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La Polilla Cubana

3 de Abril de 2011, 21:00 , por Desconhecido - | No one following this article yet.
Mi blog es una ventana abierta sobre Cuba y el mundo, desde la verdad y la justicia

ESCARAMUZAS POLÍTICAS: “Disidentes”, fuera del acto oficial en la visita de John Kerry

14 de Agosto de 2015, 16:45, por Rosa C. Báez Valdés

Por Gloria Analco*, @GloriaAnalco

 

¿Listo, el pueblo cubano, para cambiar de rumbo político?

 

John Kerry, en varias entrevistas, ha ofrecido el mismo mensaje: con la apertura de embajadas “estamos en mejor posición para ayudar a la gente de Cuba y ser capaces de representar nuestros valores”, lo cual traducido al lenguaje político significa que Estados Unidos llega a Cuba por la revancha.

“Vamos a comenzar a ver una transformación. La gente va a viajar, va a haber más intercambios, más familias se van a reconectar y esperamos que el gobierno de Cuba tome decisiones que permitan ciertos cambios en las cosas”, le dijo a la periodista María Elena Salinas de Univisión.

Algo muy parecido le repitió el secretario de Estado estadounidense a Andrés Oppenheimer, en una entrevista que será transmitida en CNN en Español el domingo 16 de agosto. Con él, Kerry se mostró muy confiado en que el incremento de la presencia estadounidense en Cuba va a propiciar cambios políticos profundos en la isla, y que de no ser así “hay otras opciones”. “¿Cuáles?”, preguntó Oppenhaimer. Kerry titubeo, se removió en su asiento, agitó sus brazos, y ratificó: “¡Eso va a funcionar!” Habrá que ver qué estrategias se traen entre manos los estadounidenses.

La prueba del ácido para iniciar con buen pie la ceremonia de oficialización de la embajada estadounidense, la pudo sortear relativamente John Kerry. ¿Qué iba a hacer él con los “disidentes”?, entrecomillado disidentes porque han actuado como un instrumento estadounidense contra Cuba, destinado a desestabilizar a ese país. Los "disidentes", en algún momento, se significaron como potenciales alternativas para sus propósitos de poner fin al régimen socialista cubano, fracasando en todos esos intentos.

Ahora no se sabe qué papel van a desempeñar. Aparentemente, La Habana ha obtenido algunas garantías de que Washington va a mantenerse al margen de ese espinoso asunto.

No va a ser fácil para Estados Unidos entrometerse, pues ahora las relaciones diplomáticas entre ambos países han quedado sujetas a la Convención de Viena, que en su artículo 41 establece que todo diplomático extranjero tiene “el deber de respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor”, así como “no inmiscuirse en los asuntos internos de este Estado”.

En caso de que Estados Unidos viole esas disposiciones, la razón siempre estará del lado del Gobierno cubano. Kerry optó por no extender invitaciones a los disidentes en la ceremonia oficial en su sede diplomática.

En cambio, para no alebrestar los ánimos de sus huestes cubanas, en otro horario los invitó a un convivio. La excusa que el secretario de Estado expresó en Estados Unidos fue que el espacio en la embajada era reducido.

Ya se sabe que Washington ha probado de todo para derrocar al Gobierno socialista cubano. Ahora, por lo dicho por John Kerry, en vísperas de su visita a La Habana y durante su discurso oficial en el acto de izamiento de su bandera, acerca de que Estados Unidos insistirá “en favor de la democracia y de la libertad del pueblo cubano”, hace suponer que intentarán una nueva fórmula en la creencia de que el pueblo de Cuba está listo para cambiar de rumbo político.

En mi opinión, los estadounidenses no conocen a los cubanos que habitan la isla, de la misma manera en que nunca supieron evaluar correctamente a Fidel Castro.

 

 

*Reportera mexicana, publica en Uno más uno y otros órganos de prensa. Colaboradora habitual de La Polilla Cubana. Trabajo enviado por su autora

 Foto Ismael Francisco/Cubadebate



Kerry: “Ni enemigos, ni rivales; vecinos”

14 de Agosto de 2015, 16:06, por Rosa C. Báez Valdés

 

Apertura de la Embajada de Washington en La Habana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Kerry en la apertura de la Embajada de Washington en La Habana. A su derecha, Josefina Vidal, directora general de EEUU en la Cancillería cubana; a la izquierda, Roberta Jacobson, Subsecretaria de Estado, ambas fueron las jefas de sus respectivos países en las negociaciones para el restablecimiento de las relaciones. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

 

 

Un sol de aquellos. Tres chevrolets de los años 50 entre el Malecón y la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, que ya tiene letrero en bronce que la anuncia. Un mar azul con su mejor cara. El quinteto Brass de la Armada interpreta la “Guantanamera” y un mambo de Pérez Prado, hasta que una voz solemne anuncia la llegada de la delegación cubana encabezada por Josefina Vidal, la directora general de EEUU de la Cancillería, y unos segundos después, el Secretario de Estado John Kerry.

 “¡Qué maravilla estar aquí!”, dice. “Les agradezco que hayan dejado mi transporte aquí afuera”, señala los chevrolets de color negro, rojo (descapotable) y azul cielo, y comienza su discurso, en el que intercala frases en español. Además de los invitados a la ceremonia, entre quienes se encuentran senadores y representantes del Congreso de los Estados Unidos y los tres marines que arriaron la bandera en 1961 -cuando el gobierno de EEUU rompió relaciones con Cuba-, varios centenares de cubanos asisten al acto desde las aceras y los balcones próximos, y gritan “¡Viva Cuba!” cuando se escucha el Himno Nacional cubano a mitad de la ceremonia.

 Continúa Kerry, y aquí Cubadebate les ofrece una versión amplia, no oficial:

 “Josefina, muchas gracias, por su liderazgo y por el trabajo que ha desempeñado su delegación.

 Excelencias del cuerpo diplomático, a mis colegas de Washington. Muchas gracias por estar con nosotros en este momento verdaderamente histórico mientras nos preparamos a izar la bandera de los EEUU en nuestra Embajada en La Habana, símbolo del restablecimiento de relaciones diplomáticas después de 54 años.

