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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

Por Los Cinco: Desde Atenas hasta Viena

25 de Agosto de 2014, 22:30, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Queridos compatriotas:

Del 10 al 12 de Octubre tendrá lugar en Viena, la bella capital de Austria, el 9no. Encuentro de cubanos residentes en Europa.

Ahora estamos atravesando una nueva era de las relaciones de Cuba y Estados Unidos y es el momento de unir nuestras voces para pedirle a Obama que libere a Gerardo, Ramón y a Tony y le ponga fin al bloqueo, para lo cual necesitamos eventos internacionales como voces por los 5 en Londres y la Jornada 5 Días por los 5 en Washington, donde se reunieron diferentes personalidades de la política y del mundo de la intelectualidad, conjuntamente con movimientos solidarios internacional para presionar al presidente Obama en su último mandato.

En la pasada cita en Atenas hicimos un llamado al Terremoto de cintas amarillas y ahora en Viena convocamos a un Terremoto de recaudación de fondos financieros, ya sea por asociaciones o de forma individual para poder continuar intensificando la lucha por la liberación de Gerardo, Ramón y  Tony con acciones políticas y culturales internacionales que denuncien la injusticia cometida en el caso de los Cinco y tomar como uno de los escenarios de lucha el propio territorio de los Estados Unidos donde fueron hechos prisioneros, procesados y sancionados injustamente y es aquí donde tienen que liberarlos.

Coterráneos, esta es la mejor manera en que nosotros podemos contribuir a esta lucha por la justicia de nuestros hermanos, que sufren injustas sanciones.

¡Patria es humanidad! Y quiero finalizar el mensaje con una frase de nuestro Apóstol José Martí que Gerardo tiene durante anos en la pared de su celda y que precisamente la utilizo cuando nos envió un mensaje de fin de año a los cubanos residentes en el mundo amantes de la Paz y la Justicia.

«PARA LOS FIELES, VENGAN TARDE O TEMPRANO,

GUARDA CUBA TODO SU AMOR,

PARA LOS INCAPACES DE AMARLA Y SERVIRLA,

BASTA CON EL OLVIDO»

Nos vemos en Viena, un abrazo solidario,

Josefina Sánchez Bazán



Sobre denuncia de Silvio, Abdala, Martí, Cuba, ayer, hoy y mañana

24 de Agosto de 2014, 23:38, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda
Circula por los casi infinitos campos de Internet un texto publicado por Silvio Rodríguez en su blog Segunda Cita en el que denuncia el corte de electricidad a los Estudios Abdala por problemas con el pago, que provienen de otros males como un traslado de institución, entre otros (porque seguramente habrá una cadena de causas).
 
Ojo: las trasformaciones económicas que hacemos en el país se están tomando por no pocas personas (en todos los niveles), como un proceso radical inverso, o sea, ir desde un país que ponía todo en función de un sueño -al costo que fuese, aunque nos desfondáramos-, hacia otro donde todo se reduce a un problema matemático, o sea “sacar cuentas y recuentas” y lo que no sume al bolsillo se rechaza. Si fuéramos hacia ese dos más dos son cuatro, estaríamos construyendo un capitalismo más para la lista de la infamia destructora mundial.  
Parece escrito ahora mismo esto que nos dejó José Martí:
“¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos? Hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía, que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombre la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues ésta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla les da el deseo y la fuerza de la vida. ¿Adónde irá un pueblo de hombres que hayan perdido el hábito de pensar con fe en la significación y alcance de sus actos? Los mejores, los que unge la naturaleza con el sacro deseo de lo futuro, perderán, en un aniquilamiento doloroso y sordo, todo estímulo para sobrellevar las fealdades humanas; y la masa, lo vulgar, la gente de apetitos, los comunes, procrearán sin santidad hijos vacíos, elevarán a facultades esenciales las que deben servirles de meros instrumentos y aturdirán con el bullicio de una prosperidad siempre incompleta la aflicción irremediable del alma, que sólo se complace en lo bello y grandioso.

 

“La libertad debe ser, fuera de otras razones, bendecida, porque su goce, inspira al hombre moderno -privado a su aparición de la calma, estímulo y poesía de la existencia- aquella paz suprema y bienestar religioso que produce el orden del mundo en los que viven en él con la arrogancia y serenidad de su albedrío. Ved sobre los montes, poetas que regáis con lágrimas pueriles los altares desiertos.
 
