismo lo expresó el pasado 17 de diciembre cuando trató de justificar su decisión de restablecer las relaciones diplomáticas con el gobierno cubano. Solo le faltó decir públicamente que para introducirse abiertamente en Cuba debió liberar a los tres Héroes cubanos a quienes debió haberle pedido perdón por haberles hecho pasar prisión sin haber cometido los delitos imputados en juicios amañados y corruptos, donde las propias autoridades del ejecutivo estadounidense expresaron que ninguno de los Cinco cometieron espionaje ni causaron daños a esa Nación.
Esas cinco décadas de prepotencia imperial, de sabotajes, terrorismo y asesinatos contra el pueblo cubano; de bloqueo que le ha costado a Cuba un millón de millones de dólares, y los más de medio millar de intentos de magnicidio contra el máximo líder cubano, son ahora objeto del olvido de las transnacionales de la noticia y tratados de minimizar en la campaña diseñada por el equipo del “smart power” para alcanzar sus renovados objetivos contrarrevolucionarios desde Cuba, sobre todo en esta época de pérdida acelerada de la hegemonía estadounidense y de condiciones económicas inapropiadas para aplicar unilateralmente “el poder duro”...
La fortaleza con que Cuba arriba a la incipiente normalización de las relaciones con EEUU tiene su gran base en esa cubanía, síntesis de la cultura cubana revolucionaria y socialista, rescatada y fortalecida por la Revolución, la cual ha sido el componente principal del bastión defensivo para vencer a ese Complejo Militar-Financiero-Comunicacional imperial.
La cubanía junto a la extraordinaria inteligencia del pueblo, han sido y serán escudos y lanzas de la revolución socialista, en la “Llave del Golfo” como antaño se le decía a Cuba. Sin dudas, esa posición de alto significado geopolítico, tanto para Cuba como para Estados Unidos lo es también para Rusia y para China, para Brasil y para México, para el resto de las Antillas Mayores y Menores, en fin, para todo aquel actor interesado en que Cuba siga siendo la independiente “Cubita la Bella”, soberana y libre como la logró convertir el Comandante en Jefe Fidel.
Los tres maravillosos atributos de la cubanía en el campo de la política: la unidad integral pueblo-gobierno, la solidaridad internacionalista y los principios justos, constituyen lo esencial de ese bastión inexpugnable para que “el monstruo revuelto y brutal” no caiga –como alertó José Martí- con esa fuerza más, sobre el resto de las naciones hermanas de América Latina y el Caribe.
Enviado por Barometro Internacional
*Nace en Cuba en 1948; desde 1994 reside en Venezuela desde 1994, donde ejerce la docencia en diversas universidades. Ha ejercido diversos cargos diplomáticos, y también ha colaborado en varios órganos de prensa: fue Editor-Jefe de Internacionales en la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) durante cuatro años y ha publicado más de ciento cincuenta artículos, ensayos y comentarios de política internacional y sobre la Revolución Bolivariana
Cuba: Crónica de un acuerdo histórico
3 de Janeiro de 2015, 1:40Por Leandro Albani*
Después de 54 años, Cuba y Estados Unidos restablecieron las relaciones y los tres antiterroristas cubanos volvieron a la isla. Punto de inflexión para el inicio de una nueva etapa que podría (debería) desembocar en el fin del criminal bloqueo.
Cuando el año llega a su fin y ciertos vaivenes y tensiones políticas parecían quedar tapados por épocas de fiestas, la noticia más impactante de 2014 -por su carga histórica y porque podría marcar el devenir de América Latina-, se conoció el miércoles a la tarde: el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, cortadas desde 1961, fue anunciada por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, en sendos anuncios transmitidos para todo el mundo.
A su vez, las liberación por parte de Washington de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, agentes cubanos que se encargaban de monitorear a organizaciones terroristas de Miami y que se encontraba encarcelados injustamente, como también la entrega del espía Alan Gross decidida por las autoridades cubanas, abrieron la posibilidad de observar un nuevo escenario que, con el paso de los días, comenzará a delinearse con mayor claridad.
En su alocución transmitida en vivo, el presidente Castro dejó en claro que si bien “hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas” entre ambas naciones, “no quiere decir que lo principal se haya resuelto”. El mandatario y máximo jefe militar de Cuba remarcó que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba sigue vigente, causando profundos daños en la isla. “Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en Ley, el Presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”, señaló el mandatario.
Al mismo tiempo, desde Washington las palabras de Obama se referían a esa medida punitiva aplicada contra la isla caribeña hace más de cincuenta años. El titular de la Casa Blanca reconoció que “el aislamiento no ha funcionado” y que el bloqueo representa un “enfoque desactualizado” hacia Cuba. El mandatario estadounidense también expresó que “no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente”. Igualmente, Obama explicó que para la Casa Blanca “esta política (el bloqueo) se basó en la mejor de las intenciones” pero “su efecto ha sido prácticamente nulo”, refiriéndose de esta forma a la vigencia de la Revolución Cubana desde 1959.
