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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Dios los cría y el diablo… Henrique Capriles-Adrián Oliva

6 de Outubro de 2012, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por José M. Rodríguez

La ultraderecha se articula en torno al candidato conservador de Venezuela Henrique Capriles. Sus planes contrarrevolucionarios tienen como operador en Bolivia a un personaje corresponsable de la Masacre de Octubre de 2003


Apenas a unas horas de las elecciones presidenciales en Venezuela, donde no sólo se decidirá quién regirá los designios del país, sino el tipo de gobierno -si el revolucionario, solidario, humanitario y del pueblo del presidente Chávez, o el de oligarcas y fascistas encabezado por Henrique Capriles-, el candidato opositor, ante una inminente derrota en las urnas, prepara un Plan B, que incluye denuncia de fraude, violencia y desestabilización.

Para llevar adelante sus planes pide apoyo a sus lacayos de las organizaciones y partidos de derecha de toda América, representados en Bolivia por el diputado y ultraconservador Adrián Esteban Oliva Alcázar, quien, por instrucciones de Capriles, se ha dado a la tarea de organizar mítines de apoyo al candidato venezolano.

La intención es denunciar a Chávez de preparar un fraude y así justificar, en La Paz y en otras capitales de la región, el Plan B de la derecha venezolana y de Capriles de desconocer la derrota electoral.

No son extraños ni nuevos los vínculos Capriles-Adrián Oliva, pues éste último fue protagonista exclusivo de la campaña realizada por legisladores ultraderechistas de la región a favor de la excarcelación del terrorista venezolano Alejandro Peña Esclusa (detenido en Caracas en 2010 con un kilogramo de explosivo C4 y cien detonadores que usaría en atentados terroristas).

Oliva creó también la Alianza Parlamentaria por la Democracia en las Américas (APDA) bajo la tutela de la archi reaccionaria y golpista UnoAmérica, con el fin de impedir la reelección del presidente Chávez, y desacreditar el proceso revolucionario bolivariano y sus similares en la región, al tiempo que apoyó a los golpistas de Honduras y Paraguay.

Tampoco es extraño que Adrián Oliva sea uno de los invitados de lujo de Henrique Carriles el próximo domingo, para conformar el grupo de ‘observadores’ de su equipo de campaña.

Lo único bueno de esa llamada ‘observación’ o ‘acompañamiento’ es que Oliva, junto con otros parlamentarios que integran la APDA -presentes el 7 de octubre en Venezuela-, podrá constatar que pese a sus planes terroristas, el pueblo bolivariano se crecerá con una victoria, como anticipó el presidente Chávez.

Al pueblo boliviano es bueno recordarle quién es Oliva: un farsante de la derecha que intenta pasar por político y parlamentario, sin ir más allá de una figura mediocre en el ámbito nacional; un segundón de sus amos del conservadurismo internacional, quienes le pagan viajes para que trate de proyectarlo en el exterior, pues en su país no se le conoce o se le detesta.

Oliva es diputado por Convergencia Nacional, con fuertes vínculos con ultraderechistas y corruptos en Tarija, además de privilegiado testaferro de los hermanos Cossío, quienes le ayudaron a hacer fortuna, junto con su esposa, gracias a manejos irregulares de contratos en la gobernación de Tarija.

El referido personajillo oculta su actuación como viceministro de Interior de un gobierno funesto del pasado, cuyas decisiones represivas y violadoras de los derechos humanos contra el pueblo boliviano podrán darse a conocer en adelante.

En la actualidad, apoya y auspicia la campaña de Capriles en Venezuela, de donde es su líder y patrón, el terrorista Alejandro Peña Esclusa, quien desde joven fue fichado por preparar un atentado contra el Sumo Pontífice durante la visita de éste a Venezuela.

Oliva y Peña Esclusa son pagados por los Servicios Especiales de Estados Unidos, para la subversión en Latinoamérica y la desestabilización de gobiernos antiimperialistas.

Los lazos entre Oliva y Capriles muestran los verdaderos nexos entre el candidato opositor venezolano, y la organización de ultraderecha y terrorista UnoAmérica -dirigida por Oliva desde que Peña Esclusa permanece en prisión-, la cual tiene sus manos manchadas de sangre por pedido de Estados Unidos y por vínculos estrechos con sicarios de la Operación Cóndor.

Cómo olvidar que Oliva fue protagonista de la masacre de Octubre Negro de 2003, y que ha sido protagonista con la derecha externa de intentos golpistas y atentados contra el presidente Evo Morales.