“Creíais la religión perdida, porque estaba mudando de forma sobre vuestras cabezas. Levantaos, porque vosotros sois los sacerdotes. La libertad es la religión definitiva. Y la poesía de la libertad el culto nuevo. Ella aquieta y hermosea lo presente, deduce e ilumina lo futuro, y explica el propósito inefable y seductora bondad del universo.”  
Nuestro proceso de “perfeccionamiento económico” tiene que lograr la eficiencia económica, pero ella no puede ser el fin, sino un medio: lograr la eficiencia económica para… claro, para que la gente viva materialmente mejor, pero sobre todo para que su nivel de vida “poético” sea muy superior. O sea, para que tengamos un día ese pueblo culto, que empezó a tejer Martí, que Fidel (con la proeza de un pueblo) comenzó a implementar desde la campaña de alfabetización y que hoy se expande por toda la América Nuestra y Nueva.
  
Tiene que ir, a la par (y como fruto de) una economía sustentable y eficiente, un desarrollo (imprescindiblemente espectacular) en la cultura del pueblo; por lo cual las cuentas tienen que ser en términos de números, y de memoria, y de sueños, y de poesía, y de raíces. Si no, en el ansiado caso de que lográramos un país de bonanza económica, lo conseguiríamos con la destrucción espiritual (que ya no es escasa) y cabría entonces decir como advirtiera Martí del  monstruo -al que le conoció muy bien las entrañas-: “maldita sea la prosperidad a tanta costa”. Y ese es el peligro que nos acecha si, buscamos la eficiencia, el desarrollo, tomando acríticamente mecanismos foráneos; aunque creo que estamos dando pasos económicos creativamente, analizando y hurgando en nuestra realidad y posibilidades, debemos tener un bombillo rojo de alerta en todo momento con las fuentes de creación espiritual, que resulta de vida o muerte para la salvación de la nación cubana. Nuestros medios, y muchos funcionarios, en las instituciones, centros de trabajos, medios masivos, ponen constantemente el acento en la prosperidad económica cual si en eso consistiese la nueva utopía. Con ese dicurso lo que debe ser “el medio de”, se convierte en “el fin”. Y esto va tejiendo automáticamente una ideología pragmática, de acumulación de objetos, de “lucha tu yuca, taino” como dice el trovador Ray Fernández. Muy peligroso, y cabe retornar a José Martí que nos alerta:          
“Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento. Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad. / Y si hay esta diferencia de organización, de vida, de ser, si ellos vendían mientras nosotros llorábamos, si nosotros reemplazamos su cabeza fría y calculadora por nuestra cabeza imaginativa, y su corazón de algodón y de buques por un corazón tan especial, tan sensible, tan nuevo que puede llamarse corazón cubano, ¿cómo queréis que nosotros nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan? / Imitemos. ¡No!—Copiemos. ¡No!—Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos.—Creemos, porque tenemos necesidad de creer. Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. La sensibilidad entre nosotros es muy vehemente. La inteligencia es menos positiva, las costumbres son más puras ¿cómo con leyes iguales vamos a regir dos pueblos diferentes? / Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!”. 
Creo que debemos estudiar el proceso Revolucionario, especialmente el menos estudiado y más necesario ahora, el que viene desde enero del 59 hacia acá, con profundidad, hurgando en los errores, desde (como diría Pablo, en aquella canción que hizo con Silvio) “la gloria que se ha vivido” y hurgar también en todo lo que se empezó a tejer creativamente que quedó malogrado en los disimiles y difíciles caminos. 
 
Tenemos un país con un potencial intelectual tremendo que pudiera lograr ese empeño que no quiero llamar más económico, sino económico-cultural.  
 
Ojo: Con esto que está ocurriendo con Abdala (y vengan Martí nuevamente a dar nombre a esos Estudios de grabación con esa obra dramática donde precisamente defiende a la patria por encima de sus amores íntimos, y qué hermoso –déjenme seguir con incidentales asociadas- que un grupo de jóvenes representara precisamente esa obra en la cúspide del Pico Turquino, hace unos días por el cumpleaños de Fidel), Ojo, pues lo de Abdala es un simple (o no tan simple) ejemplo. Por error o de concepción o de aplicación, o de tergiversación o burocracias, se toman medidas tajantes en disímiles lugares que pueden estar tronchando procesos culturales en los que va la vida espiritual de la nación. 
 
Música auténtica hace falta en cantidades galácticas y que le llegue a la gente: la contaminación sonora y espiritual global está niveles tales de descerebramiento y descorazoniamiento y desmemoria, que espanta.  
 
