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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

¿Por qué no reconocen la victoria del Presidente Maduro?

25 de Abril de 2013, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Abel González Santamaría


Para comprender mejor la posición asumida por la Casa Blanca al desconocer los resultados oficiales emitidos por el Consejo Nacional Electoral venezolano que proclamó como presidente a Nicolás Maduro, es imprescindible analizar el origen y evolución de la Gran Estrategia imperial sobre la patria del Libertador.

Su origen hacia Latinoamérica y en particular hacia el territorio que hoy ocupa la República Bolivariana de Venezuela, se remonta prácticamente a la proclamación de la independencia por los representantes de las Trece Colonias Unidas de Norteamérica en 1776, cuando promovido por sus Padres Fundadores comenzaron a experimentar un proceso de expansión territorial y económica.

A partir de 1823, los Estados Unidos desplegaron una ofensiva “diplomática” con las naciones vecinas para sentar las bases de la futura dominación económica. Por eso diseñaron la llamada doctrina Monroe que les permitió justificar sus intervenciones en la región formulada bajo la frase “América para los americanos”, que no significaba otra cosa que “América para los estadounidenses”.

En este periodo se produjo el golpe definitivo a la dominación española en Suramérica. El 9 de diciembre de 1824, en la batalla de Ayacucho, en el Perú, los españoles fueron derrotados por los patriotas de la América hispana encabezados por Simón Bolívar y Antonio José de Sucre. Como respuesta Estados Unidos incrementó sus actividades conspirativas para neutralizar las contiendas libertarias. En 1829, su ministro en Bogotá, general William Henry Harrison, fue descubierto y expulsado por el gobierno de la Gran Colombia por organizar un complot dirigido a derrocar a las autoridades de ese país. Bolívar no tenía ninguna duda de los verdaderos intereses norteamericanos: “[¼ ] los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”.

TÁCTICAS PARA DOMINAR A VENEZUELA

Durante la segunda mitad del siglo XIX, Estados Unidos desplazó a Gran Bretaña en el plano político como potencia hegemónica en América Latina, lo que haría con posterioridad también en el plano económico. El lugar preeminente de Washington en las políticas exteriores latinoamericanas se reveló con nitidez en 1895, cuando envió una nota enérgica a Gran Bretaña, que tenía una disputa de límites con Venezuela por su colonia de Guayana, advirtiéndole que “Hoy día, los Estados Unidos son prácticamente soberanos en este continente, y su mandato es ley para los sujetos a quienes limita su interposición”.

A finales de 1902, las costas de Venezuela fueron bombardeadas por unidades navales de Gran Bretaña, Alemania e Italia, que exigían el cobro de las deudas del gobierno venezolano pendientes con particulares europeos. Aunque dicha intervención supuso un desafío a los contenidos de la Doctrina Monroe, el gobierno estadounidense la justificó con lo que más tarde se conocería como el llamado “Corolario Roosevelt”, que limitaba la aplicación de la doctrina a los casos de adquisición de territorio en América por parte de una potencia no americana, y respaldaba la intervención de potencias extra regionales.

El presidente venezolano Cipriano Castro entabló demanda contra las empresas financistas de la invasión y el bloqueo, y expropió la estadounidense Orinoco Steamship Company. El Departamento de Estado amenazó con una intervención. Mientras que el mandatario venezolano fue a operarse a Europa, el secretario del Departamento de Estado, Philander Knox, tramó la conjura, que el 19 de diciembre de 1908 culminó con el golpe de su vicepresidente Juan Vicente Gómez. Los acorazados North Carolina, Maine y Des Moines anclaron en La Guaira. El alto comisionado de la Casa Blanca, William Buchanan, desembarcó para apoyar al nuevo régimen a cambio de políticas favorables para los inversionistas extranjeros. Comenzó así una dictadura de 27 años.

LA BATALLA POR EL CONTROL DEL PETRÓLEO

Desde la segunda mitad del siglo XIX las compañías transnacionales crearon las “concesiones petroleras” como instrumento de dominación para lograr que los estados le permitieran explotar la riqueza de los yacimientos descubiertos en sus territorios. Ya para los primeros años del siglo XX la explotación del recurso petrolero en territorio venezolano quedó fundamentalmente bajo el dominio de dos compañías extranjeras: la angloholandesa Royal Dutch Shell y la estadounidense Standard Oil.