No resulta casual que haya creado APDA antes de comenzar 2012, año electoral en Venezuela, como la más actual representación de UnoAmérica, pero con cobertura parlamentaria, una organización subversiva encargada de promover golpes de Estado, asesinatos y hechos de violencia en Venezuela.

Oliva pretende utilizar el escenario de las elecciones venezolanas con el propósito de hostigar no sólo a este país, y le sirva como precedente para oxigenar a las maltrechas fuerzas de oposición al presidente Evo e intentar trasladar la estrategia de un candidato único de oposición a las elecciones de 2014.

Sin más camino que seguir, la oposición boliviana necesita por propia supervivencia que el experimento de ‘unidad’ de la derecha venezolana funcione.

UnoAmérica ha sido reiteradamente acusada por sus vínculos con la CIA y financiada por la National Endowment For Democracy (NED), agencia que al mismo tiempo abastece monetariamente los proyectos, viajes y eventos de APDA.

El logo de UnoAmérica, representado por una mira de rifle apuntando al continente, es elocuente y concuerda con los utilizados por el Tea Party republicano del Norte.

Estados Unidos, a través de la CIA y sus agencias pantallas la NED, la USAID, el IRI y Freedom House, entre otras, ha ensayado todas las formas de guerra sucia para derrocar a la pujante revolución bolivariana hasta llegar a crear una figura a su imagen y semejanza, el candidato Henrique Capriles, apoyado por Adrián Oliva y su organización.

Ahora es probable que Adrián Oliva, con el dinero de sus amos, el mismo que empleó para su recorrido por Europa el mes de septiembre en interés de defender a connotados terroristas, se mueva hacia Venezuela para participar una vez más en la guerra sucia contra Chávez.


Tomado de Cubadebate DE NUEVO ONLINE



La otra Revolución de octubre

6 de Outubro de 2012, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por René Tamayo


Chávez y la Revolución Bolivariana, un símbolo mundial. Crecimiento, bienestar, inclusión, participación protagónica, solidaridad y el fin del neoliberalismo


Chávez nunca se anda por las ramas. Su liderazgo atraviesa un contínuum revolucionario. Un proceso de madurez histórica. Cada etapa de su vida política ha estado marcada por ideas y programas que ha sabido sostener y concluir.

Viene del «por ahora» del 4 de febrero de 1992 (aceptación del fracaso entonces de la rebelión cívico-militar que comandó y del proyecto de país que proponía, pero en el que insistiría) hasta su actual II Plan Socialista Simón Bolívar.

Este es el «programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica». Lo presentó sin ambages y sin que le temblara la voz, el pasado 11 de junio, ante toda la nación venezolana.

Ese día oficializó en el Consejo Nacional Electoral (CNE) su candidatura para el período presidencial 2013-2019. Fue claro: va por el socialismo.

El marxismo no le es ajeno. Hizo sus lecturas desde joven. Antonio Gramsci le es cercano. Y hasta Nietzsche está entre sus autores preferidos, del que ha hecho una interesante interpretación antropológica sobre la naturaleza del ser humano y el destino que este debería cumplir, siempre en armonía con sus pares y la naturaleza.

Chávez avanzó del tradicional y mejor nacionalismo «nuestroamericano», al antiimperialismo. Y de ahí, al socialismo. Empezó a manejar el concepto —como ideal de proyecto— sobre 2005, según me cuentan amigos muy atentos al devenir de este proceso. En 2006, inicio de su tercer mandado, fue su luz señera.

Para su cuarto período presidencial al hilo, el líder bolivariano propuso cinco objetivos estratégicos de escala local y global y casi una treintena hacia lo más interno del país.

Los cinco «grandes objetivos históricos» del II Plan Socialista, en palabras de Chávez, son: Defender, expandir y consolidar la independencia nacional; continuar construyendo el socialismo bolivariano del Siglo XXI; convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político; contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional; y contribuir a la preservación de la vida en el planeta y salvar a la especie humana.

Más del 50 por ciento de los venezolanos —según estudios de opinión— optan por el socialismo. Pero no es cualquiera. Ni los que fueron. Ni los que son. Ni los que otros tratan de aplicar. El socialismo bolivariano —el que aceptan y promueven las mayorías populares— es único, exclusivo, irrepetible. Considero que hoy nadie tiene los suficientes datos históricos para definirlo. Ni la misma historia ya los ofrece. Es lo que está por construir. O se está construyendo.

