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Entrevista a Hernando Calvo Ospina en ‘Mañanas de Radio’

4 de Agosto de 2013, 1:12 , por Rosa C. Báez Valdés - 0sem comentários ainda | No one following this article yet.
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“SI EL GOBIERNO COLOMBIANO ESTÁ EN ÉSTA NEGOCIACIÓN ES PORQUE LOS ESTADOS UNIDOS ACEPTARON QUE SE HICIERA”

Entrevista a Hernando Calvo Ospina en ‘Mañanas de Radio’, miércoles 31 de julio de 2013

“Esta cuestión de Colombia hay que mirarla dentro de un contexto mucho más grande. De un lado la oligarquía colombiana tiene la presión de hacer cambios, de aceptar una negociación con las guerrillas colombianas -con las FARC y con el ELN- porque el continente ha cambiado de un lado”, dijo el periodista y escritor colombiano residente en París, Hernando Calvo Ospina, este miércoles 31 de julio en ‘Mañanas de Radio’y destacó que “Estados Unidos también necesita la paz en Colombia, para robar de una manera más tranquila”.

A continuación transcribimos íntegramente la entrevista que Usted puede escuchar/descargar en el siguiente link:
https://soundcloud.com/nachov3/entrevista-a-hernando-calvo

 

Diego Martínez: Estamos en contacto internacional, en este caso con Hernando Calvo Ospina (1), periodista colombiano, residente en Europa, en Francia, escritor de varios libros -entre ellos “Salsa”, “Don Pablo Escobar”, “Perú: los senderos posibles” y “Bacardí: la guerra oculta”- y que además ha estado escribiendo algunos artículos vinculados a los actuales Diálogos de Paz que se vienen desarrollando en La Habana, entre representantes de las FARC-EP y el gobierno colombiano. Bienvenido, buenos días y muchas gracias por este contacto.

Hernando Calvo Ospina: Buenos días para ustedes, buenas tardes para los que están en Europa.

DM: Contanos un poquito tu trayectoria y el seguimiento que estás teniendo sobre este tema de los Diálogos de Paz en Colombia. Acabás de publicar un trabajo sobre el optimismo que genera la actual coyuntura que se está viviendo. (2)

HCO: Bueno, yo vengo siguiendo el tema de Colombia, no tanto por ser colombiano sino como periodista y porque esa temática me interesa desde hace muchísimos años, ya casi más de 30 años de los 50 que tengo. Y en particular, lo que han sido y lo que son las guerrillas colombianas, el terrorismo de Estado -de lo cual escribí un libro que ha tenido muy buena acogida, se llama “El terrorismo de Estado en Colombia”- y todo lo que ha sido el proceso de violencia generalizada en el país.

Estoy desde hace 30 años dándole seguimiento a esto.

DM: ¿En qué etapa se está ahora? Porque es conocido que hay un proceso de diálogo que se está realizando en La Habana, que viene incluso con negociaciones desde hace ya algunos años para llegar a este punto. ¿Cuál es el nivel de diálogo que hay hoy y cuál es la posibilidad real que hace que pueda haber expectativas reales sobre una salida política del conflicto?

HCO: En la entrevista -que creo que ustedes han colocado en la página web-, la última pregunta que yo les hago es mi comentario donde les digo a los tres Comandantes de las FARC que entrevisto en ese momento, que son miembros del Secretariado -o sea la máxima instancia de las FARC- les digo que me disculpen pero que yo no soy muy optimista. Porque ellos son muy optimistas con estas negociaciones, a pesar de que reconocen que es complejo, que la oligarquía colombiana y el gobierno quieren ceder en unos mínimos cambios estructurales para reformas políticas, reformas económicas y sociales en el país.

Yo les digo que no soy optimista, y lo repito, porque de un lado conozco al gobierno colombiano, conozco al terrorismo de Estado, lógicamente ellos lo conocen muchísimo más que yo, en carne propia.

