Palabras de Machado Ventura en el Acto Central por el 26 de Julio en Guantánamo
25 de Julho de 2012, 21:00 - sem comentários ainda
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Palabras de José Ramón Machado Ventura, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros en el Acto Central por el 26 de Julio en Guantánamo.
Compañero Raúl;
Compañeras guantanameras y guantanameros;
Compatriotas de todo el país:
Celebramos el acto nacional por el aniversario 59 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en esta tierra guantanamera, escenario de numerosas batallas por alcanzar y preservar la independencia y la justicia para todos los cubanos, y cuna de muchos protagonistas de esas hazañas, desde la resistencia de los esclavos cimarrones la incorporación de cientos de patriotas a las gestas libertarias, sobre todo a partir de la brillante campaña de Gómez, Maceo y Guillermón Moncada en 1871, que prácticamente liquidó un emporio cafetalero que aportaba cuantiosos recursos al régimen colonial.
Y cuando la guerra se reanudó en 1895, por las costas de Guantánamo regresaron a la patria Martí, Gómez, Antonio y José Maceo y Flor Crombet, junto a un ínfimo contingente de combatientes, que en cuestión de días se transformó en poderosa fuerza, al sumársele quienes ya combatían en estas montañas, pues Pedro Agustín Pérez y su tropa estuvieron entre los primeros en alzarse en armas.
Después vino la frustración de los ideales independentistas con la intervención de los Estados Unidos, de la que aún resta una importante secuela muy cerca de aquí: la base naval de Guantánamo.
Continuaremos denunciando tan flagrante violación del derecho internacional, hasta que Cuba ejerza la soberanía sobre esa porción de nuestro territorio. Jamás bajo ninguna circunstancia renunciaremos a recuperar este pedazo de suelo.
En la etapa neocolonial fueron notables las luchas campesinas en esta región como acaba de mencionar el compañero Torres en su intervención de las que son símbolo el Realengo 18 y El Vínculo donde fue asesinado Niceto Pérez.
Con tales antecedentes era lógico que la batalla definitiva por la independencia y la justicia encontrara aquí tierra fértil. Destacadas fueron las acciones para apoyar el desembarco del Granma. El movimiento clandestino y posteriormente las guerrillas que ya actuaban en la zona, constituyeron importante base para la constitución del Segundo Frente Oriental “Frank País”, gran parte de su considerable territorio integra hoy esta provincia.
El apoyo resuelto de la población de las montañas, junto a la incorporación de numerosos hijos e hijas de esta tierra guantanamera al Ejército Rebelde, resultaron decisivos para que día a día, combate tras combate el Segundo Frente cumpliera la misión que el Comandante en Jefe le asignara antes de partir de la Sierra Maestra.
No han sido menores los esfuerzos y sacrificios realizados desde el primero de enero de 1959.
Si en todo el país ha sido necesario avanzar en medio de las limitaciones derivadas de ser un país pequeño y sometido a la permanente guerra económica e ideológica, aún así en dos ocasiones: 1985 y 1995, Guantánamo ganó la emulación especial vigente hasta el pasado año, para otorgar la sede del acto central por el 26 de Julio.
Como fue informado oportunamente, se decidió variar la forma de selección, pues no es justo basarse en un conjunto de índices sobre los resultados económicos y sociales de las provincias, sin considerar que ninguna es igual a otra. Todas deben luchar en lo adelante por alcanzar el cumplimiento de sus planes, con énfasis particular en lo económico. Los resultados deben ser integrales, en lo posible, pero la sede será decidida por el Buró Político de manera rotativa.
Seguros de expresar el sentir de nuestro pueblo, les transmitimos, en nombre de la dirección de nuestro Partido y especialmente de Fidel y de Raúl, la más calurosa felicitación a las guantanameras y los guantanameros, y con ellos a los dirigentes del Partido, el Gobierno y las organizaciones de masas y sociales de la provincia, encabezados por el compañero Luis Torres Iríbar, a quien es justo reconocer la consagración a la misión encomendada y su contribución a los resultados alcanzados.
Ya él se refirió hace unos momentos a las principales tareas acometidas. Al incremento de producciones decisivas del territorio como el café, el cacao y los productos forestales y frutales. Sin olvidar que se está todavía lejos de lo que se necesita y de los rendimientos que deben alcanzarse.