El socialismo bolivariano y, por ende, el triunfo de Chávez, está cantado. No será victoria fácil. Pero algo sí es evidente. Para los venezolanos de hoy, «socialismo» es la antítesis del neoliberalismo. Y ellos sí saben de este último. Han dejado sangre y pellejo oponiéndosele. Es lo que no quieren.
Némesis del neoliberalismo

En no pocos países del firme americano, el neoliberalismo está, en lo político, acorralado; en lo social, amortiguado (en mayor o menor medida, según los planes contra la pobreza de los gobiernos progresistas); en lo cultural, estigmatizado y constantemente zaherido por los sectores populares movilizados y los científicos sociales de izquierda.

No obstante, en lo económico —tanto en lo macro como en la «economía real»—, cada vez que llega un nuevo día, el dinosaurio sigue ahí. Arrullando a más de un incauto y a toda la clase burguesa nacional y global. Esperando. Listo por si lo zafan. Presto a desbocarse de nuevo.

Los últimos años han sido propicios para la región. Gracias, primero, a los altos precios de los productos básicos —su línea exportadora—. Luego, a la coincidencia histórica de movimientos populares que han alcanzado el poder e impuesto políticas encaminadas a reducir la brecha social, el desempleo y la miseria. También, porque avanzan en la integración.

El neoliberalismo, empero, sigue definiendo el curso económico regional. Sí, en algunas naciones se ha logrado maniatar. Arrastrarlo a una versión light. Mas ningún país, incluyendo a los mandatados por líderes progresistas, ha logrado finiquitarlo, desarraigarlo finalmente. La excepción es Venezuela.

La economía bolivariana parece predestinada a convertirse en el paradigma antineoliberal en las primeras décadas del siglo. Quizá más. Es su némesis. Y no digo «economía venezolana». Más que país, este es un concepto. Una cualidad. La confluencia en un solo espacio —la Revolución Bolivariana— de un hacer económico, un actuar político y un liderazgo único.

Son de esos procesos que se repiten pocas veces en una vida. De lo que aquí se trata, es de un modelo socioeconómico que no podría existir sin la Revolución que le sostiene, el consenso popular que esta ha generado, y el liderazgo de una persona que sigue validando el papel que pueden ejercer determinados individuos en el curso general de la historia.

Tampoco es crisol. En economía, más de un error hubo y seguirán apareciendo. El proceso —ya cerca de cumplir 14 años— pudo avanzar mucho más. Ser más eficaz. De haber ocurrido así, incluso, los comicios de hoy pintarían menos tensos de lo que son; y los altos niveles de polarización política que se viven fueran más llevaderos. Pero eso es un ideal. Una revolución es telúrica. Constantemente remueve todos los cimientos, incluido los «suyos». Y si algo ha sido más atacado y vilipendiado en esta última década, es el bolivarianismo y su líder, el presidente Chávez.

A estas alturas de la vida -con tantos palos que le han dado, y ha sabido resistir- la Revolución Bolivariana ha alcanzado plena madurez.

Así las cosas, si la balanza de la historia hace justicia, este 7-O será una victoria de Venezuela. Una victoria de América Latina. Y una victoria del mundo. Será, para la historia, la segunda Revolución de octubre.

Fuente Juventud Rebelde



Vigilia en el Monte de Las Banderas por Día de las Víctimas del Terrorismo

5 de Outubro de 2012, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda
 

 

 La Habana, 6 oct (PRENSA) Con una vigilia en La Habana, cubanos de diversas generaciones rindieron homenaje a las cerca de tres mil 500 víctimas del terrorismo sufrido por la isla durante más de medio siglo.

 En el Monte de las Banderas, frente a la Oficina> de Intereses de Estados Unidos en La Habana, jóvenes, estudiantes y trabajadores esperaron el 6 de octubre, fecha consagrada en Cuba como el Día de las Víctimas del terrorismo, a propósito del criminal sabotaje que en 1976 segó la vida de 73 personas a bordo de un avión de Cubana.

 La vigilia constituye además un espacio de denuncia por el doble rasero de Washington en materia de terrorismo, al acusar a Cuba de patrocinar un flagelo del que ha sido blanco por décadas como resultado de su empeño en construir un modelo socialista de desarrollo.

