Obama urge a la Cámara de Representantes a votar a favor de la medida, que abre una vía para la legalización y eventual ciudadanía de los indocumentados
El Senado de Estados Unidos ha aprobado, por 68 votos a favor y 32 en contra, la reforma migratoria impulsada por el presidente, Barack Obama, y que puede suponer la ciudadanía para once millones de personas que viven actualmente en suelo norteamericano en situación irregular.
El Senado de EEUU aprueba la reforma migratoria- (REUTERS/Lucy Nicholson)
La propuesta, que ha contado con el respaldo de todos los senadores demócratas y de 14 republicanos, recoge en 1.200 páginas la primera gran reforma sobre inmigración adoptada desde 1986. Plantea un periodo de 13 años para la regularización de ''sin papeles'' que cumplan ciertos requisitos, así como castigos para quienes contraten a trabajadores en situación ilegal. Para lograr el apoyo de los republicanos, durante los debates de las últimas semanas se ha incluido una enmienda que contempla un refuerzo de la seguridad en la frontera con México, donde habrá 42.000 agentes en lugar de 21.000, se construirán 1.100 kilómetros más de valla y se utilizarán nuevos equipos tecnológicos como aviones no tripulados.
Obama, que ha recibido la noticia en Senegal, ha aplaudido en un comunicado la decisión adoptada por el Senado y lo ha considerado un ejemplo del "compromiso" de los dos partidos. "Ninguna parte consiguió todo lo que quería. Ni demócratas. Ni republicanos", ha explicado el presidente, que ha agradecido de forma especial el trabajo de los ocho senadores -cuatro por partido- responsables de las negociaciones. La reforma pasa ahora a la Cámara de Representantes, donde el debate se prevé más arduo porque los republicanos son mayoría. En vista de estas previsibles complicaciones, Obama ha advertido de que, después de que el Senado "haya hecho su trabajo", le toca a la Cámara de Representantes "hacer lo mismo".
"Tenemos una oportunidad única para arreglar un sistema roto de una forma que respeta nuestra pasado como nación de leyes y de inmigrantes. Necesitamos que el Congreso termine el trabajo", ha apostillado el mandatario norteamericano. El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, ya ha advertido de que no se limitarían a "votar todo lo que apruebe el Senado" y ha sugerido que redactarán un proyecto "propio", según la cadena de televisión CNN. Sin embargo, varios legisladores republicanos han avanzado que los cambios no se presentarán en una única enmienda, como en el Senado, sino en propuestas de menor magnitud. Pese a la división que previsiblemente despertará este tema en el pleno de la Cámara de Representantes, Boehner confía en que se produzca una votación antes de que concluya el año.
Originalmente publicado en Cadena SER
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