Felicidades al hombre que nos enseñó a vencer…
13 de Agosto de 2014, 21:58 - sem comentários aindaPor Lilibeth Alfonso Martínez
Los primeros recuerdos que tengo de Fidel son aquellos discursos enormes que no me dejaban ver los muñequitos y se alargaban mucho más allá de la hora de la novela. Desde entonces, me preguntaba cómo aquel hombre podía hablar tantas horas sin parar, y mantener al auditorio, a pesar de las horas, en vilo, dispuesto al aplauso al final de cada frase magnífica.
En casa, lo escuchábamos también, y la vecina de al lado, y la de más allá, y el señor de la esquina, tanto lo seguían que el discurso seguía su línea imperturbable incluso si decidías salir de casa, si te animabas a ir a la otra cuadra, al parque, al otro extremo de la ciudad.
Acuñó frases que han quedado para la historia y que siempre supimos con alas de posteridad. Era un orador de aquellos de la escuela de Martí, que era monte donde el arbusto mandaba, pero también sabía ser ciudad.
Con el tiempo, yo también comencé a prestarle atención a las palabras de aquel hombre que, cosas del destino, también tenía una estatura de gigante.
No me tocaron sus tiempos más enérgicos. De hecho, siempre voy a tener la sensación de que me perdí lo mejor de la vida de ese hombres, aunque para siempre atesoro la suerte compartida de coincidir con él en este tiempo, por suerte, todavía.
De sus cualidades, es acaso el sueño su mayor mérito. Esa voluntad, mitad de soñador y mitad de luchador, que encuentra caminos hasta en la más feroz escarpada y que nos hizo resistir y vencer resistiendo, en un tiempo en el que todos apostaban por la fecha de la caída.
Y su solidaridad, que se emparenta con el amor medido con una cuerda atada de un extremo y lanzada al viento. La solidaridad que lo hizo traerse a niños de Chernobil, y lo llevó a involucrar a todo un país, al otro lado del oceáno, en la libertad de varias naciones africanas -historia incomprendida muchas veces, y a fundar junto a Chávez la Misión Milagro y antes de ello, todas las misiones internacionalistas de médicos, profesores…, por más de 100 países.
Como todos las niñas, y las jóvenes, y las mujeres cubanas…, también me enamoré un poco de él. Atrapaba pedazos de historias aquí y allá para armar el laberinto de sus modos. María Comité, apodada así porque la Federación era toda su vida, me aseguró una vez que su abrazo era fuerte y sincero, y que aquel hombre te miraba a los ojos, “se las arreglaba para mirarte a los ojos”.
Alguien me habló de su voz, que podía ser casi inaudible, o tronar desde el fondo del pecho, y de sus manos, arregladas hasta el hartazgo, coronadas por unos dedos finos y de trazos feroces, terminados en uñas cuidadísimas.
Y como casi todas, pasé del amor adolescente a la más fiera admiración, incluso en medio de sus errores, porque errores tuvo como todos, y ese recordatorio que detrás de aquel gigante que todos, alguna vez, creímos invencible -capaz de darle de costado a la propia muerte que tantas veces coqueteó en su camino-, había un hombre, me lo antojó más grande.
“Fidel nos enseñó a vencer”, dijo ante cientos de estudiantes guantanameros el Héroe de la República de Cuba, Fernando González, y creo que dió en el clavo. Otros nos enseñaron muchas otras cosas, pero usted, Comandante, simplemente, nos enseñó a vencer. Felicidades.