 En la vigilia contra el terrorismo, los participantes exigieron a Washington el regreso de Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino, los Cinco cubanos detenidos en 1998 por su seguimiento a grupos violentos que desde Miami organizan acciones contra la isla.

 Aylín Labañino, hija de Ramón, uno de los Cinco luchadores antiterroristas, injustamente presos en Estados Unidos, en intervención especial al cierre de la vigilia, dijo que "Hoy es un día donde el dolor, como dijo Fidel, no se comparte, sino se multiplica, como también se multiplican las fuerzas y los argumentos para seguir combatiendo al imperialismo y al terrorismo".

 Fuente Radio Taíno



Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla

5 de Outubro de 2012, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda



Video en Youtube



Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla
Por Daniel Martínez, Radio Reloj


Más de tres décadas han transcurrido y todavía, la frase que da título a este trabajo, impacta.

En la voz de Fidel, quedó como lema condenatorio del salvaje acto de terrorismo que sufrió la nave de Cubana de Aviación que transportaba al equipo de esgrima, ganador de la totalidad de las medallas de oro en las competencias regionales que acababan de efectuarse en Venezuela.

Tal vez, y sin dudas de modo absurdo, los perpetradores soñaron amedrentar a las nuevas generaciones de cubanos que desde todas las aristas de la vida se afanaban para lograr una sociedad mejor.

Su crimen lejos de intimidar al pueblo cubano, redobló los esfuerzos por triunfar y superarse, y el deporte se convirtió en punta de lanza, que con cada triunfo certificó a los verdugos la validez del camino escogido.

El recuerdo como escudo y espada

El crimen de Barbados es una cicatriz que todavía lastima a nuestro pueblo. Sin embargo el recuerdo de los caídos nombra a una de las escuelas de iniciación de deportiva, la Mártires de Barbados, que hoy, multiplicada por toda la Isla, continúa forjando a los campeones, cuyos éxitos durante años ha lacerado la prepotencia del adversario que osó agredirnos, y aún teje argucias para dañarnos.

Cientos de pruebas han sorteado Cuba y su movimiento deportivo para perpetuar la obra de su patriotismo.

Los hermanos asesinados en el abominable crimen de Barbados se mantendrán como símbolo de todo lo que es capaz de hacer el odio en su afán de lograr sus objetivos.

Por eso, su recuerdo, más de tres décadas después, continúa siendo el escudo y la espada con que defenderemos lo conquistado.



El crimen de Barbados: una herida abierta
Por Jorge Hernández Álvarez*

Yo recuerdo a mi padre cada día de mi vida, afirma Odalys Pérez, hija de Wilfredo, capitán del vuelo 455 saboteado en Barbados el 6 de octubre de 1976, en uno de los actos de terrorismo ejecutados por grupos extremistas al servicio de la CIA.

Con la voladura y caída al mar de un avión civil cubano con 73 personas a bordo, se consumó ese día uno de los más mortíferos sucesos derivados de la política agresiva que mantienen contra Cuba agrupaciones radicales de Miami, con financiamiento y apoyo de Estados Unidos.

Reconocido como el autor intelectual del sabotaje a la aeronave de Cubana de Aviación: el terrorista internacional Luis Posada Carriles, se pasea hoy impunemente por las calles miamenses bajo la protección del Gobierno norteamericano, denuncia Odalys.

De ese modo, esta cubana une su voz a la de miles de familias víctimas que claman justicia para los autores de las violentas acciones que cobraron -en más de medio siglo- la vida de tres mil 478 ciudadanos de la isla y dejado más de dos mil incapacitados.

El crimen de Barbados -como se le conoce en la historia- fue resultado de la ola de ataques promovidos por la CIA contra la Revolución Cubana, que incluía el asesinato de diplomáticos, sabotajes a lugares públicos y objetivos económicos, creación de bandas armadas y ametrallamientos costeros o aéreos a poblaciones civiles.

En ese contexto, el 9 de julio de 1976, Cubana de Aviación fue blanco de ataque, cuando una bomba estalló en uno de los equipajes que iba a ser introducido en un avión civil cubano, que no explotó en pleno vuelo por retrasarse la salida.
Al día siguiente, otro artefacto explosivo detonaba en la oficina de la British West Indies, de Barbados, que representaba los intereses de Cubana de Aviación en ese país.

Estaba claro: los terroristas habían escogido a la aviación civil como un objetivo de sus actos. Sin embargo, parecía difícil imaginar hasta dónde serían capaces de llegar, como lo hicieron aquel 6 de octubre.