Los intereses sobre Venezuela se incrementaron a partir de 1914, cuando fue descubierto el primer campo petrolífero venezolano de importancia mundial en la costa oriental del Lago de Maracaibo. Pero no fue hasta 1922 cuando el potencial petrolero del país resultó plenamente confirmado y ya en 1928 se ubicó como el segundo productor mundial de petróleo y el primer exportador, indicador este último que mantuvo hasta el año 1970.

La batalla por el petróleo venezolano se convirtió en el principal interés geoestratégico de los grupos de poder estadounidenses. De ahí que tuvieron un activo papel en la organización y complicidad de importantes hechos que marcaron la vida política y social de Venezuela durante todo el siglo XX e inicios del XXI, como el derrocamiento del presidente Cipriano Castro (1899-1908), la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935), el golpe contra el mandatario Isaías Medina Angarita (1941-1945), la llegada de los gobiernos puntofijistas (1958-1999) y el acoso a la revolución bolivariana.

El 23 de enero de 1958 las fuerzas populares derrocaron al dictador Pérez Jiménez, pero fueron traicionadas pocos meses después, el 31 de octubre de 1958, cuando los partidos políticos venezolanos Acción Democrática (AD), Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Unión Republicana Democrática (URD), firmaron el pacto de Punto Fijo para conseguir la sostenibilidad de la recién instaurada “democracia”, mediante la participación equitativa de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador.

Durante estas cuatro décadas Estados Unidos brindó apoyo a las presidencias de los dos partidos políticos que se alternaron en el poder: el socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano COPEI. Ambas organizaciones políticas se enmascararon en la supuesta defensa de la democracia, pero en la práctica se caracterizaron por la corrupción, la entrega de recursos minero-petroleros del país y una brutal represión a los movimientos populares.

Casi la mitad de la población venezolana (49 %) vivía en la pobreza. Los 12 hombres que pasaron por la Presidencia en este periodo, casi todos asumieron posiciones sumisas a las petroleras transnacionales y a los grupos de poder estadounidenses.

PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA

Cuando supuestamente el periodo de Guerra Fría había concluido con el derrumbe del campo socialista, el neoliberalismo estaba en pleno apogeo y la bandera del socialismo, en América Latina, solo era defendida por la Revolución Cubana, llegó a la presidencia el Comandante Hugo Chávez Frías, con la victoria electoral el 6 de diciembre de 1998, al frente de un movimiento revolucionario de inspiración bolivariana. Con un sorprendente respaldo de masas, comenzó un proceso de profundas transformaciones sociales y políticas.

Este acontecimiento marcó una nueva etapa de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe, al existir una ruptura en la política de dominación en la región, similar al impacto que generó la Revolución Cubana, pero esta vez empleando el proceso electoral como mecanismo de lucha. En su agenda de gobierno, el Presidente Chávez hizo valer la soberanía política y económica de la nación, retomó el control sobre la empresa petrolera nacional PDVSA, abrió el espacio al pueblo en la decisión de los asuntos públicos, ofreció respuestas alternativas a la hegemonía estadounidense y contribuyó decisivamente a los procesos de integración de la Patria Grande.

Ante esta realidad, Estados Unidos desató una intensa guerra económica, diplomática y mediática dirigida a destruir la Revolución Bolivariana. En abril del 2002 apoyó y dirigió el golpe de Estado, e inmediatamente reconoció como legítimo al gobierno golpista, pero el pueblo venezolano reaccionó valientemente y retornó a su Comandante Presidente. Ante tanta impotencia organizaron en diciembre del 2002 el golpe petrolero, que también fracasó.

Existen evidencias concretas del apoyo y dirección de los grupos de poder norteamericanos en estos hechos. El diario The New York Times reveló que altos funcionarios de la CIA, del Pentágono, y del Departamento de Estado reconocieron que, en los últimos meses, se habían reunido varias veces con los organizadores del golpe de Estado. En tales reuniones —según la misma fuente— “los representantes de la administración de George W. Bush coincidieron con ellos en que el gobierno venezolano debía ser despojado del poder”.