Tomado de su blog La esquina de Lilith
Fidel 88, mucho para festejar
13 de Agosto de 2014, 19:06 - sem comentários aindaPor Carlos Aznárez*
Comandante, iba a escribir otro artículo sobre tu digna existencia. En varias ocasiones he “emborronado cuartillas" a lo largo de mi militancia periodística y de la otra, de esa en la que muchos nos zambullimos con las armas en la mano en los 70, hasta dejar la piel en la embestida, al calor de tu grito de guerra allá en Sierra Maestra. Pero me di cuenta que las palabras y la admiración que te profesamos ya las había escrito hace tres años, cuando cumplías tus 85. Lo que te dije en aquel entonces está intacto en mi corazón y en el de quienes hoy te homenajeamos en todos los rincones del mundo donde los pueblos se siguen levantando, como en Palestina heroica, a la que tú le has dedicado una reflexión de urgencia. Por eso, repito el texto, sin tocar una coma, y te vuelvo a decir: Seguimos en pie, Comandante, con tus ideas y tu coraje:
¿Cuántos Fideles hay en este Fidel que en estos días cumple 88 años de muy vivida existencia? Seguramente que muchos. Tantos que no alcanza la memoria para evocarlo. Hay un Fidel -menos conocido-, que desde muy joven se puso en marcha para, en los claustros universitarios, comenzar un intenso camino de agitación que lo llevó pocos años después a militar activamente – haciendo honor a un internacionalismo al que luego abrazaría con pasión- contra el dictador dominicano Leónidas Trujillo.
Hay otro Fidel que se dio cuenta enseguida que todas las teorías del mundo no son suficientes si no se ejerce una práctica audaz e inteligente contra el autoritarismo, y junto con un puñado de valientes asaltó el Moncada, abriendo así un sendero que no se detendría más hasta la toma del poder, una meta imprescindible si se quiere hacer una Revolución con mayúsculas.Pero qué decir de ese Fidel, que con Raúl, el Che y otros tantos patriotas desembarcó del Granma, y cuando todo parecía venirse abajo, entre cadáveres de sus mejores hermanos y las balas del enemigo, contó los fusiles y se repitió varias veces, como para que lo oyeran los esbirros de la dictadura batistiana, que con esa decena de hombres que quedaban en pie, ganarían la batalla.
Del Fidel de Sierra Maestra habría mucho para contar. Él mismo lo ha hecho recientemente, con su estilo locuaz y sumamente descriptivo, en dos libros de lectura imprescindible para entender de qué se trató esa epopeya :”La contraofensiva estratégica” y “La victoria estratégica”.
Allí, en aquellas montañas victoriosas, apareció con toda claridad el Fidel combatiente, el estratega militar capaz de convertir en triunfo aplastante lo que minutos antes iba camino a convertirse en derrota, el Fidel compañero de sus compañeros, severo cuando se trataba de hacer que se cumplan sus órdenes, sabedor de que cualquier duda en un combate tan desigual como el que libraban, podía hacer capotar el proyecto revolucionario.
Pero también supimos en esos pocos años de batalla directa contra la soldadesca de Batista, de ese Fidel que respetaba la vida de sus enemigos una vez que eran capturados en combate, marcando de esa forma un territorio de humanidad, que en varias ocasiones provocó deserciones masivas entre los uniformados del régimen, y generó las bases para que pocos miles de rebeldes vencieran a un ejército regular y bien equipado de cien mil soldados, que contaban con tanques, aviones bombarderos, y la ayuda internacional de los imperios yanqui e inglés.
Después, cuando los barbudos felizmente marcharon victoriosos hacia La Habana, en aquellos días memorables del 59, comenzó a desarrollarse la vida de un Fidel que terminó asombrando al mundo. Revolucionario hasta la médula, liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano.
Codo a codo con el Che, no dudó de emprender una prolongada marcha para conquistar la por ahora pendiente segunda Independencia latinoamericana. Venció al Apartheid sudafricano, ayudó a liberar Angola, abrazó a Salvador Allende y apretó los puños de rabia, como pocos, cuando se enteró que su hermano Guevara caía en combate en Ñancahuazu.
Cuántos rebeldes del continente se siente enormemente agradecidos por lo que hizo Cuba por ellos, cuántos luchadores por el socialismo no hubieran podido gestar múltiples hazañas en sus países sin la decisión solidaria y comprometida de Fidel y sus compañeros. La lista es extensa y a través de ella, Cuba y su Revolución fueron escribiendo páginas de dignidad imposibles de olvidar.