Ellos tienen sus motivos para ser optimistas, de un lado porque dicen que esta guerra hay que pararla y efectivamente hay que pararla. Y yo estoy convencido de que ellos están convencidos de que se necesita parar esta guerra ahora, una guerra que ya lleva 50 años además...

DM: Pero pararla puede ser fácil. Si se dejan las armas, se para. El tema es una salida real a una situación de conflicto que tiene una raíz y que tiene un origen, porque ahí en todo caso se pararía un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el gobierno o con los que actúan en el conflicto, con los paramilitares, etc., pero no se solucionaría nada de lo que ha desembocado justamente en el conflicto armado.

HCO: Mira, ahora que tú dices eso, el año pasado escribí un  artículo para Le Monde Diplomatique sobre El Salvador. Investigando sobre El Salvador no fue muy difícil darme cuenta de que efectivamente se paró el ruido de los fusiles de una guerra revolucionaria, de una guerra interna, civil, que existía por el poder que se dio durante los años ‘80.

Efectivamente esos fusiles se silenciaron, llegó la paz, pero arrancó una guerra que al día de hoy es mucho peor en El Salvador que es la guerra social. El Salvador es uno de los países más violentos que hay en el mundo en la actualidad debido a la pobreza existente.

Toco ese tema para venir al caso de Colombia, yo no creo que la guerrilla colombiana, sean las FARC, sea el Ejecito de Liberación Nacional (ELN), vayan a entregar las armas –que además eso no está en negociación, el tema de dejar las armas- o que las vayan a dejar a un lado simplemente para venir a estar en el Parlamento, en el Congreso para recibir algunas becas, algunos taxis, algunos pedazos de terreno para su militancia, para sus dirigentes, y dejar a un lado toda la raíz, la base, de esta problemática como ha sido la falta de educación, la falta de garantías políticas, la falta de tierras, de una real reforma agraria que es un problema central en Colombia también. De problemas que han sido resueltos hasta en Uruguay, hoy día en Colombia no han sido resueltos.

A pesar de que si comparamos el Producto Bruto Interno (PBI), el desarrollo económico, el desarrollo industrial de Colombia es muchísimo más grande que Uruguay y Paraguay. Es a ese nivel.

Pero a su nivel interno, sobre todo en el campo, la mayor parte es latifundio lo que hay en Colombia, donde existe casi que la esclavitud en muchos lugares con el campesinado y no es una cuestión de estar sobredimensionando la problemática.

Entonces, ahí está la confrontación que se va a dar. Sí, se necesita una paz pero una paz con dignidad, una paz con cambios sociales, y ahí es donde está el problema porque el gobierno y la oligarquía no quieren dar absolutamente nada. Aunque ellos mismos saben, y ya más o menos lo han comprobado que cuando entran en estos diálogos con la guerrilla y la guerrilla deja de hacer presión militar sobre las grandes empresas, sobre las transnacionales, las producciones de oro, de petróleo y de los otros recursos estratégicos que tiene el país aumentan. O sea, hay un robo más tranquilo de los recursos naturales en Colombia.

Pero la problemática, sí es un cambio, la paz para qué. La paz para quedar en una situación parecida a la de El Salvador o más grave porque la problemática social de Colombia hoy en día es mucho más grave que lo fue la problemática social en El Salvador en el momento en que se firmaron los acuerdos de paz.

Esa es mi preocupación.

DM: Según la investigación que usted viene realizando, ¿Cuál es la posibilidad real de que el gobierno acceda a algunas -por lo menos- de las peticiones que han realizado las FARC en los últimos tiempos, ya sea desde el punto de vista estructural, como tú mencionabas la reforma agraria o una reforma desde el punto de vista sanitario o educativo, o desde el punto de vista político la posibilidad de acceso real de los partidos de la oposición a una política un poco más justa que la que se viene desarrollando en Colombia donde casi no hay posibilidades de llevar adelante proyectos de izquierda o proyectos revolucionarios debido a que son asesinados directamente los que se postulan con esas ideas?