 También es la primera vez que un Secretario de Estado de los EEUU visita Cuba desde 1945.

 Esta mañana me siento en casa y agradezco a aquellos que han venido a compartir en esta ceremonia y a los que están afuera de nuestras rejas. Me siento en casa porque en realidad se trata de una ocasión memorable.

 Es un día para olvidar las barreras y explorar nuevas posibilidades. Es en ese espíritu que yo les digo a nombre de mi país: los EEUU acogen con beneplácito este nuevo comienzo de su relación con el pueblo y el gobierno de Cuba. Sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante.

 No hay nada que temer. Serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor. Visitarse con más frecuencia. Realizar negocios de formo habitual. Intercambiar ideas y aprender los unos de los otros.

 Amigos estamos aquí reunidos el día de hoy ya que nuestros líderes, el Presidente Barack Obama y el Presidente Castro tomaron una valiente decisión: dejar de ser prisioneros de la historia y se enfocaron en las oportunidades del hoy y del mañana. Esto no significa que debamos olvidar el pasado.

 ¿Cómo podríamos hacerlo? Por lo menos para mi generación las imágenes son indelebles.

 En 1959 Fidel Castro vino a los EEUU y fue saludado por multitudes de entusiastas y regresó al año siguiente para la Asamblea General de la ONU y fue abrazado por Nikita Krushov. En 1961 la tragedia de Bahía de Cochinos se desató y el Presidente Kennedy aceptó la responsabilidad, y en octubre de 1962 surgió la Crisis de los Misiles. Trece días que nos llevaron al umbral de una guerra nuclear.

 Yo era estudiante y aún puedo recordar los rostros tensos de nuestros líderes, los mapas preocupantes que mostraban las naves y los buques que se acercaban y esa palabra tan extraña -”cuarentena”-. Nosotros nos sentíamos inciertos sobre el futuro porque no sabíamos cuando cerrábamos los ojos de noche qué encontraríamos al despertar.

 En ese entorno congelado los vínculos diplomáticos entre Washington y esta capital se veían bajo tensión, llevados a un extremo. A finales de los 60 el Embajador estadounidense se fue de La Habana. En enero Cuba pidió que se cortara nuestra misión diplomática y el Presidente Eisenhower decidió que tenía que cerrar la embajada.

 La mayor parte del personal de los EEUU partió rápidamente, pero algunos permanecieron aquí para dar las llaves a nuestros colegas suizos que servirían diligentemente y honorablemente como nuestro poder protector durante más de 50 años.

 Acabo de hablar con el Ministro de Asuntos Exteriores suizo y siempre les agradeceremos de todo corazón el trabajo que hicieron.

 

Entre aquellos que permanecieron en la embajada eran tres infantes de marina Larry Morris, Mike East y Jim Tracey. Ellos salieron y se encontraron frente a una multitud entre ellos y la bandera. Había mucha tensión, nadie se sentía seguro. Pero estos Infantes de Marina tenían una misión y poco a poco la multitud se fue separando para que pudieran acercarse.

 Bajaron la bandera, la doblaron y regresaron al edificio. Larry, Mike y Jim habían hecho su trabajo, pero también hicieron una profunda promesa: que regresarían a La Habana para izar la bandera una vez más.

 En aquel entonces nadie habría podido imaginar cuan distante sería ese día. Durante más de medio siglo las relaciones estadounidenses y cubanas estuvieron suspendidas en el ámbito de la política de la guerra fría.

 Finalmente toda una generación de americanos y cubanos han crecido y han envejecido. Los EEUU han tenido 10 nuevos Presidentes. Una Alemania unida. El recuerdo del muro de Berlín se desvanece. Liberado de las esposas soviéticas Europa Central es una democracia próspera.

 La semana pasada estuve en Hanoi para recordar el décimo aniversario de la normalización de relaciones entre EEUU y Vietnam. Piénselo, una larga y terrible guerra que infringió cicatrices indelebles sobre el cuerpo y la mente. Después de dos décadas de contactos diplomáticos y comerciales, en este período Vietnam ha evolucionado en un país dinámico con una economía creciente.

 Mientras tanto la reconciliación y la normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU permanecieron en el pasado.

 Mientras tanto nuevas tecnologías permitieron a la gente beneficiarse de proyectos compartidos a lo largo de vastos recorridos. Uno no necesita un localizador satelital para darse cuenta de que el aislamiento mutuo y la separación de los EEUU y Cuba no era el camino correcto y que ha llegado el momento de ir emprendiendo una dirección más prometedora.

 Eso significa reconocer que las políticas de los EEUU no serán el futuro, el yunque sobre el cual se forjará el futuro cubano. Décadas de buenas intenciones, dejadas a un lado las políticas del pasado, no han llevado a una transición democrática en Cuba. No sería realista pensar que se podrá normalizar relaciones a corto plazo para tener un impacto transformativo. Después de todo el futuro de Cuba tendrá que ser moldeado por los cubanos.

 La responsabilidad por la naturaleza y calidad del gobierno y la rendición de cuentas está, como debería de ser, no con una entidad extranjera o externa, sino exclusivamente con los ciudadanos de este país.

 Los líderes de este país saben que los EEUU siempre serán campeones y paladines de principios democráticos y reformas. Como muchos otros gobiernos, dentro y fuera de este hemisferio, seguiremos instando al gobierno cubano para que cumpla con sus obligaciones bajo los convenios de la ONU y los convenios de Derechos Humanos interamericanos, obligaciones compartidas por los EEUU y otros países de América.

 De hecho estamos convencidos que el pueblo de Cuba estaría mejor con una democracia genuina para poder expresar sus ideas, escoger a sus líderes, practicar su credo, donde el compromiso para la justicia social y económica se realiza más plenamente con instituciones que deben dar respuestas a los que sirven y que la sociedad civil independiente pueda florecer.

 Quiero ser claro: el establecimiento de relaciones diplomáticas normales no es un favor que hace un gobierno a otro. Es algo que los países hacen juntos cuando los ciudadanos de ambos se benefician. En este caso la reapertura de nuestras embajadas es importante bajo dos niveles, de persona a persona y de gobierno a gobierno.