En esos años y en los venideros, Fidel debió multiplicarse, para que la Isla no se hundiera tras la caída del bloque socialista, para intervenir con clarividencia en temas de deuda externa, anunciando antes que ninguno, que la misma era impagable por ilegítima. También propuso soluciones para cuidar y defender el medio ambiente, o encarar gigantescas iniciativas en temas de educación y salud para su pueblo, que luego fueron y son derivadas de manera solidaria hacia el resto del mundo.
Sin embargo, la madre de todas las batallas fue la que libró Fidel, abrazado con su pueblo, contra el criminal bloqueo imperialista.
Medio siglo de obligadas carencias, que fueron derrotadas a punta de digno coraje y la convicción de que a las revoluciones verdaderas se le oponen miles de escollos. Para que semejante agresión no pueda salir airosa, Fidel lo repitió siempre, la medicina es tener conciencia revolucionaria y convicción de que se libra una batalla justa, forjar una inmensa unidad de los de abajo, y sacrificarse hasta las lágrimas.
“Después de Dios, Fidel”, dijo emocionado un agradecido ciudadano de Haití, al defender las misiones médicas y alfabetizadoras que el gobierno cubano derramó por todo el mundo, llegando allí donde nadie se atrevía. Eso es lo que en estos días todos los que agradecemos su necesaria vigencia tenemos la obligación de recordar cuando nombramos a Fidel. Nunca, pero nunca, nos falló.
Lo decimos desde la constatación de saber en que clase de mundo vivimos, donde la felonía, la corruptela, el transfuguismo y la claudicación se han convertido en moneda corriente. Frente a esas lacras, Fidel, Cuba, su pueblo, la vieja guardia y las jóvenes generaciones revolucionarias, siempre han mostrado que se puede. Que con voluntad política y conciencia revolucionaria no hay enemigo invencible.
Ahora, que el Comandante, ese mismo al que su pueblo llama cariñosamente “el caballo”, sigue galopando con tantas ansias de futuro, ahora que ese enemigo al que le soportó la mirada, a pesar de tenerlo a sólo 90 millas, comienza a derrumbarse, tal cual anunciara el propio Fidel en aquel acto memorable junto con Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, ahora que combina sabias reflexiones con gestos imborrables de ternura hacia quien considera su hijo político venezolano -como tal, también hacedor de revoluciones- y le anima para batallar contra su sorpresiva dolencia, ahora, cuando sus palabras en defensa de la vida contra la muerte que sigue derrochando el Imperio allí donde se asienta, ahora, precisamente, es tiempo de homenajear a Fidel.
Es hora de decirle, sin rubores de ningún tipo, que lo queremos por todo lo hecho, y por todo lo que seguramente seguirá haciendo. No es cursilería, ni obsecuencia decir esto, no somos ni una cosa ni la otra y sabemos de ambas por vivir en países donde se practican con desmesura, sólo se trata de hacer justicia con alguien al que desde que nos apareció la conciencia, siempre tuvimos de nuestro lado. Por muchos años más, Fidel. Para que nuestros enemigos sigan rabiando, y los de abajo y a la izquierda (como diría el Subcomandante Marcos) festejen con ganas tu noble y vital existencia.
*Director de Resumen Latinoamericano
FOTO Liborio Noval
Me gusta oír esa que dice Fidel, Fidel, qué tiene Fidel; ignoro a quién se refiere
13 de Agosto de 2014, 17:22 - sem comentários aindaPor Guillermo Guzmán
Más de una vez he oído esa canción tan fogosa que dice ¡Fidel, Fidel / qué tiene Fidel / que el imperialismo no puede con él! Y aunque es cortica no deja de ser contundente.
Hay otra canción -por cierto muy buena también- que dice Fidel / seguro / al yanky dale duro; e igual de breve que la anterior.
Hay una que está expresamente musicalizada y dice: …aquí pensaban seguir / tragando y tragando tierra / sin sospechar que en la sierra / se alumbraba el porvenir / …y en eso llegó Fidel / se acabó la bochinchera / …llegó el Comandante y mandó a parar /...