Se sabe que no es fácil proteger, salvar, la cultura en una era inculta, donde se ha globalizado la seudocultura consumista, depredadora de la cultura auténtica de los pueblos, y del espíritu humano; y menos fácil para un país al que le han llovido cercos económicos, ideológicos, imperiales; pero defendiéndonos de ellos hemos tejido nuestros propios cercos, que debemos romper; pero “ojo” no se trata de botar el sofá, no se trata de desideologizarnos, sino de reideologizarnos desde una cultura más honda, más libre. Se hace difícil salvar la cultura, pero hay que salvarla, porque es la única forma de salvar a la gente, necesitamos y mucho, la prosperidad económica del pueblo; no para que el pueblo tenga, sino para que el pueblo sea. Hemos sorteado esos temporales precisamente con ideas, como para dar la razón a José Julián cuando llevó al extremo su ideal diciendo: sin pan se vive, sin amor no.
 
Cierto que nos viene muy bien el pan, pero sin amor no.
 
Me cabe decir ya como Violeta Parra: 
y más no cántico, porque no quiérico:
tengo flojérica en los zapáticos,
en los cabéllicos, en el vestídico,
en los riñónicos y en el corpíñico.
Aquí va la letra de la canción “El problema” del propio Silvio Rodríguez acompañando al problema real que tiene (que tenemos) ahora  y que denuncia en su blog Segunda cita

El problema

Autor: Silvio Rodríguez 
El problema no es
si te buscas o no más problemas.
El problema no es
ser capaz de volver a empezar.
El problema no es
vivir demostrando
a uno que te exige
y anda mendigando.
El problema no es
repetir el ayer
como fórmula para salvarse.
El problema no es jugar a darse.
El problema no es de ocasión.
El problema, señor,
sigue siendo sembrar amor.
 
El problema no es
de quien vino y se fue o viceversa.
El problema no es
de los niños que ostentan papás.
El problema no es
de quien saca cuenta y recuenta
y a su bolsillo
suma lo que resta.
El problema no es de la moda mundial
ni de que haya tan mala memoria.
El problema no queda en la gloria
ni en que falten tesón y sudor.
El problema, señor,
sigue siendo sembrar amor.
 
El problema no es
despeñarse en abismos de ensueño
porque hoy no llegó
al futuro sangrado de ayer.
El problema no es
que el tiempo sentencie extravío
cuando hay juventudes
soñando desvíos.
El problema no es
darle un hacha al dolor
y hacer leña con todo y la palma.
El problema vital es el alma.
El problema es de resurrección.
El problema, señor,
será siempre sembrar amor.
(1991)
 
Publicado por Fidel Díaz en El Diablo Ilustrado


¿Qué seremos entonces?

24 de Agosto de 2014, 21:42, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Luis Sexto*

 

Cierto conferenciante en una universidad romana intentaba demostrar hace algún tiempo que a la música actual le falta corazón. Pueden sobrar combinaciones de sonidos e instrumentos para ejecutarlas, pero se echa de menos el latido de la emoción. Posiblemente, a ciertos juicios les  parezca un disparate tal conclusión. Otros, en cambio, se darán cuenta de que lo  predominante en el éter o en algún espacio es la estridencia, el ruido que  enardece la herencia primitiva de nuestra especie.

Para gustos -modifico el dicho- hay sonidos y colores. Y si me he colado en sector tan técnico ha sido como un modo de entrar en el tema. Corazón, pues, le falta sobre todo a la política, a las relaciones entre países y al uso del derecho internacional. De tanta cordialidad carecen las potencias económicas y militares, que a la puerta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas podría colgársele este cartel promocional: “Se legalizan  agresiones, siempre y cuando provengan del fuerte contra el débil.”

¿Y qué letrero levantar en la fachada del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial? Cualquier término negativo encajará. Porque, en esencia, le falta corazón al capitalismo cuya economía aparenta multiplicar, y en la distribución resta más que divide: resta a los muchos para sumarles la diferencia a los menos. Y le falta sensibilidad a su prensa, o a  cierto sector de su prensa, que destruye un prestigio, sin discernir la verdad o la mentira, como si bebiera indiferentemente  un trago de mal güisqui.

Pero no es hábito de esta columna aterrizar en pistas internacionales. Y si hablo de cordialidad y sensibilidad –casi sinónimos en la semántica de las relaciones humanas- es para insistir en que a cada uno de nosotros y a las instituciones del país no nos debe faltar la sensibilidad, ni la cordialidad. Y si un tímpano preparado para oír y valorar los sonidos medidos y armonizados, puede detectar la falta de corazón de esta o aquella música, también una conciencia sensible sabrá precisar qué es y que no es ni podrá ser la política en Cuba.

Hace más de 150 años, un cubano llamado Antonio Bachiller y Morales, hombre de letras y ciencia, dijo en su curso de economía política en el seminario de San Carlos y San Ambrosio, que las acciones económicas eran válidas si servían para hacer felices al mayor número posible de personas. Dicho esto, que se empalma con los fundamentos del humanismo de la cultura cubana y la doctrina de la Revolución, tendremos que reconocer que la política necesita de un sustento ético. Porque sin el beneficio de la ética, la política se inclinaría a resolverse en consigna o cálculo de intereses.