 Ante todo nosotros creemos que sería útil para el pueblo de nuestras naciones saber más los unos de los otros. Conocerse, encontrarse. Por eso nos alienta que los viajes de los EEUU hacia Cuba ya hayan aumentado en un 35% desde enero y sigue creciendo.

 También nos alienta que más y más empresas norteamericanas están explorando iniciativas comerciarles para crear oportunidades para el número creciente de emprendedores cubanos. También nos alienta que las empresas norteamericanas quieren ayudar a Cuba a aumentar su base de telecomunicaciones e Internet.

 El gobierno cubano recientemente prometió que crearía decenas de nuevos puntos wifi.

 También queremos reconocer el papel especial de la comunidad cubanoamericana en el establecimiento de una nueva relación entre nuestros dos países. De hecho tenemos con nosotros a representantes de esa comunidad. Algunos de ellos nacieron aquí, y otros que nacieron en los Estados Unidos. Con sus fuertes lazos de cultura y familia ellos pueden contribuir al espíritu de cooperación bilateral y progreso que queremos crear.

 Tal y como han contribuido con sus comunidades y su tierra de adopción, el restablecimiento de vínculos diplomáticos hará que sea más fácil que nuestros gobiernos se comuniquen mayormente. Después de todo somos vecinos, y lo vecinos siempre tienen mucho que hablar, en las áreas de aviación civil, política de migración, preparación ante desastres, protección marina, el medio ambiente y el cambio climático, temas complejos.

 El tener relaciones normales hará que sea más fácil hablar, y el hablar puede profundizar la comprensión de muchas cosas, incluso el hecho de que no estaremos siempre de acuerdo.

 Todos sabemos que pese a la nueva política del presidente Obama, el bloqueo general, comercial, con Cuba permanece en pie y tan solo puede ser retirado por acción del Congreso, un paso que nosotros favorecemos con gran fuerza.

 Por ahora el Presidente ha tomado pasos para reducir las restricciones sobre las remesas, exportaciones e importaciones para ayudar a los emprendedores cubanos en el ámbito de telecomunicaciones, viajes de familia, pero queremos hacer aún más.

 La meta de todos estos cambios es la de ayudar a los cubanos a conectarse con el mundo y mejorar sus vidas. Así como lo hacemos de nuestra parte, instamos al gobierno cubano a que sea más fácil para que aquellos ciudadanos que desean iniciar su negocio, emprender iniciativas de comercio y acceder a información.

 El bloqueo es un camino de dos vías, ambas partes deben eliminar las restricciones que han puesto escollos a los cubanos.

 Pero antes de cerrar quiero dar las gracias a los líderes de las Américas, que durante mucho tiempo han instado a los Estados Unidos y a Cuba para que restablezcan lazos normales.

 Quiero dar las gracias al Santo Padre, al papa Francisco, al Vaticano por haber apoyado el inicio de un nuevo capítulo en las relaciones entre nuestros países y creo que no sea un accidente que el Santo Padre estará aquí, después vendrá a Washington.

 Aplaudo al Presidente Obama y al Presidente Castro por haber tenido el coraje, el valor de unirnos ante una oposición considerable.

 Doy las gracias a la Secretaria de Estado adjunta Roberta Jacobson y a su equipo, a nuestras contrapartes en el Ministerio de Asuntos Exteriores [se refiere al ministerio de Relaciones Exteriores] de Cuba, el jefe de misión, el embajador Jeff DeLaurentis y todo el trabajo que ha llevado a toda esta gente a este día. Gracias a nuestro maravilloso personal, ¿creen ustedes que han estado ocupados todos estos meses?

 Prepárense porque habrá más trabajo. Pero sobre todo quiero rendir tributo al acuerdo, a la comunidad cubanoamericana de los Estados Unidos. José Martí dijo que “todo lo que divide a los hombres es un pecado contra la humanidad.

 Claramente los eventos del pasado, las palabras fuertes, las acciones provocadoras, las represalias, las tragedias humanas… todas han sido una fuente de las divisiones profundas que han divido nuestra humanidad común.

 Ha habido demasiados días de sacrificio y dolor; demasiadas décadas de sospecha y de temor y es por eso que me siento alentado por tantas personas de ambas partes de este estrecho que, por vínculos familiares o por simple deseo de sustituir el enojo, la rabia, por algo más productivo se han adherido a esta búsqueda de algo mejor.

 Hemos emprendido este camino sin ninguna ilusión de que vaya a ser fácil; pero todos confiamos en nuestras intenciones. Confiamos en los contactos que hemos establecido y complacidos por las amistades que hemos empezado a forjar, estamos seguros que este es el momento de acercarnos, como dos pueblo que ya no son enemigos o rivales, sino vecinos.

 Ha llegado el momento de desplegar nuestras banderas, enarbolarlas y hacer saber al mundo que nos queremos, que nos deseamos los mejor los unos a los otros.

(Versión de Cubadebate, con más fotos de Ismael Francisco. Para descargar todas las imágenes en alta resolución, visite la página en Flickr)

 



ESCARAMUZAS POLÍTICAS: Sigue vivo el pensamiento de Fidel Castro

13 de Agosto de 2015, 20:33, por Rosa C. Báez Valdés

Por Gloria Analco*, @GloriaAnalco

 

 Fidel Castro llega a sus 89 años de edad de una manera triunfal para él y el pueblo cubano: sin cambios políticos en Cuba.

El desplome de la Unión Soviética no hizo colapsar a la Revolución Cubana como tampoco el recrudecimiento del embargo estadounidense. Sus poderosos enemigos se han quebrado la cabeza tratando de borrar de la faz de la Tierra la gesta cubana, y hasta han elaborado planes descabellados para conseguirlo.

Fidel dijo el día que cumplió 70 años, que la Revolución Cubana “está hecha y no hay quien la deshaga”. Eso fue hace 19 años, y parece haber acertado.

Los 11 presidentes de Estados Unidos que han buscado afanosamente vencer a Fidel, han dispuesto, desde el primer día de su ejercicio en el poder, del clásico aparato de la superpotencia: un temible Ejército, el Air ForceOne, el salón Oval, un dormitorio en la Casa Blanca, y a su entera disposición las 16 agencias de inteligencia, sin contar con un nutrido gabinete, además del simbólico “teléfono rojo”, de enlace con otros líderes mundiales. Todo ello entregado en bandeja de plata a un solo individuo por ganar unas elecciones.