Ignoro de quien se trata pero supongo que ese tal Fidel debe ser un taco para que las murgas populares le canten esas melodías tan buenas, pero lo singular es que ninguna de esas canciones son interpretables en el género que me apasiona, la saloma, y del cual yo soy (modestia aparte) un exponente magnífico debido a mi maravillosa voz de cantor inigualable de salomas y que tanto le gusta a las muchachas cuando me oyen y quedan encantadas, tal vez porque les meto embustes bonitos.
Pero, volviendo al grano, yo pienso que esas canciones de Fidel, cantadas en género de salsa, por ejemplo, podrían ser tremendo tubazo musical ya que si las murgas populares las corean apasionadamente inclusive sin más instrumento que sus propias gargantas, ¿cómo habría de ser acaso bajo el fragor de los tambores del Madera, de Pacheco, de Tambor Urbano, de las cuerdas y demás instrumentos de tantas agrupaciones musicales que como piedras en el pedregal, hay por ahí?
Eso sí, que ni Rubén Blades ni los demás de su estirpe pantallera se hagan eco de las genuinas canciones del pueblo.
Doquiera se encuentre ese tal Fidel yo lo felicito por su ZKonducta.
Imagen agregada RCBáez
Fidel, simplemente Fidel
13 de Agosto de 2014, 16:53 - sem comentários aindaPor Sergio Ortiz
Uno dice Fidel y no es necesario poner el apellido. Todos o casi todos en el mundo sabrán que se trata de Castro. Incluso tiene dos apellidos, Castro Ruz, pero la mayoría de los habitantes del planeta, no sólo de Cuba, le dicen Fidel. Otros lo llaman Comandante, por tantas batallas ganadas para Cuba y la humanidad, no sólo en el terreno bélico sino también, y sobre todo, en la Batalla de Ideas.
Ese hombre hoy cumple 88 años, desairando a tantos agentes del imperialismo que quisieron matarlo con balas, venenos, odios, mentiras y otras armas de grueso calibre, incluyendo las traiciones.
Fidel tuvo que jubilarse de presidente por razones de salud pero a sus jóvenes y sabios 88 años sigue siendo el Comandante de la Revolución Cubana, la que hizo echar raíces al socialismo en este hemisferio.
La revista Forbes le inventó una fortuna de 900 millones de dólares. Todo falso. El comandante vive frugalmente y tiene una fortuna de casi 6.000 millones de personas que lo admiran en el mundo, descontando la parte que lo odia porque piensa como Forbes, en dólares.
El escriba de Nuevo Herald y otros 60 pasquines afiliados a la SIP, Andrés Oppenheimer, publicó en 1992 "La Hora Final de Castro", considerando que la caída del socialismo cubano era inminente.
Pasaron 22 años de esa agorería pagada por la CIA y Fidel sigue allí, invicto. Parafraseando a Diego Maradona, quien más allá de sus cosas es un amigo del comandante, yo te digo Oppenheimer: "vos también la tenés adentro".
Solamente un pueblo revolucionario como el cubano pudo dar un jefe político y militar de esa talla. Qué importante esa sintonía entre pueblo y dirección para el avance de una revolución, sobre todo la que creció a tan pocas millas del imperio.
Durante 364 días del año corresponde ponderar las bondades del pueblo trabajador, de la masa, del colectivo. En este día, 13 de agosto, permítanme decir que un pueblo sin dirección no gana las batallas. Que siempre hacen falta líderes, una buena dirección política y un partido de vanguardia a la cabeza de un pueblo.
Y eso es Fidel, unido estrechamente a su gente, pero siempre tratando de ver un poco más lejos qué es lo que viene, para saber qué es lo mejor para hacer.
Fidel es cubano. Pero también es de la humanidad, es un poquito de todos nosotros, sin perder nunca la cubanía, con su barba y esas manos que antaño le ayudaron junto con su vista a tener una excelente puntería. Hoy no es munición sino reflexiones lo que él dispara y sigue dando en el blanco.