En el discurso brindado por Obama quedó en claro que una medida inhumana y condenada a nivel internacional sigue cayendo por la pendiente, no sólo por su carácter arcaico, sino porque el gobierno de La Habana, junto al pueblo cubano, han sabido sortearla con eficacia. El reconocimiento de Cuba en el mundo, la capacidad del Ejecutivo para expandir sus fronteras comerciales, diplomáticas y solidarias, la reciente apuesta de reorientar y actualizar el modelo socialista en la isla, y la tenacidad para resistir al bloqueo llevaron a Washington a intentar una nueva estrategia que, a su vez, se convierte en un nuevo desafío para Cuba.
La apuesta de Obama, como lo explicó en su discurso, es que el Congreso estadounidense inicie un debate “honesto y serio” para tratar la suspensión del bloqueo. Según la administración cubana, desde que esta medida fue impuesta, el país tuvo pérdidas que rondan los 100 mil millones de dólares.
Obama anunció que Estados Unidos realizará visitas e intercambios de alto nivel con el Gobierno cubano, los viajeros a la isla podrán usar tarjetas emitidas por bancos estadounidenses, Cuba podrá ampliar las compras de alimentos y productos agrícolas, y se reabrirá la sede diplomática de la Casa Blanca en la isla, entre otros puntos.
A su vez, Raúl Castro manifestó que su país está dispuesto a “adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países”, cumpliendo siempre “los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas”. El Jefe de Estado cubano además reafirmó la disposición al diálogo pese a las “profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior”. Por eso, exhortó a Washington “a remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre nuestros pueblos, las familias y los ciudadanos de ambos países, en particular los relativos a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones”.
Con la victoria a flor de piel luego de una resistencia de más de cincuenta años (resistencia que no bajará los brazos, como lo ha demostrado el pueblo cubano), la llegada a la isla de los tres antiterroristas cubanos luego de una lucha internacional por su liberación, y las expectativas abiertas por los recientes anuncios, una primera impresión de lo sucedido deja en el paladar el sabor de un acto de justicia para toda Cuba.
Seguramente, con el paso de los días se podrá analizar en detalles el nuevo panorama, y veremos hasta dónde llegan los anuncios en su concreción. Algo es cierto: en estas décadas Cuba respetó a cada instante al pueblo estadounidense y nunca atentó contra el gran país del norte, algo de lo que Estados Unidos no puede vanagloriarse, ya que los actos de sabotaje e injerencia contra la isla se cuentan por centenas.
Con la información fresca todavía se puede arriesgar que la carga más pesada para que esta relación se reconstituya se encuentra en territorio estadounidense. Las tensiones internas en los círculos de poder de Estados Unidos serán desequilibrantes para construir el futuro de ambas naciones, pero también de Latinoamérica.
*Periodista argentino. Colabora, entre otras en Sudestada, Resumen Latinoamericano, Agencia Venezolana de Noticias y en el portal Marcha. Ha publicado dos libros de cuentos
Enviado por Barometro Internacional
Lo que no pasará en Cuba: Tania Bruguera y el frustrado titiritero (Fotos)
2 de Janeiro de 2015, 19:53Por Raúl Antonio Capote
A eso venía Tanía Bruguera, con eso contaban sus contratistas, sus promotores, por eso seleccionan la Plaza de la Revolución, por eso la artista se niega una y otra vez a usar los espacios que le ofrece el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, ni fábricas, ni escuelas, ni galerías, ni universidades, la Plaza de la Revolución o nada.
El serbio Srdja Popovic, líder de OTPOR, declara en el documental “Cómo iniciar una revolución” Cuando Bob Helvey nos enseñó la política de la acción no violenta de Gene Sharp me quedé maravillado…aprendimos como se destruyen los pilares de apoyo que sostienen a un gobierno. Una de las tesis del ex coronel, veterano de Vietnam Bob Helvey , el jiu-jitsu político, recomienda ocupar las plazas públicas, organizar marchas, conciertos de música, acciones plásticas, etc, para provocar la acción de las fuerzas de seguridad.
Realmente la estrategia de los servicios especiales estadounidenses, apunta a bastardear los movimientos juveniles y estudiantiles, convirtiéndolos en ONG administradoras de recursos para la sedición provenientes del IRI, NED, USAID, etc. Subordinándolos a estas organizaciones e instituciones poderosas, comprometiéndoles con niveles cada vez mayores de violencia.
En el caso de Cuba se plantearon la necesidad de fabricar, primero a los líderes de los futuros movimientos y luego crear esos movimientos ante la no existencia de grupos “opositores” con base y prestigio social, un ejemplo de eso fue el proyecto Génesis que incluía un amplio plan de becas pata formar líderes de cambio. Este plan ha terminado en el más lamentable fracaso.
Los viajes de “lideres” juveniles a EE.UU, Serbia, España, Italia, Polonia, Alemania, Noruega es otro medio utilizado, en sus recorridos se les instruye en tácticas para obstruir el tránsito peatonal y vehicular, generar caos y zozobra, intimidar, hacer propaganda activa etc.