Fidel Castro, en cambio, preparó un ejército propio para derrocar al dictador Fulgencio Batista, y organizó la Guerra de Todo el Pueblo para la defensa de la Revolución; por décadas superó todas las dificultades de persecuciones, intentos de asesinato, acoso de espías y traiciones; él mismo se hizo de un aparato de seguridad especializado que le permitió canalizar una serie de necesidades y estar informado de las intenciones de sus enemigos, y tuvo la capacidad de buscar contactos adecuados con chinos y rusos, y penetrar desde un principio el gobierno de los Estados Unidos, lo cual le permitió sobrevivir a muchas crisis.

¿Algo de esto hubieran podido lograr los 11 presidentes de Estados Unidos que han tenido que vérselas con Fidel Castro?

Además, el máximo líder de la Revolución Cubana logró desarticular todas las operaciones montadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en sus siglas en inglés).

Fidel, al abrazar la causa de los humildes, sabía que iba a encontrar a su paso muchos enemigos, y se preparó para enfrentarlos. Desarrolló, entonces, capacidades de gran estratega militar, y su discurso ha sido uno de sus grandes atributos. Sabía que tenía una misión histórica que cumplir.

En su enfrentamiento con Estados Unidos jugó como un gran maestro en la simultaneidad del ajedrez de la política. Enviaba mensajes, influía, desinformaba, compartimentaba. Desarrolló, además, una diplomacia amplia que le permitió crearse un escenario universal e influir en acontecimientos políticos de relevancia internacional.

A lo largo del proceso revolucionario cubano, Fidel, como figura central, se ha reunido e intercambiado, como ningún otro político en el mundo, con miles de personalidades de gobierno, políticos, intelectuales, renombrados economistas, científicos, artistas, jefes de movimientos insurreccionales, etcétera, y realmente su figura política ha resultado muy atrayente para todos estos personajes.

Su historia revolucionaria, que partió del asalto al Cuartel Moncada, en 1953, no ha sido para menos. Consiguió mantener a la Revolución Cubana en el poder, por contar también con un pueblo revolucionario.

 

*Reportera mexicana, publica en Uno más uno y otros órganos de prensa. Colaboradora habitual de La Polilla Cubana. Trabajo enviado por su autora

 FOTO Roberto Chile



#Colombia: A un Año de la Prometida Paz

10 de Agosto de 2015, 0:53, por Rosa C. Báez Valdés



El estigma del discurso colonial (Segunda parte, final)

9 de Agosto de 2015, 17:49, por Rosa C. Báez Valdés

Por Juan Jesús Guanche Pérez *

De mulatos, pardos, morenos y de color: la marca del racismo

De manera análoga a la identificación de las personas negras de piel, el término mulato tiene diverso origen. Una versión lo deriva de mula; o sea, del cruce entre caballo o yegua y burro o burra. Debido al racismo y la posición subordinada de las personas esclavizadas, se relacionaba el burro con el hombre negro y la yegua con la mujer blanca. En la práctica este criterio tiene un fundamento absurdo pues la inmensa mayoría de este tipo de relaciones matrimoniales en América se efectuó entre hombre europeo y mujer africana; es decir, al revés. 

Otro criterio señala que el término tiene origen árabe, en el que se usaba la palabra muwallad para designar personas nacidas de un progenitor árabe y uno no-árabe. Esto se remite al término wallad, que significa parir o engendrar individuos mezclados. Un tercer criterio se deriva también del árabe muladí/es empleado para designar a tres grupos sociales presentes en la Península Hispánica durante la Edad Media: a) el cristiano que abandonaba el cristianismo, se convertía al Islam y vivía entre musulmanes. Se diferenciaba del mozárabe en que éste último conservaba su religión cristiana en áreas de dominio musulmán; b) el hijo de un matrimonio mixto cristiano-musulmán y de religión musulmana; y c) la población de origen hispanorromano y visigodo que adoptó la religión, la lengua y las costumbres del Islam para disfrutar de los mismos derechos que los musulmanes tras la formación de Al-Ándalus. En este sentido, el criterio b se relaciona con la mezcla de fenotipos y con una práctica religiosa no católica, vista entonces con gran desprecio desde el referente catolicocéntrico durante toda la época colonial.

De este modo, el criterio de lo «mezclado» se oponía al mito de lo «puro», cuando en la práctica la humanidad no ha hecho más que mezclarse incesantemente de un continente a otro a través de los múltiples flujos y reflujos de los procesos migratorios masivos, voluntarios o forzados.

Si de manera coloquial también se les denominó a las personas mulatas con el apelativo de «café con leche», por el gran parecido de su color de piel con el de esta mezcla; cuando en el Medioevo los europeos trataron de categorizar de modo arbitrario a las personas en supuestas «razas», para lo tenido como «puro» usaron los términos «blanco, indígena, negro» y sus diversas mezclas como «mestizo, mulato y zambo», más por los rasgos epiteliales que por otros criterios.

Uno de múltiples ejemplos en Cuba son los censos de la época colonial que usan diversos términos al respecto. Los correspondientes a los años 1774, 1792, 1817 y 1827 emplean los criterios de «blancos, negros y mulatos»; pero ya el propio resumen del censo de 1827 introduce los términos de «blancos, morenos y pardos» para sustituir y homologar en los dos últimos casos al de  «negros y mulatos». Este criterio de  «blancos, morenos y pardos» se observa también en el censo de 1841 pero en las tablas comparativas de la propia fuente se introducen las categorías de «blancos y de color», para fundir en el absurdo término «de color» a quienes aparecen identificados como «morenos y pardos», como si los otros carecieran de algún color.