5 DE OCTUBRE

Cuando mi padre realizaba vuelos de corta duración, tenía por costumbre dejar el auto en el aeropuerto, de modo que cuando retornaba del viaje regresaba para la casa y tocaba el claxon para hacernos saber de su llegada, rememora Odalys.
Eran momentos felices: mi madre, mis dos pequeños hermanos (de dos y cuatro años) y yo, salíamos a recibirlo.

Aquel 5 de octubre de 1976, él había arribado de México y nos traía chocolates a mí y a mis hermanos, evoca Odalys.

Recuerdo que estábamos contentos -como niños al fin- por ese detalle de las golosinas. Al llegar, él nos cargó y nos besó. Ya por la noche se acostó, pues al otro día salía temprano de vuelo.

Nunca imaginé que esa sería la última vez que lo vería, añadió.

El 6 de octubre, bajo las órdenes de los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y del ya fallecido Orlando Bosch, los criminales Hernán Ricardo y Freddy Lugo, ambos nacidos en Venezuela, colocaron par de bombas en el DC-8 de Cubana de Aviación y se bajaron de la nave, cuando esta hizo escala en Barbados.

EL CRIMEN DE BARBADOS

Ocho minutos habían transcurrido del despegue, cuando a las 17:23 en la torre de control se escucha “¡Cuidado!” desde la radio de la aeronave cubana.

El grito de alarma lo pronuncia el capitán, Wilfredo Pérez, más conocido como Fello, por un sobrenombre que le puso su amigo de la infancia, Ángel Tomás Rodríguez, quien también viaja en ese vuelo junto a su esposa, como integrante de la tripulación.

-“Fello, fue una explosión en la cabina de pasajeros y hay fuego”, informó a este último el copiloto.

-“Regresamos de inmediato; avisa a Seawell”, le orienta:

Para mí, octubre es un mes negro, reconoce Odalys al recordar el modo en que su padre luchó desesperadamente con los controles del avión para salvar la vida de sus pasajeros, luego de que la primera bomba estallase.

La pérdida de un padre siempre es terrible, pero mi último recuerdo de él son aquellas desgarradoras palabras finales: “Seawell... (Torre de control), Seawell... CU 455... Seawell ¡Tenemos una explosión y estamos descendiendo inmediatamente, tenemos fuego a bordo! CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos escuchando, respondan”.

-“Seawell... CU 455... Pedimos inmediatamente; inmediatamente pista”, exige de forma perentoria el copiloto. “CU-455 autorizado a aterrizar”, responden desde la torre de control.

Justamente, cuando la tripulación logra dominar la situación y sacar el tren de aterrizaje, acontece una segunda explosión.

-“¡¡Cierren la puerta, cierren la puerta!”, se escucha decir.
- “CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos escuchando, respondan”.

A raíz de la detonación, el capitán Wilfredo Pérez -pese a sus ingentes esfuerzos- pierde ya para siempre el control del aparato y en picada final, en caída libre e inminente, sobreviene la agónica frase de su copiloto: “¡Eso es peor, pégate al agua, Fello, pégate al agua!”.

Después, silencio total, fúnebre, simplemente silencio... Sólo rompe el éter radial la solitaria señal de un avión venezolano que volaba cercano al lugar:
"Este es DQ-650. ¿Los podemos ayudar en algo?".
El vuelo 455 desaparece del radar. Deja de existir la vida para 57 cubanos, 11 guyaneses, y cinco funcionarios norcoreanos.

Entre los pasajeros se encontraban 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba, que regresaban a casa tras obtener todas las medallas de oro en el cuarto Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte, celebrado en Caracas, Venezuela.

LA MALA NOTICIA

Yo estudiaba el sexto grado, cuando ocurrió el atentado. Recuerdo que venía de la escuela y al llegar a mi hogar, me encuentro que Oscar Ortiz, un compañero de trabajo de mi papá, salía llorando de mi casa junto a su esposa, afirma Odalys.

Yo lo veo venir y le pregunto: ¿qué pasó? Y él me dice: “cuida mucho a tu mamá que está enferma del corazón”. Eso fue lo único que me dijo.

Entro a la casa y en ese instante mi madre me da la noticia. Imagínate lo que representa eso para una niña de 10 años.

A esa hora empecé a cuestionarme: se cayó al mar el avión ¿por qué se cayó? Mi papá venía manejando ¿se equivocó? ¿Chocó?