Como advertencia imprescindible, oímos que todo cuanto se decide hoy en la sociedad cubana en lo económico y lo social, incluso en lo político, exige una anulación de la vieja mentalidad y la articulación de un nuevo concierto de ideas, iniciativas, costumbres y enfoques que sean el antídoto de ciertas fórmulas ya estériles. ¿Quién negaría que si la visión pervive envejecida, prácticamente la concreción de leyes, resoluciones, modificaciones atravesarán una zona reblandecida, demasiado movediza como para subsistir erectas y actuantes?

A mi manera de juzgar, la ética como orientación básica de los actos económicos o políticos nos tendrá que conducir a un fin, el fin auténticamente revolucionario y socialista: procurar la felicidad o el bienestar de la mayor cantidad posible de nuestros compatriotas. Cualquiera otra finalidad quizás se conjuraría contra lo actualmente proyectado o aplicado. Por tanto, la ética del deber ser tendrá que prevalecer contra la desvaída ética de lo que es o ha sido.

Se me ocurre un símil, un juego de palabras: podrá haber receso “docente”, pero nunca habrán de entrar en receso las actitudes “decentes”. ¿Me explico? La decencia, palabra que define verdaderamente a cualquier ciudadano, tendrá que convertirse en un rasero, una condición. Porque decente es mucho más que capaz, inteligente, culto. Decente viene siendo el que emplea sus facultades y posiciones para trabajar por los demás, sin acudir a las apariencias, o a las promesas fatuas, o a la mentira, ni otras mañas de basurero.

Y en ello consiste la diferencia: O nos renovamos en ideas y actitudes honradas, y consecuentemente  con el espíritu de la nación y del socialismo renovado, somos medidos y pesados por la actitud ética, o seremos… qué. Podría terminar la disyuntiva, mas no quiero ser pájaro de mal agüero y permito que lo medite usted, si me leyó hasta aquí.

 

*Periodista cubano y Premio nacional de periodismo José Martí 2009; tiene una columna fija los viernes en el periódico Juventud Rebelde. Datos Ecured

Tomado de su Blog "Patria y Humanidad"



Cuba y la partición de Palestina (año 1947): Documento de archivo

23 de Agosto de 2014, 23:00, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Publicado en exclusiva por Discrepando.com

El Sr. Ernesto Dihigo (Cuba):

"De modo muy breve deseamos exponer las razones por las cuales la delegación cubana se ve obligada a votar en contra del Plan de la partición de Palestina, recomendado por la Comisión ad hoc.

Hemos seguido con interés los debates; analizados los argumentos de unos y otros, a fin de llegar a la conclusión que nos pareciera más justa.

Cuba ha demostrado su simpatías hacia los hebreos y aprecio por sus cualidades, pues ha admitido en su territorio a miles de ellos, que hoy viven entre nosotros libres y tranquilamente, sin discriminaciones, ni prejuicios, pero no podemos votar aquí conforme a sus deseos, porque consideramos que la partición de Palestina es contraria al derecho y la justicia.

En primer, la base inicial de toda su reclamación es la declaración Balfour, causante de todo el problema que hoy tenemos ante nosotros. Pero la Declaración Balfour, a juicio nuestro, carece por completo de valor jurídico, pues el Gobierno Británico ofreció en ella una cosa de la cual no tenía derecho a disponer, porque no era suya. Mas, aceptando su validez, lo que ahora quiere hacerse va mucho más allá de sus términos, pues la misma prometió a los hebreos un “hogar” nacional en Palestina, dejando a salvo los derechos civiles de la población árabe; pero no un estado libre, cuya creación forzosamente representaría una violación de esos derechos que se trato de salvaguardar.

Es también contraria al derecho la Partición, si nos atenemos al mandato contenido por la Sociedad de Naciones Unidas. Cabría preguntar si la Sociedad de Naciones podría, en justicia, hacer lo que hizo, o sea, ordenar el establecimiento de un hogar nacional judío con las grandes consecuencias demográficas y políticas que ha tenido, en una tierra ajena, sin el consentimiento de sus habitantes. Pero, admitiendo el hecho, la partición que estudiamos va contra los términos de ese mandato, que un articulo ordeno no fueran afectados los derechos y la posición de la población hebrea de Palestina. Y mal puede sostenerse que esos derechos no resultan perjudicados, cuando va a arrebatárseles a los nativos más de la mitad de sus territorios, y varios cientos de miles de árabes quedaran sometidos al gobierno hebreo, y colocados en una situación subordinada, allí, donde antes eran los dueños.