Los censos anulan o desestiman lo que también es identificado en los archivos parroquiales con el término «indio» para establecer diferencias hasta muy entrado el siglo XIX respecto de quienes son registrados como «blancos o españoles» y «pardos y morenos». Ya a mediados del siglo XIX también aparece el término «asiático» para hacer referencia a los inmigrantes chinos, pero este último término no se emplea, porque desde la primera mitad del siglo XIX ya chino/na es un sustantivo que designa:

El hijo o hija de Mulato y Negra, o viceversa. [Otra acepción hace referencia a] El que viene de aquel país contratado para servir en esta Isla, distinguido por otros con sus denominaciones de Asiático o Colono para no confundirle con el de Chino hijo de Mulata y Negra. [Una tercera acepción lo identifica como] Vocativo familiar afectuosísimo (1)

Estas acepciones denotan tanto la diversidad de fenotipos humanos, las nuevas corrientes migratorias como las relaciones afectivas.

Esta terminología colonial influyó sobremanera en el imaginario social y aun se emplea de manera coloquial el término «de color» para hacer referencia a las personas ricas en melanina como si las demás personas fueran transparentes o carecieran de algún color. Para la mentalidad colonial y su secuela en otros tiempos no era posible pensar que, sin excepción, todos somos de color.

El censo de 1861 introduce nuevos términos, el de «raza blanca» y «raza de color», dos criterios tan absurdos como los anteriores, pues se produce la dicotomía ausencia de color o despigmentación y presencia de color o pigmentación para hacer referencia a seres humanos con diversos fenotipos. Los últimos censos coloniales de 1877 y 1887 conservan estos mismos criterios (2),  que luego se arrastran con nuevos matices en los de la República neocolonial y en los de la etapa 1970-2012 en relación con el color de la piel vistos más desde la autopercepción del entrevistado y en otras desde el criterio del entrevistador según el imaginario social, que desde los conocimientos científicos sobre la diversidad de fenotipos humanos.

Actualmente existen diversas poblaciones donde es muy común observar grados de mixtura en toda una gama de matices en el color de la piel, como en las zonas africanas al norte del Sáhara, en EE. UU. (donde predomina el estigma racista de la gota de tinta en el vaso de leche) (3),  en la mayoría de los países latinoamericanos, como Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela. En Asia existen también grupos de personas identificables en lo epitelial como mulatas.

Sin embargo, en cuanto a la falsa noción de «raza» se trata de un término ya superado por el conocimiento científico, que implicaba la absurda existencia de  personas «puramente blancas» o «puramente negras» y el individuo identificado como «mulato/ta» era el resultado de la mezcla de ambos; algo así como el 50% de cada quien en un pulcro laboratorio biológico. Actualmente, genetistas, antropólogos, historiadores y otros campos del conocimiento rechazan el concepto de «raza» en relación con los seres humanos y aceptan la existencia de la especie Homo sapiens común a toda la humanidad.

Los nuevos hechos científicos colocados en la palestra pública como negación de las «razas humanas» en el sentido biológico, no elimina el largo impacto social de los prejuicios y la discriminación racial como resultado de la ideología racista relacionada indisolublemente con la desigualdad social. La «raza» como construcción cultural es un hecho sumamente engañoso y perverso, pues de igual manera que resulta imposible combatir lo que no existe, este combate ha logrado desviar la atención hacia lo fundamental del problema, que es la desigualdad social derivada de la estamentación humana entre explotados y explotadores. Por lo anterior, la lucha contra el racismo y la discriminación es un proceso altamente complejo que debe atenderse en todas sus aristas, desde el imaginario individual y colectivo hasta las instituciones del Estado.

Lo afrocubano, la nación fragmentada

La noción de lo supuestamente «afrocubano» como aparente defensa del legado africano en la cultura cubana en pleno siglo XXI, también tiene su evolución en el tiempo y en diversos usos que se le ha dado al término.

Al abordar este tema en la década de los ochenta del siglo pasado me refería entonces:

Con el propósito de reconocer, estudiar y defender en ese momento histórico neocolonial, la presencia de los elementos de la cultura africana, cuando Fernando Ortiz publica Los negros brujos en 1906, introduce el uso del vocablo afrocubano, el cual, según el propio autor: «evitaba riesgos de emplear voces de acepciones prejuiciadas y expresaba con exactitud la dualidad originaria de los fenómenos sociales que se proponía estudiar». Aunque esta palabra ya había sido empleada en Cuba hacia 1847 por Antonio de Veitía, no había cuajado en el lenguaje general como cuando la empleó Ortiz posteriormente.

Sin embargo, aunque el término afrocubano fue necesario en el período histórico de la República neocolonial para designar y sobre todo defender la presencia de elementos culturales africanos en la formación de la cultura cubana; hoy, en el proceso de construcción socialista, ya es un vocablo impropio y anacrónico, pues cuando hablamos de cultura cubana, con plena conciencia nacional de pueblo para sí, sobrentendemos el complejo proceso transcultural esencialmente hispanoafricano que dio lugar a una formación cultural nueva y distinta de sus elementos antecedentes. Emplearlo hoy como lugar común, significa sobreafricanizar o deshispanizar procesos o manifestaciones culturales que el propio desarrollo dialéctico transformó cualitativamente, hace más de un siglo, en cubano (4). 

El punto de vista de Ortiz entraba en contradicción con los resultados de múltiples investigaciones que luego realizó y que lo condujeron a la crítica del concepto asimilacionista aculturación (aculturation) cuando propone transculturación como categoría interactiva y muy dinámica de los grupos humanos de diverso origen en contacto, pues lo supuestamente «afrocubano» resultaba ser tan cubano como cualesquiera de los procesos culturales transformados con el paso de varias generaciones.

Por ello, cuando escribe y divulga Los factores humanos de la cubanidad (5)  enfatiza en la concepción inclusiva de Cuba cual un ajiaco, para hacer un símil con la alimentación tradicional de los primeros pobladores. En una de sus reflexiones sobre los aportes culturales africanos señala:

El aporte del negro a la cubanidad no ha sido escaso. Aparte de su inmensa fuerza de trabajo, que hizo posible la incorporación económica de Cuba a la civilización mundial, y además de su pugnacidad libertadora, que franqueó el advenimiento de la independencia patria, su influencia cultural puede ser advertida en los alimentos, en la cocina, en el vocabulario; en la verbosidad, en la oratoria, en la amorosidad, en el materialismo, en la descrianza infantil, en esa reacción social que es el choteo, etc.; pero sobre todo en tres manifestaciones de la cubanidad: en el arte, en la religión y en el tono de la emotividad colectiva.