Lo que no quieren aceptar son los logros sociales alcanzados durante la Revolución Bolivariana, que ha sacado de la pobreza extrema a cerca de dos millones y medio de personas, y disminuido las desigualdades entre la población, alcanzando el índice más bajo de América Latina. También ha dado muestra de una verdadera democracia participativa: 18 procesos electorales en 14 años.

El presidente Chávez, ganador de todas las batallas que libró contra la Gran Estrategia imperial, no pudo superar el único obstáculo en su joven y fecunda vida. El 5 de marzo del 2013 entró en la Historia como Prócer de la Patria Grande. Como líder y comandante supremo que reencarnó a Bolívar, dejó su legado para las presentes y futuras generaciones. De ahí que Nicolás Maduro, primer Presidente obrero y chavista en la historia venezolana, recibió el 14 de abril del 2013 el respaldo mayoritario de su pueblo que optó nuevamente por mantener el rumbo del socialismo.

Ese mismo día el candidato de la oligarquía Henrique Capriles, cuando al parecer intuía su derrota y aún no se habían ofrecido oficialmente los resultados, le propuso a Maduro hacer un pacto, inspirado en el realizado 44 años atrás en Punto Fijo. Pero esta vez el pueblo no fue traicionado y su candidato mantuvo el honor como verdadero hijo del gigante Chávez.

Es precisamente esta realidad la que Estados Unidos no quiere reconocer, luego de haber gastado en los últimos diez años más de cien millones de dólares en el financiamiento de los grupos de oposición y haber contribuido a la confusión del pueblo venezolano para que sabotearan en las urnas el proyecto bolivariano.

Esta vez la táctica jeffersoniana de “espera paciente” colmó la copa de las élites norteamericanas y estimularon a la oligarquía nacional a repetir la misma fórmula golpista empleada en el 2002: violencia y más violencia.

La propia reacción del presidente estadounidense Barack Obama ante el fallecimiento del presidente Chávez es muestra de la continuidad de la Gran Estrategia y su posición omnipotente. A través de un comunicado de prensa Obama señaló el 5 de marzo del 2013: “Mientras Venezuela comienza un nuevo capítulo en su historia, Estados Unidos sigue comprometido con políticas que promuevan los principios democráticos, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos”.

Para nada resulta difícil descifrar estas frías palabras que demuestran la hipocresía y soberbia de los grupos de poder estadounidenses ante líderes que desafían su hegemonía global y regional. ¿Habrá leído el premio Nobel Obama Las venas abiertas de América Latina que le obsequió el Comandante Chávez en Puerto España en el 2009? ¡Gloria al Bravo Pueblo!

Tomado de Cubadebate

Fuente Granma


*Cubano. Abogado y Máster en Relaciones Internacionales. Investigador de las Relaciones Interamericanas y Seguridad Nacional.

Imagen agregada RCBáez



Desde Venezuela, en solidaridad con Cuba y los médicos cubanos

25 de Abril de 2013, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Luis Torres*

 

Saludos, hermanos de la valiente y anti-imperialista CUBA:

Lamentamos mucho la situación generada en contra de nuestros CDI y específicamente los ataques contra algunos de nuestros hermanos médicos cubanos y que realmente los sentimos como venezolanos también.

La historia sigue en su imparable andar y esta vez se escribe en sus páginas la actitud hitleriana de grupos perdedores que no aceptan su realidad, que quieren imponer a una figura fascista que no representa el sentir de nuestra patria venezolana, pero que sí representa de manera abierta y descarada los intereses imperiales de los grupos de poder decadentes que ven a Venezuela como el salvavidas de sus fracasos.

Nosotros, los jóvenes revolucionarios y militantes de los movimientos sociales  que fuimos formados bajo el liderazgo del comandante Chávez,  queremos manifestar el orgullo de convivir en nuestra patria con nuestros hermanos cubanos ya que conocemos su historia humanista y su trayectoria misionera. Y es por eso que queremos manifestarles a toda Cuba que sean pacientes, que los médicos que hoy conviven con nosotros estarán y seguirán en sus labores habituales, estamos activos y, de manera permanente, atentos para no permitir que estos grupos minúsculos vuelvan a repetir sus venenosas acciones.