En tercer lugar, el proyecto es también contrario al derecho, porque va contra la libre determinación de los pueblos, que era principio esencial del Parto de la Sociedad de Naciones, pues aquí se está disponiendo de la suerte de una nación, privándola de la mitad de su suelo nacional, el suelo que ha tenido durante muchos siglos, sin que se haya consultado para conocer su opinión. Y si del Pacto de la Sociedad pasamos a la Carta de las Naciones Unidas, encontramos que va a cometerse idéntica violación, porque el principio de la libre determinación de los pueblos se encuentra reconocido en el párrafo 2 del artículo primero, con carácter general, y reiterado en el párrafo 8 del artículo 76 para los pueblos no autónomos, al decir que “el régimen de administración fiduciaria (equivalente al Mandato de la Sociedad) deberá tener en cuenta los deberes libremente expresados de los pueblos interesados” No nos convence el argumento, dicho por algunos de que Palestina es un Estado , y por tanto, no tiene el carácter de sujeto de derecho internacional, pues en todo caso, esos preceptos no hablan de estados, sino de pueblos, y no cabe dudas de que el de Palestina lo es.

Hemos proclamado solemnemente el principio de la libre determinación de los pueblos; pero, con gran, alarma vemos que, cuando ha llegado el momento de aplicarlo, nos olvidamos de él. Tal sistema nos parece funesto. La Delegación de Cuba está firmemente convencida de que la paz verdadera y el mundo de justicia de que tanto hablaron los Grandes Líderes de la Segunda Guerra Mundial no depende de que ciertos principios fundamentales se inscriban en las convenciones y tratados, y allí queden como letra muerta; sino de que, llegado el momento oportuno, se cumplan por todos y para todos; grandes y pequeños; débiles y fuertes.

¿Por qué no se ha procedido de un modo democrático en este caso, consultando la voluntad de todo el Pueblo de Palestina? ¿Es que se ha temido que el resultado de la consulta fuera contrario a lo que de todos modos se quería hacer? Y, si esto es así, ¿Dónde están los principios, y donde está la democracia que continuamente invocamos?

No terminan ahí nuestras dudas legales. En el curso del debate, se han impugnado las facultades de las Asambleas para acordar la Partición. Se ha acordado que, conforme a los artículos 10 y 11 de la Carta, la Asamblea puede hacer recomendaciones sobre todo problema que este dentro de los límites de la misma, que se relacionan con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Sin discutir ahora si el problema de Palestina esta dentro de esos límites, o si constituye una amenaza para la paz internacional, no debemos dejar de advertir que una cosa es hacer recomendaciones, y otra cosa muy distinta es adoptar un plan que afecta la integridad internacional de un pueblo y suposición jurídica; y recomendar la ejecución de un proyecto a una comisión de la propia Asamblea. Tampoco me parece que pueda sostenerse el que ese proyecto sea una mera recomendación, pues toda recomendación lleva implícita la posibilidad de que no sea aceptada, y el plan aprobado tiene, sin duda alguna, carácter coactivo, como lo prueba el hecho de que por una de sus disposiciones, será considerado como una amenaza o violación de la paz y un acto de agresión, conforme al artículo 39 de la Carta, cualquier tentativa de alterar por la fuerza el arreglo contemplado en la Resolución. Se trata, pues, de algo que se impone a la fuerza, no de una mera recomendación. Y como esto, a juicio nuestro, infringe la Carta, no podemos votar a favor del proyecto.

Porque teníamos todas esas dudas legales, votamos en la Comisión a favor de que previamente se consultara con la Corte Internacional de Justicia, para que pudiéramos avanzar sobre terreno firme.

La consulta fue rechazada por mayoría, lo que consideramos un error no justificado por la demora que ello hubiera causado, pues más valía haber esperado unos pocos meses que lanzarnos a una acción que tantas dudas ofrece. Aparte de que la negativa de acudir a la Corte pudiera dar la impresión de que la Asamblea rehúye buscar soluciones conforme al derecho.

Por otro lado, consideramos que el proyecto es, además injusto. “El pueblo árabe ha tenido ininterrumpidamente, durante muchos siglos, el territorio de Palestina, y por los datos oficiales que se nos han presentado, al terminar la Primera Guerra Mundial constituía casi el 90% de la población total del país.

Mas, por medio del Reino Unido, como Potencia Mandataria, en cumplimiento por lo resuelto por la Sociedad de las Naciones, se abrió las puertas de una inmigración extranjera, ofreciéndole un lugar en que pudiera vivir y desenvolver su existencia conforme a sus deseos, de libertad religiosa y sin discriminaciones humillantes, Hemos dicho inmigración extranjera, de modo consciente, pues, con todo respeto hacia la opinión de los hebreos, ellos son, a juicio nuestro extranjeros en la tierra Palestina.