En el arte, la música le pertenece. El extraordinario vigor y la cautivadora originalidad de la música cubana es creación mulata. Toda la música original, de belleza regalada por la América al otro mundo, es música blanquinegra. [Tempranamente] poseemos una gloria de tangos, habaneras, danzones, sones y rumbas, amén de otros bailes mestizos que desde el siglo XVI salían de La Habana con las flotas para esparcirse por ultramar. Hoy baila música afrocubana, es decir, mulata, de Cuba, el mundo entero (6).

Con más de cuatro décadas de experiencia y su nivel de conocimientos lo «afrocubano» es equiparado ya con lo mulato, o sea, con la plena mezcla humana de toda la población desde sus orígenes hasta el presente. Aquí se observa el contexto de lo que denomina por única vez en el texto como «afrocubano» como parte plena de la cubanidad devenida cubanía y como una condición sustancial de la cultura nacional, no como algo ajeno a ella.

Para desarrollar el anterior criterio Ortiz deja claro el decisivo papel de las culturas en contacto y desecha abiertamente el falso criterio de lo tenido entonces por «raza».

Sería fútil y erróneo estudiar los factores humanos de Cuba por sus razas. Aparte de lo convencional e indefinible de muchas categorías raciales, hay que reconocer su real insignificancia para la cubanidad, que no es sino una categoría de cultura. Para comprender el alma cubana no hay que estudiar las razas sino las culturas (7).

Este punto de vista de Ortiz no tiene que haber sido leído ni interpretado por otros autores cubanos que han empleado lo supuestamente «afrocubano» con un sentido positivo o dignificador del papel de la población identificada como negra y/o mulata en sus respectivos textos (8),  que además, desde el contexto de la otredad se ha puesto muy de moda en el discurso internacional que trata de dividir la realidad de nuestro país en compartimentos estancos; o sea para fragmentarlo.

No podemos olvidar que un término absurdo o una mentira repetida y divulgada muchas veces son creídos y asumidos como ciertos, especialmente en la sociedad global de la información y las comunicaciones. Veamos cómo se comporta el término en la web.

Una revisión de la web a través del buscador GoogleCuba nos indica que el término cubano tiene una alta presencia pues aparecen unos 10.100.000 resultados en solo 0,40 segundos (9).  El término se asocia principalmente con la lengua, el cine, las comunicaciones, la medicina y otros temas cotidianos de la Isla y su presencia internacional. De igual manera, el término afrocubano posee una alta visibilidad pues aparecen 334.000 resultados en 0,49 segundos (10).  En este caso se asocia más con una marca comercial relacionada con la música, el baile, así como con las instituciones y personas que proponen clases para su aprendizaje. Resulta evidente que el término cubano es 297 veces superior a «afrocubano» en español.

La presencia en la Wikipedia se observa también en una definición categorial para un conjunto de 28 personas incluidas como supuestos «afrocubanos»: «Esta categoría reúne a personas de nacionalidad cubana pertenecientes a la etnia afroamericana (ya sea por línea paterna y/o materna) originarios del África negra». Es decir, lo cubano es solo la nacionalidad y la pretendida «etnia» es la misma que se le impone a otras personas en el resto de América y se les da como «originarios del África negra»; es decir, es un brevísimo y malsano tratado de "disparatología".

Si observamos las personas a las que alude esta página, aumenta el enfoque tendencioso y racista (11),  pues lo mismo hay hombres y mujeres muy representativos en melanina como Bola de Nieve, Claudio José Brindis de Salas, Carlota, Celia Cruz y Chano Pozo, como personas de epidermis mucho más clara como Juan Almeida Bosque, Juan Gualberto Gómez, Omara Portuondo y Nancy Morejón, lo que desdibuja o anula el origen de uno de sus progenitores. Se repite así el estigma de la gota de tinta en el vaso de leche, pero fuera del territorio estadounidense.

Mucho más visibilidad tiene el término afro cuban con 3.800.000 resultados en solo 0,27 segundos; es decir en casi la mitad del tiempo que los dos anteriores, cual muy alto índice del posicionamiento y 11 veces superior a su versión en español (12).  Aquí también el término opera como marca comercial para dar énfasis al jazz, la discografía, sus estrellas, los tecladistas y percusionistas, así como la posibilidad de ver y bajar videos y música. Algo semejante sucede cuando buscamos su versión francesa en afro cubaine, con 363,000 resultados en 0,34 segundos, es decir, 29 mil resultados más en 0.15 segundos menos que su versión en español. La versión alemana de afrokuban nos vuelve a remitir a su versión en inglés, cuya lengua es dominante en la web.

Esta situación de las autopistas de la información está en plena sintonía con las acciones de los think tanks o tanques pensantes y su labor de largo alcance. Este grupo de expertos se diferencia de otras instituciones universitarias en que cumplen una función especializada de investigación y asesoramiento a gobiernos u organizaciones políticas, y asumen o se comprometen con determinada línea política o proyecto político, por lo que no existen think tanks neutros.

La eficiencia de estos grupos aumenta en la medida que mantiene su autonomía como organizaciones independientes.

La experiencia nos dice que si se crean think tanks en el marco de estructuras gubernamentales éstas sufren excesivo estrés e intermitencia en sus procesos de investigación, ya que padecen prácticamente la misma presión a la está sujeto todo ministro/a o gobernante; sin embargo, esto no obsta que se organicen unidades de análisis en dependencias públicas y desenvuelvan funciones específicas de apoyo a sus autoridades (13).

Uno de tantos expertos sobre el modo de operar los think tanks señala en relación con el uso del tiempo y sus objetivos:

El científico y el político tienen tiempos diferentes: el primero puede concederse tiempos largos; el segundo casi siempre debe decidir en estado de necesidad y urgencia. También sus responsabilidades son diferentes. La responsabilidad del científico es aclarar los términos de un problema; la del político es resolverlo con una decisión, que no puede aplazarse de manera indefinida.

Además los think tanks se emplean como instrumentos de influencia y penetración en la sociedad civil y difusión de ideas, de ahí la gran importancia que en occidente han adquirido como herramientas de geoestrategia, solo es cuestión de observar el rol que cumplieron por ejemplo, en educar en democracia y capitalismo al desmantelado exbloque socialista (14).