Tenemos una línea clara, no vamos a caer en provocaciones, pero eso no significa que seamos pasivos, ni que no nos sepamos defender; ellos saben que somos millones, saben que los venimos observando y monitoreando, ellos saben que nosotros defenderemos nuestra revolución que nos dejo el Comandante Chávez hasta las ultimas consecuencias, que se olviden si [creen que] permitiremos que le entreguen a Venezuela al imperio del norte....

Enviado desde mi dispositivo móvil  

*Recibido en mi correo electrónico, como respuesta a la difusión del artículo Venezuela: Lo que se esconde en los CDI publicado en CubaAhora por Iroel Sánchez: ha llegado este hermoso mensaje de un joven venezolano que he querido compartir con ustedes.

 

En la foto, juventud PSUV en la Candelaria en apoyo a Maduro



Yo soy también una cubana negra y ¡a mucha honra!

25 de Abril de 2013, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Lohania Aruca Alonso *



  Nunca he practicado la demagogia, mucho menos en los escritos de opinión que entrego para publicar; mis colegas y lectores no me dejarán mentir. Me parece que ser cubana o cubano lo dice todo cuando se requiere de una autodefinición abarcadora. Pero, si debo especificar mi color de piel, de acuerdo con una clasificación biológica y social, no puedo negar que puesta entre los extremos, más que blanca soy negra; aunque generalmente me declaro “mestiza” ante los registradores de los censos de población.

  Nací en una familia blanca y pobre; me crié entre los barrios de San Leopoldo y Pueblo Nuevo - antiguamente el último era llamado despectivamente “barrio de negros”- allí corría libremente el ron, la droga, la prostitución, la rumba, se rendía culto a la Santería, y así vivíamos “todos mezclados” en la popular y populosa Habana (hoy municipio de Centro Habana) de la primera mitad del siglo XX. Sé lo que es vivir en un solo cuarto y compartir el baño entre varias familias, así como una sola pila de agua para lavar y fregar. Conocí el desdén con que me miraban otras personas, porque vivía en un “barrio de negros” (yo no los veía negros, de niña ni cuenta me daba del color de mis compañeras y amiguitas de la Escuela Pública), o porque no vestía ropas ni calzaba zapatos flamantes, lo verdadero e importante era que siempre estaban limpios y en buen estado, debido al rigor y la disciplina en que me educaron mis padres, sin timbres de gloria alguna. “Pobres, pero dignos, decentes y limpios” fue el lema de honor de nuestro blasón familiar.

  Conservo el justo orgullo de haber nacido y salido de la clase trabajadora, de uno de los estratos menos pudiente de la capital, y, sobre todo, de continuar perteneciendo a la misma clase, como parte de mi identidad personal, aún cuando los cambios que llegaron a mí con la Revolución del 1º de enero de 1959, me transformaron en una especie de “Cenicienta” (en una joven diplomática) militante y miliciana. Tuve y aproveché, con todo el ánimo posible (mis padres solamente cursaron parte de la primaria), la oportunidad de estudiar, y hasta hoy persisto en mis estudios, como investigadora científica y profesora jubilada.  

 Muchos de los ciudadanos y ciudadanas cubanos nacidos después de 1959, desconocen o ignoran, o pretenden hacerlo –a pesar de que se enseña la historia en las escuelas primaria, secundaria, etc.- cómo era la vida de la mayor parte de los jóvenes en la Cuba pre-revolucionaria, capitalista, burguesa, o, pequeño burguesa, pro-yanki (sin haber vivido en los Estados Unidos de América un solo día), llena de “sueños americanos”, que jamás se hacían realidad.

  El año 1953, unido al Centenario de José Martí, marcó la diferencia para muchos jóvenes pobres, o para los que abandonábamos la niñez precozmente, a los 12 años, para cargar directamente con la responsabilidad de mis actos. Entonces, se vislumbró el drama nacional con mayor intensidad que nunca antes, a través de nuestros propios maestros y maestras, que, en ciertos casos, eran perseguidos o quedaban sin trabajo, solamente por defender las ideas de José Martí y explicárnoslas, para que supiéramos que había una Patria por reconquistar y sintiéramos la angustia de lo que nos pertenecía y, todavía, no poseíamos realmente.