En efecto, durante los debates de la Comisión se produjeron datos para probar que los antepasados de un gran número de los hebreos que han dicho ya que aún quieren ir a Palestina, jamás estuvieron en esa región. Pero, aun el caso de que los remotos antecesores de todos ellos hubieran vivido allí, es indudable que abandonaron dicha tierra hace tanto tiempo, al establecerse en otros países, que sus descendientes han dejado de pertenecer a Palestina, del mismo modo que nosotros, hombres de América nacidos de emigrantes, que vinieron de todos los rincones de la tierra, no debemos considerarnos con derecho a la tierra de nuestros padres en el Viejo Continente.

El intimo y ferviente anhelo de los hebreos de volver a Palestina, tal vez por tradición, tal vez por razones místicas u obsesión religiosa, es algo que puede tener toda nuestra consideración y simpatía sentimental, pero que no constituye en opinión nuestra un título para que se les entregue lo que no les pertenece; y mucho menos, si para ello hay que despojar por la fuerza a otro con mas derecho.

Así mismo consideramos injusto el proyecto, porque es la impresión del criterio de una minoría sobre una mayoría enorme, en contra de un principio cardinal de la democracia. En el caso actual, esa minoría, no queriendo someterse al criterio de los demás pretende poner casa aparte, pero llevándose una porción del territorio del pueblo que lo admitió en su seno.

Hay otro aspecto que quiero mencionar dejando para el futuro los resultados: el Plan de Partición de Palestina implica el establecimiento por esta Asamblea del principio de que toda minoría racial, o de otra índole, puede pedir su separación de la comunidad política de la cual forma parte.

Como ya expresó el jefe de nuestra Delegación de la Comisión, Cuba, no hace muchos años, corrió el peligro de perder una parte de su territorio como consecuencia de una inmigración norteamericana en la Isla de Pinos. Por fortuna nuestra, y para honor del Gobierno de los Estados Unidos de América, aquella tentativa fracasó, porque los dirigentes de este país reconocieron noblemente nuestros derechos. Pero no podemos olvidar lo que ese peligro fue para nosotros, y pensando en lo que hubiéramos sentido los cubanos si se nos hubiera quitado una parte de nuestro suelo, no es fácil imaginar lo que sentirían los árabes de Palestina si aprobara el plan de partición. Y no podemos contribuir con nuestro voto a que se haga con ellos lo que estaba dispuesto a aceptar que se hiciera con nosotros.

Que no se diga que a veces hay que aceptar una solución política aunque sea injusta, pues sobre la injusticia no se podrá nunca asentarse la paz y la cordialidad entre los pueblos.

Respecto de los refugiados, judíos, o no judíos, que hoy se encuentran en campos de concentración -problema por el cual tanto se ha insistido por los partidarios del proyecto-, Cuba expresó que debía resolverse con un criterio de buena voluntad por parte de todas las Naciones Unidas, aceptándolos proporcionalmente, según las condiciones peculiares de cada país; pero entiende que no puede imponerse a Palestina que ella lo resuelva, sobre todo si se tiene en cuenta que es ajena por completo a las causas que han determinado el desplazamiento de todas esas personas .

Por esas razones, tendremos que votar en contra del plan de partición, como ya lo hicimos en la Comisión, y una vez que lleguemos a formar nuestro criterio, nos consideramos en deber de manifestarlo por medio de nuestro voto, manteniéndolo con firmeza, a pesar de las gestiones y presiones que se han hecho en torno nuestro".

28 de noviembre de 1947

Publicado en Discrepando.com


Nota e imagen agregada:

Ernesto Dihigo y López Trigo. Fue miembro de la Academia Cubana de la Lengua, Doctor en Filosofía y Letras y en Derecho Civil en la Universidad de La Habana y Profesor y especialista en estudios jurídicos. Presidió la Comisión Organizadora de la Academia Interamericana de Derecho Comparado e Internacional. Delegado Permanente de Cuba, representó al país en varias sesiones de la Asamblea General de la ONU. Perteneció a la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU). Ya en el período revolucionario, se desempeñó como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Cuba en los Estados Unidos. (Con datos de Ecured)

Imagen: Ernesto Dihigo Lopez Trigo (de pié) como parte de la delegación cubana en la conferencia de San Francisco, realizada del 25 de abril al 26 de junio de 1945

 

 



La utilización mercenaria de la ciencia. I Parte

23 de Agosto de 2014, 22:02, por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda

Por Antonio J. Martínez Fuentes*

La historia de las sociedades humanas muestra como a través del tiempo se han construido y construyen elaborados procedimientos, apoyados en la diversidad social, cultural y hasta biológica de los pueblos, para desestabilizar, subvertir, invadir y ocupar territorialmente países así como para aniquilar o estimular  oposiciones políticas y protestas sociales, los cuales serían una importante base del nuevo colonialismo en curso.