HCO: Mira, para mí el primer problema que tenía, y se los he dicho a ellos, para mí el primer problema en Colombia no es tanto el problema de la reforma agraria, o reformas generales en el país.

Para mí el principal problema es la intransigencia política que hay.

Como tú bien lo dices, en Colombia el asesinato político es lo más normal que hay. Uno se asombra cuando hay dirigentes sindicales honestos que todavía están vivos, porque nos acostumbraron a eso, a la muerte, a que el opositor político sea asesinado de la manera más tranquila y más normal. Para mí es el principal problema.

Pero, mira, yo creo que esta cuestión de Colombia hay que mirarla dentro de un contexto mucho más grande.

De un lado la oligarquía colombiana tiene la presión de hacer cambios, de aceptar una negociación con las guerrillas colombianas -con las FARC y con el ELN- porque el continente ha cambiado de un lado.

Miremos Venezuela, miremos Bolivia y los otros países donde han llegado gobiernos democráticos –llamémoslo de esta manera- que vienen reivindicando algo que antes era imposible que es que Estados Unidos respete mínimamente la soberanía. Eso es una cosa.

Estados Unidos también necesita la paz en Colombia, la tranquilidad en Colombia, para robar de una manera más tranquila. Yo lo digo así, robar de una manera más tranquila, porque ellos van a seguir necesitando los recursos estratégicos colombianos. Pero es que además ellos están preocupados de que China se les está metiendo por otro lado, no sólo a Colombia, a todo el continente se está metiendo. Y sabemos que China se mete tranquilamente, como ellos son, calladitamente.

Y Estados Unidos está viendo eso, China se está metiendo en Colombia, está perdiendo la posibilidad de ese gran mercado pero también está perdiendo la posibilidad de volverse a instalar de una manera u otra en el continente. Esto está sucediendo en Colombia.
Vamos a otro problema de la región.

Venezuela tiene casi 5 millones de colombianos que viven ya o que son desplazados, la mayoría son desplazados.

Un país tan pequeño como Ecuador creo que tiene casi 2 millones de colombianos refugiados.

No sé cuántos hay en Brasil, pero me decían los Comandantes de las FARC que calculan que hay entre 13 y 15 millones de colombianos viviendo cerca de las fronteras.
Esto causa un gran problema social para los países vecinos. Imagínate, 5 millones de colombianos en Venezuela, 2 millones en Ecuador, hay que darles alimentación, casa, salud, eso es un gran problema.

Entonces, yo creo que todo esto va a presionar a la posibilidad de que el gobierno colombiano y la oligarquía colombiana acepten una negociación. Y en especial que los Estados Unidos continúen aceptando esta negociación, porque si el gobierno colombiano está en negociación es porque los Estados Unidos aceptaron que se hiciera, que Obama aceptara esto. Y creo que lo lograron, lo negociaron o lo hablaron en Cartagena hace dos años.

DM: Y las cuestiones electorales, esta especie de división por lo menos pública que se ha visto entre Álvaro Uribe y el gobierno de Juan Manuel Santos justamente por los diálogos que se están desarrollando en La Habana, o por lo menos es la excusa que se pone, ¿puede incidir de manera positiva un posicionamiento un poco más abierto de Santos más hacia el centro dejando la historia que tiene su sector político de ser la vanguardia de la derecha colombiana, puede ayudar a que haya por lo menos algunas concesiones por parte del gobierno colombiano en estos diálogos?