La política de subversión ideológica contra Cuba pasa por la creación, empleo, resemantización, difusión y alta visibilidad de términos que contribuyen a crear estados de opinión desfavorable, dudosa o confusa para el proyecto nación y su potencial integración en otros contextos más favorables para el desarrollo sostenible y próspero.

En este sentido, lo afrocubano hoy resulta además de polisémico, antónimo de sí mismo, pues bien se ha usado como recurso categorial para defender los derechos y espacios de las personas negras y mulatas en el contexto nacional, se emplea en diversos contextos como marca comercial y estratégicamente como un fragmentador de la identidad nacional.

Afrodescendientes, ¿cuántos y quiénes?

El término sale a la palestra pública como una denominación genérica,  controvertida y dudosa para hacer referencia a las personas nacidas fuera de África que tienen antepasados oriundos de África al sur del Sahara. Designa en Las Américas y el Caribe a las personas descendientes directa e indirectamente de africanos esclavizados desde la época colonial. De modo genérico alude a las personas melanodermas (del color de la piel identificado como «negro») o mezclados con europeos («mulatos») o con aborígenes («mestizos»), nacidas fuera de África desde el punto de vista del fenotipo, especialmente el color de la piel. Sin embargo, desde el punto de vista genético toda la población del orbe es afrodescendiente con múltiples mutaciones y adaptaciones a los más disímiles ecosistemas. El término se emplea más con una acepción política que científica, pues alude a los derechos y aspiraciones de grupos humanos vulnerables y socialmente desfavorecidos. El término tiene variadas acepciones, interpretaciones y posiciones contradictorias:

  • -Desde el punto de vista de la antropogénesis más general, todos los seres humanos somos afrodescendientes, por lo que el término envuelve a toda la humanidad y no se encuentra circunscrita a una parte de ella. Esta acepción es inclusiva, antirracista y antidiscriminatoria. Es la acepción menos empleada por las personas melanodermas que reclaman derechos.
  • -Se emplea como una denominación particular que sustituye al término negro o negra, como en EE.UU., donde se le ha dado una connotación despectiva, y el nuevo término adquiere una connotación distintiva, dignificadora y diferenciadora de otros fenotipos humanos. También ha sido interpretado como un tipo de racismo en dirección contraria o como rechazo al racismo estructural implementado en ese país.
  • -La anterior acepción es trasladada de múltiples maneras a las demandas reivindicadoras de grupos humanos en América Latina y el Caribe, por lo que de modo consciente o inconsciente, niega, neutraliza, silencia o sustituye las denominaciones nacionales (gentilicios) y el reconocimiento a la formación de los estados nacionales históricamente nuevos: brasileño por afrobrasileño, uruguayo por afrouruguayo, por ejemplo; es decir un discurso diferenciador y separatista en un contexto regional de abierta integración.
  • -Por su intencional polisemia, el término es aceptado por unos y rechazado por otros, pues tiene una significación más política que sociocultural, científica o étnica.

            No obstante, se ha ido imponiendo como un término operatorio para reclamar derechos, oportunidades, convocar y activar a la opinión pública nacional e internacional (15).  Su presencia en la web también es alta pues aparecen unos 538.000 resultados en solo 0,24 segundos con estrecha relación hacia Latinoamérica (16).

Por tal motivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 64a Sesión aprobó declarar el año 2011 Año Internacional de las personas afrodescendientes para fortalecer medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de estas poblaciones en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles y políticos, su participación e inclusión en todas las esferas de la sociedad, la promoción de un mayor respeto y conocimiento de la diversidad, su herencia y su cultura. La Asamblea General encomendó al Secretario General que presente un informe donde incluya un proyecto de programa de actividades para el Año Internacional de las personas afrodescendientes a partir de las opiniones y recomendaciones de los Estados Miembro, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Grupo de trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes del Consejo de Derechos Humanos, entre otros (17).

La Cumbre Iberoamericana de Alto Nivel para Conmemorar el Año Internacional de las personas afrodescendientes que se efectuó en la ciudad de Bahía, Brasil, el 19 de noviembre de 2011, realizó la Declaración de Salvador en la que «Enfatizaron que la Cumbre asumió una relevancia particular, teniendo en cuenta que América Latina y el Caribe tienen la mayor población de los «afrodescendientes», calculada en 150 a 200 millones de personas, y fue el destino primario de la diáspora africana» (18)  trasatlántica, transamericana y caribeña.

El 19 de diciembre de 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas da a conocer el Proyecto de resolución presentado por el Presidente de la Asamblea General sobre la Proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, que comenzará el 1 de enero de 2015 y terminará el 31 de diciembre de 2024, con el tema Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo, que se inaugurará de forma oficial inmediatamente después del debate general del sexagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General (19).

El término, como otros de muy dudosa procedencia, debe emplearse con la cautela pertinente de cara a la consolidación de las naciones y a los perspectivos procesos de integración, sin perder de vista su connotación polisémica diferenciadora y fragmentadora de la diversidad fenotípica de las personas y de la unidad de la especie humana en las Américas y el Caribe.

Ante tantas secuelas de términos que condicionan ideas, modos de pensar y de interpretar la realidad desde la época colonial hasta nuestros días, podemos decir a estas alturas, con el debido apoyo de los estudios sobre el ADN, que sin dudas somos mestizos, de color y afrodescendientes. Todo depende del prisma con que se evalúa, de los alcances del texto con que se fragua el discurso y de las complejidades, compromisos y responsabilidades de cada contexto.

Pero al mismo tiempo, si bien en el campo de la física la histéresis es la tendencia de un material a conservar una de sus propiedades, en ausencia del estímulo que la ha generado; en al ámbito de las ideas la histéresis ha sido resemantizada como la resistencia de las mentalidades al cambio histórico.