  Teníamos, sí, un dictador-asesino (Fulgencio Batista y Zaldívar), que perseguía con toda la fuerza de la represión estatal a los jóvenes inconformes sin distinguir cuál era su color de piel; los “indignados” de la época, que fueron víctimas inocentes de torturas, muertes violentas, y vivieron en medio del caos reaccionario, del terror gubernamental, de la anticultura que los rechazaba, sin obtener una oportunidad, ni una sola, para crear una familia en paz y en base a un trabajo honesto. Esta humilde aspiración se hizo realidad al costo de raudales de sangre, sudor y lágrimas, tras seis largos y duros años de lucha insurreccional. Fue por estas razones (arduamente simplificadas en estas pocas líneas) que el país, poblado en su mayoría por negros, mestizos y “blancos” pobres, urbanos y rurales, estalló de alegría, entusiasmo y esperanza un inolvidable 1º de enero.

  Teníamos adentro tantas lágrimas sin llorar, tanta angustia sufrida, tantos temores y resentimientos, que decidimos, en un instante, olvidarlos, y, a partir de aquel mismo instante, dedicarnos a hacer una Patria, una Cuba, distinta; ese era el homenaje que merecía José Martí y todos los que habían luchado por la independencia total; refundamos la República y a la par, casi -los dos primeros años del torbellino revolucionario fueron muy breves-, optamos por “construir el Socialismo”.

  Así comenzó la epopeya de un pueblo nuevo (conceptualizado, poco después, por Darcy Ribeiro), que fue refundado también, integrado por cubanos y cubanas -en constante revolución, en contradicción y ruptura entre ellos y con ellos mismos- que dura hasta hoy (más de medio siglo después), y que perdurará por muchos años más: ¡los que sean necesarios, hasta alcanzar toda la justicia!

  El hilo de la continuidad, el que une los hechos de nuestra historia patria, y nos une a quienes la amamos y deseamos su existencia feliz y próspera, está trenzado desde hace mucho tiempo, cuenta más de seis milenios, y sus cabos tienen el color de los aruacos, de los colonos europeos, de los africanos negros y blancos (los guanches y sus descendientes), de los yucatecos, de los chinos… Todavía la historia social de Cuba cocina el ajiaco –y está en pañales para las Ciencias Sociales y Humanas-, es una asignatura pendiente, que deberá contribuir con sus verdades irrebatibles a la discusión científica de muchos problemas de esta índole, cuya profundidad, en tiempo y espacio, jamás puede ser olvidada.

  No se trata de definir en blanco y negro para ubicarnos en posiciones sociales diferentes, precisamente porque en el “color cubano” esos colores están indisolublemente unidos, mezclados, en la sangre de cualquiera y todos los cubanos y cubanas. ¿Cómo podré separar en mi sangre, en mis recuerdos más queridos, a mis abuelos y abuelas, más o menos “blancos”, negros, indocubanos? ¿Cómo saber el color exacto de mi posible primer ascendiente Antonio Arucas, canario del siglo XVIII, que aparece entre los primeros pobladores del Señorío de San Juan de Jaruco, llegado a La Habana sin nada más que su “familia” (a veces la familia estaba compuesta por vecinos), labrador de tabaco en tierras de un Señor desconocido, a cambio de pagar un censo?¿Como procreó sus descendientes, los que cruzaron La Habana de norte a sur, que se asentaron en el Señorío de Santa María del Rosario, en Managua, y llegaron hasta el antiguo marquesado y Señorío de San Felipe y Santiago de Bejucal, siempre cultivando tabaco en tierras de otros?¿Quiénes fueron sus compañeras nacidas en Cuba, sin duda pobres como ellos, “blancas”, negras, mestizas…? Y qué decir de Blanca Rosa Bonet, mi abuela paterna, hija de un catalán perdido en tierras bejucaleñas, unido en matrimonio a… ¿blanca, negra o mestiza? Mi adorable y adorada abuela, que simplemente fue una obrera, escogedora y despalilladora de hojas de tabaco -había sido antes ama de casa, cuando llegó a La Habana de los 20´s, con tres niñas, un niño y una barriga, y su esposo (mi abuelo Daniel Arucas) la dejó sola en el cuarto de un solar y se fue a Tampa en busca de un salario (se fue solo diciendo que regresaría muy pronto, pero esto ocurrió 14 años después). ¿Cómo explicarme la belleza mestiza de mis tías Arucas, Dalila y Zenaida, tan distintas de su hermana mayor la blanquísima Francisca, costurera de la tienda “El Encanto”? No es fácil. Y así recorro las otras ramas de mi poco conocido árbol genealógico: Alonso (asturiano), Laborie (de Burdeos, Francia), y voy siempre haciendo preguntas, todas difíciles de contestar, porque hay una Historia pendiente de hacer.