HCO: Mira, yo creo que Estados Unidos está de acuerdo en que se llegue a las negociaciones, no sé hasta permitir cuánto. Ahora, el gobierno colombiano, el gobierno de Juan Manuel Santos, tiene todo a su favor para sacar este proceso de diálogo adelante, lo tiene todo. Los industriales, los grandes industriales están de acuerdo, las grandes empresas están de acuerdo, el capital tradicional está de acuerdo, el hombre más poderoso de Colombia -Julio Mario Santo Domingo- está de acuerdo en que se lleve esto, un sector importante de las Fuerzas Armadas parece que está de acuerdo también.
El problema es que, yo no sé si Juan Manuel Santos le tiene miedo a Uribe por su gran capacidad y su poder que tiene con los ganaderos y todo el paramilitarismo, que además la familia Santos, tanto el presidente cuando fue ministro de Defensa como su primo cuando fue vicepresidente de Uribe, ayudaron a crear. Parece que le tuvieran miedo a esto, a un golpe de Estado o a que lo asesinen en cualquier momento, porque el paramilitarismo tiene esa gran capacidad...

DM: ¿El contrapeso de los diálogos de paz hoy es el paramilitarismo?

HCO: El paramilitarismo de Uribe y los ganaderos, esos son los grandes latifundistas que están representados por los ganaderos y todo el sector narco-paramilitar que encabeza Álvaro Uribe.

Pero que el presidente Santos quisiera, y yo creo que el gobierno de EE.UU., quiere sacar este proceso adelante y más rápido, lo pudiera hacer. Como decía la gente de las FARC: tiene todos los astros a su favor.

DM: ¿Y qué pasa con la gente? Porque suponemos que también debe estar actuando muy fuertemente el lobby mediático, los medios de comunicación. ¿Cuál es el papel que están jugando y qué opina el común de la gente? ¿Podría tener respaldo Santos en caso de arribar a reformas estructurales para lograr la paz o encontraría resistencia de parte de las masas dominadas un poco por los medios de comunicación?

HCO: Bueno, parece que el 85% de colombianos están de acuerdo en un proceso de paz. Es que son 50 años de guerra que ya tiene bastante viudas, bastante niños abandonados, bastantes mutilados y bastantes asesinados, sin contar todo el problema socio-económico que hay en el país y por narcotráfico.

Yo creo que sí, en Colombia hay la posibilidad de una paz y Santos podría movilizar a la gente, a un sector muy importante de la gente para llevar este proceso adelante.
Ahora, los medios de comunicación han sido unos generales de la guerra en Colombia.

Ellos han ayudado, y lo digo muy claramente, han ayudado y hay demasiadas pruebas para eso, a asesinar a mucha gente. Cuando los servicios de seguridad en Colombia dicen que fulano de tal es una persona cercana a la guerrilla, los medios de comunicación comienzan a repetir y a repetir hasta que a esta persona la asesinan.

Cuando se dice que determinado pueblo, determinada ciudad, sobre todo los pueblos del campo, son proguerrilla, la prensa colombiana ha insistido, ha insistido hasta que llegan los militares y los paramilitares y arrasan con estos pueblos. O sea, los medios de comunicación son parte del terrorismo de Estado, de la violencia en Colombia.

Ahora, también es cierto que si Santos se decide a realizar un proceso de paz rea en Colombia, yo creo que él tiene cómo manejar. Porque si ellos hacen parte de toda la gran industria colombiana, los grandes industriales son dueños de los medios de comunicación, si ellos quieren van a actuar a favor de este proceso.

DM: ¿De qué manera influye la actual situación del Catatumbo, este conflicto que se ha desatado hace poco tiempo donde los productores, los trabajadores del campo están llevando adelante una movilización intensísima y donde han recibido una fuerte represión, lejos de un ámbito de negociación, han recibido muerte y duros enfrentamientos por parte de las fuerzas militares y policiales?

HCO: Mira, es algo paradójico porque uno puede ver si realmente el gobierno tiene intensiones de hacer una negociación o no. En el Catatumbo se da esta represión contra la población, contra el campesinado en momento en que ya se había hablado en la mesa de negociaciones sobre la problemática campesina en Colombia, sobre lo que se está reclamando en el Catatumbo que no es otra cosa que se titule lo que ya está titulado, o sea, que se registre oficialmente lo que ya está titulado.