Además quedó una importante deuda pendiente: el incumplimiento del plan de producción de azúcar. Esta vez la industria fue el talón de Aquiles y hay que adoptar las medidas que garanticen que la situación sea otra desde el arranque de la zafra 2012-2013.
En ningún frente ha habido saltos espectaculares, pero hemos podido constatar que existe más organización, disciplina y exigencia, acompañadas de un mayor compromiso, responsabilidad y entusiasmo de los colectivos laborales. Con esas premisas, si nadie se duerme en los laureles, es posible consolidar lo alcanzado y no volver a retroceder, que es lo más importante.
Ya funciona el trasvase, como aquí se expresó, que garantiza el agua al valle de Caujerí y se trabaja en el sistema de riego que concibió el jefe de la Revolución cubana compañero Fidel Castro; está a punto de concluir el nuevo enlace por carretera con Santiago de Cuba y se avanza en los servicios de gastronomía y en el embellecimiento de la capital provincial y otras poblaciones, por solo mencionar algunas de las obras.
Son muchos los problemas que aún restan y no todos se podrán resolver con la brevedad que quisiéramos. Pero puedo asegurarles que se seguirá buscando a cada uno la solución más racional y al alcance de las posibilidades de la economía, según la prioridad establecida. Al respecto puedo informarles que se dará continuidad a una obra muy necesaria y de gran envergadura: el acueducto de la ciudad de Guantánamo.
Compañeras y compañeros:
Los lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido marcan el camino para la actualización de nuestro modelo económico, condición imprescindible para mantener los logros sociales alcanzados por la Revolución, bajo los principios de racionalidad, realismo y eficiencia en el empleo de los recursos, y a la vez satisfacer paulatinamente las necesidades de la población.
No me extenderé en la marcha de la implementación de los Lineamientos y de los resultados de la economía en el semestre recién concluido, asuntos analizados hace pocos días por el Consejo de Ministros, el Pleno del Comité Central del Partido, y la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En especial, las conclusiones del compañero Raúl en esta última, trazan orientaciones precisas sobre cómo actuar en lo adelante.
Los enemigos de la Revolución -tanto los de afuera como los de adentro-, bajo la sombrilla de la crítica a una supuesta lentitud o poca audacia de las medidas adoptadas, ocultan sus verdaderas intenciones de restaurar el régimen de oprobio existente en Cuba hasta 1959.
Continuaremos reforzando la institucionalidad del país, pensando y planificando en detalle cada nueva decisión, y exigiendo al ponerla en práctica que el control y seguimiento a cada tarea sean efectivos y verdaderos. El asunto no consiste en resolver un problema a costa de crear otro, sino en encontrar soluciones definitivas para no retroceder posteriormente.
No ignoramos las limitaciones materiales que muchas veces impiden avanzar al ritmo que quisiéramos, la mayoría derivadas de la crisis económica que hoy azota al planeta y ha disparado los precios de los combustibles, los alimentos y prácticamente todo lo que el país importa, dificultades multiplicadas por el bloqueo.
Pero no permitiremos que esas reales limitaciones se utilicen como pretexto por quienes siguen actuando por inercia, sin iniciativa ni espíritu de pelea frente a las dificultades. Esos que esgrimen constantemente como justificación lo que falta, en vez de aprovechar al máximo los recursos disponibles. Hay que declarar la guerra sin cuartel al derroche, la indolencia y las actitudes negligentes o burocráticas.
El pasado mes de enero realizamos la Primera Conferencia Nacional del Partido, que aprobó cien Objetivos de trabajo encaminados a perfeccionar la labor de la organización, en correspondencia con las tareas y circunstancias actuales. Con igual propósito orientó a la UJC y las organizaciones de masas revitalizar sus estructuras y contenido de trabajo.
Tenemos el deber, en primer lugar los militantes del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, de fortalecer aún más el vínculo con los trabajadores y la población en general; de buscar los mejores métodos que nos permitan escuchar cotidianamente y sobre todo tener en cuenta sus críticas, opiniones y sugerencias para cumplir lo acordado; de predicar con el ejemplo y enfrentar los errores y actitudes incorrectas con valentía y en la forma adecuada a cada circunstancia, de explicar con argumentos convincentes la política de la Revolución y las razones de cada medida. A ello debemos dedicar todos nuestros esfuerzos y energías.