No sabía qué había pasado hasta que por la noche vinieron los compañeros de mi padre y las autoridades informaron sobre las bombas. A esa hora había que explicarme qué cosa era una bomba, cómo explota, por qué esa bomba había matado a todas esas personas, ¿dónde está mi papá?, rememora Odalys.

Siempre pensé desde entonces: mi papá va a venir, mi papá está en una isla y soñaba con eso todos los días. Él va a regresar..., me repetía constantemente.

Así fui creciendo hasta que empecé a tener uso de razón y tuve la certeza de que mi papá no iba a regresar y que una bomba lo había matado a él y al resto de sus compañeros. Ese es el pensamiento infantil que tenía en aquel momento una niña de 10 años.

Eso es duro, te crea un trauma. Mi madre, Ana Lucía Rodríguez, jamás volvió a ser la misma, agregó.

Ella era ama de casa y al no estar mi padre en el hogar, la vida fue muy dura con tres hijos que mantener.

Mi madre se quedó sola, no se casó más. Se encerró en sí misma, nunca más sonrió, dejo de ser cariñosa aunque nos emprendió por el camino correcto. Ella se quedó detenida en el año 1976 por falta de amor, de cariño, de alegría, de comunicación. Ella perdió esa chispa. Murió con 67 años en 2010.

Sus cenizas las echamos al mar, para que finalmente, pudiera reunirse con mi padre, más allá de la muerte.

Ese tipo de hechos te marcan, el dolor se va transmitiendo de generación en generación, de familia en familia, por eso tenemos que seguir adelante con nuestra lucha: no sólo por que se haga justicia y se enjuicie a Posada Carriles, sino para combatir también cualquier acto terrorista que se cometa en el mundo, asegura Odalys.

Alguna vez, cierto periodista me preguntó por qué mi afán de juzgar a Posada Carriles, si ya era un "viejito", según le llamó.

Puede que Posada sea viejo, dice Odalys, pero por lo menos su hija lo ha podido cuidar, yo ni siquiera tuve esa oportunidad. A mí me negaron la posibilidad de cuidar a mi padre en su vejez.

* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina



Vigilia recordará a miles de víctimas del terrorismo contra Cuba

4 de Outubro de 2012, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

 

vigilia-victimas-terrorismo

Con una vigilia en La Habana, cubanos de diversas generaciones rendirán hoy homenaje a las alrededor de tres mil 500 víctimas del terrorismo sufrido por la isla durante más de medio siglo.

En el Monte de las Banderas, frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, jóvenes, estudiantes y trabajadores esperan el 6 de octubre, fecha establecida aquí como el Día de las Víctimas del terrorismo, a propósito del sabotaje que en 1976 segó la vida de 73 personas a bordo de un avión de Cubana.

La vigilia constituye además un espacio de denuncia por el doble rasero de Washington en materia de terrorismo, al acusar a Cuba de patrocinar un flagelo del que ha sido blanco por décadas como resultado de su empeño en construir un modelo socialista de desarrollo.

Reconocido como el autor intelectual del atentado contra el vuelo 455, el terrorista internacional Luis Posada Carriles se pasea hoy impunemente por las calles de Miami, protegido por el mismo gobierno norteamericano que dice librar una cruzada antiterrorista, dijo a Prensa Latina Odalys Pérez, hija del capitán del DC-8 destruido en el sabotaje.

Pérez es una de las voces que desde el país caribeño reclaman justicia para los autores de violentas acciones selladas con la muerte de tres mil 478 cubanos y lesiones severas para otros dos mil 99.

En la vigilia contra el terrorismo, los participantes también exigirán a Washington el regreso de Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino, los cinco cubanos detenidos en 1998 por su seguimiento a grupos violentos que desde Miami organizan acciones contra la isla.

“Ellos expusieron su vida, su familia y su felicidad por tratar de evitar actos terroristas como el que tronchó la vida de mi hijo”, reconoce Giustino Di Celmo, padre de un joven italiano asesinado en 1997 durante una oleada de sabotajes con bomba contra instalaciones turísticas habaneras.

Fabio Di Celmo perdió la vida en el hotel Copacabana, donde el estallido de un artefacto explosivo generó una esquirla de metal que se le incrustó en la parte izquierda del cuello y le cercenó una vértebra cervical y la arteria carótida.

(Con información de Prensa Latina)

Tomado de Cubadebate


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