Pero ese es un problema que viene desde mucho antes porque esta zona es altamente rica en recursos estratégicos, petróleo, oro, etc.

Desde los años ‘90, desde finales de los ‘90 ya se había mandando a los paramilitares allí para que acabaran con toda la oposición del campesinado, el campesinado organizado.
Hicieron masacres y todo eso (inaudible) propio de ellos, una aldea estratégica del gobierno para entregársela a las transnacionales y ahora aparece este problema en Catatumbo.

Entonces, de un lado se dan cuenta que no sirvió haber asesinado a tantos campesinos, y por el otro lado lo único que dan para solucionar el problema es bala como se acostumbra en Colombia, asesinar a toda la oposición y a toda la gente que entre a pedir legalmente que se le entregue lo que se le debe.

DM: Hernando Calvo Ospina, escritor y periodista colombiano radicado en Francia, muchísimas gracias por este contacto y creemos que más adelante vamos a tener alguna otra intervención suya en nuestro espacio porque es muy importante conocer un poco más de lo que viene desarrollándose en La Habana en este diálogo entre las FARC y el gobierno colombiano.
Un abrazo grande y gracias por estos minutos que nos ha dedicado...

HCO: Muchas gracias a ustedes. Hasta una próxima.

DM: Hasta luego.

Notas de Redacción

(1) Hernando Calvo Ospina (Cali, Colombia, 6 de junio de 1961), el 24 de septiembre de 1985, siendo estudiante de periodismo en la Universidad Central del Ecuador de Quito, fue detenido y desaparecido varios días. El 4 de octubre fue enviado al penal García Moreno, donde pasó casi tres meses sin juicio. Ante la masiva presión internacional, el gobierno del presidente León Febres Cordero debió permitir que saliera de la cárcel, aunque en un avión directo a Lima, Perú, el 28 de diciembre de 1985. A los dos meses de estar en esta nación, protegido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, el gobierno del presidente Alan García lo consideró persona non grata, exigiendo su salida del país. Bajo el amparo del gobierno francés, el 15 de marzo de 1986 llegó a Paris, donde reside. Antes de retomar su profesión de periodista, y para sobrevivir, durante los primeros cuatro años de vida en Paris trabajó limpiando oficinas.
Colaborador permanente del mensual francés Le Monde diplomatique, ha participado en la realización de documentales para las cadenas de televisión: la británica BBC; la franco-alemana ARTE; y la alemana ADR.
Investigador y denunciante del terrorismo de Estado en Colombia, así como de la agresiva política estadounidense, especialmente hacia América Latina, descubrió el 18 de abril del 2009 que figuraba en la "No fly list" de las autoridades estadounidenses, cuando el avión en el cual se encontraba recibió la prohibición de sobrevolar el espacio aéreo de Estados Unidos, “por motivos de seguridad nacional”. Proveniente de Paris, la nave de Air France se dirigía a ciudad de México sin escala en Estados Unidos.
El 22 de septiembre 2011 el gobierno francés le negó la nacionalidad. La carta enviada por el Ministerio del Interior dice que tal decisión fue tomada debido a sus "relaciones con la representación cubana en Paris", y por "su proximidad con la ideología castrista". También se le reprocha el haber encontrado a miembros de las FARC "durante sus actividades como periodista", y de hacer parte de la "lista americana de personas que se les prohíbe el sobrevuelo del espacio aéreo de Estados Unidos".
No oculta su simpatía por la Revolución cubana, ni por la Revolución Bolivariana en Venezuela, tampoco por el proceso de cambio que está desarrollando el presidente Evo Morales en Bolivia. Insiste en que urge una solución política negociada al conflicto interno en Colombia.

(2) “Somos optimistas: es el momento de buscar la paz”
Entrevista a los comandantes del Secretariado de las FARC en La Habana

(Ver completo en: http://hcalvospina.free.fr/spip.php?article456)

 Fuente Radio Centenario


 


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