Como la Revolución ha hecho invariablemente, cada decisión trascendente será consultada con los trabajadores encargados de llevarla a cabo e incluso con todo el pueblo cuando resulte necesario.
Por ese camino continuaremos avanzando y haciendo cuantos cambios se requieran, sin ceder un ápice ante las presiones del enemigo y enfrentando resueltamente sus agresiones en cualquier terreno.
No estamos solos en esa decisiva batalla por preservar nuestro derecho a la independencia y a una vida digna. Contamos con la solidaridad de muchas mujeres y hombres de vergüenza en todos los confines del planeta. La verdad y la justicia tarde o temprano terminan por imponerse.
El respaldo cada vez mayor a la justa causa de nuestros Cinco Héroes es muestra evidente de esa creciente solidaridad. Ratificamos a nuestros queridos hermanos el reconocimiento de sus compatriotas por tan valiente y digna actitud, junto al compromiso de no cejar en la lucha hasta lograr su definitivo regreso a la patria.
Contamos igualmente con la amistad y el apoyo de numerosos gobiernos y organizaciones progresistas, en particular del ALBA, de la hermana Venezuela y su líder, el Comandante Hugo Chávez Frias, entrañable amigo de Cuba.
Hoy podemos afirmar que no fue en vano el sacrificio de los mártires del 26 de Julio y de cuantos cayeron, antes o después, en defensa de la justicia y la libertad.
Como aquellos que en la mañana de la Santa Ana no dejaron morir al Apóstol en el centenario de su nacimiento, las actuales y futuras generaciones de revolucionarios mantendrán por siempre vivo el legado glorioso de los próceres de la patria.
¡Gloria eterna a los héroes y mártires del 26 de Julio!
¡Viva la Revolución!
¡Viva Fidel, ¡ Viva Raúl !
¡Viva Cuba libre!
¡Venceremos!
Además, Intervención de Luis Antonio Torres Iribar, Secretario del Partido Comunista de Cuba en Guantánamo, en el acto central por el aniversario 59 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Plaza Mariana Grajales, Guantánamo
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El Asalto al Moncada: Las ideas no se matan
25 de Julho de 2012, 21:00 - sem comentários aindaPor Bertha Mojena Milian
Desandar en la historia, como quien surca caminos ya trazados, siempre es un reto imaginario que nos hace sentir más cerca de los hechos, de los hombres, de un pasado vital para el presente y el futuro.
Y aunque a veces parezca lejano, eso sentimos muchos después de leer libros, ver imágenes y escuchar varias versiones de algunos hechos históricos y nos atrevemos a crear nuestra propia idea del sentir de unos hombres tan jóvenes como nosotros mismos y movidos por los más sagrados sentimientos de amor y humanidad.
Sí, amor, amor profundo a sus raíces, a la vida, a la solidaridad y los deseos de ser dignos, y ¿por qué no?: también a un pasado, a una memoria que rescatar, defender, enaltecer, y a ellos mismos, a su derecho a ser felices, tener vida propia, libertad para amar y decidir.
Así, entre locuras, sueños, vicisitudes, anhelos y mucho amor, imagino el despertar de los jóvenes del Centenario aquel 26 de julio de 1953, sin importar los riesgos, las diferencias, la inexperiencia, solo pensando en el influjo de politiquería y represión que bañaba a este pueblo, bajo el régimen surgido el 10 de marzo de 1952.
Homenajeaban a uno de los pensamientos más universales de todos los tiempos, el del Apóstol de la independencia cubana, pero más que todo, se definía el destino de un pueblo heroico por tradición propia e indiscutible.
Y ahí estaban estos muchachos, jóvenes presentados por la tiranía como expertos tiradores entrenados para el combate y el uso de todo tipo de armas. Pero no eran sino hombres y mujeres del pueblo que centavo a centavo a centavo reunieron dinero para comprar armas modestas para realizar la acción.