Las guerras de conquistas y colonización en África, Asia, y América Latina y el Caribe son ejemplos clásicos de estos procedimientos. En la actualidad se sabe que existen programas que emplean antropólogos en el apoyo a unidades de combate de las tropas estadounidenses para sus operaciones contrainsurgentes, lo que nos hace recordar las acciones desarrolladas en Chile en los años 60 a través del conocido Plan Camelot, calificadas como una “prostitución de la disciplina”. Incluso de la Universidad de Chicago salieron académicos a experimentar el empleo de las políticas neoliberales en ese país, tras el golpe de Estado ejecutado por Richard Nixon, Henry Kissinger y el general Augusto Pinochet en septiembre de 1973. Afganistán, Irak. Siria, Ruanda, Angola, Guatemala, son otros ejemplos, entre muchos.

Diversas agencias del gobierno estadounidense y ciertas organizaciones no gubernamentales que son apoyadas y contratadas por ellas, se valen de especialistas de distintas ramas de la ciencia para obtener informaciones en distintos países, a fin de desarrollar planes de desestabilización y subversión a corto, mediano y largo plazo contra gobiernos que consideran enemigos o potencialmente enemigos. En estos planes se conoce de la cooperación y coordinación del Departamento de Defensa con los integrante de la “comunidad de inteligencia” (CIA, DEA, FBI, etc.) y, entre otras, con la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), que depende del Departamento de Estado. Generalmente se recurre al trabajo de expertos en antropología, sociología, psicología, economía, ciencias políticas.

También resalta la necesidad de que las campañas de contrainsurgencia cuenten con “fuerzas flexibles”, adaptables a las distintas circunstancias en un país dado y capaces de “comprender” las culturas de los “nativos” que se rebelan contra el orden establecido. Cuestiones claves son:

  • - las labores de inteligencia y el análisis y aprendizaje de la sociedad de un país objetivo,
  • - los grupos étnicos que lo habitan,
  • - la forma de gobierno,
  • - las fuerzas coercitivas del Estado,
  • - sus instituciones, cultura, lenguaje, percepciones de sus connacionales, valores, redes,
  • - creencias de la población,

También se persigue evaluar el apoyo o tolerancia de la población hacia un grupo guerrillero, un gobernante o dirigente político, sus capacidades y vulnerabilidades, sus tácticas y estrategias y formas de organización.

Los dirigentes y líderes son motivo de un reconocimiento detallado, que comprende la historia personal, trayectoria, creencias, ideología, temperamento y educación entre otros aspectos.

Quienes colaboran en estos planes  no son más que instrumentos de guerra, suministradores de informaciones, ya que las decisiones finales las toma el personal militar.

Los cubanos tenemos una larga y amarga historia que narrar sobre estos métodos, desde el bioterrorismo hasta los hechos recientemente divulgados por la agencia de prensa AP sobre un plan promovido por la USAID y su contratista Creative Associates International, en el cual un ciudadano costarricense, jefe de una organización de derechos humanos en Costa Rica llamada Fundación Operación Gaya Internacional, contrató jóvenes latinoamericanos de distintos países a fin de identificar y convertir jóvenes cubanos en actores políticos efectivos contra el gobierno. y promover la desestabilización interna bajo la cobertura de programas culturales, de salud, de intercambios estudiantiles, entre otros.

El caso del empleo del conocimiento antropológico: un poco de historia

Cuando me preguntan sobre el concepto de Antropología, usualmente expreso, a fin de dar un concepto de amplio entendimiento, que la antropología es la ciencia que estudia la diversidad biológica y cultural  de la especie humana en el espacio y el tiempo, su origen y evolución.

Aunque en alguna que otra ocasión me refiero al estudio del otro, no es una expresión que sea de mi agrado pues siempre me da una especie de aire o tufo colonialista, neocolonialista e imperialista, que sirvió y sirve, entre otras cuestiones, para el uso de la antropología con fines de manipulación y dominación del llamado “otro”

La historia de los inicios de la antropología muestra los vínculos de las tradiciones antropológicas estadunidenses, británicas, francesas, holandesas y alemanas con la expansión colonial en África, Asia, Indonesia y sobre los territorios de los pueblos indígenas de América.

Según diversos autorizados antropólogos de la época, numerosos pueblos del planeta, de acuerdo con un riguroso análisis científico, no podían ser propiamente denominados humanos, y consideraron al europeo blanco como criterio de medida que consagraba la inferioridad de cualquier otra persona.

