La determinación de la continuidad e irreversibilidad del socialismo en Cuba funciona como un antídoto a esa idea imperialista, perversa y actual de desmantelar desde adentro a la Revolución.
La lista de los yanquis para derrotarnos en este más de medio siglo creció mucho, pero es inoperante y tal como advirtió Fidel, el Primero de Enero de 1959, cuando dijo: “la Revolución será una empresa dura y llena de peligros” hemos resistido el duro embate de once administraciones norteamericanas, demócratas y republicanas, en ese intento de restaurar su dominio imperial sobre nuestro país.
Si ellos perfeccionan sus métodos de ataques, nosotros, también, adquirimos suficiente experiencia para enfrentar su enfermizo pensamiento de derrocar el Sistema económico y social cubano, con su rabia incontrolada de habérselo hecho en sus propias narices.
Desde los primeros momentos nacieron los riesgos: bandidismo, ataque a Playa Girón, sabotajes, muerte, Crisis de los cohetes, secuestros, bloqueo, aislamiento… pero vivimos otro trascendental momento con el traspaso lógico de los dirigentes históricos a los jóvenes, en la dirección política del país.
Precisamente, el imperialismo enfila sus ojos en las nuevas generaciones y sus cartas de ataque las concentran en esa fuerza, por su certeza de poder lograr lo que no alcanzaron en más de 50 años.
Ellos intentan fomentar la división, la apatía, la falta de confianza en el Gobierno y pretenden mostrar una sociedad sin futuro, hasta despojarnos de la independencia, por eso no podría materializarse el sistema económico propuesto basado en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, sin un reforzamiento en la formación ideológica, como sostén a tal principio.
Con eso defiendo que el campo de las ideas sigue siendo un decisivo frente de lucha ante la yanquimanía, pero una acción muy hermanada con las condiciones actuales, pero sin pretender hablar con un lenguaje de hace más de 20 años y una postura inflexible.
En más de un Objetivo, de los 32 contentivo en la Primera Conferencia Nacional del Partido, sobre el trabajo ideológico, se insiste en esa premisa y de hacerlo con métodos atractivos.
El objetivo 67 reza: “Enfrentar las manifestaciones de formalismo, falta de creatividad y criterios obsoletos que existen en la labor de comunicación social y propaganda que no motivan e impiden que los mensajes lleguen con efectividad a sus destinatarios. Prestar particular atención a la diversidad de públicos”.
Eso no podemos perderlo de vista, porque si la buena voluntad cae en la rutina se convierte en letra muerta e ineficaz, adecuada para la simulación.
La preparación de quienes se ocupan de sedimentar conductas socialistas es fundamental, nadie convence con ignorancia y las personas inteligentes son enemigas de teques y consignismo vacío, además, hablamos de diálogo no de monólogo, tiene que haber intercambio de criterios y hacerlo desde el mayor respeto.
Oportuno resulta el cómo materializar lo ya planteado, porque es la única manera de comprobar efectividad. Se trata de actuar a la ofensiva y contrarrestar el movimiento contrarrevolucionario enfilado contra Cuba, tanto desde el Norte como la preparación de mercenarios internos.
Hay un viejo dicho “se anuncian más que la Coca cola” y eso es lo que hace el gobierno de Estados Unidos, se están vendiendo en papel de celofán y presentan como carta de triunfo el modo de vida americano, pero, detrás de las vitrinas exhibidas, deslumbrantes y tentadoras para algunos, están las muchas historias de la cruenta realidad de un Sistema alejado de las necesidades humanas.
Es verdad que nosotros tenemos dificultades objetivas y subjetivas, nadie lo niega, y que el vivir cada día es duro, pero esta Revolución hizo realidad el anhelo martiano: “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.”
Cuando el mundo se deshumaniza, cada vez más, aquí pensamos en el fomento y rescate de valores, en fortalecer lo mejor del ser humano y la ratificación, que las transformaciones pueden ser muchas, pero aquí ningún cubano quedará desamparado gracias al Socialismo y ese vocablo: Revolución e independencia son lo mismo.
0sem comentários ainda
Por favor digite as duas palavras abaixo