Allí estuvieron Elpidio Sosa y Jose Luis Tassende, quienes vendieron sus plazas de trabajo, Pedro Marrero, quien vendió prácticamente todos los muebles y equipos de su casa y Fernando Chenard quien empeñó efectos personales y la cámara fotográfica con que se ganaba la vida.
Y eran así, trabajadores de la construcción, del comercio, la gastronomía, campesinos, labriegos, braceros del campo, mecánicos, choferes, contadores y hasta un médico y un boxeador profesional. Con ellos, se retomaba el camino hacia la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes que se confirmaría años después.
Después vendría lo inevitable, lo denunciado por FIDEL en “La Historia Me Absolverá”, el horror de la masacre desatada por los esbirros. Y los números no nos dejarían mentir: Solo 6 de ellos cayeron en las acciones, pero después 25 fueron apresados y asesinados en el Moncada, 10 en la ciudad y 19 en los tres días posteriores a los asaltos.
Al rememorar los hechos e intentar sentirlos cercanos, entenderlos, explicarlos para el mañana, resulta entonces ensordecedor que traten los enemigos de la Revolución dentro y fuera de Cuba, de desmentirlos, de reconstruirlos a su antojo, con la más cruel de las falsedades.
Ahora resulta que hacen películas y documentales, escriben libros de historia y nuevas biografías de Fulgencio Batista, presentándolo como un redentor y benefactor. Y hasta se yerguen presentando la Cuba de 1953 como la panacea de América Latina, el camino hacia el mejor de los mundos desarrollados, y no el infierno de miseria, analfabetismo, insalubridad, prostitución, corrupción, discriminación y represión que reinaba en la isla, vendida por el gobierno al capital y la mafia norteamericana.
Ahora desmienten que Batista y sus generales fueron los que dieron la orden para que por cada soldado caído en los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, eliminar 10 combatientes revolucionarios.
El 26 de julio abrió un camino nuevo en las formas de lucha del pueblo cubano por su libertad y dejó un gran ejemplo para todos los revolucionarios de Cuba y el mundo, un mensaje para la eternidad: convertir los reveses en victoria y seguir adelante si de verdad existe decisión de lucha, de trabajo duro y consciente.
Acercándome al Moncada, a sus hombres, a la vida de los que cayeron allí, aprendí por qué con su estirpe de líder indiscutible, el 26 de julio erige a Fidel al frente de la Revolución en la marcha inevitable hacia el triunfo; supe que en un acto de valentía sin límites, en la audiencia de Santiago de Cuba el joven Raúl Castro le quitó la pistola al jefe de la policía e hizo prisioneros a todos sus integrantes, de lo contrario, habrían sido asesinados.
Comprendí entonces a valorar qué significaría desde entonces y para siempre “Ya estamos en combate”, el poema del Moncada, y aprecié el gran sentido del Himno de la libertad o Himno del 26 de julio, compuesto por Agustín Díaz Cartaya y tarareado por los combatientes y después por tantas generaciones de cubanos, que durante casi 6 décadas hemos decidido seguir trazando nuestros propios destinos.
Desandando la historia, he encontrado los valores que dan sentido al combate diario, al trabajo duro, al futuro que construimos. Y en medio de las flores con espinas, de los equívocos y los temores, continuamos defendiendo nuestra luz y buscando el honor, tras las apariencias que pretenden estamparse como verdades.
Los hechos, los hombres, el pasado que no es presente ni será futuro, nos legó entonces la facultad para enaltecer con voz propia, el orgullo y el deber de ser cubanos y aprender de aquellas palabras del Teniente Sarría, un oficial negro que impidió en aquellos días que asesinaran a Fidel, cuando repetía una y otra vez: “las ideas no se matan”.
Otro aniversario más: El 26 de julio a casi seis décadas.
25 de Julho de 2012, 21:00 - sem comentários aindaPor Salvador E. Morales Pérez, IIH/UMSNH*
Este día 26 de julio de 2012 se cumplen 59 años de aquella memorable acción insurreccional llevada a cabo por puñados de jóvenes idealistas cubanos cuya repercusión no han logrado apagar todos los arsenales gastados en ahogar su perdurable significación. En las ciudades de Santiago de Cuba y de Bayamo se lanzaron contra una dictadura de aquellas que amparadas y sostenidas en los mitos de la guerra fría pretendían retrotraer y varias lo lograron, los avances políticos económicos y sociales acumulados en la era de lucha contra el fascismo aupado desde la crisis de 1929.