Así la antropología se vio involucrada en numerosas empresas coloniales, la conquista y el genocidio, mostrando, desde entonces, que no existe la neutralidad política en la disciplina.

El imperio colonial, la jerarquización de los seres humanos y los llamados zoológicos humanos.

 La historia de la humanidad nos muestra, amargamente, cómo durante la etapa colonialista numerosos pueblos fueron  conquistados y masacrados, cometiéndose verdaderos actos de genocidio. Las personas de otras culturas que sobrevivieron, muchas veces fueron sometidas a  atrocidades que los despojaron de toda dignidad.

Durante mucho tiempo los europeos secuestraron personas de distintas partes del planeta y las exhibían degradantemente, práctica que dio carácter a modos discriminatorios que persisten hasta nuestros días. El término de zoológicos humanos, usado para denominar estas exhibiciones, fue popularizado en el 2002 por la publicación de la obra Zoológicos humanos, escrito por varios historiadores franceses especialistas del fenómeno colonial. En su época eufemísticamente se les rotulaba como "exposiciones etnológicas" o "Ciudades de negros".

Así, numerosas personas de origen no europeo fueron expuestas como animales durante el siglo XIX, en los zoológicos, ferias coloniales, en exposiciones universales y hasta en congresos antropológicos. Durante todo el siglo XIX y hasta los inicios del siglo XX, la biología humana y la antropología física más ortodoxas habían proporcionado un marco teórico que podía servir de legitimación de este tipo de exhibiciones humanas así como de las conquistas coloniales.

En la Exposición Universal de  Bruselas de 1897, el rey Leopoldo II había organizado una representación del Congo con 267 hombres, mujeres y niños traídos de África, entre los que se contaban dos pigmeos. Llegaron casi un millón de visitantes que arrojaban comida a los africanos, quienes terminaron indigestados. Las autoridades colocaron un cartel: “Los negros son alimentados por el comité organizador”.

Para muchos de los más calificados antropólogos físicos de la etapa decimonónica finisecular, numerosos pueblos del planeta, de acuerdo con un riguroso análisis de las ciencias naturales, no podían ser propiamente denominados personas. De esta manera la objetivación científica de la jerarquía racial, impulsaban la expansión colonial.

Las eufemísticamente llamadas "exhibiciones etnológicas" del Jardín de Aclimatación de París “fueron legitimadas por parte de la Sociedad de Antropología -y por la casi totalidad de la comunidad científica francesa.

 “La antropología física, como la antropometría naciente, que constituye entonces una gramática de los "caracteres somáticos" de los grupos raciales -sistematizada en 1867 por la Sociedad de Antropología con la creación de un laboratorio de craneometría- y el posterior desarrollo de la frenología, legitiman la difusión de esas exhibiciones. Esas disciplinas incitan a los científicos a apoyar activamente dichas muestras, por tres razones pragmáticas: permiten disponer de manera práctica de un "material" humano excepcional (variedad, cantidad y renovación de especímenes…); despiertan el interés del gran público por sus investigaciones y por lo tanto permiten promover sus trabajos en la gran prensa; finalmente, aportan la prueba más concluyente de lo bien fundado de sus enunciados racistas con la presencia física de esos "salvajes".”

Las investigaciones realizadas han demostrado que los llamados zoológicos humanos no aportaron nada acerca de  los "pueblos exóticos". Al contrario permiten el análisis de las concepciones racistas europeas a finales del siglo XIX. Tales espectáculos degradantes tenían básicamente por función mostrar las manifestaciones de lo no acostumbrado y de lo disímil, por oposición a una elaboración de la humanidad según los cánones europeos.

Este ejemplo de la triste y amarga historia de los zoológicos humanos nos muestra como la antropología sirvió a la fría maquinaria del genocidio en aquellos momentos. Tristemente, aún hoy y bajo veladas formas, persiste la costumbre de llevar representantes de los “pueblos exóticos”, “pueblos primitivos” a determinadas celebraciones.

La perspectiva histórica de la antropología nos muestra que con mucha frecuencia fue usada - y aún no deja de serlo - para hacer énfasis en las diferencias llamadas raciales y ser un sustento para el racismo, la discriminación racial y los prejuicios raciales. Es innegable, y sobran los ejemplos de cómo el discurso antropológico en general, con su sello  de cientificidad, ha dado elementos para justificar superioridades e inferioridades de “raza”, clase y género y para el accionar contra los pueblos del llamado tercer mundo.

(Fin de la primera parte)

 

 

*Sociedad Cubana de Antropología Biológica.

Vea también entrevista al autor en Cubadebate

La construcción social del OTRO: Los zoológicos humanos

Imágenes tomadas de Wikipedia y Blog H-B, de José Barriga y de Taringa.net



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