 El problema del racismo en Cuba contemporánea, en lo esencial, se explica en gran parte por la ignorancia que padecemos acerca de nuestra Historia social. De otro modo sería imposible de comprender, pues no tiene fundamento concreto alguno. Recientemente historiadoras tan experimentadas como María del Carmen Barcia, o jóvenes como Aisnara Perera y su compañera María de los Ángeles Meriño, por mentar algunas de las tantas y tantos que se han unido para la reconstrucción de la historia de familias, o de la historia de géneros, u de otros temas similares (porque una historia de blancos y negros, por separado, no se puede hacer en Cuba seriamente, ni siquiera se puede pensar en ella, teniendo en cuenta las características histórico sociales de nuestro país y cultura). Los antes citados colegas transitan por caminos intrincados, difíciles de investigar, en los cuales la documentación de cada paso cuesta no sólo muchísimo trabajo, también muchísimos recursos, que no existen para facilitar y hacer más inmediatos los resultados, publicarlos y con ellos demostrar verdades y cambiar las mentalidades y las culturas que practicamos hoy día.

  Sin embargo, para los negros y negras que como yo, pensamos, vivimos y creamos para que Cuba socialista permanezca, se engrandezca con su verdadera Historia y Cultura, la Revolución que llegó con el primer día del año 1959, si fue y es un punto de partida fundamental y fundacional. Somos los mismos y las mismas, pero no lo somos. (Somos los padres y madres, abuelos y abuelas de las nuevas generaciones de cubanos.) Ganamos aquel día, “de un solo golpe” (como el Sastrecillo Valiente): la dignidad, el respeto y el orgullo de ser cubanos y cubanas, a pesar de que nada cambió nuestro color, y, más o menos reducido, se mantiene nuestro patrimonio material, tangible. En realidad, esto último, por suerte, es lo menos importante de nuestra pequeña historia.

La Habana, lunes, 22 de abril de 2013


*Periodista, investigadora histórica, Licenciada en Historia, especialista en Urbanismo. Miembro de la sección de literatura histórica y social de la UNEAC y de la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba. Fue profesora de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo.

Imagen agregada RCBáez sobre foto de Ismael Francisco



La mujer más perseguida de Cuba

25 de Abril de 2013, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 1Um comentário

Por Aníbal Malvar*



Perseguida ferozmente por el castrismo y privada de toda libertad, la cubana Yoani Sánchez está haciendo una gira mundial para denunciar la terrible situación que vive bajo el yugo de Raúl y de Fidel. Los perseguidos de los regímenes totalitarios siempre han sido muy afectos a dar giras mundiales para denunciar que no tienen libertad, que carecen de recursos económicos y que viven encarcelados en sus fronteras. La gira mundial no es que te devuelva la libertad, pero te alivia bastante.

Yoani Sánchez, a pesar de no tener libertad, ha sembrado más que fundadas sospechas sobre el presunto complot castrista para asesinar al opositor Oswaldo Payá chocando su coche contra un árbol de la provincia de Granma, famosa en todo el mundo por la ferocidad revolucionaria de su vegetación. Los indicios criminales de la tragedia se vieron confirmados cuando el régimen totalitario de Cuba se negó a que dicho árbol compareciera ante el juez en el juicio contra Angel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP y prudente conductor del coche arborizado.

Si yo, por ejemplo, hubiera atribuido la reciente muerte del escritor José Luis Sampedro a un envenenamiento urdido por Mariano Rajoy para acallar al escritor libertario, seguramente ahora redactaría esto desde la cárcel, ya que en España hay libertad. Pero en Cuba hay tan poca libertad que ni te encarcelan cuando acusas a los gobernantes de asesinato. Ni siquiera te multan, esos putos fascistas. Es un régimen altamente intolerante.