Cerrados los caminos políticos no dejaron más opción que la lucha armada.
Una ola de militarismo golpista se estaba abatiendo sobre las frágiles democracias representativas, reformistas y nacionalistas, en Perú, Venezuela y Cuba, y en Colombia se entronizaba un brutal régimen conservador, entretanto viejas dictaduras como las de Trujillo en República Dominicana y Somoza en Nicaragua, se arrimaban al carro de la carrera armamentista, del pretextoso anticomunismo que barría conquistas obreras y sociales y plagaba de chispas el planeta para encender nuevas confrontaciones. Todo lo que el mundo esperaba - y en América Latina se esperaba mucho - en mayo de 1945 al cesar la guerra mundial se estaba yendo a pique.
Los efímeros sueños desarrollistas de industrialización, de beneficios económicos y sociales, de legislaciones sociales progresistas y modernas a favor de los trabajadores, de libertades y avances políticos, con los matices de cada caso nacional se anulaban sin piedad. Con la complacencia evidente de los intereses extranjeros, particularmente aquellos que estaban fuertemente representados en la maquinaria gubernamental en Washington. Maquinaria que con distintos grados de visibilidad estaba actuando – como sigue haciéndolo hasta ahora - en sostenimiento de los regímenes aliados aunque fuesen los dictatoriales reinantes. Regímenes que se convirtieron en los principales receptores de los sobrantes de guerra, que se emplearon para establecer un campo de terror. Miles de víctimas lo testimonian.
Aquellos jóvenes, encabezados por Fidel Castro, leyenda viviente, fueron a la acción libertaria jugándose el todo por el todo. Mal armados, pero bien inspirados. Nada menos que por las ideas de José Martí, aquel formidable héroe de carne y hueso, que cayera atravesado por tres balazos luchando por una república con todos y para el bien de todos que echara sobre sus hombros antillanos la tarea de frenar la expansión imperialista en ciernes.
Unos cayeron en desigual combate, como ya lo sabían. Otros fueron asesinados por la orden colérica de Batista de diezmar a los prisioneros. Pocos lograron escapar y marchar al exilio, el resto fue a parar a prisión. Sus ejemplos sirvieron de inspiración. Tuvieron no pocos émulos en las islas del Caribe y en la masa continental americana.
Desde la lontananza, los acontecimientos del 26 de julio de 1953, pueden verse de diversas maneras, pero yo deseo interpretarlos como un hito de partida. En el largo plazo en que se debe observar el denodado esfuerzo por culminar su proceso de cambios la Revolución cubana y la evolución de estos pueblos emergentes de la América nuestra, durante poco más de medio siglo, en dramática conflictividad de etnias, culturas, razas, clases sociales, cristalizaciones nacionales, estos hechos unidos marcaron el rumbo de un nuevo proceso que no cesa de desplegarse, con nuevos y paradójicos elementos. Un proceso arduo, sembrado de dificultades, al costo de vidas, sacrificios, éxitos y errores, como todo acontecer, marcado por la resistencia de quienes se aferran a sus egoísmos y por quienes pugnan por el bien de la humanidad en su conjunto.
Quienes hemos vivido esta era de cambios y de resistencias, de revolución, involución y de contrarrevolución hemos podido aprender de una dura experiencia que nos permite valorar con respeto y sentido crítico las tortuosidades del camino. Ponderar los logros sin regodearnos en lo hecho. Conscientes, como Bolívar, de que mientras quede algo por hacer nada está hecho.