En 2004, Srda Popovic y Slobodan Dinovic, dos de los máximos dirigentes de OTPOR, crean el “Centro para la Acción y la Estrategia No Violenta Aplicada” (CANVAS), atractivo y productivo negocio financiado por el Gobierno de los EE.UU
Gracias al apoyo económico del “Instituto Norteamericano para la Paz”, el “Centro Internacional para el Conflicto No Violento” (ICNC) y de Freedom House, publican un libro Lucha no violenta: Los 50 puntos cruciales, que se convierte en la “Biblia” de los movimientos, sediciosos y de terror en los países árabes y en América Latina, tanto o más que los manuales de Gene Sharp, Bob Helvey, y Ackerman.
CANVAS tiene activistas de más de 100 países. Algunos de sus activistas han visitado Cuba con el fin de promover su “negocio” entre los mercenarios del patio.
Entre los 50 puntos cruciales de una lucha, -que tiene bien poco de no violencia-, veamos solo los casos más recientes de Ucrania y Venezuela, está el uso de acciones artísticas de diversos tipos, en espacios no autorizados, espacios que requieren permisos especiales, lugares de compleja estructura de seguridad, recomiendan ocupar sitios vinculados a instituciones gubernamentales, estudiar bien las leyes del país y buscar los puntos de conflicto, planear las acciones teniendo en cuenta este elemento fundamental, o sea, proponen violar la leyes para promover el enfrentamiento.
A eso venía Tanía Bruguera, con eso contaban sus contratistas, sus promotores, por eso seleccionan la Plaza de la Revolución, por eso la artista se niega una y otra vez a usar los espacios que le ofrece el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, ni fábricas, ni escuelas, ni galerías, ni universidades, la Plaza de la Revolución o nada.
La Plaza de la Revolución es un lugar emblemático, es un símbolo de lucha y resistencia, es un ícono del enfrentamiento de un proyecto alternativo contra el poder hegemónico mundial del capitalismo, pero además en ella tienen sus sedes, importantes instituciones estatales, políticas, culturales, etc, por lo tanto hay leyes que regulan las acciones que allí se pueden ejecutar como existen en todas partes del mundo.
En los alrededores del Palacio de Buckingham, dónde, por ejemplo, una mujer fue detenida en noviembre del 2003, por protestar contra George W.Bush, ¿No estaba ella ejerciendo su derecho a la libertad de expresión?, sí, pero estaba violando las leyes, desde entonces se han reforzado las regulaciones y medidas para proteger el lugar.
En la Casa Blanca y sus alrededores existen rigurosas medidas y regulaciones de seguridad, regulaciones que establecen a qué hora, cuantas personas y que tiempo pueden permanecer en las cercanías de la lugar. No se le permite a cualquiera, sin autorización, plantarse ante la Casa Blanca, de hacerlo sería detenido de inmediato, ejemplos de acciones violentas de la policía contra manifestantes en grupos o aislados frente a ese simbólico recinto sobran.
Tania Bruguera y sus patrocinadores intentaron violentar con toda la mala intención del mundo, las leyes cubanas en torno el uso de los lugares públicos, en especial las medidas y regulaciones que permiten el uso de la Plaza de la Revolución para actividades de cualquier clase, si su intención verdadera hubiera sido promover su arte, qué mejores lugares que los ofrecidos gentilmente por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, a pesar de conocer de antemano las taimadas intenciones de Tania Bruguera, o los miles de espacios existentes en el país donde no es necesaria autorización previa de ninguna autoridad.
Si atendemos bien al desarrollo de los acontecimientos, fue un plan burdo, inspirado en la estrategia del Golpe Suave, pagado por los mismos señores, pero chapuceramente planeado y peor ejecutado, la torpeza del plan se basa en el desconocimiento de la realidad del país, de ahí su fracaso, no está dirigido contra una dictadura sino contra un país democrático, mucho más democrático que el que viven los autores materiales del plan, mucho más libre, mucho más justo.
Personajes reciclado de la contrarrevolcuión fueran sacados a a luz para la concertación mediática, Orlando Luis Pardo y otras fueran sacados del baúl por el titiritero pata mover los hilos que se enrredaron y torcieron, ante la verdad de la Revolución cubana, que actuó dentro de la legalidad y la justicia.
El plan apoyado por todos medios de la contrarrevolución y los medios masivos de comunicación transnacionales: El Nuevo Herald, Café Fuerte, TV y Radio Marti, el Diario de Cuba, Cubanet, CUBAENCUENTRO.com, 14ymedio.com, El Mundo, EL PAÍS, o el “independiente” BBC Mundo, entre otros, fracasó, porque además su burda ejecutoria demuestra desesperación, enseña la mano del titiritero, una mano que tiembla porque se acabó su tiempo, porque teme al combate de las ideas, porque teme a la cultura alternativa que Cuba construye, es un plan provocador que pretendió oscurecer los caminos de coexistencia que comienzan a desbrozar Cuba y los EE.UU, un camino largo y difícil, donde el escenario de lucha se plantea en el terreno de la cultura y las ideas. A nada temen más los dinosaurios de Miami y la ultraderecha imperial.