Felicitaciones Fidel. Sería poco realista desearte otros 88 años más de vida, porque aunque la ciencia cubana ha hecho extraordinarios progresos y alargado la vida de su gente, no se conocen personas de 176 años. Lo que sí digo es que sos de lo más grande de los hombres del siglo XX y del siglo XXI. Y no quiero lisonjearte pero creo que de vos se va a hablar, estudiar y aprender también en el siglo XXII, si es que la humanidad te hace caso y cuida y salva el planeta del imperialismo, las guerras, la contaminación y todas las lacras del capitalismo.
Un abrazo marxista de un amigo argentino:
Sergio Ortiz; Secretario General del Partido de la Liberación (PL) 13/08/2014
Foto de Fidel tomada por Roberto Chile
Honduras: La guerra no declarada
13 de Agosto de 2014, 15:12 - sem comentários aindaInexplicablemente, todos los enfrentamientos armados son considerados en la vendida prensa hondureña como "enfrentamientos entre pandilleros"
"De acuerdo a testigos, a eso de las 6:00 de la tarde, un grupo de personas se encontraban en el expendio de aguardiente, cuando varios individuos a bordo de dos motocicletas y una camioneta negra, ingresaron abruptamente y sin mediar palabras comenzaron a disparar a mansalva contra quienes se encontraban en el lugar.
Acto seguido, salieron por una de las calles y tres cuadras después encontraron a los dos niños jugando con un celular en una acera y les dispararon en varias ocasiones hasta dejarlos sin vida".
Pero, releguemos este "enfrentamiento" -donde dispararon de un solo lado, con el clásico mudos operandi de los motociclistas armados- ¿cuántos crímenes se cometen a diario en el Bajo Aguán, cuántas vidas se ha cobrado Miguel Facusé, cuántas madres hondureñas hoy lloran a sus hijos?
Ese mismo día, la prensa hondureña informaba:
Imponen recortes salvajes de presupuesto en el principal hospital de Honduras
En medio de la violencia generalizada que hoy impera en el mundo, ¡¡NO OLVIDEMOS A HONDURAS!!
Honduras: La guerra no declarada
Por Ronnie Huete S.*
Latinoamérica, 11 de ago. La naturaleza humana ha girado a matar. En Honduras, país centroamericano considerado uno de los más peligrosos del mundo por la alta violencia que viven sus pobladores, existe una guerra no declarada.
Una masacre de 7 personas el recién pasado sábado 9 de agosto, relata con sangre fría lo que se vive en esa nación, en cuyo territorio la impunidad y el fracaso de todo el sistema judicial y de seguridad del Estado, es el rostro violento que brilla con el rojo de la violencia ante el mundo.
Esta guerra no declarada violenta el derecho humano de la vida, y afecta en su mayoría a los seres humanos que viven en condiciones indignas, a los que llaman pobres, y que conforman más del 80 por ciento de la población hondureña.
Los discursos de los funcionarios responsables de detener esta terrible violencia, solo llegan a sonar como un eco en la prensa nacional e internacional, sin ninguna acción vinculante que detenga las masacres que se dan en esta guerra no declarada.
Según el informe policial, los que dispararon a las personas civiles entre las que se encontraban dos menores de edad, vestían con uniformes policiales de ese país. Este indicador pareciese vincular a la Policía Nacional junto con los militares a realizar estos actos abominables.
No vayamos tan largo, Mientras Israel efectúa un genocidio al hermano pueblo de Palestina, en Honduras el genocidio es silencioso, ante el sentir indiferente de sus habitantes, quienes viven adormecidos al estilo de la ficción noventera hollywoodense “Matrix”.
*Periodista y cooperante; corresponsal voluntario de la revista Caros Amigos editada en São Paulo, Brasil para Centroamérica, la organización Casa Mafalda São Paulo, Brasil , La Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red y el portal http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil.
Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras o sus invasores.