De esta manera, la Revolución Cubana que se desprendió de estos aconteceres ha vivido su experiencia en el marco más amplio de estas dinámicas. Ha experimentado momentos de solidaridad y de aislamiento, hostilidades y victorias, avances y desgarros. Plaza sitiada, ha salido al mundo a pelear, sin miedos ni vacilaciones. A la ideología enemiga ha respondido con las ideas revolucionarias y patrióticas. A las armas respondió con las armas. Ha peleado en las sombras y a la luz del sol. No la han vencido aunque no todo ha sido éxito. La batalla ha sido desigual. Han entorpecido su proyecto, han perturbado su tranquilidad. La cubana es una revolución inconclusa que sigue batallando en cambiantes y difíciles condiciones por cuajar un estado social de bienestar colectivo “con todos y para el bien de todos” sea cual sea la etiqueta que le queramos dar: socialismo, colectivismo, humanismo, buen vivir. .. Lo importante es la esencia. Esa esencia – o renovado programa movilizador - que a estas alturas de la historia, con las pifias del experimento soviético, que aun no acabamos de analizar, está pendiente de rediseñar, de tal modo que las nuevas generaciones que no han vivido estas experiencias con la perspectiva de seis décadas, traumatizadas por las secuelas turbias de esta era neoliberal, puedan sentir un asidero intelectual y emocional lo suficientemente inspirador para emular las hazañas con las cuales hace 59 años se inició este proceso pendiente de rematar.
* Doctor en Historia, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Saludamos con respeto, reconocimiento y creciente entusiasmo, los logros de la Revolución Cubana
25 de Julho de 2012, 21:00 - sem comentários aindaAsí expresa el mensaje que el Comandante Daniel envió a los líderes de la nación antillana, Fidel y Raúl Castro, con motivo del aniversario 59 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, gesta que inició el camino para la verdadera independencia del pueblo cubano
25 de julio de 2012 | 19:09:02
En estos Tiempos de inmensos desafíos para la Inteligencia, la Sensibilidad y la Racionalidad Política, saludamos con respeto, reconocimiento y creciente entusiasmo, los logros de la Revolución Cubana, afirmó este miércoles el Comandante Daniel en una carta enviada a Fidel y Raúl Castro, con motivo del aniversario 59 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
En la misiva, Daniel señala que “auguramos éxitos plenos en esta Nueva Fase de la Economía y el Desarrollo Sostenible, que el Partido, el Gobierno y el Pueblo cubano, desarrollan en compromiso pleno con los Principios y los Objetivos del Socialismo”.
Y finaliza diciendo que "A ustedes, Fidel, Raúl, Comandantes de la Revolución Cubana y Nuestroamericana, nuestro abrazo fraternal desde esta Nicaragua Sandinista y Revolucionaria, que tanto les admira, y que inspirados en tanta convicción revolucionaria, vive su propia Ruta de Socialismo, Cristianismo y Solidaridad.
A continuación texto íntegro de la misiva:
Managua, 25 de Julio del 2012
Queridos Hermanos Fidel y Raúl
Comandantes de la Revolución Cubana
Querido Pueblo de Cuba:
Nos separan 59 años de la Gesta imborrable del Pueblo cubano, que tomó el Cielo por Asalto en el Cuartel Moncada. Han transcurrido décadas en las que la Visión de Fidel, de Raúl, al frente del Movimiento de Liberación de su Pueblo, ha probado no sólo su razón histórica, sino su condición de Piedra Fundacional de la Revolución Latinoamericana y Caribeña que hoy, extendida por Nuestroamérica, fortalece nuestra capacidad de lucha y de Victorias trascendentes.
Vivimos la segunda década del Siglo XXI... Cuánto Tiempo, cuánta Gloria, cuánta Historia en cada paso recorrido, en cada día transcurrido, abriendo caminos para la Educación, la Ciencia, la Cultura, la Salud, y una Propuesta de Justicia Social, de Derechos Plenos, de Humanidad realizándose, que despertó al Continente.
Cuántos sueños compartidos, cuántas ideas y aspiraciones realizándose, cuánto Porvenir en permanente construcción...!
La Revolución Nuestroamericana y Caribeña debe a la Revolución Cubana esa Señal Victoriosa que desde el Cuartel Moncada marcó la salida, en carrera limpia, de una Nueva Conciencia, un Nuevo, muchos Nuevos Amaneceres, y sobre todo, de Programas y Proyectos que constituyen Rutas definitivas de Liberación, de Independencia y de la indispensable Complementariedad que nos hace fuertes y encaminados hacia Soberanías Plenas en todos los Campos.