Una valoración de esta resistencia señala:

En efecto, existe un desajuste evidente entre la velocidad vertiginosa de los cambios tecnológicos y la cuasi inercia de las mentalidades. Desde la historia de estas últimas, F. Braudel ha comparado, en uno de sus textos más conocidos (20),  las mentalidades a los fondos oceánicos, casi al abrigo de las corrientes marinas y, por ende, sólidamente instaladas en la mayor inercia; las mentalidades son estructuras profundas y pesadas que resisten en general al cambio. Con toda seguridad, podemos afirmar que una mentalidad, en tanto que vasto constructo ideacional petrificado es, por lo mismo, aquella estructura que menos se adapta a las transformaciones culturales, políticas, sociales, económicas, es decir que menos capacidad autopoiética tiene (21).

 Por ello, superar el estigma del discurso colonial es también un acto de liberación mental, representa un verdadero antídoto contra la histéresis, cual resistencia del pensamiento ya establecido y sedimentado frente al cambio de época. Es oponer la crítica consecuente de concepciones obsoletas frente a un discurso novedoso que sea fuente necesaria de acciones renovadoras. (Fin)

*Lic. en Historia del Arte (Universidad de La Habana). Dr. en Ciencias Históricas con especialidad en Antropología Cultural del Instituto de Etnografía (Academia de Ciencias, URSS). Profesor Titular (UH) e Investigador Titular de la Academia de Ciencias de Cuba, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana y de la Fundación Fernando Ortiz, donde es Miembro de la Junta Directiva. Es miembro del Grupo de Expertos del Consejo de Redacción y del Colectivo de Autores del Atlas Etnográfico de Cuba, del Atlas de los instrumentos de la música Folclórica popular de Cuba y del Diccionario de la música española e hispanoamericana.

NOTAS

  (1) Véase Esteban Pichardo. Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1836), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1976:216.

  (2) Véase Los censos de población y vivienda en Cuba, t. I, vol. 2., La Habana, 1988.

  (3) Ver obra de Harris.

  (4) Véase Jesús Guanche. Procesos etnoculturales de Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1983:462.

  (5) Conferencia leída en un ciclo organizado por la fraternidad estudiantil «lota-Eta», en el anfiteatro Varona de la Universidad de La Habana, el 28 de noviembre de 1939. Publicada en la Revista Bimestre Cubana, La Habana, marzo-abril de 1940, vol. XIX, no. 2, pp. [161]-186.

  (6) Véase Fernando Ortiz. «Los factores humanos de la cubanidad», en Fernando Ortiz y la cubanidad, Colección La Fuente Viva, no 1, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 1996:26-27.

  (7) Op. Cit.:16.

  (8) Véanse Tomás Fernández Robaina, Identidad afrocubana: cultura y nacionalidad, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2010; y  Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales, selección de textos: Daisy Rubiera e Inés M. Martiatu, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2011.

  (9) Búsquedas relacionadas con cubano el jueves 20 de febrero de 2014, 8:10 PM. cubano letra, chat cubano, lenguaje cubano, cubano font, cubano hablando, cine cubano, cubano las pastillas, cubano bar

  (10) Búsquedas relacionadas con afrocubano el jueves 20 de febrero de2014, 8:15 PM. afrocubano wikipedia, cultura afrocubana, afrocubano música, afrocubano baile, definición afrocubano, clases afrocubano

  (11) Esta categoría incluye las siguientes 28 páginas: Equis Alfonso, Juan Almeida Bosque, Fulgencio Batista, Mario Bauzá, Bola de Nieve, Bola de Nieve, Claudio José Brindis de Salas, Cándido Camero, Carlota (esclava), Celia Cruz, Guillermo Fariñas, Ibrahim Ferrer, Juan Gualberto Gómez, Nicolás Guillén, Pedro Knight, Antonio Maceo, Machito (músico), Benny Moré, Nancy Morejón, Ángel Moya Acosta, Ignacio Piñeiro, Omara Portuondo, Chano Pozo, Arsenio Rodríguez, Mongo Santamaría, Berta Soler, Chucho Valdés, Bebo Valdés, y Yusa.

  (12) Búsquedas relacionadas con afro cuban el jueves 20 de febrero de2014, 8:20 PM. afro cuban all stars discografia, afro cuban all stars videos, afro cuban keyboard grooves pdf, afro cuban keyboard grooves, afro cuban grooves for bass and drums, afro cuban all stars, afro cuban all stars discografia descargar, afro cuban latin jazz

  (13) Véase Mario Ramos. La geopolítica de los think tanks (versión en PDF).

  (14) Ibídem. Ramos cit. Bobbio.

  (15) Véase Jesús Guanche y Carmen María Corral. Op.cit. (Versión digital, 2014:30). Para hacer referencia a personas cubanas negras y mulatas véase también Gisela Arandia Cobarrubias. Población afrodescendiente cubana actual. Instituto Cubano de Investigación Cultural «Juan Marinello», Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), La Habana, 2012.

  (16) Búsquedas relacionadas con afrodescendiente, 25 de febrero de 2014, 5:52 PM afrodescendiente definicion, cultura afrodescendiente, gastronomia afrodescendiente, musica afrodescendiente, indigena, movimiento afrodescendiente, historia afrodescendiente, que es afrodescendiente yahoo

  (17) Véase Resolución aprobada por la Asamblea General [sobre la base del informe de la Tercera Comisión (A/64/439/Add.2 (Parte II))] 64/169. Año Internacional de los Afrodescendientes.

  (18) Véase CUMBRE IBEROAMERICANA DE ALTO NIVEL PARA CONMEMORAR EL AÑO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDIENTES, “DECLARACIÓN DE SALVADOR”, versión en PDF.

  (19) Véase Sexagésimo octavo período de sesiones Tema 67 b) del programa. Eliminación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia: aplicación y seguimiento generales de la Declaración y el Programa de Acción de Durban.

  (20) Se refiere a La dynamique du capitalisme (París, 1971).

  (21) Véase Manuel Antonio Baeza. Cambio histórico versus mentalidades: el fenómeno de histéresis a través de la llamada “revolución tecnológica”, Universidad de Concepción, Argentina (versión en PDF).

 

FOTO Roberto Chile "Maestra"

Nota de la editora de los blogs: Ha sido virtualmente imposible reproducir en las notas del trabajo (8, 9, 10, 11 Y 16), todas los links de las búsquedas en Google o en Wikipedia realizadas por el autor de este trabajo; las menciones a trabajos en pdf no venían vinculadas en el original: ruego disculpen las molestias ocasionadas.



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