De la gira de Yoani, me ha conmovido especialmente la foto que se ha hecho abrazada a Hermann Tertsch, otro periodista perseguido por el totalitarismo comunista. Como todo el mundo recuerda, Tertsch fue salvajemente golpeado en el bar-piano Toni-2 por los esbirros trosquistas de El Gran Wyoming. Aunque el propio esbirro violento confesó que había golpeado al insigne Tertsch porque este, borracho, se propasó con una dama, ese cuento no se lo cree nadie. Es de dominio público que Tertsch estaba investigando en el conocido local la presencia de terroristas disfrazados de travesti que cantan coplas en el piano del fondo. Yo mismo, acuciado por un inopinado intento de defender la libertad de expresión, acudí a los pocos días al Toni-2 y comprobé que, en efecto, allí abundan los terroristas disfrazados de travesti, con peluca y vestidos de lunares, cantando coplas. Menos valiente que Tertsch, yo me largué de allí antes de que Wyoming ordenara darme una paliza. Nunca antes había dejado un whisky a medias. El oficio de periodista obliga a sacrificios inimaginables.

Aparte de con Hermann, Yoani también se ha hecho fotos con el emancipador de Irak, José María Aznar, y con esa libertad guiando al pueblo llamada Esperanza Aguirre, a la que le gustó tanto la cubana que casi la manda privatizar.

Cuando termine su gira, la valerosa Yoani volverá a Cuba para seguir siendo perseguida, ya que los secuestradores de su libertad le concedieron pasaporte internacional y no es cuestión de tirarlo a la basura. Allí, regresará a su cotidiana inclemencia y a enviar 400 tuits mensuales poniendo a parir a Raúl y Fidel Castro porque no hay en Cuba libertad de expresión. Una afición que le cuesta a Yoani unos 6.000 dólares anuales, ya que ha de mandar los tuits por sms al no haber internet. Para que se hagan una idea de la cifra al cambio, supone en euros la mitad de lo que cobraban mensualmente en negro, de Bárcenas, algunos dirigentes del PP. O sea, una pasta aquí y en Cuba. Lo bien que se administra esta señora para apartar esos dinerillos de entre la miseria comunista en la que malvive.

Como a tantos otros izquierdosos de mierda, a mí el castrismo me decepciona cotidianamente desde hace muchos años. Pero me pasa una cosa como insana, doctor: cada vez que oigo a un anticastrista, se me pone esta cara de Ché Guevara, me enciendo un habano y canto La canción del elegido. ¿Es grave o se trata solo de otra de mis tonterías?

*Periodista y escritor coruñés.
Su última novela es “La balada de los miserables” (Akal, 2012) 

Más información en http://es.wikipedia.org/wiki/Aníbal_Malvar

En twitter @anibalmalvar

URL del artículo : http://www.cubadebate.cu/opinion/2013/04/24/la-mujer-mas-perseguida-de-cuba/



Presentado en La Habana el Informe de Cuba a Examen periódico universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos

25 de Abril de 2013, 21:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Vea video en Youtube


La Habana. — La Cancillería de Cuba realizó ayer en esta capital la presentación oficial del Informe de la isla al examen periódico universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos, previsto el próximo 1 de mayo en Ginebra, Suiza.

El documento se centra en las recomendaciones aceptadas por el país caribeño en febrero de 2009, cuando se presentó al primer ciclo del EPU, adelantaron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores, ente que coordinó la elaboración del texto.

La situación de los derechos humanos en Cuba, su marco jurídico, los programas que garantizan su disfrute y las proyecciones forman parte de informe de cara a un ejercicio al que deben someterse los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En el documento -publicado por la ONU hace varios días- el Gobierno de la isla aclara que su ámbito de aplicación no incluye el territorio ocupado ilegalmente por la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, donde funciona un centro de detenciones rechazado a nivel mundial por su vinculación con torturas.

Además, denuncia que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington durante más de medio siglo viola los derechos humanos del pueblo cubano.

El texto recoge los logros de la nación caribeña en educación, salud, cultura, deporte, alimentación, protección de los niños, adultos mayores y discapacitados, la libertad religiosa, el tratamiento a reclusos, igualdad de géneros y empoderamiento de la mujer, así como el cumplimiento de los objetivos del milenio.

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Tomado de la página digital de la Revista Bohemia

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