En estos Tiempos de inmensos desafíos para la Inteligencia, la Sensibilidad y la Racionalidad Política, saludamos con respeto, reconocimiento y creciente entusiasmo, los logros de la Revolución Cubana, en todas las disciplinas del Pensamiento, la Investigación, la Ciencia, la Educación, la Cultura, y auguramos éxitos plenos en esta Nueva Fase de la Economía y el Desarrollo Sostenible, que el Partido, el Gobierno y el Pueblo cubano, desarrollan en compromiso pleno con los Principios y los Objetivos del Socialismo.
A ustedes, Fidel, Raúl, Comandantes de la Revolución Cubana y Nuestroamericana, nuestro abrazo fraternal desde esta Nicaragua Sandinista y Revolucionaria, que tanto les admira, y que inspirados en tanta convicción revolucionaria, vive su propia Ruta de Socialismo, Cristianismo y Solidaridad.
Daniel Ortega Saavedra
Presidente de la República
Fuente La Voz del Sandinismo
Carta de Fidel Castro a Hugo Chávez
25 de Julho de 2012, 21:00 - sem comentários ainda«Fidel, gracias por ese mensaje, tienes razón: es un solo pueblo el de Bolívar, Martí, Alfaro. Es un solo pueblo que se ha levantado de nuevo. Fidel es un gran bolivariano, fue y sigue siendo un gran estudioso del pensamiento de Bolívar»,
Querido Hugo, te escuché hoy por la tarde cuando hablaste en Guárico, sorpresa total, pensé que lo harías en Barinas, buena táctica, el factor sorpresa desconcierta a la alianza, nada subestimable, de yanquis y oligarcas en Venezuela.
Supe así, por esa vía, que dentro de 10 días cumplirás 58 años. Tenía alguna duda sobre el número exacto que sumarías en esa fecha, pensaba que tal vez era 59, de todas formas ese día no te felicitaré por tu 58° aniversario, ya que desde ahora mismo lo hago con el invariable y sincero afecto de siempre.
Creo que yo era ya viejo cuando hice algunas cosas que muchas personas atribuían simplemente a mi juventud. Ciertamente es una vergüenza que hubiera perdido tanto tiempo cuando terminé el bachillerato, al que se le añadió un año más hasta sumar doce, había cumplido ya 19 y no tenía ni siquiera nociones de la disciplina y experiencia militar. Tú en cambio te habías graduado como oficial de la Academia Militar.
Menos mal que los mediocres políticos burgueses de Venezuela admitían que un ciudadano, a pesar de su condición social y origen étnico, podía ser guardián del orden oligárquico, confiaban que el dinero, los honores y el interés personal prevalecerían en la institución militar de un país latinoamericano.
Durante casi 200 años congelaron los sueños del Libertador, que esta vez volvieron a tener vigencia plena sólo 210 años después y cuando ya el más poderoso imperio era dueño del mundo.
Veintiséis años tenía yo cuando el golpe militar proyanqui de Batista, partiendo sólo de ideas invertí un año, cuatro meses y 16 días en organizar, entrenar y armar a los jóvenes patriotas que atacaron los cuarteles de Santiago de Cuba y de Bayamo.
Cuando tú tenías la misma edad poseías ya un nivel de conocimientos militares y políticos en especial los que emanaban de las ideas de Miranda, de Bolívar y de toda una generación de patriotas que escribieron una de las más brillantes historias del planeta en pro de la libertad y la justicia para los pueblos oprimidos.
Me asombra como aún hoy seguimos aprendiendo de ellos, especialmente tú que representas al pueblo bolivariano en este instante singular de su historia. 58 años no es nada, Hugo, yo que tengo casi 28 años más he vivido una parte importante de los últimos 100 años pueda dar fe de lo que significa el tiempo en esta época.
Honor especial merece el pueblo venezolano por su inmensa capacidad de comprender la hazaña que junto a ti lleva a cabo. No importa que mis mensajes se acumulen, algún día quizás tengan determinado valor como testimonio de esta época singular que ambos pueblos, me atrevería a decir nuestro único pueblo, el de Bolívar y Martí, está viviendo.
¡Hasta la victoria Siempre!
Fidel Castro
18 de julio de 2012
9:14 PM
(Tomado de Página web del gobierno de Venezuela)